La bibliografía sobre la dimensión política de la migración internacional y el transnacionalismo político es amplia y diversa. Por ello, la presente revisión hace una selección de algunas de las publicaciones realizadas en América Latina, Europa y Estados Unidos (libros y artículos científicos), pero ubicándose fundamentalmente en América Latina. A nivel regional, la producción más significativa se concentró en México, Ecuador, Costa Rica, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y en menor medida en Perú. Las causas que explican estas diferencias son diversas. En el caso mexicano se debe al importante desarrollo e institucionalización de la actividad científica sobre la materia, la vecindad con Estados Unidos y el gran número de migrantes mexicanos residentes en dicho país. En relación a Chile, Ecuador, Colombia, Argentina y Perú, el interés, se fundamenta en cuatro razones: 1) El aumento de la expulsión de población en los países andinos después de las reformas neoliberales de inicios de los noventas; 2) El activismo político transnacional de asociaciones de refugiados y migrantes en los países receptores (básicamente Chile y Argentina); 3) El sostenido desarrollo e institucionalización de los grupos académicos tanto en los países de origen como de llegada (simultaneidad académica) y; 4) El despliegue de la globalización y la comprensión del tiempo y el espacio debido al desarrollo de las tecnologías de información (Tics).
Las primeras publicaciones sobre los estudios transnacionales aportaron la idea estratégica de la simultaneidad en la experiencia migrante. Desde entonces, conceptos como “comunidades transnacionales” (Portes, 2003, 2005), “espacios transnacionales” (Faist, 1999), “translocalismo” (Guarnizo, 1997 y Besserer, 1999), y “formaciones transnacionales” (Landolt, 2004), se hicieron cotidianos en el análisis antropológico, politológico y sociológico.
Un libro indispensable, es Limits of the citizenship. Migrants and postnational membership in Europe, Chicago and Londres, de Yasemin Soysal (1994), el cual trata sobre el surgimiento de un modelo de ciudadanía postnacional que describe y explica la incorporación política de los migrantes legales en la Comunidad Económica Europea (EEE) e Inglaterra, sin tener en cuenta sus lazos históricos o culturales con la comunidad política de acogida.
En 1992 y 1994, se publican en los Estados Unidos dos trabajos trascendentales: “From Immigrant to Transmigrant: Theorizing Transnational Migration” y “Nations Unbound: Transnational Projects, Post-Colonial Predicaments and De-Territorial Nation-States, de Glick-Schiller, Basch y Szanton-Blanc. Las autoras presentan al transnacionalismo como un conjunto de procesos a través de los cuales los migrantes construyen y mantienen variados lazos sociales, políticos, económicos y culturales con las sociedades de origen y destino que los enlazan a estos de forma simultánea. En 1997, Luis Guarnizo, publicó el artículo “El surgimiento de formaciones transnacionales. Las respuestas de los Estados mexicano y dominicano a la migración transnacional”, dónde aplicó las ideas de Bourdieu sobre el habitus en el campo migratorio para perfilar la idea del habitus transnacional, el cual involucraba la generación específica de disposiciones duales que impulsaban a los migrantes a proceder en ciertos escenarios concretos de una manera en donde su situación y el contexto en el que se desenvuelven sus quehaceres define sus decisiones.
En esta misma línea, en 1999, el Colegio de Michoacán, en México, publicó Fronteras fragmentadas, texto coordinado por Gail Mummert, conformado por 27 contribuciones sobre México y Estados Unidos. Fue el primer trabajo en español que abordó el transnacionalismo en la región.
Sin embargo, la publicación más influyente durante la primera década del siglo XXI sobre los estudios transnacionales en América Latina fue: La Globalización desde abajo: Transnacionalismo inmigrante y desarrollo. La experiencia de Estados Unidos y América, coordinado por Alejandro Portes, Luis Guarnizo y Patricia Landolt (2003). Los autores proponen profundizar en el análisis de los fenómenos migratorios desde el quehacer de los ciudadanos y la sociedad civil, además, en términos teóricos y metodológicos, plantean transformar al transnacionalismo en un objeto de estudio preciso y mensurable. Para ello formulan tres condiciones mínimas: (1) El proceso debe involucrar una proporción significativa de personas en el universo relevante (en este caso, los inmigrantes y sus contrapartes en el país de origen); (2) Las actividades de interés no son transitorias ni excepcionales, sino que tienen cierta estabilidad, intensidad y flexibilidad a través del tiempo; (3) El contenido de estas actividades debe de estar incluido en algunos de los conceptos existentes relacionados con el transnacionalismo. En términos analíticos les permitió construir una clasificación de las actividades y el quehacer transnacional, de las iniciativas económicas de los empresarios trasnacionales y las agencias económicas internacionales tendremos el transnacionalismo económico; de las actividades políticas de dirigentes partidistas, funcionarios gubernamentales o líderes comunitarios, cuyas metas principales son alcanzar poder político e influencia en los países emisores y comunidades expatriadas, el transnacionalismo político. De las múltiples empresas socio-culturales, redes, asociaciones y organizaciones orientadas al reforzamiento de la identidad nacional y cultural en el extranjero o al disfrute colectivo de productos y actividades culturales, se enmarcará en el transnacionalismo cultural.
Otros dos textos imprescindibles y de fuerte influencia en este campo de estudios, son La dimensión política de la migración mexicana y Votar a la distancia. La extensión de los derechos políticos a migrantes, experiencias comparadas, el primero publicado por Leticia Calderón Chelius y Jesús Martínez Saldaña (2002); el segundo coordinado por Leticia Calderón Chelius (2003), abordan específicamente la relación entre actores, procesos e instituciones políticas desde una mirada transnacional. En el primero se explora la diversidad de conductas, valores, sentimientos y opiniones políticas de los mexicanos residentes en los Estados Unidos, además de indagar en sus procesos de participación política. El segundo libro tiene como puntos sustantivos la relación que se establece entre las migraciones internacionales y la consolidación democrática. Para ello compara analíticamente las diferencias y semejanzas que se dan en torno a la extensión de los derechos políticos y el voto de los ciudadanos residentes fuera de sus fronteras nacionales; para ello se presentan 17 experiencias concretas, las cuales se agruparon en torno a tres líneas temáticas: 1) Países con una experiencia electoral concreta; 2) Países en donde existe un debate al respecto y; 3) Casos entrampados en un proceso de reglamentación -se incluyen estudios sobre Europa, Norteamérica y Cuba. Según Calderón (2003), hay dos elementos que resaltan la relevancia del estudio del voto a la distancia en los primeros años del Siglo XXI: El aumento del flujo migratorio internacional; y en segundo lugar los procesos de transición y consolidación democrática en América Latina. Si bien, es importante el papel de la democracia en la extensión de los derechos políticos de los inmigrantes, un problema subyacente a lo largo de todo el texto, se relaciona con el “tipo de democracia”, y de “construcción histórica de la ciudadanía”, presentes en cada caso, además del peso geopolítico de cada Estado en el escenario internacional. Por otro lado, el voto en el exterior sintetiza múltiples planteamientos, como la tesis de la pérdida de fuerza de la noción clásica de ciudadanía, cuyo fundamento central se asocia con la tesis de los derechos políticos enmarcados a un “territorio nacional”, dicha idea se enlaza con los postulados de Soysal (1994), y va estar fuertemente cuestionada por los actuales procesos políticos impulsados por los migrantes y los aceptados por muchos Estados hoy en día.
Estos aportes abrieron diversas brechas que con el paso del tiempo se enriquecieron con ingredientes teóricos vinculados con la idea de la era de la migración, que han influido en la descomposición y redefinición de instituciones políticas como el Estado-nación y ciudadanía (Castles y Miller, 2004), y de aquellas perspectivas que propusieron ir más allá de la crítica al nacionalismo metodológico. Esto implicó relacionar y profundizar los diversos estudios sobre la migración internacional con categorías ya ocupadas anteriormente como modernidad liquida, dislocación, poscolonialismo, neoliberalismo, transfronteras, capitalismo y post-política (Appadurai, 2001; Bauman, 2002; De Genova, 2007; Imaz, 2006 y 2007; Calderón, 2002 y 2010 y Hernández, Gimate-Welsh y Alcántara, 2010). Así la idea inicial de los primeros transnacionalistas de ocuparse en las “actividades simultáneas” de los migrantes se fue tejiendo de manera más compleja, ante la necesidad de indagar en la redefinición del campo de lo político.
A inicios del siglo XXI los estudios transnacionales en México se expandieron de forma considerable, esto fue acompañado por la consolidación de cuerpos académicos en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Colegio de la Frontera Norte (El Colef), el Colegio de Michoacán (Colmich), La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-México), el Instituto Mora, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el Colegio de Michoacán, los Departamentos de Antropología y Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, la Universidad Iberoamericana (Sedes México y Puebla), el Centro de Investigaciones y Docencia Económica (CIDE) y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Asimismo se van a consolidar importantes revistas especializadas como Migraciones Internacionales (El Colef), Migración y Desarrollo (Red Internacional de Migración y Desarrollo y la Universidad Autónoma de Zacatecas - UAZ) y Papeles de Población (UAEM).
En 2005, la revista Cultura y Política de la UAM-Xochimilco en su número 23, publicó el dossier: “Migración: nuevo rostro mundial”, el cual reunió una importante colección de artículos científicos sobre transnacionalismo e instituciones políticas; en 2011, la revista Ciudades de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en su número 90, publicó el dossier “Migración y Globalización”, reuniendo un repertorio de trabajos significativos relacionados con la dimensión política de la migración; y la revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (RMCPS-UNAM), publicó en 2014, el dossier: “Migración y Globalización”, cuyos artículos sobre el tema de la presente bibliografía son básicos para entender el debate contemporáneo.
Finalmente, para el caso mexicano, tenemos dos textos importantes: Perspectivas migratorias. Un análisis interdisciplinario de la migración internacional, México, publicado por el (CIDE), coordinado por Jorge Durand y Jorge Schiavon (2010) y el libro, Política en movimiento: Estado, ciudadanía, exilio y migración en América, coordinado por Cristina Amescua, José Luque y Javier Urbano (2013). En el primero agrupa 12 capítulos organizados en torno a tres ejes: 1) El fenómeno migratorio y su análisis comparado; 2) Migración México-Estados Unidos y; 3) Migración y políticas públicas, colocando acertadamente en el debate el tema de los derechos humanos y su vinculación con las políticas públicas desde una perspectiva comparada. En el segundo libro se muestra la consolidación de diversos programas de investigación que van más allá de los enfoques economicistas y funcionalistas transnacionales que no desarrollan miradas críticas sobre las políticas migratorias de México y Estados Unidos. En ese tenor, visibiliza uno de los principales problemas del quehacer académico latinoamericano, establecer una relación extractiva con los sujetos a estudiar, muchas veces al legitimar las políticas hegemónicas existentes hoy en día en el quehacer de la investigación en este campo de estudio.
En relación a Chile, tenemos Inmigración peruana en Chile. Una oportunidad a la integración, de Carolina Stefoni, publicado en 2003, un texto que no toca en profundidad la dimensión política de la migración, pero abre la discusión sobre políticas migratorias y los nuevos migrantes andinos y del Cono Sur. En 2009, el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), publicó en el número 88 de su serie Población y Desarrollo el texto Conocer para legislar y hacer política: los desafíos de Chile ante un nuevo escenario migratorio, de María Cano, Magdalena Soffía y Jorge Martínez, una herramienta fundamental para comprender los cambios, permanencias y transformaciones ocurridas en el campo de la política migratoria en Chile. En 2013, sale a la luz el libro Geografías de la espera: Migrar, habitar y trabajar en la ciudad de Santiago, Chile (1990-2012), editado y coordinado por Verónica Correa, Idenilso Bortolotto y Alain Musset; presenta una compilación de textos que tratan sobre el devenir del arribo e instalación de los inmigrantes latinoamericanos a Santiago de Chile después de la transición a la democracia (1990). También se muestra un abanico de descripciones e interpretaciones que envuelven diferentes contextos y experiencias de esa “inmigración de sur a sur”, caracterizada por su feminización y el papel político de los refugiados como nuevos actores de las migraciones en Chile.
En cuanto a las revistas científicas chilenas, en 2004, aparece un dossier en el número 3 de la revista Enfoques, de la Universidad Central, dónde por primera vez se introduce en Chile el debate sobre el transnacionalismo político. Contiene el artículo “Transnacionalismo y enclave territorial-étnico en la configuración de la ciudadanía de los migrantes peruanos en Santiago de Chile” (Luque, 2004), que inicia el debate sobre el transnacionalismo en el país andino. En 2012, se publican en la revista de Estudios Sociales de la Universidad Arturo Prat, dos números temáticos (28 y 29), coordinados por Menara Lube Guizardi y Bernardo Guerrero, titulado “Alteridades desbordadas: Conflictos, mediaciones y fricciones de la experiencia migrante en los espacios locales. Parte I y II”, en sus 21 artículos nos ofrecen una visión global del fenómeno en Europa y América.
En el caso ecuatoriano, en 2008, se publicó América Latina migrante: Estado, familias, identidades, coordinado por Gioconda Herrera y Jacques Ramírez, que aborda la migración latinoamericana desde una perspectiva transnacional y política. En ese mismo año, sale a la luz: Otras naciones. Jóvenes, transnacionalismo y exclusión, editado por Mauro Cerbino y Luis Barrios, el cual ofrece una mirada sobre las bandas juveniles en el contexto de la migración y sus procesos de construcción de ciudadanía.
En cuanto a Colombia, en 2004, se publica Migraciones Internacionales; Un mundo en movimiento. Bondades y retos de las migraciones, este texto, editado por Madeleine Andenbeng. Reúne 14 estudios de casos sobre políticas migratorias en Europa, África, Estados Unidos, América Latina y el Caribe, que tratan sobre el impacto de los derechos humanos en las políticas migratorias. Asimismo, en el 2011, la Universidad Autónoma de Manizales (UAM), presentó dos números temáticos en su revista Ánfora, bajo el título “Migraciones”, editadas y coordinadas por José Rubén Castillo García. Los dos números exponen casos de Argentina, Colombia, México, Chile, Estados Unidos, Perú y Luxemburgo, que tratan temas relacionados con políticas migratorias, actores políticos y procesos sociales. Finalmente, en El estado y la migración global colombiana, Luis Guarnizo (2006), describe las permanencias y transformaciones políticas del Estado colombiano frente a sus ciudadanos residentes en el extranjero en los últimos 20 años, quienes pasan de una situación de exclusión respecto al proyecto nacional a una situación activa y de inclusión.
Sobre la producción académica argentina, es amplia y con larga trayectoria, ya que Argentina es un país de migrantes y los ejes de abordaje de este fenómeno se centran en temas como: estado, políticas migratorias, fronteras, multiculturalismo y derechos humanos (Caggiano, 2003; Grimson y Jelin, 2005 y Domenech, 2007 y 2009), mientras que el transnacionalismo ha sido un eje teórico marginal.
Sobre Perú, el libro que inauguró el debate transnacional fue Liderazgo y organizaciones de peruanos en el exterior. Culturas transnacionales e imaginarios sobre el desarrollo, de Altamirano (2000), que trata sobre las organizaciones de peruanos en el exterior. También tenemos el libro La migración internacional. El Caso peruano, coordinado por César Germaná (2005), el cual se enfoca en cinco estudios de caso de migrantes peruanos en Europa desde la perspectiva asimilacionista. Sin embargo, el libro esencial sobre el transnacionalismo en el Perú, es El Quinto Suyo. Transnacionalidad y formaciones diaspóricas en la migración peruana, editado por Ulla Berg y Karsten Paerregaard (2005), en el cual se debate si la migración internacional peruana contemporánea es transnacional o diaspórica.
En conclusión, la revisión bibliográfica descrita se propone presentar una muestra del debate desde la perspectiva crítica sobre las fronteras de lo político en la experiencia migrante, que tuvo como resultado el contexto de construcción y agenciamiento de los migrantes organizados en Estados Unidos, Suramérica y Centroamérica (Morales, 2007; Luque, 2007 y 2009, Roniger, 2011 Bokser, 2014 y Ledesma, 2014). Para concluir es importante destacar que la redefinición de la política en el campo transnacional migrante es un hecho y un campo de estudio en crecimiento.