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Tzintzun. Revista de estudios históricos

On-line version ISSN 2007-963XPrint version ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  n.60 Michoacán Jul./Dec. 2014

 

Artículos

 

La cimentación de la Confederación de Trabajadores de México

 

The foundation of the Confederation of Mexican Workers

 

La fondation de la Confédération des Travailleurs du Mexique

 

Daniela Spenser

 

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Correo electrónico: spenser@prodigy.net.mx

 

Fecha de recepción: 7 de enero de 2014
Fecha de aprobación: 9 de abril de 2014

 

Resumen

El artículo argumenta que el dirigente y político mexicano, Vicente Lombardo Toledano, quien dedicó su vida a la creación de sindicatos, revistas, universidades obreras, periódicos y partidos, tenía una concepción de la democracia popular cuyo eje y ejecutor era el Estado. El enfoque metodológico para elaborar los argumentos no es solo la historia social y política, sino la biografía con la que aquélla está articulada. La articulación de historia y biografía otorga una dimensión subjetiva a la proyección del individuo en la trayectoria de su tiempo. El artículo se basa primordialmente en el archivo de Lombardo Toledano y cruza los datos de este archivo con otros archivos, lo que permite reexaminar las relaciones entre Lombardo Toledano y el Partido Comunista Mexicano, las componendas entre él y Fidel Velázquez y los métodos para lograr que la CTM penetrara en los estados del país. En última instancia, el problema que el artículo discute es la democracia obrera y la autonomía sindical.

Palabras clave: Vicente Lombardo Toledano, la Confederación de Trabajadores de México, sindicatos, democracia.

 

Abstract

The article argues that the Mexican leader and politician, Vicente Lombardo Toledano, who dedicated his life to the creation of labor unions, newspapers, workers' universities, magazines and parties, held a concept of popular democracy whose axis and executor was the State. he methodological focus to elaborate the arguments of this article is not only social and political history but also the biography with which it is articulated. he articulation of history and biography grants a subjective dimension to the projection of the individual in the trajectory ofhis times. he article is based primarily on the archive of Lombardo Toledano and combines information from this archive with other archives, permitting one to reexamine the relations between Lombardo Toledano and the Mexican Communist Party, the compromises between him and Fidel Velázquez and the methods to achieve the CTM's penetration in the country's states. Ultimately, the problem that the article discusses is worker's democracy and union autonomy.

Key words: Vicente Lombardo Toledano, Confederation of Mexican Workers, labor unions, democracy.

 

Résumé

L'article défend l'idée que le dirigeant et homme politique mexicain, Vicente Lombardo Toledano, qui dédia sa vie à la création de syndicats, de revues, d'universités ouvrières, de journaux et de partis, concevait l'Etat comme l'axe et l'exécutant de la démocratie populaire. L'approche méthodologique choisie ici n'est pas seulement l'histoire politique et sociale mais aussi la biographie avec laquelle celle-là est articulée. Le couple histoire-biographie offre une dimension subjective à la projection de l'individu dans la trajectoire de son temps. L'article se base principalement sur les archives de Lombardo Toledano et en croise les données avec celles d'autres archives, ce qui permet de réexaminer les relations de Lombardo Toledano avec le parti communiste mexicain, les arrangements avec Fidel Velázquez er les méthodes permettant la pénétration de la CTM dans tous les états du pays. En dernière instance, le problème discuté par l'article est la démocratie ouvrière et l'autonomie syndicale.

Mots clé : Vicente Lombardo Toledano, Confédération des Travailleurs du Mexique, syndicats, démocratie.

 

 

"El hombre digno de su misión en la vida
es siempre un acelerador del destino histórico".

Lombardo Toledano

La historia de la fundación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y de sus primeros años es ampliamente conocida. La versión canónica es, en síntesis, que el 12 de junio de 1935 el ex presidente Plutarco Elías Calles envió a los periódicos una declaración que cuestionaba las movilizaciones de los sindicatos y el apoyo del presidente Cárdenas a las huelgas. Calles criticó a Vicente Lombardo Toledano por organizarlas y al presidente Lázaro Cárdenas por tolerarlas.[1] En respuesta y por iniciativa de Francisco Breña Alvírez, el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), varias agrupaciones obreras indignadas por la indebida intromisión de Calles en los asuntos del nuevo gobierno, se reunieron para crear el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP): además del SME, el Comité juntó a la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM, creada por los comunistas en 1929), a la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), creada por Vicente Lombardo Toledano en 1933 además de varios sindicatos independientes. La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y la Confederación General de Trabajadores (CGT) permanecieron fieles a Calles y no se unieron a la iniciativa.

En febrero de 1936, con el apoyo del presidente Cárdenas, estas organizaciones fundaron la CTM. Hubo discordia entre los diferentes dirigentes sindicalistas y partidistas por los puestos de la dirección. Los comunistas, apoyados por los electricistas, ganaron por votación mayoritaria la secretaría de organización. Fidel Velázquez y sus amigos objetaron los resultados de la votación. Tanto los comunistas como Lombardo Toledano cedieron y la secretaría pasó a manos de Fidel. Los comunistas conservaron puestos menores en el comité nacional de la central. Esta composición de la dirección de la CTM hizo crisis al año siguiente. Aun antes, numerosos sindicatos abandonaron la organización acusando a Lombardo Toledano de antidemocrático mientras que los lastimados comunistas querían, pero no lograron revertir su posición inferior frente a los otros que eran anticomunistas. Las discordias y la politización de la CTM la debilitaron, propiciaron su subordinación al Estado y la corporativización del movimiento obrero. El presidente Miguel Alemán destruyó los vestigios de su independencia por medio del charrismo, la burda imposición de dirigentes sindicales.[2]

Esta somera descripción de la fundación y de los inicios del funcionamiento de la CTM se vuelve parcial cuando se aborda desde otra perspectiva y cuando se incorporan nuevas fuentes para su análisis. Al hacerlo, los temas que brotan para ser reexaminados son las relaciones entre Lombardo Toledano y el Partido Comunista Mexicano, las componendas entre él y Fidel Velázquez con sus amigos, así como los métodos para lograr que la CTM penetrara en los estados del país. En última instancia, el problema a discutir es la no alcanzada democracia obrera y la autonomía sindical.

 

El enfoque biográfico

Este trabajo es también un capítulo en la vida de Vicente Lombardo Toledano. ¿Por qué una biografía y no una historia social y política como la forma de abordar la fundación de la CTM y de trazar sus primeros años?, ¿por qué privilegiar la perspectiva de un individuo y no ceñirse al proceso histórico del que Lombardo Toledano formaba parte de una manera destacada?

Al elegir el enfoque biográfico no se busca relatar la vida de un gran o famoso hombre y hacer la obsoleta historia de bronce, a pesar de que "algunos individuos clave también son importantes, y [...] las decisiones fundamentales que ellos toman alteran el curso de la historia".[3] Cierto, pero hay más. El enfoque biográfico permite profundizar en la historia social y política (la objetiva) por medio de la dimensión subjetiva del protagonista de la historia, en la convicción que sus actos públicos fueron tan importantes como sus intenciones no articuladas, sus sentimientos, sus silencios o lo que únicamente dijo en soliloquios, sus apuntes, sus versos, sus conversaciones con amigos, así como las percepciones y las opiniones que de él tenían sus seguidores y sus admiradores sin omitir a los adversarios.

Lombardo Toledano, además de ser el protagonista de la historia narrada, se consideraba la encarnación de esa historia que consideraba se regía por leyes universales que adoptó como su credo y su ejecutante. Su explicación materialista del universo y de la vida lo incluía a él como parte inseparable de las aspiraciones del movimiento obrero ante las instancias no obreras o antagónicas a ellas. Lombardo Toledano fue un protagonista de esta historia también por sus dotes personales. Conocedor de leyes y de legislaciones, de trato suave, era un hombre que estaba por encima de las reyertas personales, a menos que ofendieran sus principios o su inteligencia. Convencido de su verdad absoluta, la defendía y diseminaba a su alrededor con un tesón descomunal.

El nombre de Lombardo Toledano se mimetiza con la trayectoria histórica narrada de la que el enfoque biográfico da cuenta pero no sólo por lo que dijo y escribió en miles de conferencias y discursos, sino por los actos de su vida relacionados con otros actores, instituciones y medios de difusión que creó e influyó, y por qué no, por la virulencia de las calumnias que sufrió. Este enfoque difiere de aquél que construye la historia de la trayectoria de la vida de Lombardo Toledano y de su obra a partir de manifiestos, congresos, memorias, conferencias, organigramas, decretos, circulares, afiches, resoluciones, iniciativas, declaraciones, pactos, constituciones, mensajes, saludos fraternales, informes, folletos, rectificaciones, ceremonias, estatutos y preceptos doctrinarios, que no hacen sino historias chatas.

Ejemplificaré las ideas que han guiado la investigación, el análisis y la escritura de la biografía de Lombardo Toledano sobre el capítulo de la fundación de la CTM y de sus primeros años. Las fuentes principales e indispensables para elaborarlo han sido el fondo histórico de Vicente Lombardo Toledano de la Universidad Obrera de México, que constituye el archivo personal del biografiado; la invaluable colección Obra histórico-cronológica, publicada por el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano; el Archivo General de la Nación, los archivos soviéticos; así como del Partido Comunista Mexicano y del partido comunista de Estados Unidos, complementados con los archivos nacionales, tanto los norteamericanos como los británicos por haber sido los cónsules extranjeros ávidos observadores del acontecer mexicano por más prejuiciados que fueran. El enfoque biográfico, estas fuentes en su conjunto y cruzada la información que contienen, revelan nuevos ángulos desde los cuales se ha podido abordar el tema y permiten densificar la trama de la historia.

 

Los arreglos preliminares

"Nosotros somos marxistas, sí, porque queremos la socialización de los medios de la producción económica, pero antes necesitamos formar la conciencia de clase del proletariado y esperar a que se reforme el régimen por completo", aseveró Lombardo Toledano en 1933 después de haber roto relaciones con la CROM y con Luis N. Morones.[4] En el verano de 1935, Lombardo Toledano viajó a la Unión Soviética creyendo genuinamente que encontró el mundo del porvenir. De esta verdad quería convencer a sus seguidores, a otros dirigentes obreros y a la población que fue a escuchar las conferencias que dio a su regreso a México. Inevitablemente, su entusiasmo y puntos de vista colocarían, ante propios y ajenos, la creación de la CTM en el marco del viaje, igual que el vaticinio que la instauración de la dictadura del proletariado estaba a la vista también en México.[5]

Sin embargo, la proyectada central obrera como una "central sindical de principios revolucionarios",[6] produjo escozor entre los socios en la fundación de la CTM a los que desagradaba ser asimilados a ese proyecto en la opinión pública. Entre los comunistas, el luminoso porvenir que Lombardo dibujaba para México provocaba el celo de que Lombardo Toledano les arrebataba su papel de la vanguardia y el timonel del movimiento obrero.

Fue por ello que ante los que no lo conocían, Lombardo Toledano parecía estar entre la espada y la pared, entre los maliciosos amigos de Fidel Velázquez óAlfonso Sánchez Madariaga, Fernando Amilpa, Jesús Yurén y Luis Quinteroó, los "cinco lobitos",[7] y los recelosos cabecillas comunistas dirigidos por Valentín Campa y Hernán Laborde que nunca superaron del todo su consigna de 1933 de "ni con Calles ni con Cárdenas" ni tampoco su profunda convicción de que eran ellos la vanguardia del proletariado.

Fidel Velázquez y Alfonso Sánchez Madariaga se conocieron cuando ambos eran expendedores de leche en las haciendas que rodeaban la capital y se unieron en el sindicato lechero que Velázquez comandaba. Los otros tres, Fernando Amilpa, Jesús Yurén y Luis Quintero, tenían orígenes similares. Amilpa era nativo de Jojutla en Morelos y su pasión era la música, aunque por falta de medios no pudo estudiar, y tuvo que trabajar en la recolección de la basura en la capital. Allí conoció a Yurén y juntos vivieron episodios sindicalistas que les hicieron perder el empleo. Luis Quintero los rescató del infortunio y empleó en la línea de camiones Lomas de Chapultepec. Con un amplio acervo de sindicatos, cuya presión podía afectar la vida de los capitalinos, los "cinco lobitos", para entonces ya en trajes de casimir, dominaban la Federación de Trabajadores del Distrito Federal.[8]

Lombardo Toledano era de otra estirpe, separado de aquéllos. Nacido en buena cuna en Teziutlán, Puebla, de niño y adolescente conoció la abundancia. Su abuelo italiano, sin dejarse desanimar por adversas condiciones, emigró a México en la década de 1850 y después de deambular por varias partes del país, encontró e invirtió en una mina en Puebla, rica en zinc y cobre. Sin ser minero, tuvo que asociarse con expertos y capital norteamericanos. Lombardo Toledano nació mientras el negocio de la mina prosperaba. La familia era dueña de casa propia para vivir, varias para rentar además de gozar de una casa de descanso al lado del Lago Chapala. La bonanza económica de la familia empezó a declinar debido a los estragos de la revolución y a la reducción de las exportaciones mineras una vez que estalló la primera guerra mundial en 1914 y a la falta de experiencia en los asuntos del negocio minero en momentos difíciles del padre de Lombardo Toledano cuyos gastos no correspondían a la imprevista situación. Una de las inversiones del padre fue la educación de los hijos. Para la época, Lombardo había recibido una educación extraordinaria tanto la formal como la ética y la estética.[9] Contenido de carácter, Lombardo aprendió a ser prestidigitador en el arte del compromiso y la negociación y si no funcionaban, en el subterfugio.

Lombardo Toledano solía repetir que nunca perteneció al partido comunista, lo que era cierto, pero no necesitaba pertenecer a él para contraer un compromiso con la dirección de los sindicatos soviéticos y de la Internacional Comunista, animado por una genuina admiración por el régimen construido después de la revolución de octubre de 1917.[10] A pesar de que siempre creía que los comunistas mexicanos eran subordinados a Moscú y que no eran buenos marxistas ni buenos organizadores obreros, no quería o no podía fundar la CTM sin ellos. Y sin los "cinco lobitos" tampoco hubiera podido formarla porque controlaban importantes sindicatos en la capital y en el estado de México.

Lombardo pregonaba la unidad obrera, lo que significaba crear una organización que tuviera tanto poder que fuera un muro de contención contra la oposición a la creación de sindicatos, un arma estratégica para influir en el gobierno y en los empleadores. Su otro objetivo era proyectar fuerza fuera de México tanto en los Estados Unidos ante la Federación Americana del Trabajo y el Congreso de Organizaciones Industriales, como en Europa ante la Federación Sindical Internacional y la Organización Internacional del Trabajo. Los tiempos ameritaban vigilancia. Si bien las Américas estaban todavía a salvo del fascismo anticomunista y antisoviético, Lombardo Toledano se arrogó la monumental tarea de impedir su expansión por el continente.

En enero de 1936 un conglomerado de sindicatos, conocido como el Comité Nacional de Defensa Proletaria, convocó al congreso obrero nacional de unificación. Antes de que se reuniera, Lombardo Toledano envió comisionados a los cuatro puntos cardinales del país para preparar el terreno. "A nuestra llegada a Culiacán", telegrafiaron Enrique Mayorga y Enrique Sánchez, "procedimos a entrevistar al C. Gobernador con objeto de ponernos de acuerdo con dicho Gobierno, para comenzar nuestros trabajos que debemos desarrollar en el Estado". El gobernador fue atento con los enviados de Lombardo Toledano al punto de ofrecerles que los elementos que pertenecían a la CROM. "se fusionaran en el sindicato nuestro con excepción de sus líderes, lo cual con fecha de ayer procedió a ejecutar". Las agrupaciones campesinas de Mazatlán y del sur de Sinaloa eran de más difícil reclutamiento. Contrario a lo esperado, estaban "agitadas" por el mayor Alfredo González y éste estaba a las órdenes del coronel Loaiza "con objeto de sumarlas al P. N. R.".[11] 

En realidad, a los enviados no se les instruyó ni capacitó para hacer trabajo de organización de los trabajadores. Su tarea era hacer alianzas de acuerdo con el diseño previo, elaborado en la oficina de Lombardo Toledano. Los comisionados pidieron que Lombardo Toledano interviniera "con objeto de que nos entreguen a nuestra pasada por el Sur las Organizaciones que ya se han sumado al p. n. r.". No debían hacerse públicos los nombres de los comisionados para que "el trabajo que hagamos evite todo caso de intriga". No hacían falta las organizaciones locales autónomas, pues entre el gobernador del estado y Lombardo Toledano se hacían las componendas que los comisionados instrumentaban: "nos indique el nombre que llevará el Partido que formaremos en el Estado después de terminada nuestra labor Sindical que es la que más nos preocupa".[12]

Era cierto que en algunos estados como Puebla y Veracruz Lombardo Toledano tenía aliados firmes de los que había sido consejero en la década de 1920 cuando era dirigente de la CROM para formar sindicatos, negociar con los empleadores y que en 1930 serían el sostén de la nueva central. En otros estados de la república como Sonora, Lombardo Toledano había influido parcialmente y había estados en los cuales se desconocía su nombre. Hubo grupos de trabajadores que pedían integrarse a la proyectada organización para conseguir protección laboral; otros para formar un partido independiente del partido del Estado como en Los Mochis en Sinaloa o en Veracruz para atraer a los obreros con un manifiesto "el cual deseo Ud. lo redacte".[13] Hubo quienes ofrecieron su talento para colaborar con Lombardo Toledano, de "recias cualidades de líder, de orientador y de guía" al servicio de la causa obrera, como el director de los talleres gráficos de la nación y un grupo de periodistas que se ofreció a colaborar en la redacción de un periódico obrero.[14]

Unos días antes de la magna reunión en la que se fundara la CTM, Lombardo Toledano musitó en versos los infortunios y las dichas de México. "Nube blanca por el valle,/nube de manta que va/mascando palabras de hambre/junto al oro del trigal". En esta oda a la riqueza de la tierra, Lombardo Toledano visualizó "Horizontes de mazorcas" y lamentó la pobreza del labrador y de los niños cuyo fruto de trabajo se llevaron otros: "De seda verde se viste/en verano el platanar/y veinte barcos extraños/lo vienen a desnudar"; así como el plátano, el café: "los hombres que lo cuidaron/su aroma no han de gozar/porque hay otros veinte barcos/que se lo van a llevar". Pero Lombardo Toledano era optimista. "El brazo vence al acero/que es tan duro de forjar,/con el martillo y el fuego,/camarada, has de lograr/construir un Mundo nuevo/para tu felicidad"; esperanzado, Lombardo anheló que "En los labios de los niños/canciones florecerán/y nos tenderán la mano,/no para pedir un pan,/sino para darnos flores/llenos de felicidad".[15] Lombardo Toledano no debió haber pensado esas líneas para su publicación sino para expresar su sentir y para visualizar un mundo diferente cuyos contornos la lírica y su imaginación no rendían.

 

La fundación

El congreso fundacional de la CTM fue un foro único de intercambio de experiencias positivas y negativas de los sindicalistas de la gran parte del país. Arengas de Lombardo Toledano como "Yo tengo fe en el porvenir del proletariado mundial" provocaban ovaciones estruendosas.[16] Después de varias décadas del sindicalismo y de experiencias con los cabecillas de la CROM, del piso se escucharon voces contra los malos dirigentes a las que Lombardo Toledano contestó enérgicamente, "la única forma de evitar sinvergüenzas, prevaricaciones, traidores dentro del movimiento obrero, es echarlos de donde estén, ocupen puestos representativos o no los ocupen".[17]

Con la fuerza de su oratoria y sin objetar la manipulación de los puestos de la dirección de la central en favor de Fidel Velázquez y en detrimento de los comunistas, Lombardo Toledano ofreció su vida en favor del movimiento obrero:

Camaradas: permítanme que no siga hablando; no tendría ya nada que decir; de mi corazón brotan muchas cosas todavía, pero quiero encerrarlas en una sola: hemos de ser soldados hasta el fin; si damos media vuelta, ¡mátennos! Será el mejor castigo para nosotros si prevaricamos, pero tengo confianza en que seremos hombres del actual momento (aplausos).[18]

El congreso terminó jubiloso ante el logro de su propia fundación, pero también dejó dudas.

A pesar de hallarme desconcertado por la actitud de Lombardo Toledano en la asamblea constituyente de la CTM, que hizo posible el advenimiento de Fidel Velázquez a la secretaría de Organización, seguía yo teniendo fe en él y aceptaba su explicación de que por razones tácticas había procedido como lo hizo, pero que su propósito, imitando a Lenin, había sido dar un paso atrás, para después dar dos adelante. Fidel Velázquez y socios habrían de ser eliminados de la C. T. M., en el momento oportuno.[19]

Sin embargo, Lombardo Toledano no barrió con los "cinco lobitos", como dijo a su amigo Víctor Manuel Villaseñor, porque le eran indispensables, porque el ambiente nacional estaba cargado de conflictos con la clase patronal, porque el grupo paramilitar de los camisas doradas enseñó la parte violenta de la oposición a Cárdenas, y porque Lombardo Toledano consideraba la organización obrera como un dique a la oposición al régimen y sus reformas populares.

Fidel Velázquez fue elevado a secretario de organización a pesar de que el comunista Miguel Ángel Velasco ganó la mayoría de votos. Este sometimiento a la ambición de poder de los "cinco lobitos" y el cometer un acto antidemocrático ya en 1936 durante el congreso fundacional de la CTM agravió a los comunistas. La desconfianza que este proceder provocó hacia la dirección de la central causó que en junio de 1936 los mineros y los metalúrgicos no asistieran al consejo nacional, que los electricistas enviaran a un segundón y que un año después abandonaran la CTM por completo. En este momento, Lombardo Toledano cubrió el cisma en potencia pidiendo voto de confianza hacia el comité nacional. Sabía que Cárdenas no podía llevar a cabo sus programas de gobierno sin el apoyo de una CTM que inspirara respeto en sus adversarios. En el debilitamiento del cardenismo Lombardo Toledano veía también los peligros para la joven CTM y para él como el dirigente nacional y latinoamericano que creía era su predestinación.[20]

Los "cinco lobitos" y Lombardo Toledano salieron satisfechos de esta contienda. Aparentemente Lombardo logró mantener un balance entre los comunistas y sus adversarios sin que una fuerza dominara sobre la otra. Sin embargo, los "cinco lobitos" desconfiaban del radicalismo de Lombardo Toledano, no obstante sus declaraciones de que no se podía construir el sistema soviético en México porque México era un país satélite del imperio económico. El entusiasmo de Lombardo por la urss, "la nueva humanidad", los separaba.[21] Tampoco compartían la convicción de Lombardo en las férreas leyes históricas. Podían estar de acuerdo sobre la lucha contra los conservadores, contra la intervención extranjera y por la elevación de las condiciones materiales y morales de la población trabajadora, pero Fidel Velázquez y sus amigos tenían una visión flexible y nada ideológica de la realidad.

Sin confrontarlos, Lombardo Toledano esperaba construir una CTM en la que llegaran a dominar sus principios para hacer prevalecer su proyecto político.[22] A la larga, sin embargo, era más fácil dominar a los disciplinados comunistas sirviéndose de sus superiores en la Internacional Comunista y en el partido comunista de Estados Unidos, que dominar a los "cinco lobitos", autónomos hasta en su falta de escrúpulos para controlar sindicatos y establecer relaciones con poderosos grupos regionales. El temor a la oposición al gobierno de Cárdenas y a la CTM hizo que Lombardo Toledano los tolerara y volteara la cara ante los vicios que incubaban en la nueva organización.

El congreso de la unificación lo era de nombre solamente. La unidad era inalcanzable porque los más importantes componentes de la CTM, los "cinco lobitos", Lombardo Toledano y los comunistas, cada uno con sus allegados y apéndices, buscaban lograr ascendencia sobre el resto y de esta manera minaban la posibilidad de colaboración y entendimiento. Las diferencias eran ideológicas, de intereses de grupos por posiciones políticas y canonjías que iban con la pertenencia a la CTM desde sus inicios: presidencias municipales, diputaciones y senadurías y más tarde gobiernos estatales.

Tras las bambalinas, el representante en México de la comunista Confederación Sindical Latinoamericana y un experimentado organizador obrero bolchevique en América Latina, Witold Lovsky, observó lo que sucedía durante los días en que se fundaba la CTM y después de haber conversado con Lombardo en varias ocasiones lejos de la mirada pública. Llegó a admirar al que "es sin duda el hombre más popular después de Cárdenas, excelente orador, brillante periodista, hombre de cultura amplia, no es sin embargo el tipo de sindicalero que puede hacer [sic] andar debidamente una organización tan grande y de este carácter".[23] Como bolchevique que era, Lovsky no detectó la más grave de las fallas de origen en la fundación de la CTM: la falta de la democracia sindical durante la preparación de su organización y que estaría en la raíz de su descomposición posterior.

 

La cimentación

La CTM nació fragmentada porque, contrario a lo que Lombardo Toledano había prometido, la organización se convirtió en un botín de puestos y en una red tupida de componendas. Después de haber sido fundada en febrero de 1936, todas las federaciones nacionales y estatales debían disolverse y adherirse a la central única. Algunas cumplieron, como la que fundó Lombardo Toledano en 1933. También los comunistas disolvieron la Confederación sindical unitaria de México que habían constituido en 1929, pero con la coartada que los puestos en la dirección de la CTM les debían servir de peldaños para llegar a controlar los sindicatos bajo la influencia de otras corrientes y dirigentes. En realidad, los comunistas no abandonaron la consigna de hacer "trabajo de oposición revolucionaria en las centrales sindicales".[24]

En algunos estados los sindicalistas se resistían a disolver sus organizaciones porque habían hecho o querían hacer arreglos con los gobernadores y políticos locales. Una de las organizaciones que no se disolvió fue la Federación regional de obreros y campesinos del Distrito Federal, que era la trinchera de poder de Fidel Velázquez y sus amigos. Desde ahí disparaban sus dardos anticomunistas de una manera abierta y contra Lombardo Toledano de una manera velada. En Yucatán se constituyeron dos organizaciones que pertenecían a la CTM: una se adhirió a la nacional y la otra preservaba su fisonomía del sureste. Había estados, como Sonora, notoriamente anti-cardenista, donde esa confederación tenía dificultades para organizar a los obreros salvo a los yaquis y a los mayo. La fragmentación se debía además a la existencia de sindicatos por turno en una fábrica y por línea en una empresa de autobuses. Había varios sindicatos textiles, de madereros, debido a que en todos ellos "hay intereses creados de un ejército de parásitos, abogadillos, litigantes, legullejeros [sic] que en forma de asesores viven de esta separación y cada uno tiene su clique [sic] dentro del sindicato".[25] Todos estos vicios se debían también a que pocos sindicalistas entendían o conocían la ley del trabajo y fue fácil que surgieran especialistas en tratar los conflictos laborales ante las Juntas de conciliación y arbitraje que se convirtieron en la otra plaga de intereses ajenos al funcionamiento democrático de los sindicatos. En comparación, los sindicatos nacionales de industria, los ferrocarrileros y los mineros, eran sindicatos de excepcional organización y solidez.

También en aquellos estados donde Cárdenas no logró hacer su impronta y los callistas seguían dominando la política estatal, la CTM tuvo dificultades para formar sindicatos y adherírselos. En Chihuahua el callismo local era poderoso. Había que barrer con este vestigio del pasado porque la CTM, Lombardo Toledano, veían en la fuerza de la central la oportunidad de intervenir en la política estatal. En Veracruz había sindicatos que se negaron a afiliarse a la CTM por considerar que participaba en política a pesar de que Lombardo Toledano había asegurado en su discurso inaugural que esa organización.[26]

También reinaba la duda sobre quién era Lombardo Toledano. Desde Durango un maestro escribió al secretario particular del presidente que no estaba seguro de que al relacionarse con la CTM se relacionaba con organizaciones vinculadas a la labor revolucionaria de Cárdenas y "en ayuda de nuestra organización, tenga la fineza de proporcionarme confidencialmente algunas orientaciones que me pongan en aptitudes de encauzar rectamente las actividades del Frente Unido Revolucionario de Durango, y se sirva indicarme qué relación tiene con su gobierno la Institución que preside el Sr. Lombardo Toledano".[27] De igual manera, el inspector federal del trabajo de Guadalajara, Faustino Gómez Villaseñor, no sabía si Lombardo Toledano era amigo o enemigo de Cárdenas y ya que él era cardenista, pedía orientación. El anti-cardenista gobernador coronel Topete le hizo saber que entre Cárdenas y Lombardo había discordia, eso con el fin de evitar la construcción de organizaciones afiliadas a la CTM y dejar que los sindicatos blancos permanecieran incólumes.[28]

Crecientemente, los políticos veían en la CTM un trampolín para ganar puestos. El candidato a la presidencia municipal de Los Mochis, Daniel Sepúlveda y Meza, se apoyó en la Federación de Trabajadores de la Industria Azucarera, incorporada a la CTM. Si obtenía el triunfo, "sujetaré mis actos al estricto beneficio de nuestra Organización".[29] En Durango, Enrique Calderón ambicionó la gubernatura por el PNR con el concurso "de las organizaciones obreras y campesinas cuyos elementos acudieron a las urnas electorales para sufragar en mi favor".[30]

 

Los maestros

Un escollo adicional eran los maestros. La educación era una de las mayores preocupaciones de Lombardo Toledano: educación obrera, educación rural, educación indígena, todas concebidas de una manera integral desde la preescolar hasta la preparatoria. Esta preocupación antecedió su abogacía por la educación socialista y el infructuoso debate en 1933 con Antonio Caso sobre el idealismo y el materialismo con que negaba la libertad de cátedra y la libertad de pensamiento. La educación debía ser teórica, ideológicamente concebida, y práctica para servir a la sociedad y edificarla. Estas ideas debían guiar la educación en México. Para ello Lombardo fundó, y desde 1927 encabezó el sindicato de enseñanza, la Federación nacional de maestros de la república. Fue por tanto un obstáculo para que la CTM afianzara su influencia en el magisterio que el partido comunista tuviera una enorme autoridad en las escuelas públicas ósobre todo en las ruralesó y contara con el apoyo del secretario de la Educación Pública durante el sexenio de Lázaro Cárdenas.[31]

Los comunistas lucharon por el control de la unificación magisterial contra la dominación de Lombardo y de la CTM y para que el partido tuviera influencia en las escuelas públicas. La rivalidad entre los enérgicos comunistas y los menos organizados maestros no comunistas fue un factor que obstaculizaba los congresos de la unificación entre 1935 y 1937. Finalmente los maestros se reunieron en Querétaro en febrero de 1937 y crearon el sindicato magisterial bajo el control de los comunistas y con dinero proporcionado por la Secretaria de Educación Pública. Gonzalo Vázquez Vela, el secretario de Educación tenía la confianza de los maestros, pues había utilizado la Secretaría para resolver el notorio retraso en pago de sus salarios, así como la falta del financiamiento de las escuelas por los gobiernos locales.

Lombardo Toledano y sus aliados anticomunistas temían que la CTM perdiera la cuarta parte de sus miembros, pero nada pudieron hacer para impedir la realización del congreso magisterial, si bien argumentaron que no representaba a los maestros del país y que sus trabajos preparatorios se hicieron de tal manera que las agrupaciones autónomas e independientes y el sindicato de maestros de la confederación no estaban de acuerdo con los dirigentes del magisterio y los funcionarios de la sep.[32] Lombardo adujo que la CTM era "un verdadero frente de los trabajadores del país", que no toleraría una organización sectaria y no asistió al congreso. Pese a que proclamaba la unidad, cuando el nuevo sindicato solicitó ingreso a la CTM, se lo negó; del mismo modo, los cetemistas trataron de impedir otros congresos de unificación que los comunistas organizaron, como el de Oaxaca en marzo de 1937. Aunque no siempre tuvieron éxito, su intención era  que no se crearan centrales paralelas.[33]

Lázaro Cárdenas apoyó el congreso de Querétaro porque quería ver un solo sindicato de maestros, en consecuencia, respaldó a Vázquez Vela y los pequeños sindicatos en su labor de lograrlo. Cárdenas esgrimió el argumento de que el congreso era un esfuerzo de los maestros en el que no intervinieron las autoridades, lo que era cierto, y que dejaba en libertad a los maestros para dar ejemplo a los que educaban. Además, Lombardo se topó con la desagradable nueva, de que en Oaxaca los maestros que pertenecían a la CTM fueron removidos de sus cargos por órdenes de los inspectores porque no habían asistido al congreso de Querétaro.[34] A los maestros que no pertenecían al nuevo sindicato se les obligaba a entrar so pena de perder su trabajo o de cambiarlos de lugar. Como el sindicato estaba bajo la dirección del partido comunista y ocupaba puestos directivos en la sep, los maestros entraban al partido como un vehículo para conseguir trabajo y de paso robustecían las filas del partido. Los maestros cetemistas y comunistas se boicoteaban y las huelgas que unos hacían los otros las rompían.[35]

Al año siguiente, en febrero de 1938 Lombardo Toledano y David Vilchis, el sindicalista de la educación en la CTM, lograron crear el Sindicato de trabajadores de la enseñanza de la república mexicana con dirección no comunista, perpetuando las fuerzas centrífugas en el movimiento obrero.

 

Cisma en la cúpula

En el consejo nacional de la CTM en abril de 1937 estalló una de las crisis entre Lombardo Toledano, sus aliados y los comunistas, que se estaba gestando desde la fundación de la CTM y de la que el congreso de los maestros en febrero anterior era la más reciente advertencia. "Mi querido amigo", escribió Lombardo Toledano al compañero Alejandro Lozovsky, secretario general de la Internacional Sindical Roja en Moscú, la misma que en 1921 había apoyado la creación de la Confederación General de Trabajadores ahora opuesta a la CTM,

Considero importante, no sólo para el desarrollo actual sino también para el futuro desenvolvimiento del proletariado de México y de la América Latina, escribir a usted esta larga carta a manera de información y de juicio respecto de las dificultades con que tropieza la C. T. M., pues ante todo deseo que mi responsabilidad personal, presente y futura, quede a salvo de opiniones surgidas del desconocimiento de los hechos. He querido también redactar este documento para ver si es posible que la intervención de algunos camaradas de prestigio internacional, como usted, pueda contribuir a que algunos de esos obstáculos desaparezcan, en bien de los intereses del movimiento obrero mexicano y de la unidad del proletariado de América.[36]

           La indignación de Lombardo provenía de su convicción respecto a que los comunistas no organizaban, sino cooptaban sindicatos porque "no representaban ninguna fuerza de importancia en el movimiento sindical".

Los compañeros del Partido Comunista se han dedicado a controlar puestos en las directivas de las agrupaciones de la C. T. M. Esto sería legítimo y no podría ser objeto de reproche por nadie, si se tratara sólo de robustecer la C. T. M. y de contribuir a la realización de su programa. Pero tanto el trabajo de las células comunistas que existen en el seno de los sindicatos de la C. T. M., como la labor de los comunistas que están en las directivas de los sindicatos, consiste en aumentar de un modo precipitado, público y ruidoso, los contingentes de su Partido. Casi no hay asamblea sindical en la que no se distribuyan cédulas para la inscripción de nuevos socios del Partido Comunista, ni reunión pública de las agrupaciones de la c. t. m en la que no se haga profesión de fe comunista por los elementos del Partido que ocupan puestos en la dirección de las agrupaciones, haciendo alarde de esa posición y exagerando las virtudes del propio Partido hasta llegar a decir, por ejemplo, que gracias al Partido existe la C. T. M., que gracias al Partido el Gobierno del General Cárdenas es un gobierno progresista, etc.[37]

Para el colmo, Lombardo Toledano se enteraba de que cuando los comunistas no alcanzaban a ponerse a la cabeza de los sindicatos, recomendaban que éstos se separaran de la CTM.[38] La extensa misiva que abordaba detalles que Lozovsky no podía entender, probablemente buscaba neutralizar y revertir el efecto de los informes que el partido comunista enviaba a Moscú, quejándose del reformismo de Lombardo Toledano, del encubrimiento de gente peor que él y de querer someter a los comunistas a la dirección de Lombardo.

La solución del cisma en la CTM tuvo varios escenarios: Moscú, Nueva York y México. Por estar más cerca del escenario de los hechos, lo más probable fue que Aleksandr Lozovsky en Moscú encargó a Earl Browder, el secretario general del partido comunista de Estados Unidos en Nueva York, que se ocupara de la querella entre los cetemistas y los comunistas en México.

Los comunistas llegaron al consejo nacional optimistas: tendrían la mayoría y tomarían la dirección de la CTM sin obstáculos. En el consejo, reportó el enviado de Browder, Lombardo Toledano ganó todas y cada una de las mociones presentadas. Los comunistas, concluyó Lombardo en su diatriba, hacían malos sindicalistas porque su lealtad estaba dividida entre su partido que tomaba precedencia sobre su lealtad hacia la CTM. En protesta por esta arrolladora crítica de Lombardo, el veterano comunista Miguel Ángel Velasco, el campesino Pedro Morales y el ferrocarrilero Juan Gutiérrez renunciaron al comité ejecutivo. En consecuencia, fueron expulsados y su entrada a las oficinas de la CTM fue impedida por una barricada de muebles. En su lugar, al comité ejecutivo entraron tres allegados de Lombardo Toledano: Julio Batres, David Vilchis y Mariano Padilla.[39] 

Para allanar la crisis, Earl Browder viajó a México para influir en el parecer de los comunistas y luego convocó al secretario general Hernán Laborde a Nueva York para ultimar detalles sobre lo que seguiría. El resultado fue obligar a los comunistas a que admitieran sus errores y regresaran al redil con todo y la tolerancia de los modales de los "cinco lobitos" que tiempo después Fidel Velázquez describiría gráficamente, sin inmutarse, en una entrevista con Enrique Krauze: "En un principio abusamos de la violencia para controlar sindicatos y obreros, pero después ya no porque, en primer lugar el movimiento obrero había madurado y no era necesario echar mano de la violencia para imponernos".[40]

Después de varios encuentros con los comunistas mexicanos y sus mentores norteamericanos, de una manera diplomática, Browder concluyó lo siguiente:

El origen de estos errores está en una cierta confusión que existía acerca de las características y los problemas de la actual etapa del movimiento nacional en México, de las fuerzas que en ésta participan y del ritmo de su desarrollo. Y como consecuencia, la falta de claridad acerca del papel que desempeñan tanto el PNR como la CTM, el papel de los líderes reformistas de la CTM, incluyendo a los de derecha, con quienes tenemos que trabajar obligatoriamente pues son factores muy importantes para el desarrollo del movimiento de liberación nacional de nuestro país. Junto a esto, cierta sobrevaloración de la fuerza del partido y de sus posibilidades para actuar como una fuerza independiente y con sus propios recursos.[41] 

El 29 de junio, cuando el dirigente comunista Hernán Laborde regresó de Nueva York, pronunció un memorable discurso de resignación:

[...] no es nuestra tarea valorizar los errores ajenos, no queremos ahora ponernos a discutir en detalle las causas de la división [...] En verdad, camaradas, que nosotros con una serie de errores más o menos graves, contribuimos en cierto modo, tal vez en gran parte, a crear la situación que produjo la división de la CTM; hemos sido intolerantes, irreflexivos, no hemos sabido comprender las causas por las cuales otros dirigentes de la Confederación de Trabajadores de México que no comprendían nuestra ideología, actuaban en una forma contraria a la que nosotros creíamos necesaria en la dirección de la CTM; hemos querido ir demasiado a prisa, no hemos comprendido que la unidad de la CTM en sí misma tiene un valor revolucionario.[42] 

Además de abyectas meas culpas y admisión de la falta de suficientes sacrificios "hasta nuestra última gota de sangre (Aplausos)", el discurso de Laborde estuvo repleto de lugares comunes sobre la unidad y del deSMEdido optimismo sobre la fuerza popular aun para incidir en las elecciones de 1940, "cuando llegue la hora, quien designe a tal o cual caudillo político será el pueblo mismo; será el pueblo quien diga cuál debe ser el programa del nuevo gobierno, y quién debe ser el substituto del General Cárdenas en la Presidencia de la República". Y para terminar, "Por la autocrítica, hacia la victoria", fue la consigna autodestructora con la que sujetó al partido, mejor dicho a su comité central, al Partido Nacional Revolucionario, a la CTM y a sus cabecillas. [43]

El punto neurálgico, sin embargo, era la falta de la democracia interna en la confederación que Laborde no señaló porque sería seguir ahondando en la división entre los comunistas y los cetemistas. En cambio, Laborde abogó por la unidad a toda costa con la CTM, lo que equivalía a poner "fin a toda controversia pública sobre las cosas de la Confederación [...] no más ataques, no más controversias públicas sobre las causas de la división [...] vamos a someternos sin condiciones a la disciplina de la CTM bajo su comité nacional (Aplausos)", aunque hubiera violaciones a los estatutos, violaciones a la democracia sindical y renuncias a puestos de la dirección para no poner en peligro la supuesta unidad.  El desenlace de la reprimenda de la Comintern fue la rendición, en sus palabras: "nos rendimos ante camaradas fraternalmente" para no rendirse ante el fascismo. 

La rendición fue ante un satisfecho Lombardo Toledano, pues hacía tiempo que la buscaba. El pcm también claudicó o canceló su independencia ante el PNR: "Nosotros cometimos el error de lanzar candidatos independientes frente a los candidatos del PNR [...] en esa forma dividíamos las fuerzas del pueblo, y comprendiendo esto, retiramos nuestro candidato para presentar un frente a la reacción".[44] Laborde determinó que ese sacrificio redundó en el aumento del número de miembros del pcm de dos a tres mil hombres a doce mil y en 1937 a diecisiete mil.

Ni los comunistas de a pie, ni los sindicatos conocieron el insospechado papel que Lombardo Toledano desempeñó en la coacción de los dirigentes comunistas para que volvieran a la CTM y siguieran en el papel de comparsa de su dirección. Él logró la rendición de los comunistas a la dirección de la CTM con la complicidad, por medio de Browder, de la Internacional Comunista. El resultado fue poner cortina de humo sobre los vicios que se incubaban en la CTM y que los comunistas criticaban óla violación de los estatutos, la anulación de la democracia sindical, los métodos dictatoriales de la dirección, el monopolio de los puestos y de las comisiones por un grupo cerrado, la supeditación de las organizaciones a los funcionarios y los políticos y el freno a las luchas obrerasó[45] todo ello, supuestamente, en aras de la grandiosa lucha contra el fascismo, contra la guerra que se avecinaba y en última instancia por el socialismo.

En realidad, dada la política internacional de la Unión Soviética y de sus aliados a mitad de la década de 1930, siendo la guerra civil española su foco principal por ser el preludio de la guerra mundial en caso de que el fascismo triunfara, los asuntos nacionales eran considerados un eslabón en la cadena de los asuntos mundiales. México, un país semi-colonial dominado por el imperialismo, tenía un papel asignado en el acontecer mundial por la dirección del gobierno de la Unión Soviética que Lombardo Toledano asumió como propio.

 

Las rivalidades

La opinión de Bertram Wolfe sobre Luis N. Morones y Lombardo Toledano fue compartida por muchos. Wolfe, alguna vez comunista, vivió en México a principios de los años veinte y se dedicó a la organización obrera en el pcm. Después de dejar el comunismo, escribió numerosos libros y artículos sobre el país de su juventud.

En comparación con Morones quien es rudo, ostentosamente corrupto, cínico y corpulento, Lombardo Toledano es delgado, ascético, poético y patricio [...] Su relación con Cárdenas se asemeja a la relación de Morones con Calles. [...] El nuevo dirigente es un hombre de aguda inteligencia y quiere atenerse a sus ideales. Pero tiene que trabajar con mucha de la vieja y corrupta maquinaria de Morones. El que escribe ha visto la lista de sus principales lugartenientes, heredados del pasado, con el precio colgado del nombre de cada uno de ellos.  Esta lista la proporciona la Cámara de Comercio de México a los miembros confiables para darles a entender el precio por arreglar una disputa laboral: el precio varía de acuerdo con el delegado que hace la negociación.  Sin duda, Lombardo Toledano está consciente de esto y no le gusta. Él no está en venta pero forma parte del juego; necesita trabajar con esos hombres si quiere cumplir con su función.[46]

Las diferencias entre Morones y Lombardo Toledano tenían una larga data. No eran solamente de personalidad sino de visión del mundo. Lombardo abandonó la Confederación Regional Obrera Mexicana en 1932 cuando veía que sus puntos de vista y formas de trabajar eran incompatibles con las de Morones y su grupo de elite, el Grupo Acción, y después de que se convenciera de que la lucha de clases, a la mexicana, era el método para hacer avanzar la sociedad. Si bien hubo sindicatos que abandonaron la CROM junto con Lombardo, también los hubo que se quedaron y rivalizaron con los sindicatos adheridos a la CTM. Sindicatos en algunas fábricas de Puebla y Veracruz permanecieron como bastiones de la CROM. En las fábricas textiles de Mirafuentes en Villa Nogales y Texmelucan de Puebla, por ejemplo, tuvieron lugar batallas campales entre los CROMistas y los cetemistas para lograr las mayorías en los sindicatos y para ganar los contratos colectivos.

En abril de 1937 se rumoraba que Morones, expulsado junto con Calles en abril de 1936, fue autorizado por el presidente para regresar a México; era "tentador atribuirlo al deseo de contener al comunista Señor Lombardo Toledano" y su influencia en Puebla.[47] En efecto, Morones retornó a México en abril de 1937. No queda claro si gracias a su regreso o con independencia los CROMistas y los cetemistas se confrontaron en las fábricas de hilados de la Compañía Industrial de Orizaba en junio. La CROM tenía la mayoría en tres fábricas y la CTM local en una. Por decreto presidencial los sindicatos minoritarios tenían que ingresar en los mayoritarios, lo que significó que en una fábrica los obreros debían ingresar en la CROM o no ser representados sindicalmente, y lo mismo en el caso contrario. Como ninguna de las dos partes estaba de acuerdo, estalló la huelga y la resistencia costó muertos y heridos. El resultado de la decisión presidencial sobre el deber de los sindicatos minoritarios de ingresar en los mayoritarios, privó a aquéllos de la representación que antes tenían y causó agravios tanto de un lado como del otro.[48]

El inequívoco apoyo de Cárdenas a la CROM debió haber sabido amargo a Lombardo pero no se podía oponer. El presidente apelaba a todos los trabajadores para que lo apoyaran, pues el gobierno nunca perdió de vista sus intereses, decía. Cárdenas estaba ocupado con los asuntos agrarios e internacionales y ya que los obreros recibieron más de lo que les otorgó a los campesinos, apeló a su disciplina.[49] "Me voy muy satisfecho de esta región", les dijo a los CROMistas de Cocolapam en enero de 1938. En ese lugar los CROMistas y los cetemistas seguían enfrentados, y Cárdenas los llamó a "hacer un pacto de honor para evitar agresiones entre trabajadores".[50] El presidente buscaba contar con ambas centrales, no obstante que en algún momento Morones había sido el aliado de su némesis Calles. Cárdenas era cuidadoso en no privilegiar a unos por encima de otros, pues necesitaba de todos y reconciliados. Lombardo Toledano, quien consideró su proyecto político superior al de la CROM y de Morones, tenía que plegarse a las decisiones del presidente sin cuya anuencia su propio proyecto no tenía perspectivas de realizarse.

 

La CTM en los estados

A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 1940, en las que la CTM quería influir, la central exhibía fortalezas y debilidades cimentadas desde su fundación en 1936 que afectarían su participación. La CTM tenía una estructura centralizada pero faltaba que echara raíces en varios estados. Los intereses locales o contubernios entre los personajes del centro y los regionales obraban en contra o eran ajenos a los intereses de los trabajadores. Ante las próximas elecciones no había tiempo para subsanar la falta del arraigo de la CTM en aquellos estados por lo que la cúpula llegaría a recurrir a atajos políticos que tampoco le eran ajenos.

En lugar de eliminar los vicios de origen, en la lucha por la influencia en los estados la CTM los exacerbó provocando luchas ínter gremiales en detrimento de la democracia sindical y en detrimento de la unificación obrera, era el santo y seña de Lombardo Toledano. La central se había convertido en una conveniente palanca política para los contendientes a los puestos aparentemente populares, a menudo sin la participación de los trabajadores. El diputado de Campeche, Héctor Pérez Martínez buscó a Lombardo para obtener su beneplácito para postularse a gobernador de su estado. Sus cualidades eran "una actitud de disciplina absoluta a la propia CTM" y ofreció que, de ganar las elecciones, "la línea de conducta de mi Gobierno se orientará de acuerdo con los principios y programa de Nación de la Confederación de Trabajadores de México".[51]

En Oaxaca la CTM se convirtió en el refugio de políticos que perdieron en las contiendas locales ante los caciques y los políticos ambiciosos ligados a los gobiernos del centro, mas con raíces en el ambiente local caciquil y oligárquico. Esta organización creció en el estado, pero además de crecer con trabajadores, atrajo a maestros, a terratenientes y a segmentos variopintos de la población radicalizada. En ese estado se reprodujo además la ruptura entre los comunistas y los no comunistas. Un grupo de organización de obreros y campesinos que excluyó a los comunistas se acercó a Lombardo Toledano para reconocerla a ella como la única CTM oaxaqueña.[52]

En Chiapas, el trabajo del reclutamiento fue más fácil que en otros estados porque no había obreros. Los sindicatos eran incipientes y cada gesto de ayuda fue bienvenido por una de las poblaciones más desamparadas del país. Desde 1936 el gobierno fue encabezado por el cardenista Efraín Gutiérrez, con el apoyo casi unánime de los trabajadores del campo, algunos organizados en sindicatos dirigidos por los comunistas y el sindicato de trabajadores indígenas. Todos ingresaron en la CTM nacional cuando Lombardo fue a Chiapas a animarlos a hacerlo.  Los peones acasillados encontraron en la CTM el canal para expresar sus quejas y necesidades al gobierno nacional y local.[53]

En Yucatán dominaba una relación clientelar en las relaciones de trabajo que se sobrepuso a la alianza entre los obreros y el Estado cardenista, disminuyendo la eficacia del Estado para arbitrar en las disputas obreras y de Lombardo para establecer las ramas de la CTM. Lombardo era hostil al sindicalismo anarquista que percibía en la península y atacaba el socialismo de Yucatán porque consideraba que el Partido Socialista del Sureste daba un nombre equivocado al socialismo. Dentro de su agenda tampoco cabían sindicatos independientes. Por todo, la CTM no logró establecerse en Yucatán como Lombardo hubiera querido porque los trabajadores con una tradición anarco-sindicalista no simpatizaban con las federaciones apoyadas por el Estado que amenazaban su existencia y otros sindicatos tampoco debido al celo de preservar su autonomía regional.[54]

 

Las secuelas de la cimentación

En aras de construir la central obrera y convertirla en un instrumento político y sindical en un ambiente turbulento y de definición política e ideológica nacional e internacional, Lombardo Toledano impuso o toleró prácticas que los "cinco lobitos" continuaron y perfeccionaron. Designaba a candidatos para diputados en los estados en donde los posibles o interesados apoyaran a la CTM o creyeran que por medio de la CTM podrían alcanzar los puestos deseados. No faltaba el caso en que Lombardo Toledano nombrara en un delegado de la CTM a un congreso nacional sin que lo fuera. A su amigo Adolfo Orive Alba "conseguiría que se le nombrara a usted delegado por cualquier otra región de la República" si no conseguía que la CTM lo nombrara por el distrito norte de Baja California donde era un funcionario.[55]

En febrero de 1938 tendría lugar el segundo congreso de la CTM. Había que prepararlo y en lugar de atenerse a los estatutos de la no reelección de los miembros del comité ejecutivo, el comité ejecutivo se reunió en secreto el 7 de enero de 1938 para discutir el incómodo asunto con que Lombardo Toledano terminó su discurso en el congreso fundacional en febrero de 1936, "que en ningún caso podrán ser reelectos los miembros que ocupen o desempeñen dichos puestos" y que le mereció estruendosas ovaciones. En esta sesión varios de los presentes tomaron la palabra a favor de que se modificaran los estatutos "por una sola vez" en vista de los problemas que la CTM enfrentaba y en vista de que "sólo Lombardo Toledano puede sortear estos problemas porque tiene simpatías entre los diversos sectores". La situación del país era grave y la CTM era joven, lo que hacía necesario que el mismo comité nacional continuara por tres años más en correspondencia con lo que duraba la permanencia de un político nacional en su puesto. Todos votaron a favor.[56]

En preparación del congreso nacional, la cúpula de la CTM recorría los estados para abonar el terreno que esperaban fructífero en delegados idóneos. El comité nacional convocó a una convención en Durango para aglutinar a varios sindicatos en uno solo. Lombardo no pudo ir y envió a Velázquez y otros de la plana mayor de la CTM. Les asistió Tomas Palomino Rojas, diputado federal por Durango, y el gobernador Enrique Calderón. La propuesta de la dirección de cetemista, informó el cónsul norteamericano al Departamento de Estado, no fue aprobada por los delegados duranguenses y la convención se dividió. "Cuando varios delegados, y algunos miembros de la organización de la ciudad de México sacaron las pistolas, la reunión se convirtió en una disputa" y fue suspendida. Se decía que el gobernador Calderón y el diputado Palomino querían ganar el control de la convención.[57]

También en Monterrey, donde colisionaron dos grupos de la CTM frente al ayuntamiento de Nuevo León por la firma del contrato colectivo en la fábrica vidriera, se reflejaron antagonismos. A los opositores a los dirigentes de la confederación se les impidió la entrada al edificio y, según informó el cónsul residente en Monterrey, "cuchillos y pistolas fueron blandidas y balazos disparados, matando a un independiente e hiriendo seriamente a tres independientes y un miembro afiliado a la CTM".[58] Además de las confrontaciones entre los sindicatos cetemistas y los sindicatos blancos patronales, en 1938 seguían las animadversiones entre los sindicatos textileros de la CROM y de la CTM en Veracruz que la intervención conciliatoria del presidente había tratado de calmar después de meses de paros.[59]

La permanencia del comité ejecutivo después del congreso de la CTM en febrero de 1938 logró que se quedaran los mismos interlocutores del gobierno para ir arreglando conflictos allí donde la fuerza del movimiento obrero fue sometida a la autoridad de los dirigentes de la CTM. Lombardo Toledano era amigo del secretario de Gobernación Ignacio García Téllez. En octubre el secretario fue a Durango para averiguar en torno al conflicto entre el gobierno y la CTM y a las nuevas quejas de las organizaciones obreras, de los municipios, que la convención de enero anterior no disolvió. En lugar de lograrlo, la presencia de García Téllez alebrestó a los sindicatos de la Confederación de trabajadores durangueños a los que poco importaba el mensaje de que se necesitaba la colaboración de las organizaciones locales y federales. El asunto de fondo era la rivalidad entre la provincia que celosamente defendía su autonomía, prerrogativas e intereses locales frente a los fuereños del centro que representaban el cardenismo social y político. La exhortación de García Téllez a los madereros a sumarse y a los maestros para que regresaran a la confederación cayó en el vacío. [60]

También en Torreón, Coahuila, la CTM demostró su debilidad y García Téllez fue a vigorizarla. El sindicato de empleados al servicio del Estado protestó la labor de García Téllez quien en su gira por el estado se dio a la tarea de presionar a los trabajadores a reconocer a la CTM. Asimismo los sindicatos de tablajeros, de chóferes de automóviles de sitio, camioneros, exigieron que García Téllez cesara su actuación a favor de la CTM junto con el general Sánchez Cano, presidente del comité regional del Partido de la Revolución Mexicana, y Benjamín Tobón, quienes hacían propaganda a favor de la CTM y de Lombardo Toledano. Los sindicatos de trabajadores de materiales de construcción "pedimos respetuosamente salga esta región Lic. García Téllez aliado nefasto Lombardo Toledano y Palomino Rojas por estar sembrando agitación esta clase trabajadora. No transaremos con líderes inmorales. Solo reconocemos usted como alto exponente obrerista", escribieron al presidente Cárdenas.[61]

Una y otra vez se hacía sentir la impotencia de la CTM porque su fuerza no emanaba de las organizaciones de base, sino que dependía del presidente allí donde las fuerzas políticas locales le eran adversas. A pesar de haber llegado al poder gracias a esa organización, en Durango el gobernador y otros funcionarios ejercían represalias contra los cetemistas obligando a los patrones a separarlos del empleo. El gobernador coronel Enrique Calderón se defendió ante el presidente. Lombardo Toledano mentía al decir que en la fábrica La Esperanza de Gómez Palacio se les invitaba a los obreros a dejar la CTM. Al no poder solucionar el conflicto local, Lombardo recurrió al presidente, para que recibiera a los obreros que viajaron a la capital a entrevistarlo.[62] La CTM perdía así la pujanza para resolver los problemas laborales de carácter político, que era una de sus razones de ser.

 

Reflexiones finales

La permanente invocación de Lombardo Toledano a la unidad era un eufemismo que encubría su intento para lograr el dominio de un proyecto político y de una corriente ideológica. En el proceso, recurrió a los comunistas extranjeros para someter a los comunistas mexicanos a sus designios. De esta manera, los comunistas aceptaron el veredicto de la Comintern de plegarse a Lombardo porque vino de Browder, el único americano del comité ejecutivo de esa organización y la máxima autoridad del comunismo internacional en el continente. Al llevarlo a cabo y reentrar en la CTM, los comunistas perdieron el apoyo de sus aliados no comunistas como los mineros y los electricistas.[63]

Para enfrentarse a los comunistas y buscar la unidad de las organizaciones sindicales, Lombardo Toledano no era un instrumento del presidente Cárdenas. En la construcción de la CTM convergieron los anhelos del presidente de otorgar, por un lado, una herramienta de emancipación a los obreros y por el otro, dar al gobierno una herramienta para hacer frente a los adversarios del régimen opuestos a las reformas que beneficiaran a las clases subalternas. Lombardo Toledano tenía un proyecto político cuyo éxito dependía de la política popular del general Cárdenas y del afinamiento de sus herramientas de combate, para las cuales necesitaba el apoyo del Estado mexicano para entonces y para cuando las condiciones no fueran favorables a la población trabajadora. Sin embargo, como consecuencia de la peculiar cimentación de la organización, de la que Lombardo esperaba que creciera para que, eventualmente, alcanzara la fuerza de la mayoría popular para tomar el poder, la democracia obrera y la autonomía sindical no fueron sus objetivos. La falta de la democracia desde abajo propició que, instalados los gobiernos adversos al sindicalismo e instalada la guerra fría, mediadas por la guerra mundial y la artificial unidad nacional de la década de 1940, se facilitaron la agresividad estatal e internacional contra los obreros. Los sindicatos no alcanzaron a construir armas con que defenderse en condiciones adversas. Lombardo Toledano carecía de esta visión de democracia desde abajo, pues los obreros mexicanos eran incultos y mientras que no adquiriesen la conciencia de clase, la elite culta, como Lombardo Toledano, tenía que representarlos y señalarles el camino a seguir.

Las organizaciones e instituciones que Lombardo Toledano creó a lo largo de su vida no eran clubes de debate, sino grupos militantes. Lombardo quería que todas las organizaciones se unieran pero que fuera él, y los que se le parecieran, quienes las cubrieran con su manto ideológico. En su visión del mundo ideal, la democracia se lograba con la abolición de la propiedad privada que solamente el Estado tenía la capacidad de realizar. En la urss la propiedad privada fue abolida, en México faltaba que sucediera lo mismo. Lombardo Toledano, un hombre del estrado nacional, pronto internacional y más adelante mundial, se veía como parte inseparable del acontecer global en evolución, construyendo las condiciones que hicieran posible la instauración de esa democracia.

 

Notas

[1] En 1934 hubo 202 huelgas, en tanto que en 1935 aumentaron a 642.

[2] Basurto, Jorge, Cárdenas y el poder sindical, México, Era, 1983;         [ Links ] Millon, Robert P., Lombardo: biografía intelectual de un marxista mexicano, México, Universidad Obrera, 1964;         [ Links ] Unzueta, Gerardo, Lombardo Toledano y el marxismo-leninismo, México, Fondo de Cultura Popular, 1966;         [ Links ] Wilkie, James W., Ramón Beteta y Edna Monzón de Wilkie, México visto en el siglo XX, México, Instituto de Investigaciones Económicas, 1969;         [ Links ] Chassen de López, Francie, Lombardo Toledano y el movimiento obrero mexicano (1917-1940), México, Extemporáneos, 1977;         [ Links ] Bolívar Meza, Rosendo, Vicente Lombardo Toledano: vida, pensamiento y obra, México, Instituto Politécnico Nacional, 2005;         [ Links ] León, Samuel, Clase obrera y cardenismo, México, Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1974;         [ Links ] Middlebrook, Kevin, The Paradox of Revolution, Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1995;         [ Links ] León, Samuel, e Ignacio Marván, En el cardenismo (1934-1940), México, Siglo XXI, 1985;         [ Links ] Escobar Toledo, Saúl, "Los trabajadores en el siglo XX. Sindicatos, Estado y sociedad en México (1907-2002)", en Delia Salazar Anaya y Lilia Venegas Aguilera (Coordinadoras), El XX desde el XXI. Revisando un siglo, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2008, pp. 121-144;         [ Links ] Niblo, Stephen R., Mexico in the 1940s. Modernity, Politics and Corruption, Wilmington, Scholarly Resources, 1999;         [ Links ] Durand, Victor Manuel, La ruptura de la nación, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1986.         [ Links ]

[3] Knight, Alan, "Lázaro Cárdenas", en Will Fowler (Coordinador), Presidentes mexicanos (1911-2000), t. II, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2005, p. 178.         [ Links ]

[4] Lombardo Toledano, Vicente, "Discurso pronunciado ante la convención extraordinaria de la CROM", en Obra histórico-cronológica, t. II, vol. 4, 1933, pp. 66-67.         [ Links ]

[5] National Archives and Records Administration, Record Group 59 (en adelante NARA, RG), expediente 812.00/30299, Josephus Daniels al Departamento de Estado, ciudad de México, 29 de noviembre de 1935.

[6] Fondo Histórico Lombardo Toledano (en adelante FHLT), legajo (en adelante leg.) 267, Vicente Lombardo Toledano, "Situación de la clase trabajadora de México e impresiones de nuestro viaje a la URSS", París, 2 de octubre de 1935.

[7] Los afamados "cinco lobitos" eran los amigos a los que Luis N. Morones había llamado cinco miserables lombrices, cuando en 1933 se habían desprendido del que fue alguna vez el tronco fuerte de la Confederación Regional Obrera Mexicana y a los que otro dirigente obrero, Luis Araiza, bautizó con ese mote. Araiza, Luis, Historia del movimiento obrero mexicano, t. IV, México, Casa del Obrero Mundial, 1975, p. 155.         [ Links ]

[8] Hernández Chávez, Alicia, La mecánica cardenista, México, El Colegio de México, 1979, pp. 128-153;         [ Links ] Sánchez González, Agustín, Fidel. Una historia de poder, México, Planeta, 1991, pp. 36-85.         [ Links ]

[9] Krauze, Enrique, Caudillos culturales en la revolución mexicana, México, Siglo XXI, 1976, pp. 300-330.         [ Links ]

[10] La Internacional Comunista o Comintern fue constituida en 1919 como el partido de la revolución mundial. Con el tiempo cambió de orientación varias veces. Josef Vissariónovich Stalin la disolvió en 1943 para demostrar a sus aliados en la guerra mundial que promover la revolución en sus países dejó de ser el objetivo de la urss.

[11] FHLT, leg. 274, Enrique Mayorga y Enrique Sánchez a Vicente Lombardo Toledano, Culiacán, 1 de enero de 1936. PNR, Partido Revolucionario Nacional, fundado en 1929, fue el precursor del Partido Revolucionario Institucional (pri).

[12] FHLT, leg. 274, Enrique Mayorga y Enrique Sánchez a Vicente Lombardo Toledano, Culiacán, 1 de enero de 1936.

[13] FHLT, leg. 274, Carlos Ramón García a Vicente Lombardo Toledano, Los Mochis, 19 de enero de 1936.

[14] FHLT, leg. 274, Gustavo Ortiz Hernán a Vicente Lombardo Toledano, ciudad de México, 23 de enero de 1936.

[15] FHLT, leg. 275, Vicente Lombardo Toledano, ciudad de México, 19 de febrero de 1936.

[16] Archivo General de la Nación (en adelante AGN), ramo Lázaro Cárdenas (en adelante RLC), expediente 437/62, f. 39, Vicente Lombardo Toledano en el congreso fundacional de la CTM, 19 de febrero de 1936.

[17] AGN, RLC, expediente 437/62, f. 38, Martínez a Luis Rodríguez, Congreso de la CGOCM, sesión del día 17 de febrero de 1936, ciudad de México, 17 de febrero de 1936.

[18] AGN, RLC, expediente 437/62, f. 1592, registro estenográfico del discurso de clausura en el congreso de la CTM, ciudad de México, 4 de febrero de 1936.

[19] Villaseñor, Víctor Manuel, Memorias de un hombre de izquierda, t. I, México, Grijalbo, 1976, p. 379.         [ Links ]

[20] León y Marván, En el cardenismo, pp. 178-180, 210-283; Anguiano, Arturo, El Estado y la política obrera del cardenismo, México, Era (tercera ed.), 1978, p. 129.         [ Links ]

[21] Lombardo Toledano, "Declaraciones del 29 de noviembre de 1935", en Obra histórico-cronológica, t. III, vol. 3, 1935, p. 423.         [ Links ]

[22] León, Samuel, "Vicente Lombardo Toledano y la fundación de la CTM", en Roderic Ai Camp, Charles hale, Josefina Zoraida vázquez (Editores), Los intelectuales y el poder en México, México-Los Ángeles, El Colegio de México-UCLA Latin American Center, 1991, p. 332.         [ Links ]

[23] RGASPI (abreviación en ruso del Archivo estatal ruso de la historia social y política), fondo 495, registro 108, expediente 186, Lovsky a Tomba (alias de Miguel Contreras, sindicalista argentino), ciudad de México, 10 de abril de 1936; RGASPI, fondo 495, reg. 17, expediente 3, Lovsky, alias Godoy, a Tomba, ciudad de México, 17 de abril de 1936; RGASPI, fondo 495, reg. 10, expediente 357, Lovsky, alias Henri, ciudad de México, 5 de mayo de 1936.

[24] Hoover Institution on War, Revolution and Peace, Archivo Echeverría, caja 15, A. Enríquez, secretario sindical, "A los comités y células del Partido Comunista de México", sin lugar, 1936.

[25] RGASPI, fondo 495, reg. 10, expediente 357, Lovsky, alias Henri, ciudad de México, 5 de mayo de 1936.

[26] "Hay agitación entre obreros", Excélsior, ciudad de México, 16 de junio de 1936.         [ Links ]

[27] AGN, RLC, expediente 437/62, f. 2, Everardo Gamiz, director de educación de Durango, a Luis Rodríguez, Durango, 26 de marzo de 1936.

[28] FHLT, leg. 280, Faustino Gómez Villaseñor a coronel y senador Ernesto Soto Reyes, Guadalajara, 9 de junio de 1936.

[29] FHLT, leg. 279, Daniel Sepúlveda y Meza a Vicente Lombardo Toledano, ciudad de México, 26 de mayo de 1936.

[30] FHLT, leg. 280, Enrique Cárdenas a Vicente Lombardo Toledano, Durango, 11 de junio de 1936.

[31] Peláez Ramos, Gerardo, "El magisterio y la CTM, 1936-1941", en Rebelión, 2010, en www.lahaine.org        [ Links ]

[32] RGASPI, fondo 534, reg. 4, expediente 399, Hernán Laborde a Lovsky, ciudad de México, 4 de febrero de 1937.

[33] Britton, John, "Teacher Unionization and the Corporate State in Mexico, 1931-1945", en Hispanic American Historical Review, vol. 59, núm. 4, noviembre 1979, pp. 674-690.

[34] AGN, RLC, vol. 452, expediente 433/II, ff. 1-7, Vicente Lombardo Toledano a Lázaro Cárdenas, ciudad de México, 4 de febrero de 1937; AGN, RLC, vol. 452, expediente 433/II, ff. 1-7, Lázaro Cárdenas a Vicente Lombardo Toledano, Cuernavaca, 6 de febrero de 1937; AGN, RLC, vol. 452, expediente 433/II, ff. 1-7, Vicente Lombardo Toledano a Lázaro Cárdenas, ciudad de México, febrero 27 de 1937.

[35] Library of Congress Manuscript Division, Earl Browder Papers, serie 2, rollo 3, expediente 43, informe a Earl Browder, anónimo y sin fecha, mecanografiado sobre el papel membretado de la Universidad Obrera; Carr, Barry, Marxism and Communism in Twentieth-Century Mexico, Lincoln, University of Nebraska Press, 1992, pp. 15-47.         [ Links ]

[36] RGASPI, fondo 534, reg. 7, expediente 399, Vicente Lombardo Toledano a Aleksandr Lozovsky, ciudad de México, 15 de abril de 1937.

[37] RGASPI, fondo 534, reg. 7, expediente 399, Vicente Lombardo Toledano a Aleksandr Lozovsky, ciudad de México, 15 de abril de 1937.

[38] FHLT, leg. 295, Miguel Espinosa y Nicolás Carrizales a Vicente Lombardo Toledano, Monterrey, 22 de abril de 1937.

[39] Earl Browder Papers, caja 11, "The split in the Mexican labor movement", S. Syracuse University Library, sin lugar, 4 de mayo de 1937.

[40] Krauze, Enrique, Retratos personales, México, Tusquets, 2007, p. 170.         [ Links ]

[41] RGASPI, fondo 495, reg. 108, expediente 197, Earl Browder, "Informe sobre el Partido Comunista de México" al Sub-Comité del Partido Comunista de Estados Unidos, sin lugar, 5 de mayo de 1937.

[42] FHLT, leg. 297, Hernán Laborde, discurso pronunciado en el Teatro Hidalgo, ciudad de México, 29 de junio de 1937.

[43] FHLT, leg. 297, Hernán Laborde, discurso pronunciado en el Teatro Hidalgo, ciudad de México, 29 de junio de 1937.

[44] FHLT, leg. 297, Hernán Laborde, discurso pronunciado en el Teatro Hidalgo, ciudad de México, 29 de junio de 1937.

[45] RGASPI, fondo 495, reg. 108, expediente 194, Vittorio Codovilla, alias Pérez, "Informe del Pleno del CC del Partido Comunista de Méjico", sin lugar, 1 de agosto de 1937.

[46] Wolfe, Bertram D., y Diego Rivera, Portrait of Mexico, Nueva York, Covici Friede, 1937, pp. 199-200.         [ Links ]

[47] National Archives (en adelante NA), Foreign Office (en adelante FO), expediente 371/527/A2543, Rodney Gallop a Anthony Eden, ciudad de México, 24 de abril de 1937.

[48] NA, FO expediente 371/3391, Rodney Gallop a Anthony Eden, ciudad de México, 28 abril de 1937; NA, FO expediente 371/ 527/A4796, Rodney Gallop a Anthony Eden, ciudad de México, 8 de julio de 1937; NA, FO expediente 371/ 527/A5374, Rodney Gallop a Anthony Eden, ciudad de México, 29 de julio de 1937; NA, FO expediente 371/ 527/A7354, Rodney Gallop a Anthony Eden, ciudad de México, 20 de septiembre de 1937.

[49] NA, FO expediente 371/491/A874, O´Malley Owen a Foreign Office, ciudad de México, 19 de enero de 1938.

[50] Cárdenas, Lázaro, Palabras y documentos públicos, México, Siglo XXI, 1978, vol. I, p. 273.         [ Links ]

[51] FHLT, leg. 330, Héctor Pérez Martínez a Vicente Lombardo Toledano, ciudad de México, 7 de noviembre de 1938.

[52] Smith, Benjamin T., Pistoleros and Popular Movements. The Politics of State Formation in Postrevolutionary Oaxaca, Lincoln, University of Nebraska Press, 2009, pp. 198-201.         [ Links ]

[53] Benjamin, Thomas, A Rich Land, a Poor People. Politics and Society in Modern Chiapas, Albuquerque, University of New Mexico Press, 1989, p. 199.         [ Links ]

[54] Fallaw, Ben, Cárdenas Compromised. The Failure of Reform in Postrevolutionary Yucatán, Durham, Duke University Press, 2001, pp. 109-115.         [ Links ]

[55] FHLT, leg. 303, Dimas Gastón a Vicente Lombardo Toledano, ciudad de México, 9 de diciembre de 1937; FHLT, leg. 303, Vicente Lombardo Toledano a Adolfo Orive Alba, ciudad de México, 14 de diciembre de 1937.

[56] FHLT, leg. 306, "Renovación del comité nacional, sesión secreta", sin lugar, 7 de enero de 1938.

[57] NARA, RG 59, expediente 812.504/1700, E. W. Eaton al Departamento de Estado, Durango, 14 de enero de 1938.

[58] NARA, RG 59, expediente 812.504/1702, William Blocker al Departamento de Estado, Monterrey, 2 de febrero de 1938.

[59] NARA, RG 59, expediente 812.504/1703, Joseph Buró al Departamento de Estado, Veracruz, 3 de febrero de 1938.

[60] AGN, RLC, Agustín López a Lázaro Cárdenas, Durango, 11 de octubre de 1938; AGN, RLC, expediente 404.4/27, f. 1, Ignacio García Téllez a Lázaro Cárdenas, Durango, 11 y 13 de octubre de 1938.

[61] AGN, RLC, expediente 404.4/27, f. 3, Julián Ortiz a Lázaro Cárdenas, Torreón, 15 de octubre de 1938; AGN, RLC, expediente 404.4/27, f. 3, Marcelo Villanueva a Lázaro Cárdenas, Torreón, 15 de octubre de 1938.

[62] AGN, RLC, expediente 404.4/27, f. 2, Enrique Calderón a Lázaro Cárdenas, Durango, 1 de agosto de 1938; AGN, RLC, expediente 404.4/27, Vicente Lombardo Toledano a Lázaro Cárdenas, f. 2, ciudad de México, 6 de agosto de 1938.

[63] Levenstein, Harvey, "Leninists undone by Leninism: Communism and unionism in the United States and Mexico, 1935-1939", en Labor History, núm. 2, 1981, pp. 237-261.         [ Links ]

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