Introducción
En la región tropical húmeda, la producción de corderos para el abasto se desarrolla con base en razas ovinas de pelo (Rajab et al., 1992, 3351). Particularmente, en el trópico húmedo de México, se utilizan mayoritariamente los grupos raciales Pelibuey, Blackbelly, Katahdin, Dorper e híbridos que resultan del cruzamiento de estas cuatro razas (Hinojosa-Cuéllar et al., 2009, 525; 2012, 167; Cadenas-Cruz et al., 2012, 99; Ríos-Utrera et al., 2014, 283).
Los ovinos de las razas Pelibuey, Blackbelly e híbridos de estas dos razas poseen un aceptable grado de adaptación a un sistema de alimentación basado fundamentalmente en el pastoreo sobre gramíneas en condiciones de clima cálido húmedo (González et al., 2002., 448; González-Rodríguez y Oliva-Hernández, 2012, 175; Hinojosa-Cuéllar et al., 2012, 167). Sin embargo, muestran una ganancia diaria de peso (GDP) postdestete menor a 70 g/d (Luna-Palomera et al., 2009; 198; Gomez-Vazquez et al., 2011, 4) en condiciones de pastoreo sin complementación alimenticia. La baja GDP postdestete, es explicada en parte, por el bajo aporte de nutrimentos (EM, PC, P, Se y Cu de acuerdo al tipo de suelo y época del año) de los pastos tropicales (Martín y Palma, 1999, 71-88; López et al., 2007, 104-108, 118, 176) y por el bajo nivel de consumo voluntario que muestran las corderas en pastoreo (Cadenas et al., 2010, 305).
Por otra parte, el suministro de un complemento alimenticio a corderos en pastoreo genera una GDP muy variable a través de la etapa de crecimiento postdestete (66 a 131 g/d; Gomez-Vazquez et al., 2011, 4), en donde la respuesta productiva depende fundamentalmente del nivel y calidad del complemento alimenticio ofrecido (Luna-Palomera et al., 2009, 198; Cadenas et al., 2010, 305).
La importancia de optimizar el manejo nutricional de los ovinos en pastoreo radica en que los sistemas de producción de esta especie localizados en la región tropical basan la alimentación de las corderas en crecimiento y ovejas reproductoras en el pastoreo (González et al., 2002, 444-445; Espinosa-García et al., 2015, 108, 110). Por lo que se requiere generar conocimiento en el área de alimentación que permita optimizar el crecimiento de las corderas en pastoreo que serán finalizadas para el abasto o que se incorporarán a un programa de manejo reproductivo para su apareamiento (Espnosa-García et al., 2015, 110, 112). En este sentido, el objetivo del estudio consistió en establecer la influencia del nivel de complementación alimenticia sobre la GDP postdestete de corderas Blackbelly x Pelibuey en pastoreo.
Método
Localización y características climáticas del área de estudio. El trabajo se realizó en una finca experimental de ovinos ubicada en Huimanguillo, Tabasco, México, entre el paralelo 17º 50´ y el meridiano 93º 23´, a una altitud de 20 m. El clima de la región es cálido con lluvias todo el año (Af) (INEGI, 2012).
La duración total del estudio fue de 210 d, de los cuales 10 correspondieron a un periodo de adaptación al manejo alimenticio (pastoreo y movilización de las corderas del potrero a los corrales individuales para recibir la complementación alimenticia) y 200 d como período de evaluación de los tratamientos propuestos. Durante el período de estudio se consultaron los registros climáticos de temperatura ambiente al abrigo °C (mínima y máxima) y precipitación pluvial (mm) de la estación meteorológica del Campo Experimental Huimanguillo, Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias ubicada en el sitio en donde se realizó el presente estudio. Con los datos climáticos se derminó el promedio de temperatura ambiente (mínima y máxima), precipitación pluvial (PP) acumulada y número de días con lluvia por período de 20 d. En total se evaluaron 10 períodos.
Animales. Se utilizaron 16 corderas recién destetadas Blackbelly x Pelibuey con una edad promedio de 96 ± 19 d (media ± desviación estándar) y 10.0 ± 1.6 kg de peso vivo (PV), las cuales se distribuyeron al azar a uno de dos tratamientos (ocho corderas por tratamiento). Se consideró el tipo de nacimiento (sencillo y gemelar) en la asignación de las unidades experimentales a los tratamientos. Las 16 corderas utilizadas provinieron de una finca ovina de tipo comercial en donde el sistema de alimentación estaba basado exclusivamente en el pastoreo sobre gramas nativas (Paspalum notatum, Paspalum fasciculatum, Paspalum conjugatum). En este sistema de producción, las ovejas y los corderos lactantes no recibieron un complemento alimenticio durante la lactancia.
Diseño experimental. Se utilizó un diseño factorial de dos factores con medidas repetidas en un factor (Cody y Smith, 1991, 171-182), los factores fueron: el nivel de complementación alimenticia (baja y creciente) y el número de período (diez períodos de 20 d). La unidad experimental fue la cordera.
Alimentación. Las corderas se alimentaron con base en el pastoreo (durante nueve horas diarias) y una complementación de tipo energética y proteínica. Una pradera (0.2 ha) con pasto Estrella de África (Cynodon plectostachyus) en suelos de tipo fluvisol, fue dividida con hilos energizados en seis secciones (tres secciones para cada tratamiento). La carga animal utilizada correspondio a 80 corderas/ha.
El pastoreo fue de tipo rotacional con periodo de ocupación de 10 d (en cada una de las secciones) por 34 d de descanso. Al finalizar el periodo de ocupación en cada una de las secciones, se procedió a dar un corte manual de la pradera con el fin de uniformizar el rebrote del pasto. Cada sección de la pradera se fertilizó con urea, utilizando la dosis 33 kg N/ha/época climática (Enríquez et al., 1999, 112). El estudio se desarrolló durante las épocas climáticas de sequía y lluvias (marzo a octubre).
Para establecer las características agronómicas de la pradera, Se realizaron muestreos al azar en diferentes sitios de cada sección de la pradera. Se determinó la altura del pasto (cm), cobertura de la pradera (%) y producción de materia seca (MS) en un área de 0.25 m2 (Cadenas et al., 2010, 304), valorando el contenido de MS y proteína cruda (PC), durante cinco períodos, en cada período. El rendimiento de MS/ha se estimó con la producción de MS/0.25 m2.
Se utilizó un complemento alimenticio (2.9 Mcal EM/kg MS y 13.4% PC) elaborado con base en aceite de coco (2%), pasta de coco (20%), pasta de soya (8%) y grano de maíz (70%). Las corderas se sometieron a un periodo de adaptación al complemento alimenticio durante 10 d, durante este periodo recibieron de forma individual 100 g del complemento alimenticio/d. A partir del día 11 se consideró como el inicio del experimento.
La complementación alimenticia baja (CAB) se ofreció a razón de 100 g de complemento alimenticio (base húmeda)/cordera/d (0.26 Mcal EM y 11.7 g PC/cordera/d) en la complementación alimenticia creciente (CAC) se inició con 100 g/cordera/d, se ofreció el complemento con incrementos de 50 g/cordera/d a intervalos de 40 días (Cuadro 1). El complemento alimenticio se ofreció de 7:00 a 9:00 h en corrales individuales.
Alojamiento. Una vez finalizado el periodo de pastoreo, las corderas se alojaron en corrales (18:00 a 7:00 h). Se utilizaron dos corrales, uno para cada tratamiento.
Sal mineral. En ambos tratamientos se ofreció (en grupo) diariamente sal mineral a libre acceso durante su alojamiento. La composición de 100 g de la sal mineral ofrecida (Magnophoscal®) fue la siguiente: fósforo 17.5 g; sodio 10.5; magnesio 4.5; calcio 6.5 y azufre 2.0 g. El consumo diario de sal mineral (cantidad ofrecida-cantidad rechazada/número de corderas) se cuantificó durante 18 d en cada período de estudio y se obtuvo el promedio en el consumo diario de sal mineral considerando el número de período de estudio y el tratamiento.
Medicina preventiva. Previo al inicio del estudio, se efectuó el control de parásitos gastrointestinales con Febendazole [5 mg/kg PV; Panacur®]. A los 60 días del estudio, se aplicó un segundo control (Levamisol por vía intramuscular; 5 mg/kg PV; Ripercol®). La aplicación de fármacos para el control de parásitos se alternó a intervalos de 60 d hasta la finalización del estudio.
Variables. Se registró el PV (kg) de los animales al inició del estudio, y durante 10 períodos consecutivos en intervalos de 20 d; para finalizar a los 200 d de observación. En cada sesión de pesaje, las corderas fueron sometidas a un ayuno previo de 14 horas. Se utilizó una báscula electrónica (precisión de 0.100 kg; Gallagher®). El cambio de PV se calculó a través de la diferencia del PV inicial y el final. La GDP correspondió a la diferencia entre dos pesajes sucesivos divididos entre el intervalo, en días, entre pesajes.
Análisis estadístico. La variables que determinan los cambios agronómicos y de calidad en la pradera y consumo diario de sal mineral se describen utilizando estadísticos descriptivos, media ± error estándar (EE). En las variables PV y GDP se utilizó un análisis de varianza con el procedimiento MIXED del paquete estadístico SAS (SAS, 2002). Las medias de cuadrados mínimos se compararon con el método de diferencias predichas con la prueba de “t”. Los valores de las medias de cuadrados mínimos se consideraron estadísticamente significativos cuando P<0.05.
Resultados
Durante el período de estudio los promedios de las temperaturas mínima y máxima fueron 22.1±1.2 y 34.5±1.7 °C (media ± desviación estándar) y la PP acumulada 1,384 mm (76 d con PP y 124 sin PP).
En el Cuadro 2 se indican los cambios agronómicos y de calidad de la pradera, antes y después del pastoreo considerando el nivel de complementación alimenticia. Entretanto, los cambios en la PC del pasto C. plectostachyus durante el estudio se señalan en la Figura 1.
1complementación alimenticia baja= 0.26 Mcal EM y 11.7 g PC/cordera/d; 2complementación alimenticia creciente= iniciando como CAB y con incrementos de 0.13 Mcal de EM y 5.85 g de PC/cordera/d a intervalos de 40 d; 3, media ± EE.
Las medias ± EE en el consumo diario de sal mineral fueron 14.9±0.4 en la CAB y 14.2±0.3 en la CAC. En la Figura 2 se muestran las medias ± EE para el consumo diario de la sal mineral considerando el nivel de complementación alimenticia y el número de período de estudio.
El nivel de complementación alimenticia no afectó (P>0.05) el PV ni la GDP de las corderas. El cambio de PV y GDP de las corderas durante los 200 d fueron 10.7±0.4 kg y 54±2 g, respectivamente.
El número de período y la interacción número de período x nivel de complementación alimenticia influyeron (P<0.05) el PV y GDP de las corderas. El PV de las corderas se incrementó (P<0.05) conforme avanzó el estudio. Las medias de cuadrados mínimos ± EE para el PV considerando el número de pesaje progresivo (once pesajes) fueron: 11.6±0.7a, 11.9±0.7a, 13.1±0.7b, 14.3±0.7c, 15.7±0.7d, 16.6±0.7e, 17.7±0.7f, 19.1±0.7g, 19.7±0.7h, 21.0±0.7i y 22.4±0.7j kg.
A diferencia del PV, la GDP de las corderas no tuvo una tendencia lineal ascendente de forma sostenida (Figura 3). En los períodos uno y ocho del estudio, se encontraron las menores GDP (P<0.05) con respecto al resto de los períodos evaluados.
En el Cuadro 3 se muestran las medias de mínimos cuadrados ± EE para PV y GDP de las corderas considerando el nivel de complementación alimenticia.
1complementación alimenticia baja= 0.26 Mcal de EM y 11.7 g de PC/cordera/d; 2complementación alimenticia creciente= iniciando como CAB y con incrementos de 0.13 Mcal EM y 5.85 g de PC/cordera/d a intervalos de 40 días. (P>0.05).
En la Figura 4 se aprecian las medias de mínimos cuadrados ± EE para GDP de las corderas considerando el nivel de complementación alimenticia y el número de período de estudio. La menor GDP se encontró al inicio del estudio en ambos tratamientos. En el tratamiento CAB no se detectaron cambios significativos (P>0.05) en la GDP del período dos al diez. Mientras que en CAC se tuvo una reducción en la GDP en el período ocho. No obstante, al finalizar el estudio ambos tratamientos tuvieron similar GDP.
Discusión y Conclusiones
Los cambios ocurridos en cobertura, altura, composición química (MS y PC) y rendimiento (t MS/ha) del pasto C. plectostachyus en las praderas, antes y después del pastoreo, indican que el tipo de pastoreo utilizado no afectó de manera importante la disponibilidad y calidad de biomasa, de modo que las corderas tuvieron a acceso a pasto de buena calidad.
No existen estudios que documenten los requerimientos de minerales para corderas de pelo en crecimiento y alimentadas con base en el pastoreo (Oliva, 2012, 22). En el presente estudio las corderas de ambos tratamientos (CAB y CAC) tuvieron un consumo de sal mineral similar (14.4 g/cordera/d) al reportado en corderas de pelo en pastoreo con complementación alimenticia (López-Quen et al., 2008, 119) y mayor al señalado (7.1 g/cordera/d) en corderas durante sus primeros 60 d postdestete (Cadenas et al., 2010, 304). La discrepancia entre estudios se puede atribuir, en parte, a diferencias en el nivel de complementación alimenticia, peso de las corderas y duración de los estudios.
En los primeros tres períodos del estudio el consumo de sal mineral se incrementó con similar tendencia en CAB y CAC. Sin embargo, en el grupo CAB el consumo de sal mineral disminuyó a partir del cuarto período y posteriormente se incrementó. Entre tanto, en el grupo CAC el consumo de sal mineral tuvo menor variación a partir del cuarto período con respecto a CAB. En este sentido, se ha encontrado (López et al., 2007, 112-113) que el contenido de minerales (P, Cu, Mn, Zn) en pastos establecidos en suelos de tipo fluvisol tiene variaciones de acuerdo a la época del año (sequia, lluvias y nortes). Específicamente, el fósforo tuvo menor concentración en los pastos durante la sequía y lluvias con respecto a nortes, 0.21, 0.29 y 0.42 %, respectivamente. La variación en la concentración de los minerales en los pastos entre épocas del año pudiera explicar el comportamiento en el consumo de sal mineral que mostraron las corderas del grupo CAB. Mientras que la menor variación en el consumo de sal mineral en CAC pudiera ser debido al mayor consumo de complemento alimenticio, y de los minerales presentes en el complemento alimenticio, situación que cubrió las deficiencias de minerales en los pastos.
Conforme avanzó el número de período de estudio, el PV y GDP de las corderas se afectó positivamente. Este tipo de respuesta se atribuye a que las corderas mostraron un nivel de consumo de pasto y complemento alimenticio que permitió cubrir sus requerimientos de mantenimiento y crecimiento (medido a través de una GDP positiva) con el consecuente aumento de PV sostenido a través del tiempo (Mora-Morelos, 2003, 109).
Castellanos (1989, 82) señaló que los corderos Pelibuey requieren consumir 2.1 Mcal de EM/d para obtener una GDP de 100 g. En el presente estudio, las corderas con CAB recibieron el 12.3 % de la EM en el complemento alimenticio y estuvieron en pastoreo en praderas con pasto suficiente con el propósito de que los animales pudieran seleccionar las partes de las plantas (hojas) con mayor PC (Sánchez et al., 2007, 249). Sin embargo, la GDP total en el grupo CAB fue de 53 g/cordera. Al respecto, Castellanos (1989) indicó que los corderos Pelibuey requieren consumir 1.7 Mcal EM/d para una GDP de 50 g. Es posible que condiciones ambientales adversas, variaciones en la temperatura ambiente y la ocurrencia de lluvias durante el pastoreo, afecten directamente la demanda de energía para manutención y crecimiento, así como también para la activación de algunas respuestas fisiológicas y de comportamiento animal necesarias para hacer frente a las condiciones adversas del clima (Arias et al., 2008, 15), de modo que los animales utilizaron parte de la EM, obtenida mediante el consumo de pasto y CAB, en procesos de adaptación al calor.
En el grupo CAC, se planteó cubrir el requerimiento de 2.1 Mcal de EM/d para una GDP de 100 g con un mayor consumo de complemento alimenticio, de modo que la CAC aportó al inició del estudio el 12.3 % del requerimiento de EM/d y al final el 37 % del requerimiento de EM/d. No obstante, la GDP fue similar en CAB y CAC. En este sentido, las corderas en CAC consumieron la totalidad del complemento alimenticio. Sin embargo, por el tipo de variables estudiadas en la pradera y en el animal, no se logró establecer si la CAC tuvo relación con una reducción del consumo de pasto (Gomez-Vazquez et al., 2011, 4) o con una reducción de la digestibilidad de la fracción fibrosa del pasto (Carro et al., 2000, 38).
La GDP en los diferentes períodos de estudio tuvo amplia variación, esta situación concuerda con lo indicado por Cadenas et al. (2010, 304) quienes reportan amplia variación en la GDP postdestete (desde -32 g/d hasta 81 g/d) de corderas en pastoreo con complementación alimenticia. La GDP de los ovinos en crecimiento y en pastoreo muestra una relación estrecha con el nivel de consumo de nutrimentos (Gomez-Vazquez et al., 2011, 4). Sin embargo, durante el pastoreo los animales están expuestos a múltiples factores ambientales (por ejemplo, temperatura ambiente) que varían continuamente y pueden modificar el consumo de alimento y por consiguiente también la GDP (Marai et al., 2007, 2-3; González-Rodríguez y Oliva-Hernández, 2012, 178). La disminución en la GDP detectada en el período ocho (agosto-septiembre) puede atribuirse a la presentación de lluvias en 11 de los 20 d del período, las cuales se presentan tanto en horario diurno como en nocturno. Cuando las lluvias ocurren durante el período de pastoreo pueden afectar el comportamiento ingestivo de los animales (dependiendo de la intensidad y duración de la lluvia) (Arias et al., 2008, 15). Particularmente, los ovinos evitan mojarse y/o pastorear bajo lluvia (Oliva-Hernández et al., 2013, 16).
Al final del período seis del presente estudio, la PC en el pasto C. plectostachyus presentó una tendencia a reducir su valor, este resultado coincide con Sánchez et al. (2007) quienes reportan que la PC del pasto C. plectostachyus al inicio, mediados y finales de la época de lluvia tuvo una tendencia a reducirse, 9.2, 7.3 y 6.5 %, respectivamente. La ocurrencia de lluvia durante el horario de pastoreo y una disminución en el contenido de PC pudieran explicar la reducción en la GDP de las corderas detectada en el período ocho.
La interacción número de período x nivel de complementación alimenticia afectó la GDP de las corderas, se detectó amplia variación en la GDP dentro del nivel de complementación alimenticia y entre número de períodos de estudio. En el grupo CAC, la GDP se redujó en menor magnitud durante el período ocho con respecto a la CAB, es posible que las condiciones climáticas adversas que se presentaron durante este período (lluvia) afectaron negativamente el consumo voluntario de pasto de las ovejas durante el pastoreo. Sin embargo, el mayor consumo de complemento alimenticio en el grupo CAC posiblemente compensó la reducción en el consumo de pasto y evitó que la GDP disminuyerá en la misma proporción al encontrado en CAB.
En la CAB se suministró entre 8.3 y 4.4 g de complemento alimenticio/kg PV. Mientras que en CAC entre 8.8 y 13.6 g de complemento alimenticio/kg PV. Sin embargo, una CAC no permitió obtener una mayor GDP con respecto CAB. Al respecto, Kaya (2011, 2553) indica que los ovinos con un mayor consumo de EM y PC, muestran una reducción del período de rumia durante el día y permanecen echados por más tiempo que aquellos que muestran menor consumo de EM y PC. Es posible que los ovinos que recibieron una CAC destinaran menos tiempo al comportamiento ingestivo durante el pastoreo, con el consecuente menor consumo de pasto, situación que contribuye a explicar la ausencia de diferencias en GDP entre una CAC y una CAB. En apoyo a lo anterior, se ha indicado (Gomez-Vazquez et al., 2011, 4) que la complementación alimenticia (0.73 Mcal EM/d y 53 g de PC) a ovinos de pelo en pastoreo generó una reducción en el consumo de pasto de hasta 22%.
Por otra parte, las diferencias en el consumo de EM y PC aportada por el tipo de complementación alimenticia estudiados fueron de hasta 300% en EM (0.26 vs 0.78 Mcal EM/cordera /d) y PC (11.7 vs 35.1 g/cordera/d) al final de la evaluación. No obstante, la CAC no afectó el PV y GDP de las corderas con relación a la CAB en la mayor parte de los períodos estudiados. Un resultado similar se ha reportado en corderas Pelibuey x Blackbelly en pastoreo con complementación energética y proteínica de menor magnitud a la utilizada en el presente estudio (Cadenas et al. 2010, 305), en donde el suministro de 0.54 Mcal EM y 31.6 g PC/cordera/d durante 70 d, no afectó el PV y GDP con respecto a suministrar 0.18 Mcal EM y 10.5 g PC/ cordera/d. En el referido estudio, la GDP fue de 43(4 g la cual resulto ligeramente inferior a la registrada en el actual estudio.
Al parecer, en corderas de razas de pelo en pastoreo se requiera ofrecer niveles de EM y/o PC mayores a los suministrados en el presente estudio para para obtener una mayor GDP con respecto a una CAB. Martínez et al. (1996, 5) reportan en corderas West African en estabulación durante la fase postdestete, un aumento en la GDP (119 vs 79 g/cordera) cuando estas recibieron un complemento (510 g/cordera/d) con alta densidad energética (2.7 a 2.9 vs 2.0 Mcal EM/kg MS). Sin embargo, cuando se ofreció un complemento alimenticio (510 g/cordera/d) con baja densidad energética (2.0 Mcal EM/kg MS), pero, con diferente nivel de PC (de 9.7 a 20.4%) no se detectó diferencias en la GDP, 75 y 79 g, respectivamente.
En un trabajo efectuado en la época de lluvias con corderas Pelibuey en pastoreo (Cynodon plectostachyus; carga animal 26 corderas/ha) y con complementación alimenticia (Díaz 2009, 15, 21), se ofreció en los primeros 42 días de su estudio 0.69 Mcal EM y 65.7 g PC/cordera/d, seguido de 0.80 Mcal EM y 76.7 g PC/cordera/d durante otros 42 días, se logró obtener una GDP de 107±3 g/cordera, la cual resultó mayor a la registrada en el presente estudio. Es probable que la mayor GDP se deba al mayor nivel de complementación energética y proteínica que recibieron las corderas.
En otro estudio con ovinos de pelo (PV de 19 kg) en pastoreo sobre praderas con Cynodon plectostachyus (6.1% PC y 75.5% de fibra detergente neutro) y con una carga animal de 20 ovinos/ha, se muestra que el suministro de 0.61 Mcal EM/d y entre 37 y 48 g de PC no tuvo un incremento en la GDP. Sin embargo, cuando se ofreció 0.73 Mcal y 53 g de PC los ovinos lograron mayor GDP con respecto al tratamiento de solo pastoreo (Gomez-Vazquez et al., 2011, 4).
Por su parte Luna-Palomera et al. (2009, 196-198) realizaron un estudio en la época climática de nortes con corderas de pelo, en donde se evaluó el efecto del sistema de alimentación, pastoreo vs pastoreo con complementación alimenticia sobre la GDP. El pastoreo se efectuó en praderas con Cynodon plectostachyus y Paspalum notatum con tiempos de ocupación no mayores a tres días. La complementación alimenticia consistió en ofrecer 0.9 Mcal EM y 60 g de PC/cordera/d durante 56 d, seguido de un incremento en el nivel de complementación a 1.5 Mcal EM y 100 g de PC/cordera/d durante un período similar al inicial. La GDP de las corderas en el sistema de alimentación pastoreo con complementación alimenticia fue mayor al del sistema solo pastoreo, 104 y 43 g/cordera, respectivamente.
La GDP obtenida en corderas de pelo en los estudios indicados previamente (Díaz, 2009, 21; Luna-Palomera et al., 2009, 198; Cadenas et al., 2010, 305; Gomez-Vazquez et al., 2011, 4) y la del presente trabajo, sugiere que para obtener una mayor respuesta en la GDP de las corderas con respecto a una CAB, las corderas en pastoreo deben recibir al menos 0.69 Mcal EM y 66 g de PC/cordera/d, siempre y cuando las corderas tengan acceso a praderas con buena cobertura de biomasa. En el actual estudio, las corderas del tratamiento CAC mostraron un consumo de EM superior a los 0.69 Mcal EM solo durante los últimos 40 d de estudio, y el consumo de PC no fue superior a los 66 g/cordera/d, circunstancias que contribuyen a explicar la ausencia de diferencias en los niveles de complementación alimenticia estudiados.
Las consecuencias negativas de una baja GDP postdestete en corderas alimentadas con base en el pastoreo y una complementación alimenticia se reflejan en un incremento en los días necesarios para llegar al mercado, mayor a 12 meses (Oliva et al., 2014, 32), y en un atraso para incorporarlas al proceso reproductivo con una edad mayor a los diez meses y un peso menor a 26 kg (Galina et al., 1996, 33-32; Ramón y Sanginés, 2002, 311).
Se concluye que en corderas Pelibuey x Blackbelly en pastoreo, la complementación creciente en energía y proteína cruda (en los niveles estudiados) no incremento la ganancia diaria de peso con respecto a un nivel de complementación alimenticia bajo. Aparentemente, el suministro de un complemento alimenticio en forma creciente reemplazo el consumo de pasto.