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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.62 Michoacán jul./dic. 2015

 

Artículos

 

La construcción de los sujetos en el discurso de toma de protesta de Luis Echeverría Álvarez. Un acercamiento al discurso populista en México

 

Constructing subjects in Luis Echeverría Álvarez's presidential investiture speech. An approach to the populist discourse in Mexico

 

La construction des sujets dans le discours d'assermentation de Luis Echeverría Álvarez. Une approche au discours populiste au Mexique

 

Emmanuel Rojas Botello

 

Programa de Maestría en Comunicación de la Universidad de Guadalajara. Correo electrónico: emmanuelrojasb@gmail.com

 

Fecha de recepción: 31 de mayo de 2014.
Fecha de aprobación: 22 de septiembre de 2014.

 

Resumen

El convulso final de la década de 1960, las presiones sociales, el resquebrajamiento en los pactos institucionales fincados en el corporativismo, la crítica al sistema presidencialista y la desaceleración económica, fueron algunos de los temas "preocupantes" que en gran medida moldearon el "habla" institucional. En este trabajo se usa como marco metodológico el análisis del discurso y, como categoría, la construcción de los sujetos dentro del discurso, tomando como eje la caracterización de los sujetos planteada por Eliseo Verón.

Palabras clave: discurso político, populismo, análisis del discurso, construcción de los sujetos, México siglo XX.

 

Abstract

The convulsive events in the late 1960s, social pressure, the weakening of institutional pacts based on corporate spirit, the criticism of the presidential system, as well as economic slowdown were some of the worrying topics which shaped the institutional discourse to a great extent. The present work uses discourse analysis as its methodological framework and subject construction within the discourse as a category of analysis, relying on the characterization of subjects as suggested by Eliseo Verón.

Key words: political discourse, populism, discourse analysis, subject construction, Mexico 20th century.

 

Résumé

L'agitation de la fin des années 1960, les pressions sociales, les fissures des pactes sociaux ancrés dans le corporatisme, la critique du présidentialisme et le ralentissement de l'économie furent quelques-uns des thèmes « préoccupants » du discours institutionnel. Ce travail utilise comme cadre méthodologique l'analyse du discours et comme catégorie d'analyse la construction des sujets dans le discours, en particulier la caractérisation des sujets comme que l'a proposé Eliseo Verón.

Mots clé : discours politique, populisme, analyse du discours, construction des sujets, Mexique au XXe siècle.

 

EL DISCURSO DE TOMA DE PROTESTA: ¿QUÉ SE BUSCA EN ÉL?

El gobierno mexicano presidido por Luis Echeverría durante el sexenio 1970-1976 ha sido caracterizado como populista por críticos políticos y académicos. Estudios históricos como el coordinado por Amelia Kiddle y María Muñoz, Populism in Twentieth Century Mexico: The Presidencies of Lázaro Cárdenas and Luis Echeverría,1 o el de Soledad Loaeza, "La presencia populista en México",2 ya se ocupaban del asunto.

Es pertinente hacer una primera aclaración: no deben ser confundidos los términos discurso político y discurso populista, pues están pensados en diferentes niveles. En este artículo se entenderá el discurso político como el "producido dentro de la 'escena política', es decir, dentro de los aparatos en que se desarrolla explícitamente el juego del poder".3

Si en el discurso político en general se busca negociar las relaciones de poder existentes en una sociedad, el discurso populista se erige como una manera concreta de hacerlo. El discurso populista toma su nombre por la fuerte apelación que se hace al significante "pueblo", en donde regularmente aparece la exaltación de los sectores menos favorecidos de la sociedad y una promesa de absoluta restitución de la soberanía a este "pueblo", a veces sacralizado, a veces inválido.4

Habiendo múltiples obras que abordan el gobierno de Luis Echeverría se tendría que cuestionar: ¿qué hay del estudio sobre el discurso populista en este periodo? Y en respuesta a ello resaltan trabajos como el análisis lexicológico de Elsa Carrillo-Blouin en Los informes presidenciales en México, 1877-1976 ¿Ruptura o continuidad?,5 el análisis sintáctico de Eva Salgado en El lenguaje como instrumento del poder. El discurso político en México6 o El discurso político de Luis Echeverría7 escrito por Nicolina Montessori, por mencionar algunos. Sin embargo, lo que se propone en este artículo es una perspectiva diferente; lo que se ofrece es analizar la manera en que se construyeron los sujetos en dicho discurso y la función que estos cumplían en el documento.

Motivado por esta cuestión, en el presente artículo interesa saber las atribuciones impuestas a los sujetos en un discurso populista, pero también analizar la función que se les asignó dentro de esta construcción discursiva en un momento coyuntural de la vida política nacional. Para el análisis de los sujetos en el discurso de Luis Echeverría hago uso de la tipología del discurso social propuesta por Eliseo Verón,8 la cual facilitará la extracción de datos.

Parto de las siguientes interrogantes: ¿de qué manera fueron construidos los sujetos en el discurso de toma de protesta del presidente Echeverría? Y ¿bajo qué estrategias discursivas? Esto permitirá conocer los recursos de los que se valió el orador para conformar sujetos y comprender las acciones que estaban implícitas en dicha construcción.

Mi corpus de análisis será el discurso de toma de protesta de Luis Echeverría, pronunciado en 1 de diciembre de 1970 ante el Congreso de la Unión. El motivo por el que seleccioné este texto es porque en dicho documento se anunció un viraje importante en cuanto a políticas públicas en el país; significó un distanciamiento importante con su antecesor e inauguró un nuevo periodo de populismo en México.

Aun dentro de un sistema político tan rígido como el priista, durante buena parte del siglo XX, hay situaciones que ponen sobre la mesa giros discursivos y programáticos importantes. Elsa Carrillo-Blouin, ya ahondó en el corte importante entre los discursos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez: "La novedad de Luis Echeverría será, pues, de justificar y legitimar su mandato y, más allá, al partido que representa, no por la obra cumplida en kilómetros -tradición que venía desde el siglo XIX-, sino tratando de buscar, abierta y -al menos en apariencia- provocativamente, nuevas definiciones de régimen de revolución".9

Por otro lado, a pesar de que todos los presidentes priistas hasta antes de Miguel de la Madrid habían retomado el viejo discurso de la revolución, éste no siempre tenía las mismas implicaciones. Por ejemplo, durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, la revolución fue un logro alcanzado, algo sacro, pero ya acaecido que formaba parte de la herencia. Sin embargo, en el discurso de Luis Echeverría, dicha revolución no era algo dado, sino que se mantenía en renovación y debía ser construida día a día.

Mientras Gustavo Díaz Ordaz mantuvo (de mala manera) la herencia de los antepasados en el discurso, Luis Echeverría habló del "cambio generacional como signo de reconocimiento del pasado pero de atención en el presente en perspectivas a futuro".10

No obstante, también se reconoce entre ambos presidentes diferentes perspectivas de desarrollo económico. Mientras Díaz Ordaz se erigió como el último defensor del modelo económico de "desarrollo estabilizador", Luis Echeverría fue el creador y principal impulsor del modelo de "desarrollo compartido". Estas y otras políticas públicas tuvieron un gran impacto en la manera en que se construyeron los discursos y por ello fueron consideraciones importantes en el momento de elegir este documento para el análisis.

Por otro lado, y a diferencia de los seis informes de gobierno pronunciados durante el sexenio, este texto es un corpus manejable para el análisis, pues cuenta con 23 hojas (el más reducido de los informes de gobierno cuenta con 67 hojas y el más extenso con 120). Es imprescindible mencionar que la cantidad de datos cualitativos contenidos en el discurso de toma de protesta es abundante (a diferencia de los demás informes), lo hace un material interesante.

Analizar a los sujetos no sólo implica saber cómo se les nombra en los discursos, lo verdaderamente relevante es pensar la función que cumple el nombrarlos. Es decir, si a partir del discurso se construyen sujetos con ciertos valores, atribuciones y relaciones, habría que pensar ¿qué situaciones, pretensiones o proyectos impulsan la interpelación dada de los sujetos?

Detrás de toda construcción discursiva hay una intensión. Está en juego la disuasión y persuasión del auditorio en función de uno o varios objetivos. Lo que se pretende en esta investigación es escudriñar en eso que subyace al discurso, en la función que cumplió en el momento histórico coyuntural de la toma de protesta de Luis Echeverría como presidente de México.

El análisis realizado se divide en un preámbulo, una breve explicación sobre las estrategias discursivas para la construcción de los sujetos, el análisis del corpus, y un breve balance sobre los datos extraídos. En el preámbulo me ocuparé de definir el sujeto y la importancia de su análisis; en la siguiente parte, explicaré brevemente las herramientas utilizadas para el análisis de los sujetos; en la tercera figura el análisis dentro del corpus seleccionado, dividido en emisor, receptor, adversario y casos especiales; finalmente se hace un breve balance de los hallazgos develados a través del análisis del discurso.

 

PREÁMBULO

Es necesario comenzar por la definición del término "sujeto". En este trabajo es entendido como una construcción social, como algo determinado en función de un contexto, una cultura y una ideología determinada. No es algo dado e inamovible sino que una persona, una agrupación o hasta una cosa se constituye como sujeto en la medida en que así es interpelado en la sociedad, y es precisamente a través del discurso como práctica social que se le atribuyen características específicas a cada sujeto. Como lo menciona Darío Barboza a propósito de la construcción del sujeto en el pensamiento de Ernesto Laclau:

Los sujetos son construidos mediante la interpelación por parte de la ideología pero en ese mismo proceso en el que recibe la identidad, al mismo tiempo ha de establecerse la diferencia frente al otro. Las identidades con las que uno es "bautizado" no son en ningún momento fijas, son objeto de disputa, nunca pueden llegar a cerrarse en su definición, además de que en esa definición lo crucial es definirse frente a lo que no es uno.11

No hay un sujeto antes de la relación social, sino que éste aparece como resultado. En otras palabras se establecen relaciones construidas en procesos sociales.

La importancia de esta definición reside en que permite observar al sujeto como una construcción que no es absoluta sino móvil en función de un proceso social determinado, es decir, no es algo naturalmente dado sino algo arbitrario, donde hay acciones discursivas que lo nombran no sólo para denominarlo sino para incidir en él, para la creación de una relación. En este sentido, lo que interesa a esta investigación es saber ¿cómo se está construyendo a éste dentro de un discurso? Y ¿con qué objeto? Por razones de extensión he decidido ser corto en la definición, pero claro en cuanto a la perspectiva sobre "sujeto" que es manejada en este trabajo.

Ahora que se ha indagado en lo que es el sujeto, hace falta responder un par de cuestiones más: ¿para qué estudiar al sujeto construido en los discursos? ¿Por qué debería importar? Para comprender la importancia del análisis de los sujetos habría que mencionar que los discursos jamás son neutrales, siempre hay acciones implícitas en ellos; luego, entonces, el sujeto al ser construido discursivamente arrastra con él acciones e intenciones que el orador deposita en aquella construcción.

En términos de Lupicinio Iñiguez, el discurso y la construcción de los sujetos dentro de éste son "un conjunto de prácticas lingüísticas que mantienen y promueven ciertas relaciones sociales".12 Una de las características importantes de los discursos es que posibilitan la transmisión persuasiva de valores, actitudes, saberes, "posicionamientos" del locutor y de los diferentes actores sociales -pero aún más importante para los fines de mi investigación- "buscan legitimar prejuicios e ideologías sobre lo que debe ser entendido como normal, esencial, valido, justo, injusto cuando se trata de la representación de un grupo social".13 Así, pues, nombrar al sujeto implica una posición, implica valores y creencias, y desde luego también implica intenciones y finalidades.

Es importante estudiarlos porque son un componente angular de la manera en que se entienden y asumen las relaciones sociales. Los discursos no sólo son determinados por un orador, sino que tienen la finalidad de estructurar y guiar los entendimientos que los sujetos hacen sobre dichas relaciones.

 

LAS ESTRATEGIAS DISCURSIVAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LOS SUJETOS

Para la recolección de datos, diseñé un cuadro a manera de herramienta de vaciado de datos y organización sistemática de los mismos:

Como se puede observar, fue diseñado en función de la tipología de los sujetos en el discurso político propuesta por Eliseo Verón, en su texto La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política.14 En él se distinguen tres dimensiones a considerar.

En la parte superior aparece el tipo de análisis que se está realizando. Inmediatamente debajo, de izquierda a derecha, se menciona el documento que está siendo analizado. En nuestro caso será el discurso de toma de protesta pronunciado por Luis Echeverría que por cuestiones de espacio aparecerá abreviado por su siglas como DTP. A continuación se hace mención de las líneas que corresponden a la cita textual dentro del texto, mientras que en el extremo derecho de esa fila se indica el número asignado al cuadro.

En la siguiente fila, en el lado izquierdo, se señala el destinatario que es apelado en la cita textual, y se explica de esta manera:

1) El destinatario, es decir, a quien va dirigido el discurso, que a su vez se divide en tres distintos tipos de destinatarios:

- Prodestinatario: corresponde a un receptor que participa de las mismas ideas, valores y objetivos; es el destinatario partidario.

- Contradestinatario: el destinatario negativo, el que es excluido del colectivo de identificación y que podría ser visto como "el adversario".

- Paradestinatario: es el sector de la ciudadanía que se mantiene "fuera de juego" o que discursivamente no fue ubicado como partidario o contrario, sino como un sujeto que se encuentra en medio de las fuerzas políticas.

En la parte media de esa fila se menciona a la entidad la cual se explica de la siguiente manera:

2) Las entidades que crea el enunciador en el discurso para referirse a los sujetos:

- Nosotros: cuando se nombra a los prodestinatarios en función de una relación estrecha con el orador.

- Enumerables:15 aquellos que designan colectivos de naturaleza cuantificable (mexicanos, ciudadanos, hombres, mujeres, etc.).

- Meta-colectivos: no admiten la cuantificación y son más amplios que las identificaciones por adscripción política pura (pueblo, nación, México).

- Formas nominalizadoras: tienen que ver con aquellas expresiones con cierta autonomía semántica que pueden englobar el conjunto de una doctrina o una corriente epistémica. ("la otra política", "arriba y adelante", "los adversarios del progreso").

- Formas nominales de poder explicativo: se utilizan para dar un efecto inmediato de inteligibilidad (la reacción, la crisis, el capitalismo, la hegemonía).

En la parte derecha de esa fila se ubican los componentes que acompañan al sujeto interpelado en el fragmento de texto, los cuales se definen de la siguiente manera:

3) Los componentes que tienen que ver con el plano del enunciado en el cual está referido el sujeto:

- Descriptivo: aquel en el que el enunciador hace un balance de una situación dada.

- Didáctico: corresponde a la modalidad del saber, en donde se enuncia un principio general.

- Prescriptivo: está relacionado con el orden deóntico y aparece como un imperativo universal o universalizable.

- Programático: tiene que ver con el orden del "poder hacer"; en este componente, el orador promete, anuncia y se compromete.

Finalmente, en la parte inferior del cuadro de vaciado se coloca el fragmento textual que interesa analizar del documento.16

 

EL ANÁLISIS

Mediante el uso de mi herramienta para la extracción de datos, de este documento que consta de 23 páginas, extraje 66 cuadros, de entre los cuales examinaré los más representativos, teniendo como criterio al sujeto que se está interpelando en la cita textual. Es decir, será dividido por emisor, destinatario (prodestinatario y paradestinatario), adversario (contradestinatario) y algunos colectivos vistos como sujetos. Finalmente, se realizará un balance y puntualización de los hallazgos encontrados en el análisis.

 

EL EMISOR: LUIS ECHEVERRÍA. EL HOMBRE QUE "PUEDE"

El discurso de toma de protesta (DTP) de Luis Echeverría consta de 6 658 palabras, entre las cuales no figura ni una sola vez la palabra "yo"; sin embargo, sí encontré otras palabras en primera persona del singular, para ser preciso 46 palabras de las que destaca "mi" con diez recurrencias. Por su parte, las palabras localizadas en la primera persona del plural fueron 173, de las que destacan en recurrencia: "debemos" (8), "hemos" (8) y "estamos" (5).17

Estos datos no son menores, pues es posible que revelen una estrategia de impersonalización, la cual podría cumplir con funciones de ocultamiento, de "maquillaje" de una relación vertical y de difuminación de los sujetos particulares como el presidente de la república. Por otro lado, la palabra "mi" y su recurrencia podría estar revelando una estrategia de posesivación, mientras que la recurrencia de "debemos", para el caso de la primera persona del singular, indicaría el fuerte peso de una modalidad deóntica, asuntos que se discutirán a continuación.

Ahora se examinarán algunos extractos del corpus donde se manifiesta la construcción del sujeto emisor. Es preciso señalar que en muchos de los ejemplos se pueden ubicar varios sujetos en escena; lo que nos interesa en este apartado es simplemente el emisor, ya tendremos momento de examinar a fondo a los demás sujetos en los otros apartados.

En algunos casos, como los siguientes, el emisor habla en primera persona:

En el ejemplo anterior hay que notar que recurre a una pequeña descripción del estado de las cosas, con un marcado acento en la cercanía con la gente, en el diálogo y en la voluntad de servicio por parte de Echeverría. Así, pues, no se pierda de vista que al lado de un componente programático que tiene que ver con la promesa de acción, también encontramos recursos como la descripción, los cuales ayudan a sustentar la voluntad de acción.

Tiene un componente programático porque habla de acciones que se realizarán durante su gobierno, por lo que también podemos observar un ethos de potencia. No sólo se habla de lo que "debería" ser hecho, sino de las labores que se llevarán a cabo en concreto, en este caso, el servicio a los compatriotas.

Lo interesante en este cuadro es que si bien es de los pocos en que el emisor se refiere a sí mismo en primera persona, lo hace ligado a grupos sociales específicos, sobre todo a sectores pobres de la sociedad mexicana. En este ejemplo ya podemos ver un patrón recurrente en su discurso: la exaltación de los sectores menos favorecidos de la sociedad. En el ejemplo siguiente se da la misma situación, pero se sustituye a los sectores sociales por entidades más amplias, así mismo el impulso de actividades positivas por la aniquilación de situaciones negativas.

Ciertamente está imbuido en un componente programático porque al igual que el ejemplo anterior el sujeto es nombrado en función de un compromiso, de la promesa de acción futura.

Cabe señalar que el componente programático prevalece cuando el emisor habla en primera persona del singular. Siempre está de manifiesto el poder de acción del emisor. Así es como ubicamos acciones como "cumpliré", "reitero mi compromiso", "velaré". Es, pues, aquí donde logramos ubicar la construcción de un sujeto con fuerza que advierte la presencia de un ethos de potencia. El emisor parece una suerte de dialogador e incansable velador.

No obstante, en la mayoría del texto, las referencias al emisor se diluyen bajo una construcción hecha en la primera persona del plural, es decir, se habla recurrentemente en función de un "nosotros".

El primer caso muestra una modulación deóntica, sin embargo, es en parte ficticia, puesto que con el marcador "pero" resuelve que la característica de "obligación" no es algo exclusivo del ejecutivo federal, sino que en realidad es compartida. Como se puede apreciar, la responsabilidad es un asunto que no se adjudica por entero el emisor, lo cual es recurrente en su discurso.

Esto es contrastante, en los primeros ejemplos mostrados se observa un ethos de potencia construido por el emisor en función de un "yo", pero discursivamente no se construye nunca como ente de completa responsabilidad.

A diferencia de los casos anteriores, el componente en el que se encuentra construido este sujeto es prescriptivo, pues se habla en función de un "deber ser", es decir, de un orden ideal de las cosas, lo cual se manifiesta en una máxima universal: "Los dirigentes estamos obligados a servir de vanguardia", aunque también se puede reconocer la existencia de un componente programático cuando menciona que el sujeto actuará (nótese la presencia del verbo en futuro, característica básica de este tipo de componentes) basado en instituciones y bajo el mandato del pueblo.

En este caso se observa que el componente cambia, ya no se trata del orden del deber, sino de la promesa de acción, nuevamente apelando a sectores bajos de la sociedad y ligado a actividades rurales. La acción del sujeto aparece en buena medida ligada a asuntos agrarios.

En este ejemplo el tema ya no es la soberanía popular o las instituciones sino el impulso a actividades agrícolas y ganaderas, que supuestamente serán impulsadas por el orador, el cual se construye en un "nosotros" probablemente refiriéndose al gabinete de su gobierno.

En los siguientes ejemplos, se observará como el sujeto se construye en función de un "nosotros", pero a diferencia del ejemplo anterior, el grupo por el que habla parece más amplio, en esta ocasión aparece como el vocero de todos los mexicanos.

Este ejemplo está ligado a modelos económicos y es el mismo orador el que indica lo que es "deseable" y lo que no lo es para la comunidad entera, lo que le da un carácter programático ligado a las acciones a realizar, a diferencia del ejemplo siguiente donde la voz de un "nosotros" aparece ligado a asuntos electorales y de participación ciudadana unido a una situación deseable o del deber hacer.

Este tipo de construcción hace parecer a "todos los mexicanos" sujetos que comparten sus propuestas y perspectivas, lo cual los vuelve automáticamente prodestinatarios de sus afirmaciones.

En ambos ejemplos se adscribe a una comunidad "enumerable", pero lo destacable de ello es que toma la voz de éstos y no sólo habla por todos sino que afirma cosas por todos. Es, pues, en términos de Mario Ruffer, un acto de ventriloquía18 en el cual se habla, se afirma y -en el caso de los discursos políticos- se toman decisiones por todos, pero sin consultar a nadie, con total arbitrariedad del orador.

Habrá que poner atención en el último ejemplo expuesto hasta este momento, pues en éste se devela algo interesante. El emisor habla por todos pero pide algo importante: cambio; la pregunta es: ¿hacia dónde se perfila ese "cambio"? Este es un punto interesante del documento, pues el análisis que aquí se realiza, a la luz del contexto dado, apunta a otra cosa, asunto del cual se hablará más adelante.

En el análisis del emisor logré ubicar dos tipos de construcción del sujeto: una referente a un "yo" y otra a un "nosotros". La primera tenía una carga de potencia muy notable aunque era poco recurrente en el texto, mientras que la segunda fue más abundante, pero estaba repleta de asuntos deónticos y de afirmaciones y aceptaciones hechas en nombre de una colectividad, desde un solo sujeto.

 

EL DESTINATARIO (PRODESTINATARIO Y PARADESTINATARIO): LA FORMACIÓN DE UN GRUPO DE IDENTIFICACIÓN

Como ya se mencionaba en la tipología que retomamos de Eliseo Verón,19 hay tres tipos de destinatarios del discurso político: prodestinatario, para-destinatario y contradestinatario. Este apartado sólo se ocupará del análisis del prodestinatario y del paradestinatario, para que el último sea analizado por separado.

En los siguientes dos ejemplos las construcciones hechas de sujetos hacen parecer que éstos comparten la misma postura que el orador y, por tanto, son ligados a características y cualidades positivas.

En este cuadro se observa que a pesar de que el mensaje va dirigido a un prodestinatario al cual Echeverría ha dotado de valores positivos, también se le ha sujetado a compromisos; así, pues, parece que los ciudadanos han firmado una especie de contrato en el cual se comprometieron a trabajar en alguna "tarea colectiva" que no es explicada.

Salta a la vista que en este ejemplo habla de "conciudadanos", lo cual tiene un carácter autorreferencial. Al hablar de conciudadanos el orador también se erige como uno. Nótese que el contexto en el que se maneja como "conciudadano" está sostenido en el tema de una "gran tarea colectiva", lo cual no es menor, pues es la manera en que se adhiere a un grupo y toma la voz por ellos, esta vez como un ciudadano más.

Vale la pena señalar que con la construcción del "revolucionario", no sólo se enlistan sus deberes como en el ejemplo anterior, sino que alternamente se hace una tipología del mismo. Lo interesante de este ejemplo es que están en juego cualidades y sectores sociales bien definidos, que finalmente sirven para encumbrar la figura del revolucionario encarnado por sectores populares y, a su vez, encumbrar una tradición de la cultura política mexicana.

El sujeto en este cuadro, no es sujeto relacionado a acciones determinadas, sino a cualidades, no está metido en un carácter deóntico, ni está manifestado bajo acciones a realizar, en realidad lo único que se aporta en esta construcción es una mera descripción del mismo. Sin embargo, esa descripción no es estéril, está sujeta al individuo nombrado a ciertas cualidades, que a su vez se traducen en actitudes insertas a los sujetos desde el discurso mismo, es decir, pasan por un proceso de adjetivación que les da cualidad, pero también invita a la toma de actitudes.

En este enunciado, el alumno tiene deberes y uno importante es el de "cultivar sus aptitudes para la acción creadora", asunto que al parecer sólo Echeverría comprende a cabalidad porque él lo menciona aunque no lo define. Es importante señalar este ejemplo, pues en él se pueden ver abusos en el uso de recursos deónticos, como también lo expresa el caso siguiente.

El campesino también tiene deberes, el de transformar su medio, cosa que no es menor, puesto que es depositar en este sujeto deberes también institucionales, la pregunta que salta en este punto es: ¿dónde está el deber compartido del que pregonaba en otros puntos? Si es cierto que aparece como un sujeto activo, su actividad fue determinada desde el discurso mismo.

Tras haber observado estos ejemplos, resalta la característica deóntica de todos los ejemplos. Así, pues, se construye a los conciudadanos, al revolucionario, al alumno, al campesino en función de sus deberes adscritos por sectores.

A continuación se señalan algunos grupos poco acotados por el orador, grupos que son muy amplios por su indeterminación.

A diferencia del revolucionario del cual se extrajo una tipología en el cuadro 10 (enumerable), el pueblo aparece como una entidad correspondiente a un meta-colectivo singular. El cual es más amplio que un sector productivo y menos determinable que un grupo de adscripción política o ideológica. El pueblo en este ejemplo es un sujeto, con capacidades humanas como la de "arredrarse", pero en un contexto tan general que puede ser cualquier persona adscrita a cualquier sector.

Esta utilización de meta-colectivos es una constante en el discurso político, desde mi apreciación, parecen funcionar como "grandes bolsas" donde se puede meter a cualquier sujeto o colectivo que amerite la ocasión. Creo también que es una estrategia de cohesión que alivia al orador de la compleja tarea de reunir a diferentes sectores productivos y clases sociales ideológicamente contradictorias en su discurso, es crear un concepto donde cabe todo lo que se quiera. Profundizaré un poco más en este asunto cuando toque hablar de los colectivos donde algunas cosas son construidas como sujetos.

En otro plano de la construcción del destinatario, se puede ubicar con especial acento, una de las características que propone Patrick Charaudeau es aquella que tiene que ver con la formulación de una "situación catastrófica".20 En el discurso de Echeverría es recurrente poner a los destinatarios en una situación de victimización, de marginalidad y de pobreza, por ello también son numerosas sus alusiones a los estratos más bajos de la sociedad. Observemos los ejemplos siguientes:

Como ya se ha mencionado líneas arriba, los sectores pobres de la sociedad tienen un lugar privilegiado en el discurso de Luis Echeverría, pero como se observa en este ejemplo aparecen adscritos a una situación adversa, aparecen como sujetos pasivos que resisten condiciones negativas. El componente descriptivo muestra ese efecto, pues se intenta "mostrar" o dar a conocer una situación concreta en la que están insertos los sujetos mencionados; en este ejemplo la situación tiene que ver con la "elevación del costo de la vida", con lo cual se puede suponer que refiere al constante aumento en costos de los bienes y servicios, así como de los insumos básicos, lo cual aparece como una condición adversa para las clases populares en concreto.

Si es cierto que se puede reconocer en la última línea de este ejemplo la existencia de un componente prescriptivo; hay que señalar que el sujeto aparece envuelto en una situación, es decir, también se puede reconocer un componente descriptivo que le ayuda al orador a sostener la prescripción del caso.

Al igual que el caso anterior hay un "escenario" adverso para el sujeto nombrado, que en este caso son los "compatriotas" (el cual también tiene connotaciones autorreferenciales, véase cuadro 9); sin embargo, hay algo que cambia radicalmente el entorno, en este ejemplo ya se plantean acciones a futuro, ya hay una política establecida a través de la construcción de un sujeto y de las acciones que serán llevadas a cabo para su beneficio y no sólo la descripción de una situación adversa en la que se encuentra sumido el sujeto.

En estos tres ejemplos resalta el elemento descriptivo y la enumerabilidad de los sujetos mencionados. Es decir, la situación de dolencia y pobreza no es algo que recaiga en un grupo impreciso, sino que es cosa de sujetos enumerables, específicamente los que están en las clases bajas.

Al inicio de esta investigación se podía pensar que la aparición de una situación catastrófica debía estar velada, oculta y amortiguada por la lógica política de aquellos años, sin embargo, este análisis nos muestra que la formación de una situación crítica fue mucho más desnuda de lo que se hubiera imaginado.

Vale la pena hacer mención especial del último ejemplo donde se nombra al indígena, pues en el caso de este grupo humano, se muestra como un sujeto inválido, como un interdicto necesitado de tutela. El ejemplo anterior ya daba constancia de ello cuando se mencionaba: "Mientras no los incorporemos al avance de la comunidad, serán extraños en su propia tierra". Como se puede ver es un sujeto pasivo, que necesita la acción externa para desarrollarse y en ese sentido aparece en el documento como el sujeto al que se tenga que incorporar "al avance" y no el que pueda incorporarse. Y el ejemplo continúa:

Es pues el Estado pensado como el dador, el que llevará la técnica y la educación a estos sujetos construidos en total indefensión y en medio de una situación catastrófica. Como podemos ver el "movimiento" de los indígenas está determinado desde el exterior de éstos.

Vale la pena recalcar esta postura, pues es un hallazgo importante que el pueblo, el ciudadano, el campesino, el obrero, hasta el alumno, aparezcan como sujetos con capacidades, activos y con deberes, mientras que el indígena es incapacitado discursivamente, lo que por sí mismo ya da señales claras de construcciones ideológicas dominantes.

Finalmente, en este discurso logré ubicar una situación a la que me refiero como "trato especial de sectores delicados". Como el contexto nos señala, Echeverría tuvo que hacer frente a fuertes crisis sociales y movilizaciones juveniles. Esto podría explicar los datos siguientes.

De la mujer sólo se habla en sentido positivo, se habla de sus logros sociales. A diferencia del indígena, por ejemplo, la mujer ya es incorporada, incluso es activa "...y ha contribuido activamente" a resolver problemas sociales. De tal manera que en este fragmento se puede notar una reivindicación de género, pero pocos elementos más. Algo similar se observa con la apelación a los "jóvenes" en el ejemplo siguiente.

A diferencia de los campesinos, obreros, estudiantes y padres, las mujeres y los jóvenes no aparecen metidos en asuntos referentes al deber, parece que en estos párrafos sólo preocupa hablar de sus cualidades de una manera descriptiva, parecen sujetos tocados con "pinzas" en los que no se habla de deberes u obligaciones sino de características y cualidades positivas únicamente.

El joven es ligado a la idea de fuerza laboral "...se incorporan tempranamente a las actividades productivas..." pero no desde una perspectiva deóntica sino meramente descriptiva.

Y, por su parte, las fuerzas armadas como institución básica para el sostenimiento del régimen, aparecen en este caso con funciones específicas: de protector y salvaguarda de la patria; algo sugerente es el hecho de que se les nombre como extensión del pueblo y al cual se le enmarca no como alguien que "debe" sino como alguien a quien se le agradece.

Por ello se reconoce un componente didáctico, en el cual no sólo se informa, sino que se lanza una "máxima", una especie de lección a ser aprendida, la cual tiene que ver con el merecimiento de "respeto, afecto y gratitud de la nación" hacia este sector particular. Dicha lección es sostenida por una descripción de los mismos y una exaltación de sus supuestas cualidades.

 

EL ADVERSARIO (CONTRADESTINATARIO): CONTRA LOS MALOS EMPRESARIOS Y LOS INTERESES EXTRAÑOS

En primer lugar habría que señalar que el adversario o contradestinatario, aparece como un sujeto indeterminado, no se puede saber que personas son este adversario, aunque sí se sabe lo que hace e inclusive se pueden reconocer algunos sectores. Como se podrá observar en los ejemplos siguientes, casi todas las entidades serán meta-colectivos; sólo en uno de los casos se hablará de una entidad enumerable.

En segundo lugar, este adversario, en el caso particular de los informes de Luis Echeverría, es también el adversario de las mayorías. Es recurrente que el adversario se encuentre ligado a intereses económicos particulares y que esto sea en detrimento de la base popular, de la cual el emisor ya se ha postulado en repetidas ocasiones como defensor legítimo.

A través de una afirmación individual -sin mayor respaldo en alguna voz de autoridad- el orador desacredita la intención del adversario, adversario que aparece en un escenario ligado a asuntos económicos, lo cual no es menor, pues en aquellos años el tema era cuando menos ríspido. Este cuadro podría indicar en buena medida que el adversario es construido como el enemigo de una estabilidad económica y, por ello, por esa "lección" dada se presume un componente didáctico.

Un rasgo interesante de este tipo de construcción de los sujetos es que se hace una descripción de los adversarios, como una especie de tipología. Como se puede observar, aquí hay una ausencia de características deónticas o de otra naturaleza, a diferencia de la construcción de los otros.

Por otro lado, el adversario es a su vez enemigo de "la renovación" propuesta por Echeverría. Es ese sujeto que pretende otra vía o contempla otras opciones, en esta metáfora de movimiento tan utilizada en el discurso analizado, el enemigo será aquel que se "detenga" o aquel que "retroceda".

Este tipo de construcción discursiva alentó múltiples conflictos entre el gobierno federal y el sector empresarial del país. Si bien el adversario no está denotado, sí da suficientes elementos para poder leer connotaciones negativas hacia este sector económico en particular.

Finalmente, si ya se había caracterizado al revolucionario, Echeverría no se detuvo allí y caracterizó a lo que no es un revolucionario, que por la relación dicotómica construida se convierte en el adversario.

Llama la atención que se apele a "fuerzas e intereses extraños"; esto deja ver que no sólo se piensa en los enemigos y adversarios internos, sino en adversarios que trascienden las fronteras. Hace falta revisar el contexto para entender la inclusión de este enemigo "externo", asunto que se atenderá más adelante.

El soñador de revoluciones, anarquista y provocador, no parecen tener relación con grupos específicos o por lo menos ya detectados, sin embargo, a través de este enunciado se puede observar que un tema importante era la salvaguarda de la estabilidad política. En ese mismo tenor se lee el último ejemplo:

El adversario no sólo es local sino también externo, parece que aparte del empresario o el "no revolucionario", hay intereses externos que amenazan a los "asuntos internos", de tal manera que México -en un acto de ventriloquia- rechaza tales intromisiones, lo cual tiene un cariz programático porque va relacionado con las acciones a realizar con "continuar".

 

COLECTIVOS NOMBRADOS COMO SUJETOS

Mientras desarrollaba esta investigación me percaté de algo importante e imprescindible: hay cosas o entes inmateriales que también son construidos como sujetos. En los discursos de Echeverría, objetos, ideas y lugares también se transforman en sujetos. Algunos ejemplos de estos casos son los siguientes:

Este enunciado simplemente describe una situación, pero en la cual México aparece como un sujeto que realiza una acción, la de vivir una situación, que tiene que ver con la estabilidad política del Partido Revolucionario Institucional y su estructura corporativa.

Nuevamente se detectó el "deber" en la construcción de este sujeto, pero al ser indeterminado y amplio el sujeto también lo es su deber. El "reparar desde su base la construcción de una sociedad moderna" es un deber tan amplio y tan poco delimitado por el orador que da la impresión de no explicar ninguna acción concreta a realizar.

Este último ejemplo es digno de mención específica, pues México aparece como un sujeto que "ha logrado" algo, lo cual a simple vista parecería que lo vuelve activo, pero cuando se sigue adelante en el ejemplo, da cuenta de que en realidad esta acción está supeditada a la de un ente superior: el gobierno, el cual determinó esos "logros". Esta trampa retórica muestra claramente que en realidad se entiende como sujeto activo al gobierno en detrimento del "México" que es utilizado para denominar a un conjunto de personas.

En los siguientes ejemplos, a México y a la nación se le atribuyen propiedades correspondientes a los seres humanos, por ejemplo: México vive, sigue, logra y hasta tiene "clara conciencia", por su parte la nación "puede estar cierta".

Desde luego esta humanización de cosas con otra naturaleza, tiene que ver con crear grandes categorías para denominar colectivos humanos, pero con una importante adscripción territorial e ideal (a una comunidad imaginada), luego entonces se puede ver que este tipo de recursos encubre asuntos importantes como la sujeción de grandes colectivos -poco determinados en el discurso- a una "conciencia" (vaya atributo) en el ejemplo 4, o el juego de sujetos pasivos y activos como ya lo esbozamos en el tercer ejemplo de este apartado.

Como ya lo esbocé un poco en el bloque anterior, el orador se construye a sí mismo dentro de un ethos de potencia, aparece como un sujeto activo que "cumple" (ejemplo 1), "que vela" (ejemplo 3), que tiene la fuerza necesaria para llevar a cabo acciones en pro de la nación.

Por el otro lado aparece el "nosotros", construcción más recurrente, pero que a diferencia de lo expuesto en primera persona en este tipo de construcción, no se observa un ethos de potencia, sino que hay con afirmaciones apelando a grupos numerables y que pueden ser vistos como un acto de ventriloquía, dado que se habla por todos, a través de la voz, los valores y la ideología de uno. Vale la pena señalar las consideraciones de Gilberto Giménez a este respecto:

Hay que estar negociando permanente con todos ellos y organizando con frecuencia manifestaciones, ritos de unidad y liturgias aglutinadoras. Con otras palabras: hay que estar construyendo permanente al partido político o al grupo en cuestión. A esto nos referimos cuando hablamos de "macro o micropolíticas de grupalización".21

Pero también hay que advertir que a través de esta estrategia también se construye un orden en las cosas, una concordancia de ideas, y más importante aún se auto-otorga el consentimiento para llevar a cabo acciones arbitrarias por medio de una voz colectiva falsa.

Por su parte, el destinatario (prodestinatario y paradestinatario) en el discurso echeverrista está totalmente impregnado de la formación de un "nosotros", pero si en el apartado pasado lo observamos como un acto de ventriloquía, en esta se expone también como una estrategia que otorga responsabilidades, que da obligaciones y que asigna órdenes para un colectivo, pero fuera de él.

Recurrentemente se nombra al otro pero en función de un deber, el sujeto prodestinatario y paradestinatario es el que "debe hacer" y "el que debe trabajar", lo cual contrasta con la figura del emisor, pues a diferencia del receptor, éste no parece tener deberes (salvo en una ocasión) ni parece estar obligado; en realidad su apariencia es la de "poder hacer", tiene una finalidad más "creadora", a diferencia del receptor, quien tiene una función eminentemente de responsabilidad sobre sí mismo y sobre el accionar del país.

Vale la pena señalar también el predominio del componente descriptivo, en donde a veces, los sujetos fueron construidos con cierta minuciosidad, mientras que en otras ocasiones fueron puestos como algo indeterminado, como una bolsa amplia donde caben muchos individuos.

Otro de los hallazgos encontrados es que esta construcción del receptor corrobora algunas de las categorías que Charaudeau expone para el discurso populista, en específico las que tienen que ver con la "formación de una situación catastrófica" y la de la "causa del mal y los culpables". Buena parte del Discurso de toma de protesta habla sobre una situación terrible y de urgencia para las "mayorías", para los amplios sectores, con lo cual se verifica un proceso de victimización de la población.

 

INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS OBTENIDOS Y CONCLUSIONES

Al iniciar la década de 1970, la desaceleración económica y la pérdida del "milagro mexicano" fueron puntos clave para la configuración del discurso. Por otro lado, una política económica redistributiva era condición para calmar las tensiones sociales que empezaban a reflejarse de manera peligrosa a través de la guerrilla y demás agrupaciones contestatarias. Ello también explica la búsqueda de mayor control sobre la inversión privada: fue uno de los temas fuertes dentro de la construcción de los sujetos.

Durante los últimos años de la década de 1960 se registró una notable desaceleración de la economía nacional, lo cual repercutió con fuerza al momento de la toma de posesión de Luis Echeverría. Al parecer, el modelo de "desarrollo estabilizador" dejó de dar los resultados esperados, puesto que también tuvo su costo político: las diferencias entre los grupos privilegiados y los marginales seguirán ensanchándose y causarán malestar social.22

Esto podría explicar también por qué de las siete referencias al adversario encontradas en el DTP, cinco de ellas están relacionadas al tema económico y fuertemente ligadas con los empresarios, es decir, el adversario más preocupante o por lo menos el que ocupa más espacio en el discurso, es el empresario renuente, el empresario incapaz o el empresario mal intencionado, lo cual es verificable en los siguientes fragmentos: "Quienes pregonan que primero debemos crecer para luego repartir" (cuadro 12); "Los empresarios mexicanos que venden negocios renovables, y aun florecientes" (cuadro 17).

En cuanto a la construcción del orador, el Presidente en turno se construyó como el sujeto que podría traer bienestar a todos los mexicanos y salvar las desigualdades verificadas antes de su sexenio. Asimismo, se ostenta como el coordinador de los más altos esfuerzos y aspiraciones de la nación, como se observa en el cuadro 24: "Para el Ejecutivo Federal, gobernar será distribuir equitativamente el fruto de redoblados esfuerzos".

El momento de la Toma de Protesta estuvo marcado por la crítica a los viejos esquemas económicos frente a las nuevas situaciones mundiales. Si bien el desarrollo estabilizador había funcionado muy bien durante décadas, los desajustes sociales que había propiciado estaban cobrando factura y, por tanto, para un gobierno con deudas sociales importantes como el de Luis Echeverría fue imprescindible un modelo económico socialmente "amigable" y proteccionista que garantizara la aprobación de la creciente clase media nacional y, a su vez, creara mecanismos de control estatal más estrechos en el ámbito económico.

Desde el discurso, la nueva política económica parecía clamar por justicia social y crecimiento constante y formó a su adversario en los grupos empresariales, los intereses exteriores y la inmovilidad económica.

Con lo anteriormente referido se puede observar que el orador en cuestión hizo de una coyuntura histórica su principal arma discusiva, a través del malestar generalizado se mostró como el hombre capaz de cambiar y ordenar positivamente el futuro del país, quien a través de su discurso tendiente a la redistribución buscó conciliar con ciertos grupos que se habían distendido a partir de 1968.

En cuanto a la construcción de los sujetos hecha en este tema, se puede observar un esfuerzo mayor del orador por deshacerse de una imagen autoritaria, como se puede observar en el cuadro 8, el orador aparece como un "servidor" del "pueblo", como un sujeto en el que recae la voluntad popular. Este afán de desmarcarse de una figura autoritaria nuevamente puede ser visto como el cobro de una deuda pendiente desde 1968 y que había sido pieza clave en los avatares políticos de inicios de aquella década.

Con el análisis realizado, a la luz de un contexto concreto se puede argüir que la construcción de los sujetos que Echeverría efectuó en su discurso tenía como objetivo ratificar la autoridad presidencial frente a un momento de fuerte cuestionamiento.

Con este contexto tenso en el tema político y social se puede observar que se tuvo especial cuidado al justificar las acciones emprendidas legal e institucionalmente, apelando a cuestiones irrebatibles como la constitución o la voluntad popular y la justicia social.

De tal modo que el fin último del discurso pronunciado parece ser el sostenimiento del sistema político mismo. A pesar de que en el discurso se habla de "avance", de "progreso" y de "importantes cambios", lo que parece interesar de fondo al discurso es hacer frente a los desajustes de un sistema político que había funcionado durante décadas, pero que bajo las nuevas circunstancias de la segunda mitad del siglo XX tuvo que reajustarse para garantizar su subsistencia.

En ese sentido, la construcción de los sujetos no significó una nueva relación entre la sociedad y su gobierno, ni significó atención más eficaz a las necesidades de los ciudadanos, sino la puesta en marcha de estrategias que hicieran posible el ensanchamiento del control estatal y la vigencia del sistema presidencial y corporativo.

A manera de cierre, hace falta decir que con esta investigación se ha buscado comprender los supuestos bajo los cuales se entiende el discurso político. A través de la construcción de los sujetos se abre una ventana analítica que permite ver valores, relaciones e intenciones detrás de dicho discurso en un momento histórico determinado.

Como el caso de estudio permitió observar, las estrategias de legitimación, cohesión y margen de acción pretendido por el gobierno fueron (y siguen siendo) desarrolladas desde lo discursivo guiadas en buena medida hacia la exaltación de lo popular y las clases menos favorecidas, el estudio de los discursos oficiales de Luis Echeverría coadyuvó a comprender los supuestos con los cuales se buscó mantener tradiciones, instituciones y construir socialmente los entendimientos sobre el ejercicio de la política.

 

Notas

1 Kiddle, Amelia, y María Muñoz, Populism in Twentieth Century Mexico: The Presidencies of Lázaro Cárdenas and Luis Echeverría, Tucson, University of Arizona Press, 2010.         [ Links ]

2 Loaeza, soledad, "La Presencia populista en México", en Guy Hermet, Soledad Loaeza, Jean Francois Prud'homme (Compiladores), Del populismo de los antiguos al populismo de los modernos, México, El Colegio de México, 2001, pp. 365-389        [ Links ]

3 Giménez, Gilberto, Poder, Estado y discurso. Perspectivas sociológicas y semiológicas del discurso político-jurídico, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1989, p. 148.         [ Links ]

4 Para mayor referencia en torno a la construcción de "pueblo" en los discursos populistas vale la pena consultar: Madriz, Fernanda, "La noción de pueblo en el discurso populista", en Revista aled, v. 2 (1), pp. 69-92.         [ Links ]

5 Carrillo-Blouin, Elsa, Los informes presidenciales en México, 1877-1976 ¿Ruptura o continuidad?, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1996.         [ Links ]

6 Salgado, Eva, El lenguaje como instrumento delpoder. El discurso político en México, ciudad de México tesis de doctorado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, 2000.         [ Links ]

7 Montessori, Nicolina, El discurso político de Luis Echeverría, Leiden, tesis de maestría de la Universidad de Leiden, 1988.         [ Links ]

8 Verón, Eliseo, "La palabra adversativa. Observaciones sobre la enunciación política", en Eliseo Verón, El discurso político. Lenguaje y acontecimientos, Buenos Aires, Hachette, 1987, pp. 13-26.         [ Links ]

9 Carrillo-Blouin, Los informes presidenciales en México, p. 525.

10 Carrillo-Blouin, Los informes presidenciales en México, p. 525.

11 Barboza Martínez, Darío, "La construcción de los sujetos sociales: entre Hegel y Althusser", en Tales, núm. 4 (noviembre de 2011), pp. 313-335.         [ Links ]

12 Íñiguez, Lupicinio, Análisis del discurso: manual para las ciencias sociales, Barcelona, Universitat Oberta Catalunya, 2006, p. 98.         [ Links ]

13 Gutiérrez Cham, Gerardo, Teoría del discurso: estrategias periodísticas, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2003, p. 15.         [ Links ]

14 Verón, El discurso político.

15 "Enumerables" es como Verón lo apunta en su obra. Véase Verón, El discurso político, p. 18.

16 He presentado estos términos como una manera de explicar rápidamente los códigos bajo los que opera el cuadro de vaciado de datos y con la intención de que dicho cuadro tenga sentido para el lector; sin embargo, no es intención de este trabajo ahondar más en dichos términos; si hubiera necesidad de ello se recomienda revisar directamente la obra de Eliseo Verón.

17 Los datos fueron obtenidos con ayuda del programa computacional Atlas ti.

18 Corona Berkin, Sarah, y Olaf Kaltmeier, En diálogo: metodologías horizontales en las ciencias sociales, Barcelona, Gedisa, 2012.         [ Links ]

19 Verón, El discurso político, pp. 13-26.

20 Charaüdeaü, Patrick, "Reflexiones para el análisis del discurso populista", en Discurso y Sociedad, v. 3: 2 (2009), pp. 253-279.         [ Links ]

21 Giménez, Gilberto, La cultura como identidad y la identidad como cultura, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2005, p. 15.         [ Links ]

22 Muestra de ello es que tan solo el 10% de las familias más ricas de México poseían el 37% del ingreso total en el país. Si bien el país creció económicamente, lo hizo de manera tan dispar que ensanchó la brecha existente entre las clases sociales. Véase Ramales, Martín, La política del desarrollo compartido (1970-1976), México, Observatorio de la economía latinoamericana, 2003, pp. 1-18.         [ Links ]

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