Uno de los problemas clave que se presenta en la actualidad es la nutrición. En el caso del estado de Tlaxcala, el Centro de Economía Social Julián Garcés A. C., ha establecido huertos familiares con camas biointensivas como estrategia para generar autosuficiencia alimentaria en el municipio de Españita, Tlaxcala. Esta Organización de la Sociedad Civil toma a la alimentación como un derecho humano necesario para el desarrollo y crecimiento de hombres, mujeres, jóvenes, niños, niñas, ancianos (as), discapacitados (as), independientemente de clase, raza, género y etnia (FAO, 2002).
En el país, en la última década, el sistema de producción agrícola biointensivo ha sido considerado en programas gubernamentales, federales y estatales, como clave para buscar el desarrollo de los productores(as) campesinos(as). En este sistema la familia campesina lleva a cabo una producción no especializada, donde utilizan los componentes bióticos y no bióticos del ecosistema para complementar su alimentación, su salud e ingreso. En las camas biointensivas se producen principalmente hortalizas para alimento de la familia, en menor frecuencia se encuentran plantas medicinales y plantas ornamentales (Gallopín, 2003).
Según Jeavons (2004), el huerto familiar es un sistema de producción para la obtención de más alimentos en menos espacio, basado en la utilización de insumos locales, sin maquinaria ni fertilizantes o insecticidas comerciales, para evitar daños al ambiente o a la salud de mujeres, hombres y los ecosistemas. Autores como Jeavons (2004) refieren a que no se trata solo de los recursos naturales, sino también de la compleja situación económica, nutricional y social que padecen las diversas generaciones y sociedades. En este sentido, actualmente se hacen necesarias diversas estrategias para utilizar los recursos naturales que se tienen alcance. Los huertos familiares con camas biointensivas son una alternativa para disminuir la inseguridad alimentaria presente en las familias del municipio de Españita, Tlaxcala, así como también pueden generar cambios positivos en el apoyo a las deficiencias alimentarias por las que atraviesan actualmente diversos países, regiones y comunidades vulnerables (Altieri, 2000).
Mediante esta investigación se pretende conocer las características físicas de las camas biointensivas ubicadas en los huertos familiares, y en general en otros aspectos relacionados con el desarrollo local en las familias de nueve comunidades pertenecientes al municipio de Españita, Tlaxcala.
Españita, Cabecera Municipal con un total de 1 876 habitantes, su principal actividad se encuentra en la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. (Baca, 2007). El municipio de Españita se encuentra ubicado en el Altiplano central mexicano a 2 640 msnm. Su posición geográfica, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática es: 19 oC, 27 min latitud norte y 98 oC, 25 min longitud oeste (Maldonado, 2007).
Españita colinda al norte con el municipio de Sanctórum de Lázaro Cárdenas, al sur limita con el municipio de Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, al oriente se establecen linderos con el municipio de Hueyotlipan; asimismo, al poniente colinda con el municipio de Sanctórum de Lázaro Cárdenas y el estado de Puebla (CONEVAL, 2013).
Diseño de la investigación. La investigación se orientó hacia una comprensión sistémica del traspatio, primeramente se analizó la estructura y el funcionamiento. Una vez que se caracterizó el sistema biointensivo, se determinaron los aspectos sociales, económicos y ecológicos que este genera, que es el objetivo principal del estudio.
Métodos, técnicas e instrumentos para recabar la información. Se utilizó el padrón proporcionado por el Centro de Economía Social Julián Garcés A. C. donde se tenían 50 familias activas en el año 2013 en el programa de “huertos familiares que cuentan con camas biointensivas”. Fueron entrevistadas 45 familias, con un total de 174 personas de las cuales 77.8% fueron mujeres y el resto hombres. Las cuales correspondieron a un total de nueve comunidades las cuales fueron: Pipillola, San Francisco Mitepec, San Juan Mitepec, El Piñón, La Magdalena, Álvaro Obregón, Constancia, La Reforma y San Agustín pertenecientes al municipio de Españita, Tlaxcala.
El instrumento con que se recabó la información fue el cuestionario, que consiste en un conjunto de preguntas respecto de una o más variables a medir, en congruencia con el planteamiento del problema e hipótesis. Estuvo compuesto por las siguientes secciones: I. información general de las familias de estudio y la unidad de producción; II. Información sobre el manejo en términos de recursos escasos de las camas biointensivas; III. Dinámica de la producción obtenida del sistema biointensivo; IV. Impactos en el sistema biointensivo por cambios en el clima; V. Conocimientos generales sobre el sistema biointensivo; y VI. Preguntas abiertas sobre el sistema biointensivo.
Análisis estadístico. Se realizó un análisis descriptivo de las variables establecidas en la investigación utilizando el procedimiento del programa SPSS versión 15.0.1 (SPSS Institute, 2006). Para lo cual, primeramente se elaboró una base de datos de la información obtenida en campo en el programa antes mencionado.
La media de integrantes por familia, es de 3.8 personas, en el Municipio de Españita, Tlaxcala fue de 4.8, a nivel estatal fue de 4.2 y a nivel nacional de 3.9. En cuanto a la media de integrantes que se encontró (3.8), se aproxima al reportado a nivel municipal por dicho instituto. En el Cuadro 1 se muestra la estructura familiar encontrada, misma que indica una predominancia de los hogares nucleares.
Cuadro 1 Especies vegetales encontradas en las camas biointensivas del Municipio de Españita, Tlaxcala (2013).

Más de 92% de las jefas de familia, administradoras de la unidad de producción familiar, eran mujeres, con una edad promedio de 48 años. Así como también se encargaban fundamentalmente del trabajo doméstico (más de 55.6% de los casos), aunque también desarrollaban tareas generadoras de ingresos, como empleada en labores domésticas. En las familias entrevistadas había, en conjunto, 129 hijos (72 mujeres y 57 varones); 66% de ellos tenían 29 años o menos, dato relevante para estimar la demanda de empleo a futuro que habrá en la región.
El índice de alfabetismo es alto, sin contar a los niños(as) menores de 5 años que aún no asistían a la escuela: más de 96% de las personas sabían leer y escribir. No obstante, 58% de los jóvenes de entre 16 y 22 años no continuaba estudiando. De las personas entrevistadas solo una persona contesto no saber leer y escribir.
El grado máximo de estudios de la jefa (46.7%) y jefe de familia (34.1%) corresponde a primaria incompleta. Es decir, la mayoría de los jefes de familia no han concluido la educación básica; sin embargo, en los hijos(as) el nivel máximo de estudios es la preparatoria completa (17.6%) y el nivel bajo de estudios en los hijos(as) es que se encuentra estudiando primaria (26.1%). La media de los años de experiencia de las personas entrevistadas en las actividades relacionadas con el sistema biointensivo es de 5.6 años. Hechos que reflejan amplia experiencia en las actividades relacionadas con la producción de hortalizas en camas biointensivas.
Entre los jefes de familia entrevistados 56.1% se dedican a la agricultura como actividad principal; los demás desarrollaban tareas extra finca para poder sostener a sus familias; 4.4% se desempeñaba en tareas tales como las artesanías, chofer, venta de lámina, promotor o carpintero. Los hijos e hijas también trabajaban dentro y fuera de la unidad de producción familiar para contribuir a la obtención de ingresos.
Las razones que las familias en estudio tomaron en cuenta para participar en la producción de hortalizas en camas biointensivas fue principalmente para tener que comer (24.4%). El número de familias que participan en las labores de producción de las camas biointensivas fue de solo una familia (97.8%) así como también coincidió que el número de huertos con los que cuentan las familias fue de solo uno (91.1%).
Características de las camas biointensivas. El número de camas con las que cuentan las familias de estudio fue de tres camas por familia (33.3%). Respecto a las medidas que cuenta cada familia de superficie de las camas biointensivas con 55.6% son de 1 m de ancho hasta 6 m de largo, con 2.2% le corresponde con 50 cm de ancho por 1.50 cm de largo y de 60 cm de ancho por 4 m de largo, la tenencia de la tierra es pequeña propiedad en su totalidad. La disponibilidad de superficie tan pequeña de tierra, se debe a la repartición de herencia que por generaciones se ha dado y a los principios teóricos del sistema biointensivo (Palma, 2002).
En lo que se refiere a la infraestructura y herramientas, los datos proyectan que solo 15.6% se encuentran las camas biointensivas dentro de un invernadero, 84.4% se encuentran a la intemperie. En cuanto a herramientas, cuentan con pala, rastrillo, bieldo y carretilla (37.8%), las cuales emplean principalmente en la elaboración de las camas biointensivas. Esto significa que las familias no cuentan con los recursos económicos suficientes para adquirir un invernadero o no han accedido a subsidios de algún programa gubernamental. Para adquirir los insumos suficientes para la producción de sus hortalizas en camas biointensivas tienen como limitante la poca credibilidad y desinterés de las autoridades encargadas del desarrollo social sustentable esto debido a intereses principalmente económicos de la globalización, que no lo hace redituable (López, 2010).
Las características de la siembra de las distintas hortalizas presentes en las camas biointensivas se presentan en la Figura 2.
En las camas biointensivas ubicadas en los huertos familiares del municipio de Españita, Tlaxcala, la mayor superficie de las camas biointensivas es cultivada con hortalizas, solo una pequeña superficie es para especies medicinales y ornamentales principalmente. En el Cuadro 1, se observan las especies vegetales encontradas; de acuerdo a la parte comestible, las especies vegetales se clasifican en frutos, hojas, tallos, flores y raíces (Olivares, 2012). Se encontraron en promedio (13.3%) siete especies diferentes las cuales son: acelga, zanahoria, calabacita, rábano, cilantro, jitomate y coliflor. Sin embargo, existe una amplia gama de hortalizas cultivadas bajo el sistema biointensivo.
El diseño en la siembra de las diferentes hortalizas que se muestran en la Figura 2 es muy diversa dependiendo de las necesidades de las familias de estudio y del espacio con que cuentan en la cama biointensiva; sin embargo, en promedio el número de plantas presentes en la Figura 2, corresponde a lo encontrado en el momento de la investigación, por lo que a continuación se muestra en el Cuadro 2. Las principales hortalizas y número de plantas que se localizaron en el momento de la investigación.
Cuadro 2 Promedio de número de hortalizas principales en una cama biointensiva en el Municipio de Españita, Tlaxcala. (2013).

Respecto al cercado de las camas biointensivas, 91.1% de las familias las tienen protegidas para evitar posibles daños a sus hortalizas por el ataque de animales, ello sugiere la importancia que las familias otorgan a la protección de sus hortalizas para su crecimiento y desarrollo. La orientación de la protección, es cubrir el perímetro que ocupa la superficie de las camas biointensivas sembradas principalmente de hortalizas, con la finalidad de asegurar la producción (Jiménez, 2007). Los materiales utilizados para cercar el área son en orden de importancia la malla metálica, plásticos y costales.
Para sembrar o realizar actividades en los cultivos, los productores utilizan un calendario que han construido de acuerdo a su experiencia y conocimiento. Se guían por las estaciones del año, la época de lluvias, la temporada de calor, época de frío y el estado del tiempo. Así saben que cultivos sembrar de acuerdo a la época del año. En forma general, las practicas tecnológicas que utilizan para llevar a cabo el proceso de producción consiste en la preparación del terreno con la finalidad de tener un suelo poroso esta actividad se lleva a cabo primeramente delimitando el área de la camas posteriormente se realiza la doble excavación, la cual permite la entrada de aire al suelo, con lo que ayudamos a que la vida se desarrolle mejor y se retenga más agua para las plantas. Esta práctica consiste en cavar aproximadamente 60 cm de profundidad e incorporar materia orgánica en el orificio perforado, En los siguientes 30 ó 40 cm, excavar otra zanja, y con la tierra de esta segunda zanja tapar la primera. se continua en línea recta con el mismo procedimiento antes mencionado hasta terminar con el largo de la cama (Jeavons, 2007).
La siembra cercana significa que las plantas se siembran a una distancia menor a la que la agricultura comercial y tradicional recomienda, así se aprovecha mejor el espacio. Se siembra a “tresbolillo” en forma de hexágono, de manera que la distancia entre planta y planta sea siempre la misma; esta varía según el tipo y variedad de planta. El 88.9% siembra sus hortalizas de forma directa y solo 11.1% es en almacigo. Así como también afirman que cada que cosechan alguna hortaliza vuelven a sembrar otra en el mismo lugar (100%) solo que de diferente especie a la cosechada, por lo que con ello se cumple uno de los principios fundamentales del método biointensivo. Los principios fundamentales, son los siguientes: doble excavación, uso de composta, siembra cercana, asociación y rotación de cultivos, uso de semillas de polinización abierta, cultivo para la producción de composta y generación de carbono y calorías, cuidado integral (Flores, 2005).
Los riegos son de forma manual, igualmente que la siembra, deshierbe, fertilización, manejo de plagas y enfermedades. Esta práctica la realizan cada tercer día (66.7%) en promedio 77.8% la adquieren del agua potable de su casa y el recipiente de apoyo es con un bote de chiles envinagres el cual cuenta con orificios.
La fertilización de sus hortalizas en camas biointensivas es a base de compostas orgánicas y el control de plagas y enfermedades es con apoyo de productos naturales, estas prácticas de producción son con apoyo del CES, ya que imparten talleres a base de productos naturales y de los cuales se cuenta en la región, con el fin de no continuar dañando el medio ambiente y a los hombres y mujeres.
La mayoría de los productores no cuentan con sistema de riego tecnificado para sus hortalizas, solo se ubicaron dos familias que cuentan con sistema de riego por cintilla; riegan en forma manual, acarrean el agua desde la fuente de almacenamiento hacia los cultivos en camas biointensivas. Algunas personas comentaron que reutilizan el agua que ocupan para las labores del hogar, tales como: lavado de ropa y trastes para regar las hortalizas.
En términos de reciclaje de nutrientes, lo anterior significa que al emplear los estiércoles de los animales de traspatio como abono para la producción de hortalizas en camas biointensivas, los productores incorporan practicas agroecológicas, contribuyendo a aumentar los niveles de nutrientes y materia orgánica en el suelo y a disminuir los problemas de algunas malezas, plagas y enfermedades. También se contribuye a reducir la erosión del suelo (García, 2008).
El control de plagas y enfermedades es otra práctica agrícola importante para obtener excelente calidad y cantidad en la producción (Dopazo, 2010). En la producción de hortalizas en camas biointensivas de Españita, Tlaxcala, se encontró que 64.4% ataca estos problemas con productos biológicos con el apoyo del C. E. S. mediante la impartición de talleres, en donde utilizan productos como: ajo, agua con jabón, cebolla, hierbabuena, manzanilla, etc.
Conclusiones
Las camas biointensivas del municipio de Españita, Tlaxcala, está integrado por cuatro componentes: agrícola, agua, infraestructura y herramientas. La superficie total del área con la que cuentan las camas biointensivas está asociada a la superficie total del huerto familiar. Por lo que a mayor superficie disponible en el huerto familiar, mayor disposición de superficie para el cultivo de hortalizas en camas biointensivas. Las características de los componentes estructurales como el cercado del área de las camas biointensivas, el uso de invernadero y el uso de materiales locales como madera, malla, palos o marañas de algunos árboles presentes en las comunidades, plásticos, costales y tabique para construir la protección de las camas biointensivas, permiten que las familias de estudio cultiven diversas especies vegetales.
Las camas biointensivas representan importancia ecológica debido a que las familias de estudio en el proceso de producción de las hortalizas llevan a cabo las prácticas y principios que requiere el sistema biointensivo, ya que incluyen prácticas que ayudan a conservar los recursos naturales, como: la selección de semillas de las hortalizas cosechadas de las camas biointensivas (82.2%), el uso de abonos orgánicos (95.6%) contribuyendo de esta manera a mejorar la calidad del suelo ayudando a reducir la erosión y aumentando la fertilidad, empleo de productos biológicos (64.4%) para el control de plagas y enfermedades.
Las camas biointensivas que han desarrollado las familias de estudio de Españita, Tlaxcala, es importante social, económica y ecológicamente. Aun sin la intervención de apoyos gubernamentales del estado, las familias realizan acciones en las camas biointensivas para contribuir a su reproducción social, a reducir la pobreza e inseguridad alimentaria.