Introducción
El cultivo de hortalizas contribuye en forma importante con la economía de México. En la actualidad se siembran 512,000 ha de este grupo hortícola con una producción de ocho millones de toneladas, de las cuales se exportan 600 mil toneladas anuales aproximadamente y tienen su destino principal a Estados Unidos y Canadá. En México se cultivan anualmente 136,053 ha de chile (Capsicum annuum L.) de las cuales unas 10,000 ha son de pimiento morrón. El pimiento morrón es uno de los principales chiles producidos en México a campo abierto después del jalapeño y el serrano (SIAP-SAGARPA, 2015). Así su cultivo tiene gran aceptación por los productores, lo cual incrementa la superficie plantada cada año. En términos económicos, la producción de pimiento morrón es una alternativa de producción muy atractiva durante el ciclo otoño-invierno de cada año, lo cual se debe a su elevado rendimiento ya que puede alcanzar un precio mayor de hasta cinco veces comparado al ciclo de producción primavera-verano, sobre todo si se comercializa hasta que el fruto toma el color secuencial característico de la variedad (verde, amarillo, naranja, morado, chocolate, rojo) (Jovicich et al., 2004). Sin embargo, la incidencia de P. capsici, es un problema muy grande en el desarrollo de este cultivo, ya que este patógeno puede ocasionar pérdidas entre 10 y 100 % de la producción, razón por la cual muchas áreas de cultivo cambiaron de uso del suelo o el chile morrón se cultiva en sitios libres de la presencia de este patógeno (Sanogo y Ji, 2012).
Actualmente, la marchitez del chile ocasionada por el Oomiceto Phytophthora capsici, es una de las principales enfermedades en atacar al cultivo de chile. Esta provoca muerte prematura de la planta por marchitamiento, asociándosele con la obstrucción de haces vasculares (Sanogo y Ji, 2012). La enfermedad se ha detectado en los cultivos de chile morrón en todo el mundo. Dada la importancia de este cultivo, se han desarrollado algunas tecnologías para disminuir este problema fitopatológico. Uno de los productos usados para el control de Phytophthora en cultivos de pimiento fue el uso de Bromuro de metilo en fumigaciones al suelo; tratamiento que está prohibido debido a que afecta a la capa de ozono y provoca alteraciones en el medio ambiente (Saadoun y Allagui, 2013), convirtiéndose en contaminante del suelo. Es por esto, que se buscan nuevas tecnologías ecológicas y/o culturales para tratar de disminuir este problema que ataca al pimiento y que además sean de bajo impacto en el medio ambiente (Jang et al., 2012).
En la actualidad, el uso de portainjertos en hortalizas es una estrategia que mejora la calidad y rendimiento de los cultivos. Se requiere de portainjertos que resistan condiciones extremas tales como sequías, problemas fitosanitarios, excesos de humedad, excesos o deficiencias de nutrientes, suelos sobreexplotados, etc. De esta manera, la planta mejora el vigor, desarrollo, floración, fructificación y longevidad (Rivero et al., 2003). Los portainjertos han aumentado su uso debido a su eficacia e inocuidad para el proteger al ambiente, al minimizar el uso de agroquímicos contra plagas y enfermedades. En Corea se injertaron cerca de seis millones de plantas de chile para controlar a Phytophthora (Lee y Oda, 2003). Por lo que el uso de portainjertos en pimiento morrón, se considera una alternativa viable e innovadora para incrementar la producción sustentable de esta hortaliza. Sarath et al. (2011) mencionan que el chile tipo serrano Criollo de Morelos 334 (CM-334) es considerado como universalmente resistente, sin importar la agresividad del aislado ni las condiciones ambientales. Osuna et al. (2012) indican que el usar el CM 334 como un portainjerto resistente a P. capsici podría formar parte del manejo integrado para controlar la marchitez en estos tipos de chiles comerciales.
En general, existen pocos estudios sobre este tema, por lo que el presente trabajo de investigación tuvo como objetivo estudiar el efecto del uso de portainjerto sobre el rendimiento, calidad del fruto y resistencia a Phytophthora capsici en pimiento morrón.
Materiales y Métodos
Manejo del cultivo y diseño experimental
El presente estudio, se llevó a cabo en el ciclo de producción 2012, desarrollado bajo un sistema de malla sombra, proporcionado por una compañía comercial, ubicada en Ciudad Delicias, Chihuahua México, geolocalizada a 28°11´36” LN, 105°28´16” LO y a 1,171 msnm. Las variedades comerciales de pimiento morrón usadas fueron: Fascinato (frutos rojos) y Janette (frutos amarillos) (Syngenta, Co. Houston. TX, USA). Estas variedades se injertaron sobre el portainjerto comercial Terrano (Syngenta, Co. Houston. TX, USA), seleccionado por su resistencia P. capsici. Las semillas de las variedades y portainjerto fueron sembradas en charolas de 200 cavidades en enero de 2012 para posteriormente realizar los injertos tipo aproximación (se realizó el corte de 45° tanto al portainjerto como a la variedad y posteriormente se unían con una pinza y luego le colocaban un palillo de dientes para reforzar el injerto) de las variedades, durante 31 días después de la siembra las plantas eran crecidas en condiciones de invernadero y posteriormente eran llevadas al área de injertación para realizar la técnica del injerto. Las plantas fueron trasplantadas en camas de suelo de 30 cm de ancho y 90 cm entre camas y distancia entre planta a planta de 30 cm, dentro del sistema de malla sombra, cinco semanas después de haber sido injertadas. El suelo usado fue del tipo franco-arcilloso-arenoso con la siguiente composición: 50.17 ppm de nitrógeno inorgánico, 64.14 ppm de fósforo, 32.5 me/100g de CIC, conductividad eléctrica de 0.84 dS m-1, 1.68 % de materia orgánica y un pH 7.72.
El programa de fertilización para un ciclo de 220 días consistió en la aplicación de los siguientes compuestos y dosis: NH4NO3 (50.4 g.m2), UAN32 (37.7 g.m2), 5-30-00 (N-P-K) (56 g.m2), KNO3 (44.8 g.m2), Ca (NO3)2 (162.3 g.m2), K2SO4 (201.3 g.m2), y MgSO4 (107.5 g.m2), empleando productos comerciales. El manejo de la fertilización y riegos fue a través del sistema de fertirriego. La fertilización fue fraccionada y se realizó cada 2 días por medio de fertirriego con dos pulsos de aplicación de una hora cada pulso, el primer pulso de aplicación se realizó a las 8 am y el segundo a las 10 am.
El diseño experimental usado fue en bloques completos al azar, con cuatro tratamientos: (1) Fascinato injertado (Fascinato/Terrano), (2) Janette injertado (Janette/Terrano), (3) Fascinato sin injertar y, (4) Janette sin injertar; distribuidos en cuatro bloques. Los dos últimos tratamientos fueron tomados como controles. Durante el ciclo de producción del experimento se realizó un muestreo de frutos para cada tratamiento fue el 20 de agosto de 2012. Se evalúo un lote de dos surcos de 90 m de largo y 90 cm de separación entre surcos de cada tratamiento, y de cada lote por bloque se muestrearon los frutos de 10 plantas, siendo éstos lotes considerados como la unidad experimental.
Variables evaluadas
La evaluación de la presente investigación se realizó en base a los parámetros de mortandad de plantas, producción de pimiento y calidad del fruto.
Evaluación de mortandad de plantas
La parcela donde se realizó el experimento tenía antecedentes de epifitias causadas por Phytophthora capsici, por lo que durante el tiempo que duró este experimento se monitoreó el daño producido por el patógeno. Cada semana se evaluó cada planta para observar si presentaban síntomas de marchitez y de esta manera cuantificar el número de plantas muertas el cual fue expresado en porcentaje. El diagnóstico en campo de Phytophthora capsici se hizo por la sintomatología y fue corroborado en laboratorio.
Producción de pimiento
Las variedades injertadas y no injertadas (tratamientos) fueron cosechadas cuando los frutos desarrollaron el color según las preferencias del consumidor. Los frutos fueron cosechados cuando al menos 50 % de su epidermis (cáscara) había cambiado de color. Fascinato cambió de color verde hacia una tonalidad chocolate, hasta desarrollar pigmento rojo; y se cosechó cuando el 50 % de los frutos tuvieron color chocolate y 50 % rojo. Janette se cosechó cuando el fruto cambió de color verde a amarillo; cosechándose 75 % de fruto amarillo y 25 % verde. El primer corte de fruto se realizó 105 días después del trasplante (13 de julio), cuando fueron observadas las características deseables y aceptables en color y calibre. En total se realizaron 17 cortes que finalizaron el 12 de septiembre. Los resultados fueron expresados en kg ha-1.
Calidad del fruto
De cada tratamiento evaluado se recolectaron 10 frutos el 20 de Agosto de 2012 con base a los parámetros de clasificación de la calidad comercial, que fueron definidos de acuerdo con la Norma de Calidad Suprema de México (SAGARPA, 2012). A los frutos seleccionados se les determinaron los índices de madurez y calidad de frut por el método de Bartram et al. (1993) que a continuación se describen:
Diámetro ecuatorial del fruto. Se determinó mediante un calibrador de cinta Cranston (Maurer, USA) y se expresó en centímetros.
Longitud del fruto. Se midió con una cinta métrica y fue expresado en centímetros.
Peso del fruto. Se cuantificó con una balanza digital Ohaus® (modelo Scout Pro, USA) y fue expresado en gramos.
Firmeza de pulpa. Se utilizó un texturómetro universal modelo TA-XT2i (Texture Technologies Corp. Inglaterra). De cada fruto se cortaron dos porciones de pericarpio de aproximadamente 9 cm2. En cada porción, del lado del endocarpio, se determinó la fuerza necesaria para la penetración de un émbolo de 11 mm de diámetro, hasta una profundidad del 50 % del grosor del pericarpio. El valor de la firmeza se expresó en N.
Sólidos solubles totales. Se utilizó un refractómetro digital Atago® (modelo PAL-1, USA, de 0-53 °Brix). Para lo cual se presionó una porción de pericarpio hasta la obtención de 2-3 gotas de jugo sobre la superficie de medición del prisma. Los resultados fueron expresados en °Brix.
Color de la cáscara. Se utilizó un colorímetro marca Minolta, modelo CR-300 (Minolta Ltd. Japón). Se llevaron a cabo dos lecturas en lados opuestos de cada fruto. Mediante los componentes del color en el sistema CIELAB (Domínguez-Soto et al. 2012). El valor de L* representa la claridad del color, donde el 0 corresponde al negro y el 100 al blanco. Los datos a* y b* se transformaron a las funciones del color hue (h°) y croma (C). Hue es expresado como la distancia angular donde 0 representa al color rojo, 90 al amarillo, 180 al verde y 270 al azul, mientras que croma expresa la saturación del color.
Acidez titulable. Se determinó en cada fruto de un bloque con 10 repeticiones. Mediante un extractor de jugos marca Turmix (TUO5, USA), se obtuvieron 10 mL de jugo, al cual se le añadieron tres gotas del indicador fenolftaleína al 1 %, y se registró la cantidad de hidróxido de sodio 0.1N gastado hasta obtener un viraje a color rojo durante la titulación química, según los procedimientos de la AOAC (AOAC, 1980). Los resultados fueron expresados en porcentaje de ácido málico.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos fueron sometidos a un análisis de varianza. Para la diferencia entre medias de los tratamientos se utilizó la prueba de LSD a 95 % (SAS, 1987).
Resultados y discusión
Evaluación de la mortandad de plantas
Durante el periodo que duró el experimento se realizó una evaluación de la mortandad producida por Phytophthora capsici. Los resultados del daño se presentan en la Figura 1, donde se observa que las variedades que presentaron la menor mortandad de plantas fueron Fascinato/Terrano (32 %), seguida por Janette/Terrano (36 %); mientras que las variedades que presentaron la mayor cantidad de plantas muertas fueron Fascinato sin injertar (57 %) y Janette sin injertar (53 %). Lo que indica que el portainjerto Terrano les confirió resistencia a la enfermedad.

Figura 1 Efecto de la combinación variedad/portainjerto sobre la mortandad provocada por la marchitez del chile (Phytophthora capsici) en pimiento morrón. Las líneas verticales en cada barra corresponden a la desviación estándar. Promedios con letras iguales en cada barra no son estadísticamente diferentes (LSD, 0.05).
El principal uso de los portainjertos en cultivos hortícolas en el mundo ha sido proveer resistencia a patógenos del suelo. Las pérdidas potenciales de Bromuro de Metilo como un fumigante del suelo combinado con patógenos resistentes al uso común de pesticidas pudiera generar resistencia a patógenos del suelo siendo más importante en el futuro. Los mayores problemas de enfermedades direccionadas por el portainjerto incluyen las causadas por hongos, bacterias y nematodos (mejorar la sintáxis de éste párrafo). El portainjerto también se ha usado para incrementar la tolerancia a enfermedades fungales foliares, virus e insectos. Si la superficie agrícola utilizada para el uso de portainjertos se incrementara en el futuro, pudiera provocar un cambio en el ambiente microbial del suelo que pudiera conducir al desarrollo de nuevas enfermedades o cambios en la población de los patógeno de las enfermedades actuales (King et al., 2008).
El efecto de control de la enfermedad proporcionado por el portainjerto no es aún bien entendido. Se presume que la principal protección es por evasión, cuando el portainjerto es resistente al patógeno. Esto ha sido confirmado por observaciones en las cuales los brotes de las raíces u otras raíces intactas del brote confieren resistencia a las plantas injertadas. Este incrementó en vigor pudiera también explicar la resistencia a patógenos foliares, especialmente virus (King et al. 2008). Los mecanismos involucrados en la defensa de las plantas de chile (Capsicum annuum) contra P. capsici, son complejos y pocas veces comprendidos en su totalidad. La protección que proporcionan los portainjertos a P. capsici suele atribuirse a la acumulación de compuestos químicos en los tejidos, la activación de enzimas involucradas en la biosíntesis de lignina, alteraciones del metabolismo oxidativo de la planta, la acumulación de compuestos fenólicos, cambios citológicos e histológicos de los tejidos, así como, la síntesis de enzimas capaces de dañar las células del patógeno, la respuesta sistémica adquirida y la respuesta hipersensible. Esta variedad de mecanismos de defensa es reflejo de la naturaleza poligénica de la interacción C. annuum-P. capsici (Castro-Rocha et al., 2012).
El avance en las investigaciones ha demostrado los cambios estructurales y funcionales que se manifiestan en las plantas de chile durante el proceso de infección de P. capsici. La información generada sugiere que las plantas de chile que son resistentes a este patógeno manifiestan una respuesta de defensa más temprana y con mayor intensidad que aquellas plantas que son susceptibles. Además, las plantas de chile resistentes a la infección parecen estar mejor capacitadas para soportar el estrés oxidativo generado por la interacción con el patógeno. Además no se debe ignorar la importancia de isoenzimas y proteínas que han sido reportadas únicamente en variedades resistentes, que pueden ser utilizadas como marcadores de resistencia en programas de mejora genética, y cuya función aun permanece desconocida (Castro-Rocha et al., 2012).
En el presente estudio, se observó que el portainjerto Terrano le confirió mayor vigor a las variedades injertadas, lo que se tradujo en una mayor resistencia a P. capsici. Sin embargo, P. capsici ha causado pérdidas económicas a nivel mundial y solamente algunos cultivares de chile que presentan resistencia parcial están comercialmente disponibles (Gisbert et al., 2010). En México los genotipos que presentaron resistencia a Phytophthora son las líneas de chile Serrano Criollo de Moleros 331 y 334, denominadas SCM 331 y SCM 334 respectivamente (Thabuis et al., 2003). Ambas líneas han sido usadas en programas de mejoramiento, sin embargo variedades de chile con resistencia general a Phytophthora no han sido comercialmente liberadas (Gisbert et al., 2010). Tolerancia a P. capsici ha sido mostrada por los cultivares híbridos de chile Foc y Charlot con similar o mayor tolerancia que SCM 334, la principal fuente de resistencia a P. capsici (Gisbert et al., 2010). SCM 334 presentó más alta resistencia que Chilcote, de acuerdo con reportes previos de investigación (Palloix et al., 1988). El híbrido comercial Tresor mostró baja resistencia a P. capsici con un 75 % de plantas marchitas en 35 días después del injerto y 25 % de plantas con síntomas demorados e incapaces de completar el ciclo de cultivo. Híbridos comerciales F1 de Coyote y Almuden resultaron muy susceptibles, lo que causó su muerte rápidamente. Una mortandad mayor al 50 % fue producida en las plantas de Coyote y de un 10-23 % en plantas de SCM 334, Charlot y Foc (Gisbert et al., 2010). García-Rodríguez et al. (2010) estudiaron la resistencia in vitro a P. capsici de cuatro portainjertos comerciales de chile y del cultivar SCM 334 y encontraron baja incidencia y severidad de síntomas en SCM 334 en las evaluaciones de resistencia, reportándose que SCM 334 fue el único genotipo resistente a P. capsici. El uso de SCM 334 como portainjerto disminuyó significativamente el vigor y el rendimiento. Sin embargo, fue altamente eficaz para proteger al chile ancho Rebelde del ataque de P. capsici ya que todas las plantas sin injertar murieron al ser inoculadas. Este estudio confirma que el uso de SCM 334 como portainjerto tiene potencial para la producción de chile en condiciones de infestación de suelos por P. capsici (García-Rodríguez et al., 2010).
Producción
Se observaron diferencias significativas en el rendimiento entre las plantas injertadas respecto a las plantas sin injertar (control, Figura 2). Las variedades Fascinato y Janette injertadas sobre el portainjerto Terrano produjeron los más altos rendimientos de fruto, registrándose incrementos del 53.47 % y 49.40 % respectivamente, en relación a las mismas variedades sin injertar (control). La efectividad del portainjerto se vio reflejada con los resultados de rendimiento, ya que las variedades control mostraron los promedios más bajos. Ruiz et al. (1997) obtuvieron resultados similares al comparar y evaluar diferentes portainjertos en el cultivo de melón. Por otro lado, García-Rodríguez et al. (2010) evaluaron la resistencia in vitro a P. capsici en cuatro portainjertos comerciales de chile y de la variedad tipo serrano Criollo de Morelos 334, encontrando diferencias significativas en el rendimiento entre las plantas injertadas y sin injertar, se observó que ninguna planta sin injertar sobrevivió a la inoculación con P. capsici. Este estudio confirma que el uso de SCM 334 como portainjerto tiene potencial para la producción de chile en condiciones de infestación por P. capsici.

Figura 2 Efecto de la combinación variedad/portainjerto sobre la producción total en pimiento morrón. Las líneas verticales en cada barra corresponden a la desviación estándar. Promedios con letras iguales en cada barra no son estadísticamente diferentes (LSD, 0.05).
Altos rendimientos comerciales en plantas injertadas de pimiento morrón fueron también obtenidos por Del Amor et al. (2008) y Colla et al. (2008) bajo condiciones de clima mediterráneo. De la misma manera, Lopéz-Marín et al. (2013) mencionan que el uso del portainjerto Creonte incrementó significativamente tanto el rendimiento total y comercial en relación a las plantas no injertadas. Sin embargo, el uso de este portainjerto afectó negativamente los parámetros de calidad del fruto, comparado con las plantas sin injertar y otros portainjertos, dando énfasis de la relación inversa existente entre el rendimiento y la calidad de los frutos (Ho, 1996). En general, el portainjerto promueve el crecimiento vegetativo del injerto debido al más vigoroso sistema radical de los portainjertos, los cuales son a menudo capaces de absorber agua y nutrientes mucho más eficientemente que las plantas sin injertar (Lee et al., 2010). De esta manera, en híbridos de pimiento morrón, Colla et al. (2008) demostraron que las plantas injertadas fueron más altas que el control (plantas sin injertar). No obstante, la promoción del crecimiento y rendimiento difieren, dependiendo de las características del portainjerto y la capacidad para alterar la fisiología de los brotes (Schwarz et al., 2010).
Calidad del fruto
La calidad del fruto es definida como una combinación de estímulos visuales, tamaño, forma y color, y propiedades sensoriales, dulzor, acidez y aroma (Bai y Lindhout, 2007). En el presente estudio, se observó un efecto del portainjerto sobre la calidad del fruto del pimiento morrón (Tabla 1). En el caso del diámetro ecuatorial del fruto, los datos muestran diferencias significativas solamente para Janette/Terrano comparado con Janette sin injertar (Tabla 1), ya que fue mayor el diámetro en Janette/Terrano. Con respecto a la longitud del fruto, se observaron diferencias significativas en los conjuntos Fascinato/Terrano y Janette/Terrano en relación a las mismas variedades sin injertar que presentaron los promedios más bajos en longitud (Tabla 1). En peso del fruto, Fascinato y Janette injertados sobre Terrano presentaron un comportamiento similar que el diámetro y longitud del fruto, mostró los valores más altos las variedades Fascinato y Janette injertados sobre Terrano en comparación a las mismas variedades sin injertar (Tabla 1), lo que indicó que el uso del portainjerto tuvo un efecto positivo sobre el tamaño del fruto. Estos resultados encontrados son similares a los reportados por Doñas-Uclés et al. (2014) quienes mencionan que el uso de portainjertos en pimiento dulce italiano (Palermo/Tresor) mejoró el tamaño del fruto durante dos años de evaluación.
Tabla 1 Efecto de la combinación variedad/portainjerto sobre los parámetros físicos de calidad del fruto en pimiento morrón.

*,**Significativo, altamente significativo a P ≤ 0.001. zPromedios con la misma literal en las columnas son estadísticamente iguales, según prueba de medias LSD (95 %).
Con respecto a la firmeza de la pulpa del pimiento morrón, se observan diferencias significativas en las variedades evaluadas por efecto del portainjerto (Tabla 2), mostró los promedios más altos en las variedades sin injertar que son las que presentaron los promedios más bajos de tamaño del fruto.
Tabla 2 Efecto de la combinación variedad/portainjerto sobre los índices de madurez del fruto en pimiento morrón.

*, NS, Significativo, no significativo a P ≥ 0.05. zPromedios con la misma literal en las columnas son estadísticamente iguales, según prueba de medias LSD (95 %).
Otro parámetro importante fueron los sólidos solubles totales, en la Tabla 2 se muestran los promedios de sólidos solubles, siendo mayores estos en las variedades sin injertar, que además presentaron el menor tamaño de fruto.
En cuanto al color del fruto no se observaron diferencias significativas por efecto del portainjerto dentro de la misma variedad (Tabla 2) debido probablemente a que durante la cosecha se utilizó el siguiente criterio de selección del fruto: cuando al menos 50 % de su epidermis había cambiado de color. La cosecha de los frutos y los parámetros de clasificación de la calidad comercial, fueron definidos de acuerdo con la Norma de Calidad Suprema de México (SAGARPA, 2012). No obstante, existieron diferencias significativas entre las dos variedades estudiadas: Fascinato (fruto color rojo) y Janette (fruto color amarillo), debido a la naturaleza del color de fruto de cada variedad (Tabla 2).
En relación a la acidez titulable en frutos de pimiento morrón, no se observaron diferencias significativas (Tabla 2), sin embargo, las variedades Fascinato y Janette sin injertar presentaron los promedios más altos en comparación a las mismas variedades injertadas sobre el portainjerto Terrano (Tabla 2).
Los procesos agronómicos y fisiológicos que afectan la calidad del fruto de plantas injertadas han recibido mucha atención en investigación, especialmente en sandía, melón, pepino y tomate, y en menor grado en berenjena y pimiento, sin embargo, los procesos bioquímicos y moleculares involucrados permanecen relativamente desconocidos. De esta manera, la identificación de portainjertos y las combinación variedad/portainjerto tienen un efecto positivo sobre la calidad del fruto, especialmente sobre los compuestos que promueven la salud, justifican la continua utilización del injerto (Rouphael et al., 2010). Flores et al. (2010) y Fernández-García et al. (2004) estudiaron la efectividad del portainjerto para promover la calidad del fruto de tomate bajo condiciones de salinidad, encontraron que los sólidos solubles y la acidez titulable fueron los más importantes parámetros químicos de calidad en tomate y estos fueron solamente afectados por la salinidad y no por el injerto. Esto pudiera ser debido al hecho de que el control de la calidad del fruto reside principalmente en los brotes (parte aérea) y no en la raíz o que el efecto del portainjerto sobre la calidad del fruto depende del genotipo usado como variedad (Martínez-Rodríguez et al., 2008). Estos resultados coinciden con los encontrados en el presente estudio, ya que se observaron diferencias significativas en las variedades Fascinato y Janette, en comparación al efecto del portainjerto. Por su parte, Colla et al. (2010) estudiaron la influencia del portainjerto sobre el rendimiento y calidad del fruto en pimiento morrón cultivado bajo condiciones de invernadero y encontraron que la calidad nutricional de los pimientos injertados (contenido de sólidos solubles totales y acidez titulable) fueron similares en comparación a las plantas no injertadas.
Diversos cambios en los parámetros nutricionales como resultado de la utilización del injerto/portainjerto han sido descritos en otras especies. Por ejemplo, en sandía, modificaciones positivas (contenido alto en vitamina C) y negativas (bajo contenido de sólidos solubles) fueron descritos por Proietti et al. (2008) y López-Galarza et al. (2004), respectivamente. Gisbert et al. (2010) mencionan que los portainjertos Foc y Charlot no modificaron el contenido de vitamina C, un importante compuesto nutricional en pimiento morrón. Sin embargo, la ausencia de modificaciones negativas para los parámetros de calidad (contenido de vitamina C y minerales), indican que estos híbridos pudieran ser muy apropiados como portainjertos de pimiento morrón. Jang et al. (2013) estudiaron el efecto de diferentes portainjertos sobre la calidad de fruto de pimiento morrón injertado, destacando que las propiedades de calidad y textural de frutos de pimiento fueron influenciados no solamente por el portainjerto, sino también por el periodo y tiempo de cosecha. Consecuentemente, la combinación portainjerto/variedad, la variedad y el periodo de cosecha pudieran ser cuidadosamente seleccionada para obtener la óptima calidad de fruto deseada.
Conclusiones
Los resultados obtenidos indican que los conjuntos Fascinato/Terrano y Janette/Terrano produjeron los más altos rendimientos en fruto, con incrementos del 53.47 % y 49.40 % respectivamente en relación a las mismas variedades sin injertar. Así mismo, Fascinato/Terrano presentó la menor mortandad de plantas provocada por Phytophthora capsici (32 %), seguida por Janette/Terrano (36 %); mientras que las variedades Fascinato y Janette sin injertar presentaron la mayor cantidad de plantas muertas (57 % y 53 %, respectivamente), lo que indica que el portainjerto Terrano le confirió resistencia a la enfermedad marchitez del chile producida por P. capsici. El uso del portainjerto Terrano permitió aumentar la producción y calidad del fruto del pimiento morrón de las variedades Fascinato y Janette, por tanto se asume que el uso de portainjertos podría ser una técnica viable en la horticultura sustentable del futuro.