Introducción
La posición geográfica de México lo potencia como un territorio de tránsito desde el sur para llegar a Estados Unidos, el país predilecto para cumplir el “sueño americano”. Este término, acuñado por el historiador James Truslow en 1931, aspira a la riqueza y al crecimiento que deberían estar garantizados para todo ciudadano, independientemente de su clase social o de las condiciones en las que nace (Moya Choy, 2017), para iniciar la búsqueda de oportunidades con mejores condiciones que las que le ofrece el país de origen. Las razones para migrar obedecen a situaciones diversas, como son: pobreza, violencia generalizada, catástrofes naturales, persecución política, violación de los derechos humanos, situaciones de emergencia, entre otras. De ahí emana que la región Soconusco, ubicada en territorio fronterizo del Estado de Chiapas, en el sureste de México y al norte de Guatemala, sea un paso obligado por vía terrestre, puesto que es el punto de unión entre México y Centroamérica. En esta región se concentra gran actividad comercial, migratoria y política. Para esta investigación se centró el estudio en la población migrante establecida en Tapachula (cabecera municipal) y Ciudad Hidalgo, cabecera municipal de Suchiate.
Fuente: Atlas de las orquídeas del Soconusco. Modelos digitales de nichos ambientales entre Centro y Sudamérica (Bertolini, Damon y Cerdeña-Ibarra, 2016, p. 12).
La estrategia metodológica estuvo basada en los métodos de investigación cualitativa, en particular, la utilización del método etnográfico y fenomenológico. El proceso fue desarrollado en dos partes principalmente: en la primera se grabaron las entrevistas donde se hicieron preguntas como: ¿Qué le gusta y qué no le gusta de la ciudad?, ¿qué lugares considera más atractivos o bonitos de la ciudad?, ¿a dónde le gusta ir y por qué?, ¿qué lugares considera menos atractivos o feos de la ciudad?, ¿cómo era su vivienda antes y cómo es ahora? Posteriormente, en la segunda parte, se le propuso a la persona entrevistada que elaborara un mapa mental, por medio de un dibujo libre, de los lugares que le gustan y los que no, los más visitados, los que recorre diariamente, la vivienda de su lugar de origen. Se les dieron varias opciones para hacer su dibujo con base en los temas tratados en la entrevista, para que recordaran y representaran lo que era más significativo en ese momento. “Cada dibujo es elaborado a partir de los conocimientos y la experiencia urbana del dibujante; sin embargo en los mapas se están representados también los lugares que simbolizan la historia, la identidad y las características socioculturales de la ciudad” (De Alba, 2004, p. 127).
Las entrevistas fueron orientadas hacia personas que habían experimentado el proceso de migración con el objetivo de llegar a Estados Unidos explícitamente, o bien para salir de su país natal y establecerse en otro, para mejorar sus condiciones de vida, aunque por situaciones fortuitas decidieron establecerse en la frontera de la región Soconusco y no continuar con lo proyectado en su andar migratorio inicial. Las personas migrantes que compartieron sus experiencias y su valiosa colaboración en esta investigación, no sólo son protagonistas sino también autores, ya que a través de sus narraciones y dibujos permiten conocer la apropiación territorial y lo que significa para ellos la frontera.
A través de la oficina de atención al migrante en el H. Ayuntamiento de Suchiate, se contactó a las personas cuyo apoyo fue primordial para llevar a cabo las entrevistas. En el caso de Tapachula, los contactos de las personas migrantes se obtuvieron a través de los residentes que facilitaron el hospedaje durante la investigación.
Migración, territorio y apropiación
Los migrantes que decidieron establecerse en Tapachula y en Ciudad Hidalgo, quienes han logrado obtener una estancia legal en México, han adquirido al mismo tiempo derechos y obligaciones al tener acceso a los servicios básicos como ciudadanos, obtener un empleo y habitar una vivienda. Todo ello les ha permitido arraigarse, pertenecer y vivir tranquilamente como habitantes de un territorio que les ofrece mejores condiciones que las que tenían en sus países de origen.
El contexto actual presenta que, debido al incremento del control en la política migratoria en la frontera norte, los migrantes solicitan asilo político o el reconocimiento de la condición de refugiados, o que se les otorgue protección complementaria según sea la situación que motivó la salida de su país natal. Dicha solicitud se realiza ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para obtener protección y el derecho a no ser devuelto al país natal; con la constancia de este trámite se puede solicitar una tarjeta de visitante por razones humanitarias ante el Instituto Nacional de Migración (INM), la cual permite que la persona trabaje durante el proceso de obtención de la visa. Al poseer una visa la persona puede desplazarse por el territorio mexicano sin ser deportada y/o permanecer para encontrar un trabajo y establecerse. También puede tramitar una visa en el INM cuando proyecta realizar actividades remuneradas, por motivos familiares, de estudio, de negocios, entre otras motivaciones.
La población migrante que decide establecerse en la frontera experimenta procesos de apropiación del territorio que se evidencian en las formas de habitar la vivienda y en el reconocimiento de la ciudad donde viven. El término frontera se refiere a la existencia de límites, bordes o confines. “Las fronteras son estructuras espaciales elementales de forma lineal, con una función de discontinuidad geopolítica y de realización, de referencia, en los tres registros de lo real, lo simbólico y lo imaginario” (Foucher, 2013).
La frontera sur de México no puede ser considerada como una sola región, sino como un gran territorio que presenta variaciones regionales significativas. De esta manera, para definirla es necesario verla desde diversos ámbitos, perspectivas e identidades (Fábregas, 1985; Pohlenz Córdova, 2005). Sin duda alguna, el concepto de territorio adquiere importancia para abordar el tema de frontera y de apropiación:
El territorio implica siempre, al mismo tiempo […] una dimensión simbólica, cultural, a través de una identidad territorial atribuida por los grupos sociales, como forma de ‘control simbólico’ sobre el espacio donde viven (siendo también, por lo tanto, una forma de apropiación), y una dimensión más concreta, de carácter político-disciplinario [y político- económico, deberíamos agregar]: la apropiación y ordenamiento del espacio como forma de dominio y disciplinación de los individuos (Haesbaert, 2011, p. 80).
De ahí que el territorio constituya por sí mismo un “espacio de inscripción” de la cultura (Giménez, 2007, p. 129) entendida ésta como “pauta de significados” (Geertz, 2003, p. 20). Hannerz (1996) afirma que “la naturaleza humana independiente de la cultura no existe. Entre lo que dicen los genes y lo que tenemos que saber para poder vivir hay un vacío de información y este vacío lo llenamos con cultura” (p. 64).
El territorio, la territorialidad y la territorialización se dan de forma simultánea. Respecto de la territorialización, este proceso:
implica un vínculo entre sujeto, comunidad o grupo social con su tierra, con una porción de la superficie terrestre que le es suya en algún sentido; sin embargo, como todos los vínculos, es dinámico y está en constante generación, regeneración, transformación y desaparición (López y Figueroa , 2013, p. 15).
A su vez, la desterritorialización es el movimiento por el cual se abandona el territorio, “es la operación de la línea de fuga”, y la reterritorialización consiste en el movimiento de construcción del territorio (Deleuze y Guattari, 1997, p. 224, citado en Haesbaert, 2011, p. 106). Hablar entonces de desterritorialización significa que “todo proceso y toda relación social implican siempre simultáneamente una destrucción y una reconstrucción territorial. Por lo tanto, para construir un nuevo territorio hay que salir del territorio en que se está, o construir allí mismo otro distinto” (Haesbaert, 2013, p. 13).
Todo lo anterior quiere decir que un migrante que se establece en la frontera vive un proceso de territorialización en el que se origina una fase de significación y apropiación que conlleva sentimientos de arraigo y de posesión.
Un elemento fundamental del territorio para el ser humano es la vivienda, entendida “como una construcción física, al lugar acotado arquitectónica y jurídicamente donde alguien tiene su residencia, su domicilio” (Cuervo Calle, 2010, p. 80). La vivienda permite habitar en comunidad, identificar a cada habitante respecto del otro y al lugar; otorga sentido de pertenencia y delimita las relaciones que surgen entre sí. La casa es “nuestro rincón en el mundo” (Bachelard, 2000, p. 28), “es la transición entre cuerpo y comunidad, a la vez que es una unidad de propiedad, de dominio” (Ramírez Velázquez y López Levi, 2015, p. 133). La vivienda simboliza la forma de ser de las personas y cómo quieren que las vean los otros (Arévalo, 2016). Es decir, la casa es la vivienda territorializada por el ser humano que se manifiesta en la forma como la habita, constituyéndola en su hábitat.
Como puede inferirse, el lugar donde los migrantes deciden asentarse de forma temporal o definitiva, es parte de las relaciones con el territorio que los inducen a pensar, construir y diseñar el hábitat deseado. En este contexto, el proceso de habitar se convierte en un objetivo importante en la vida del ser humano, pues a través de él socializa y forma lazos interpersonales y grupales.
De igual manera, la arquitectura y la imagen adquieren relevancia como instrumentos recurrentes para hacer ciudad. Debido a “la construcción de la habitabilidad del espacio, apropiado mediante el cultivo de su presentación indistinta […] el lugar es elemento de identidad al localizar el arraigo del individuo” (Méndez, 2012, p. 44), es el sitio de encuentro donde confluyen diversas identidades, conocimientos, valores, significados, sentimientos que hacen parte de la vida cotidiana del habitante.
Es a través de estos elementos físicos y tangibles como se conoce la representación cognitiva que cada habitante tiene de su territorio, así como la significación práctica o emotiva que el territorio produce en el habitante. La arquitectura y la imagen de la ciudad constituyen una de las principales formas de representación social del habitante.
Por ello, para estudiar lo que significa el concepto de frontera para los migrantes establecidos en Tapachula y en Ciudad Hidalgo, desde los enfoques real, simbólico e imaginario, se analizan los procesos de territorialización de la vivienda y el territorio en el que se establecen.
Dentro de ese orden de ideas, Lacan sostiene que toda realidad humana está organizada por tres instancias: lo real, lo simbólico y lo imaginario. Afirma que “se podría decir que lo real es lo que es estrictamente impensable” (2019, p. 4); “lo simbólico, concierne, a aquello en lo que el sujeto se compromete en una relación propiamente humana” (1977, p. 8), “la idea, del eidos, que a pesar de todo es un muy buen término griego para traducir lo que yo llamo lo imaginario […] sin el eidos, no había ninguna posibilidad de que los nombres se peguen a las cosas”1 (2019, p. 114).
Castoriadis (1983) por su parte explica que:
Lo imaginario del que hablo no es imagen de. Es creación incesante y esencialmente indeterminada (social-histórica y psíquica) de figuras/formas/imágenes, a partir de las cuales solamente puede tratarse de ‘alguna cosa’. Lo que llamamos ‘realidad’ y ‘racionalidad’ son obras de ello (p. 5).
Desde este marco, el imaginario de los actores es constituido a través de un lenguaje simbólico que se manifiesta en expresiones individuales o colectivas. Se busca comprender el mundo, pero también justificar los comportamientos y el sentido que la vida tiene para cada uno. Es de esta forma que cada sujeto comparte unos símbolos con otros lo cual propicia conexiones por medio de identidades comunes y que se imaginen como parte de una comunidad.
En 1998, Lynch en su libro La imagen de la ciudad presentó los elementos que se refieren a las formas físicas, es decir a los objetos físicos perceptibles de la ciudad. Los clasificó en cinco tipos: senda, mojón, borde, nodo y barrio.
Las sendas son los conductos que sigue el observador normalmente, ocasionalmente o potencialmente. Pueden estar representadas por calles, senderos, líneas de tránsito, canales o vías férreas […] Los bordes son los elementos lineales que el observador no usa o considera sendas. Son los límites entre dos fases, rupturas lineales de la continuidad, como playas, cruces de ferrocarril, bordes de desarrollo, muros. Constituyen referencias laterales y no ejes coordinados […] Los barrios o distritos son las secciones de la ciudad cuyas dimensiones oscilan entre medianas y grandes, concebidas como de un alcance bidimensional, en el que el observador entra ‘en su seno’ mentalmente y que son reconocibles como si tuvieran un carácter común que los identifica […] Los nodos son los puntos estratégicos de una ciudad a los que puede ingresar un observador y constituyen los focos intensivos de los que parte o a los que se encamina […] Los mojones son otro tipo de punto de referencia, pero en este caso el observador no entra en ellos, sino que le son exteriores (Lynch, 1998, pp. 62-63).
A través de estos elementos se puede conocer qué imagen de la ciudad tienen los migrantes. Para Silva (2006) “el territorio alude más bien a una complicada elaboración simbólica que no se cansa de apropiar y volver a nombrar las cosas en característico ejercicio existencial-lingüístico: aquello que vivo lo nombro; sutiles y fecundas estrategias del lenguaje” (p. 56). Es así como los dibujos y las narraciones de los migrantes establecidos en Tapachula y en Ciudad Hidalgo son evidencia de esta elaboración simbólica, la cual es construida a partir de su propia experiencia como habitantes de la frontera y de sus procesos de territorialización en la vivienda y en la ciudad que habitan.
La frontera a través de la apropiación de la ciudad
Desde esta investigación puede afirmarse categóricamente que el territorio fronterizo no admite ya ser considerado solamente como un lugar de paso, sino que se le otorga la importancia que posee al ser receptor de poblaciones que modifican la vida económica, social y política a diferentes escalas. El objetivo de muchos migrantes es vivir en la frontera porque sienten que están cerca de su país; otros consideran que la frontera es un lugar de paso que por diversas circunstancias se convirtió en permanente, y otros aún esperan saber en qué se convertirá para ellos.
En este proceso sucede un reconocimiento de la ciudad; los lugares son apropiados ya que empiezan a tener significado para las personas; emergen vínculos materiales y redes sociales para lograr sobrevivir y tener mejores condiciones para habitar la ciudad.
Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos (Calvino, 2019, p. 8).
Como puede verse, el valor de la apropiación de la ciudad es que nos permite conocer cuál es la imagen que tiene un migrante del nuevo país en que se ha establecido, es decir, qué elementos de la ciudad donde vive son parte de su memoria. “La memoria es redundante: repite los signos para que la ciudad empiece a existir” (Calvino, 2019, p. 22). Licona (2003) se refiere a ello de la siguiente manera:
Los lugares-memoria habitan en la geografía del imaginario y que conforman un capital- memoria […] El capital memoria es un corpus de imágenes que hacen referencia a objetos locales que son los que hacen posible edificar una imagen identitaria. Entendemos por imagen identitaria el conjunto de representaciones comunes, puntos de coincidencia (p. 107).
A continuación se describen los lugares de Tapachula y de Ciudad Hidalgo que los migrantes han logrado apropiarse y que recuerdan como representativos de la imagen pública de cada ciudad. Los migrantes reconocen que estos lugares son parte de su vida cotidiana e identifican cuáles les agradan y cuáles no, cuáles son los que más frecuentan y cuáles son los que menos visitan.
Tapachula
Tapachula es la cabecera de la región Soconusco, la cual es considerada como la Perla del Soconusco por ser un importante centro económico y político (Programa Regional de Desarrollo, 2012). En esta ciudad se concentran las actividades de la región fronteriza y es territorio de gran importancia por su tránsito migratorio y por su oferta laboral. Su economía está enfocada a los sectores agroalimentario, comercio, servicios y a las actividades portuarias a nivel local y regional. En la ciudad existe una importante movilidad humana y comercial, producto de las actividades económicas formales e informales, en las cuales hay una alta participación de la población migrante.
Los lugares frecuentados, ya sea diariamente o bien en ocasiones especiales, son nombrados, explicados y plasmados en un dibujo, constituyendo la imagen pública de la ciudad para los migrantes porque son sitios que están en su memoria y son parte de su vida cotidiana.
Azucena es una joven de 25 años, madre de familia, a quien su mamá sacó de Honduras a la edad de 6 años junto con sus tres hermanos, porque tenía problemas con su padre. La mayor parte de su vida la ha vivido en Tapachula y en su dibujo Azucena muestra una cuadrícula donde ubica los lugares que le gustan de la ciudad y los que no (figuras 1 y 2). Colonias como Indeco, Bonanza, Solidaridad 2000, Cafetales y el Parque Central, son los lugares que percibe como inseguros y por tanto no le agradan. Mientras que Plaza Galerías, Parque los Cerritos, Plaza Cristal, Cafeto, Centro y City son los lugares que más le gustan y que siempre frecuenta. Estos sitios son considerados nodos, ya que son lugares de encuentro que tienen características recreativas, comerciales y estéticas que resultan agradables para la mayoría de la población.
Fabio es originario de Guatemala. Cuando era niño viajaba en las épocas de cosecha con su familia para trabajar en las fincas cafetaleras. Decidió quedarse en Tapachula porque conoció a quien sería la madre de sus tres hijas; lleva establecido en México 39 años. Como se observa en la figura 3, Fabio marca con una X las colonias de Tapachula que no le gustan porque las considera inseguras: Vida Mejor y Confeti. En la figura 4, Fabio indica los lugares más frecuentados, como el Mercado San Juan, la iglesia de San Agustín, el Parque Bicentenario, el Centro y la avenida 17 Oriente que atraviesa la ciudad.
El trabajo, el Parque los Cerritos, la Plaza Central, la Plaza Galerías, el gimnasio, el restaurante de comida china y la universidad son los lugares frecuentados por Hermes, un joven universitario de 24 años, originario de Choluteca, Honduras, quien fue llevado a Tapachula por su mamá desde que tenía 5 años, junto a sus hermanas.
La casa, el Parque los Cerritos, la escuela, el mercado y el Parque Central son los lugares más visitados por Floriberta, una mujer de 41 años, madre de tres hijas, originaria de San José Ojetenám, departamento de San Marcos, Guatemala. Empezó a migrar a Tapachula desde los 12 años para trabajar como empleada doméstica, pues las circunstancias de pobreza la hicieron migrar. A la edad de 1 año, ella y sus cuatro hermanos quedaron huérfanos de madre y su padre no podía cubrir las necesidades básicas.
Pues de aquí mismo de Tapachula, donde nosotros que así, que he ido con mis niñas: los Cerritos, más divertido porque los juegos, tienen dónde jugar, las albercas, que a veces les gusta irse a bañar, casi hasta ahí nada más, en muchos lugares yo aquí no…Otro que hasta aquí, por el malecón pero hay más allá… centro, a veces pero muy seguido no. A la iglesia sí, aquí tenemos cerca la parroquia. De lugares aquí casi no, yo no soy de esas como que les gusta salir o a visitar muy seguido. Colonias como 5 de febrero, Lomas de Soconusco ahí también no mucho voy, porque dicen que hay mucho maleante por esos lugares, Xochimilco, entonces por eso le dije del malecón, igual está muy bonito, pero casi no mucho vamos, porque dicen que asaltan mucho, entonces por eso casi no y luego pues uno de grande pues si me quitan una bolsa, pues mi caso mío no ando suficiente dinero, pero en caso que voy con mis hijas, un secuestro o algo, por eso mismo mejor estoy en casita (Floriberta Díaz, comunicación personal, 25 de enero de 2020).
Los barrios a los que se refiere Lynch (1998), al tener un “carácter común”, son clasificados por los habitantes al otorgarles características propias que los convierten en puntos de referencia en la ciudad. Por ejemplo, existen varias colonias que son percibidas de manera desfavorable por las personas:
Aquí hay mucha colonia, como le dijera mucho grupito de vandalismo, pues ahí no es decir voy a ir a trabajar o quiero vivir en esa colonia ya […] Pues antes estaba una… pues sí más ahí por la once de septiembre, por la 5 de febrero (Fabio Pérez, comunicación personal, 29 de octubre de 2019).
Bueno hay muchas colonias que no las visito porque están muy marginadas, pero si tú no te vas a meter ahí pues todo está bien, son muchas colonias que no, al menos que yo no conozco, que no me gustaría que pasaran cosas, que no quiero revivir lo que pasé anteriormente (Nelly Mesías, comunicación personal, 2 de noviembre de 2019).
Los barrios se convierten en límites y bordes urbanos expresados en los territorios donde las personas no se relacionan ni tienen presencia por considerarlos peligrosos.
Durante las entrevistas y al plasmar los dibujos, fue notorio que los migrantes se limitaran a decir que sólo se trasladan de su casa al trabajo y a algunos lugares que son parte de su recorrido diario. Sin embargo, también reconocieron que el centro es un nodo importante para el encuentro y para realizar trámites o compras que en algún momento son necesarias. El Parque Central, el Parque Bicentenario, el Mercado Sebastián Escobar y el Mercado San Juan, y los centros religiosos también son puntos de encuentro y nodos importantes. La avenida central constituye una senda de mucha movilidad y es reconocida por todos los entrevistados, así como las calles que conforman el centro de la ciudad, las cuales son altamente transitadas.
Las personas entrevistadas informaron que los lugares del centro de la ciudad son reconocidos pero no altamente frecuentados. La mayor movilidad sucede donde se realizan la mayoría de las actividades diarias, las cuales están limitadas a los lugares cercanos y al trayecto transitado para ir a trabajar. Muy rara vez van de paseo y/o a lugares alejados de su colonia. El reconocimiento de la ciudad es parte de su hábitat.
La mayor preocupación de un migrante es tener un trabajo que asegure el sustento diario de su familia. Por otra parte, la ciudad simboliza la oportunidad de trabajo y de progreso, el medio para cumplir las metas, salir adelante con la familia y vivir tranquilo. En sus relatos expresan que decidieron desarrollar un proyecto de vida en Tapachula y están agradecidos por las oportunidades y las mejores condiciones de vida que ahora disfrutan. Su gusto por la ciudad se relaciona con la oportunidad de construir una vida mejor que la que tenían en su país natal.
Sin embargo, la situación para los migrantes no ha sido fácil. En sus relatos expresan que viven con el gasto diario y, aunque ha sido difícil, tampoco ha sido imposible mantenerse pues afirman que las oportunidades de empleo son mejores que en su país de origen:
Pues cuando tengo trabajo me dedico al trabajo, que así como vive uno acá todo es comprado no cultiva uno nada, pues no tiene uno que decir ahí tengo para comer, si uno no trabaja una semana pues el dinerito el ahorrito pues ya se va acabando y sí se siente, cuando uno no tiene trabajo y ya cuando uno no consigue trabajo pues ni modo tiene uno que aguantarse porque el trabajo a veces no lo tiene fijo, el trabajo de albañilería casi no es fijo termina uno en un lado tiene que buscar en otra parte (Fabio Pérez, comunicación personal, 29 de octubre de 2019).
Existen diversas percepciones que explican la elección de una ciudad para vivir, así como experiencias de comparación con otros territorios, sentimientos:
¡Una impresión grande! ahora sí, cómo le diré, de un lugar a otro lugar uno se siente bien, dice, pues qué bueno bonito, se adapta uno a otras cosas porque, cómo le pudiera explicar, de que en la forma de hablar, en la forma de las comidas, pues al entrar en las casas de las personas pues muy bonitas y pues ese es otro ambiente que uno va viendo. Un poquito difícil el clima pero los primeros días, ya a la semana dos semanas pues ya me adapté al calor (Floriberta Díaz, comunicación personal, 25 de enero de 2020).
Tapachula para mí la adoro, que te quiero decir, es mi segundo país, no la cambiaría por nada porque he vivido tantos años y lamentablemente en mi país no podía vivir pero ahora acá sí yo vivo libremente, tengo mis hijos, mi esposo. Soy una mujer que te puedo decir virtuosa, porque trabajo de lo propio que a mí me gusta. Ayudo en casa a mi esposo, pues no tengo palabras para decir, Tapachula lo amo porque tengo todo lo que Dios me dio aquí lo tengo […] A mí me gusta mi colonia porque yo aquí vivo y está tranquilo he hecho mi vida eh, pues está bonito pues (Nelly Mesías, comunicación personal, 2 de noviembre de 2019).
Pues la verdad lo que me gusta de acá de Tapachula que hay más trabajo que allá donde vivimos nosotros, hay más trabajo […] Pues la verdad Tapachula es muy bonito Tapachula, aquí sí me gusta mucho (Fabio Pérez, comunicación personal, 29 de octubre de 2019).
Hay otras apreciaciones sobre la imagen de la ciudad:
Lo que veo de la ciudad es que veo mucha suciedad, en la calle mucho escombro así de nylon, eso contamina mucho, nylon envuelto […] todas las calles están sucias acá, si llega al mercado del centro, pasa papel del baño, es una contaminación que causa enfermedades leptospirosis y yo creo que hasta el cólera, eso lo generan las malas condiciones sanitarias. Diferente a lo que yo veo allá en mi ciudad, yo veo que aquí sí es una mejora del transporte público, sí porque las combi están ahí a cada segundo, no hay escasez de transporte y lo otro es que lo que sí he notado yo es como cierto rechazo de un buen sector de la sociedad mexicana aquí con respecto a nosotros he notado eso (Francisco Manzanet, comunicación personal, 21 de enero de 2020).
El Instituto Nacional de Inmigración es parte de la memoria y de la vida de los migrantes, es un nodo y un punto de referencia porque todo migrante recurre a este lugar.
Al vivir en la frontera los migrantes han encontrado un trabajo y libertad para vivir tranquilamente, son dos aspectos clave para entender por qué se establecen permanentemente y por qué no piensan regresar y/o salir por lo menos durante un largo tiempo.
Ciudad Hidalgo
Esta ciudad fronteriza, cabecera del municipio de Suchiate, es de gran importancia porque es paso obligado al llegar a México si se atraviesa el Río Suchiate desde Tecún Umán (departamento de San Marcos) en Guatemala. Es un puerto fronterizo que se caracteriza por un intenso movimiento humano y de mercancías, ya que es común que actividades cotidianas se realicen por los habitantes a un lado u otro de la frontera, siendo el río Suchiate un elemento no sólo de división territorial sino de unión entre México y Guatemala. Para hacer el cruce se utilizan balsas o se utilizan el puente internacional Dr. Rodolfo Robles y el puente Ingeniero Luis
Cabrera para transporte de carga. Este puerto fronterizo está estrechamente relacionado con la ciudad de Tapachula, alrededor de la cual se organizan las actividades económicas de la región.
Respecto de la ciudad, las personas expresaron sus percepciones y las razones por las cuales se quedan a vivir en ella:
Pues mi motivación son mis hijos, que sigan estudiando, que lo que yo no tuve mis estudios, mis hijos quiero que lo tengan ellos, quiero un futuro para ellos. Porque aquí están las cosas más cómodas y todo cada lugar es más gasto, cambia todo (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Aquí me parece tranquilo sinceramente le digo, para vivir tranquilo me gusta se miran construcciones yo allá en Honduras trabajaba en construcciones y se miran obras ahí pues, estando ya con papeles yo me instalo en cualquier lado para trabajar, esta mesa puedo trabajar, gracias a Dios, una herramienta de trabajo la puedo agarrar (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
En las figuras 7 y 8 aparecen dibujados el parque, la escuela, el río, el trabajo y las tiendas Oxxo como los lugares que son parte de la vida cotidiana. Los dibujos fueron elaborados por mujeres que trabajan en un restaurante de la ciudad. En este caso, la figura 7 muestra el dibujo de Leticia, originaria de Tela, Honduras, y la figura 8 el de Maricela, originaria de Yoro, Honduras, quienes han vivido dos y 17 años en Ciudad Hidalgo, respectivamente:
No salimos, de aquí al trabajo del trabajo para la casa. La compra en el mercado o en Chedraui, Bodega son los únicos lugares porque aquí no hay nada bueno, no me gusta. No más la playa porque aquí no hay un lugar, el cine cuando voy a salir voy a Tapachula con ms hijos al cine (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Existen otras percepciones que evidencian los pocos lugares que permitan actividades recreativas dentro de Ciudad Hidalgo:
Frecuentar solamente el parque porque de hecho aquí en Ciudad Hidalgo falta todavía que hagan inversiones como por ejemplo un museo, por decir una universidad, un hospital, entonces son cosas que uno ve que falta pero por cuestiones económicas o qué se yo o cuestiones políticas no se hacen, a diferencia de Tapachula, que Tapachula es una ciudad más grande, no sé si es el doble o el triple de Hidalgo (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
En la figura 9 se representa el paso de los migrantes por el río Suchiate. Peter es originario de Nicaragua y se dedica a la venta de comida ambulante. La orilla del río uno de sus lugares favoritos para su actividad comercial. La figura 10 muestra el dibujo elaborado por Moisés, quien ha vivido 6 años en Ciudad Hidalgo y trabaja en el transporte con triciclo, por ello claramente dibuja las manzanas y la ubicación de los lugares del centro de la ciudad.
El río es parte de la vida y del paisaje del municipio, se concibe como un borde pero también es una senda porque en él existe movimiento, fluidez, comunicación, intercambio. Las vías del tren remiten también a un camino, es un punto de referencia en la ciudad aunque se percibe como un lugar peligroso, no muy favorable:
No me gustan los lugares que están a la orilla de Hidalgo porque se caracterizan que son lugares peligrosos, donde lamentablemente ha habido robos, asaltos, incluso hasta violaciones. Lo que son las vías del tren a la orilla del tren está lleno de cantinas, puteros con colmillo, le llamamos nosotros (Peter Moreno, comunicación personal, 28 de enero de 2020).
Esos botaneros que están bien feítos, andar en esos lugares están feos; el Coco Bongo es un antro, es una disco de relajo, hay mucho relajo en los negocios aquí en Ciudad Hidalgo. No hay un bonito lugar para ir a distraerse, no hay un lugar para echar un bailongo rico si uno va a esos lugares es a buscar problemas, le buscan problemas. La droga, la bebida, como estamos en frontera usted sabe que en la frontera se ve de todo (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Donde están los lugares de terracería tanto por el polvo como por la mayoría de gente que es un poco agresiva (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
Como puede observarse, las experiencias en la ciudad son diferentes y por tanto sus percepciones y opiniones también cambian.
Muchas cosas me gustan de Hidalgo, el trabajo cuando hay puedes andar libremente siempre y cuando no andes haciendo perjuicios, puedes andar tranquilo y pues la mayor parte de las personas son amables, no te voy a decir todas porque siempre hay altas y bajas, la mayor parte son amables, aunque hay algunos que no, que son un poco chocantes (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
La playa se convierte en un punto de confluencia ya que varios entrevistados mencionaron que van frecuentemente a visitar la playa El Gancho, la cual queda a media hora de Ciudad Hidalgo en transporte terrestre, convirtiéndose en un nodo porque es un punto estratégico para la recreación de las personas. Así lo describe Moisés, quien trabaja transportando a los habitantes de la ciudad con un triciclo:
Hidalgo es grande sí, pero hay lugares bonitos por ejemplo los ejidos, hay ejidos que son bonitos, las playas algunas son llamativas aunque las olas son un poco agresivas pero te acostumbras, por ejemplo, El Gancho, está Puerto Madero, Playa Bonita es muy visitada (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
La playa me recuerda a Tela no es igual ¿verdad? pero… otro lugar la iglesia (Leticia Irías, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Y me gusta también ir a lo que es la playa El Gancho que está a 32 km de Ciudad Hidalgo y en el transcurso de la semana voy de dos a tres veces a la semana (Peter Moreno, comunicación personal, 28 de enero de 2020).
Otros lugares que son puntos de referencia porque los habitantes van a comprar su despensa son Bodega Aurrera y Chedraui. La iglesia es otro lugar de encuentro y de reunión, aunque es menos nombrado, así como el parque que la gran mayoría asegura que no les gusta o no es significativo; ambos espacios constituyen nodos de Ciudad Hidalgo.
De Hidalgo, el parque, el río, porque uno siempre va al río cuando no hay para ir para la playa, uno se va para el río y se vive a veces mejor en el río porque está lo más tranquilo. Me gusta el estilo de vida de aquí que es más tranquilo. En sus orillas el territorio de dos países pero para sus habitantes es un río que deben pasar para ir a visitar a sus familiares hacer compras traer y llevar. A otros les trae a su memoria recuerdos de su país, se va al río también a revivir lo que hay en la memoria del territorio de origen (Moisés Guevara, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
El río Suchiate trae a la memoria el lugar de origen, muchos son provenientes de lugares costeros y/o cercanos a un río por tanto hace que se sientan familiarizados y más cerca del lugar que dejaron. La orilla del río es el lugar de trabajo de muchas personas, por ejemplo de los vendedores ambulantes de comida o de mercancías. Esta actividad les permite conocer a otros migrantes, intercambiar experiencias y brindar orientación a quienes están llegando. Este es el caso de Peter, originario de Nicaragua quien vende tortas y atole en la ciudad y en la orilla del río, uno de sus lugares preferidos para ejercer su actividad.
Me gusta ir a estar a la orilla del río y ver el movimiento en el día de la gente, incluso de los demás compañeros inmigrantes de cómo vienen, cómo entran, e incluso en mi trabajo me he preocupado y me he esmerado que cuando yo encuentro gente inmigrante los asesoro, se los mando al licenciado Sergio Seis a su oficina e incluso en mi carro me he arriesgado en muchas ocasiones, muchas, son incontables, que llevado gente hondureña, gente de Nicaragua a Tapachula a las oficinas de la Comar (Peter Moreno, comunicación personal, 28 de enero de 2020).
Peter tiene tres años viviendo en Ciudad Hidalgo, ya tiene residencia permanente y su trabajo ha hecho que económicamente sea próspero, además que ha tenido el reconocimiento de otros migrantes y de funcionarios que trabajan en el ayuntamiento por su colaboración social y laboral con ellos.
En el proceso migratorio, la persona vive un proceso de desterritorialización debido al abandono de su territorio, a su pérdida de control y desarraigo del lugar de habitación anterior, se ve obligado a reterritorializarse a través del reconocimiento, el reacomodo, la adaptación y la dominación de un nuevo territorio.
La imagen de la ciudad de los migrantes establecidos en Tapachula y Ciudad Hidalgo corresponde, en la mayoría de los casos, a lugares puntuales que están relacionados con sus empleos y la satisfacción de sus necesidades básicas: la casa, el trabajo, la escuela, el supermercado. Su apropiación da cuenta de su vida cotidiana y lo que es necesario para vivir. Son pocos los relatos donde se hable de actividades recreativas y culturales. En ambas ciudades cuando los migrantes se refieren a los lugares desagradables o poco frecuentados los relacionan con inseguridad.
La frontera a través de la apropiación de la vivienda
Dentro de los procesos de territorialización de un migrante establecido en un territorio está la construcción de su lugar de habitación, es decir su hábitat; para ello recurre a sus conocimientos y a lo que el nuevo territorio le ofrece. Su apropiación se manifiesta en el uso, la disposición de los lugares y los elementos necesarios para habitar.
En pocas palabras, los dibujos permiten conocer los recorridos y cómo las personas mantienen en su memoria cada lugar; por tanto muestran cómo habitan y la relación que mantienen con la ciudad. A continuación, se muestran los dibujos y las fotografías de las viviendas de los migrantes establecidos en Tapachula, así como la narración de los recuerdos de sus viviendas anteriores y la actual.
Tapachula
La vivienda es el territorio inmediato adaptado para satisfacer las necesidades básicas cotidianas, pero también es el lugar donde se cultivan los proyectos de vida y se construyen las motivaciones para lograrlos.
La visita al fraccionamiento Infonavit Solidaridad 2000 se dio porque, al preguntar por personas migrantes radicadas en la ciudad, hablaron de Nelly, una mujer de Honduras que tiene un puesto de comida desde hace 20 años y desde hace 30 estableció su vivienda en este fraccionamiento de Tapachula; de ahí conoce a otras personas de su país que fueron contactadas para ser entrevistadas.
En las fotografías se observa la disposición de los objetos y la necesidad de más espacio. Respecto de su vivienda, Nelly expresó:
Mi vivienda me gusta, porque es casa propia y vivo un poquito mejor. Nosotros vivíamos en una casa que era de palitos, tenía nylon, ya después poco a poco ya la fuimos poniendo de adobe y la verdad que ha sido… tuve una niñez muy fea. Cambia, la vivienda por ejemplo, en este caso yo vivo en un condominio, vivo en un edificio en el tercer piso, en cambio pues allá vivimos en una casa de una sola pieza y no tiene las comodidades que yo tengo aquí (Nelly Mesías, comunicación personal, 2 de noviembre de 2019).
En las fotografías 5 y 6 se muestra la vivienda de Floriberta, ubicada en la colonia Amores, la cual lleva construyendo muchos años con el apoyo de su esposo y de sus hijas. En la entrevista ella manifiesta el gusto por ser propietaria:
¡Todo me gusta! [risas] la verdad sí estoy muy emocionada con mi casita ya pues más que nada ya me evité de pagar renta ya es mía aunque no nos hubiera alcanzado para hacer ésta, así tal vez mas sencillita, pero yo fuera feliz porque ya sé que es mío puedo sembrar lo que yo quiera. Yo quería mi casita nada más un cajón grande y pues meterle división en medio así pues de tela o algo, pero no pues ya el albañil nos dijo: por qué no lo hacemos así. Yo quería mis ventanas grandes porque a mí no me gusta estar muy encerrada; quiero mis ventanas grandes, mis puertas las quiero así de frente y pues la otra salida que está allá para entrar al baño, entonces eso pues ya fue idea mía. El baño está afuera de la casa (Floriberta Díaz, comunicación personal, 25 de enero de 2020).
Tener una vivienda propia es parte del imaginario del progreso, pues además de ser una construcción física, también es simbólica, ya que se construye a partir de los imaginarios, la identidad y la proyección de vida de quienes la habitan.
En las fotografías 7 y 8 se observa la vivienda de una sola habitación de José, quien fue deportado de Estados Unidos y separado de su esposa y se sus dos hijos; ahora está castigado por las leyes de migración y no podrá visitar a su familia en los próximos 10 años. Huyó de Honduras porque a su hijo mayor lo mataron y fueron amenazados de muerte. Paga 500 pesos mexicanos de renta, vive solo y tiene como vecinos a otros migrantes. No hay buenas condiciones de ventilación, ni de higiene ya que el espacio de la cocina es muy reducido y sólo una cortina lo separa del baño. En el mismo espacio también está el lavadero. Expresa que sus hijos son quienes le pagan el cuarto y no tiene posibilidad de pagar más.
Al hablar de la casa donde viven actualmente, es inevitable recordar el espacio que habitaban antes:
No se parecen las viviendas. Allá teníamos la casita de un solo cajón pero era más grande, había más espacio, cabía toda mi familia ahí, la habíamos hecho para mi familia y después mi familia que se fue ajuntando para mis hijos pues ya fueron ellos apartándose a comprar su ranchito y hacer su casita (José Sorte, comunicación personal, 3 de noviembre de 2019).
La figura 11 muestra el dibujo realizado por Francisco, originario de Baracoa, provincia de Guantánamo, Cuba quien expresa: “Yo salí por la situación que hay en Cuba, por la represión que hay que está llevando el gobierno la dictadura de mi país en contra de los activistas de derechos humanos”. Mientras dibuja relata:
Mi vivienda era de madera dura aserrada y teja metálica, pero yo me sentía muy bien allí porque tenía yo un terreno donde yo sembraba y eso nunca utilice el fertilizante para la planta sabe la planta era natural, el agua era muy potable muy buena en la ciudad donde yo vivo ahí desemboca, hay un lugar costero en la costa norte y ahí aproximadamente ahí desembocan 14 ríos y todos son de agua limpia. Mi casa muy bonita, mi casa de madera. Ahí sembraba la yuca, el plátano, sembraba tomate, era una tierra muy fértil, ahí le dicen el valle del Jamal, ahí los agricultores no utilizan fertilizantes se da la lechuga, el berro la espinaca, la mandarina, la naranja todo eso se da (Francisco Manzanet, comunicación personal, 21 de enero de 2020).
El dibujo de la figura 12 fue realizado por Carlos, quien nació en el municipio Santa Lucía Cotzumalguapa, departamento de Escuintla, Guatemala, y recuerda cómo son las viviendas en donde vivía:
Pues la vivienda allá, las casitas como nosotros las teníamos de pura madera; antes se acostumbraba a hacer las casas de adobe que hacen así de este barro colorado, y hacen así unos adobes grandes como de 50 centímetros por 40 creo que eran, pero de eso se hacía la construcción, pero la gente se dio cuenta de que a veces había temblores bueno, no aguantaba entonces ya empezaron a talar árboles a sacar tabla, reglas tendales y ya la casita de pura tabla de madera digamos (Carlos Robledo, comunicación personal, 5 de marzo de 2020).
En las fotografías 9 y 10 se observa que el lugar donde duerme es el mismo donde cocina, tiene poca ventilación y cría pollos. Es común encontrar hacinamiento y condiciones de vivienda precarias ligadas a la situación de pobreza que los migrantes viven en la frontera.
Las fotografías 11 y 12 corresponden a un departamento en el fraccionamiento Infonavit Solidaridad 2000 donde viven dos hermanos con su padrastro y un bebé. En total son cuatro hermanos quienes fueron traídos desde niños por su madre desde Honduras, debido a los problemas que ella tenía con su esposo, el padre de sus hijos. En este departamento habitaron por muchos años ocho personas, lo que motivó a hacer una ampliación. En la fotografía se muestra la escalera de acceso al segundo nivel. Azucena relata que:
Bueno, cuando estábamos pequeños jugábamos entre todos pues como somos muchos hermanos tampoco estábamos buscando niños, por todo lado jugábamos aquí entre todos y bueno, mi papá empezó a construir porque arriba hay más y él construyó porque éramos bastantes esta es la casa de mi papá. Él vive aquí con nosotras. Lo que no me gusta de mi vivienda es que es un edificio, porque por ejemplo aquí si usted camina la señora de abajo la escucha si usted camina a media madrugada la señora de abajo está con un palo tun tun tun de que nos callemos. No hay tanta libertad de hacer se pone música y la señora se molesta (Azucena López, comunicación personal, 3 de noviembre de 2019).
Como se observa y se puede deducir, cada una de las viviendas no sólo constituye una casa sino un refugio para cada uno de sus habitantes. En ella se cuentan historias hechas de experiencias, momentos, sentimientos y objetos que la han ido construyendo, evidenciando a traves del tiempo y del paso de sus habitantes, quienes tienen en su memoria los recuerdos del lugar que habitaron antes, y el que están luchado por construir y seguir habitando.
Ciudad Hidalgo
Las fotografías 13 y 14 muestran la vivienda de Maricela quien desde los 17 años vive en México; salió de su país por problemas con las Maras y porque se convirtió en madre soltera.
Me gusta lo chico de mi casa, me conformo que mis hijas estén en su cuartito yo en el mío. El lugar que más me gusta es mi habitación.
En la casa donde yo vivía era normal, la casa de mi tía era de recámaras, una salita, la cocina aparte y como ella tenía billares y negocio de vender bebidas también mi tía. Era de block, era con teja de barro. Como es un pueblo se llama la sabana de San Pedro, es un pueblito. Allá la cocina la hacíamos en fogón teníamos fuego no teníamos estufa. Tempranito a las cuatro de la mañana íbamos al molino a hacer tortillas antes de irme para la escuela dejaba listo todo (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Inicialmente, en su plan de migrar no tenía contemplado como destino a Ciudad Hidalgo, tal como lo expresa en la entrevista:
Mi sueño era irme para Estados Unidos en ese tiempo, pero desagraciadamente, pues nos pasamos por un lugar, iba con mis primos, las pandillas estaban muy feas en ese tiempo y pues yo decidí regresarme, entregarme en migración; pero pues no quería regresarme a mi país claro, que no quería regresar y pues yo le dije a migración que era salvadoreña y aunque sea en otra frontera ya me quedaba más cerca para regresar. Si tengo tres hijos mexicanos y tengo dos hijos hondureños. Mi hijo igual inmigró para Estados Unidos, él ya está allá, él se fue a los 16 años. Mi hijo lo agarró inmigración allá por ser menor de edad lo dejó allá, me mandaron a pedir papeles de él y todo para llevar un trámite y ponerlo a estudiar, él está estudiando allá para que pueda quedarse allá (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Actualmente vive con cuatro de sus hijos; se observa en las fotografías 13 y 14 que la vivienda está equipada con electrodomésticos y muebles que la hacen confortable y satisfacen sus necesidades. Posee una cocina espaciosa que le permite preparar los platos típicos de su país: “La comida la hago, platanitos, guineo, pollo frito con tajadas, tortillas de harina lo hago siempre” (Maricela Calderón, comunicación personal, 22 de enero de 2020).
Por el momento es alquilada, pero el señor dueño de la propiedad me da la oportunidad de podérmela dar en pagos y ya fui al banco y el banco me aprueba el crédito.
Esta vivienda tiene lo que es bastante ladrillo rojo, igual en Nicaragua se usa bastante en los lugares cálidos, lo que es frontera con Honduras lo que es Somotillo, La Paz Centro, son lugares calientes León, Chinandega, Granada, Riva son lugares muy calientes en la capital y usan bastante ladrillo rojo por lo fresco en lo que es la capital es tanto usan los dos tanto el block y ladrillo rojo siempre lo mezclan ¿verdad? El ladrillo rojo se caracteriza porque es un material que da frescura a la casa […] La casa tal vez un poco más grande, pero el patio no, el patio de acá es el triple, allá casi no tenía patio pero la construcción es más grande. A los cuartos les he puesto clima, mi propio jardín y doy bastante mantenimiento lo que es el patio, la parte trasera es muy grande, hay plátano, hay banano, siempre estoy cortándole las hojas, cortando, regando, hice una pequeña gallinero tengo mi propio gallinero al fondo del patio también ¿verdad? Me gusta tener (Peter Moreno, comunicación personal, 28 de enero de 2020.
Arreglar la vivienda genera mejores condiciones para habitarla, como ejemplo, pintarla, dotarla con aire acondicionado, sembrar en el jardín flores, árboles frutales y criar animales.
En las fotografías 17, 18 y 19 se observan los electrodomésticos que Leticia ha adquirido con esfuerzo. Las fotografías hacen parte de la decoración y son recuerdos de Honduras.
A pesar de que tiene una vivienda más grande y cómoda en Honduras, Leticia explica que existen razones más fuertes para sentirse en casa:
La tranquilidad que hay aquí. Sí han habido muchos casos últimamente de asesinatos y todos pintan para que sean de Maras de organizaciones grandes porque si […] si no nos metemos con nadie, nadie se mete con nosotros y eso la tranquilidad de aquí de Hidalgo que como le digo siento un pie en mi país porque aquí hay muchas personas de mi país y aunque sea así de vez en cuando nos reunimos y tenemos nuestras costumbres y hacemos nuestras comiditas que son hechas de allá los ingredientes los buscamos y los hacemos igual y ya cocinamos pues nuestra comida catracha (Leticia Irías, comunicación personal, 22 de enero de 2020.
Cada uno de los migrantes posee imaginarios de vivienda y, en consecuencia, la adecúa de acuerdo a como quieren habitarla. Para ello disponen de objetos, colores y distribuciones que satisfagan sus gustos y necesidades. Cada vivienda es diferente y la singularidad la proporciona la identidad de quien la habita.
Conclusiones
La metodología cualitativa, etnográfica y fenomenológica aplicada, permitió que los migrantes expresaran el significado real de frontera desde su posicionamiento e imaginarios, lo cual es simbolizado en los procesos de territorialización de la vivienda y la ciudad, haciéndose entendibles a través de expresiones verbales y no verbales que cuentan sus propias experiencias y son plasmadas en sus dibujos y relatos, contribuyendo así a los estudios de frontera. Se origina un conocimiento a partir de las experiencias de quienes han migrado y se han establecido en el territorio de la frontera sur de México.
Los significados de frontera para los migrantes establecidos en la región Soconusco se dan a través de la apropiación de la ciudad y la vivienda como elementos simbólicos del territorio; se conjugan los conocimientos que las personas traen en su memoria de su país natal, los imaginarios que poseen como migrantes y que materializan como habitantes al establecerse en la frontera. Las ideas y sentimientos van generando arraigo, dando sentido a su vida cotidiana y a la construcción de un territorio fronterizo en el cual ellos participan a través del significado que le otorgan.
El significado de frontera se comprende a través de los procesos de territorialización en ella, los cuales son la expresión de los imaginarios de quienes la habitan. La vivienda y la ciudad constituyen símbolos que adquieren significado a través de las vivencias, memorias, recorridos y experiencias, las cuales generan emociones en los migrantes que dan un valor subjetivo y una percepción diferente para cada habitante.
Los migrantes establecidos en la frontera viven de manera modesta, en muchos casos en condiciones precarias, de hacinamiento, inseguridad y pobreza, sin embargo expresan estar mejor, más felices y tranquilos porque tienen mejores posibilidades para vivir. Sus condiciones no siempre son favorables, ya que la mayoría de los trabajos que desempeñan apenas abastecen el gasto diario. Aunque en el territorio fronterizo existe un gran flujo migratorio y una alta actividad comercial, no hay una estructura comercial que genere empleos con prestaciones legales ni que otorgue seguridad laboral, económica y social a la población en general.
Aunque en la mayoría de los casos el objetivo primordial de los migrantes no era quedarse en la frontera, muchos se han establecido, aunque siempre está presente la posibilidad de reanudar el viaje hacia Estados Unidos. Muchos perciben a la frontera como un territorio cercano a su antigua casa, lo cual se fortalece por las redes de comunicación que han facilitado el intercambio y la movilidad de personas y mercancías.
La frontera como territorio es apropiado, vivido, sensibilizado y arraigado, por tanto también es dinámico y flexible. La transformación de la vida cotidiana de las personas al desplazarse y vivir en diferentes territorios constituye, a través de sus experiencias, aportes valiosos para entender el proceso migratorio, pero también los procesos de significación de un territorio.