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Agricultura, sociedad y desarrollo

Print version ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.11 n.1 Texcoco Jan./Mar. 2014

 

Elementos para analizar redes sociales para el desarrollo rural en México. El caso RENDRUS

 

Elements available to analyze social networks for rural development in Mexico: the RENDRUS case

 

Juan F. Nuñez-Espinoza*1, Oscar L. Figueroa Rodríguez2, Leobardo Jiménez-Sánchez1

 

1Colegio de Postgraduados. Carretera federal México-Texcoco, km 36.5. Montecillo, Estado de México. 56230. (nunezej@colpos.mx) (ljs@colpos.mx)

2Consultor y académico independiente. (oscar.l.figueroa@gmail.com)

* Autor responsable

 

Recibido: noviembre, 2012.
Aprobado: diciembre, 2013.

 

Resumen

A pesar de las condiciones de marginación socioeconómica en las que viven innumerables productores rurales en México, las capacidades de éstos para inventar e innovar sus sistemas familiares de producción de alimentos e ingresos han logrado impulsar y escalar el proceso de transferencia de tecnología para la producción agropecuaria en México. Las innovaciones tienen un impacto diferenciado para generar estrategias locales de desarrollo rural; ejemplo de esto es la construcción de redes sociales de distribución y gestión de conocimiento con el potencial para impactar el desarrollo a nivel local o regional. Uno de estos mecanismos socio-reticulares es la Red Nacional de Desarrollo Rural (RENDRUS), espacio donde confluyen diversos tipos de actores sociales que comparten sus propias experiencias exitosas de desarrollo rural. Durante 17 años, los foros RENDRUS han sido organizados alrededor de la dinámica de intercambio de saberes entre productores; dicho canje es lo que autoriza para hablar de la integración de una estructura cognoscitiva con diferentes niveles de organización e impacto en el ámbito rural de México. El estudio de este tipo de intercambios, por medio del Análisis de Redes Sociales (ARS), permite distinguir la construcción social del conocimiento y su potencial para promover, a través de este tipo de redes de conocimiento, dinámicas de desarrollo rural tanto a nivel de comunidad como de regiones enteras.

Palabras clave: alimentos, conocimiento, intercambio, sinergia, visualización.

 

Abstract

In spite of the conditions of socioeconomic marginalization that countless rural producers experience in México, their abilities to invent and innovate their family systems for food production and income have helped them stimulate and escalate the technology transference process for agricultural and livestock production in México. Innovations have a differentiated impact to generate local strategies for rural development; an example of this is the construction of social networks for distribution and management of knowledge with the potential to impact development at the local or regional level. One of these socio-reticular mechanisms is the National Network for Sustainable Rural Development (Red Nacional de Desarrollo Rural Sustentable, RENDRUS), a space where various types of social actors who share their own successful experiences in rural development come together. For 17 years the RENDRUS forums have been organized around the dynamic of knowledge exchange between producers; this exchange is what authorizes speaking of integration of a cognitive structure with different levels of organization and impact on the rural environment in México. The study of these types of exchanges, through the Social Network Analysis (SNA) allows distinguishing the social construction of knowledge and its potential to promote, through this type of network of knowledge, rural development dynamics both at the level of community and for entire regions.

Key words: food, knowledge, exchange, synergy, visualization.

 

Introducción

El proceso de cambio climático refiere a un contexto de descomposición de los biotopos locales y globales y, por tanto, a modificaciones radicales en el uso del suelo, los procesos de migración, el acceso al recurso agua pero, ante todo, a cambios en la estructura productiva (INECC, 2012: 21), principalmente en lo relativo a los sistemas locales de producción de alimentos. Lo anterior trae como consecuencia un aumento de la fragilidad de los países menos industrializados y disminuidos en sus capacidades técnicas para afrontar las contradicciones generadas por dicho cambio, aunque afecta más que nada a las poblaciones y sectores más pobres, marginados y de carácter rural, debido a que son los grupos más expuestos al desequilibrio generado en las tasas de acceso a servicios básicos como salud, alimentos, agua potable y otros recursos básicos.3 Esto ha hecho patente la necesidad de construir nuevas vías productivas y asociativas, ya que la producción de alimentos se ha encarecido drásticamente (IAASTD, 2009).

Para confrontar este marco de entropía, el sistema internacional de instituciones generó un segundo contexto compuesto por diversas estrategias globales y locales para combatir el hambre y la pobreza. Un ejemplo de ello lo representa la Cumbre Mundial de Alimentación realizada en Roma (1996), en la cual se observó la necesidad de: "...Formular y aplicar, en zonas de bajo y de alto potencial, estrategias de desarrollo rural integrado que...refuercen la capacidad productiva local de los agricultores, los pescadores y los silvicultores, y de los que participan activamente en el sector alimentario..." (FAO, 1996: 23).

Esto generó diversos ecos regionales dirigidos a "...ayudar a las comunidades rurales a prescindir de la ayuda alimentaria, incrementando su propia producción para conseguir la autosuficiencia alimentaria primero y la comercialización de alimentos después." (Diouf, 2001, párrafo 4).

A la par de lo anterior se generó un tercer contexto. El proceso mundial de vinculación de las economías, definido como globalización y auspiciado por un desarrollo tecnológico sin precedentes de los medios de comunicación, produjo por primera vez la posibilidad de que las comunidades humanas se vincularan socialmente y en el ámbito mundial, de forma simultánea. Esto abrió una cantidad ingente de foros de comunicación que no responden a delimitación alguna (salvo la de los propios participantes) y donde concurre una multiplicidad única e indiscutible de comunidades que solicitan, adquieren, comparten, gestionan y envían cantidades inconmensurables de información y saberes.4 Esto mostró un mundo cada vez más interdependiente y nutrido por complejos modelos de interacción y reproducción social del cual aún no se han visto sus límites. De acuerdo con Castells (2001: 558), "...hemos entrado en un modelo puramente cultural de interacción y organización sociales. Por ello, la información es el ingrediente clave de nuestra organización social y los flujos de mensajes e imágenes de unas redes a otras constituyen la fibra básica de nuestra estructura social..."

Dicha estructura, fertilizada y dinamizada por la innovación tecnológica —y por la mundialización de lo social—, comenzó a orientarse hacia procesos sociales multiplicadores donde la cantidad de información sobre lo global y lo local crece exponencialmente. Este proceso generó accesos diversificados, aunque diferenciados, a recursos cognitivos que antes no se tenían, por lo que se han comenzado a observar múltiples tendencias sociales: aumento del conocimiento en las comunidades, mejora en la salud, aumento de la productividad, elevación de los ingresos de aquellos sectores relacionados con la comunicación y la informática, y estabilización de precios en mercados, así como en capacidades y posibilidades para futuras innovaciones tecnológicas (PNUD, 2001).

Lo anterior generó la oportunidad para conceptualizar la estructura social en conglomerados humanos delimitados y organizados, en y por sistemas de vinculación, con el potencial para gestionar, explorar e intervenir recursos de conocimiento por medio de su ordenamiento, clasificación e innovación pero, sobre todo, a través de compartirlos entre las comunidades. De hecho, este tipo de análisis da pauta para identificar y valorar conceptos e insumos comunitarios que son muy difíciles de medir, pero que poseen una concreción tal que sin ellos la ecuación social no es posible. Ejemplo de dichos insumos son: intercambio, cooperación, solidaridad, beneficios, filiaciones, y confianza y reciprocidad, ante todo (Molina y Alayo, 2005: 303).

Estos nuevos patrones de organización y reproducción de la sociedad han llevado a las ciencias sociales a replantear su propio alcance, al aceptar la necesidad de innovar los instrumentos metodológicos que han utilizado para analizar la realidad de lo social. Un cauce de esto fue recuperar y actualizar aquellos instrumentos metodológicos que permitieran entender las nuevas dinámicas de los conglomerados sociales, así como las variables que los posibilitan e impulsan a imbricarse y subsumirse mutuamente, a tal punto de redefinir el concepto mismo de comunidad.

En el conjunto de los contextos anteriores se plantean los principales objetivos del documento: describir y analizar la estructura reticular que se genera a raíz de los foros RENDRUS y comprenderla como estructura socioglocal5 con el potencial de dinamizar, fortalecer y gestionar las capacidades para la producción de alimentos e ingresos en zonas rurales marginadas, por medio del continuo intercambio de experiencias de desarrollo rural exitosas entre productores rurales participantes.

El proceso de intercambio de experiencias exitosas y saberes para la producción de alimentos e ingresos que se da en dichos foros permite formular la hipótesis sobre la existencia de una estructura reticular glocal entre productores rurales, con el potencial de movilizar insumos de conocimiento y generar procesos de desarrollo rural a diferentes niveles de organización social: local, estatal o regional.

Lo anterior obliga a profundizar en el tipo de proyectos que han participado en RENDRUS, así como aquellos factores que les han auxiliado para mantenerse vigentes como propuestas de desarrollo rural, por lo que un paso obligado es conocer aquellos actores que han influido en dichos factores de éxito; a saber: otros productores rurales, organismos civiles, empresas, instituciones de investigación, universidades e instituciones de gobierno, entre otras. Con esto se logra identificar una red de instituciones alrededor de la propia RENDRUS. Para concluir el análisis, se aborda el examen de la red social de un grupo de 18 proyectos de desarrollo rural que participaron en diferentes años en ésta. Para esto se usaron medidas de centralidad (rangos degree y betweenness), a fin de: a) hacer visible la red social de intercambio de insumos entre productores rurales con su entorno; y b) ubicar aquellos actores clave en la movilización de insumos, como información y conocimiento, al interior de este tipo de redes sociales.

 

Red Nacional de Desarrollo Rural Sustentable (RENDRUS)

La Cumbre Mundial de la Alimentación de Roma en 1996 generó múltiples resonancias sociales, políticas y económicas. En México se generaron nuevas propuestas para potenciar las capacidades organizativas y comunicativas de los sectores rurales. Una de estas propuestas es RENDRUS, gestionada actualmente por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Se gestó en 1996, a través de la acción del Colegio de Postgraduados (CP), la Fundación W.K. Kellogg y la Subsecretaría de Desarrollo Rural, para promover una serie de reuniones anuales de intercambio y evaluación de experiencias de desarrollo entre productores rurales, buscando un proceso de auto-enseñanza (a nivel local, estatal, regional y nacional), y que tuviera un impacto determinado en el desarrollo rural en México. En cada una de estas reuniones se han presentado aquellas propuestas de desarrollo rural que son seleccionadas por los mismos productores como las más valiosas en la generación de ingresos y la producción de alimentos.

 

La dinámica organizativa y reticular en la RENDRUS

A partir de la primera reunión de intercambio de experiencias y proyectos de desarrollo rural exitosos en 1996, las reuniones anuales se han venido organizando de forma escalonada hasta 2012. La primera fase es a nivel Distrito de Desarrollo Rural; después, estatal y regionalmente (desde 2011, SAGARPA decidió prescindir de las reuniones distritales y regionales) y, por último, a nivel nacional. En esta última fase se presenta un agregado de 63 proyectos que son el resultado de un proceso de selección hecho por los propios productores rurales en todas las fases del evento.

En cada una de las fases de organización de RENDRUS se forman mesas de trabajo, donde los productores rurales exponen los resultados de sus proyectos ante un panel (hecho por los mismos productores participantes) que analiza, discute y selecciona aquellas experiencias que considera como las más valiosas para ser conocidas, difundidas y replicadas a nivel nacional. Los principales criterios que los proyectos deben cumplir para ser seleccionados como experiencias exitosas, son: 1) Innovación tecnológica-productiva que permita reducir los costos de producción, proporcione mayor calidad al producto, y se adecue a las condiciones de la zona; 2) Organización y administración: participación de los integrantes del proyecto para definir sus estrategias. Llevan registros productivos y contables; 3) Calidad, valor agregado y desarrollo del mercado: los productos y servicios ofertados generan valor agregado, cuentan con control de calidad y captan más clientes satisfechos; 4) Capacitación y asistencia técnica: los integrantes del proyecto se mantienen en constante capacitación, lo que ha ayudado a la consolidación de la empresa; 5) Impacto social/económico: el proyecto está generando empleos en la comunidad y mejorando el nivel de ingresos y la calidad de vida de los participantes; y 6) Sustentabilidad y medio ambiente: las actividades del proyecto no deterioran sino mejoran las condiciones ambientales del sitio donde se ubica. (RENDRUS, s.f.)

El análisis de estos criterios conduce a una selección y discusión sobre los proyectos presentados, pero también a un proceso de vinculación de productores con otros productores rurales, con empresas, instituciones públicas, organismos civiles, entre otros. Esto ayuda a identificar los proyectos de desarrollo rural como productos sociales construidos a nivel local, pero que poseen el potencial de impacto regional.

 

Métodos y Materiales

La investigación presentada en este documento utiliza el Análisis de Redes Sociales (ARS). Este enfoque, de naturaleza estructuralista, centra su análisis en los atributos explicativos que poseen las relaciones que han establecido los sujetos de una comunidad dada (Molina et al., 2006:20). Estos atributos son considerados condicionantes estructurales de las acciones de las personas (Sanz, 2003:21), pero también fundamentos de los procesos de intercambio que se dan entre los sujetos sociales, al grado de que llegan a determinar el desarrollo de objetivos organizacionales agrupados en acciones colectivas o individuales (Vélez, 2007) y, por tanto, a la construcción de propiedades sociales, como la cohesión misma de las comunidades humanas.

Dicho análisis no es meramente narrativo, sino que provee un examen donde se reúnen la perspectiva estructuralista de las ciencias sociales, la perspectiva determinista de las matemáticas y la apreciación visual de sistemas humanos complejos (personas, grupos, organizaciones, etcétera) (Navarro y Salazar, 2007:70), de forma ilustrativa, breve y amigablemente accesible (Velázquez y Aguilar, 2005:1). En esta dirección, el concepto de red social refuerza la capacidad para modificar y observar, desde un ángulo diferente, la noción del usufructo sobre insumos intangibles como la comunicación y el conocimiento, especialmente si son utilizados para combatir la pobreza y el hambre en las regiones. De hecho, esta relación trastoca la forma como se crea, difunde, posee, accede y emplea el conocimiento, la información y la tecnología en el ámbito local y global (PNUD, 2001:29 y Richardson, 1997). De esta forma, el ARS facilita el análisis de las interacciones entre productores rurales con su entorno social e institucional. Para identificar y medir dichas interacciones se utilizaron las medidas de centralidad degree (grado nodal) y betweenness (grado de intermediación). El grado nodal se refiere a la suma de todos los lazos directos que posee un nodo o actor determinado (Molina et al., 2006:35) y señala la posición y relación estratégica que guarda un actor con respecto a otros en la red social, así como un acceso privilegiado a la información que se produce y traslada en su grupo social, por lo que pueden tener un determinado peso en la toma de decisiones que lleve en una u otra dirección a dicho grupo. Tal y como se comprobará más adelante, el grado nodal permitió observar dos estructuras reticulares poco visibles: una de tipo institucional y otra generada por los intercambios de saberes entre productores rurales. La expresión matemática que mide dicho ángulo de vinculación es:

donde:

Aij= Matriz que enlaza los nodos "i" y "j"

di= Centralidad (degree) del actor en cuestión. (De la Rosa et al., 2005)

El grado de intermediación es la medida de centralidad que señala la frecuencia con que un nodo aparece como posible conexión entre cualquier par de nodos que no están vinculados directamente (Wasserman y Faust, 1994:17; Molina et al., 2006:37). Esto se refiere a actores que conectan a grupos y actores en sus procesos de vinculación, por lo que llegan a tener una influencia definitiva para abrir o cerrar el acceso a la información de la red social, logrando un peso decisivo en los procesos de cohesión de una comunidad, ya que pueden facilitar la vinculación o el aislamiento social de determinados actores. El cálculo de esta medida de centralidad se realiza a través de la siguiente ecuación:

donde:

gk grado de intermediación (betweenness)

gij número de distancias geodésicas (número de vínculos de un actor a otro hasta llegar al actor objetivo) desde el nodo "i" hasta el nodo "j"

gikj número de vínculos que hay entre "i" y "j" y que pasan por "k". (De la Rosa, etal, 2005)

Este instrumental metodológico permite una exploración de la estructura social hecha por los productores rurales para registrar las capacidades de intercambio de saberes con los que fortalecen e innovan sus propios sistemas de producción de alimentos e ingresos; también, aquellas capacidades sociales que ayudan a conjugar colectivamente cualidades e insumos de soporte social, tales como confianza, apoyo, solidaridad, intercambio, cooperación y vinculación, a fin de alcanzar objetivos e intereses comunes, así como recursos para potenciar sus propias actividades.

Los datos que conforman este análisis se obtuvieron a través de: a) la base de la información sobre proyectos de desarrollo rural exitosos integrados en la web www.rendrus.org; b) datos obtenidos a través de entrevistas; c) evaluaciones; d) tesis de doctorado; y e) presentaciones hechas por los mismos productores rurales sobre el tipo de proyecto que han desarrollado. La información sobre los proyectos RENDRUS abarcó el origen del proyecto, recursos, factores de éxito, obstáculos, vinculaciones, entre otras múltiples enseñanzas, y se sistematizaron en hojas de Excel. Se adicionaron datos obtenidos de 18 proyectos que fueron ganadores entre 1999 y 2005. Los grafos elaborados y presentados en este trabajo se construyeron con el programa de ARS UCINET-NetDraw. (Borgatti, Everett, y Freeman, 2002).

 

Resultados y Discusión

Tipología de los proyectos presentados en RENDRUS (1996-2011)

De acuerdo con los datos provenientes de las fases regionales de RENDRUS, de 1996 a 2012 participaron 4872 proyectos provenientes de todas las regiones de México (RENDRUS, 2010). De acuerdo con esta misma fuente, el número de proyectos que se presentaron regionalmente por año aumentó de 150 (1996) a 743 (2000). Para 2001, las reglas de operación de la RENDRUS cambiaron, por lo que dicho número se estabilizó a un promedio de 192 proyectos por año. Esto impactó en el número de los presentados a nivel nacional, que desde entonces fue de 63.

Las propuestas de desarrollo rural presentadas en RENDRUS son diversas en cuanto a tipo y tamaño. Dicha diversidad es reflejo de la gran cantidad de necesidades que obliga a las comunidades rurales a explorar o potenciar formas organizativas que impulsen sus capacidades creativas y propositivas. Un ejemplo de esto se logra observar en el tipo de grupos que generaron dichos proyectos. Aunque la mayor parte de las experiencias (72.31 %) fueron realizadas por grupos sociales indistintos, el resto de éstas se distinguen por haber sido generadas por grupos sociales particulares. En este caso, 17.67 % fueron proyectos hechos específicamente por familias; 7.70 % fueron implementados por y para grupos de mujeres; y 1.33 % fueron propuestas provenientes de grupos de jóvenes, indígenas (0.70 %), tercera edad (0.21 %) y capacidades diferentes (0.08 %).

Por otro lado, en una muestra de 1443 proyectos de la misma fuente RENDRUS, 75.81 % de éstos fueron presentados por sociedades mercantiles, como las que se señalan en el Cuadro 1. Llama la atención que la mayor parte de las capacidades creativas se conjuntan en tres grandes grupos, de los cuales 51.14 % fueron presentados por Sociedades de Producción Rural de Responsabilidad Limitada (33.40%) y por Sociedades Cooperativas de Responsabilidad Limitada de Capital Variable (17.74%). Si tenemos en cuenta que cada figura legal se rige por determinadas reglas y, de manera particular, conjuga determinados elementos sociales y económicos, esto podría ayudar a ubicar polos y capacidades de desarrollo e innovación tecnológica que pudieran tener una íntima relación con formas asociativas de carácter mercantil y jurídico.

Por su parte, en términos de su tipología, el principal tipo de proyectos que se ha presentado en RENDRUS de 1996 al 2012 fue de tipo agroindustrial, así como de desarrollo rural (servicios) y agrícola. En estas líneas de operación se concentró una tercera parte de las propuestas, siguiendo proyectos de explotación bovina, artesanales y hortícolas, entre otros. (Figura 1).

 

Proyectos RENDRUS activos

Los foros de intercambio de RENDRUS se han llevado a cabo a los largo de 16 años. En éstos se han dado cita una gran cantidad y tipos de proyectos, que son el resultado de las necesidades y las capacidades de inventiva de los productores rurales. Cada proyecto es una experiencia y exploración de nuevos procesos de desarrollo rural a nivel local o regional para generar empleo, ingresos y alimentos. Sin embargo, cada propuesta, como empresa rural, tiene que enfrentar los mismos retos que cualquier entidad empresarial. Factores externos e internos del proyecto o empresa se llegan a combinar y logran impulsar o finiquitar la propuesta. Algunos de estos elementos pueden ser: vaivenes en los mercados, fluctuación de precios de las materias primas, descapitalización, endeudamiento, baja productividad, falta de objetivos claros, o una adecuada administración, entre otros. Estos y otros factores llegan a determinar la tasa de sobrevivencia de muchas de estas propuestas de desarrollo rural. De acuerdo con Olmedo (2009), 97 % de los negocios mexicanos son empresas pequeñas o medianas (Pymes); sin embargo, no hay políticas públicas adecuadas para apoyarlas y su promedio de vida es de apenas dos años.

En relación con esto, muchas de las propuestas de desarrollo rural que se han presentado en REN-DRUS se han cerrado, pero otras han permanecido y, de acuerdo con el registro de la propia red, año con año se presentan nuevas experiencias que se exponen y comparten en los foros RENDRUS. De acuerdo con datos proporcionados por 21 estados del país (de un total de 32), 49.43 % de los proyectos que se han presentado en RENDRUS desde 1996, siguen vigentes. Esto indica una afortunada combinación de diversos elementos que los llevan a ser caracterizados por los propios productores rurales como "proyectos exitosos". Sin embargo, ¿qué es un proyecto exitoso? Si se acude al punto de vista de los propios productores, se observará que este concepto se ha ido construyendo, delimitando o ampliando a través de los años. Al analizarse la composición del concepto de "proyecto exitoso" de los productores que participaron hace diez años en la RENDRUS, se observa que no existe mucha diferencia con respecto a la noción de los productores rurales actuales, aunque se han ido agregando otros elementos.

De acuerdo con lo anterior, el concepto de éxito es complejo y refiere a una continua re-combinación de diversos elementos, que responde en el tiempo y espacio social6 a los intereses y resultados que van obteniendo los mismos productores rurales. En esta dirección, el "éxito" de un proyecto es un proceso con diversas vertientes y altibajos. En una evaluación previa, hecha a 66 productores que participaron en la RENDRUS, se estableció que "...el concepto de éxito es, de acuerdo con lo expuesto por los productores, lo relativo a las expectativas y su logros en cada uno de sus proyectos." (CP, 2000:141). De acuerdo con dicha evaluación, los elementos que los productores consideraron como esenciales para el "éxito" de un proyecto, fueron: a) tiempo de operación, el cual determina la solidez del proyecto; b) organización, disciplina y responsabilidad; c) capacitación continua y conocimiento de referencia en cuanto a conducción técnica, organizativa y administrativa; d) liderazgo, visión acerca del proyecto y sus alcances; e) asistencia técnica continua; f) financiamiento oportuno, accesible y apropiado; g) afinidad proyecto-productor en la experiencia, necesidad, medios, condiciones y aspiraciones de los productores; h) conocimiento integrado y planificación a corto, mediano y largo plazo acerca de los resultados a lograr; i) información detallada sobre precios y mercados; y j) expectativas y fuentes de información de carácter científica, técnica, administrativa accesible, relevante y oportuna.

Por su parte, en un análisis hecho a la información proveniente de 1333 proyectos que participaron en RENDRUS entre 2004 y 2011 (RENDRUS, 2010), 64 % de los factores de éxito indicados por los productores se dividieron, principalmente, en generación de empleo (16.80 %), ya sea permanente o temporal; tipo de organización del proyecto (8.82%), rendimientos altos (6.72 %), ganancias (5.55 %), beneficio generado (3.30 %), capacidad instalada propia (local) (3.22 %), experiencia (3.22 %), calidad (3.18 %), demanda/aceptación del producto (3.13 %), capacidad productiva (3.08 %), capacitación (2.35 %), apoyo recibido (2.25 %), tipo de producto (2.13 %).

 

Red institucional RENDRUS

Para poder consolidarse como experiencias de desarrollo rural exitosas, cada uno de los proyectos recibió diversos tipos de apoyo (equipo, capacitación, asesoría, etcétera) por parte de instituciones públicas o privadas. En este sentido, la información de los proyectos participantes en RENDRUS abrió la posibilidad de observar aquellos actores institucionales que tuvieron una determinada contribución para su desarrollo. Entre éstos destacan, en primer lugar: SAGARPA y Alianza para el Campo. Estos dos actores abarcan 50 % de las referencias hechas por los productores rurales. Para ver una variedad más detallada de actores "menores" que participaron en esta misma red, se generó una gráfica (Figura 2) en red para representar el degree de estos últimos. Se omitieron los nombres de SAGARPA y Alianza para el Campo, a fin de poder distinguir dicha variedad de fuentes proveedoras de insumos. Algunos de los actores con los degrees más importantes fueron: Programa Nacional de Apoyo para las Empresas de Solidaridad (FONAES), Programa de Apoyo a Proyectos de Inversión Rural (PAPIR), Programa de Desarrollo de Capacidades en el Sector Rural (PRODESCA), Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), Secretaría de Desarrollo Social (Sede-sol), Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), Comisión Nacional Forestal (Conafor), e Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (Inifap), entre muchas otras.7

A través de esta estructura en red se logran observar dos grupos: a) actores institucionales centrales reconocidos por los productores en la distribución y gestión de insumos que han servido para consolidar las experiencias presentadas en RENDRUS; y b) la existencia de diversas redes incluyentes institucionales para la gestión de insumos (Cuadro 2). En relación con esto último, la red de capacitación y apoyos económicos (créditos) es la que integra la mayor variedad de actores institucionales, pero no así la red de financiamiento (subsidios). Cabe aclarar que la participación en estas redes se dio de manera horizontal e inclusiva; es decir, cada productor pudo recibir simultáneamente tanto capacitación como equipo y asesoría por instituciones de una u otra red, lo que implicaría una determinada capacidad de los productores para gestionar diversos tipos de insumos provenientes de diferentes actores institucionales.

Este tipo de estructuras institucionales ha tenido un determinado rol en la generación de proyectos de desarrollo rural, mismos que tienen un impacto diferenciado a nivel local o regional y que retratan, a su vez, dinámicas locales o regionales de integración, organización y producción, entre otros elementos. Lo anterior sugiere la presencia de una estructura reticular en la cual participan diversos actores y se distribuyen distintos tipos de insumos que los productores usan para el intercambio de saberes para el desarrollo.

RENDRUS ha apoyado procesos de intercambio de experiencias de desarrollo, cooperación y sinergia entre innumerables actores sociales, lo cual es el elemento que anima y se reproduce a través de los foros de la red. Con esto se indica la importancia de este tipo de mecanismos para lograr una determinada resonancia en el reforzamiento de las redes locales generadas por productores rurales y, por lo tanto, en los procesos regionales de seguridad y soberanía alimentaria, especialmente en momentos en que la estructura productiva de algunos países, como México, está siendo impactada por el tema ambiental. De aquí que la relevancia de ".invertir en los pequeños agricultores supone crear la red de seguridad más sostenible, en especial en tiempos de crisis económica mundial" (Nwanze, 2009: párrafo 7).

Uno de los insumos que ha robustecido este tipo de estructuras de distribución de insumos, y que ha logrado mantenerlas como entidades reticulares a lo largo del tiempo y del espacio social —además de haber sido poco estudiado—, es el conocimiento mismo y su recombinación —hecha por los mismos productores rurales— a través de su innovación y distribución por diversos medios a otros productores. En este sentido, se logran perfilar redes sociales de intercambio donde "...los agricultores [reciben] distintos tipos de información, como precios de mercado, lo que les permite negociar (.) con los intermediarios (.) Las conexiones con otras aldeas a través de la Internet han propiciado el diálogo nacional sobre técnicas agrícolas, gestión de microcréditos, oportunidades comerciales y educacionales, medicina tradicional y actividades religiosas..." (PNUD, 2001: 34-35).

En este contexto, la estructura en red que ha motivado a RENDRUS se logra vislumbrar a través de estos procesos de intercambio y cooperación, sustentado en toda la gama de capacitaciones, asesorías y asistencias que dieron instituciones públicas o privadas a productores rurales, pero también en la forma en como se está movilizando el insumo de conocimiento al interior de estas redes sociales.

Análisis de la red social de proyectos de desarrollo rural

La complejidad de relaciones e intercambios de saberes entre productores rurales, expresada en la dinámica de RENDRUS, se presta para llevar a cabo su análisis a través de la metodología ARS, mencionada en líneas anteriores. Al aplicar este enfoque al estudio de relaciones surgidas entre actores del desarrollo participantes en RENDRUS, como son: proyectos de desarrollo, productores rurales, instituciones públicas y privadas, organismos civiles, universidades y centros de investigación, etcétera, se logra visualizar una realidad relacional singular nutrida de vínculos sociales que genera nuevos actores, relaciones y procesos reticulares que abren un conjunto de posibilidades, como son: generar y detonar mecanismos de desarrollo locales a través de un continuum intercambio de comunicación e información.

Con este instrumental metodológico se hizo una primera aproximación a un grupo de 18 proyectos que participaron en RENDRUS y que fueron ganadores en reuniones nacionales entre 1999 y 2005. Esto proporcionó constancia sobre la existencia de redes sociales ya no solo de tipo institucional, sino redes entre productores rurales con funciones diversificadas, determinadas por el tipo de insumo obtenido de ellas: financiamiento, sinergia a nivel local, intercambio y difusión de información, relaciones de mercado, capacitaciones, etcétera. Todos y cada uno de los proyectos abordados presentaron una red de vínculos que les proporcionó diversos insumos y expresaron una particular solución y relación ante el entorno geográfico, cultural, económico y social, lo que reflejó un campo de alternativas de desarrollo para enfrentar situaciones de marginación a través de procesos de cooperación/ vinculación/intercambio que no siempre son visibles a simple vista.

Al analizar la estructura de relaciones que se construyó alrededor de los 18 casos seleccionados, se logró mostrar un espacio de intercambio de información para el desarrollo, generando interconexiones y sinergias con otros actores sociales. Con esto se vislumbró un tejido múltiple de vinculaciones entre diversos actores, donde se destacaron relaciones para la compra/venta de productos; intercambios con otros proyectos para conocer otras alternativas de desarrollo; y vínculos con instituciones de los diferentes niveles de gobierno, así como para solicitar procesos de seguimiento y financiamiento, entre otros (Cuadro 3).

El análisis de la red social de estos proyectos, por medio de las categorías de Centralidad (degree y betweenness), abrió la posibilidad de visualizar aquellos actores con una mayor capacidad de vinculación, intercambio e intermediación; por lo tanto, con mayores capacidades de negociación e influencia entre sus pares, así como aquellos actores con capacidad significativa de difusión e interconexión social. Por ejemplo, la visualización del degree (Figura 3) muestra aquellos actores que tienen un acceso estratégico a la información que fluye en la red analizada (en función de sus vinculaciones), pero también a actores que son reconocidos por los demás, con grados diferenciados de empatía y legitimación social; por lo tanto, son considerados líderes en procesos de difusión de información. En este caso, el proyecto Tortilla de nopal (Zacatecas) tiene el degree más significativo (sin dejar de lado a los otros actores con un grado nodal menor), por lo que es un actor reconocido y vinculado a través de procesos de intercambio, apoyo, capacitación a otros proyectos e instituciones públicas o privadas, lo que nos ofrece una idea de la capacidad de gestión de relaciones, vinculaciones e insumos que el productor logra tener con su entorno. De acuerdo con el degree, el segundo proyecto/productor en importancia sería Creaciones Fanny (Guanajuato). Este tipo de líderes son nodales para generar procesos de difusión, innovación tecnológica y desarrollo rural más eficaces, permitiendo tener un conocimiento más cuidadoso de la red social de productores rurales a nivel local y regional.

El cálculo betweenness proporciona una imagen más ajustada de aquellos actores con determinadas capacidades de negociación y control de la información que fluye al interior de la red y, por lo tanto, la forma en como dicha red pudiera estarse dinamizando. Cabe recordar que el grado betwenness está dado por la cantidad y calidad de vínculos que tiene el actor con sus vecinos, pero principalmente por el número de veces en los que funge como un puente para vincular a otros actores e incluso grupos enteros. Esto arroja información sobre la distribución del poder social en función de los vínculos y, por lo tanto, acerca de quién pudiera estar subordinado a quién. En este caso (Figura 4), a pesar de que el conjunto de productores y proyectos analizados sean actores dispersos (en términos geográficos), y que participaron en distintos periodos en las actividades RENDRUS, se observa una estructura social donde sobresale la capacidad del actor Tortilla de nopal (Zacatecas) de intermediar e influir, entre distintos actores, al interior de la red social. Con lo anterior se observa una retícula social diferente a la de la Figura 2; aunque con el mismo actor como nodo central. En muchos casos, actores que tienen grados nodales significativos pueden ser actores que sobresalen por su grado de intermediación. Sin embargo, esto no es una regla ya que, como se observa en la red analizada, los demás nodos tienen un valor de intermediación claramente diferenciado. Ejemplo de lo anterior es el nodo Textiles Caroca (Guanajuato). Es importante indicar que en una red donde prevaleciera la intermediación de un solo actor, se estaría hablando de una estructura monopolizada; sin embargo, conforme comienzan a presentarse otros grados de intermediación, se está generando una dispersión social del poder del nodo central, ya que se han abierto canales alternativos de comunicación que no pasan necesariamente por el nodo centralizador.

A pesar de que estos productores rurales presentaron proyectos ganadores en ediciones RENDRUS de distintos años (dispersos en diferentes estados del país), se logra observar un proceso de vinculación que va más allá de la geografía de cada proyecto o comunidad rural. El ARS realizado sugiere la idea de una estructura social de vinculación mucho más amplia y con procesos de intercambio de experiencias de desarrollo rural mucho más complejos y diversos. De igual forma, este tipo de mapas sociales reticulares también ofrece la posibilidad de impulsar estas plataformas sociales al momento de realizar gestiones de insumos que tienen que ver con procesos de desarrollo rural: financiamiento, nuevas tecnologías, mercados, sinergia, etcétera.

 

Conclusiones

Los datos y conceptos analizados alrededor de la estrategia de la RENDRUS: intercambio de experiencias exitosas de desarrollo rural, aportan elementos para calificar a las redes sociales como centros deslocalizados de generación de nuevos proyectos y formación de recursos humanos; así como la generación de nuevas modalidades de organización social en torno al intercambio de insumos, como experiencias, conocimientos y nuevas propuestas de desarrollo rural. En este sentido, el "éxito" de cada proyecto señala, por parte de sus responsables, un particular proceso de capitalización de los insumos que su entorno les provee, encontrando una fórmula que les ayuda a mantenerse vigentes en el tiempo y el espacio social. Es por medio de estos procesos de gestión de insumos que los productores rurales logran resolver muchas de las vicisitudes propias de este tipo de empresas. Es decir, cada proyecto de desarrollo rural es un complejo reticular que se construye en la experiencia colectiva de la oferta y demanda social. Cada proyecto, como producto social, es una plataforma vincular de desarrollo con una composición heterogénea y con diferentes modalidades.

En esta dirección podemos decir que el desarrollo rural parte de una plataforma múltiple (diversos actores), polivisual (desde diferentes perspectivas), hetero-reactiva (combinación de diferentes tipos de apoyos, capacitaciones, sinergias, así como diversos mecanismos que se ponen en juego para producir la experiencia del proyecto como "exitoso" y flexible) pero, ante todo, una plataforma poli-recíproca que se construye con la participación de una gran diversidad de productores rurales.

Cada proyecto de desarrollo rural propuesto en los foros RENDRUS representa una forma distinta de enfrentar el problema de la pobreza y el hambre; por lo tanto, un juego social diferente donde abundan las formas de combinación de capacidades y elementos sociales, económicos, culturales y políticos, incluso. Pero, además de esto, cada proyecto representa un modelo heterogéneo para capitalizar las reciprocidades establecidas con su entorno social, lo que constituye la principal característica para ser considerado por sus mismas comunidades como proyecto "exitoso" en red.

En esta dirección, la dinámica multiplicadora que se observa generalmente en las estructuras sociales que ha motivado la RENDRUS proporciona un ángulo sólido para observar que la complejidad de las propuestas de desarrollo presentadas por los productores son plataformas de vinculación más amplias y extensas de lo que se aprecia a simple vista. Con esto se vislumbra una cualidad intrínseca de las redes sociales de comunicación: el potencial para generar el escalamiento de proyectos de desarrollo que puedan tener un impacto gradual en diversos niveles sociales.

En el caso de RENDRUS, después de 15 años de operación se logran apreciar diferentes dinámicas y fases de organización en la composición de los proyectos de desarrollo rural propuestos en ese foro. Algunas de estas cualidades son:

1. Una innegable capacidad propositiva y creativa en torno a la generación de nuevas experiencias de desarrollo rural que pueden constituirse en propuestas para generar alimentos, ingresos, empleo y sostenibilidad en uno de los sectores más abandonados y susceptibles del país.

2. La RENDRUS ha producido datos que permiten observar una compleja integración reticular local o regional de diversos actores e insumos que van desde productores rurales, organismos públicos o privados, universidades e instituciones de investigación, identidades financiadoras, etcétera, para generar procesos de desarrollo rural en diversos niveles y con múltiples impactos sociales.

3. La evolución de la tipología de proyectos en la RENDRUS viene a registrar, de forma directa e indirecta, diversos patrones de políticas de desarrollo a nivel regional y nacional, así como problemas a los que se deben enfrentar los productores rurales.

a) El primer patrón se refiere a la presencia de proyectos que estaban orientados directamente a la producción de alimentos (avícola, bovinos, caprinos, cultivos básicos, forrajes y otros agrícolas) que, con el paso del tiempo, fueron disminuyendo de número en los foros RENDRUS.

b) Otro de los patrones se refiere a la permanencia, más o menos regular, de proyectos de valor agregado (agroindustriales, industria rural, producción de café, desarrollo rural, manufacturas rurales, hortícolas y artesanías).

c) También aparecen proyectos que en algún momento redujeron su número; sin embargo, se comienza a observar un leve aumento en los últimos años (cunícola, forestal, orgánicos, acuícola).

d) El cuarto patrón se refiere a proyectos que en los últimos años han aumentado su número de manera significativa y que están, en su mayor parte, orientados a los servicios (ecoturismo, servicios diversos, acopio), materiales diversos, explotación de otras especies pecuarias, además de otros agrícolas (especialmente de productos de exportación) y apícolas.

e) Una mención diferente es sobre los proyectos relacionados con el agua, en los cuales se observan dos picos en el número de proyectos: 1996-1998 y 2007-2008. El primer pico se refiere al primer año en que México fue deficitario en lluvias. El segundo a la sequía de 2007, producto del cambio climático que caracterizó a la década pasada como la más cálida.

f) Lo anterior se puede comparar con los datos de los proyectos de lácteos, los cuales experimentaron un alza de 2004 a 2005; sin embargo, la curva se deprime precisamente en el periodo de sequías. Con posterioridad hay una leve mejoría (tal vez acuciada por los subsidios) y después cae definitivamente. Esto indica que el carácter de las propuestas de desarrollo rural que se ha presentado en RENDRUS se relaciona, innegablemente, con dos situaciones: la primera radica en la capacidad propositiva y creativa de los productores rurales, la cual se activa continuamente ante situaciones de marginación socioeconómica; la segunda, en relación con la anterior, se refiere al carácter contingente de cada una de estas propuestas de desarrollo rural, ya que cada una de ellas es una respuesta lógica ante los cambios y eventos que el productor observa en su entorno y que, muchas veces, llegan a determinar el propio desarrollo rural regional en México. Algunos eventos son de tipo local, regional y nacional, y de carácter político, social y climático. 4. Por otro lado, como banco de datos histórico, la RENDRUS ofrece elementos para asegurar la permanencia y generación de propuestas de desarrollo rural; permite registrar un determinado patrón de evolución y construcción del conocimiento alrededor de las estructuras de intercambio de saberes para la producción de alimentos y la generación de ingresos, aunque aún faltaría constatar dicha hipótesis con un estudio más profundo sobre esta red social.

 

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Notas

3Aunque los acontecimientos ocurridos durante el tsunami en Indonesia (2004) y el huracán Katherina en New Orleans EE.UU. (2005), así como las inundaciones que provocó el huracán Vilma en Yucatán y Chiapas (2005) y Tabasco (2007), México, y las recientes inundaciones en Burma-Myanmar por el ciclón Nargys (2008), los terremotos de Haití y Chile (2010), y el tsunami en Japón (2011) indican una alarmante debilidad de los mecanismos locales para analizar y confrontar situaciones de emergencia bajo escenarios de cambio climático y desastres naturales tanto en el Norte como en el Sur.

4La magnitud y tamaño exponencial del intercambio de comunicaciones que se está dando a través del sistema de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), construido en y para la globalización, no tiene parangón (cuantitativa y cualitativamente) en la historia humana, de aquí su carácter inconmensurable. Para tener una idea general de la magnitud de este intercambio y apoyar la adjetivación dada, se recomienda revisar Royal Pingdom, Internet 2012 in numbers, Posted in Tech blog on January 16th, 2013 by Pingdom, recuperado de http://royal.pingdom.com/2013/01/16/internet-2012-in-numbers/ (19/12/2013).

5Glocal es un concepto que se refiere a la capacidad de tener una perspectiva de las conexiones y consecuencias globales al momento de actuar localmente; es decir, pensar y actuar lo global desde lo local. Robertson, R. (2003: 29).

6Estos términos señalan la dimensión histórica que todo fenómeno social guarda tras de sí como representación colectiva, así como el marco de la acción humana en el cual la gramática social va teniendo lugar. Para un mayor análisis sobre el espacio-tiempo social, ver Toboso M. y Valencia G. (2008).

7Este ejercicio se hizo con base en un generador de nombres que provinieron de la información de 1333 proyectos que se presentaron en RENDRUS entre 2004 y 2010. En algunos casos, hay actores que corresponden o están relacionados con un actor en particular, por ejemplo, aquellos programas que pertenecen a SAGARPA; sin embargo, los productores los identificaron de forma particular, sin ubicarlos en tal o cual actor genérico.

8No se incluyeron los actores como SAGARPA y Alianza para el Campo, debido a que concentran 50% de las referencias; se excluyeron aquellos actores con un degree 1, a fin de poder distinguir la variabilidad de aquellos actores con un número ≥ a 2 relaciones o referencias entre actores.

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