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Economía UNAM
versión impresa ISSN 1665-952X
Economía UNAM vol.8 no.24 Ciudad de México sep./dic. 2011
Artículos
Crisis financiera de principios del siglo: variedades de capitalismo, respuestas territoriales en la economía global
Financial crisis of beginning of century: varieties of the capitalism, territorial answers in the global economy
Clemente Ruiz Durán
* Coordinador del Posgrado en Economía de la UNAM. México. <ruizdc@unam.mx>.
Resumen
La primera crisis financiera del siglo XXI se ha dado en medio de una diversidad de esquemas capitalistas, en donde existen multiplicidad de instituciones y de interrelaciones productivas, lo que da cuenta de lo que el documento denomina "variedades de capitalismo" -siguiendo a Hall y Soskice- las cuales han determinado diferentes formas de actuación ante la debacle. El documento describe en forma estilizada el marco institucional anterior a la crisis -describiendo los diferentes tamaños de Estado, la profundidad financiera, su grado de apertura y la concentración del comercio- y cómo ello dio pauta a una multiplicidad de respuestas frente al colapso de los principales centros financieros del mundo. A partir de esta descripción se analizan las respuestas de los diversos capitalismos, se destaca la utilización de la capacidad de gestión del Estado para otorgar apoyos al mercado mundial y evitar un colapso al estilo de los años treinta del siglo pasado. Se muestra cómo la crisis fue suavizada por el uso de un arsenal de instrumentos públicos para evitar que la crisis continuara creciendo, y se analiza la forma en que esta crisis afectó más a los economías más débiles de Europa. El análisis presentado muestra las diferencias nacionales derivadas de este complejo proceso de diferenciación productiva y la forma como cada subgrupo de países han enfrentado esta crisis, describiendo el proceso de rescate bancario por cada grupo de países, la utilización del déficit, y el efecto de la concentración del comercio exterior, finalmente se realiza un análisis comparativo para analizar el efecto simultáneo de las variables analizadas. El documento plantea una agenda de reformas para reducir la fragilidad del sistema y la necesidad de reconocer el hecho de que actualmente se está transitando de un mundo con una sola hegemonía hacia uno de múltiples participantes, en el cual es necesario reformular la política, considerando el problema de la gobernanza, el cambio estructural y el alargamiento de la vida.
Palabras clave: Mercados financieros y Macroeconomía, Integración económica, Medición del crecimiento económico.
Abstract
The first financial crisis of the 21st century has occurred and developed among capitalist schemes that have multiple institutional and productive structures, which are explained by what this paper calls "varieties of capitalism" following Hall and Soskice. This document describes in a stylized form the institutional framework prior to the crisis -explained by different government arrangements, levels of financial deepness, openness degree of the economies and commerce concentration- and how this led to different responses to the crises of several of the world's leading financial centers. Departing from this framework the paper analyzes the multiple responses that were put together by different countries to face the collapse of the financial sector; it analyzes the role of state's management capacities to grant funds to worldwide markets to avoid a collapse similar to that occurred in the 1930's. This paper analyzes how the crisis has been faced, using an arsenal of public instruments and how this crisis affected mainly the weakest European economies. It introduces a comparative analysis to measure the degree of interaction among the different variables, and concludes with an exploration of different policies that could help build an agenda to reduce fragility and give sustentaibility to the different varieties of capitalism.
Keywords: Financial Markets and the Macroeconomy, Economic Integration, Measurement of Economics Growth.
Journal of Economic Literature (JEL): E44, F36, O47.
Variedades de capitalismo: el marco institucional anterior a la crisis
En septiembre de 2011, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó sus estimaciones de crecimiento para la economía mundial para 2011-2012, en donde se ratificaba que el crecimiento de 2010 había sido 5.1%, siendo mayor al previsto de 3.9%, sin embargo reducía el crecimiento esperado para 2011 a sólo 4%, y adelantaba que el crecimiento de 2012 sería similar al del año anterior. Este reajuste a las previsiones para 2010 derivó del excepcional desempeño de China e India, y del mejor desempeño de las economías industrializadas.1 El FMI atribuía ese desempeño a las medidas de política económica que se habían adoptado en las diversas economías del mundo, lo que había provocado una recuperación a diferentes velocidades. Para 2011-2012 la revisión a la baja se argumentó en torno a una perspectiva de reducción del crecimiento en los países industriales y a los crecientes riesgos fiscales y financieros, que han puesto en entredicho una recuperación económica generalizada, en un mundo crecientemente inestable.2
Esto pone al frente de la discusión la propuesta de análisis de Peter Hall y de David Soskice (2001) sobre variedades de capitalismo, que en su introducción señalan que la economía política ha estado siempre interesada en las diferencias entre las instituciones político-económicas de los países, en algunos casos se argumenta que las diferencias derivan de desviaciones de la mejor práctica que desaparecerá cuando las naciones alcancen (catch up) al líder tecnológico u organizacional. En otros casos, se argumenta que deriva de selecciones históricas más duraderas en que las sociedades han optado por un tipo de organización social en donde se ha tomado una decisión de cuál será el nivel de solidaridad dentro de una nación que acabará definiendo la distribución del ingreso, la protección social y la disponibilidad de bienes colectivos.
Para este ensayo, hemos tomado esta última visión de las sociedades, argumentando que la respuesta a diferentes velocidades deriva de la organización de cada sociedad y de la forma como cada tipo de capitalismo se relaciona con otro tipo de capitalismos. Para este análisis se seleccionaron veintidós economías las cuales explican tres cuartas partes del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, divididas por cuatro regiones del mundo: diez en el mundo industrializado (Estados Unidos, Alemania, España, Francia, Grecia, Japón, Italia, Portugal, Reino Unido, y Rusia), seis en América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), tres emergentes de Asia (China, Corea, e India) y tres en África (Kenia, Nigeria, y Sudáfrica).
Para caracterizar el tipo de capitalismo y su respuesta frente a la crisis se seleccionaron una serie de variables clave para describir la institucionalización previa a la crisis 1996-2007, que a continuación se describen:
• Grado de intervención del Estado en la economía. En este caso se consideró que el nivel de gasto público en la economía (gasto total/PIB) es una variable clave, ya que refleja la definición de acuerdos sociales en cada una de las diferentes economías. De esta forma los países industrializados mantienen un mayor gasto público, como parte de sus acuerdos sociales para garantizar un piso social básico y tener un impacto en la conformación de la demanda efectiva. En América Latina y África se observa un menor gasto público, derivado de un sistema más débil de prestación de servicios básicos, de un sistema de seguridad social ligado al empleo y no a un sistema universal de carácter ciudadano, y de un bajo gasto en investigación y desarrollo. Los países emergentes de Asia, a pesar de que su gasto público resulta ser el más bajo de los países analizados, cuentan con servicios de salud, educación de alta calidad, un sistema de pensiones, seguro para el desempleo (con excepción de India), un alto gasto en investigación y desarrollo y la operación del mercado es regulada por un sofisticado sistema de planeación de mediano y largo plazos.
• Nivel de profundidad financiera en la economía. Otro gran acuerdo de las sociedades globales ha sido en torno a la profundidad financiera, de alguna forma, el capitalismo financiero del siglo XX se enmarcó en la habilidad de los gobiernos para inducir que la innovación financiera se generalizara, con el fin de permitir un mayor crecimiento sostenido del consumo privado y con ello, una expansión sostenida de la acumulación y el crecimiento. De esta forma, dos variables clave para los capitalismos contemporáneos han sido el tamaño del Estado y la profundidad financiera. En relación a los niveles de profundidad financiera (crédito al sector privado como proporción del PIB) en cada región han sido sustancialmente diferentes, en este sentido, en las economías industrializadas y en los países emergentes de Asia se observa una mayor profundidad financiera que en los de África y América Latina, esta última es la región con menor intermediación financiera. Esto muestra, que la transmisión entre los mercados a través los nuevos instrumentos financieros que provocaron la crisis, varió sustantivamente dependiendo del nivel de profundidad financiera (véase gráfica 2).
• Grado de apertura de las economías. Un tercer elemento en este análisis de los diferentes tipos de capitalismo, es su relación con la economía global. A lo largo de los últimos años se ha dado una gran discusión sobre el nivel de apertura que deben mantener las economías. Las diversas economías han ido modulando este proceso de acuerdo a sus intereses nacionales, los países europeos han optado por tener una alta apertura dentro de un amplio comercio interregional, que abarca más del sesenta por ciento de su comercio total, en contraste con Estados Unidos y Japón, que han optado por mantener sus economías relativamente cerradas. Los países latinoamericanos muestran grandes diferencias, por un lado, Chile y México han apostado a la firma de un gran número de tratados de libre comercio (en el caso mexicano el tratado con Estados Unidos, lo ha puesto en el camino de una integración progresiva con dicha economía), por otro lado, Argentina, Colombia y Brasil han optado por mantener su mercado relativamente cerrado. Entre los países emergentes de Asia, Corea ha optado por un alto grado de apertura, China se encuentra en un nivel medio y la India mantiene una baja apertura comercial. Finalmente, los países africanos seleccionados observan, en general, una amplia apertura comercial.
El análisis muestra que el grado de apertura da una mayor sensibilidad a los choques externos, sin que necesariamente determine el resultado final, el cual depende de la interacción con los otros determinantes institucionales.
• Grado de concentración geográfica del comercio exterior. Otro elemento que modifica sustancialmente la organización de los diferentes capitalismos es la forma cómo organizan su comercio exterior, en términos de su grado de concentración, ya sea que lleven a cabo su comercio con pocos socios comerciales o si lo diversifican con una multiplicidad de países. Para medir esta situación, para cada país se calculó el porcentaje que representaba el nivel de exportaciones de los tres principales socios comerciales en 2008. La mayor concentración se observó en el caso de México con 83%, seguido por Nigeria con 65.3%, Chile con 57%, y Portugal con 53%, los demás países observaron cifras por abajo de 50%. Por grupo de países, los países industriales son las economías con menor grado de concentración, mientras que los que mayor concentración observaron fueron América Latina y África.
Los elementos anteriores muestran que el marco institucional anterior a la crisis era sumamente diverso, sin embargo, las regiones analizadas mostraban ciertas regularidades, tal como se muestra en la gráfica 4, donde se observa que los países industriales mostraban la mayor profundidad financiera y participación del Estado en la economía, pero mostraban un bajo grado de apertura y una reducida concentración comercial. En cambio, América Latina mostraba el mayor grado de apertura y la mayor concentración comercial. Los países emergentes de Asia mostraban un alto grado de profundidad financiera, una baja participación del Estado, una apertura relativamente baja, al igual que su concentración comercial. Finalmente, los países africanos se encontraban en el punto medio de profundidad financiera, contaban con una baja participación del Estado y su concentración comercial era ligeramente inferior a lo observado en las otras regiones.
Los elementos institucionales que estaban presentes antes de la crisis de 2009, en cierta forma pre-configuraban cómo cada grupo de economías enfrentaría la crisis. Los países industriales, en principio, dado su alta profundidad financiera poco regulada se verían más afectados por una crisis financiera, en tanto, los latinoamericanos recibirían la crisis de manera indirecta a través del comercio. En cambio los países asiáticos, dada su estructura institucional son los que menos se verían afectados por la crisis, ya que la mayor regulación disminuía la vulnerabilidad derivada de altos niveles de profundidad financiera. En el caso de los países africanos seleccionados, a pesar de su alto grado de apertura comercial, mantenían una relación comercial diversificada y derivada de materias primas, lo que les permitió situarse en una situación menos frágil ante la crisis internacional.
Variedades de capitalismo: respuestas desiguales ante la crisis
Los elementos mencionados configuraron un esquema institucional que dio por resultado un desempeño desigual de la economía mundial. En la región de los países emergentes de Asia ninguna de las economías decreció, China e India mantuvieron un fuerte crecimiento a pesar de la situación; sorprendentemente, los países africanos lograron crecimientos entre dos y cuatro por ciento. El impacto más negativo fue entre los países industriales y en el caso de los países latinoamericanos afectó principalmente aquéllos que tenían mayor grado de apertura: Chile y México; el resto de los países latinoamericanos observaron ajustes menores. Dentro de los países industriales el más afectado resultó ser Rusia, seguido por Japón, seguido del núcleo de países de la Unión Europea (Alemania, Italia, Reino Unido, España, Portugal, Grecia y Francia), finalmente, tenemos a Estados Unidos con un impacto negativo menor al esperado, aun cuando fue el país en donde se originó la crisis.
• Rescate financiero: socializando las pérdidas. La caída de los principales mercados financieros en 2009 motivó una fuerte intervención de los gobiernos buscando reducir el impacto, las medidas fueron de lo más variado: aportes de capital, compra de activos, préstamos por la Tesorería, apoyo del Banco Central, provisiones de liquidez, y garantías. La mayor intervención a través de estos mecanismos correspondió a Estados Unidos, ya que sus apoyos representaron 73.7% del PIB, seguido por Reino Unido, España, Alemania, Francia y así sucesivamente en la zona euro. En las otras regiones seleccionadas, sólo Corea realizó una intervención significativa equivalente a 14.3% del PIB. Conviene mencionar que las modalidades de intervención en algunos casos significó un desembolso gubernamental que se tradujo en un aumento del déficit presupuestal, los países donde esta intervención fue relevante fueron: Reino Unido, Estados Unidos, Grecia, España, Alemania y Portugal. Estos elementos preconfiguraron la segunda etapa de la crisis, de crisis financiera a crisis fiscal, derivado de la asunción del sector público de las pérdidas privadas, es decir, de una socialización de las pérdidas.
En los países emergentes de América Latina y África, la situación fue diferente, ya que los desembolsos y apoyos fueron menores, no tanto por una mejor supervisión bancaria, sino derivado de un proceso de menor innovación financiera; los apoyos totales alcanzaron 1.5% en Brasil, 0.9% en Argentina y el resto de los países emergentes de la región no reportaron apoyos. En el caso latinaomericano esta situación derivó de la evasión al riesgo que estas economías asumieron después de las reiteradas crisis que vivieron entre 1980 y 2003, en este período América Latina sufrió 38 crisis económicas. La región, sus autoridades, sus políticos y hasta su opinión pública aprendieron de la experiencia de estos dolorosos episodios.3
Este proceso da cuenta de los diferenciales que existen en la organización financiera entre los diversos tipos de capitalismo, en donde los países industriales más agresivos en materia de financiamiento son los que cuentan con una mayor volatilidad y la institucionalidad tiende a ser rebasada sistemáticamente.
• El Estado como mecanismo de respuesta ante la crisis. El rescate bancario sólo fue posible gracias a la capacidad de las diversas economías para apoyar con recursos públicos; en la gráfica 6 se muestra la relación entre tamaño del Estado y la profundidad financiera, se observa que la mayor relación se presentaba en los países industriales, donde el nivel de profundidad era superior al valor del PIB, pero en promedio se mantenía un alto gasto público mostrando la capacidad de reacción ante eventualidades catastróficas. Por otra parte, los países emergentes de Asia son los que aunque registraban una alta profundidad financiera, su nivel de gasto público acusaba la necesidad de un mayor déficit para enfrentar una eventualidad catastrófica. En medio de estos dos extremos se encontraban África y América Latina, donde la profundidad financiera era menor y la capacidad del Estado era de igual forma limitada, comparada con la observada en los países industriales.
Como parte de los resultados de la crisis, en 2010 para los casos estudiados, se presentó un incremento tanto en el tamaño del Estado, como en el grado de profundidad financiera, lo que da cuenta del tipo de acciones que se llevaron a cabo para contrarrestar los efectos de la crisis, donde el papel del sector público se tornó primordial, teniendo un efecto positivo en el refinanciamiento del crédito al sector privado, como parte de las herramientas para abatir un mayor decrecimiento económico.
• El costo de la socialización de las pérdidas vía el incremento en el déficit y deuda pública en los países industrializados. En esta crisis se observó una decidida acción por parte de los países industriales a sostener la demanda agregada por medio del gasto deficitario, los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Economico (OCDE), en conjunto, aumentaron su déficit en siete puntos porcentuales del PIB, en el período 2007-2009.4 En la perspectiva de la historia económica reciente es el mayor programa de política económica de los países industriales mediante el déficit público, Estados Unidos pasó de 2.9 en 2007 a 11.3 en 2009 como porcentaje del PIB, Reino Unido de 2.8 a 10.8%, Francia de 2.7 a 7.5%, España de un superávit de 1.9 a un déficit de 11.1% e Italia de 1.5 a 5.3%. Dentro de los países industrializados los de menor fortaleza económica, siguieron la receta de aumento del déficit para enfrentar la crisis sugerida por las economías industriales, en este caso cuestionaría su permanencia en la Unión Europea, en este sentido destaca el caso de Grecia que pasó de un déficit de 6.7% del PIB en 2007 a uno de 15.6 en 2009, Portugal de 3.2 a 10.1, Irlanda de un superávit de 0.1 a un déficit de 14.3% en el mismo lapso, sin embargo, en 2010 alcanzó un déficit de 32.4 por ciento.
El déficit se convirtió en deuda pública, lo cual configuró el inicio de una nueva crisis, derivada de cómo adecuar las economías para el repago de la deuda, los casos más graves fueron los casos de Grecia que pasó de 105.4% del PIB en 2007 a un estimado de 165.6% en 2011, Islandia de 53.3 a 120.2, Irlanda de 28.8 a 120.4, Portugal de 68.3 a 106.0, Estados Unidos de 62 a 100, Japón de 188 a 233, Reino Unido de 44 a 80.8. Sin embargo, en los tres últimos casos presentaban una arista diferente de la problemática, dado que gozaban de soberanía monetaria para resolver el problema de endeudamiento y por lo mismo la resolución dependía de un debate hacia el interior de cada país, así como de la voluntad de los inversionistas internacionales para mantener sus tenencias de dólares, yenes o libras esterlinas. Las otras regiones del mundo no tuvieron necesidad de recurrir a niveles de endeudamiento como los países industrializados, lo que les da una mayor solidez para mantener el crecimiento.
• América Latina, Asia y África: la utilización del déficit fiscal como mecanismo para contrarrestar el impacto de la crisis de las economías industriales. América Latina, Asia y África utilizaron de igual forma la ampliación del gasto deficitario, sólo que en este caso el propósito no era rescatar al sector bancario, sino contrarestar el efecto que tendría la caída de la demanda externa por sus productos de exportación. En Argentina, Chile, Colombia y Perú se pasó del superávit al déficit, mientras que en Brasil y México se aumentó el déficit. Los países asiáticos no fueron la excepción, China que tenía superávit de 0.9% del PIB en 2007, en 2009 registró un déficit de 3.1%, India aumentó su déficit de 4.0% en 2007 a 9.1% en 2009. La respuesta africana fue en la misma dirección, Nigeria pasó de superávit de 0.5% a un déficit de 10% en 2009, mientras que Sudáfrica pasó de un superávit de 1.5% a un déficit de 5.1%, y Kenia que lo aumento de 3.3% a 5.5%. En esta perspectiva, hubo una recurrencia a sostener la demanda agregada por medio de la demanda gubernamental, por lo mismo se puede hablar de una comunidad internacional más pragmática que la que enfrentó la crisis de los años treinta, en donde hubo resistencia para usar el déficit público para evitar una caída mayor.
• El frente externo en la crisis: el surgimiento de nuevos hegemones como mecanismo compensador de la economía global. La expectativa en una crisis de esta magnitud, es que las economías más grandes o dinámicas reduzcan su superávit o incluso generen un déficit externo con el fin de mantener la demanda agregada global. En este caso entre 2007 y 2010 China incrementó sus importaciones de mercancías en 439 mil millones de dólares (mmd), en tanto sus exportaciones crecieron 357.4 mmd, generando con ello una demanda neta adicional a nivel global de 81.6 mil millones de dólares. Una situación similar aconteció con India que aumentó sus importaciones en 97.9 mmd y sus exportaciones en 69.8 mmd, con lo cual generó una demanda adicional de 28.1 mmd para el mismo período.
Respecto al caso chino los países que se beneficiaron de la demanda neta adicional (sólo de mercancías) que generó este país fueron los países emergentes del este asiático con un beneficio de 74.2 mmd entre 2007 y 2010, los países del medio oriente con un beneficio de 20.5 mmd, los europeos (fuera de la Unión Europea) con uno de 13.6 mmd y, finalmente, los países africanos los cuales se vieron beneficiados con 11.4 mmd. En este sentido, el papel de China como mecanismo compensador fue dirigido hacia regiones selectas, quedando excluídas aquéllas que se vieron más afectadas por la crisis financiera, como es el caso de las economías de Estados Unidos y la Unión Europea, las cuales vieron disminuida su demanda neta adicional china en 23.9 y 19.7 mmd, respectivamente. Finalmente, en el caso de los países latinoamericanos, éstos también vieron disminuida la demanda neta adicional del país asiático, salvo el caso brasileño que fue beneficiado con 6.7 mmd.
En contrasentido se encuentran algunos países industrializados, los cuales no tuvieron un impacto positivo en la generación de la demanda global, claros ejemplos de ello son el Reino Unido y Estados Unidos. En el caso del Reino Unido, entre 2007 y 2010, presentó una disminución tanto en las importaciones (-62.9 mmd), como en las exportaciones de bienes y servicios (-33.4 mmd), de tal forma que su impacto neto en la demanda global fue negativo (-29.4 mmd). Respecto a Estados Unidos, considerando el mismo periodo, sus importaciones decrecieron 51.2 mmd, mientras que sus exportaciones crecieron 130.1 mmd, dando como resultado que su impacto neto en la generación de demanda neta global fuera negativo (-181.3 mmd), de esta manera, la economía hegemónica que hasta antes de la crisis era el gran impulsor de la demanda global (generando una demanda neta de 572.2 mmd entre 2000 y 2007), como efecto de la crisis financiera se tornó un depresor de dicha demanda. Sin embargo, no todas las economías industrializadas tuvieron un impacto negativo en la generación de la demanda global, tal es el caso de Alemania, cuyas importaciones de 2007 a 2010 aumentaron 11.9 mmd, mientras que sus exportaciones disminuyeron 52.3 mmd, dando como resultado una generación de demanda neta de 64.2 mmd. Respecto a los países latinoamericanos, conviene señalar el caso de Brasil, país que se configuró como un impulsor de la demanda global, presentando un impacto positivo de 23.6 mmd, en este mismo sentido, también Chile y Perú contribuyeron con una demanda neta de 8.7 y 2.0 mmd. Finalmente, para el caso de las economías africanas seleccionadas, sólo Kenia reportó una demanda neta de 2 mdd.
En suma, considerando las economías seleccionadas, las regiones que tuvieron un efecto positivo en la demanda neta fueron Asia (83.1 mmd) y América Latina (25.6 mmd), mientras que las regiones que tuvieron un impacto negativo en la generación de demanda fueron primordialmente los países industriales (-195.6 mmd) y en menor medida los países africanos (-10.4 mmd). Esta situación muestra como se genera una paradoja derivada de la creación de demanda efectiva por parte de ciertas regiones en medio de la crisis, y por lo mismo desatan un efecto compensatorio que ha sido muy analizado en la literatura de las crisis económicas.
• El efecto de la concentración del comercio: ser socio en tiempo de crisis. El comportamiento del frente externo afectó en forma cruzada a las economías analizadas, de acuerdo al grado de concentración de su comercio con los países que aumentaban o disminuían su déficit, el caso más típico fue el de Estados Unidos que redujo su déficit externo en dos puntos porcentuales del PIB, lo que afectó de manera directa a los países latinoamericanos que mantienen una alta dependencia con la actividad estadounidense, como claramente es el caso mexicano. En este sentido, el frente externo tuvo dos tipos de impacto, uno directo sobre la economía considerada y el otro sobre las economías con las que comercia. En el siguiente cuadro se muestra el grado de concentración del comercio entre los tres principales socios comerciales de cada uno de los países analizados, como se observa, el caso más vulnerable resulta ser México.
• La política de dinero barato para apoyar a las empresas y hogares en la crisis. Un elemento crítico para la resolución de la crisis ha sido la decisión de los gobiernos de mantener un bajo costo del dinero como mecanismo para evitar que el problema de la insolvencia se escale, en la siguiente gráfica se muestra el ajuste de las tasas de interés a la baja tanto en Estados Unidos, como en Europa, que son las principales tasas de referencia de la economía global. Este manejo de la política monetaria ha contribuido a reducir el proceso de deterioro de los mercados financieros en el mundo, sin embargo, ha sido insuficiente para lograr la recuperación de los precios de los inmuebles en el mundo y ha sido insuficiente para estabilizar los índices de cotización de las principales bolsas del mundo (véase Jorgen Elmeskov, 2009). Un elemento central a esta estrategia ha sido el aumento de los balances de los bancos centrales que han actuado como efectivos prestadores de última instancia, con lo cual no se dio un colapso de la liquidez, contribuyendo a que el consumo privado se haya podido mantener y evitar un deterioro mayor.
• Evaluando los impactos en forma conjunta. En el siguiente cuadro se resumen los efectos de las políticas instrumentadas desde el inicio de la crisis de 2008, se observa que por primera vez en la historia en momentos de crisis se combinan efectos de crecimiento muy diferenciados, manteniendo altas tasas de crecimiento en Asia, tasas moderadas en África y América Latina, en contraste con un crecimiento promedio negativo en las economías industriales. Como mecanismo compensatorio se ha utilizado el alza en el gasto público de manera sistemática en todas las regiones estudiadas. Sin embargo, no todas las economías contaban con la fortaleza suficiente para enfrentar tales incrementos en el gasto deficitario, cuestión que ha colocado a algunos países industriales en un problema de insolvencia de largo plazo, especialmente a los países más pequeños de la Unión Europea. Por otra parte, una cuestión excepcional han sido los efectos cruzados de la generación de demanda neta creada a través de los flujos comerciales y de servicios en el mundo, en donde principalmente Asia ha contribuido a aminorar el decrecimiento de la economía mundial, donde también resaltan las contribuciones de Alemania y Brasil.
Variedades de capitalismo: el impacto de políticas diferenciadas
Los procesos económicos se reflejan de diferentes formas en el bienestar de la población, sin embargo, en la crisis, la forma más directa para medir este impacto es a través del empleo. Los resultados no son nada satisfactorios, el desempleo se disparó en la mayor parte de los países, alcanzando niveles por arriba de los presentados en 2008. En los países europeos analizados se generó, en promedio, un desempleo de alrededor de 10%, aunque la dispersión es importante entre Alemania e Italia que mantuvieron 7.6%, mientras que España superó 20%, convirtiéndose en el país más afectado. El desempleo afectó al déficit gubernamental, ya que el desempleo masivo se reflejó en la utilización de los recursos del fondo de desempleo que tienen constituidos los países europeos y en general los países industrializados.
En América Latina el nivel de desempleo promedio alcanzó un nivel similar al de los países industriales, sin embargo, en este caso se combina con un esquema de mercados informales que se estima alcanza 30% del mercado laboral, por lo que en este caso el desempleo/subempleo efectivo es cercano a 40%, además, los desempleados no pueden recurrir a un seguro para el desempleo, con excepción de Chile que implantó un sistema parcial.
Los niveles de menor desempleo se presentan en Asia, Japón tiene un desempleo de alrededor de 5%, lo que se explica dada la estructura del mercado laboral, donde se continúa manteniendo estructuras laborales de por vida. En cuanto a los emergentes asiáticos, en Corea se observa un sistema similar al de Japón, pero con un menor nivel de desempleo (3.8%). En el caso de China, se mantiene un bajo nivel de desempleo de 4.3%, aunque presenta una estructura laboral sumamente segmentada, por lo que no puede valorarse fácilmente, no obstante, lo que sí se puede afirmar es que aun con la segmentación, a raíz de la crisis fundamentalmente no se alteró la estructura de paro.
Variedades de capitalismo: la necesidad de agendas diferenciadas para la recuperación y el desarrollo
La presente crisis se ha dado en momentos en donde los diferentes capitalismos han entrado a un proceso de transición y enfrentan un sin fin de retos, tal vez uno de los más grandes es el poder introducir esquemas regulatorios que eviten que la innovación se convierta en contra de la expansión que el mismo proceso genera. En la primera fase de la crisis, se ha perdido la oportunidad para introducir esquemas regulatorios más precisos, lo que deriva de un esquema complejo de toma de decisiones dentro de los países implicados. A este respecto esta crisis tuvo que reconocer que el mundo había cambiado, de un grupo de ocho países ricos que se habían erigido en los tomadores de decisiones del rumbo y la estabilidad del sistema, se ha ampliado a un grupo de 21 al que se denomina G-20.
Este grupo está en una primera fase de diálogos, sin que se haya atrevido a modificar la estructura institucional de manera radical. Uno de los puntos clave del cambio estructural es revertir la asimetría que existe en la toma de decisiones, como es patente al no haberse modificado el peso del voto en las principales instituciones, para lo cual habrá que esperar el surgimiento de nuevos conflictos para que esto suceda. En esta dinámica el FMI debería haber presentado a la comunidad internacional un código de conducta que promoviera la integridad y la transparencia de los mercados financieros, esto habría ayudado a restaurar la confianza en estos mercados. Sin embargo, esto no sería suficiente, se requiere fortalecer los esquemas de control, fortaleciendo las reglas de adecuación de capital y evitar que el resto del sistema otorgue subsidios a sectores de alta rentabilidad, en este sentido, el sistema tiene que imponer reglas claras de imposición a las estructuras financieras con el fin de contar con mayores elementos anticíclicos.
Es necesario que dentro de los esquemas de regulación del sistema se reconozca que la globalidad del sistema financiero, de no contarse con un esquema que monitoree al sistema, puede tener repercusiones catastróficas sobre el mismo. En este sentido, las tecnologías de la información pueden ser el instrumento ideal para poner en marcha un esquema de transparencia para estructuras complejas, en donde no se inhiba la innovación financiera, sino que se aliente bajo reglas claras y con marcos institucionales dinámicos.
La innovación financiera y su regulación es clave, no obstante, el cambio fundamental de esta nueva fase del capitalismo será la convivencia de diferentes modelos de capitalismo con una visión de hegemonías compartidas entre Estados Unidos, China y los nuevos capitalismos que se fortalecen como India, Rusia y Brasil. En este nuevo lugar de juego mundial se fortalecerá el esquema de redes productivas, para lo cual no existe una idea clara de cómo regularlas, ni de qué forma evitar que los beneficios operen en una sola dirección. Los países requerirán instaurar esquemas de cooperación y de compensación para permitir que los países que más tardíamente se han incorporado al capitalismo no queden en parte de la periferia de bajos costos.
Estas nuevas relaciones establecerán cambios en la estructura de producción y ahí surgirán nuevos nichos de industrialización, los cuales representan un beneficio potencial para los capitalismos tardíos, si es que logran adaptarlos a los ciclos productivos, de tal forma que ello pérmita que se configuren como economías más competitivas a través de la innovación. En este sentido, conviene resaltar la experiencia del esquema de desarrollo chino, de la cual se infiere que es posible entrar tardíamente al proceso y no tener que transitar por varias fases al estilo Rostow, sino que es posible dar saltos en las estructuras productivas, reforzando las áreas de alta innovación. El mundo requiere repensar esta experiencia de cómo una sociedad campesina, utilizando esquemas de planeación pudo transitar en medio siglo para convertirse en una potencia mundial.
El surgimiento de nuevas hegemonías dará como resultado un esquema de desarrollo en donde el comercio pueda diversificarse y traer consigo oportunidades a países con alta concentración comercial, permitiéndoles transitar hacia una menor dependencia productiva; en este sentido, se marcha rápidamente hacia esquemas que superarán el modelo centro-periferia y con ello se abre la posibilidad de nuevos modelos de capitalismo en donde interactúan más actores de peso.
En estos nuevos capitalismos una cuestión clave será la forma cómo se organicen internamente, ya que esto, tal como se ha analizado, determina los factores que dan lugar a la capacidad de respuesta ante las eventualidades externas. En torno a la organización interna, un punto clave será el de la seguridad social, ya que las sociedades contarán con población más madura y por lo mismo requerirán proteger más a su población de mayor edad. Considerando que se alargará la vida, se tendrán que repensar las edades de jubilación y el tiempo libre que tendrán las poblaciones, las cuáles contarán con una expectativa de vida superior a los 100 años. Para evitar un proceso de deterioro de las condiciones de vida será necesario rediseñar los ejes de los nuevos sistemas, esta tarea no será fácil porque los nuevos capitalismos tendrán que enfrentar múltiples cambios, en medio de un proceso de innovación productiva y financiera como nunca antes se ha visto. El punto central del rediseño debería ser el establecer una agenda agresiva sobre el empleo, ya que en este entorno es que se debatirá el sentido mismo de la organización de las sociedades, si estos capitalismos tan diversos no son capaces de generar una propuesta creíble para el corto y largo plazos sobre la ocupación plena con altos estándares laborales, se estará ante el peligro de protestas masivas de la población que obligarán de una forma u otra a modificar el esquema institucional de operación del sistema.
Asimismo, será un reto mayor el que la comunidad internacional sea capaz de establecer una nueva institucionalidad de gobernanza: en cada país, entre países que busquen marchar en forma integrada y a nivel global. Nunca antes los capitalismos se han enfrentado a una dinámica que oblige a repensar todo de manera integral y, por lo mismo, a establecer diálogos que eviten que el conflicto del cambio bloquee la construcción de la nueva sociedad mundial. Sin embargo, la clave para entender esta situación es que la heterogeneidad de los capitalismos se mantendrá y que la estandarización pensada en el siglo pasado, tendrá que ser sustituida por la convivencia de capitalismos sumamente dispares.
Bibliografía
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Páginas web
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2 IMF, World Economic Outlook, Slowing growth, Rising Risks, September, 2011.
3 Naím Moisés, "La latinoamericanización de Europa", El País, 8 de Noviembre de 2011.
4 OECD, Economic Outlook, núm. 89, Annex Tables.
Información sobre el autor:
Clemente Ruiz Durán. Es profesor de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1978, a partir de 1982 es profesor Titular C de Tiempo Completo y es Investigador nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt. Realizó sus estudios de economía en la universidad Anáhuac (1967-1972), posteriormente emprendió sus estudios de especialización en "Instituciones del Bienestar" en la Universidad de Uppsala, Suecia (1971), y sus estudios de doctorado en la universidad de Pittsburgh (1975). En 2004 recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Baja California. Ha sido profesor invitado en diferentes universidades nacionales e internacionales, entre las que destacan: Universidad de Jaén, Cádiz, y Huelva (2011), Massachussets Institute of Technology (2009-2010), Universidad Ancona y Universidad Bocconi, Italia (2009), Universidad Complutense de Madrid (2009), Universidad Autónoma de Madrid (2008), Universidad de California (2000-2001), Universidad de General Sarmiento de Argentina (2004), entre otras. Actualmente es Coordinador del Posgrado en Economía de la UNAM.