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Política y gobierno

versión impresa ISSN 1665-2037

Polít. gob vol.26 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2019  Epub 26-Jun-2020

 

Notas de investigación

El giro a la izquierda en los parlamentos latinoamericanos. ¿Cuándo y cómo se dio?

The Turn to the Left in the Latin American Parliaments: When and How did it Happened?

Aldo Adrián Martínez-Hernández* 
http://orcid.org/0000-0002-2130-6901

Asbel Bohigues** 
http://orcid.org/0000-0002-9875-7743

* Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca, España. Investigador del Instituto de Iberoamérica, España, y profesor-investigador asociado del Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Av. Universidad 940, Ciudad Universitaria, 20131, Aguascalientes, México. Tel: 44 9424 7347. Correo-e: aldomaher@usal.es.

** Investigador predoctoral en Ciencia Política de la Universidad de Salamanca, España. Miembro del equipo de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas, Universidad de Salamanca (PELA-USAL). Área de Ciencia Política y de la Administración, Facultad de Derecho, Universidad de Salamanca. Campus Miguel de Unamuno s/n, 37007, Salamanca, España. Tel: +34 92329 4400, ext. 1617. Correo-e: asbogar@usal.es.


Resumen:

En las últimas décadas en América Latina se ha vivido un proceso de giro a la izquierda, y parece que ahora estuviera confirmándose un giro a la derecha en la región. No obstante, el análisis de dichos giros se h centrado sobre todo en las presidencias, obviando la situación de los legislativos. En este artículo se atiende a supuesto giro a la izquierda en los parlamentos latinoamericanos, con el propósito de identificar cuándo se di ese giro, si es que efectivamente llegó a tener lugar en toda la región. Lo anterior se realiza a través del análisis di las actitudes y preferencias de los legisladores en los últimos veinte años de cambio político.

Palabras clave: legislativo; giros ideológicos; izquierda; América Latina

Abstract:

In recent decades, Latin America has gone through a left turn, and nowadays it looks as if there is right turn. Nevertheless, the analysis of these turns has been focused on presidencies, leaving out the situation of Legislative Powers. In this work we pay attention to the alleged turn to the left in Latin American Parliaments, with the purpose of identifying when this turn occurred, and if it took place all over the region. In that sense, we consider the attitudes and preferences of deputies during the last twenty years of political change.

Keywords: legislative; ideological turns; left; Latin America

Introducción

En 1998 Hugo Chávez Frías ganó las elecciones presidenciales en Venezuela. Este año da inicio a lo que se ha conocido como el giro a la izquierda en América Latina, en el que algunos países de la región comenzaron a posicionarse a la izquierda y a abandonar las políticas propias del Consenso de Washington. La idea que transmite este concepto es que luego de más de una década de gobiernos de derecha y políticas neoliberales, distintas fuerzas políticas de izquierda se han hecho con el poder, siempre por la vía institucional-electoral (Alcántara, 2016).

En términos generales, ha imperado la visión de que el giro se ha extendido por toda la región latinoamericana. Además, los estudios que lo han abordado se han centrado casi exclusivamente en la presidencia; entendiendo con ello que, si la izquierda gana el Poder Ejecutivo, el país es considerado como un integrante del grupo del giro a la izquierda. En este sentido, como señala García Díez (2016), en este grupo de países se han tomado como referencia los casos de las victorias presidenciales de Lula da Silva (2002) en Brasil y Néstor Kirchner (2003) en Argentina, además del caso del chavismo en Venezuela, a los que posteriormente se sumaron los casos de Evo Morales (2005) en Bolivia, Rafael Correa (2005) en Ecuador, Tabaré Vázquez (2004) en Uruguay y Daniel Ortega (2006) en Nicaragua. Esta nueva coyuntura de izquierda brindó un argumento potente para articular una respuesta de política exterior medianamente homogénea e inédita de la región (Alcántara, 2016). En este sentido, no sólo cambió quién gobernó América Latina respecto de la década de 1990, sino también cómo.

Los cambios de ciclo en América Latina pasan inexorablemente por las elecciones y su centralidad como mecanismo de acceso y abandono del poder (García Díez, 2016). El punto de inflexión en esos ciclos han sido las elecciones presidenciales, debido al propio diseño institucional de los países latinoamericanos. Las menos de las veces los análisis se han centrado en las políticas implementadas por los gobiernos para discernir si ha habido o no un cambio, y la intensidad de éste. Si se siguen políticas públicas de derecha difícilmente podría hablarse de cambios a pesar de que el partido o candidato ganadores sean de izquierda, algo que ya ha ocurrido en la región (Stokes, 2001).

Del mismo modo, han recibido poca atención los parlamentos, la contraparte política del presidente y lugar de representación de la sociedad por excelencia. Siguiendo con el ejemplo que comienza esta introducción, aunque Chávez se hizo con la presidencia en 1998, no es hasta las elecciones de 2000 cuando su partido, el Movimiento V República (MVR), se hizo con la mayoría en la recién creada Asamblea Nacional. Por lo que un análisis sobre el giro a la izquierda en América Latina que obvie el nivel legislativo queda incompleto.

El presente trabajo pretende suplir este vacío en la literatura con evidencia empírica sobre los giros ideológicos en los congresos, asambleas y cámaras de los países latinoamericanos. Así, se pretende matizar el giro a la izquierda incorporando al análisis a los legisladores en tanto actores políticos fundamentales, y comprobar en primer lugar si tal giro ha ocurrido en el Poder Legislativo. En segundo lugar, comparar el giro en el Poder Ejecutivo con el giro en el Poder Legislativo para poder identificar y calibrar el grado de consistencia del supuesto giro a la izquierda latinoamericano. Al fin y al cabo, para poder hablar de un giro a la izquierda consistente, es de esperar que éste tenga lugar tanto en la presidencia como en el parlamento.

En tercer lugar, este análisis permitirá matizar y hasta cierto punto cuestionar, con evidencia empírica, el supuesto giro a la izquierda en la región, a la vez que se ponen de manifiesto las inconsistencias ideológicas acaecidas en la región en años recientes. Más allá de quién ocupe la presidencia, han de tenerse en cuenta también las posiciones ideológicas de los legisladores si se quiere hablar de un giro a la izquierda. Con lo anterior, el texto no sólo tiene un objetivo eminentemente empírico y descriptivo que ayuda a entender las dinámicas ideológicas de los países de la tercera ola de la democratización, sino que presenta argumentos metodológicos sobre las posibles explicaciones causales en la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo; lo cual atiende a una dimensión analítica y teórica para el estudio de los sistemas presidenciales, que presta especial atención a la estructura ideológica de dichos sistemas y la interacción entre los poderes del Estado, además de que atiende la consideración relacionada a la dualidad de la legitimidad de la representación, en este sentido, desde el rasgo ideológico de ambos poderes en sistemas presidencialistas (Mainwaring y Shugart, 1994; Mainwaring, 1995; Lijphart, 2003; Linz, 2013).

El artículo empieza con una revisión de la literatura sobre la izquierda latinoamericana. Luego se presenta la metodología utilizada, en la que destaca el análisis estadístico factorial y multivariante con datos procedentes de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas-Universidad de Salamanca (PELA-USAL). A continuación se procede a identificar en qué países las presidencias han manifestado giros ideológicos y cuáles parlamentos, utilizando dicha evidencia empírica, han girado a la izquierda o a la derecha de la escala ideológica, en especial identificando cuándo ha ocurrido. Habiendo identificado los giros ideológicos en los Poderes Ejecutivo y Legislativo se procede a compararlos y calibrar la consistencia de dichos giros: si ambos poderes han girado en la misma dirección ideológica o si lo han hecho en direcciones opuestas. Finalmente hay un apartado de conclusiones.

El giro a la izquierda en América Latina

El estudio sobre el giro a la izquierda o, más bien, el resurgimiento de la izquierda tiene su referencia en el trabajo de Levitsky y Roberts (2011). Este giro es una etapa más en los ciclos políticos y económicos latinoamericanos, que transitan del modelo proteccionista e intervencionista, la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) (Kitschelt et al., 2010), hacia el Consenso de Washington, al inducir el modelo neoliberal centrado en la apertura exterior, el control de la inflación y la reducción del Estado (Paramio, 2006). Cada vez que fracasaba un modelo surgía otro como alternativa. Así, cuando el Consenso de Washington y sus medidas dejaron de producir un buen desempeño socioeconómico y político surgió una alternativa de izquierda, caracterizada por la búsqueda programática de la reducción de las desigualdades sociales y económicas propias de la competición del mercado (Arnson y Perales, 2007; Cameron y Hershberg, 2010). De esta manera los partidos de izquierda buscaban utilizar la autoridad pública para redistribuir la riqueza y los ingresos, erosionar las jerarquías sociales, luchar contra la pobreza y la concentración de la propiedad privada y así fortalecer las voces de los grupos desfavorecidos en el proceso político (Levitsky y Roberts, 2011).

La izquierda frente al neoliberalismo: La causa aparente

La serie de victorias en elecciones presidenciales de partidos y candidatos de izquierda fue una tendencia en América Latina: en 2009 dos tercios de la población latinoamericana vivía bajo gobiernos inclinados hacia la izquierda. En cuanto a las causas, de acuerdo con Castañeda (2006), el giro a la izquierda se habría dado, en primer lugar, por el fin de la Guerra Fría, ya que Estados Unidos dejó de preocuparse por considerar a la izquierda latinoamericana y sus gobiernos como posibles inferencias de la Unión Soviética. A esto se suma la consolidación de la democracia y la persistente desigualdad en el continente porque "dondequiera que coexisten democracia y desigualdad los gobiernos suelen gravitar hacia la izquierda" (Nasi, 2007: 164). Sin embargo, las clases más populares no siempre apoyan a los gobiernos de izquierda, tal como reflejan los casos de Menem y Fujimori.

El tipo de modelo económico anterior también habría influido. El neoliberalismo representado por el Consenso de Washington, como eje central de las nuevas políticas económicas frente a la crisis del modelo del ISI, implicó un gradual, pero firme proceso de liberalización de la economía, con el acento en el libre comercio y en la libre circulación de capitales, desregulación, y reducción del Estado (Alcántara, 2016), y tuvo como consecuencias un panorama de bajo crecimiento económico, pobreza, desigualdad y desempleo. Todo esto sin olvidar que en ese periodo se había colapsado la Unión Soviética como alternativa político-económica a Estados Unidos y la economía de mercado. Todo indicaba que la única alternativa era dicho consenso (Levistky y Roberts, 2011); de hecho, para muchos, "la izquierda se había desvanecido en la América Latina posterior a la Guerra Fría" (Colburn, 2002: 72).

Sin embargo, para finales de 1990 el fracaso de los gobiernos neoliberales para responder a las necesidades sociales permitió a partidos y movimientos repolitizar la desigualdad y resituar las políticas redistributivas en la agenda (Luna y Filgueira, 2009). Además, en este resurgimiento de la izquierda, una gran parte de ésta había aceptado plenamente la democracia liberal e incluso a veces postulados del capitalismo, lo que disminuye la percepción de riesgo o amenaza por parte de la élite hacia gobiernos de este corte ideológico (Castañeda, 1993).

Cabe decir que algunos presidentes electos a través de plataformas más o menos de izquierda en las décadas de 1980 y 1990, dieron su propio giro hacia políticas neoliberales, haciendo caso omiso de las promesas de campaña y los programas electorales (Stokes, 2001). Esto habría profundizado, todavía más, el desencanto con la política y los partidos: no había, aparentemente, alternativa al Consenso de Washington dentro del sistema político. De hecho, como afirma Arditi (2008), no es casual que la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) escogiera como tema marco de su congreso de 2007 "¿Qué viene después del Consenso de Washington?".

Arditi (2008) incluso va más allá, al afirmar que la resistencia al neoliberalismo convergería con esfuerzos por ir más allá del marco liberal de la democracia. La idea expresada en "que se vayan todos", funcionaría como indicador de esta convergencia, como síntoma de una dimensión posliberal presente en el giro a la izquierda al igual que las elecciones y la representación partidista. Un argumento similar es esgrimido por Wolf (2013) cuando afirma que los nuevos regímenes de izquierda con vocación refundacional pretenden superar los marcos de la democracia liberal clásica, e implementar un modelo más participativo con énfasis en los derechos colectivos.

En cuanto a la movilización de la izquierda previa al giro, tal como afirma Nasi (2007: 165, citando a Esping Andersen, 1990: 17), "la movilización de los sectores menos privilegiados de la sociedad no son monopolio de la izquierda. Los actores como la Iglesia o los partidos nacionalistas también han tenido, históricamente, esa capacidad movilizadora". Sin embargo, esa movilización de estos sectores desde 1990 fue canalizada y aprovechada por candidatos, partidos, movimientos y plataformas de izquierda.

Distintas izquierdas

Si la región es heterogénea, también lo es la izquierda. No es lo mismo el gobierno de Bachelet en Chile que el de Chávez en Venezuela, y ambos son considerados de izquierda. La literatura ha defendido la idea de que existen dos izquierdas: moderada y radical (Weyland, 2010), moderada y contestataria (Weyland, Madrid y Hunter, 2010) o socialdemócrata y populista (Panizza, 2005). Castañeda (2006: 32), con base en la definición de la izquierda como: "corriente de pensamiento, política y policy que coloca el mejoramiento social por encima de la ortodoxia macroeconómica, la distribución igualitaria de la riqueza sobre su creación, la soberanía política sobre la cooperación internacional, la democracia (al menos cuando está en la oposición, aunque no necesariamente una vez que llega al poder) sobre la efectividad gubernamental" distingue entre "buena" y "mala" izquierda.

Por un lado, la izquierda "radical" se caracteriza por el liderazgo personalista, el populismo, políticas económicas estatistas y una manera más autoritaria de gobernar, mientras que la izquierda "moderada" está institucionalizada en partidos, orientada al mercado, es transparente y democrática (Castañeda, 2006; Levitsky y Roberts, 2011: 12). En el primer grupo estarían Lula da Silva, Michelle Bachelet o Tabaré Vázquez, y en el segundo Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y los Kirchner. En este sentido, Chávez, Rodríguez y Barrett (2005: 31-37) matizan esta diferenciación al hablar de una nueva izquierda diferenciada de la histórica: a) en cuanto a la estrategia organizativa, que pasó del partido de vanguardia a los frentes amplios y movimientos sociales. La nueva izquierda consta de coaliciones de organizaciones relativamente autónomas entre sí, que han unido fuerzas para lograr un objetivo común; b) las bases sociales de la nueva izquierda se ampliaron, dado que, a la tradicional búsqueda de la igualdad, se han agregado agendas que enfatizan el derecho a la diferencia y el multiculturalismo. La nueva izquierda se autodefine en términos heterogéneos y plurales, y sirve como punto de encuentro para todos los que se oponen al neoliberalismo, el imperialismo y otras formas de dominación y desigualdad; c) la nueva izquierda también reivindica a la sociedad civil como espacio de acción política y ámbito de deliberación ciudadana, más allá del Estado; d) la nueva izquierda ha abandonado la lucha armada y los modelos de socialismo centralizado a favor del reformismo, y e) la nueva izquierda se caracteriza por un inconformismo con la democracia existente y busca ampliar y profundizar la democracia mediante la combinación de mecanismos representativos y participativos.

Arditi (2008) por su parte, caracteriza a la nueva izquierda latinoamericana del siguiente modo: a) estas izquierdas no tienen un marcado carácter marxista, conciben la igualdad, la solidaridad, el pensamiento crítico y el cuestionamiento del estatus como variables dependientes del contexto y no como un conjunto de consignas ideológicas; b) la mayoría de las izquierdas se han vuelto menos hostiles hacia la propiedad privada y el mercado y han llegado a aceptar la coexistencia; c) considera que el Estado sigue siendo la instancia decisiva para regular los mercados e implementar políticas de redistribución; d) desconfía de Estados Unidos, algo consistente con su herencia antiimperialista, pero no tiene reparos en negociar acuerdos comerciales si éstos son ventajosos para sus respectivos pueblos; e) la democracia electoral multipartidista -el eje de la concepción liberal- es un elemento constitutivo del imaginario de las izquierdas, pero también lo es la experimentación con formatos posliberales de la participación política.

La principal constante, tanto en la vieja como en la nueva izquierda, es el tema de la igualdad. Así, a pesar de que las políticas macroeconómicas pueden clasificarse como ortodoxas o liberales, la diferencia respecto a anteriores gobiernos son las políticas sociales y los programas para combatir la pobreza y la desigualdad. En definitiva, un mayor protagonismo del Estado en la vida pública frente al del mercado, propio de posturas neoliberales y de derecha.

Siguiendo con la intensidad y cambio de modelo económico, Panizza (2005) menciona la relativa ausencia de políticas públicas capaces de desmarcarse del mercado. El mismo autor sostiene que es difícil afirmar que la izquierda haya logrado desarrollar alternativas al statu quo más allá de su oposición a la ortodoxia neoliberal. Algo similar defiende Lomnitz (2006) cuando afirma que la nueva izquierda no es revolucionaria, sino defensora de la regulación. No obstante, la ola actual de la política de izquierda todavía se inspira en el imaginario socialista, ya sea en sus orientaciones culturales, la preocupación por dar respuesta a demandas distributivas o la reivindicación general de la dignidad de quienes han sido excluidos. La diferencia con sus predecesores revolucionarios es que esta izquierda tiende a exigir la igualdad sin necesariamente abolir el capitalismo, el comercio internacional o la ciudadanía liberal (Arditi, 2008). Así, esas críticas contra el neoliberalismo constituirían más un fenómeno discursivo que la voluntad de implementar auténticas alternativas de desarrollo (Lazo y Rojas, 2008).

Metodología

El objetivo del análisis, que asume un carácter descriptivo, pretende determinar la consistencia de los giros ideológicos hacia la izquierda en América Latina. Los enfoques con los que se ha estudiado no han prestado atención al giro en el Poder Legislativo, sino que se han concentrado en el Poder Ejecutivo, por lo que este trabajo pretende suplir este vacío en la literatura. De acuerdo con lo anterior, las hipótesis sobre los giros a la izquierda en la región cobran relevancia en la medida en que son observadas desde los poderes ejecutivos y su relación con los cambios en los poderes legislativos. Con este panorama, la presente investigación observa los parlamentos latinoamericanos con la intención de determinar los movimientos ideológicos acaecidos en la región desde la década de 1990. Lo anterior supone observar las cualidades ideológico-programáticas de los poderes legislativos en tanto unidades de análisis desde tres dimensiones que abordan distintos elementos de la realidad política latinoamericana: a) la dimensión económica, representada por la dicotomía Estado-mercado, b) la dimensión sobre el rol del Estado definido por las posturas respecto a la función del Estado en diversos asuntos sociales y económicos, y c) la dimensión político-simbólica observada por la ubicación ideológica.

La información se obtiene a partir de las entrevistas a diputados agregadas en la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL). Ésta, mediante la estructuración de un cuestionario que contiene una batería de preguntas relacionadas con diferentes ámbitos, permite cuantificar las respuestas de los diputados por partido y país, distinguiendo la evolución en las posiciones de los parlamentarios en los issues más característicos de este giro a la izquierda. PELA- USAL incluye datos para los siguientes países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Entre las diversas temáticas, se destacan las que para esta investigación interesan y que han sido mencionadas: la posición respecto a la regulación económica, las posturas respecto al rol del Estado y la autoubicación ideológica.1

La primera dimensión, sobre la dicotomía Estado-mercado, identifica a partir de una escala de uno a diez, siendo uno estatismo y diez neoliberalismo, la posición de los diputados respecto a la regulación preferible de la economía. La segunda dimensión, la función del Estado, se identifica a partir de un índice programático de elaboración propia (ROES) integrado por las medias de diez variables: 1) propiedad de las empresas más importantes del país, 2) procuración de bienestar general, 3) creación de empleo, 4) reducción de la desigualdad de ingresos, 5) pensiones y jubilaciones, 6) salud, 7) educación universitaria, 8) reducción de las desigualdades de género, 9) reducción de las desigualdades entre diferentes grupos culturales y étnicos, 10) vivienda. Este índice mide en una escala de uno a siete el grado de intervención estatal deseado, esto es, si debe ser más bien el mercado y los individuos, o más bien el Estado, el que debe encargarse de los aspectos ya señalados. La tercera dimensión, la ideología, se observa a partir de la autoubicación de los diputados en la escala izquierda-derecha. Esta escala mide de uno a diez la autoubicación ideológica de cada diputado, siendo uno izquierda y diez derecha.

Estos tres ítems, basados en evidencias empíricas, reflejan las dimensiones que ha desarrollado y utilizando la literatura para identificar posiciones de derecha y de izquierda: el rol del Estado en la sociedad y la economía frente al mercado (desregulación, privatizaciones, neoliberalismo), incluso con preguntas específicas sobre políticas públicas, y la propia autoubicación ideológica de los diputados (Alcántara, 2004: 88; Kitschelt, et al., 2010). Tomando en consideración estos tres ítems, al mismo tiempo es posible clasificar ideológicamente los parlamentos; tomar una sola de estas dimensiones podría dejar el análisis sesgado, pero al incluir todos estos elementos se triangula la posición ideológica para corroborar si se trata de posiciones de izquierda favorables a un mayor intervencionismo estatal o no.

Como ya se ha mencionado, la unidad de análisis es la legislatura en el periodo que cubre actualmente la base de datos (1995-2015), con la observación de tres a seis legislaturas por cada uno de los 18 países incluidos, lo cual resulta en un total de 79 legislaturas. Las posiciones de los poderes legislativos en cada una de las tres dimensiones utilizadas se obtienen a partir de la media de las respuestas obtenidas de los parlamentarios de cada legislatura. Se toma cada legislatura como agregado, sin distinciones de partidos u oficialismo-oposición, porque lo que se trata es de medir la posición del parlamento en su conjunto, y no de grupos parlamentarios. Igualmente, si se produce algún cambio en la composición de la cámara, por ejemplo, debido al acceso de nuevos partidos con posturas ideológicas claramente ubicadas en la izquierda, los datos efectivamente reflejan este cambio en la postura del parlamento.2 Asimismo, los valores medios de cada dimensión en cada legislatura están recogidos detalladamente en los anexos.

El análisis hará uso del método estadístico factorial, en este caso la técnica HJ-Biplot, que es una representación gráfica de datos multivariante (Alcántara y Rivas, 2007: 386-390). Si un diagrama de dispersión muestra la distribución conjunta de dos variables, un Biplot permite representar simultáneamente casos y tres o más variables. Las variables se representan mediante vectores y los casos mediante puntos (en el caso del presente trabajo: abreviaturas por país y año de legislatura). Para la representación de los casos y las variables, el HJ-Biplot realiza un análisis factorial, que sirve para enmarcar esta representación gráfica de casos y variables. A partir del gráfico resultante se puede conocer la variabilidad de cada variable observando la longitud de los vectores y el ángulo que forman con los ejes factoriales. Así, cuanto mayor sea la longitud de una variable en el análisis y menor el ángulo que forma con el eje factorial que lo representa (eje-factor 1 o eje-factor 2), mayor es la varianza explicada por esa variable.

En segundo lugar, también es posible conocer la correlación entre las variables al observar el ángulo que forman entre ellas: si el ángulo que forman es menor de 90 grados existe una correlación positiva; si el ángulo que forman es mayor de 90 grados existe una correlación negativa; si el ángulo se aproxima a 90 grados no existe correlación. La relación entre casos y variables (vectores) se obtiene a partir de la proyección perpendicular de los casos sobre los vectores. La proximidad entre los puntos se interpreta como similitud entre los casos.

Para facilitar la lectura y comprensión de los datos se ha optado por agrupar los casos en cuatro grupos y presentarlos en cuatro gráficas distintas, en vista del elevado número de casos (18 países con de tres a seis legislaturas por país; en total 79 casos). En definitiva, el análisis incluye todos los países y por consiguiente se produce un único gráfico. Pero por razones de visualización se han elaborado cuatro gráficos para facilitar la comprensión de los datos y evitar presentar todos los casos juntos. Así, cada legislatura está representada en el plano con la abreviatura del nombre del país y el año de las elecciones que producen la nueva legislatura. De esta manera puede identificarse en las gráficas la situación de las legislaturas con relación a las variables y sus movimientos (o giros) a lo largo del tiempo.

En definitiva, el HJ-Biplot permite la visualización simultánea, en una misma figura, tanto de las variables (Estado-mercado, ROES e ideología) como de la relación entre las mimas y la posición de cada caso (país y legislatura) respecto de esas mismas variables. En consecuencia, puede observarse la evolución de las posiciones ideológico-programáticas por país y, con ello, determinar cuándo y qué tan coherente fue el giro a la izquierda en cada país, lo que permite su comparación. En otras palabras, cuando aumentó la demanda de un rol más activo por parte del Estado (alto valor en ROES y bajo en Estado-mercado), se ubicó más a la izquierda (bajo valor en la escala de ideología izquierda-derecha) y se manifestó por una regulación proestatista de la economía, se produjo ese cambio ideológico del parlamento de cada país.

El HJ-Biplot se ha utilizado en trabajos recientes, como Alcántara y Rivas (2007), Rivas, Vicente y Sánchez (2010) y Alcántara (2013). Debido a estas ventajas se ha decidido optar por esta técnica, pues para el presente trabajo sintetiza en una sola figura la evolución de los casos (legislaturas de cada país) en las tres dimensiones al mismo tiempo, escogidas para identificar el giro a la izquierda, sin necesidad de histogramas o líneas temporales, ya que el propio HJ-Biplot sintetiza todo este análisis descriptivo.3

Giros ideológicos en América latina: Presidencias y parlamentos

El debate principal sobre el giro ideológico en América Latina es precisamente la extensión. Aunque la literatura prevé distintas formas de medir el giro a la izquierda, la más común ha sido a partir de las presidencias latinoamericanas. En este sentido, Arditi (2008) apunta que puede hablarse de giro a la izquierda sólo por el hecho de quiénes ocupan la presidencia en comparación con los líderes precedentes de (centro) derecha, como Alberto Fujimori, Carlos Menem, Carlos Andrés Pérez o Gonzalo Sánchez de Lozada. La otra manera de identificar el giro es mediante la observación de las políticas implementadas por los gobiernos (Lazo y Rojas, 2008). El ejemplo clásico de este tipo de estudios es el de Lula y el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil; aunque han implementado políticas ortodoxas de estabilidad monetaria, a pesar de haberlas criticado en la época de Fernando Henrique Cardoso (Paramio, 2006), se consideró que Brasil giró a la izquierda en 2002 cuando Lula da Silva ganó la segunda vuelta contra José Serra.

El contenido empírico sobre el giro a la izquierda, estirando el concepto, se ha concentrado en los ejemplos de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador. Sin embargo, de acuerdo con este mismo esquema, en México, Guatemala, Panamá, República Dominicana, Perú y Colombia no habría habido tal giro. Aunque se hable de giro a la izquierda en América Latina, la región es demasiado heterogénea como para asegurar que ese fenómeno se produjo en todos y cada uno de los países y además con la misma intensidad. Ciertamente la tendencia es manifiesta, hubo un rechazo más o menos explícito al neoliberalismo, pero siguió habiendo gobiernos y políticas de derecha en la región. El cuadro 1 recoge los países donde hubo giro a la izquierda en la presidencia, y de ser así qué presidentes protagonizaron dicho giro.

CUADRO 1 El giro a la izquierda en las presidencias latinoamericanas 

País Giro a la izquierda Presidente de izquierda
Venezuela SI Hugo Chávez (1998)
Brasil SI Lula da Silva (2002)
Argentina SI Néstor Kirchner (2003)
Uruguay SI Tabaré Vázquez (2004)
Honduras SI Manuel Zelaya (2005)
Bolivia SI Evo Morales (2005)
Ecuador SI Rafael Correa (2006)
Nicaragua SI Daniel Ortega (2006)
Paraguay SI Fernando Lugo (2008)
El Salvador SI Mauricio Funes (2009)
Costa Rica SI Luis Guillermo Solís (2014)
Colombia NO -
Perú NO -
Chile NO -
México NO -
Guatemala NO -
Panamá NO -
R. Dominicana NO -

Fuente: Elaboración propia con base en Panizza (2005), Castañeda (2006), Arditi (2008), Weyland (2010), Weyland, Madrid y Hunter (2010) y Levitsky y Roberts (2011). *Entre paréntesis, año de las elecciones.

Volviendo al caso brasileño, resulta conveniente subrayar que Lula y posteriormente Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT), concurrieron a las elecciones presidenciales en alianza con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), un partido de derecha, que como consecuencia de esa alianza electoral ha ocupado cargos ministeriales. Aun considerando que Brasil giró a la izquierda en 2002, no dejó de tener cargos ejecutivos de derecha. No obstante, y como ya se ha señalado más arriba, se ha considerado que Brasil gira a la izquierda.

Colombia constituye una clara excepción a esta tendencia de izquierda en el continente. De hecho, la población colombiana es una de las más escoradas hacia la derecha (Rodríguez, 2007). Aunque el Polo Democrático Alternativo (PDA) se haya consolidado con los años como la alternativa de izquierda del país, todavía sigue siendo eso mismo, una alternativa. Nasi (2007) se refiere de hecho a la derechización del país, sobre todo por la presidencia de Álvaro Uribe (2002-2010). Mientras que en Bolivia ganaba las elecciones Evo Morales, en Ecuador Rafael Correa y en Venezuela Hugo Chávez seguía en el poder, Colombia eligió a un presidente de derecha, en contra de la supuesta tendencia regional, caracterizado por el populismo, la criminalización de la izquierda (armada o legal) y un gasto social alejado de la ortodoxia neoliberal (Nasi, 2007).

El caso peruano sería otra excepción a la supuesta norma. De hecho, Cameron (2009) afirma que la derrota de Ollanta Humala en 2006 fue un giro a la izquierda frustrado; de haber ganado, Perú habría girado a la izquierda en 2006 y no en 2011, cuando ya ganó las elecciones presidenciales. Aun no surgiendo de movimientos y partidos izquierdistas de Perú, la candidatura de Humala tuvo el efecto de desafiar el consenso alrededor del modelo económico neoliberal (Cameron, 2009). No obstante, aunque hay autores que incluso clasifican a Alan García como de izquierda (Lazo y Rojas, 2008), resulta discutible afirmar que Ollanta Humala (Pedraglio, 2012) o Alan García sean presidentes de izquierda (Alcántara, 2016).4 Por todo esto se ha considerado que en Perú no hubo un giro a la izquierda equiparable al de otros países, como Bolivia o Uruguay.

Chile merece una mención aparte, puesto que hubo 20 años de gobiernos de centro izquierda, con la llegada a la presidencia de la derecha con Piñera en 2010, volviendo al poder la izquierda con Bachelet de nuevo en 2014. De acuerdo con Alcántara (2016) en este país se produjo una suerte de "continuismo interrumpido". Debido a que la izquierda ya ostentaba la presidencia, y de hecho el cambio ideológico que se da en el país durante el periodo de estudio es la victoria electoral de la derecha con Sebastián Piñera en 2010. La idea del giro a la izquierda es que está gobernando la (centro) derecha en el país y accede al gobierno una fuerza de (centro) izquierda; por consiguiente, Chile no cumpliría esto, si bien por motivos diferentes a los otros casos, como Colombia.

En México, a partir de la década de 1990, los gobiernos habían adoptado la promoción del neoliberalismo con la llegada de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) consumaría el principio liberal de la economía, que continuaría después de la alternancia política en la década de 2000. Los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) (1988-1994; 1994-2000; 2012-2018) y los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) (2000-2006; 2006-2012) continuarían la política económica de mercado, aun después de los giros a la izquierda en el resto de la región.

Tampoco puede considerarse que en la República Dominicana haya habido un giro a la izquierda. De hecho, el centro-izquierda o izquierda no tendrían representación institucional, ya que los partidos que se ubicaron en algún momento en estas posiciones el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) han ido virando hacia la derecha (Benito, 2010: 760-762). El caso de América Central presenta un panorama mixto, con países cuyas presidencias han girado a la izquierda (Nicaragua, El Salvador y Costa Rica) y países que no (Guatemala y Panamá). Un ejemplo más de que el giro no ha sido tan generalizado. En este sentido merece especial atención el caso hondureño.

Si en 1980 y 1990 la norma era que presidentes electos con plataformas de izquierda viraran hacia la derecha una vez que tomaban posesión de su cargo (Stokes, 2001), Manuel Zelaya representa justo lo contrario. Electo presidente por el Partido Liberal de Honduras (PLH), fue adoptando posiciones más escoradas hacia la izquierda, como el aumento del salario mínimo en casi 60 por ciento, la ampliación de programas sociales, la eliminación de las tasas de matrícula escolar, la adopción de acciones de protección ambiental que impidieron la explotación de los bosques por parte del agronegocio, el manejo de la política monetaria para la reducción de las tasas de interés y la negativa a privatizar las estatales de telecomunicaciones y de puertos (Cunha, Coelho y Pérez, 2013). Incluso llegó a anunciar la incorporación de Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), bloque de la izquierda regional auspiciado por Hugo Chávez.

En 2009 Manuel Zelaya fue depuesto por un golpe de Estado, y obligado a refugiarse en República Dominicana. En ese mismo año se celebraron nuevamente elecciones en Honduras y fue electo Porfirio Lobo del Partido Nacional de Honduras (PNH), acabando con el peculiar giro a la izquierda hondureño.

Una vez clasificados los giros a la izquierda en el nivel presidencial de acuerdo con la literatura, a continuación, se centra la atención en la trayectoria del Poder Legislativo (1995-2015) y las preferencias de los diputados utilizando el HJ-Biplot.5 La primera característica que salta a la vista es la relativa a la mayor relación entre dos de las tres dimensiones (gráficas 1 a 4). Hay una clara correlación entre la ubicación ideológica y la escala Estado-mercado (ángulo mucho menor de 90 grados), no así con el índice ROES, sobre el rol del Estado (ángulo cercano a 90 grados, que significa ausencia de relación). Esto significa, por un lado, que los diputados que se autoubican en posiciones de derecha normalmente también lo hacen en posiciones pro-mercado, pero no necesariamente se oponen a un mayor protagonismo del Estado en determinadas políticas públicas sobre salud, vivienda, educación, etc., por otro lado, los diputados autoubicados más a la izquierda y normalmente también en posiciones pro-Estado, no necesariamente expresan una clara preferencia por un mayor protagonismo del Estado en estas políticas. Atendiendo a la situación específica por país, en la gráfica 1 no se observa giro a la izquierda en Guatemala, Honduras, México y República Dominicana. No obstante, se observa un giro hacia posiciones más estatistas, e incluso hacia posiciones de derecha, como muestra el caso guatemalteco. Para el caso hondureño, con las particularidades antes señaladas, sí se puede identificar un relativo giro a la izquierda, o al menos a posiciones más estatistas en 2013, después de haber girado a la derecha en 2009, tras el golpe de Estado a Manuel Zelaya. Es decir, que el resultado del golpe de Estado en 2009 fue un parlamento más inclinado a la derecha, pero que en 2013 gira a posiciones más de centro-izquierda e intervencionistas.

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL, 1995-2017).

GRÁFICA 1 Giro ideológico en los parlamentos de México, Guatemala, Honduras y República Dominicana 

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL, 1995-2017).

GRÁFICA 2 Giro ideológico en los parlamentos de Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Panamá 

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL, 1995-2017).

GRÁFICA 3 Giro ideológico en los parlamentos de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay 

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL, 1995-2017).

GRÁFICA 4 Giro ideológico en los parlamentos de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela 

En la gráfica 2, que agrupa las legislaturas de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Panamá, pueden identificarse dos giros evidentes: Costa Rica en 2010 (más pronunciado en 2014) y Nicaragua en 2012. Este giro se debe sobre todo a las mayorías o avances electorales en las elecciones legislativas del PAC en Costa Rica y del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua.

En comparación con el cuadro 1, el parlamento costarricense gira a la izquierda antes que la presidencia, pues el PAC gana las elecciones presidenciales en 2014. El caso nicaragüense presenta el recorrido contrario: primero se da el giro a la izquierda en la presidencia (Daniel Ortega en 2006), y luego el giro a la izquierda en el parlamento seis años más tarde. Sobre el parlamento panameño, no sólo no gira a la izquierda, sino que lo hace a la derecha claramente en 2009. Aun así, en 2014, manteniendo esta postura de (centro) derecha, el parlamento de Panamá se muestra más proclive a un rol más activo del Estado en determinadas políticas públicas. Es decir, se pueden percibir movimientos hacia una mayor demanda de protagonismo del Estado, haya giro a la izquierda o a la derecha.

En cuanto a los países del Cono Sur (gráfica 3), se pueden apreciar dos claros giros a la izquierda en Argentina (2010) y Uruguay (2009), que luego se profundizan en las siguientes legislaturas. Cabe recordar que comúnmente se considera que estos dos países del Cono Sur giran a la izquierda cuando Néstor Kirchner en 2003 y Tabaré Vázquez en 2004 se hacen con la presidencia, siete y cinco años antes respectivamente de este giro ideológico parlamentario. En contraposición, Chile, Paraguay y Brasil, aunque éste en menor medida, se mueven hacia la derecha y posiciones más liberales, aunque en los años incluidos han tenido presidencias de izquierda (gobiernos de la Concertación en Chile, Fernando Lugo en Paraguay, el PT en Brasil). Cabe destacar que el parlamento chileno gira a la derecha en 2010, mismo año en que el país vive su particular giro a la derecha en la presidencia con Sebastián Piñera, en contra de la tendencia regional; ese giro ideológico del parlamento se profundiza en 2014, coincidiendo con la vuelta a la presidencia de Michelle Bachelet y Nueva Mayoría (antes Concertación). Finalmente, hay otros dos claros giros a la izquierda en Bolivia (2009) y Ecuador (2013), al contrario que Colombia y Perú (gráfica 4). Estos dos últimos países de hecho se desplazan hacia posiciones más de derecha y pro-mercado como Panamá.

En Bolivia y Ecuador ocurre algo similar a Nicaragua, El Salvador, Uruguay y Argentina. Primero accede a la presidencia una fuerza de izquierda (Evo Morales en 2005 y Rafael Correa en 2006), y posteriormente gira a la izquierda el parlamento, cuatro y siete años más tarde respectivamente. El caso de Venezuela merece ser estudiado con mayor detenimiento. Sólo hay datos disponibles para las legislaturas 1993-1998, 2000-2005 y 2016-2021, por lo que no es posible realizar un seguimiento de la evolución ideológica del parlamento como en los demás países. No obstante, se intuye un giro a la izquierda en 2000, respecto a 1993, con la mayoría del MVR y luego de la victoria en las elecciones presidenciales de Hugo Chávez. Aunque el parlamento surgido de las elecciones de 2015 sea más de izquierda que el de 1993 o 2000, ha de recordarse la falta de datos para las legislaturas 2006-2011 y 2011-2016. No es posible comprobar si lo que se dio en 2015 fue un giro a la izquierda o la continuación de un giro que se había producido antes. Así, el único giro identificable, aunque de menor magnitud comparado con el resto de los países, es el de 2000 respecto a 1993.

Los resultados que arroja el HJ-Biplot permiten identificar si se ha dado tal giro a la izquierda, si se ha dado hacia la derecha o si no ha habido ningún movimiento ideológico significativo. Lo primero que conviene resaltar es que el giro a la izquierda6 no es tan generalizado: sólo hay ocho países que claramente giran a la izquierda de un total de 18 países.

Lo que sí es generalizado en todos y cada uno de los países es una mayor demanda de un papel activo del Estado, medido en la variable ROES. Aunque los parlamentos hayan girado a la izquierda o a la derecha, en todos los países ha aumentado la demanda de un rol más activo del Estado en cuestiones como políticas de igualdad, salud, educación, pensiones, etc. A pesar de la diversidad en las magnitudes del giro y las diferencias en las otras dos dimensiones, puede intuirse un giro en las preferencias de los legisladores en este sentido. Colombia o Panamá tienen parlamentos más de derecha que en la década de 1990, pero que al mismo tiempo piden mayor intervencionismo estatal en determinadas áreas. Además, ningún país se mantiene en las mismas posiciones a lo largo de los más de veinte años de rango temporal del estudio, es decir, el movimiento ideológico-programático es otra regla general, siempre hay giro, bien hacia la izquierda, bien hacia la derecha. Todos los países sin excepción evolucionan en su apoyo a políticas intervencionistas o la dicotomía Estado-mercado e izquierda-derecha. El cuadro 2 resume los giros ideológicos identificados, fruto del análisis estadístico en los parlamentos latinoamericanos.

CUADRO 2 Giro ideológico en los parlamentos latinoamericanos 

Izquierda Derecha
Venezuela (1998) Chile (2009)
Argentina (2007) Guatemala (2011)
Bolivia (2009) Honduras (2009) *
Costa Rica (2010) Paraguay (2013)
Ecuador (2013) Perú (2011)
Nicaragua (2011) Brasil (2006)
Uruguay (2009) Colombia (2010)
Honduras (2014) * El Salvador (2012)
México (2009)
Panamá (2014)
República Dominicana (2010)

Fuente: Elaboración propia a partir de la Base de Datos de Élites Latinoamericanas de la Universidad de Salamanca (PELA-USAL, 1995-2017).

* Gira primero a la derecha (2009), luego a la izquierda (2014). Entre paréntesis, año de las elecciones.

La (in)consistencia de los giros ideológicos

Tras haber identificado los giros ideológicos en presidencias y parlamentos, ¿cómo se complementan dichos giros? En otras palabras, ¿cuál ha sido la consistencia de los giros ideológicos? A partir de los cuadros 1 y 2, donde se recogen los giros en la presidencia y en el legislativo, en el cuadro 3 se contrastan y combinan dichos movimientos ideológicos. Si ha habido giros en la misma dirección, tanto en el parlamento como en la presidencia, se considera que hay consistencia en el giro ideológico del país. Si, por el contrario, el parlamento gira en una dirección y la presidencia en otro, se considera que hay inconsistencia en el giro ideológico del país.

CUADRO 3 Consistencia ideológica del Ejecutivo y el Legislativo en América Latina 

Presidencia izquierda Presidencia derecha
Consistencia
Argentina Bolivia
Parlamento
izquierda
Costa Rica Ecuador Inconsistencia
Nicaragua Uruguay
Venezuela *
Inconsistencia Consistencia
Brasil El Salvador Chile Colombia
Parlamento
derecha
Guatemala México
Honduras Paraguay Panamá Perú
República Dominicana

Fuente: Elaboración propia. * En el caso de Venezuela no es posible identificar cambios y giros ideológicos con la misma precisión que en los demás países, dada la falta de datos antes señalada. No obstante, aquí se considera la consistencia de principios del siglo XXI, ya que la Presidencia gira a la izquierda en 1998 y el parlamento también en 2000.

Esta comparación es relevante por dos motivos. Primero, ningún país ha manifestado cambios o giros con presidencias de derecha y parlamentos de izquierda. La evidencia sólo muestra tres relaciones ideológicas teóricamente posibles en América Latina: presidencias con giro a la derecha con parlamentos que han girado a la derecha (Chile, Guatemala, Colombia, México, Perú, República Dominicana y Panamá); presidencias y parlamentos que han girado a la izquierda (Argentina, Costa Rica, Bolivia, Uruguay, Ecuador y Nicaragua), y presidencias que han girado a la izquierda con parlamentos que han girado a la derecha (Brasil, Honduras, El Salvador y Paraguay).

Uno de los objetivos del presente trabajo es matizar el giro a la izquierda en la región, más allá del partido, la coalición o el individuo que ocupa la presidencia. El cuadro 3 demuestra que el giro a la izquierda en América Latina adquiere matices. Únicamente siete de los 18 países en total aquí incluidos tuvieron un giro a la izquierda consistente. Es más, hubo otros siete países que en realidad giraron a la derecha, siendo Chile el mejor ejemplo: con mayorías parlamentarias y gobiernos de centro-izquierda, en mitad del giro regional a la izquierda Sebastián Piñera ganaba las elecciones presidenciales y el parlamento viraba a posiciones de centro-derecha, pro-Mercado y reacias a un rol activo del Estado en la economía.

El otro aspecto reseñable es que los parlamentos que giran a la izquierda lo hacen después de que se haya producido ese cambio en la presidencia, con la excepción de Costa Rica. El único caso donde no se dan elecciones concurrentes es en Ecuador. En 2006 Rafael Correa era el candidato de Alianza-País, y este partido no concurre a las elecciones legislativas de ese año. La primera vez que lo hizo fue para las elecciones a la Asamblea Constituyente de 2007, y en el marco de la nueva Constitución de 2008 en las legislativas de 2009. Aunque en ese mismo año el parlamento ecuatoriano se inclinó más a la izquierda y un mayor intervencionismo estatal, el giro a la izquierda se da realmente en las elecciones de 2013, donde también resultó reelecto Rafael Correa.

En definitiva, parecería que el giro a la izquierda en la presidencia produce un efecto de arrastre en estos países. El parlamento tarda uno o dos ciclos electorales en virar en la misma dirección, con una izquierda ya en la presidencia, con lo que, medido en estos términos, se consolida dicho giro. Sin lugar a dudas, el caso costarricense merece un análisis aparte, ya que primero gira el parlamento en 2010 y luego la presidencia en 2014.

Ahora bien, hay cuatro casos en los que el giro presidencial a la izquierda no arrastra al parlamento, sino todo lo contrario. Mientras gana las elecciones presidenciales un candidato o partido que puede ser clasificado como de izquierda por primera vez en el país, el parlamento gira en dirección contraria. Estos casos son los que tienen mayor interés, debido a las inconsistencias: Brasil, El Salvador, Honduras y Paraguay. Estos cuatro países, presentan una serie de particularidades y acontecimientos en los últimos años distintos del resto, y quizá la inconsistencia en el giro ideológico ayude a entender esas particularidades.

Paraguay (2012) y Brasil (2016) han vivido procesos de impeachment (destitución o juicio político), en donde los parlamentos, que habían girado a la derecha, han destituido a presidentes normalmente clasificados como de izquierda: Fernando Lugo y Dilma Rousseff respectivamente. Una dinámica similar sucede en Honduras, país que sufrió un golpe de Estado en 2009 en donde el parlamento, con posturas más neoliberales y de derecha, autorizó la destitución de un Manuel Zelaya cada vez más inclinado a la izquierda, como ya se mencionó. En estos cuatro casos, aunque en las presidencias haya habido giros hacia la izquierda, no puede decirse lo propio sobre sus parlamentos. Éstos han adoptado posturas más a la derecha, pro-mercado, durante el giro a la izquierda de América Latina.

Una posible explicación a esta inconsistencia (ideológica) puede encontrarse en el propio diseño institucional del presidencialismo. La literatura ha señalado tradicionalmente las posibles consecuencias que llevan a que un partido ostente la presidencia y otro la mayoría legislativa (Linz, 2013). Estos cuatro casos de inconsistencia confirmarían esta hipótesis, y las posibles explicaciones causales en la relación entre estos poderes Ejecutivo y Legislativo guarda especial relación con la estructura ideológica de dichos sistemas y su interacción (Mainwaring y Shugart, 1994; Mainwaring, 1995; Lijphart, 2003; Linz, 2013).

La política en América Latina en el nivel nacional se juega en dos ámbitos: presidencial y legislativo. Hay partidos que simplemente deciden no competir (por sí solos) en las elecciones presidenciales; por ejemplo, el PMDB es, desde 2006, la primera minoría legislativa en el congreso brasileño, pero se presentó en coalición con el PT a las presidenciales. Este partido, aunque en la presidencia desde 2003, primero con Lula da Silva y luego con Dilma Rousseff, en ningún momento ha ostentado mayoría legislativa. Como se desprende de la gráfica 3, el parlamento brasileño no ha girado a la izquierda sino todo lo contrario. Sin embargo, debe mencionarse de nuevo que en Brasil la presidencia del PT era posible por coaliciones pre y postelectorales con partidos que no eran de izquierda, entre ellos el propio PMDB.

De un modo similar, aunque la presidencia en El Salvador desde los últimos años sea una competición entre ARENA y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y desde 2009 haya ganado las presidenciales éste último, no ha conseguido la mayoría absoluta legislativa en ninguna elección. De hecho, desde 2012 ARENA es la primera minoría legislativa y, junto con otros partidos (GANA y el Partido de Concertación Nacional (PCN), forma una mayoría de centro-derecha. No puede obviarse en este caso que, paralelamente a esta inconsistencia ideológica, El Salvador es el país de América Latina que mayor polarización presenta (Rubio, 2016). Lo mismo puede decirse del Partido Acción Ciudadana (PAC) en Costa Rica: aun ganando las elecciones de 2014, este partido sólo ganó 13 de los 57 diputados de la Asamblea (Treminio Sánchez, 2016).

Mayor dramatismo presenta el caso hondureño, ya narrado, puesto que el hecho de que el presidente Zelaya virara hacia la izquierda durante su mandato, con llamado a una Asamblea Constituyente, llevó finalmente a un golpe de Estado con la connivencia del parlamento y de su propio partido, de derecha y pro-mercado según se desprendía de la gráfica 1. Aunque Zelaya haya ganado unas elecciones presidenciales, no contó con el respaldo ideológico ni del parlamento ni de su propio partido (PLH).

Probablemente fruto de esta tensión provocada por la inconsistencia ideológica, el mayor viraje ideológico de los legisladores hondureños fue precisamente en las elecciones de 2009, hacia la derecha, aunque luego se decanten por unas actitudes más favorables a un rol activo del Estado en determinadas políticas públicas, pero sin abandonar la preferencia general por el mercado (frente al Estado) y posiciones de (centro) derecha.

El caso paraguayo con Fernando Lugo guarda ciertos paralelismos con el hondureño. Electo presidente en 2008 con una coalición de partidos, Alianza Patriótica por el Cambio (que de modo similar a Brasil incluía partidos de centro-derecha), derrotó a los del Partido Colorado. A pesar de esto no contaba con mayoría legislativa, ni tampoco un parlamento de centro-izquierda, sino que precisamente en 2008 se inclinaba más a la derecha, y en 2013 seguía este movimiento.

Esta inconsistencia ideológica no sería, en su origen, más que un corolario del propio diseño presidencialista latinoamericano. Lo que este artículo ha puesto de relieve es que esas diferencias entre Ejecutivo y Legislativo en primer lugar no han sido debidamente tratadas en la literatura sobre el giro a la izquierda, por ese énfasis en la presidencia, y que más que relativas a partidos e individuos también son ideológicas. No resulta equiparable un escenario con partidos o coaliciones diferentes en cada poder y consistencia ideológica en uno u otro sentido (Guatemala o Costa Rica), a un escenario con partidos o coaliciones diferentes en cada poder con inconsistencia ideológica (Brasil, El Salvador, Paraguay y Honduras).

Conclusiones

Este trabajo se planteó como objetivo aportar un análisis desde los legislativos en el contexto del giro a la izquierda, para resaltar que el abordaje de la compleja política latinoamericana no debería centrarse sólo en la figura presidencial. Los legislativos son también un actor clave y, para entender el giro a la izquierda en América Latina, sus ritmos y consistencias, han de incluirse en el análisis.

De este modo, si se atiende al Poder Legislativo, el giro a la izquierda en América Latina no se da en toda la región, ni al mismo tiempo, ni con la misma magnitud. De hecho, también ha habido un giro a la derecha. Los giros no siempre se produjeron en los dos poderes, dando lugar en ocasiones a una inconsistencia que no habría propiciado una relación de estabilidad y cooperación entre los poderes Legislativo y Ejecutivo. Tal como se ha indicado en el análisis, sólo se habrían dado siete giros a la izquierda consistentes: Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Costa Rica, Uruguay y Venezuela, aunque este último con los matices ya señalados. Una vez que se introduce en el análisis la dimensión del legislativo, la magnitud del fenómeno del giro a la izquierda disminuye.

Otra consideración fruto de los datos aquí analizados es que la pretensión hacia una mayor intervención del Estado es el elemento que ha unificado los giros ideológicos a nivel parlamentario, casi sin excepción, aumentan las opiniones favorables a un mayor papel de lo público en determinadas políticas públicas. La ideología no ha sido el elemento que ha homogeneizado las relaciones y la particularidad de América Latina, sino, precisamente, la idea de un Estado intervencionista en la política nacional. Éste es, en el nivel legislativo, el fenómeno político latinoamericano de las últimas décadas.

En vista de estos resultados se abre una línea de trabajo con el objeto de seguir indagando por qué se ha dado en unos países y no en otros el giro a la izquierda. También por qué algunos parlamentos han virado a la derecha en pleno giro a la izquierda, o por qué el viraje hacia la izquierda en los parlamentos se da luego de los virajes en las presidencias, con la excepción ya citada de Costa Rica. Este artículo pretende ser un primer paso que aporta evidencia empírica sobre los giros ideológicos en los parlamentos.

Aquí se ha explorado la posibilidad del efecto de arrastre que ejerce la presidencia. Una vez que la izquierda se ha convertido (por primera vez) en oficialismo, esto produce un arrastre ideológico hacia esas posiciones de izquierda en los legisladores, más allá de que el partido o la coalición ganador goce de mayoría legislativa o no.

No obstante, en Costa Rica parece que el efecto de arrastre hacia la izquierda lo provocó el parlamento, y en cuatro casos no se ha producido tal efecto de arrastre de la presidencia al parlamento hacia posiciones de izquierda sino todo lo contrario: en Brasil, El Salvador, Honduras y Paraguay los parlamentos viraron a la derecha en sus posiciones sobre izquierda-derecha, Estado-mercado e intervencionismo estatal, aunque la presidencia hubiera girado a la izquierda. Más allá de los desequilibrios y posibles conflictos fruto del diseño presidencial, de que un presidente pertenezca a un partido diferente al de la mayoría legislativa, este trabajo demuestra que las diferencias o, más bien, inconsistencias, importan. Una inconsistencia ideológica entre Ejecutivo y Legislativo produce mayor inestabilidad que una consistencia ideológica, aun perteneciendo a partidos diferentes. A la luz de los acontecimientos reseñados en los países que han vivido una inconsistencia ideológica, parecería que ésta debe ser tenida en cuenta en el análisis para explicar tales acontecimientos.

En definitiva, aunque se hable de un giro a la izquierda, países como Guatemala, Panamá, Perú, México, República Dominicana y Colombia, según el periodo analizado, no habían girado a la izquierda ni en la presidencia ni en el parlamento; de hecho, este último lo hizo hacia la derecha, a pesar de esa demanda de un papel más activo del Estado. Y aunque se hable de un giro a la izquierda en El Salvador, Brasil, Paraguay y Honduras, sus parlamentos giraron más bien a la derecha y evidenciaron la inconsistencia de dicho giro a la izquierda en la región.

En términos generales, la investigación aporta evidencia empírica sobre las dinámicas ideológicas de los países de la tercera ola de democratización, al incluir diseños metodológicos sobre una de las posibles explicaciones causales en la relación entre los poderes del Estado en los sistemas presidencialistas. Las consideraciones antes descritas definen la estructura ideológica de dichos sistemas como un argumento explícito de la dualidad de la legitimidad de la representación, lo cual abre líneas de investigación que se enfoquen en los procesos de cambio en los sistemas, su estabilidad y el mantenimiento de estructuras de cooperación entre poderes al amparo del desarrollo democrático.

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1 Véanse los anexos sobre las variables utilizadas.

2 Los casos más evidentes en este sentido son Ecuador y Bolivia (gráfica 4), con las mayorías legislativas de Alianza-PAIS y el Movimiento al Socialismo respectivamente.

3 De igual forma, en los anexos se encuentra la evolución gráfica de cada país respecto a su ubicación en cada dimensión analizada.

4 De hecho, el primero en una entrevista en 2013, siendo ya presidente, no se definió a sí mismo como líder de izquierda "Hoy ya no se puede hacer invisibles a los pobres como hace 50 años", Entrevista a Ollanta Humala en El País, 23/06/2013. Disponible en: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/23/actualidad/1371942551_045660.html.

5 El HJ-Biplot realiza en primer lugar un análisis factorial de las variables introducidas en el análisis; en este caso las variables izquierda-derecha, Estado-mercado y ROES. Los ejes 1 y 2 son el resultado de ese análisis factorial, que contribuye a enmarcar esta representación gráfica de casos y variables. Así, la interpretación de los ejes en los gráficos es que el eje 1 captura 27.75 por ciento de la varianza de las variables, y el eje 2 captura 57.97 por ciento de la varianza. No obstante, la varianza explicada por los factores no resulta de relevancia para el presente trabajo, con lo cual no se hará referencia a los ejes sino a los casos y los movimientos por país en relación con las tres dimensiones. En este aspecto, cabe mencionar dos cuestiones técnicas sobre las gráficas: a) los países se presentan según un criterio geográfico, ya que agregar todos los países y sus respectivas legislaturas impide apreciar la evolución y empeora la distinción de cada uno de ellos. b) El análisis se realizó con todos los casos en la misma base de datos, así que todos los países y relaciones entre las dimensiones fueron estudiados bajo las mismas condiciones, por lo que la presentación utilizando cuatro gráficos, y no uno solo, tiene la función de mejorar las carencias del programa en cuanto a la visibilidad de un número elevado de casos.

6 Siguiendo la discusión sobre los diferentes tipos de izquierda, no cabe duda de que no es la misma izquierda la de los frentes en Centroamérica que la del Cono Sur. A pesar de estas diferencias, la literatura ha enmarcado todos estos virajes en un mismo fenómeno, el del giro a la izquierda (Cameron y Hershberg, 2010; Levitsky y Roberts, 2011), y por consiguiente en este trabajo se considera a todas estas izquierdas comparables.

ANEXO

CUADRO A1 Dimensiones de análisis del giro a la izquierda en los parlamentos latinoamericanos (1995-2016) 

Dimensión Indicador Pregunta
Política
económica
Regulación económica ¿Podría decirme si está usted más a favor de una economía regulada por
el Estado o por el mercado?
Escala 1-10, siendo 1 Estado y 10 Mercado

Función del
Estado
Índice programático sobre la
función del Estado
(IPEM = roes1 + roes2 + roes3 +
roes4 + roes5 + roes6 + roes7 +
roes8) / n)
(Escala 1-7; donde 1 es
mercado y 7 Estado)
El Estado, en lugar del sector privado debería:
1. (…) ser el dueño de las empresas e industrias más importantes del país.
2. (…) ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente.
3. (…) ser el principal responsable de crear empleos.
4. (…) implementar políticas firmes para reducir la desigualdad de ingresos
entre ricos y pobres.
5. (…) ser el principal responsable de proveer las pensiones de jubilación.
6. (…) ser el principal responsable de proveer los servicios de salud.
7. (…) ser el principal responsable de proveer la educación universitaria.
8. (…) implementar políticas públicas para reducir las desigualdades entre
diferentes grupos culturales y étnicos.
9. (…) implementar políticas públicas para reducir las desigualdades entre
hombres y mujeres.

Ideología Autoubicación ideológica ¿En qué casilla se colocaría usted dentro de la escala izquierda-derecha,
teniendo en cuenta sus ideas políticas?
Escala 1-10, siendo 1 izquierda y 10 derecha.

Fuente: Elaboración propia a partir de PELA-USAL (1995-2016).

Fuente: Elaboración propia a partir de PELA-USAL.

GRÁFICA A1 Ubicación ideológica de los parlamentos latinoamericanos según sus diputados (1995-2016) (escala 1 izquierda - 10 derecha) 

Fuente: Elaboración propia a partir de PELA-USAL.

GRÁFICA A2 Ubicación de los parlamentos latinoamericanos respecto a la política económica, según sus diputados (1995-2016) (escala 1 Estatismo -10 Neoliberalismo) 

Fuente: Elaboración propia a partir de PELA-USAL.

GRÁFICA A3 Ubicación de los parlamentos latinoamericanos respecto a la Función del Estado según sus diputados (1995-2016) (escala 1 Mercado - 7 Estatismo) 

CUADRO A2 Base de datos y códigos por país 

País Cod_País Año Legislatura Ideología EM ROES
Argentina AR05 1997 1997-2001 4.7 5.73 3.951
AR51 2003 2003-2005 4.54 5.303 3.978
AR67 2005 2005-2007 4.34 5.406 4.071
AR73 2007 2007-2011 4.33 4.385 5.481
AR87 2013 2011-2015 4.26 4.069 5.464
Chile CHI03 1997 1997-2001 5.39 5.709 4.025
CHI42 2002 2002-2006 5.46 5.613 3.924
CHI60 2006 2006-2010 5.09 5.719 4.046
CHI77 2010 2010-2014 5.15 5.988 4.799
CHI104 2014 2014-2018 6.17 6.355 4.606
Brasil BRA55 2003 2003-2007 4.41 5.582 4.031
BRA75 2007 2007-2010 4.46 6.138 4.991
BRA102 2010 2010-2014 4.64 5.90 4.0667
Bolivia BOL09 1997 1997-2002 4.47 5.531 4.021
BOL47 2002 2002-2006 4.07 5.497 3.855
BOL62 2006 2006-2010 3.9 5.61 4.035
BOL81 2010 2010-2015 2.81 3.729 5.791
Colombia COL13 1998 1998-2002 5.05 5.289 3.989
COL46 2002 2002-2006 5.68 5.464 4.058
COL59 2006 2006-2010 4.99 5.375 4.081
COL83 2010 2010-2014 5.92 4.778 4.701
COL95 2014 2014-2018 5.85 5.379 5.222
El Salvador SAL07 1997 1997-2000 5.08 5.572 4.012
SAL27 2000 2000-2003 5.08 5.369 3.979
SAL48 2003 2003-2006 5.13 5.313 4.025
SAL58 2006 2006-2009 4.97 5.542 3.915
SAL70 2009 2009-2012 4.87 5.412 3.881
SAL88 2012 2012-2015 5.32 5.883 5.476
México MEX01 1997 1997-2000 4.78 5.238 3.984
MEX37 2000 2000-2003 4.99 5.238 4
MEX50 2003 2003-2006 5.12 5.671 4.067
MEX63 2006 2006-2009 4.57 5.388 4.011
MEX79 2009 2009-2012 5.16 6.083 5.212
MEX89 2012 2012-2015 4.81 5.894 5.136
Guatemala GUA19 1997 1995-2000 5.23 5.62 3.984
GUA38 2000 2000-2004 5.25 5.494 3.974
GUA52 2004 2004-2008 5.35 5.339 4.02
GUA68 2008 2008-2012 5.54 5.562 3.904
GUA85 2012 2012-2016 6.31 6.385 5.163
Honduras HON11 1997 1997-2001 6.17 5.662 3.957
HON40 2002 2002-2006 5.8 5.548 4.068
HON57 2006 2006-2010 5.78 5.747 3.857
HON74 2010 2010-2014 6.13 6.835 4.564
HON92 2014 2014-2018 5.49 5.852 6.077
Costa Rica CR15 1998 1998-2002 5.42 5.367 4.065
CR43 2002 2002-2006 5.1 5.647 4.042
CR56 2006 2006-2010 5.64 5.509 4.246
CR78 2010 2010-2014 5.75 5.091 5.345
CR93 2014 2014-2018 5.11 4.873 5.363
Ecuador ECU23 1998 1998-2002 5.06 5.214 3.908
ECU45 2002 2002-2006 4.63 5.531 4.186
ECU72 2009 2009-2012 4.03 5.021 4.048
ECU90 2013 2013-2017 2.62 3.562 6.052
Nicaragua NIC17 1996 1996-2001 5.09 5.671 3.955
NIC39 2002 2002-2006 4.77 5.446 4.004
NIC66 2007 2007-2011 4.69 5.623 3.899
NIC86 2012 2012-2017 3.68 6.06 5.507
Panamá PAN41 1999 1999-2004 6.06 5.531 4
PAN53 2004 2004-2009 6.43 5.544 4.162
PAN71 2009 2009-2013 6.73 6.109 4.078
PAN94 2014 2014-2019 5.72 6.149 5.965
Paraguay PAR21 1998 1998-2003 5.48 5.569 3.966
PAR49 2003 2003-2008 5.56 5.523 4.06
PAR69 2008 2008-2013 5.96 5.694 4.139
PAR91 2013 2013-2018 6.04 6.315 5.027
Perú PER31 2001 2001-2006 4.76 5.437 3.959
PER61 2006 2006-2011 4.7 5.818 4.733
PER84 2011 2011-2016 4.87 6.352 4.728
República Dominicana DOM29 1998 1998-2002 5.03 5.521 3.907
DOM44 2002 2002-2006 5.77 5.457 4.187
DOM64 2006 2006-2010 5.42 5.717 3.942
DOM82 2010 2010-2016 5.59 5.62 5.212
Uruguay UR33 2000 2000-2005 4.09 5.598 4
UR54 2005 2005-2010 3.9 5.4 3.876
UR76 2010 2010-2015 4.33 4.059 5.262
UR97 2015 2015-2020 3.22 4.354 6.239
Venezuela VLZ36 1993 1993-1998 4.5097 4.113
VLZ35 2000 2000-2005 4.3674 5.327 4.020
VLZ101 2016 2016-2021 4.27 5.06 5.6476

Fuente: Elaboración propia a partir de PELA-USAL.

Recibido: 30 de Septiembre de 2017; Aprobado: 07 de Mayo de 2018

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