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Journal of behavior, health & social issues (México)
versión impresa ISSN 2007-0780
J. behav. health soc. ISSUES vol.3 no.2 Cuernavaca nov. 2011
https://doi.org/10.5460/jbhsi.v3.2.29915
Artículos conceptuales
Análisis crítico de los estudios que exploran la autoeficacia y bienestar vinculados al comportamiento saludable
Critical analysis of studies exploring self-efficacy and wellbeing associated to behavioral health
Karina Reyes-Jarquín*, María del Rocío Hernández-Pozo**
*Universidad Nacional Autónoma de México, Programa de Doctorado en Psicología, FES Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, México.
**Universidad Nacional Autónoma de México, Proyecto de Investigación en Aprendizaje Humano, División de Investigación y Posgrado, FES Iztacala, Tlalnepantla, Edo. de México, México.
Recibido: Septiembre 12, 2011.
Revisado: Octubre 3, 2011.
Aprobado: Octubre 21, 2011.
RESUMEN
Esta investigación tuvo como objetivo dar un panorama general de la investigación empírica latinoamericana que analiza la relación existente entre bienestar subjetivo y autoeficacia, vinculados con temas de la salud y detectar aquellos problemas que no han sido explorados desde la perspectiva de la Psicología Positiva. La muestra total fue de 14 artículos de investigación empíricos que en su título, resumen y/o palabras clave tuvieran alguna de las combinaciones de las palabras clave seleccionadas, publicados en el periodo del 2000 al 2011 y que se encontraban indizados en una base bibliométrica regional especializada en revistas latinoamericanas, de España y Portugal, Redalyc. Los resultados muestran una producción muy baja de investigación latinoamericana (104 artículos) que trata esos temas, en comparación con la producción a nivel mundial (187 033 artículos) durante el mismo periodo indizada en SCOPUS. Las condiciones de salud objeto de estudio en los artículos revisados fueron salud general, enfermedades crónicas, fibromialgia, enfermedades sexuales, salud psicológica, malestar físico, conductas saludables y conductas alimentarias anómalas. Se concluye que existe una falta impresionante de investigación empírica encaminada al estudio del bienestar, autoeficacia y salud en Latinoamérica, siendo éste un campo enorme de intervención futura para la región.
Palabras clave: Psicología Positiva, Latinoamérica, investigación empírica, autoeficacia, bienestar, salud.
ABSTRACT
The focus of this study was to provide a general glance of the status of Latin American empirical research dealing with the relationship between subjective wellbeing and self efficacy in association with health themes and to detect those problems that have not being explored from a Positive Psychology approach. The total sample consisted of 14 articles of empirical research that in their title, abstract or key words presented a combination of the selected key words, published between 2000 and 2011, and recorded at the Redalyc database which encompasses scientific production of journals from Latin America, Spain and Portugal. Results showed an extremely low rate of articles from Latin America dealing with these subjects (104), in comparison with the worldwide production indexed at SCOPUS (187033). The themes studied in those articles include: health in general, chronic diseases, fibromyalgia, sexual diseases, psychological health, physical discomfort, behavioral health and eating disorders. The study concludes that is an impressive lack of empirical research dealing with wellbeing, self efficacy and health in Latin America, and that this constitutes a very wide field for future intervention in the region.
Key words: Positive Psychology, empirical research, Latin America, self-efficacy, wellbeing, health.
INTRODUCCIÓN
Una concepción tradicionalista de la Psicología nos orienta a que los fenómenos psicológicos deben ser vistos como poco saludables o patológicos y se eliminan a través de tratamientos. Este enfoque conlleva la idea de la analogía de la enfermedad, lo cual es demostrado por el lenguaje con un sesgo médico que se ha empleado en la psicología en expresiones como: trastorno, patología, enfermedad, diagnóstico, co-morbilidad, tratamiento, paciente clínico, etc. (Maddux, 2008). El uso de este tipo de lenguaje es tan difundido que incluso genera confusiones sobre el tipo de estrategias y técnicas desde el ámbito psicológico, que se pueden ofrecer. La metodología comportamental no usa los mismos componentes que se emplean en medicina, si no que por el contrario, se basa en intervenciones individuales o grupales, que cambian el tipo de contingencias que mantienen al comportamiento que se desea modificar, es decir, en vez de erradicar una infección a través de la administración de un fármaco, lo que se hace es cambiar las relaciones de contingencia que mantienen a un comportamiento poco saludable.
Sin embargo, el surgimiento de la Psicología Positiva nos da un enfoque particular de la Psicología científica, ya que la primera tiene como objetivo investigar acerca de las fortalezas y virtudes del ser humano y los efectos que éstas tendrán en otras personas y en las sociedades donde viven. A nivel individual se dedica al estudio de la felicidad, el bienestar, el afecto positivo y las tendencias optimistas como componentes de los intercambios humanos. En el nivel social explora las virtudes ciudadanas, el esfuerzo colectivo y las instituciones que instan a los individuos a ser mejores ciudadanos: la responsabilidad, el altruismo, la civilidad, la tolerancia y el trabajo ético (Cuadra & Florenzano, 2003).
A través de una orientación de Psicología Positiva se adopta un nuevo enfoque y un nuevo lenguaje para hablar sobre el comportamiento humano. La Psicología Positiva enfatiza como uno de sus objetivos centrales, el estudio de temas como el bienestar, la satisfacción, la felicidad subjetiva, las relaciones interpersonales equitativas, la perseverancia, el talento, la sabiduría y la responsabilidad personal; tiene que ver con la comprensión de lo que vale la pena vivir y ayudar a la gente a ser más organizada y autodirigida. Una Psicología clínica que no se basa en la ideología de la enfermedad, sino en los valores, rechaza la clasificación y patologización de los seres humanos y la experiencia humana y la idea de que la comprensión de lo que es peor y más débil es más importante que comprender lo que es mejor y más fuerte (Maddux, 2008).
Las emociones positivas juegan un papel primordial en la evolución personal y en el de la sociedad, pues amplían los recursos intelectuales, físicos y sociales de los individuos, los hacen más perdurables e incrementan los recursos de los que pueden hacer uso las personas cuando se presentan amenazas u oportunidades (Fredrickson, 2001).
Por lo anterior, el enfoque de la Psicología Positiva reviste características singulares que lo distinguen de un enfoque tradicional, ya que el primero permite incluir a personas sanas, como objeto de interés psicológico, al no enfocarse solamente en las personas que padecen algún trastorno o enfermedad mental y ocuparse por promover la salud mental, prevenir los trastornos y fomentar el desempeño óptimo de los individuos y grupos. El uso de esta perspectiva positiva no requiere desechar todo lo que hasta ahora se ha investigado con la analogía de la enfermedad; es más bien una perspectiva incluyente, donde se amplía la visión de la Psicología y de sus profesionistas.
Como se mencionó anteriormente, el bienestar es uno de los aspectos a estudiar por la Psicología Positiva, y esto se refiere a lo que las personas piensan y sienten acerca de sus vidas y a las conclusiones cognitivas y afectivas a las que llegan cuando evalúan sus existencia (Cuadra & Florenzano, 2003). Aquellas personas que experimentan un alto bienestar subjetivo reportan sentirse felices y tienden a evaluar su vida de forma positiva en términos generales; mientras que las personas que reportan gozar de un bienestar subjetivo bajo se encuentran insatisfechas con la vida, se divierten poco y tienden a ser ansiosas o depresivas (Fredrickson, 2001).
En la actualidad existe un interés creciente por la investigación del bienestar no sólo a nivel individual, sino a nivel incluso nacional, tal como lo menciona Diener, Kesebir y Lucas (2008) quienes proponen hacer evaluaciones nacionales de bienestar subjetivo, cuyo propósito sería informar a los legisladores acerca de los grupos y situaciones donde la miseria debe aliviarse mediante la intervención del gobierno, para educar a la ciudadanía acerca de los factores que mejoren su bienestar y para colocar al bienestar en el centro de atención de las políticas públicas. Estas evaluaciones tendrían un impacto trascendental en múltiples áreas de la vida humana, tales como: consideraciones políticas, medidas económicas, salud pública, inversiones públicas en la prevención de trastornos psicológicos, educación, medio ambiente, trabajo, etcétera.
El estudio del bienestar psicológico o subjetivo debiera ser uno de los principales ejes de investigación de todos los gobiernos, pues se ha comprobado que las personas con niveles positivos de bienestar subjetivo parecen funcionar mejor en los ámbitos de la salud y longevidad, relaciones de trabajo y ciudadanía.
Ahora bien, la autoeficacia es uno de los constructos que podría relacionarse con el bienestar experimentado por los individuos; en este sentido la autoeficacia ha sido definida por Bandura (1999) como la evaluación que hacen los individuos sobre su capacidad o competencia para ejecutar con éxito una conducta específica y que funciona como un ingrediente de importancia en las intervenciones contingenciales (Bandura, Adams, Hardy & Howells, 1980; Bandura, Reese & Adams, 1982).
Las creencias de las personas acerca de su eficacia para controlar los sucesos de su vida influyen en las decisiones que se toman, en las aspiraciones y expectativas, nivel de esfuerzo, perseverancia, resistencia a la adversidad, vulnerabilidad al estrés, depresión y desempeño (Fernández, Diez-Nicolas, Vittorio, Barbaranelli & Bandura, 2004). De este modo aquellas personas que consideran que no pueden producir resultados favorables por medio de sus acciones tendrán menores incentivos para actuar y afrontar las dificultades.
Bandura (1999) ha establecido que las creencias de las personas en relación con su eficacia pueden desarrollarse a partir de cuatro fuentes que incluyen las experiencias de dominio, las experiencias vicarias, la persuasión social y los estados psicológicos y emocionales. Este autor señala que las experiencias de dominio son la fuente más efectiva para crear una sensación de eficacia, ya que los éxitos que las personas tengan forman creencias particulares en relación a su eficacia personal, mientras que los fracasos debilitan dicha creencia. Una vez que las personas se convencen de que pueden alcanzar el éxito, perseveran ante la adversidad y se recuperan rápidamente de los problemas. Por otro lado, las experiencias vicarias hacen alusión a la observación de personas similares, denominadas modelos sociales, que alcanzan el éxito tras esfuerzos perseverantes. Un observador expuesto a esas contingencias, genera una expectativa de que el perseverar es una estrategia eficaz. El mismo tipo de aprendizaje se aplica cuando el observador es testigo de una situación en la cual los modelos sociales fracasan, al distraerse o mostrar poco empeño en una tarea, de ahí que al presentarse ese tipo de comportamiento el observador genera una predicción de ineficacia. Otra fuente de creencia de eficacia es la persuasión social, cuando se les dice a los individuos que cuentan con las habilidades y herramientas necesarias para realizar exitosamente determinadas actividades, se fortalecen las creencias de eficacia del individuo, se aumenta la probabilidad de que ellos se sientan seguros de sí mismos y aumenta la movilidad del individuo, favoreciendo el éxito. Finalmente, los estados psicológicos y emocionales pueden favorecer el estado físico, reducir el estrés y las proclividades emocionales negativas, ya que las personas tienden a interpretar sus reacciones de estrés y tensión como señales de vulnerabilidad ante una ejecución pobre.
Tanto el bienestar como la autoeficacia han sido variables de interés en diversos estudios, como por ejemplo, Chida y Steptoe (2008) realizaron un metaanálisis de los estudios prospectivos, examinando la asociación entre el bienestar positivo y la mortalidad tanto en poblaciones sanas como enfermas. El bienestar psicológico fue relacionado con una menor mortalidad en las poblaciones sanas y enfermas, independientemente del afecto negativo. En ese estudio se encontró que estados de ánimo positivos como la alegría, la felicidad y la energía, así como características tales como satisfacción de vida, esperanza, optimismo y sentido del humor se asociaron con un menor riesgo de mortalidad en poblaciones sanas y predijeron la longevidad, independientemente de los estados negativos reportados. Ostir, Berges, Markides y Ottenbacher (2006) encontraron en una muestra de adultos mayores México-americanos sin medicación para la hipertensión, que el bienestar estuvo asociado con la presión arterial, ya que después de ajustar los correspondientes factores de riesgo, el bienestar subjetivo continuó siendo asociado significativamente con una menor presión arterial diastólica. Estos resultados parecen indicar que las emociones a corto plazo pueden producir respuestas de adaptación del cuerpo, mientras que a largo plazo los estados negativos a menudo producen patrones nocivos (Segerstrom & Miller, 2004).
En cuanto a la autoeficacia se ha establecido como uno de los constructos de mayor influencia en la psicología de la salud, ya que afecta tanto la iniciación como el mantenimiento de las conductas saludables (Luszczynska & Schwarzer, 2005). Los resultados de Morowatisharifabad, Ghofranipour, Heidarnia y Ruchi (2006) apoyan el modelo de promoción de la salud de Pender en el que la autoeficacia representa 58% de la varianza en las conductas de promoción de salud. Además hubo asociaciones entre autoeficacia y género, estado civil y nivel de educación. En ese estudio los autores concluyeron que las intervenciones dirigidas a mejorar la autoeficacia pueden mejorar los comportamientos de promoción de la salud en adultos mayores.
La mayor parte de los estudios que se mencionan en la literatura de medicina conductual provienen de investigaciones realizadas en países del primer mundo, fundamentalmente Estados Unidos y Europa, con prácticas sociales que corresponden a ese tipo de economías. En esta revisión una de las preguntas centrales que se quiere abordar es cuál es el panorama de la investigación en psicología positiva en Latinoamérica con respecto al tema del bienestar subjetivo y la salud, por lo que se plantea como objetivo central conocer la producción de investigación empírica en esta región, de tal forma, este escrito pretende dar un panorama de la investigación empírica que vincula los temas de bienestar subjetivo y autoeficacia en la literatura publicada en revistas especializadas latinoamericanas, en función de la concentración en algunos problemas de salud y detectar aquellos problemas que no han sido explorados desde esta perspectiva. Asimismo, se hace un examen en relación al tipo de herramientas que se emplean para abordar estos temas.
METODOLOGÍA
El procedimiento de búsqueda de información se realizó en la base de datos Redalyc, Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal, ya que se considera que esta base de datos bibliométrica tiene un vasto acervo de publicaciones científicas sobre temas psicológicos, publicadas en Latinoamérica.
Redalyc es un proyecto impulsado por la Universidad Autónoma de Estado de México (UAEM), con el objetivo de contribuir a la difusión de la actividad científica editorial que se produce en y sobre Iberoamérica.
Se utilizó la búsqueda avanzada de Redalyc, en las publicaciones de todos los países que incluye esta base de datos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Latinoamericanistas, México, Nicaragua, Perú y Venezuela).
Los descriptores de la búsqueda fueron: autoeficacia, bienestar y salud. Con las siguientes combinaciones: autoeficacia - bienestar, auto eficacia - salud, bienestar - salud; en el periodo del 2000 al 2011. Con cada una de las combinaciones se realizó la búsqueda en tres campos: título, palabras clave y resumen, obteniéndose 104 artículos relacionados con esta temática.
Los criterios de inclusión para este artículo fueron que los artículos estuvieran indizados en la base de datos Redalyc, que cumplieran con alguna combinación de los descriptores empleados en título, resumen y/o palabras clave, que la muestra empleada en los estudios tuviera alguna relación con un tema de salud y que fueran estudios empíricos; es decir, que fueran informes de investigaciones originales, con análisis secundarios que pusieran a prueba hipótesis y presentaran análisis de datos novedosos. Como investigaciones empíricas esos estudios deberían incluir claramente las secciones estándar establecidas para ese tipo de estudio, esto es, distinguir la introducción, método, resultados y discusión (APA, 2010). Los criterios de exclusión fueron que la fecha de publicación fuera previa al año 2000 o posterior al 2011, que se tratara de estudios teóricos o instrumentales. La muestra final fue de 14 artículos, los cuales fueron analizados y comparados tomando en consideración rubros como el objetivo, muestra, instrumentación empleada, resultados y el problema de salud hacia el cual se enfocó el estudio.
RESULTADOS
Al llevarse a cabo la búsqueda de artículos en la base Redalyc, mediante la metodología descrita, se obtuvieron los resultados que se muestran en la tabla 1; inicialmente la muestra consistía en 104 artículos, de los cuáles se descartaron 90 al aplicar los criterios de inclusión propuestos, esto es, después de descartar los artículos con contenido conceptual o instrumental, estos últimos, que validaban algún cuestionario psicométrico. Adicionalmente de los artículos empíricos restantes se eliminaron aquellos que se hubieran repetido en alguna otra combinación de los descriptores de búsqueda y aquellos que no incluyeran variables relacionadas con la salud y/o bienestar; quedando una muestra final de 14 artículos.
Con la finalidad de hacer una comparación entre la producción de material empírico publicado en Latinoamérica con el producido a nivel mundial, se seleccionó la base de datos Scopus y se realizó la búsqueda de artículos con las mismas combinaciones de descriptores de búsqueda en el periodo del 2000 al 2011, obteniéndose los resultados que se muestran en la tabla 2.
Resulta importante recalcar la enorme diferencia que existe en el total de publicaciones que cumplen con los criterios indizadas en Redalyc, en comparación con las publicaciones de esos mismos temas en la base Scopus; con la combinación de los descriptores autoeficacia-salud por cada artículo publicado en Latinoamérica a nivel mundial se publican 168 estudios; con la combinación de descriptores autoeficacia-bienestar por cada artículo latinoamericano se publican 752 en el mundo y, finalmente, para los descriptores bienestar-salud la diferencia fue mucho mayor, ya que por cada artículo que aparece en Redalyc, se han publicado 2130 a nivel mundial registrados en la base bibliométrica Scopus.
De acuerdo con la tabla 3, los 14 artículos que forman parte de la muestra final de ésta revisión provienen de ocho revistas diferentes, de las cuales cuatro son de España (Anales de Psicología, International Journal of Clinical and Health Psychology, International Journal of Psychology and Psychological Therapy y Psicothema); dos de Colombia (Revista Latinoamericana de Psicología y Universitas Psychologica); una de Chile (Terapia Psicológica) y una de Puerto Rico (Interamerican Journal of Psychology). Vale notar que ninguna revista mexicana publicó investigaciones que cumplieran con los requisitos establecidos. Esta ausencia en la publicación de material empírico relacionado con el tema que nos ocupa, también fue patente en revistas brasileñas, argentinas y venezolanas, que han demostrado una presencia en la región en cuanto a la difusión de investigación en el área de Psicología de la Salud.
En la tabla 4 se muestra una síntesis de los artículos que fueron objeto de estudio del presente artículo, en los cuales, a pesar de que existe una pequeña diversidad de los problemas de salud estudiados, un 28.6% se enfoca en la salud en general de los participantes, 28.6% a una o más enfermedades crónicas, algunas a otros problemas como síndrome fibromiálgico y enfermedades sexuales formaron 14.2% y 28.6% restante estuvo compuesto por la salud psicológica, malestar físico, conductas saludables y conductas alimentarias anómalas. Es importante recalcar la ausencia de estudios enfocados a otras enfermedades crónicas, tales como diabetes, cardiopatías, diversos tipos de cáncer y adicciones, entre otras.
La muestra de estudios analizados pone de manifiesto un sesgo marcado en las poblaciones estudiadas, ya que 71.4% de los 14 artículos sintetizados en la tabla 4 estudió mayoritariamente al género femenino; incluso 2 artículos (14.2% de la muestra total) tienen como población de estudio sólo a mujeres.
Existe también un sesgo por el estudio en poblaciones clínicamente sanas versus poblaciones con diagnósticos de alguna enfermedad de interés; sólo 28.5% de los artículos analizados trabajó con poblaciones clínicas con diagnósticos de enfermedades crónicas, cáncer o fibromialgia, mientras que el resto (71.5%) lo hizo con participantes sanos.
El análisis de las variables género y tipo de población (sanos vs. con diagnóstico clínico) resulta relevante debido a que realizar investigaciones sesgadas hacia un solo género o un solo tipo de población marca una limitante en el análisis del comportamiento humano, dado que estos datos no nos proporcionan una visión completa de la población en general, si no más bien una visión más enfocada al género femenino o a población sana, lo cual a la larga nos hace carecer de evidencia empírica para generar intervenciones encaminadas a mejorar el bienestar y autoeficacia de la población.
Resulta importante señalar que 50% de los autores revisados optaron por emplear dentro de su batería de pruebas al menos un instrumento de medición creado ex profeso para la investigación que publicaron; sin embargo, también fueron empleados instrumentos que ya han sido confiabilizados y estandarizados con anterioridad, encontrándose algunas coincidencias entre las que se pueden mencionar los siguientes casos: 14.2% utilizó la escala de satisfacción con la vida (SWLS) (Diener, Emmons, Larsen & Griffin, 1985); 14.2% utilizó la Escala PANAS (Positive and negative affect schedule, Watson, Clark & Tellegen, 1988); 14.2% empleó el Cuestionario General de Salud, GHQ-12, por sus siglas en inglés (Goldberg, 1979) y, finalmente, 21.4% aplicó instrumentación creada por Schwarzer para evaluar la variable autoeficacia.
DISCUSIÓN
En años recientes se ha logrado un desarrollo significativo a nivel académico, teórico y empírico, lo cual implica un incremento en el número de publicaciones que emplean un enfoque de Psicología Positiva, o que usan instrumentos que miden variables típicas de dicho enfoque; sin embargo, es sorprendente que en Latinoamérica en un lapso de casi 12 años (2000-2011) sólo se hayan producido 104 artículos relacionados con el bienestar y la salud, mientras que a nivel mundial la producción haya sido de 187 000 artículos. Aunado a lo anterior, el porcentaje de estudios empíricos publicados en América Latina fue muy bajo, de tan sólo de 16.34%, lo cual deja al descubierto el pobre acervo con el que contamos y la oportunidad que como investigadores se tiene para explotar esta área.
Se creería que al hacer una revisión de este tipo, las muestras con las que se desarrollan los artículos serían muestras clínicas, es decir, pacientes con diversas enfermedades, enfocándose en las enfermedades que actualmente están cobrando más vidas o son más costosas a nivel mundial tales como las cardiopatías, afecciones cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diferentes tipos de cáncer y diabetes. No obstante, los resultados de esta investigación documental muestran que casi 25% de las publicaciones empíricas fue desarrollado a partir de estudios con estudiantes universitarios y no con población clínica, por lo que las conclusiones están orientadas más al estudio de la salud en general. Lo anterior nos lleva a una limitante para la construcción del conocimiento, ya que no podríamos hacer una generalización de dichos resultados aplicándolos a poblaciones clínicas, si éstas en realidad no han sido estudiadas.
Muy probablemente esta falta de estudios empíricos con poblaciones clínicas, se deba a que lamentablemente el psicólogo aún no tiene bien afianzado un lugar propio dentro de instituciones públicas hospitalarias, donde la mayor parte del personal tiene un enfoque meramente médico, como enfermeras, especialistas como neurólogos, gastroenterólogos, dermatólogos, reumatólogos, oncólogos, entre muchos otros. La inserción del psicólogo en las unidades hospitalarias de la región ha sido insuficiente y demasiado lenta (Bazán, 2003; Piña, 2003; Rodríguez & Rojas, 1998). De aquí se concluye que cuando se venzan los obstáculos existentes en el sector salud, para la aplicación de los hallazgos de la ciencia del comportamiento en la prevención de las enfermedades y en la rehabilitación de pacientes, los psicólogos tendrán acceso a una área amplísima de intervención para lograr un verdadero trabajo interdisciplinario en la promoción de la salud y el combate a la enfermedad.
En el caso específico de México, de acuerdo a estadísticas oficiales anuales (INEGI, 2009), los primeros ocho lugares entre las principales causas de mortalidad fueron: enfermedades del corazón (97 174 defunciones), diabetes mellitus (77 699 defunciones), tumores malignos (68 454 defunciones), enfermedades del hígado (31 756 defunciones), enfermedades cerebro-vasculares (30 943 defunciones), enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (17 727 defunciones), insuficiencia renal (11 764 defunciones) y bronquitis crónica (5 567 defunciones). La información anterior nos permite tener un bosquejo de los problemas de salud que hacen falta explorar y buscar soluciones no sólo a nivel médico, sino a nivel psicológico que contribuyan a incrementar el bienestar y la autoeficacia en la población enferma del país. Sin embargo, para poder llevar a cabo una investigación de calidad que cubra los vacíos encontrados a partir de este análisis, consideramos que es imprescindible que se destinen mayores recursos, tanto económicos como humanos al diseño de intervenciones basadas en estudios empíricos acerca de las variables que inciden sobre el bienestar y la autoeficacia de las personas. Para que esto sea posible, consideramos que se deben emplear indicadores que no descansen solamente en el autorreporte. La labor central del psicólogo como especialista del comportamiento consiste en diseñar intervenciones que permitan la predicción y el control de las prácticas de vida. La elaboración y validación de cuestionarios, solo nos informan sobre las prácticas lingüísticas de los participantes con respecto a su modo de vida.
La revisión aquí presentada revela el uso compartido limitado de algunos instrumentos de autorreporte, así dos de los artículos (Gómez, Villegas de Posada, Barrera & Cruz, 2007; Martos & Pozo, 2011) emplearon la escala de satisfacción con la vida, SWLS, por sus siglas en inglés (Diener, Emmons, Larsen & Griffin, 1985) como el instrumento principal para evaluar el bienestar subjetivo. De igual forma, tres artículos (Avendaño & Barra, 2008; Gómez, Villegas de Posada, Barrera & Cruz, 2007; Ríos, Sánchez & Godoy, 2010) utilizaron instrumentos diseñados por Schwarzer (1993) y Schwarzer & Scholz (2000) para la evaluación de la autoeficacia.
Adicionalmente, dos artículos (Peñate, Pino-Sedeño & Bethencourt, 2010; Sansinenea, Gil de Montes, Agirrezabal, Larragaña, Ortiz, Valencia & Fuster, 2008) se enfocaron al estudio del afecto positivo y negativo, que ha sido ampliamente estudiado por la Psicología Positiva, que en ambos casos fue evaluado con la escala de afecto positivo y negativo PANAS, por sus siglas en inglés (Watson, Clark & Tellegen, 1988). En 19 instancias de cuestionarios de los catorce casos analizados, los autores desarrollaron algún cuestionario propio, que en el mejor de los casos, quizá será empleado en el futuro por el propio equipo de investigación, siendo poco probable que se difunda su uso entre grupos externos. El desarrollo excesivo de cuestionarios nuevos, probablemente no conduzca a la madurez de la disciplina, sino más bien a una especie de fenómeno de torre de Babel, no deseable en la construcción del conocimiento científico.
Mediante la búsqueda de los artículos que formaron la muestra total del presente artículo, se descartaron aquellos estudios que analizaron solamente las propiedades psicométricas de los instrumentos de medición propiamente dichos; sin embargo, resulta interesante mencionar la naturaleza de estos datos, ya que de los nueve artículos instrumentales descartados (véase la tabla 2) solamente tres se enfocaron en alguno de los descriptores de búsqueda, por ejemplo, Sánchez y Dresch (2008) mostraron una orientación hacia la salud; Fernandes, Vasconcelos y Teixeira (2010) guiaron su investigación hacia el bienestar; mientras que Sanjuan, Pérez y Bermúdez (2000) se enfocaron hacia la autoeficacia en general. Esta última observación aporta mayor evidencia para confirmar la tesis de la poca investigación metodológica que se ha hecho con respecto a estas temáticas, aun desde una perspectiva exclusivamente psicométrica.
En este contexto resulta trascendental enfocar nuestros esfuerzos como profesionales de la salud para llevar a la práctica lo que se conoce teóricamente con respecto a la autoeficacia y bienestar subjetivo, ya que si teóricamente aquellas personas con un alto nivel de autoeficacia tienen más probabilidad de iniciar cuidados preventivos, buscar tratamientos tempranos y ser más optimistas sobre la eficacia de estos (Grembowski et al., 1993); esto a su vez tendría una implicación importante en el bienestar subjetivo experimentado por el individuo.
Resulta interesante hacer mención de los resultados más sobresalientes de los estudios analizados, ya que la mayor parte de ellos confirman la relación existente entre las variables bienestar y autoeficacia con la salud y el comportamiento saludable. Principalmente el bienestar subjetivo se relaciona con una mejor percepción de la salud (Gómez, Villegas de Posada, Barrera & Cruz, 2007; Martos & Pozo, 2011) aun en población clínica, es decir que padece alguna enfermedad crónica. Y de manera inversa el reporte de un bajo nivel de bienestar se ha relacionado con conductas de riesgo o poco saludables, tales como conductas alimentarias anómalas y comportamiento sexual de riesgo (Goncalves, Castellá & Carlotto, 2007; Guirado & Ballester, 2005). Lo anterior reafirma lo encontrado en estudios realizados en otros países ajenos a Latinoamérica como los realizados por Chida y Steptoe (2008) y Ostir, Berges, Markides y Ottenbacher (2006).
En cuanto a la autoeficacia, también se ha relacionado con variables relacionadas con la percepción de la salud y las herramientas con las que el individuo cuenta para mejorarla, ya que algunos autores consideran que un nivel alto de autoeficacia posibilita en mayor medida la detección de una enfermedad y posiblemente de realizar conductas preventivas y correctivas de algunas enfermedades crónicas (Carpi, González, Zurriaga, Marzo & Buunk, 2010; Ríos, Sánchez & Godoy, 2010; Sánchez, 2005), aunque en sentido estricto esto último es discutible.
Finalmente, es evidente la falta de investigación aplicada en esta temática, ninguno de los artículos analizados mostraron algún programa de intervención para la mejora del bienestar y/o autoeficacia en individuos en relación con algún problema de salud, lo cual, sin duda, resulta alarmante pues nos deja una enorme interrogante acerca de lo que los profesionistas de la salud están haciendo o dejando de hacer para mejorar el bienestar, la autoeficacia, la calidad de vida y tantos otros factores importantes para el desarrollo del ser humano; una vez que se empiece a generar una mayor producción de intervenciones documentadas y sustentadas para la mejora de alguna de las variables tratadas en este artículo, entonces podremos incluso hacer comparaciones entre cada uno de los enfoques empleados en dichas intervenciones, para poder seleccionar aquel que tenga mejores resultados, más duraderos y sobre todo con mayor sustento teórico y metodológico para cada una de las poblaciones sujetas a investigación.
Sin embargo, esta ausencia de producción científica pone en claro cuál es el camino a seguir por parte de los especialistas del comportamiento, y nos da un panorama de la amplitud del campo de acción por explotar.
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Nota
Esta investigación fue el producto de un seminario del programa de doctorado en Psicología que tomó la primera autora bajo la supervisión de la segunda autora. Agradecemos el financiamiento parcial proporcionado por el programa PAPIME PE304710 de la UNAM otorgado a la segunda autora.
Dirección para correspondencia
Karina Reyes Jarquín al correo: kari_3097@hotmail.com
María del Rocío Hernández Pozo al correo: herpoz@unam.mx
Información sobre las autoras:
Karina Reyes Jarquín. Grado: Licenciada en Psicología, UNAM, Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Adscripción: Programa de Doctorado en Psicología, UNAM, Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, México. Línea de investigación: Proyecto de Investigación Calidad de Vida, Bienestar Subjetivo y Envejecimiento Exitoso. Dirección postal: Av. de los Barrios Núm. 1, Col. Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, C.P. 54090, México. Correo: kari_3097@hotmail.com
María del Rocío Hernández Pozo. Grado: Doctora en Psicología General Experimental. Adscripción: Profesora titular UNAM, FES Iztacala y tutora del Doctorado en Psicología, UNAM. Línea de investigación: Diseño de software para medir tendencias conductuales. Distinciones: a) Dos medallas "Gabino Barreda" por la UNAM, en 1988 por estudios de maestría y en 1990 por estudios de Doctorado, b) Premio Nacional de Investigación Científica 1992 en Ciencias Sociales, por la Academia de la Investigación Científica, c) Premio Aida Weiss 1994, por PUIS-UNAM, d) Miembro del Sistema Nacional de Investigación. Dirección postal: FES Iztacala, Proyecto de Investigación en Aprendizaje Humano, UIICSE, piso 2, cubículo 5, Av. de los Barrios 1, Col. Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, C.P. 54090, México. Correo: herpoz@unam.mx