Introducción
Actualmente, la población de origen paraguayo se consolida como el grupo extranjero numéricamente más importante de Argentina, según el último censo poblacional del año 2010 (INDEC, 2010). No obstante ello, investigaciones locales desde diferentes disciplinas y enfoques no han sido abundantes en la temática (Halpern, 2009; Pacceca y Courtis, 2008). Dicha escasez es producto de un abordaje reciente de los procesos migratorios limítrofes y regionales, adjudicado en parte a dificultades técnicas de acceso a la información (Ceva, 2006, p.3). Éstos, aunque presentes desde los primeros registros censales hacia finales del siglo XIX, asumen mayor protagonismo desde mediados del siglo pasado hasta el presente.1
Dicha situación se presenta tanto a nivel nacional como de la región considerada, ubicada en la provincia de Santa Fe (centro norte de Argentina), y más específicamente en la ciudad de Rosario y alrededores, zona que condensa la mayor parte de población extranjera y limítrofe, al sur de aquélla. En tal marco, la población de Cabín 9, barrio del Gran Rosario, donde asentamos la mayor parte de nuestro trabajo de campo, en gran medida se ha conformado con migraciones internas, provenientes de las provincias de Chaco y Corrientes, y paraguayas, fundamentalmente a partir de la década de 1970.
Por lo que tales desplazamientos siguen el patrón general observado hacia mediados del siglo pasado para las corrientes internas y limítrofes en dirección a diferentes centros urbanos de Argentina (Buenos Aires, Córdoba, Rosario) en proceso de expansión económica y demográfica. Al mismo tiempo, los respectivos contextos de origen presentaron para entonces crisis políticas y económicas significativas que impulsaron la salida de estos contingentes poblacionales (Aruj, Oteiza y Novick, 1996; Meichtry y Beck, 1999; Cerrutti, 2009; Benencia y Karasik, 1995; Velázquez y Gómez, 2004).
Así, para la zona noroeste de Argentina se destaca que, bajo una estructura regional desigual, la crisis de las producciones yerbateras, madereras y algodoneras, ocasionaron una marcada reducción de la demanda y la consecuente expulsión poblacional. Ésta competía tanto a locales como a limítrofes, quienes se desplazaban para trabajar por temporadas en las economías fronterizas.
Respecto de Paraguay, de manera muy acotada diremos que en general tales desplazamientos corresponden a un modelo de explotación de recursos que consolida una fuerte desigualdad social, las consecuencias de oleadas sucesivas de crisis y violencia política, como ausencia del Estado en materia social (Arellano, 2005; Halpern, 2009; Mármora, 2004; Schembida, 2012). Tal panorama puede rastrearse desde la constitución del Estado paraguayo, tomando como hitos históricos centrales: la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), la Guerra del Chaco (1932-1935), la Guerra Civil (1947), el período dictatorial de Stroessner (1954-1989) y la fragilidad institucional del período democrático posterior, cuyo signo más actual ha sido la polémica destitución del presidente Fernando Lugo, en junio de 2012.
Sin poder abordar aquí las complejidades de todos estos procesos, pero teniendo en cuenta tal marco, señalamos que gran parte de los migrantes que contactamos arribaron a Rosario y zona de influencia en las décadas 1970, 1980 y 2000, y provienen de regiones rurales del Departamento Ñeembucú, ubicado al suroeste de Paraguay (por ejemplo localidades de Cerrito, Alberdi, Laureles y Pilar). En sus historias constatamos directa e indirectamente referencias a la realidad socioeconómica, y en ocasiones, política, que contextualizaron sus respectivas instancias de emigración e inmigración.
Así mismo, evidenciamos la presencia y funcionamiento de lazos parentales y de afinidad que permiten hablar de "cadenas migratorias" como elemento fundamental en las formas de emigración y de inserción de esta población. De ello se desprende el establecimiento de variadas redes de vínculos, que incluyen a locales y migrantes internos y constituyen el marco de vecindad y sociabilidad más próximo y activo. De modo que, sin un marco institucional preeminente nuestro acercamiento a campo estuvo signado principalmente por la intermediación de migrantes que avinieron a darnos un lugar en sus hogares e historias, así como de otros a los que también accedimos a través de un gradual proceso de generación de vínculos de confianza.2
En términos generales, por medio de las entrevistas y encuentros informales realizados, observamos que la instancia migratoria estuvo siempre enmarcada en un ejercicio comparativo entre ejes espacio-temporales: "allá", "acá"; "antes", "ahora". En tal línea, los contrastes establecidos entre los contextos de origen y destino (por ejemplo Chaco, Buenos Aires, Rosario y Cabín) tienden a desfavorecer la imagen del "allá" y hacer más coherente la situación emigratoria (Granero, 2012). En dicho cuadro se inscribe el recurrente tópico del "progreso", principalmente aludido en relación con la posibilidad de acceder a fuentes laborales en el contexto de destino y a una vivienda propia. Como señalan Gabriela, Elena y Esther:
[Gabriela] -Creo que todos vinimos buscando recursos [...] Allá no hay trabajo o se gana muy poco 3 (35 años, paraguaya, Rosario, julio de 2011). [Elena] -Ahí viví, crecí, estudié y tengo cuatro hermanas [en Pilar, Paraguay]. Ahora quedaron tres en Paraguay [...] Pilar es una ciudad, hay gente que es pobre, muy pobre. Hay otros que tienen algo para vivir, para comer, pero que no son como los ricos [...] Los políticos dan trabajo y no hay agencia de trabajo. En Paraguay hay trabajo para la gente que estudia. En Paraguay no hay trabajo de empleada doméstica (25 años, paraguaya). [Esther] -Y si hay, te pagan una miseria (48 años, paraguaya, Cabín 9, marzo de 2011).
Por otro lado, se destaca también la posibilidad del acceso gratuito y efectivo a la atención sanitaria en general, más allá de los inconvenientes, demoras y problemas propios de la atención pública en Argentina. El contraste aquí está dado por un acceso sanitario fuertemente limitado en el lugar de origen, tanto por no ser gratuito, como por deficiencias del propio sistema (Peralta y Perrota, 2005). Como en la cita previa, Elena menciona que: "La salud, un derecho difícil de adquirir. Vos tenés que pagar 25 pesos para que un médico te atienda. Si no los tenés no te atienden, no te llaman. Tenés un hospital regional donde vas y el médico te cobra eso, y si es una urgencia y no tenés dinero tampoco te llama".
Allá [Paraguay] no hay mucho público, eso creo que ya saben. No hay hospitales públicos. Hay, pero va más por el materialismo. Es como que, no tenés cinco pesos, no te podés comprar geniol [analgésico] y, bueno, te va a seguir doliendo [...] ¿A vos te parece que un país ajeno [Argentina] te lo regale así y tu país te diga andá a morirte a tu casa? [...] Si tenés plata vas al médico o farmacia si no, te arreglás (Silvia, 27 años, paraguaya, Cabín 9, agosto de 2011).
Por lo que, la afirmación "si no tenés plata te morís" aparece como un leitmotiv que acompaña otro, igualmente recurrente: "allá no hay trabajo". Estos contrastes son así mismo introducidos en diferentes ocasiones en conjunto con referencias a una "deuda" o "agradecimiento" hacia el "país ajeno" que brinda estas posibilidades. Hemos evaluado estas asociaciones en términos de la identificación de un derecho garantizado pero no correspondido (más allá de su reconocimiento jurídico por la vigente ley migratoria argentina), que se contrasta con el reconocimiento de derechos correspondidos pero no garantizados por el Estado paraguayo4 (Granero, 2013a).
No obstante lo antedicho, encontramos al mismo tiempo el caso inverso en el cual se destacan rasgos positivos que el lugar de origen presenta y representa respecto del o los contextos de destino. Con relación a ello, nos proponemos analizar aquí las connotaciones valorativas que los migrantes establecen respecto de la sociedad de origen, en contraste con las realizadas en torno al contexto de destino. Dicho análisis se desprende del mismo enfoque etnográfico y cualitativo desarrollado entre 2010 y 2013 con la población de migrantes paraguayos asentada en el área del Gran Rosario,5 basado en entrevistas abiertas y grabadas y observaciones con notaciones in situ y reconstrucción a posteriori.
Para tal objetivo, entendemos que los contrastes señalados forman parte de la elaboración de relatos migratorios como historia narrada desde un presente, en un doble movimiento retrospectivo y proyectivo sobre la base de referencias, si no fijas en sí (Chambers, 1995), necesariamente fijadas para tal elaboración (Granero, 2012). Estas referencias, en principio, se ordenan en tiempo y espacio, entre "allí", "aquí" y "antes", "ahora", si bien las líneas precisas que dividen el orden de los acontecimientos narrados sean movibles, es decir, se ajusten al contexto general aludido: por ejemplo, la referencia al inicio de la emigración en relación al presente de estos lugares o al presente del contexto inmigratorio; o bien, las diferentes instancias de desplazamiento, a través de las que pueden compararse las experiencias de vivir en Buenos Aires, Rosario, la frontera, entre otras.
A partir de este marco, pretendemos ahondar otros puntos referenciales y significativos para la estructuración de las trayectorias migratorias. La alusión a lo relatado asume que dicha estructuración no es sólo descriptiva de la forma de vida de los entrevistados, sino que adquiere su plena significación (e importancia para su abordaje) en la medida en que, como humanos, vivimos y pensamos a través de relatos. A nivel metodológico, en tanto estos relatos se organizan lógicamente, admiten también ser analizados desde un enfoque antropológico6 (Castaingts, 2011).
De modo que, desde las referencias que los migrantes realizan sobre sus trayectorias, abordaremos algunos elementos centrales en la elaboración de estos relatos migratorios, necesarios para la conformación de modalidades identitarias, como objetivo central de la investigación, de cuyo abordaje surge esta colaboración. Consideramos así mismo que esto nos permite evidenciar las diferentes dimensiones en que atraviesan tales trayectorias y analizar sus contradicciones fundamentales, en especial, cómo éstas son elaboradas a través de una ambigüedad valorativa, según Sayad (2010a).
Valoraciones positivas
En primer lugar, consideraremos esquemáticamente la caracterización valorativa positiva del contexto del origen con relación al de destino desde nuestro material de campo. Para ello distinguimos los siguientes temas:
Ambiente rural y alimentos producidos versus comercializados.
"Tranquilidad" versus "inseguridad".
Solidaridad versus desconfianza.
Fiestas populares y familiares que implican una "mayor diversión".
Remedios "más efectivos" y alimentos "más ricos".
1) El primer punto aparece recurrentemente en las trayectorias más antiguas, en las que la referencia al contexto de emigración ("allá", "antes") conlleva la posibilidad de disponer de forma directa alimentos producidos, los que son, a su vez, especialmente valorados como "sanos". Ello contrasta con el posterior avance de la tecnificación de la agricultura sobre dicho espacio productivo, generando el desplazamiento campesino y trastocando tales posibilidades (Marshall y Orlansky, 1981). Así como también se diferencia de las actuales condiciones de alimentación en el contexto de destino urbanizado. Por lo que, si el contexto de destino contrasta significativamente respecto del acceso a la atención sanitaria pública, por otro lado la alimentación resulta menos saludable y puede producir enfermedades. Así, Pedro, Liliana y Esther agregan que:
[Pedro] -[Allá] Alcanza bien y una verdura sana, porque vos te vas a cortar allá a la planta y traés (77 años, paraguayo, Rosario, julio de 2005). [Liliana] -En Paraguay trabajaba de una señora para cuidar su hijo, mientras ella trabajaba en la chacra ordeñando y haciendo quesos. Carnea y hacen charque y me daba eso para llevarle a mi abuela: leche, queso, grasa de chancho y grasa de vaca. Porque aceite, fideos, todo eso se usaba antes para un cumpleaños no más, si no, no [...] y por eso es que los chicos de allá nadie enfermo y se cría descalzo. Porque ¿de dónde vamos a sacar para comprarle? (76 años, paraguaya, Cabín 9, abril de 2011). [Esther] -No, nadie anémico, no hay (48 años, paraguaya). [Liliana] -Sarampión no más, el resfrío casi no les agarra. No sé por qué un poquito y acá siempre se resfrían. Eso que dicen pata de cabra7 acá, allá no hay nada.
2) Respecto del segundo punto, debemos aclarar que las referencias a situaciones de violencia callejera y robos en general forman parte de los comentarios habituales y cotidianos de los residentes de Cabín, como también podríamos encontrar en otros contextos urbanos de Argentina. Ello, dado que se trata de una situación que excede ampliamente el contexto barrial y se instala como problemática compleja sólo es aludida aquí como trasfondo que atraviesa la experiencia migratoria y genera referencias significativas para nuestra lectura en tanto forman parte del ejercicio comparativo respecto de los contextos de origen. Por ejemplo:
[Carlos] -Allá tenés la libertad y la seguridad del mundo, ¿entendés? Si vos conocés Paraguay, te dormís afuera, dejás las cosas afuera [...] Yo viví en la villa [Rosario] y me robaron todo ahí. Ahora hace dos años de eso [...] porque confié primero (27 años, paraguayo, Rosario, octubre de 2013)." [Elena] -¡Ayer me robaron! (Cabín 9, abril de 2012). [Romina] -Se vive mucho con miedo. Porque eso en Paraguay no hay, robo no hay (21 años, paraguaya). [Esther] -Eso, robo no hay. Vos podés dormir en la vereda y ahí te vas a encontrar [...] la gente duermen afuera cuando hace calor [...] Se conocen todos. [N[E]] -Acá es más grande y más gente. [Esther] -Y más desconocido [...] Pero entre nosotros nos conocemos todos. [Romina] -Porque casi todos son, venimos de la misma parte. [Esther] -Porque nosotros al mirar ya sabemos que ese es paraguayo, paraguaya. Al mirar [risas] y, como me mira a mí también, ya dice, "esa es de ahí". [G[E]] -¿Y qué se extraña de allá? (Cabín 9, noviembre de 2012). [Elena] -Más tranquilo, más diversión. [Esther] -Una tranquilidad, tus cosas todas afuera, nadie te roba. Acá tenés que estar. [Elena] -Sí, no podés salir ni ir a pasear, porque vos sabés que vos te vas y te van a entrar a robar y te perjudica. [G[E]] -¿Y en Asunción?. [Ignacio] -En Asunción sí (26 años, paraguayo). [Elena] -En Asunción ya es otra cosa, es una capital. [Ignacio] -Más grande. [Esther] -Más robo, ahí sí. [Elena] -Sí, pero adonde estamos nosotros no, porque todos se conocen.
3) Lo anterior nos lleva a este punto: frente a un espacio urbano concebido como "ajeno", signado por el desconocimiento y la hostilidad, se contrapone una imagen del lugar de origen como espacio "propio", enmarcado en relaciones de parentesco y vecindad y prácticas de solidaridad. Ello se asienta en parte en el contraste entre ciudad y pueblo, a partir de un postulado subyacente por el cual a mayor cantidad de gente, menor conocimiento y compromiso mutuo. Por otro lado, a través de las fronteras nacionales se plantea una identificación entre territorio, comunidad y marco cultural, que compone la idea moderna de nación (Anderson, 1993). De este modo, la urbanización rosarina representa tanto la agregación poblacional y sus consecuencias negativas, como también, la comunidad nacional frente a la cual se define, frontera mediante, la condición de extranjeridad. Ambas propiedades dan así contenido a la caracterización de este contexto como ajeno.
De forma complementaria, las referencias generales al contexto de origen sugieren una idea de comunidad anclada en un consenso valorativo y vínculos de confianza y reciprocidad. Entonces, a la indiferencia propia de las grandes urbanizaciones se agrega la caracterización valorativa "propia" de los nacionales (solidarios versus egoístas), reproduciendo la identificación política, territorial y cultural de la nación en sus integrantes.
[N[E]] -¿Qué vas a hacer después [que nazca el hijo]? ¿Vas a seguir trabajando? (Cabín 9, abril de 2012). [Elena] - No sé todavía qué voy a hacer. [Esther] -Y tiene que quedar a criar y dar pecho. [Romina] - Sí, chiquititos. Acá no es como Paraguay que le vas a dejar a tu mamá, que le vas a dejar a tu vecino y que te van a cuidar. [Esther] A lo mejor ella sí, pero no todos son como ella. Después, acá yo no veo ningún vecino que se llevan, ni que va a venir a preguntarte cómo amaneciste o cómo estás. No es como allá. [Elena] -Es más familiero, la gente. [Romina] -Sí, la gente se preocupa por vos, ve que por ejemplo te estás rascando y va a venir al otro día y pregunta. [Elena] - ¡Acá noo! Acá, la gente, arreglátela. Pero no es uno, ya con la familia son así, ya entre ellos no se dan bola. [Romina] -Son buenos los argentinos pero no son como los paraguayos [...] Somos más, nos adaptamos más entre nosotros y el argentino no sé si tiene miedo de salir a hablar con alguien o estar, compartir, con alguien. [Elena] - Son más mal llevados [...] egoísta, eso es lo que tienen [...] Alguno [paraguayo] cambia. Hay mucha persona que yo conozco cuando yo llegué era muy familiero y de repente cambia uno para el otro día. [Romina] -Tal vez porque se adaptaron los de acá y ya. [Esther] -No, es muy distinto, ya no es más como allá, ya cambió.
4) La celebración de diversas fiestas populares, religiosas e incluso familiares enmarcan en muchas ocasiones los viajes y visitas al lugar de origen. Entre tales eventos se destacan: Semana Santa, Navidad, fin de año y las fiestas marianas, especialmente Caacupé (8 de diciembre). Más allá de la efectiva participación en fiestas similares en el contexto de destino (Halpern, 2009; Barelli, 2011), aquí destacamos que la referencia a aquellas se presenta en un nivel supra ordinado o jerarquizado respecto de las locales. La propiedad que las distingue especialmente (por ejemplo, "mayor diversión" o mayor movilización religiosa), destaca estos eventos por sobre sus homólogos locales. Consideraremos que ello se presenta como otra faceta de la construcción referencial del origen y de la comunidad nacional ligada al mismo: "Los paraguayos van todos a las fiestas para allá, para Paraguay [...] Viajás para las fiestas siempre" (Ignacio, Cabín 9, noviembre de 2012). En otra ocasión Esther nos recuerda que en Paraguay, para las fiestas patronales "van de todos lados. Ahora en octubre debe estar terminando la Virgen del Rosario, ahí de donde es mi suegra, se juntan. Y me dijeron que en enero, el 22, se pone lindo en Asunción. Mi suegro viaja siempre. Ahí cantan, van grupos, de todos lados, bailan" (Cabín 9, octubre de 2012).
Lo que se van muchos argentinos es Itapuá, la Virgen de Itapuá [...] Antes era más popular. La mayoría se iban para joder8. Hay personas que sí, que se van y cumplen su promesa, pero mucha que no [...] Porque viste que te vendían bebidas, tenía esos juegos. Ahora se prohibió totalmente hace seis, siete años que no, ni un trago de alcohol por el camino. Te controlaban todo por el camino [...] Son como 16 kilómetros cuando nosotros nos íbamos, que vas caminando, y hay muchos que vienen 30, 40, 60 kilómetros caminando. Se sale un día antes. [...] Y son gente que cree. Porque viste que la Virgen de Caacupé, hay mucho que se van en bici [...] Imagínate lo que es Julio (24 años, paraguayo, Cabín 9, julio de 2012).
En otra ocasión Romina relata sobre la fiesta de Caacupé:
[Romina] -El año pasado me fui en Caacupé [...] Hermoso es, lástima que no me traje la camarita que sacamos tantas fotos ahí [...] Es pueblo grande, bastante grande [...] Allá tenemos Caacupé y, lo que yo conozco, en Itapuá [...] es la Virgen ahí. [...] Pero después que seguro en cada parte está 9, para mí que sí [...] Para nosotros por ejemplo es muy grande, o sea, para nosotros es todo la Virgen de Caacupé, es la madre más para nosotros [...] Que cada parte, para mí, acá es, ¿Luján? (Cabín 9, abril de 2012). [N[E]] -Sí, bueno, acá en Rosario, tenés la Virgen del Rosario. En Buenos Aires convoca mucho la Virgen del Luján. [Romina] -Es así [...] el 8 de diciembre vos no vas a poder ir allá es tanta gente.
5) Finalmente, el último punto da cierre al cuadro expuesto. La identificación de remedios "más efectivos" y alimentos "más ricos" instaura la idea de una calificación positiva dada por el estrecho vínculo con el origen. En tal sentido, sostenemos que la relación metonímica con el origen amplifica la eficacia de estos elementos, distinguiendo sus propiedades, ya sean terapéuticas o relativas al sabor y al placer de su consumo. Así, Esther nos señala que "Allá hacen la chipá guazú con mucho queso, riquísimo. Todo el día comiendo chipa [...] La mortadela de allá también tiene otro gusto, es más rica. A mí me gusta, qué se yo" (Cabín 9, septiembre de 2012). Mientras que su hija Bárbara recuerda cómo su abuelo "cada vez que viene para acá trae. No te dejan pasar, pero él trae en su bolso. Le trae a mi hermana y ella hace los mismos remedios que hacen allá" (Cabín 9, mayo de 2010).
[Bárbara] -Capaz que este año me voy para Semana Santa, a comer sopa, chipá. En Semana Santa hacen esas cosas y queso casero. Mi hermana tiene todo para hacer queso casero. [Esther] -Yo me fui en diciembre y para febrero. Cuando vamos comemos esas cosas. Vamos a ver si mi hermana me trae el queso para hacer la sopa Adela (45 años, paraguaya, Cabín 9, agosto de 2010).
Por último, Tita, nos reafirma que "Cada tanto querés ir [...] siempre queda un pariente. Querés ir a comer la comida [...] si se puede, traer alimentos: queso, poroto, maíz, que la familia te da. Acá se consigue pero uno que quiere traer de allá" (Rosario, noviembre de 2010).
De modo que, a partir de los contrastes indicados, entre origen y destino se evidencia un déficit, es decir, una subordinación de lo local actual (acá-ahora) al referente original (allá-antes). De forma transversal, la elaboración del referente comunidad (tercer inciso) articula y comunica ambos contextos informando la producción y el traslado de elementos y eventos originarios y, desde allí, la reelaboración de lo espacial en el contexto de destino como un lugar propio (Sassone, 2007). Así, en determinados contextos referenciales, la gradualidad se polariza en términos más discretamente opositivos, tal como sugieren las clasificaciones ancladas en el orden nacional (Sayad, 2010a): nacional/extranjero, propio/ajeno, etcétera; esto es, a la relación de ordinación se contrapone una relación de oposición: externalidad/internalidad.
Ambigüedad valorativa
"Allá le pagan 15 pesos en un día. Paraguay es muy triste en ese sentido, pero yo lo quiero porque es mi país" (Silvia, 27 años, paraguaya; agosto de 2011). De lo anterior se destacan referencias que pueden presentarse en forma contrastiva e incluso contradictoria si las leemos apresuradamente. En relación con el primer punto del apartado anterior, se contrasta en el lugar de origen, la referencia a una salud cuidada a través de la alimentación, con la de una salud descuidada en función del no acceso a los servicios médicos. A la vez que la insalubridad de la alimentación comercializada en el contexto de destino (urbanizado), contrasta con el acceso a la atención sanitaria pública.
Luego, encontramos que el término "tranquilidad" alude a dos sentidos que son usados alternativamente. Por un lado, referente a la inseguridad en el contexto de destino y la ausencia de robos en el de origen. Por otro lado, con relación al acceso laboral y la posibilidad de percepción económica, relativamente permanente en el contexto inmigratorio ("hay trabajo"), frente a un acceso limitado en el contexto emigratorio ("gastás y no lo recuperás"). La propia Esther nos remarca: "Yo llevé 700 pesos [a Paraguay] y no traje nada. Me gasté todo, porque allá tenés que comprar todo, porque si no tenés plata no comés [...] No lo recuperás más. Acá trabajás una semana y seguro que lo vas a cobrar más que lo que allá [...] " (Cabín 9, octubre de 2005).
Por lo que, tomando esta faceta, ambas referencias presentan como punto común la pérdida o adquisición de capital económico que conforma el contrapeso de la situación emigratoria general de carencia. Dicho capital adquirido, también constituye una dimensión del lugar propio y de las posibilidades, aunque limitadas, de autonomía dentro de la trayectoria migratoria. De modo que, si el contexto de destino ofrece la posibilidad de reproducción material (y, por tanto, de cierta autonomía), por otro lado, también la pone en riesgo.
Finalmente, la valoración negativa del origen a la que aludimos en la introducción, centrada en la limitación de la reproducción material y la restricción de derechos básicos, contrasta con las propiedades positivas y excepcionales del plano vincular y de otros elementos ligados al origen. Por un lado, el trasfondo vincular sustenta el contraste entre dos imágenes contrapuestas: un espacio ajeno (urbano, extenso, desconocido, hostil) y un espacio propio (pueblerino, pequeño, conocido y solidario).
Entre ambos espacios se delimita un referente de comunidad a partir de atributos ligados al origen nacional, el consenso valorativo y el reconocimiento común. Por otro lado, los alimentos, remedios y contextos festivos de origen son distinguidos de los reproducidos en el contexto local por la jerarquización de su efectividad. Podemos resumir de forma aproximada en el siguiente Cuadro las valoraciones aquí introducidas:
Por lo expuesto hasta aquí, coincidimos con Sayad (2010a) al señalar que la situación desdoblada del inmigrante-emigrante se traduce a nivel discursivo en la recurrente oposición entre el lugar de origen y el de destino. Esta puede asumir una doble faceta que condensa lo negativo y lo positivo de la experiencia migratoria: la sociedad urbana de destino se presenta como la oportunidad, frente a un origen marcado por la carencia.
Al mismo tiempo, se invierte el signo para expresar otra faceta de la experiencia vivida, como la discriminación y el desarraigo, por un lado, y la nostalgia y el retorno, por el otro. Esta ambigüedad valorativa se organiza en contextos articulados: el destino tiende a ofrecer lo que el origen carece, y viceversa (Figura 2).
Se expresan allí diferentes dimensiones en que es concebida la experiencia migratoria; éstas implican contradicciones que son ordenadas en contextos diferenciados: nostalgia y retorno versus emigración (carencia-limitación) y permanencia (oportunidad-posibilidad). Su articulación, en la medida en que no se consolide institucionalmente, es sólo parcial y se encuentra dada a través de la sucesión de relatos fragmentarios que "enmascaran" las fuertes tensiones que atraviesan las experiencias de migración (Bourdieu y Wacquant, 2000), sintetizadas por Sayad en términos de una "doble ausencia".
Frente a ello, el relato migratorio oculta en su ambivalencia los vacíos, las ausencias y los fragmentos de experiencias y expectativas truncas. Su eficacia consta de aunar la dispersión de lo vivido en pos de un hilo argumental y un ordenamiento que se sirve, no obstante, de contextos diferenciados.
La imposibilidad de una síntesis tal en la esfera política e institucional de los Estados nación se evidencia en la medida en que las fronteras establecidas atraviesan y ordenan, de modo fundamental, la experiencia de los migrantes en la sociedad de origen y en los diversos contextos de sus trayectorias, así como la definición que de éstos se formulan los diferentes marcos societarios. De tal modo, frente a la oposición origen/destino se instaura como tercer término un espacio cuya definición está en tensión con el orden nacional de los Estados nación, que hegemonizan la producción de nominaciones, sus efectos en las formas de inscripción social y las "sociedades", como amplios referentes en los cuales se incluyen diversos ámbitos de circulación e interacción.
En dicho espacio, incómodamente pensado desde las categorías burocráticas, se formulan las posibles síntesis (difícilmente instituibles, esto es, admitidas por el orden político hegemónico) de la situación de emigración-inmigración, como formas de inscripción social e identitarias por parte de los migrantes, que asumen, entonces, una posición periférica o menos autónoma (Sayad, 2010a).
Hemos visto, entonces, que la valoración positiva del origen es asociada fundamentalmente a una vinculación comunitaria, mientras que lo destacado como positivo en el contexto de destino, es la oportunidad económica y el acceso a derechos sociales básicos (salud y educación). Inversamente, lo negativo en ambos contextos se expresa principalmente como carencia o déficit: de solidaridad y eficacia en el contexto inmigratorio y de reproducción material y derechos en el emigratorio.
De modo que, la posibilidad de articulación de ambos contextos (a través de los vínculos, prácticas y elementos que los identifican) procuraría aproximar los fragmentos de una ciudadanía plena que implica también la definición y afirmación del lugar en el entramado social (derechos identitarios). Tal búsqueda, en última instancia, se encuentra con una contradicción fundamental ligada a las bases del orden nacional, como se ha anticipado: "no hay presencia en un lugar que no implique ausencia en otro, no hay inserción ni integración en el lugar de presencia que no implique des-inserción o des-integración en ese otro lugar que ya no es sino lugar de la ausencia y lugar de referencia para el ausente" (Sayad, 2010b, p.268).
Conclusiones
La situación de migración precisa y genera nuevos y diversos referentes que no pueden reducirse a ninguno de los marcos nacionales a ambos lados de la frontera, pero tampoco desprenderse de la demarcación inicial que éstos imponen al definir la situación de extranjeridad y de pertenencia (relación de externalidad/internalidad). En esta referencialidad construida, en muchos casos a través de espacios de intercambio (fiestas religiosas, redes laborales y sociales, etc.) que aquí sólo mencionamos, se actualiza la ideación del "origen" y de la "nación" como ecos de la comunidad imaginada (Anderson, 1993). Tal formulación es necesariamente dinámica, "instituyente" (Lapassade, 1977) y asume formas variantes, a las cuales sólo pretendimos aproximarnos.
En este trabajo, vimos que el cuadro de representaciones valorativas y sus posibles articulaciones dan cuenta de la conformación de tópicos centrales en la elaboración de la trayectoria migratoria, individual y colectiva, relativos al contexto de origen y destino que resumimos en la Figura 2, basándonos en los aportes de Sayad.
Llegados a este punto, podemos concluir que, con relación a la conformación valorativa de los contextos de origen y destino, se presentan formas "resolutivas" a nivel simbólico en la elaboración de los relatos migratorios que se contraponen a las condiciones de emigración, marcadas por el desplazamiento forzado, y de inmigración, atravesadas por la exclusión y la pobreza, pero también por el empeño y por claras expectativas de "progreso". De modo que podemos resumir lo analizado en tres puntos centrales:
El desarrollo de cierta autonomía como expectativa general, dada a través de la adquisición de capital económico y el desarrollo de redes socio-laborales (Granero, 2014).
La concepción del lugar propio como "deudor" permanente del Estado y la sociedad receptora que precisa, por ejemplo, "donar" de fuerza laboral precarizada como forma de legitimación10(Granero, 2013a).
La formulación de una ambigüedad valorativa que enmascara y reconstruye los trazos de una "ciudadanía fragmentada" (vs. "ciudadanía plena"), dada entre el acceso a derechos civiles, vinculados a las condiciones básicas de reproducción material, y a la identidad y pertenencia, dadas en un plano político-cultural, como ciudadanos, extranjeros o migrantes, y expresada en los circuitos de intercambio y en la representación de comunidad.
Por último alegamos que, pese a ajustarnos a nuestro referente de análisis y al registro etnográfico dispuesto, las consideraciones realizadas a partir del análisis de lo valorativo y la construcción de las trayectorias migratorias se inscribe en un campo de debate más amplio que, desde los aportes de A. Sayad, permite establecer preguntas que exceden lo singular del caso y se conectan con aspectos generales o generalizables de la experiencia migratoria de muchos contingentes actuales y pasados. Aspiramos a haber contribuido en este sentido, sin dejar de anclarnos en nuestro marco de investigación en concreto; apostando a una discusión cada vez más abierta y enriquecedora del fenómeno migratorio que, particularmente, desde nuestra disciplina, comprendemos en la tensión entre lo general y lo particular, lo ajeno y lo propio.