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Journal of behavior, health & social issues (México)
versión impresa ISSN 2007-0780
J. behav. health soc. ISSUES vol.4 no.1 Cuernavaca may./oct. 2012
https://doi.org/10.5460/jbhsi.v4.1.32968
Artículos empíricos
Correlación entre religiosidad, aprendizaje social y abuso de alcohol en estudiantes de dos universidades particulares de la Ciudad de México
Correlation between religiosity, social learning and alcohol abuse in students from two private universities from Mexico City
Marco Antonio Pulido-Rull, María Fernanda de Alba-Sánchez-Losada, Rodrigo Cárcamo-Sierra, Montserrat Ledesma-Gómez, Jassel Viridiana Reyes-Contreras y María del Rocío Vargas-Toledo
Universidad Intercontinental, Observatorio de Salud Universitaria. Ciudad de México, D. F., México.
Recibido: Diciembre 6, 2011.
Revisado: Febrero 23, 2012.
Aprobado: Marzo 30, 2012.
Resumen
El estudio tuvo por objetivo evaluar el efecto de la religiosidad y el uso y abuso de alcohol de padres y amigos, sobre el consumo de esta sustancia en estudiantes de dos universidades particulares de la Ciudad de México. Una muestra no probabilística de 983 estudiantes contestó una escala de religiosidad, y otra sobre la ingesta de alcohol de sus padres, amigos y de ellos mismos. Los resultados mostraron correlaciones directas y significativas entre el consumo de los amigos, los padres, y el consumo de los estudiantes. Los coeficientes de correlación entre religiosidad y consumo de alcohol por los estudiantes fueron negativos, muy débiles y no alcanzaron niveles de significancia estadística. Por otro lado las correlaciones entre el consumo de alcohol de los padres y sobretodo de los amigos mantienen correlaciones directas y estadísticamente significativas con el consumo de alcohol del estudiante. Los resultados del análisis de correlación son similares en las dos universidades muestreadas. Comparaciones entre las dos universidades muestran diferencias significativas entre ambas, en cuanto al nivel de religiosidad y el consumo de alcohol, siendo mayores los puntajes promedio de religiosidad y de consumo de alcohol en la muestra poniente. Una comparación entre sexos mostró mayor consumo en los estudiantes de sexo masculino. Los resultados sugieren que un programa preventivo para las instituciones en cuestión, no debería centrarse exclusivamente en el desarrollo espiritual de los estudiantes. En cambio debería centrarse en el desarrollo de habilidades que le permitan al estudiante resistir la presión para el consumo, de amigos y padres. El programa en cuestión, también debería diseñarse con una perspectiva de género.
Palabras clave: Religiosidad, aprendizaje social, uso y abuso de alcohol, estudiantes universitarios.
Abstract
This study assessed the effects of religiosity, use and abuse of alcohol by parents and peers, on alcohol consumption by college students from two private universities from México City. A non probabilistic sample of 983 students answered a religiosity scale and another scale regarding use and abuse of alcohol by parents, peers and themselves. Results showed direct and significant correlations between alcohol consumption by parents and peers, and alcohol consumption by the students. The correlation coefficients between religiosity and alcohol consumption of the students were negative, very weak and did not attain statistical significance. Correlation coefficients between alcohol use by parents, and peers and alcohol consumption by students, were direct, comparably higher and attained statistical significance. Correlation coefficients were very similar in both sampled universities. Comparisons between both universities showed that religiosity and alcohol consumption differed amongst them, both variables were higher in the west sample. A sex based comparison showed the alcohol consumption differed between sexes; alcohol consumption was higher in male students. Results showed that the development of a prevention strategy should not focus exclusively on spiritual development, instead, it should center on developing abilities to resist peer and parent pressures towards alcohol consumption. A prevention strategy should also be gender oriented.
Key words: Religiosity, social learning, alcohol use and abuse, college students.
INTRODUCCIÓN
Múltiples estudios sugieren que el consumo de alcohol, en estudiantes universitarios, tanto en México (Díaz, 2008; Medina-Mora, 2007) como en otros países (CICAD, 2012; Johnston et al., 2009; Turrisi et al., 2006; Wechsler et al 2000) es frecuente e inmoderado. Una encuesta nacional conducida en los Estados Unidos, por Wechsler y colaboradores en 2000, mostró que el 80.7% de los estudiantes encuestados, habían consumido alcohol durante los 30 días previos a la encuesta; 44.4% de los estudiantes aceptaron haber consumido hasta emborracharse (23% aceptó emborracharse de manera habitual). En México, la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2002 sugiere que el 52.5% de los hombres entre 18 y 29 años de edad consumieron alcohol en los últimos 30 días (el porcentaje más elevado entre la población). Al comparar los resultados con la ENA realizada en 1988, se puede observar que el pico máximo de consumo ha cambiado, gradualmente, (inicialmente el consumo más alto se encontraba en el rango entre los 30 y 49 años).
Las grandes tendencias poblacionales, han sido confirmadas por estudios con muestras más pequeñas. Por ejemplo, Pulido y colaboradores (2002, 2003, 2010) han encontrado que el consumo de alcohol en una universidad privada de la Ciudad de México aumentó de manera consistente y significativa a lo largo de tres cortes transversales (68.2%, 68.6% y 81.4% de los estudiantes, aceptaron haber consumido alcohol en los últimos 30 días). La tendencia se mantuvo cuando la pregunta que se planteó, fue si el sujeto había consumido alcohol hasta emborracharse en los últimos 30 días (pasó de 18.4% en 2000 a 28.2% en 2010).
Confrontados por esta situación, diversos investigadores (véase por ejemplo Jeynes, 2006; Mora-Ríos & Natera, 2001), han buscado identificar variables que disminuyan el consumo de alcohol en universitarios. Una variable que ha demostrado mantener una relación inversa con el consumo y abuso de alcohol en universitarios es la ''religiosidad'' (véase por ejemplo: Cochran, Beeghley & Bock, 1988; Francis, 1997). De hecho, los efectos disuasivos de la religiosidad, sobre el uso y el abuso del alcohol, parecen verdaderamente sorprendentes en algunos estudios. Wells (2010) comparó muestras de universidades laicas y religiosas en cuanto a consumo de alcohol. Adicionalmente aplicó a los estudiantes la Escala de Religiosidad de Rohrbaugh y Jessor, (1975). Los resultados de Wells, mostraron que los estudiantes que asisten a universidades laicas tienen una probabilidad cuatro veces mayor, que los que asisten a universidad religiosas, de consumir alcohol de manera moderada o intensa. Complementariamente, aquellos estudiantes que obtuvieron las calificaciones más bajas en la escala de religiosidad, tuvieron una probabilidad 27 veces mayor de presentar un consumo intenso, en comparación con los estudiantes que tuvieron las calificaciones más altas. Burkett (1993), así como Wallace et al. (2003), han reportado resultados similares a los de Wells.
Otra variable que ha sido identificada como importante para el consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes es el aprendizaje social (véase por ejemplo Jung, 1994; Petratis, Flay & Miller, 1995). Específicamente el consumo de alcohol por parte de padres y amigos ha demostrado ser una variable estrechamente asociada al consumo de los jóvenes (Baer & Bray, 1999; Perkins, 2002; Scheier, Botvin & Baker, 1997). En un estudio representativo, Yeh (2006) aplicó un cuestionario a 779 estudiantes de una preparatoria de Taiwán. En el cuestionario se evaluaba el consumo del estudiante, de sus amigos y de sus padres. Los resultados mostraron que aquellos estudiantes cuyos padres consumían alcohol de manera habitual, tenían una probabilidad 4 veces mayor de desarrollar problemas de consumo de alcohol durante la adolescencia, que estudiantes cuyos padres no consumen alcohol. De igual manera, aquellos estudiantes cuyos amigos consumían alcohol de manera habitual, tenían una probabilidad casi 3 veces mayor (2.89) de desarrollar un problema de consumo de alcohol durante la adolescencia.
Por lo tanto, un objetivo del presente estudio es evaluar si la religiosidad de los alumnos, es una variable que se relaciona con el uso y abuso de alcohol en dos universidades privadas de la Ciudad de México (con la finalidad de ganar en claridad, y evitar confusiones, en el presente trabajo se usarán indistintamente los términos abuso de alcohol, intoxicación por alcohol, y borrachera). Adicionalmente, dado que la literatura del área sugiere que el consumo de padres y amigos se relaciona de manera estrecha con el consumo de los jóvenes, un segundo objetivo, será el de evaluar el efecto de dicho consumo sobre el consumo de alcohol en los estudiantes de las universidades de interés. Se espera que la correlación entre la religiosidad y el consumo de alcohol será inversa; se adelanta igualmente que la correlación entre el consumo de alcohol de padres y amigos, mantendrá una correlación directa con el consumo del individuo. Evaluar estas suposiciones resulta relevante, dado que, hasta donde los autores saben, no existen antecedentes de investigaciones semejantes en México.
MÉTODO
Participantes
Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico en dos diferentes universidades particulares de la Ciudad de México. El muestreo fue no probabilístico debido a la imposibilidad de obtener listados completos de los alumnos de las dos instituciones. Ambas universidades están claramente asociadas a congregaciones religiosas. La primera que será denominada en este trabajo ''muestra sur,'' se encuentra afiliada a una congregación ''Guadalupana;'' la segunda, que será denominada en este trabajo ''muestra poniente,'' se encuentra afiliada a una congregación ''Jesuita.'' Las dos universidades se describen en su documentación oficial (y de difusión) como ''universidades de inspiración cristiana.'' Ambas contemplan en su plan de estudios asignaturas relacionadas con la formación espiritual, presentan una o más capillas dentro de sus instalaciones y en general conceptualizan su misión educativa y social como fundamentalmente religiosa.
La muestra sur estuvo constituida por 402 estudiantes, y fue predominantemente masculina 62,68%. La edad promedio fue de 21.03 años con una desviación estándar de 2.49 años. Predominaron los estudiantes de cuarto semestre (31.09%), sexto semestre (18.65%) y octavo semestre (15.42%). Los estudiantes vivían en un alto porcentaje con sus padres (92.78%).
La muestra poniente estuvo constituida por 581 estudiantes, fue predominantemente masculina (51.46%) y la edad promedio fue de 21.99 años con una desviación estándar de 3.13 años. Predominaron los estudiantes de octavo semestre (15.14%), cuarto semestre (13.59%), y primer semestre (11.53%). Los estudiantes vivían en un alto porcentaje con sus padres (79.51%).
Dado que se usó un muestreo no probabilístico y que no fue posible balancear las muestras con base en variables demográficas relevantes (tales como sexo, edad y semestre), el presente estudio debe considerarse como preliminar. El presente estudio también puede clasificarse como transversal, entre grupos y correlacional.
Aparatos y materiales
Se usaron en el estudio dos instrumentos auto aplicados, tipo lápiz y papel, para medir las variables de interés (los instrumentos se presentan en el Apéndice 1 para que el lector los pueda conocer). Se procedió de esta forma, dado que es la más habitual en la conducción de investigaciones epidemiológicas en adicciones (véase Berruecos et al., 1994). La religiosidad del sujeto se midió a través de una escala de seis preguntas, cada pregunta tenía cuatro posibles opciones de respuesta (totalmente de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo, totalmente en desacuerdo). La religiosidad de un individuo, ha sido definida por Hill (2005) como un constructo relativamente abreviado de la experiencia espiritual del individuo, incluyendo básicamente dos componentes: a) funcional o conductual: se refiere a conductas específicas que sugieren que el sujeto comulga con un paradigma religioso particular, b) disposicional: se refiere a la profundidad con la que el sujeto ''abraza'' o ''simpatiza'' con los supuestos básicos de una doctrina religiosa particular. Por lo tanto, las preguntas se construyeron para identificar en el sujeto conductas asociadas al comportamiento religioso (por ejemplo: ¿Asistes a ritos o festividades relacionados con tu religión?; acudo por consejo espiritual al templo). También se incluyeron preguntas orientadas a evaluar el grado de identificación del sujeto con su práctica religiosa (por ejemplo: tengo una plena convicción con las ideas que pregona mi religión; practico mi religión por convicción propia). La validez de constructo del cuestionario se evaluó mediante un análisis de extracción de factores con rotación varimax. Los resultados mostraron que la escala se divide en tres factores diferentes con valores Eigen superiores a uno y que en total explican el 43.72% de la varianza (véase por ejemplo Field, 2005). El análisis mostró que los seis reactivos presentan cargas factoriales superiores a .400, en al menos uno de los factores. El agrupamiento, sin embargo mostró que cuatro de los reactivos se agrupan en el primer factor y otros dos reactivos se agrupan en dos factores adicionales (por lo que es posible que, en realidad un solución unidimensional, describa mejor el comportamiento de la escala, y lo cual coincide con los resultados de otros estudios similares (véase por ejemplo Gorsuch, 1984 para una revisión). En vista de lo anterior, se exploró también una solución de un solo factor, misma que obtuvo un valor significativo para la prueba de esfericidad de Bartlett (X 2(15)= 3110.55, p =.000) y explicó el 64.086% de la varianza. Todos los reactivos mostraron cargas factoriales superiores a 0.400 (de hecho el reactivo más bajo, presentó una carga factorial de .543).
La consistencia interna del instrumento, calculada mediante alfa de Cronbach mostró un valor aceptable de 0.848, las correlaciones entre los reactivos individuales y el instrumento fueron todas positivas y superiores a 0.432.
Con la finalidad de evaluar consumo de alcohol en el sujeto, los padres y los pares, se utilizó otra escala de seis preguntas con seis opciones cada una (diario, 3 ó 4 veces por semana, 1 ó 2 veces por semana, algunas veces al mes, algunas veces al año y nunca). La escala planteaba al sujeto dos preguntas básica: 1) ¿Con qué frecuencia consumes alcohol? y 2) ¿Con qué frecuencia te emborrachas? Las mismas preguntas se planteaban para los padres del estudiante y para los amigos del estudiante (obviamente desde la perspectiva del alumno, no se encuestó a amigos o padres por separado). La confiabilidad de la escala se evaluó mediante alfa de Cronbach, misma que arrojó un valor de 0.738. Los reactivos fueron tomados del cuestionario SAEU (Pulido et al., 2002, 2002 y 2010), instrumento cuyas propiedades psicométricas han sido ya descritas en trabajos anteriores. Los autores reconocen que los análisis factoriales exploratorios llevados a cabo, permiten conocer la distribución de los reactivos en los diversos factores encontrados, pero que no son pruebas de hipótesis.
Una urna de cartón, construida a partir de una caja para transportar papel fue forrada y adaptada para recibir los cuestionarios.
Procedimiento
Los cuestionarios fueron aplicados en los grupos naturales de los estudiantes durante los meses de febrero y marzo de 2011. En concordancia con lo establecido por la Sociedad Mexicana de Psicología (2002) se aplicaron únicamente en aquellos salones en los cuales el docente y los alumnos aceptaron participar en el estudio. Se respetó el derecho de los estudiantes de abandonar el estudio en cualquier momento. Las instrucciones textuales que recibieron los docentes y estudiantes fueron las siguientes:
''Buenos días, estamos haciendo una investigación acerca de consumo de alcohol en estudiantes universitarios. Les queremos pedir que lean las preguntas del cuestionario que les vamos a entregar y las contesten de acuerdo a su propia experiencia y de la manera más honesta posible. Si tiene cualquier duda, por favor levanten la mano. Los resultados de esta investigación se usarán únicamente con fines de investigación y serán totalmente anónimos. Por favor doblen el cuestionario cuando terminen de contestar y deposítenlo en la urna de cartón que se encuentra al frente del salón. Por favor escriban de manera legible y no dejen preguntas sin contestar. Gracias por contestar de manera individual.''
El aplicador permaneció en el salón para supervisar la aplicación y contestar las preguntas de los estudiantes y de los docentes. A lo largo de la investigación, solamente tres alumnos rehusaron contestar el cuestionario, en estos casos, se les recogió el material y se les agradeció por su tiempo. La aplicación rara vez excedió de 10 minutos. Todos los aplicadores asistieron a un curso de una hora en el cual se acordaron los criterios de aplicación de cuestionarios y se estandarizaron las instrucciones que recibirían los estudiantes.
Los datos se analizaron usando el coeficiente de correlación de Pearson, para determinar el nivel de asociación entre las variables de interés. Al tratarse de un estudio eminentemente correlacional, no pueden inferirse relaciones de causa efecto entre las variables. Posteriormente se graficaron los promedios de religiosidad y consumo de alcohol y se compararon estadísticamente por universidad y por sexo usando una prueba t de Student para muestras independientes. Para aquellas variables con más de dos valores (con quién vive el sujeto se usó como factor, religiosidad y consumo de alcohol se emplearon como variables dependientes), se empleó un Análisis de Varianza de un factor. Una vez calculado el ANOVA, se empleó la prueba post-hoc de Scheffé, para determinar las parejas de grupos que diferían entre sí.
RESULTADOS
El dato de mayor interés para este estudio fue la correlación entre los puntajes obtenidos en la escala de religiosidad y la frecuencia de uso y abuso de alcohol por parte del estudiante. Del mismo modo, las correlaciones entre el consumo del estudiante y el consumo de padres y pares es de relevancia para los objetivos de la investigación. La Tabla 1 presenta el coeficiente de correlación de Pearson entre las variables de interés para las dos universidades. Las columnas muestran el consumo de alcohol del estudiante, las hileras el consumo de pares, padres y religiosidad. Para cada correlación se muestra el valor del coeficiente (r), la cantidad de sujetos (n) y la significancia estadística del coeficiente (p).
Como se puede observar en la Tabla 1, las correlaciones más altas fueron aquellas entre el consumo y abuso de alcohol de los estudiantes y el consumo y abuso de alcohol de sus amigos. Todas las correlaciones fueron directas y significativas. Les siguen en magnitud las correlaciones entre consumo y abuso de los estudiantes y el consumo y abuso de los padres. De nueva cuenta, todas las correlaciones son directas y alcanzaron niveles de significancia estadística. Las correlaciones entre el consumo y abuso de alcohol de los alumnos y la religiosidad fueron las más bajas de la tabla. Estas últimas correlaciones fueron negativas, solamente la correlación entre el consumo del estudiante y la religiosidad fue estadísticamente significativa.
La Tabla 2 muestra los coeficientes de correlación de Pearson, entre las variables de interés, para la muestra sur. La organización de la Tabla 2 es la misma usada en la primera tabla.
En general, la Tabla 2 confirma la tendencia global presentada en la primera tabla, es decir, las correlaciones más altas son aquellas entre el comportamiento del estudiante y el de sus amigos; le siguen en magnitud las correlaciones entre el comportamiento del estudiante y el comportamiento de sus padres. En ambos casos las correlaciones son positivas y significativas. Las correlaciones entre el comportamiento del estudiante y la religiosidad, son negativas y solamente alcanzan niveles de significancia estadística para consumo.
La Tabla 3 muestra los coeficientes de correlación de Pearson, entre las variables de interés, para la muestra poniente. La organización de la Tabla 3 es idéntica a las tablas anteriores.
En general, los datos de la muestra poniente son muy similares a los obtenidos de manera global y a los obtenidos en la muestra sur. Es decir las correlaciones más altas son aquellas entre el comportamiento del estudiante y el de sus amigos. Siguen en magnitud las correlaciones entre el comportamiento del estudiante y el comportamiento de los padres. En ambos casos las correlaciones son positivas y significativas. Las correlaciones entre el comportamiento del estudiante y la religiosidad son inversas y no alcanzan niveles de significancia estadística ni para consumo ni para abuso de alcohol.
La Figura 1, compara a la muestra sur (gris) con la muestra poniente (negro), en cuanto a las variables evaluadas en este estudio, religiosidad (R) consumo del estudiante (CE), borracheras (es decir abuso de alcohol) del estudiante (BE), consumo del padre (CP), borracheras del padre (BP), consumo de los amigos (CA) y borracheras de los amigos (BA). La ordenada muestra el puntaje obtenido, la abscisa muestra las variables. Tómese en cuenta que la escala de religiosidad oscila entre 0 y 3 (donde 0 es totalmente en desacuerdo y 3 totalmente de acuerdo, 1 y 2 son valores intermedios). Por otro lado las escalas de consumo de alcohol, tienen valores que oscilan entre (0 y 5 donde, por ejemplo, un cero significa que el estudiante nunca se emborracha y un 5 implica que el estudiante se emborracha diario o casi diario). Por este motivo, en la figura se muestran, separados por una línea punteada, los datos de religión y los datos de consumo.
Como se puede observar en la Figura 1, la muestra poniente presenta un promedio de religiosidad más alto que la muestra sur; presenta igualmente promedios más altos de consumo para los estudiantes, los padres de los estudiantes y los amigos de los estudiantes. De hecho, salvo en lo relativo al consumo de los padres, todas las comparaciones entre muestras son estadísticamente significativas, de acuerdo con un prueba t para muestras independientes. En cuanto a religiosidad, se encontraron diferencias significativas t (949)=4.416, p. <.001; para consumo de alcohol del estudiantes t (982)= 4.283, p.<.001, para emborracharse estudiantes t (978)=6.805, p <.001; para consumo padres t (980)=1.545, p.=.123; para emborracharse padres t (974)=3.705, p.<.001; para consumo amigos t (971)=2.096, p.=.036; para emborracharse amigos t (970)=5.108, p <.001. Los promedios de consumo son consistentemente mayores que los de intoxicación; complementariamente, los promedios de consumo e intoxicación son más altos en los estudiantes y sus amigos que en los padres.
La Figura 2 muestra la misma organización que la primera, la única diferencia es que en la segunda figura se hace un comparativo global (para las dos universidades) por sexo. De nueva cuenta se utilizó una prueba t de Student para identificar diferencias estadísticamente significativas.
La Figura 2 muestra un promedio de religiosidad mayor para las mujeres que para los hombres, sin embargo la diferencia no alcanza niveles de significancia estadística (t(945)=1.635, p.=.286). En cuanto al promedio de consumo e intoxicación de los estudiantes, se observan puntajes más altos para los hombres, y las diferencias son significativas (t(978)=3.555, p.<.001), (t(974)=4.255, p<.001). El promedio de consumo e intoxicación percibido de los padres, también es superior en los hombres, (t(976)=1.74, p.=.082), sin embargo solamente alcanza niveles de significancia estadística para intoxicación (t(970)=3.372, p.=.001). El promedio de consumo e intoxicación de los amigos es mayor para los hombres, y las diferencias alcanzan niveles de significancia estadística (t(967)=2.919, p.=.004), (t(966)=3.801, p<.001). Los promedios de consumo son consistentemente superiores a los de intoxicación; complementariamente, los promedios de consumo e intoxicación son más altos en los estudiantes y sus amigos que en los padres.
Con la finalidad de determinar si la residencia (es decir, con quién vive el estudiante) está asociada con niveles de consumo de alcohol y de abuso del alcohol diferentes entre sí, se llevaron a cabo análisis de varianza de un factor para cada variable. En los dos análisis, los estudiantes que viven con amigos son los que más consumen, sin embargo, la tendencia solamente fue significativa para intoxicación por alcohol (F(3/964)=1.779, p=.150), (F(3/960)=6.185, p<.001). Una prueba post hoc de Scheffé mostró que los estudiantes que viven con la familia se emborrachan significativamente menos que los que viven con sus amigos p.=.001). También se llevó a cabo un análisis de varianza de un factor para determinar si la residencia de los estudiantes tiene un efecto sobre su religiosidad. Aunque los promedios de religiosidad fueron más altos en estudiantes que viven solos, la tendencia no alcanzó niveles de significancia estadística (f(3/933)=2.185, p.=.088).
La Tabla 4 muestra un análisis por cuartiles global, para la religiosidad, el consumo de alcohol de los estudiantes y la intoxicación por alcohol de los estudiantes. Los cuartiles se ofrecen al lector para que pueda valorar con mayor precisión las gráficas del trabajo. Como se puede observar en la tabla, valores superiores a 2.0 en la escala de religiosidad son raros (25% superior); igualmente raros son puntajes de consumo o intoxicación alcohólica de 3.0.
En el Apéndice 2 se presentan las medias y desviaciones estándar de las variables de interés por universidad y sexo (H=hombre y M=mujer) respectivamente.
Discusión
Los resultados del presente estudio verifican parcialmente las suposiciones planteadas. Por un lado, la literatura del área, sugiere que en los Estados Unidos la religiosidad correlaciona de manera inversa con el consumo de alcohol y la intoxicación alcohólica. Los resultados del presente estudio, arrojan correlaciones negativas entre las variables en cuestión, sin embargo la magnitud de dichas correlaciones es sumamente baja y no alcanza significancia estadística de manera global (aunque alcanza significancia estadística para consumo en la muestra sur). Por otro lado, los resultados del presente estudio presentan correlaciones positivas, sustancialmente más altas (y significativas en la mayor parte) entre el consumo e intoxicación del estudiante y la ingesta e intoxicación de los amigos y de los padres (especialmente en el caso de las correlaciones obtenidas con los amigos). En síntesis, en las universidades estudiadas, las variables relacionadas con el aprendizaje social correlacionan con uso y abuso de alcohol, de manera más estrecha que las relacionadas con el comportamiento religioso. La relativa trivialidad de la religiosidad como variable ''protectora'' del uso y abuso del alcohol, se aprecia al comparar las variables entre las dos universidades. Es decir, aunque la universidad poniente presenta los valores más altos de religiosidad (y la diferencia entre las calificaciones es significativa), el consumo del alcohol, es significativamente más alto en la muestra poniente que en la muestra sur. En apoyo a la conclusión general de este estudio, los promedios de uso y abuso de alcohol, por parte de padres y amigos, son más altos en la muestra poniente que en la muestra sur.
Un hallazgo bien documentado en las dos universidades estudiadas (Pulido et al. 2000, 2002 y 2010, y también en la ENA), es el de que los varones consumen más alcohol que las mujeres. El hecho de que la muestra sur tenga un porcentaje de hombres sustancialmente más alto que la muestra poniente, sugiere que los resultados no pueden atribuirse a un error de muestreo. Dado que el promedio de edad de las dos universidades es muy similar (21.03 años para la muestra sur y 21.99 años para la muestra poniente), la edad tampoco parece explicar las diferencias en consumo. Por otro lado, el porcentaje de estudiantes que viven con su familia de origen es sustancialmente más alto en la muestra sur que en la poniente (92.78% > 79.51%), dado que los estudiantes que viven fuera de la familia de origen consumen más alcohol, este resultado podría explicar algunas de las diferencias entre las muestras.
La conclusión, que puede obtenerse al comparar los resultados de las dos muestras, es la de que las universidades religiosas de la Ciudad podrían diferir notablemente en cuanto a su capacidad para ''proteger'' a sus estudiantes de riesgos psicosociales (específicamente el uso y el abuso del alcohol). Se puede concluir además, que dichos factores ''protectores'', probablemente tienen menos que ver con su carácter religioso, que con el ejemplo que los padres dan a sus hijos en casa, y el que los estudiantes reciben por parte de sus amigos. Estos resultados sugieren que el único campo donde podrían efectivamente incidir, las universidades muestreadas, para inhibir el uso y el abuso del alcohol, es en el proceso de selección de estudiantes. Es decir, los datos sugieren que seleccionar estudiantes que no consumen alcohol, puede favorecer el establecimiento de vínculos con pares que no sean conducentes al uso y al abuso de esta sustancia. Esta parece la única vía de intervención, dado que los elementos religiosos que se incorporan al campus y a la currícula, aparentemente no correlacionan con el uso y el abuso del alcohol, (y los padres de los estudiantes están fuera del alcance inmediato de la institución).
En síntesis, los resultados del presente estudio concuerdan plenamente con la idea de que el aprendizaje social, específicamente el ejemplo de los padres y en particular el de los amigos, es la variable que correlaciona de manera más estrecha con el uso y abuso del alcohol en los estudiantes universitarios. Estos resultados concuerdan con los producidos por Baer y Bray (1999), Baker, (1997), Miller, (1995) Perkins, (2001) y Yeh (2006). Sin embargo, el hecho de que en el presente estudio no se haya encontrado evidencia de que la religiosidad tiene un efecto importante sobre el uso y el abuso del alcohol requiere algún tipo de explicación (sobre todo considerando los resultado positivos producidos por Burkett, 1993; Cochran, Beeghley & Bock, 1988; Francis, 1997; Wells, 2010). Una primera conclusión que se puede aventurar, tiene que ver con la forma en que se conceptualiza la educación religiosa en Estados Unidos y México, es decir, la etiqueta de ''Universidad Religiosa,'' podría tener significados diferentes en los dos países. Lo anterior no parece descabellado, sobre todo tomando en cuenta que México es un país que se ha esforzado de manera importante por garantizar que la educación sea laica (y en donde incluso en el siglo pasado, todavía el Estado libró una guerra a favor de la laicidad, véase por ejemplo Meyer, 1989). Así pues, es posible que la oportunidad de llevar a cabo una educación cabalmente religiosa, en el país, se encuentre considerablemente limitada, en comparación con la educación universitaria religiosa que se puede ofrecer en los Estados Unidos. Tal vez un análisis comparativo de la currícula y las actividades de universidades de ambos países pudiera responder esta pregunta.
Otra posible explicación de las diferencias entre los resultados de los estudios, tiene que ver con la continuidad del proceso educativo religioso en los dos países. Es decir, no se dispone de datos acerca de de si en los EU, dicho proceso sea continuo, desde la primaria (o desde ''high school''), sin embargo sí se disponen de datos acerca de los estudiantes que se inscriben en las universidades muestreadas en este estudio. En ambas, los estudiantes provienen básicamente de preparatorias y secundarias, cuyos programas de estudio son aprobados por la UNAM o la SEP (y por lo tanto son fundamentalmente laicos). Así, tal vez si en los Estados Unidos los estudiantes reciben educación religiosa, desde antes de entrar a las universidades estudiadas, los valores se encuentren más arraigados, y por lo tanto sus propiedades ''protectores'' sean más potentes. De hecho, esta conclusión se ve apoyada en cierta medida por los resultados obtenidos durante el piloteo del instrumento. Al hacerlo, se aplicaron 300 cuestionarios en estudiantes de preparatoria de una escuela religiosa (que lo es en todos sus niveles educativos: primaria, secundaria y preparatoria). Los resultados del piloteo mostraron una correlación estrecha entre el uso y abuso de alcohol de amigos, y el uso y abuso de estudiantes (r(297)=.498, p.<.001) ; de mayor interés, la correlación entre uso y abuso de alcohol, correlacionó de manera negativa y significativa con la religiosidad de estudiante (r(294)= -.267, p.<.001). Sin ser concluyente, este resultado es sugerente, y plantea la necesidad de evaluar por separado, los efectos ''protectores'' de la religiosidad en estudiantes universitarios con educación religiosa pre universitaria (y en estudiantes que no recibieron dicha educación).
Por último, diversas investigaciones han demostrado que los efectos protectores, para distintas conductas de riesgo, varían entre religiones. Por ejemplo Merrill, Folsom y Christopherson (2005) mostraron que estudiantes universitarios Católicos consumen mayores cantidades de alcohol que estudiantes Mormones. Por su parte, Ghandour, Karam y Maalouf (2009) obtuvieron resultados que sugieren que estudiantes universitarios Católicos consumen cantidades sustancialmente mayores de alcohol (y empiezan a más temprana edad) que estudiantes musulmanes. Por lo tanto, los estudiantes Católicos podrían pertenecer a un grupo de alto consumo de alcohol; quizá en estudios futuros se podría comparar el consumo de este grupo con el de estudiantes universitarios afiliados a religiones protestantes (mismas que predominan en los EU) y determinar si los patrones de consumo de ambos países, pueden explicar las diferencias encontradas en el presente estudio.
Por supuesto, los datos producidos en el presente estudio deben tomarse con reservas, debido a su carácter transversal, el reducido tamaño muestral y el uso de un muestro no probabilístico. La imposibilidad de obtener datos de una universidad laica, también es una limitación importante del presente estudio. Como ya se mencionó previamente, estudios conducidos en EU han mostrado consistentemente que universidades laicas y religiosas difieren en cuanto a consumo de alcohol (Burkett, 1993; Cochran, Beeghley & Bock, 1988; Francis, 1997; Wells, 2010). Así pues, una limitación importante del presente estudio, es la de no presentar resultados provenientes de una universidad laica.
Al conducir esta investigación, se tenía la intención de generar evidencias que ayudaran al diseño de políticas de prevención en las universidades de interés. Cualquier revisión del área revela que la prevención de conductas de riesgo en escenarios educativos es una tarea compleja (véase Rundall & Bruvold, 1988; Wilson, Gottfredson & Najaka, 2001). A pesar de lo anterior, la mayor parte de los estudios realizados sobre el tema, sugieren que existen enormes diferencias entre distintos escenarios educativos; los mismos estudios sugieren la importancia de que la prevención se base en la investigación empírica del escenario en cuestión (véase Botvin, Botvin & Ruchlin, 1998; Dusembury & Falco, 1997). Como científicos del comportamiento, hemos elegido seguir la ruta trazada por otros investigadores, específicamente la de evaluar y plantear una prevención desde los resultados empíricos obtenidos. Reconocemos que no es la única forma de proceder, sin embargo también creemos firmemente que es la única vía disponible para nosotros. Los resultados obtenidos durante el estudio no son ambiguos, establecen con claridad cuáles son las variables que correlacionan de manera estrecha con el consumo de alcohol en estudiantes de las universidades muestreadas (y cuáles no). Como científicos no podemos ignorar el dato empírico. Como hombres y mujeres de ciencia, solo podemos esperar replicaciones futuras de nuestro estudio; aceptaremos confirmaciones o refutaciones de nuestros hallazgos (y soluciones) en base a resultados obtenidos con metodologías empíricas rigurosas.
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Nota
Los autores desean agradecer a la Universidad Intercontinental y al APIEC-UIC por su apoyo para la conducción del presente estudio. También desean agradecer a Marco Antonio Pulido Benítez, por su profesional trabajo de corrección de estilo. El presente trabajo fue presentado como parte de los requisitos de titulación de los autores, bajo la dirección del primer autor.
Correspondencia:
Marco Antonio Pulido-Rull
Correo electrónico: mpulido@uic.edu.mx
Información sobre los autores:
Nombre: Marco Antonio Pulido Rull. Grados: Licenciado y Maestro en Psicología Experimental por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Adscripción: Coordinador de laboratorios de la Universidad Intercontinental y coordinador del Observatorio de Salud de la Universidad Intercontinental. Líneas de investigación: Investigación básica en animales y humanos, e investigación en Psicología de la Salud. Distinciones: Medalla Alfonso Caso por estudios de posgrado por parte de la UNAM y Decano de Investigación Aplicada en la Universidad Latinoamericana. Dirección postal: Universidad Intercontinental, Coordinación de Laboratorios. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420. Correo: Mpulido@uic.edu.mx
Nombre: María Fernanda de Alba Sánchez Losada. Grado: Licenciada en Psicología. Adscripción: Universidad Intercontinental. Línea de Investigación: Correlación entre Religiosidad, Aprendizaje Social y Abuso de Alcohol en Estudiantes de dos Universidad Particulares de la Ciudad de México. Dirección postal: Universidad Intercontinental, Observatorio de la Salud. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420. Correo: vsc_dealba@hotmail.com
Nombre: Rodrigo Cárcamo Sierra. Grado: Licenciado en Psicología, Universidad Intercontinental. Adscripción: Sanatorio Psiquiátrico del Carmen, departamento de Psicología. Líneas de investigación: 1. Religiosidad y Abuso de Alcohol en Dos Universidades Particulares de la Ciudad de México. 2. Estudio de personalidad en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en adultos. Dirección postal: Universidad Intercontinental, Observatorio de la Salud. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420. Correo: rosca64@gmail.com
Nombre: Monserrat Ledesma Gómez. Grado: Estudiante de la licenciatura en Psicología en la Universidad Intercontinental. Adscripción: Universidad Intercontinental. Línea de investigación: "El chocolate: ¿La llave para un futuro sin estrés?" que fue una investigación longitudinal sobre niveles de estrés y consumo de chocolates en los jóvenes universitarios. Dirección postal: Universidad Intercontinental, Observatorio de la Salud. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420. Correo: Ledesma_mt@hotmail.com
Nombre: Jassel Viridiana Reyes Contreras. Grado: Licenciatura en Psicología por la Universidad Intercontinental, UIC. Adscripción: Universidad Intercontinental UIC. Línea de investigación: Religiosidad y abuso de alcohol en estudiantes universitarios. Dirección Postal: Universidad Intercontinental, Coordinación de Laboratorios. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420. Correo: viris1289@gmail.com
Nombre: Vargas Toledo María del Rocío. Grado: Licenciatura en Psicología. Adscripción: Universidad Intercontinental. Línea de Investigación: Estudios correlacionales sobre religiosidad, aprendizaje social y abuso de alcohol en estudiantes universitarios. Dirección Postal: Universidad Intercontinental, Observatorio de la Salud. Insurgentes Sur 4303, Santa Úrsula Xitla, Tlalpan, México, D. F., C.P. 14420, Correo: rocio_vargast@hotmail.com