Entre marzo y septiembre de 1979, María de la Soledad -Marisol- Alonso sostuvo 11 conversaciones con Ángel Palerm, cuya transcripción se incluye íntegra en esta obra. Dada la importancia de Palerm, y por tratarse de la más completa y última entrevista que concedió, pues falleció al año siguiente, éste es un documento de valor indudable para los estudios de historia de la antropología, no sólo en México, sino en Latinoamérica. Esta cuidada edición comienza con un minucioso estudio preliminar de los editores, en el que destacan las condiciones de realización de las entrevistas y presentan un resumen de algunos momentos de la vida de Palerm, que brindan al lector un contexto preciso. Destacan aspectos puntuales de su trayectoria: el comienzo de su participación política en España, su contacto con los refugiados españoles en México, en especial su encuentro con Ramón Mercader en vísperas del asesinato de Trotski, su formación inicial en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y el trabajo de campo, las disputas posteriores en el ámbito académico, su estancia en Estados Unidos, su regreso a México a mediados de la década de 1960 y su papel en la creación de nuevos espacios para la antropología social, como en la Universidad Iberoamericana y el Centro de Investigaciones Superiores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (CIS-lNAH), origen del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Otros aspectos sobresalientes de la edición son el índice onomástico de 30 páginas, que permite ubicar con facilidad fragmentos específicos de las entrevistas, y las notas a pie de página, que aclaran datos de contexto fundamentales. En cuanto a los contenidos del documento, puede decirse que la serie de encuentros no se limita a los aspectos académicos, en general más conocidos, sino que el conjunto puede dividirse en dos tramos. El primero, en las entrevistas 1 a 6, se refiere a su experiencia política en España, y el segundo, en las entrevistas 7 a 11, se concentra en su trayectoria académica.
En efecto, en el primer encuentro menciona su infancia en Ibiza, sus memorias familiares y el sistema educativo en español de finales de la década de 1920 y principios de la siguiente, en relación con la política y las prácticas religiosas. En la segunda entrevista se refiere a sus años de bachillerato, su contacto con las ideas de izquierda, su participación en el movimiento estudiantil, la influencia del anarcosindicalismo catalán en Ibiza y los comienzos de su militancia anarquista.
En la tercera conversación relata su participación en las huelgas del contexto republicano, la guerra civil, la primera vez que fue encarcelado, su formación militar y la experiencia de la participación en las brigadas antifascistas. Todos estos aspectos, junto con la vida cotidiana en el frente, marcada por el frío, las privaciones y las enfermedades, son retomados en la cuarta entrevista, en la que además detalla cómo fueron creciendo sus diferencias con los anarquistas y cómo en el contexto de la defensa decide ingresar al Partido Comunista (PC), pese a algunas divergencias.
La quinta entrevista comienza con consideraciones generales sobre el clima político y cultural de España en las postrimerías de la década de 1930 y prosigue con comentarios sobre la derrota republicana y la búsqueda de refugio en Francia, en febrero de 1939. Este pase de frontera se convierte en la reclusión en un campo de concentración, hasta que logra salir hacia México, en un contexto signado por penurias como hambre, frío y su precaria salud a causa de una herida provocada en el frente poco tiempo antes. Esta conversación continúa con el arribo del contingente de refugiados españoles a Veracruz, los primeros días ahí y el viaje hacia la ciudad de México.
Luego de relatar la situación inicial en el hotel, se refiere a su posterior traslado a un departamento en el que se sucedían febriles conversaciones políticas y se evaluaban las posibilidades de ir a la guerra:
La idea más loca que tuvimos fue presentarnos en la Embajada China y [...] decir que queríamos ir de voluntarios a China. El embajador chino nos recibió con mucha cortesía, nos invitó a tomar té; después nos explicó que había aproximadamente seiscientos millones de chinos y que media docena de españoles no arreglarían mucho [risa] (pp. 179-180).
En la sexta entrevista se refiere a su encuentro casual con Caridad y Ramón Mercader pocos días antes del asesinato de Trotski. Menciona la situación del partido comunista en Europa, América y Rusia -en particular, el destino de varios militantes españoles-, y su distanciamiento del partido. En el séptimo encuentro prosigue con la descripción de este panorama, las circunstancias de su ruptura con el PC en 1945 y cómo se arraigó en México, donde se casó, consiguió trabajos convencionales, emprendió viajes para conocer el país y retomó sus estudios de historia en la Escuela Normal Superior y luego en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Relata que por esos años le sugirieron que tomara cursos optativos de antropología en la ENAH para terminar la licenciatura en historia, lo cual representó un vuelco en su vida y el comienzo de su carrera académica.
Sin duda, los primeros años del exilio en México fueron clave, pero al parecer muy traumáticos. El conjunto de las entrevistas revela la memoria prodigiosa de Palerm, pero es notoria la diferencia en el lujo de detalles de los meses y años de 1928 a 1939 en España, mientras las memorias de lo acontecido entre 1940 y 1947 aparecen mezcladas y confusas. Sólo a partir de aquí las referencias vuelven a tener mayor precisión, es decir, en el periodo que corresponde al segundo tramo que mencionamos.
En la octava entrevista habla del ambiente académico en la ENAH, la interesante flexibilidad de la formación en esa institución, sus primeras experiencias de campo de la mano de Isabel Kelly, las dificultades para conseguir trabajo en la década de 1950 y la posibilidad de viajar a Estados Unidos para trabajar en la Organización de los Estados Americanos (OEA). Allí comienza a perfilar una descripción del sistema académico y su incidencia en las lealtades personales que le trajeron varios disgustos a partir de esta época. Se refiere en particular a su lugar como extranjero y las disidencias con algunos colegas mexicanos, tema con el que comienza la novena entrevista. En esta ocasión, se extiende sobre sus diferencias con Alfonso Caso -"quien no rendía pleitesía, homenaje, a Caso, estaba frito en toda el área de antropología" (p. 294)- y se detiene en los motivos que lo impulsaron a avanzar en la diversificación de instituciones dedicadas a la antropología en México, como una manera de evitar los monopolios y caciquismos. En esta conversación también hace referencia a sus años en Washington, en el Departamento de Asuntos Culturales de la OEA. Describe cómo sus actividades políticas allí causaron tensión en su relación con el gobierno estadounidense, hasta que en 1965 le ofrecieron un cargo en Perú dentro de la misma organización. En estos años volvió por primera vez a España desde su salida en 1939.
En la décima entrevista vuelve sobre su experiencia en la OEA, los viajes a otros países y sus estudios de doctorado relacionados con planificación regional, para luego relatar las dificultades y alternativas para reinsertarse en México y el panorama político en este país. Ya de regreso, dio clases en la ENAH hasta que el movimiento político universitario de 1968 terminó provocando la renuncia de casi todos los profesores del Departamento de Antropología Social. A partir de entonces, conformó con otros colegas el Departamento de Antropología Social en la Universidad Iberoamericana. A continuación, se refiere a la situación política y económica de ese entonces en México y en Madrid.
En la onceava entrevista relata la creación del CIS-INAH -ahora CIESAS- y comenta las condiciones de su autonomía y las líneas temáticas que desarrolló. Cierra hablando de sus planes y su situación personal de entonces. Como señalan los autores al comienzo de su estudio preliminar, aunque parece que todo está dicho acerca de la obra y el legado de Ángel Palerm, esto difícilmente es así. El reciente desarrollo de la línea de investigación sobre la historia/antropología de las antropologías nacionales1 hace que este documento resulte de lectura imprescindible.