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Culturales
On-line version ISSN 2448-539XPrint version ISSN 1870-1191
Culturales vol.2 n.1 Mexicali Jan./Jun. 2014
Reseñas
De comunidades inventadas a comunidades imaginadas y comunidades invisibles. Movilidad, redes sociales y etnicidad entre los grupos indígenas yumanos de Baja California
Morella Alvarado Miquilena
Everardo Garduño, Universidad Autónoma de Baja California/Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Mexicali, 2011
Universidad Central de Venezuela.
Así es como somos... somos de ningún lado,
nos gusta estar de arriba pa bajo...
Andrés Vega (Informante)
Los indígenas del norte de México llegaron a la era transnacional en plena oscuridad. Con esta frase, Everardo Garduño deja entrever cuál es la situación actual de los grupos yumanos. Invisibilizados en la mayoría de los estudios sobre frontera y migración, y reinventados de acuerdo con las necesidades de las teorías en boga, evidencia que las visiones utilizadas para estudiarlos, hasta ahora, son insuficientes. Para Garduño, los estudios sobre fronteras geográficas, políticas y culturales excluyen las miradas socioculturales en torno a grupos como: cucapás, yaquis, tohono o' odham, hia-ced o' odham, kikapú y yumanos. El trabajo de Garduño se centra en los últimos que aún pueblan los espacios de la frontera del norte de México.
Everardo Agustín Garduño Ruiz (ciudad de México, 1958) representa uno de los casos ideales en las ciencias sociales, a lograr combinar una mirada que involucra a dos ámbitos disciplinares: formado como sociólogo en la Universidad Autónoma de Baja California (1985), posteriormente obtuvo sus títulos de maestro y doctor en antropología social y cultural (1997, 2005) por la Arizona State University. De allí la mirada sociocultural que se evidencia en sus escritos.
Su trabajo de investigación se ha centrado en los denominados grupos campesinos e indígenas, con énfasis en los que se incluyen en la denominada familia etnolingüística yumana, ubicados en los territorios de Baja California y Sonora (México), y en Arizona y California (Estados Unidos).
A los seis libros en su haber, once capítulos en libros colectivos y más de dos docenas de artículos publicados en revistas arbitradas, se suma su trabajo de gestión y creación. Entre éstos, el desarrollo e impulso de instituciones museísticas y la promoción de proyectos de investigación novedosos y pertinentes como: Sitios sagrados del pueblo kumiai (2009); Caracterización socioeconómica de la mujer indígena migrante en los valles de Maneadero y San Quintín (2011), y El Pinacate. Historia natural y cultural de un geosímbolo de Sonora (2012). Con toda propiedad, afirmo que Garduño es, hoy, una referencia académica obligatoria en el tema tanto a nivel nacional como internacional.
El texto que reseño es el número 8 de la colección Cuadernos del CIC-Museo. Forma parte de los productos obtenidos a partir de la política editorial del Centro de Investigaciones Culturales-Museo de la Universidad Autónoma de Baja California, hoy Instituto de Investigaciones Culturales. El número salió a la luz a finales del año 2011, en coedición con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Vale destacar que la colección se inició en el año 2004 con el objetivo de divulgar los "productos de investigación empírica, de reflexión teórica y metodológica, así como de análisis temático, todos relacionados con los procesos socioculturales en diferentes espacios y épocas".1 Y este es justamente el caso del trabajo de Garduño: el producto final presentado para optar al grado de doctor en antropología social y cultural.
De comunidades inventadas a comunidades imaginadas y comunidades invisibles. Movilidad, redes sociales y etnicidad entre los grupos indígenas yumanos de Baja California, es un título muy largo, lo cual impide guardarlo en la memoria. Por esa razón, lo que recuerdo es la versión corta: Comunidades inventadas.
Aunque el texto posee la estructura de un trabajo académico y cumple con los rigores del mismo, el lenguaje utilizado se aleja del hermetismo que subyace en la mayoría de los textos de este tipo. Y es esta su principal virtud: atrapar al lector desde el principio para llevarlo de la mano a las discusiones más actuales de la denominada antropología transnacionalista.
El texto se divide en cinco partes, más la introducción y las conclusiones. La introducción funciona como el espacio en el que Garduño muestra sus inquietudes en torno al tema. Plantea los antecedentes y desarrolla de manera breve los contenidos del texto. Un elemento que destaca, porque evidencia lo que se denomina trayectoria de investigación, es la articulación de este texto con investigaciones precedentes. Garduño evidencia que se trata de un tema al que llega no por azar, sino por la constancia de un trabajo construido a lo largo de veinte años, y ofrece un gesto noble que pocos investigadores expresan: él es el otro y desde ahí se muestra, con los riesgos que ello implica, riesgos que pasan por romper con la mirada idílica que generalmente se asume al emprender investigaciones sobre grupos indígenas. Una de las consecuencias de estas visiones es mostrarlos como comunidades inventadas, imaginadas e invisibles. Gracias al trabajo de Garduño, lo anterior se desmonta.
Las preguntas claves de este trabajo son dos: ¿Cómo entender a un grupo que no es visible fácilmente? Y ¿cómo acercarse a una comunidad que va más allá de la noción de comunidad?
Uno de los aportes más interesantes de Garduño es la discusión en torno a la noción de comunidad, la cual se reconfigura y existe, aunque no haga presencia en un lugar determinado.2
En el primer capítulo, titulado "¿Quiénes son los yumanos? Antecedentes geográficos y teóricos", funciona como estado del arte para documentar y exponer los diversos puntos de vista que han surgido al interpretar y comprender a la familia etnolingüística yumana. Aquí hace especial énfasis en las perspectivas que sugieren la existencia de un proceso de extinción y asimilación cultural.
El segundo capítulo, "Las comunidades inventadas", sirve para demostrar que las yumanos nunca vivieron ni conformaron comunidades, según el sentido estricto de comunidad sedentaria, autocontenida y corporada. Expone aquí cómo una perspectiva de análisis se consolida, según la idea de "tradiciones inventadas" propuesta por Eric Hobsbawm y Terence O. Ranger en 1983.
En el tercer capítulo, "Las comunidades imaginadas", expone cómo, a pesar de lo expuesto en el capítulo anterior, este grupo ha elaborado una noción de identidad comunitaria, que posee un claro propósito: "fortalecer la representación social de colectividad yumana en respuesta a las amenazas territoriales de los rancheros mestizos" (p. 23).
En el cuarto capítulo, "Las comunidades invisibles", muestra una cualidad de estos grupos: el trascender la frontera política que separa a México de los Estados Unidos, y con ello demostrar que el trasnacionalismo como práctica social ejecutada por la población yumana, es tan antiguo, que supera la creación de la propia frontera.
En el quinto capítulo, "El género y la etnicidad en la construcción de la comunidad inventada, imaginada e invisible", expone, a partir de los testimonios de tres mujeres, el relevante papel y la capacidad de agencia de la mujer yumana. Así, doña Josefina López (kumiai), doña Dolores Salgado (pai-pai) y doña Leonor Farlow (kiliwa) son los vehículos para poner en evidencia la mutabilidad de los roles tradicionales asignados a la mujer y, particularmente, su participación en ámbitos que implican temas como la defensa y protección del territorio, la economía del grupo y la preservación de la memoria, elementos que son parte del proceso de reelaboración de la etnicidad yumana, como forma de resistencia simbólica.
Uno de los aspectos que quiero rescatar del texto es su vocación histórica y geográfica no premeditada. A través de Comunidades inventadas se revisan algunos de los aspectos que ubican a los yumanos en lugares y temporalidades determinadas. Para Garduño, los vestigios de su presencia datan entre 25 000 y 2 500 años, según se ubique en el territorio estadounidense o en Baja California, afirmación que acompaña con una gran cantidad de fuentes que hacen referencia a las relaciones con las misiones, el territorio y los gobiernos de turno.
Por otra parte, el autor pasea al lector por los parajes transitados por los yumanos y recrea los espacios y las sensaciones que produce el transitarlos. La narración en torno a los interminables recorridos de los borregueros es un ejemplo de ello:
Como borreguero me la pasaba caminando, caminando, caminando y caminando, para llevar a los borregos a pastar, a aparearse y a parir. Los jefes organizaban los equipos para que nos fuéramos en dirección de la sierra de San Pedro Mártir o San Vicente. Nos pasábamos treinta días caminando desde aquí (Rosarito) hasta la sierra de San Pedro. Durante este tiempo los borregos tenían que pastar y tomar agua mientras que nosotros llegábamos a la sierra. Nos quedábamos por dos o tres meses, y después del otoño, a principios de diciembre, cuando iniciaban las nevadas, nos regresábamos hacia la costa y continuábamos caminando hasta la primavera. (p. 100)
Otro de los elementos que hacen de este texto un trabajo de alto valor académico, es la manera en que Garduño se vale para combinar el método con la teoría. La fuerte discusión teórica que presenta en torno a los autores, desde los que construye los antecedentes de la investigación, se entrecruza con ejemplos que el propio trabajo de campo le ha brindado, ello sin menospreciar los aportes de trabajos similares. Con esto, los presupuestos de James L. Peacock en torno a la lente antropológica se hacen presentes: no basta un buen trabajo de campo y un sólido marco teórico-referencial; a esto es necesario sumar una impecable estrategia comunicativa. Así, el trabajo de Garduño es uno de los ejemplos sobre cómo elaborar, procesar y presentar los resultados de una investigación.
De comunidades inventadas a comunidades imaginadas y comunidades invisibles. Movilidad, redes sociales y etnicidad entre los grupos indígenas yumanos de Baja California es un texto que merece ser leído por muchos. Y me refiero no sólo a las comunidades académicas y a los estudiantes de antropología y de otros ámbitos de las ciencias sociales, sino al público en general, a los grupos indígenas y, especialmente, a quienes discuten y toman decisiones en torno a estos últimos. Su valor documental y teórico es tal, que bien podría recorrer el camino de la transmediación: pasar del texto escrito al audiovisual, y con ello garantizar su difusión masiva. Esa sería, si se quiere, otra manera de visibilizar a los yumanos transnacionales.
1 Convocatoria 2010 para el envío de propuestas para la colección Cuadernos del CIC-Museo. Lunes 8 de noviembre de 2010, http://cuadernoscicmuseo.blogspot.mx/ [ Links ]
2 Elementos extraídos a partir de las discusiones en las clases del doctorado en estudios socioculturales (UABC-IIC), promovidas por el doctor Servando Ortoll (octubre, 2012).