Introducción
Desde finales del siglo XX, las migraciones a nivel mundial han venido presentando dinámicas de incremento demográfico, diversificación de perfiles (con una clara feminización) y dispersión/redistribución geográfica (De Haas et al., 2020; Brettell y Hollifield, 2015; Hardwick, 2015). Este aumento de las migraciones se ha dado en el contexto -y en cierta medida ha sido producido- por el desarrollo de los procesos socioeconómicos y políticos de la globalización (Gregory et al., 2009; Castles, 2003) y por la expansión y consolidación del capitalismo neoliberal (con el deterioro del aparato productivo de ciertos países y la constante demanda de mano de obra en las cadenas globales de producción del norte global) (Glick Schiller, 2022; Robinson y Santos, 2014; Márquez y Delgado, 2011). De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), los migrantes internacionales son cerca de doscientos ochenta millones y, entre los diez principales destinos migratorios, se encuentran países del norte global con economías de altos ingresos, como Estados Unidos, Alemania, Francia, Arabía Saudita y Canadá (Conapo, 2022).
En el caso de América, Estados Unidos es el país al que más migrantes se dirigen. Y una de las migraciones con mayores volúmenes demográficos, precarizadas y caracterizadas por estructurales contextos de vulnerabilidad (en el origen, tránsito y destino) es la que, en tránsito irregularizado, se origina en el norte de Centroamérica (NC) (International Crisis Group, 2018; Winton, 2018; Anguiano y Villafuerte, 2015; Anguiano y Cruz, 2014), específicamente de países como Honduras, Guatemala y El Salvador (González, 2023; Conapo, 2021, 2020). Desde hace varios años y de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Agencia de las Nacionales Unidas para los Refugiados (ACNUR), es una migración que, anualmente y aun en pandemia, ha estado integrada por decenas y centenas de miles de personas (UPM, 2022, 2021, 2020; ACNUR, 2017, 2016). Según informes de Médicos Sin Fronteras (MSF) y de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem), estas migraciones, en su tránsito por México y en la frontera con Estados Unidos, acontecen en escenarios de diversos tipos de violencia hacia las personas del NC (MSF, 2017; Redodem, 2020a).
Esta violencia tiene manifestaciones muy diversas y es cometida por diferentes actores sociales e instituciones, desde agentes y funcionarios del gobierno mexicano, hasta grupos del crimen organizado, pandillas y particulares (Redodem, 2019a, 2018). Dicha violencia es frecuente en contextos fronterizos (Robert Strauss Center, 2019; Observatorio de Legislación y Política Migratoria del Colef, 2016) y, no pocas veces, implica la muerte de centenas de migrantes (Missing Migrant Project, 2021). No obstante, también desde hace años las poblaciones irregularizadas del NC en tránsito por México han demostrado su capacidad de agencia, particularmente con el caso de las masivas caravanas de 2018 y 2019 (Frank y Núñez, 2020).
En este contexto, y durante los dos primeros años de pandemia, este artículo, mediante la revisión de fuentes oficiales (principalmente el Boletín Estadístico de la UPM) y bibliografía académica especializada, analiza cuáles fueron los cambios espacia les y sociodemográficos en los procesos de detención y deportación de migrantes del NC,1 por parte del gobierno mexicano y en la frontera norte de México.2 La pregunta que guía el trabajo es: ¿cuáles han sido las transformaciones espaciales y sociode mo gráficas de las detenciones y deportaciones de poblaciones migrantes irregularizadas del NC durante la emergencia sanitaria global en dicha frontera? En este artículo se argumenta que, más allá de ser manifestaciones puntuales de marcos jurídicos migra torios hacia poblaciones extranjeras irregularizadas, las detenciones y deportaciones son parte de estrategias de contención migratoria durante la emergencia sanitaria (2020-2021); y esto, en el contexto de procesos regionales, donde las políticas migratorias de facto de ciertos países no sólo están en función de sus propios intereses y so beranía, sino también de la agenda política de otros países (como el caso de México respecto de Estados Unidos en el tema migratorio).3
Este trabajo tiene la siguiente estructura. En la introducción se expone el encuadre y cometido del artículo. Después, en el andamiaje conceptual y la metodología se da cuenta del marco teórico que permite abordar las detenciones y deportaciones como parte de dinámicas de contención migratoria (y más allá de su dimensión de mero ejercicio de la ley), también se describen las fuentes utilizadas y por qué razones. Pos teriormente, se ubica el trabajo dentro de la literatura académica que aborda las migraciones del NC irregularizadas en tránsito por México. En la siguiente sección se abordan los cambios espaciales y sociodemográficos de las detenciones y deportacio nes de migrantes el NC durante la pandemia (2020-2021). Finalmente, el artículo cierra destacando el aporte del trabajo y algunas posibles vetas de investigación.
Una de las contribuciones es mostrar los procesos de diferenciación en las deten ciones y deportaciones en una coyuntura de fuertes cambios durante la pandemia, y cómo esto acontece y es parte de dinámicas de contención migratoria a escala nacional (México) y regional (Estados Unidos y Norteamérica) hacia poblaciones irregularizadas del NC. Asimismo, muestra la relevancia que, desde el abordaje geográfico de corte espacial y centrado en dinámicas de distribución y concentración territorial de acciones gubernamentales, se puede hacer del tratamiento de prácticas estatales relacionadas con las migraciones y las poblaciones irregularizadas.
Andamiaje teórico: migraciones, detenciones y deportaciones
Desde finales del siglo pasado, hay una dimensión política de las poblaciones migran tes que se dirigen hacia los países del norte global (Sayad, 1999). Esto implica, sin hacer una apología del andamiaje estatal, destacar la centralidad del papel de los Estados nacionales (de origen, tránsito y destino) para el abordaje de las migraciones interna cionales contemporáneas (Sayad, 2010). Las migraciones internacionales no sólo se reducen a las políticas y el accionar (o no accionar) de ciertos grupos de países con sus estructuras institucionales (Mezzadra, 2020; Glick Schiller, 2022). En este contexto, y siguiendo a Sayad (2008) y la autonomía de las migraciones, los migrantes, como suje tos sociopolíticos con agencia y procedentes de contextos de expulsión adversos, tienen un protagonismo y capacidad de decisión en las migraciones (Mezzadra, 2020, 2012).
En este trabajo, la contención migratoria se expresa mediante acciones de política migratoria para detener a poblaciones extranjeras irregularizadas del NC, y donde las fronteras tienen un uso estratégico: contener y desarticular las migraciones. Si bien las fronteras tienen una dimensión material que se expresa en muros y barreras, no son hechos “naturales ni esenciales” (AAA, 2021), sino producciones sociopolíticas y jurídicas de carácter histórico, y determinadas en función de intereses específicos (Mezzadra y Nielson, 2013). Las fronteras se pueden expresar en acciones y prácticas de control y vigilancia (como las detenciones y deportaciones), y esto puede restringir el ejercicio de los derechos humanos migrantes (AAA, 2021). En el caso de las poblaciones del NC, las fronteras México-Estados Unidos limitan el acceso de estos migrantes al territorio estadounidense.
En un escenario de contención migratoria y fronteras cerradas, las detenciones y deportaciones exceden la dimensión jurídica, y son las expresiones materiales de ciertas políticas migratorias en un momento determinado. Al igual que las migraciones irregularizadas, las detenciones y deportaciones son procesos históricos, y están sujetas a cambios y reconfiguraciones territoriales y temporales. De esta forma, las detenciones y deportaciones, y sus respectivos cambios, no son sólo ejercicios y aplicaciones de ciertas leyes migratorias, son también acciones estratégicas de control mi gratorio hacia determinadas poblaciones extranjeras irregularizadas en coyunturas específicas (véase el Cuadro 1). Además, y a semejanza de los procesos de producción de fronteras, las detenciones y deportaciones son cambiantes en el espacio y el territorio, y tienen un alcance geográfico en tres niveles escalares: 1) local, en términos de los puntos donde se llevan a cabo; 2) nacional, en relación con los efectos de la contención de flujos que viene desde el sur y son detenidos en frontera norte; 3) y regional, en alusión a la forma en que en determinados puntos de la frontera norte de México se restringe el paso de migrantes que, desde el NC, se dirigen a Estados Unidos.
Cuadro 1 Abordaje conceptual de las detenciones y deportaciones
| Perspectiva | Características |
|---|---|
| Crítica de los vínculos entre poblaciones migrantes, políticas migratorias y detenciones y deportaciones, en contextos fronterizos nacionales y regionales. | ➣ Los
procesos de detenciones y deportaciones son más que “únicamente”
la ejecución de marcos jurídicos migratorios. ➣ Son las leyes, en tanto construcciones sociopolíticas y jurídicas, las que “irregularizan” a los migrantes. ➣ Las detenciones y deportaciones también son procesos estatales y regionales de control migratorio (producidos políticamente). |
Fuente: Elaboración propia con base en Mezzadra y Nielson (2013) y Mezzadra (2012, 2020).
Particularmente, en el caso de algunos procesos migratorios (como los del NC), acontecen procesos regionales donde las políticas de ciertos países (en este caso México), no sólo están determinadas por sus propios intereses y soberanía nacional, sino también se definen en función de las agendas migratorias de otros países (como la situación de México en relación con Estados Unidos). De esta forma y en cierta medida, la política migratoria mexicana, incluyendo la ejecución de detenciones y deportaciones, tiene un encuadre regional geopolítico, y está determinada por la agenda antiinmigrante y de contención territorial de poblaciones del NC por parte de los últimos gobiernos estadounidenses (procesos particularmente acentuados en el caso de Trump).
Estrategia metodológica y fuentes consultadas
En presente trabajo se siguió una aproximación metodológica en torno a dos ejes. Por un lado, la delimitación temporal y socioespacial del proceso y, por otra parte, cuáles fueron las fuentes y la información con base en las cuales se elaboró el artículo, así como el uso de éstas en el análisis. Sobre el primer eje, la definición temporal se determinó en relación con los primeros dos años de pandemia (2020-2021) debido a que, durante la emergencia sanitaria, hubo cambios en las detenciones y deportaciones de migrantes del NC en relación con el periodo anterior de las caravanas migrantes (2018-2019). Pero también durante la pandemia hubo procesos de la política migratoria estadounidense (los Protocolos de Protección de Migrantes y el Título 42)4 de alcance regional, y que impactaron en lo acontecido en México en términos de las migraciones irregularizadas del NC, y en especial en la frontera norte de México (dada la colindancia con Estados Unidos).
El corte socioespacial se acotó a las detenciones y deportaciones de los migrantes del NC acontecidas en la frontera norte de México, y para el periodo dicho (2020-2021). La elección de este grupo de migrantes se basó en los siguientes criterios: 1) son una de las migraciones con mayores volúmenes demográficos (Conapo, 2022, 2021, 2020); 2) se dirigen mayoritariamente a Estados Unidos; 3) y son de los grupos más vulnerables y criminalizados por los países de tránsito (México) y destino (Estados Unidos) (Redodem, 2022, 2020a, 2019a, 2019b). El foco se centró en la frontera norte de México, debido a la gran acumulación de migrantes que presenta y a la situación geo política de que se trata para muchos migrantes de la posible puerta de entrada a Estados Unidos. La frontera norte tiene una extensión de 3 152 kilómetros y abarca las entidades federativas de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
En lo relativo al segundo eje, las fuentes consultadas fueron de diferente índole. Por un lado, y teniendo una centralidad especial dado el eje del artículo, se consultaron los registros oficiales del Boletín Estadístico de la UPM de detenciones y deportaciones de los migrantes del NC de los últimos cinco años (UPM, 2022, 2021, 2020, 2019, 2018), con especial énfasis en los años de la pandemia. Los datos de la UPM son públicos, se han venido elaborando desde hace varios años de manera sistemática; además, dichos datos presentan, tanto los acumulados totales a nivel nacional, como lo aconte ci do a nivel de las entidades federativas. Por ello, es posible indagar de forma espe cí fica lo acontecido en las seis entidades federativas que conforman la frontera norte.
De manera complementaria, y para la reconstrucción del contexto de las migraciones del NC, se recurrió también a otros dos grupos de fuentes. Por una parte, a los informes y reportes de organizaciones promigrantes y de derechos humanos que han abordado migraciones en contextos fronterizos y en condiciones de vulnerabilidad y violencia (Redodem, 2022, 2020a, 2019a, 2019b; MSF, 2017). Y, por otro lado, biblio grafía académica y oficial que posibilitó dar cuenta de la historicidad y las características sociodemográficas de la migración del NC (Conapo, 2022, 2020; Heredia, 2016; Casillas, 2012), y considerar de los marcos (geo)políticos regionales y los regímenes fronterizos en los que acontece (París y Díaz, 2020; García y Villafuerte, 2014).
Antecedentes y contexto de la migración del norte de Centroamérica
En América, el principal lugar del continente al que se dirigen diversos grupos de mi grantes desde diferentes regiones es Estados Unidos (Conapo, 2022). Históricamente, y durante el siglo XX e inicios del XXI, la migración mexicana irregular fue la principal a nivel continental (Conapo, 2021). No obstante, desde hace lustros las migraciones irregularizadas originadas en el NC y con destino a territorio estadounidense han pre sen tado grandes volúmenes demográficos -principalmente perfiles mas culinos jóvenes- (Conapo, 2022, 2021; Heredia, 2016; Casillas, 2012). Y, de acuerdo con investigaciones de académicos del sur de México y trabajos basados en la En cues ta sobre Migración en la Frontera Sur de México, estas migraciones han sido pro ducidas por causas histórico-estructurales relacionadas con procesos económicos, medioambientales y sociopolíticos en los países de origen (González, 2023; Gómez, 2022; Villafuerte y García, 2018; García y Villafuerte, 2014); en la comprensión de los contextos expulsión migratoria, la relación entre el medio biofísico y las poblaciones migrantes es un factor importante para considerar. Por ejemplo, trabajos de periodismo de investigación en Centroamérica, como el caso de Plaza Pública en Guatemala, han señalado el impacto del cambio climático en estas migraciones (Alvarado, 2022a; 2022b); y, en un tenor similar, diversas investigaciones han señalado los impactos socioeconómicos de la pandemia y de los huracanes Eta e Iota en el aumento significativo de las migraciones del NC en tránsito por México durante 2021 (Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021a, 2021b, 2021c).
En este contexto, y como han venido mostrando desde hace varios años algunos investigadores del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, la producción de contextos de expulsión se debe a procesos ajenos a los migrantes (Gómez, 2022; Villafuerte y García, 2018; García y Villafuerte, 2014). Se trata de migraciones forzadas, con carácter multicausal y de una dimensión regional (Castillo Ramírez, 2020). Recientemente, y sin dejar de estar presente la tradicional migración irregularizada e invisibilizada de pequeños grupos del NC, las caravanas migrantes de 2018 y 2019 mostraron nuevas formas de organización y acción colectiva (Frank y Núñez, 2020), así como el uso de la visi bili dad como una estrategia de seguridad y protección (París y Montes, 2020).
Además, estas migraciones del NC, desde hace años y hasta la actualidad, se han caracterizado por acentuadas condiciones de vulnerabilidad (Rodríguez, 2016; Izcara-Palacios, 2015), transgresiones a los derechos humanos (Misión de Observación de Derechos Humanos en la Frontera Sur de México, 2020; Redodem, 2020a;) y procesos de violencia hacia los migrantes (Missing Migrant Project, 2021; MSF, 2017; Winton, 2018), en el contexto del tránsito migratorio por las regiones de Norte y Cen troamérica (Robert Strauss Center, 2019). De 2014 a 2021, fueron más de cuatro mil las personas que, en tránsito irregular por la frontera México-Estados Unidos, perdie ron la vida o desapa recieron, y una parte considerable de ellos eran del NC (Missing Migrant Project, 2021).
Caravanas migrantes (2018 - 2019)
Un punto de inflexión reciente de las migraciones del NC fueron las caravanas migrantes de 2018 y 2019.5 Utilizando la estrategia de la visibilidad sociomediática y el caminar y hacer colectivo, los migrantes en caravanas intentaron remontar los diversos obstáculos para llegar a la frontera norte de México e ingresar a territorio estadounidense (muchos con la intención de solicitar asilo en Estados Unidos) (Alvarado, 2022b; París y Díaz, 2020; Redodem, 2020a). Dichas caravanas no sólo se distinguieron por su masividad, sino también por otro tipo de perfiles migratorios: familias, madres con hijos, niños y adolescentes (París y Montes, 2020). Cabe señalar que, si bien las caravanas migrantes acapararon mediáticamente mucha atención entre fines de 2018 y buena parte de 2019, también continuaron las modalidades menos visibles de la migración del NC.
En lo referente a la postura del actual gobierno mexicano, ha habido un fuerte viraje. De una postura inicial favorable a la migración, cambió a una perspectiva de fronteras cerradas y criminalización de las poblaciones migrantes (París y Díaz, 2020), particularmente de aquellas con dirección a Estados Unidos y procedentes del NC. Esto en buena medida ha sido resultado de la presión de los últimos gobiernos de Estados Unidos sobre México; especialmente notorio fue el hecho de que, a mediados de 2019, Trump amenazó a nuestro gobierno con gravar las importaciones mexicanas si no se contenían las migraciones hacia Estados Unidos y en tránsito por el territorio mexicano.6 Y, poco tiempo después, el gobierno de México envió miles de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera sur e iniciaron procesos de securitización fronteriza, detenciones, desarticulación de caravanas y criminalización migratoria (Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, 2022).
Estas medidas fungieron como procesos de externalización de fronteras (de Estados Unidos hacia territorio mexicano), donde diversos puntos de México (como las fronteras sur y norte) funcionaron como espacios de contención migratoria de poblaciones del NC con destino a suelo estadounidense.
Pandemia y el papel de las fronteras (2020 - 2021)
Durante pandemia, especialmente en los meses iniciales, hubo drásticos procesos de reducción de los procesos migratorios del NC, tanto en el norte de México y Estados Unidos (Redodem, 2022; Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021b), como en la frontera sur mexicana y en Centroamérica (Gómez, 2022; Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021a, 2021c). También se presentaron acentuadas dinámicas de inmovilidad de las poblaciones del NC que ya se encontraban en tránsito migratorio hacia Estados Unidos (Gómez, 2022; Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021a).
En este contexto, y a diferencia de Estados Unidos y Guatemala que cerraron y securitizaron de forma drástica sus fronteras con el uso político de argumentos sanitarios (Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021b, 2021c), México no optó por estas medidas. Sin embargo, durante ambos años los procesos de detenciones y deportaciones continuaron, y hacia el segundo año de la emergencia global, y como se verá en detalle en la siguiente sección, hubo drásticos incrementos (UPM, 2022).
Detenciones y deportaciones en la frontera norte durante la pandemia
Los procesos de detenciones y deportaciones de migrantes irregularizados no únicamente son ejercicios de aplicación de leyes migratorias, también son parte amplia de la expresión material de las políticas de control migratorio de cierto Estado nacional, hacia poblaciones extranjeras (sin documentos) y en tránsito, en contextos históricos específicos. En el caso de procesos migratorios del NC existen dinámicas regionales donde las políticas migratorias de determinados países no sólo están determinadas por sus propios intereses y soberanía, sino también por situaciones geopolíticas asimétricas y las agendas migratorias de otros países con fuerte poderío político económico. Desde hace años, es el caso de México respecto a Estados Unidos.
Las detenciones y deportaciones de migrantes del NC no son procesos homogéneos en términos temporales ni espaciales. Hay dinámicas fuertes de diferenciación según el país de origen de los migrantes, y ciertas poblaciones tienen mayores dimensiones demográficas que otras. Tanto durante la pandemia como en etapas previas, las detenciones y deportaciones de poblaciones del NC han cambiado a través de la historia reciente, y se concentran y presentan con mayor intensidad en ciertos puntos del territorio nacional (frontera sur y norte, y entidades de las rutas migratorias).
En el contexto regional de las acciones de contención migratoria de Estados Unidos (Protocolos de Protección Migrante y el Título 42), en ciertas regiones de México, como a escala de la frontera norte del país,7 también se presentan estos procesos de selectividad durante la pandemia (2020-2021). En la frontera norte hubo cambios territoriales en los puntos de concentración, particularmente en entidades como Tamau lipas y Coahuila; y también transformaciones en los volúmenes demográficos (dependiendo del año de la pandemia) y respecto de los años previos.
Tanto a nivel de la frontera norte, como de cada una de las seis entidades que la componen, en el primer año de la emergencia sanitaria (2020) hubo una reducción del número detenciones y deportaciones respecto al último año de las caravanas migrantes prepandemia (2019) (véanse los Cuadros 2, 3, 6 y 7) (UPM, 2020, 2021, 2022). En el caso del acumulado de la frontera norte, de tener 33 020 detenciones y 21 696 deportaciones en 2019, disminuyó a 31 349 detenciones y 17 433 deportaciones para 2020 (véanse los Cuadros 6 y 7) (UPM, 2020, 2021).
Cuadro 2 Detenciones de migrantes del norte de Centroamérica en entidades federativas de la frontera norte (2017-2021)
| Año | Baja California | Chihuahua | Coahuila | Nuevo León | Sonora | Tamaulipas |
|---|---|---|---|---|---|---|
| 2017 | 522 | 722 | 2 093 | 2 254 | 988 | 5 304 |
| 2018 | 2 021 | 1 232 | 3 651 | 3 682 | 1 393 | 7 461 |
| 2019 | 1 437 | 3 858 | 7 424 | 6 376 | 4 013 | 9 912 |
| 2020 | 1 171 | 1 936 | 5 171 | 2 865 | 4 225 | 15 981 |
| 2021 | 1 737 | 4 062 | 12 120 | 5 809 | 9 149 | 16 479 |
Fuente: Elaboración propia con base en UPM (2018, 2019, 2020, 2021, 2022).
Cuadro 3 Deportaciones de migrantes del norte de Centroamérica en entidades federativas de la frontera norte (2017-2021)
| Año | Baja California | Chihuahua | Coahuila | Nuevo León | Sonora | Tamaulipas |
|---|---|---|---|---|---|---|
| 2017 | 484 | 657 | 2 172 | 1 340 | 945 | 4 214 |
| 2018 | 842 | 1 193 | 2 157 | 2 710 | 1 282 | 4 127 |
| 2019 | 1 127 | 1 309 | 5 968 | 4 969 | 3 578 | 4 745 |
| 2020 | 405 | 1 475 | 4 078 | 1 671 | 2 942 | 6 862 |
| 2021 | 439 | 3 211 | 4 283 | 4 663 | 5 451 | 8 694 |
Fuente: elaboración propia con base en UPM (2018, 2019, 2020, 2021, 2022).
Ahora bien, esas 31 349 detenciones de la frontera norte durante el primer año de la pandemia representaron el 41.57 por ciento del total del acumulado nacional de Mé xico, que para dicho año fue de 75 399 (véase el Cuadro 6) (UPM, 2021). Y, den tro de todo el territorio nacional, para 2020 la frontera norte fue el gran concentrador de detenciones, incluso por delante de la frontera sur,8 que ese año tuvo 31 215 detenciones, y que, desde hace años, generalmente es la principal región respecto a dichos registros (véase el Cuadro 6) (UPM, 2021).
En lo concerniente a las deportaciones, se presentó también una tendencia de concentración, pero con menor intensidad. En 2020, los 17 433 registros de deportaciones de la frontera norte representaron el 30.09 por ciento del total nacional, que ese año fue de 57 919; frontera norte fue el segundo sitio en deportaciones, sólo detrás de frontera sur, que ese año tuvo un registro de 27 830 (véase el Cuadro 7) (UPM, 2021).
Dentro de los países del NC y en el contexto de 2020, Honduras (con 15 000 detenciones y 8 686 deportaciones) aportó casi el 50 por ciento de los registros en ambos rubros (véanse los Cuadros 4 y 5) (UPM, 2021). Por su parte, Guatemala, con el segundo sitio, tuvo 11 987 detenciones y deportaciones 7 655; y, finalmente, El Salvador ocupó el tercer puesto con 4,362 detenciones y 1 092 deportaciones (véanse los Cuadros 4 y 5) (UPM, 2021).9
Cuadro 4 Detenciones en la frontera norte por país del norte de Centroamérica (2020-2021)
| Año | El Salvador | Guatemala | Honduras |
|---|---|---|---|
| 2020 | 4 362 | 11 987 | 15 000 |
| 2021 | 5 155 | 19 074 | 25 127 |
Cuadro 5 Deportaciones en la frontera norte por país del norte de Centroamérica (2020-2021)
| Año | El Salvador | Guatemala | Honduras |
|---|---|---|---|
| 2020 | 1 092 | 7 655 | 8 686 |
| 2021 | 1 689 | 12 959 | 12 093 |
Asimismo, a nivel de las entidades de la frontera norte, encontramos para 2020 una dinámica similar de reducción de los registros de detenciones y deportaciones de migrantes del NC, y también de fuertes procesos de concentración de los registros en ciertas entidades (véanse los Cuadros 2 y 3) (UPM, 2020, 2021).10 Para las detenciones, destacan particularmente los casos de Tamaulipas (con 15 981 detenciones) y Coahuila (con 5 171), entidades que, en conjunto y para 2020, acumularon 21 153 eventos de detenciones, lo que representó el 64.05 por ciento de todos los registros de la frontera norte para ese año (véanse los Cuadros 2 y 6) (UPM, 2021).11
Cuadro 6 Detenciones de migrantes del norte de Centroamérica en frontera norte, frontera sur y total nacional (2017-2021)
| Año | Frontera norte | Frontera sur | Total nacional |
|---|---|---|---|
| 2017 | 11 883 | 31 225 | 79 760 |
| 2018 | 19 440 | 61 126 | 115 008 |
| 2019 | 33 020 | 74 993 | 152 138 |
| 2020 | 31 349 | 31 215 | 75 399 |
| 2021 | 49 793 | 57 552 | 142 056 |
Fuente: Elaboración propia con base en UPM (2018, 2019, 2020, 2021, 2022).
Y para las deportaciones se presentó un proceso similar, Tamaulipas (con 6 862) y Coahuila (con 4 078) concentraban 10 940 deportaciones, que fue el 50.42 por ciento de las cifras del conjunto de la frontera norte (UPM, 2021) (véanse los Cuadros 3 y 7).12 No obstante, como se mencionó, hubo una reducción de los registros de detenciones y deportaciones de 2020 respecto de 2019. Para el año 2021, en el marco de la continuidad estadounidense de medidas antiinmigrantes con fuerte impacto (Protocolos de Protección Migrante y el Título 42), hubo drásticos cambios en las detenciones y las deportaciones de poblaciones migrantes irregularizados del NC por parte del gobierno mexicano.
Cuadro 7 Deportaciones de migrantes del norte de Centroamérica en frontera norte, frontera sur y total nacional (2017-2021)
| Año | Frontera norte | Frontera sur | Total nacional |
|---|---|---|---|
| 2017 | 9 812 | 27 830 | 77 512 |
| 2018 | 12 311 | 60 749 | 110 917 |
| 2019 | 21 696 | 70 359 | 142 958 |
| 2020 | 17 433 | 27 830 | 57 919 |
| 2021 | 26 741 | 58 126 | 122 840 |
Fuente: Elaboración propia con base en UPM (2018, 2019, 2020, 2021, 2022).
En lo relativo a la frontera norte, pero también en las seis entidades que la conforman, en 2021 (el segundo año la pandemia) se presentó un notorio incremento de los registros de detenciones y deportaciones respecto al año anterior, con el inicio de la emergencia sanitaria global (véanse los Cuadros 2, 3, 6 y 7) (UPM, 2021, 2022). En lo referente al acumulado de la frontera norte, de presentar 31 349 detenciones y 17 433 deportaciones para 2020, se incrementó a 49 793 detenciones y 26 741 deportaciones para 2021 (véanse los Cuadros 6 y 7) (UPM, 2021, 2022).
Y esas 49 793 detenciones de la frontera norte durante el segundo año de la emergencia sanitaria significaron el 35.05 por ciento del total del conjunto nacional de México, que fue de 142 399 (véase el Cuadro 6) (UPM, 2022). Y, en el contexto del territorio nacional, para 2021 la frontera norte fue el segundo gran acumulador de detenciones, únicamente detrás de la frontera sur, que ese año tuvo 57 552 detenciones, y desde hace años y significativamente es la región principal en referencia a dichos registros (véase el cuadro 6) (UPM, 2022). En lo concerniente a las deportaciones en frontera norte, se presentó una tendencia de concentración, pero con menor intensidad. Las 26 741 deportaciones de frontera norte fueron el 21.76 por ciento del concentrado total nacional, que fue de 122 840 en 2021. La frontera norte ocupó el segundo puesto en deportaciones, únicamente detrás de frontera sur, que ese año presentó las cifras de 58 126 (véase el Cuadro 7) (UPM, 2022).
Y, para el conjunto de los países del NC y en el segundo año de la pandemia, Honduras (con 25 127 detenciones y 12 093 deportaciones) contribuyó con poco más del 50 por ciento de los registros de detenciones en la frontera norte, y con poco menos de la mitad de las deportaciones (véanse los cuadros 4 y 5) (UPM, 2021). Por su lado, Guatemala, con el segundo puesto, tuvo 19 074 detenciones y deportaciones 12 959. Y, por último, El Salvador estuvo en el tercer sitio con 5 155 detenciones y 1 689 deportaciones (véanse los Cuadros 4 y 5) (UPM, 2021).
Ahora bien, en lo que respecta a cada una de las entidades que conforman la frontera norte, en 2021 se presentó un claro proceso de incremento de las detenciones y deportaciones de migrantes del NC, particularmente en las entidades que son las principales acumuladoras de dichos registros (véanse los Cuadros 2 y 3) (UPM, 2020, 2021). En lo relativo a las detenciones, sobresalen especialmente Tamaulipas con 16 479 detenciones y Coahuila con 12 120; en conjunto concentraron 28 599 eventos de detenciones, lo que significó el 57.43 por ciento del conjunto de la frontera norte para 2021 (véanse los Cuadros 2 y 6) (UPM, 2021).13 Y para las deportaciones aconteció una dinámica similar: Tamaulipas con 8 694 y Sonora con 5 451 acumulaban 14 145 deportaciones, que representó el 52.89 por ciento de los registros de la frontera norte respecto a migrantes del NC (véanse los Cuadros 3 y 7) (UPM, 2021).14
Este claro incremento de las detenciones y deportaciones de uno año a otro, y en tan complejas situaciones como la pandemia y confinamiento social, probablemente se debió a la articulación de varios procesos. En 2021 hubo muchas migraciones irregularizadas, pero también continuaron los procesos de contención migratoria de Estados Unidos con un claro alcance regional, particularmente con los Protocolos de Protección Migrante y con el Título 42; ambas medidas cerraron la frontera sur de Estados Unidos y propiciaron que en México, mediante acciones como las detenciones y deportaciones, se acentuara la disuasión y desarticulación de las poblaciones migrantes del NC cuyo cometido era llegar a territorio estadounidense (Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021a).
En el tenor de lo descrito y considerando las dimensiones históricas y territoriales abordadas, las detenciones y deportaciones no son procesos homogéneos en términos espaciales y temporales en el territorio nacional y en la frontera norte. Estos procesos presentan una clara selectividad, y están caracterizados por dinámicas de concentración/acumulación en puntos específicos, tanto a nivel nacional en regiones como frontera norte y sur, como a nivel específico de la frontera norte en ciertas entidades como Tamaulipas y Coahuila. Y esta diferenciación y selectividad en los pro cesos de acumulación no es aleatoria, probablemente se configura en función de los puntos y lugares de entrada/cruce, tránsito y salida/cruce de las rutas migratorias, y de los procesos de control migratorio focalizados en ciertos nodos, de manera que es posible pensar que en la distribución de las detenciones y deportaciones son producciones de carácter sociopolítico y de escala local, nacional y regional.
Conclusiones. Las detenciones y deportaciones como estrategias de control migratorio
En este artículo se abordaron los cambios en las detenciones y deportaciones de migran tes irregularizados del NC en la frontera México-Estados Unidos durante la pan demia (2020-2021). De lo analizado es posible argumentar que la frontera norte mexicana es un dispositivo de control espacial, y un sitio estratégico para la agenda de la política migratoria de Estados Unidos. Gran parte de los miles de migrantes del NC detenidos y deportados en las entidades federativas de la frontera norte anualmente durante la pandemia (UPM, 2022, 2021) tenían como destino principal el territorio estadounidense. En este contexto, y en concordancia con otras investigaciones (París y Montes, 2020; París y Díaz, 2020), la frontera norte del país ha sido y es un territorio de contención migratoria y de espera para miles de migrantes, buena parte de los cuales son del NC. Y, durante la pandemia (2020 y 2021), y como lo han apuntado proyectos de investigación e informes de derechos humanos (Immobility in the Americas and COVID-19 Project, 2021a; Redodem, 2022), México afianzó su condición de país de confinamiento de migrantes irregularizados.
La frontera norte fue uno de los principales territorios de acumulación y concen tración de detenciones y deportaciones en la pandemia (2020-2021). En dicha fron tera no hubo procesos homogéneos en las entidades federativas que la conforman. Las dinámicas fueron diferenciadas en las detenciones y deportaciones. En lo relativo a las detenciones las tres entidades con mayores registros fueron Tamaulipas con el primer sitio, seguido de Coahuila y en tercer lugar Sonora (UPM, 2022, 2021), lo que coincide con las principales rutas de migración y cruces irregularizados. En las deportaciones las cifras más altas se concentraron en Tamaulipas con el primer puesto, seguido de Baja California y en tercer sitio Nuevo León (UPM, 2022, 2021).
En el marco de lo visto, la intensificación/acentuación de los procesos de detención y deportación de (ciertos grupos/poblaciones) migrantes en contextos fronterizos pue de ser considerada como parte de los procesos de producción de fronteras a escala na cional (México) y regional (Norteamérica). Esto en el entendimiento de que, en tanto construcciones sociopolíticas y jurídicas de corte histórico, las fronteras (hacia los mi grantes irregularizados), no sólo se componen de muros y vallas, sino también de acciones de control y contención de poblaciones extranjeras/irregularizadas en tránsito por México. Y justo las detenciones y deportaciones son parte de las acciones de contención migratoria que pueden ser leídas como parte de los procesos de producción de fronteras.
Asimismo, hay vetas de investigación que se vinculan con la temática del presente texto y que es conveniente abordar con profundidad y suficiente detalle. Sin duda una de las más apremiantes es la relación entre migración, procesos de criminalización y violencia estatal en contextos fronterizos (Robert Strauss Center, 2019; Redodem, 2019b); y esto a nivel de diversas escalas, desde lo local (en las fronteras), hasta a nivel nacional (en México o Estados Unidos) y regional (en términos de Norte y Centroamérica). Otra línea por abordar sería la indagación de si de facto hay políticas migratorias diferenciadas del gobierno respecto a poblaciones migrantes de otras latitudes de las Américas. Por ejemplo, ver si el trato del gobierno mexicano a los haitianos y venezolanos es diferente al de las poblaciones del NC.
Finalmente y como lo han venido señalando diversas organizaciones (Redodem, 2022; MSF, 2017), mientras las políticas migratorias, y ciertas de sus expresiones (como las detenciones y deportaciones), se orienten más por ejes de seguridad nacional y de la imposición de intereses de corte geopolítico regional (como la agenda de contención y criminalización migratoria estadounidense), los migrantes irregularizados en tránsito verán vulnerados sus derechos y sus legítimas e incuestionables demandas de buscar una vida mejor y más digna mediante la migración.










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