Introducción
La presente investigación tiene el propósito de conocer la relación existente entre el autoerotismo, la Gaudibilidad y el machismo sexual, elementos que también se contrastarán con el sexo, identidad de género y preferencia sexual. Se considera al autoerotismo como una forma de apropiación del cuerpo y vivencia de los derechos sexuales, la Gaudibilidad es la capacidad de disfrute y el machismo sexual son las ideas sexistas aledañas al ejercicio de la sexualidad.
La indagación en temas de sexualidad y placer presenta grandes barreras ya que actualmente y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2017) en México los programas sobre salud sexual van enfocados a la salud reproductiva. Esto incluye de manera especial la prevención del embarazo adolescente, aunque la tasa de fecundidad ha disminuido considerablemente 17.9% en 2017 contra 19.4% del 2013, sin embargo, aún considerado como un problema de salud pública debido a que la maternidad en edades menores a 20 años representa un riesgo del 50% mayor al resto de las mujeres y bebés con respecto a mortalidad o complicaciones al nacer (OMS, 2014).
El autoerotismo ha sido considerado como método de prevención, ya que médicos y sexólogos han defendido la masturbación como una forma de sexualidad segura que proporciona una liberación sexual y reduce el riesgo de embarazos no de-seados e incluso enfermedades de transmisión sexual (Espitia y Torres, 2017). Existen diversas organizaciones como The Pleasure Project (2014) quienes defienden la toma de decisiones sobre el propio cuerpo. Añaden que el placer y el sexo seguro no son mutuamente excluyentes y que la Educación Sexual Integral no debería ser dirigida a la prohibición y miedo, mediante enfermedades de transmisión sexual o embarazos no deseados.
Separar el placer de temas de sexualidad ha generado gran debate, sobre todo en cuestiones de género, los cuerpos de mujeres y hombres se encuentran en una entramada discursiva que a través de los mandatos de género, en particular el de la mujer ha sido negado como espacio de placer autoerótico, como si el acceso al cuerpo propio se encontrara forzado a obtener satisfacción sólo si ésta proviene de un otro (heteronormado) y el autoerotismo resulta un elemento crucial emancipatorio y de transformación de los cautiverios que socialmente se han generado, como consecuencia de los estereotipos de género (Galán y Macías, 2019; Macías y Luna, 2018; Lagarde, 2014).
Autoerotismo y placer
La salud sexual es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018) como:
Un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad.
Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia. (p.3)
La posibilidad de tener experiencias placenteras también se retoma por la Asociación Mundial por la Salud Sexual (AMSS, 2014) quienes incluyeron el tópico dentro de su Declaración de los Derechos Sexuales como promotor de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual. Incluso la AMSS (2019) firmó la Declaración sobre el Placer Sexual donde le reconoce como:
la satisfacción y disfrute físico y/o psicológico derivado de experiencias eróticas compartidas o solitarias incluidos pensamientos, fantasías, sueños, emociones y sentimientos. Así mismo decreta que el placer sexual debe ejercerse dentro del contexto de los derechos sexuales, particularmente a la igualdad, la autonomía y la integridad corporal y que no se obtenga al violar los derechos humanos y el bienestar de otras personas. (p.1)
Además, el autoerotismo también se considera como facilitador de la satisfacción cuando elijan establecer algún tipo de relación sexual con alguien más (Cavendish, 2010). Para Garrido (2019) el autoerotismo o masturbación “puede funcionar como una herramienta contrasexual, un espacio donde se realizan las distintas performatividades y se producen agresiones al sistema de sexo/género” (p. 6) y añade: “masturbación en primera instancia libera al sujeto, reivindica la autonomía del placer, del deseo” (p. 12).
Butler (2017) define al autoerotismo como la excitación y satisfacción, la cual se relaciona a la emoción sexual generada por la misma persona, muchas veces, mediante la masturbación. Por otro lado, The Penguin Dictionary of Psychology (2009) aclara que, aunque la masturbación es el ejemplo clásico de un acto erótico, el término se utiliza también para fantasías y sueños, entre otros.
Para Havelock Ellis (1910) quien fue el primero en introducir el término autoerotismo involucra a la mente y al cuerpo, los cuales producen pensamientos o sensaciones sexuales sin necesidad de un estímulo externo. Asimismo, afirma que es un aspecto natural de cada persona e incluye todo comportamiento que genere placer sexual, orgasmos durante el sueño y también el narcisismo.
Por tanto, el autoerotismo, para esta investigación, se presenta como posibilidad autogestionada de placer individual, que comprende fantasías, sueños, exploraciones, excitación, deseo y libertad, posibilidad de satisfacción mental o física que no necesariamente proviene de un estímulo externo y no se reduce a la masturbación, también puede estar enlazada al narcisismo y actividades que provienen de un placer autónomo.
Gaudibilidad
La Gaudibilidad es la posibilidad de disfrute, que no se limita a lo sexual, ni a lo autoerótico, sino a la posibilidad de obtener satisfacción en diferentes situaciones. Padrós, Herrera y Gudayol (2012) la definen como aquello:
que engloba todos aquellos procesos que median entre los estímulos y el disfrute que las personas experimentan, es decir, el conjunto de moduladores que regulan las sensaciones subjetivas de vivir experiencias gratificantes en mayor o menor grado de intensidad, en mayor o menor número de situaciones y durante periodos de tiempo más o menos prolongado. De manera que cuando más alta es la Gaudibilidad, más probabilidades tienen las personas de disfrutar. (p.2)
Un nivel elevado de Gaudibilidad, supone una experiencia frecuente e intensa de disfrute, que a su vez incrementa y mejora otros moduladores de disfrute, es decir que genera un espiral positivo hacia el bienestar (Fredrickson y Joiner, 2002).
La Gaudibilidad ha sido parte de diversos estudios con pacientes hipertensos (Padrós, Sierra y Martínez, 2019), pacientes esquizofrénicos (Padrós, Martínez y Cruz, 2011), con lesión en médula espinal (Padrós, Martínez, Martin y Curcoll, 2013a; 2013b) y pacientes con VIH (Montoya, Huerta, Fulgencio, Correa y Martínez, 2016) por lo cual, la presente investigación presenta un innovador enfoque relacionado con el disfrute asociado al autoerotismo.
Mandatos de género y sexualidad
El machismo es definido como una serie de comportamientos masculinos cuyo objetivo es la exclusión de la mujer del territorio del poder (García, Hidalgo, López y Román, 2018). Esto se relaciona al cuerpo como eje de la sexualidad y el placer que se norma para ser dirigido a otros, antes que al suyo (Lagarde, 2014). Mardones y Vizcarra (2017) mencionan que en cada sociedad se plantea un modelo de masculinidad hegemónico que impone normas para ser un “hombre de verdad” y que un dato recurrente es el rechazo de lo femenino y lo infantil.
La teoría feminista argumenta que existe cierta identidad genérica de las mujeres que ha sido construida históricamente y es una de las creaciones de las sociedades patriarcales, lo cual se presenta como una condición de opresión hacia las mujeres, muchas veces replicada de forma voluntaria por los elementos discursivos y la socialización sexista normalizada (Lagarde, 2014).
El dominio del hombre sobre la mujer en la sociedad como causa central de la opresión (Ramos, 1997) que se convierte en una cuestión estructural de pautas ligadas al sistema género/sexo concepto introducido por Rubin (1986) que define la producción social y cultural de los roles de género propios de cada sexo: Hombre/masculino y Mujer/femenina. Dichos comportamientos también son llamados mandatos de género (Lagarde, 2014).
El ejercicio de la sexualidad y el acceso al cuerpo propio se encuentran mediados por los elementos históricos, las prácticas que provienen de las estructuras de poder (D’Antoni y Sancho, 2019) como el machismo. Lagarde (2012) considera que la causa feminista se relaciona con la eliminación de los cautiverios, el combate a la desigualdad y la satisfacción de necesidades vitales. En contraste, Martínez-Munguía y Galán-Jiménez (2015) hablan del mandato masculino ejercido en forma de transgresión hacia las mujeres y a sí mismos, en especial en los ritos de iniciación en donde se fuerzan a entrar en relaciones sexuales sin desearlo, para demostrar su hombría y potencia.
El machismo se presenta en ideas, creencias y aspectos implicados en la sexualidad como abusos, embarazos no deseados (por el rechazo al uso de preservativo), transmisión deliberada de enfermedades y otras formas de daño. Para evaluar estas creencias machistas Díaz, Rosas y González (2010) crearon la escala de machismo sexual empleada en esta investigación.
Cruz, Romero y Erari (2013) encontraron que para las mujeres el romanticismo y la entrega hacia la pareja son los factores que más generan el deseo sexual, seguidos de los factores de excitación y atracción. Similar a Macías, Luna, Martínez y Guevara (2018) que mencionan en su investigación una correlación positiva (r=.304) entre mujeres y el mandato de género de pasividad, asociada al enamoramiento y a conductas de riesgo como son tener sexo sin protección y ceder ante los pedidos de la pareja. Estas violencias mucho más sutiles y encubiertas se definen por Cuenca (2015) como microviolación o violación consentida, en la cual las mujeres acceden a tener relaciones sexuales por sentirse presionadas “la socialización de género, las relaciones de poder, los mecanismos de control social, la falta de educación y comunicación sexual y la propia concepción de la violencia, son aspectos que favorecen la aparición e invisibilización de esta auto-micro-violencia sexual” (p. 66).
Geer y Robertson (2005) en su Inventario de actitudes negativas hacia la masturbación encontraron que las mujeres puntuaron más alto en culpabilidad y actitudes negativas hacia la sexualidad. Moral (2011) reporta correlación entre masturbación y placer, sin diferencia entre sexos y concuerda con Ortega, Ojeda, Sutil y Sierra (2005) quienes añaden que en jóvenes que no se masturban se encuentra mayor culpabilidad, actitudes negativas y mitos alrededor de la sexualidad. Inclusive entre sus hallazgos se encuentra una correlación positiva (r, = .30, p< .01) entre masturbación y actitudes hacia la sexualidad, asociada a placer y satisfacción.
A partir de lo expuesto previamente, se podría concluir, que el autoerotismo puede ser un espacio que emancipa y permite que una persona se libere de los mandatos de género y se apropie de su cuerpo, desafiando aquellos de virilidad y potencia, y a su vez la de pasividad y abnegación (mandatos para ambos sexos, como plantean Galán y Valadez, 2019).
Muestra
Se recopiló con la población de San Luis Potosí y participantes voluntarios de la encuesta que fue realizada en una versión en Google forms con el fin de expandir la red de participación y hacer más libre la respuesta debido a lo sensible de la temática. La muestra se compuso de 277 participantes voluntarios, seleccionados por su interés en participar. El 62% fueron mujeres, 37.1% hombres y 0.72% intersexuales con una media de edad de 25 D.E. 7.23. Los participantes fueron mayores de edad en su totalidad. Sólo se tuvo como criterio de exclusión a aquellos que no dieron su consentimiento para el uso de sus respuestas (al inicio de los resultados se hace una descripción profunda de otras características de la muestra).
Procedimiento
La encuesta se difundió en redes sociales, con criterio de inclusión que se tratase de mayores de 18 años de edad, se inició con un consentimiento informado con información de contacto, de las escalas y temática, en el cual se indicó la finalidad de publicar de forma anónima los resultados que se obtendrían de la participación de quien accediera a responder la encuesta.
Instrumentos
Se aplicó una encuesta de indicadores sociodemográficos y mandatos de género: este apartado se compone de 15 elementos en los cuales se pregunta edad, sexo, identidad de género, orientación sexual, ocupación y además de esto se encuentran ítems que se responden en formato de elementos Likert desde 1 “completamente en desacuerdo” a 5 “completamente de acuerdo” donde se indaga sobre el nivel de concordancia de los participantes sobre: identificación con el feminismo, respeto por el cuerpo propio, cuidado y decisiones sobre el cuerpo propio; así como indicadores de mandatos de género tomados de una escala realizada por Macías y Luna (2018) que incluye: siento que si eres atractiva te valoran más, creo que no imagino una vida sin pareja, se siente bien tener varias parejas a la vez, debo tener relaciones sexuales aunque no lo desee tanto y creo que hay que tener relaciones sexuales cada que se presente la oportunidad.
El cuestionario de autoerotismo (elaborado por los autores de esta investigación), el cual presenta un total de 12 ítems (de los cuales los ítems 5, 6 y 9 son de direccional invertida) elementos de tipo Likert de cinco valores de concordancia que van desde “totalmente en desacuerdo” a “totalmente de acuerdo”. Es un instrumento unidimensional con una varianza explicada de 59.48% y una confiabilidad de .91.
La escala de Machismo Sexual de 12 ítems (Díaz, Rosas y González, 2010) tipo Likert con una puntuación de uno (totalmente en desacuerdo) a cinco (totalmente de acuerdo). La prueba cuenta con un alfa de Cronbach de .91.
La Escala de Gaudibilidad (EGP) de Padrós, Herrera y Gudayol (2012) con 20 ítems que van de cero a cuatro, iniciando con “nada de acuerdo” y la puntuación más alta es “totalmente de acuerdo”. El total de la prueba se obtiene sumando los resultados de los ítems y oscila entre el 0 y el 92 siendo que un alto resultado se traduce como una alta Gaudibilidad o potencialidad para disfrutar. Posee una consistencia interna de αa =.84 a αa =.86, y una confiabilidad test-retest a dos meses de r =.74.
Resultados
Las estadísticas descriptivas de los sociodemográficos y el total de las escalas se muestran en la Tabla 1. Por otro lado, se puede apreciar en la Tabla 2 que del total de la muestra, solamente el 67.15% afirmó buscar placer en el propio cuerpo, un 71.12% reconoce masturbarse y 60.65% ve a su propio cuerpo como origen de placer. Casi un 20% acepta desconocer qué hacer para darse placer a sí mismos. El 23% evita tocarse y cerca de 10% cree que la única forma de conseguir un orgasmo es mediante una relación sexual. Por último, un 30% no disfruta tener sueños eróticos.
Desviación | ||||
Estadísticos | Media | Estándar | Mínimo | Máximo |
Soy feminista | 3.59 | 1.17 | 1 | 5 |
Respeto mi cuerpo | 4.45 | 0.80 | 1 | 5 |
Cuido mi cuerpo | 4.04 | 0.89 | 1 | 5 |
Yo decido sobre mi cuerpo | 4.80 | 0.56 | 1 | 5 |
Mi cuerpo me pertenece solamente a mí | 4.88 | 0.51 | 1 | 5 |
Siento que si eres atractiva te valoran más | 3.34 | 1.14 | 1 | 5 |
Creo que no me imagino la vida sin una pareja | 2.14 | 1.16 | 1 | 5 |
Se siente bien tener varias parejas a la vez | 1.81 | 1.04 | 1 | 5 |
Debo tener relaciones sexuales aunque no lo desee tanto | 1.41 | 0.80 | 1 | 5 |
Creo que hay que tener relaciones sexuales cada que se presenta la oportunidad |
1.99 | 1.23 | 1 | 5 |
Procuro satisfacerme con mi propio cuerpo | 3.90 | 1.17 | 1 | 5 |
Me masturbo | 4.02 | 1.33 | 1 | 5 |
Veo mi cuerpo como origen de placer | 3.72 | 1.28 | 1 | 5 |
Total autoerotismo | 49.22 | 8.78 | 21 | 60 |
Total Gaudibilidad | 58.45 | 7.57 | 30 | 75 |
Total machismo sexual | 17.93 | 4.65 | 12 | 35 |
Pregunta | Respuestas negativas de acuerdo con el ítem |
Respuestas afirmativas de acuerdo al ítem |
||
Frecuencia | Porcentaje | Frecuencia | Porcentaje | |
Procuro satisfacerme con mi propio cuerpo | 37 | 13.36 | 189 | 67.15 |
Me masturbo | 48 | 17.33 | 197 | 71.12 |
Veo mi cuerpo como origen de placer | 52 | 18.67 | 168 | 60.65 |
Sé qué hacer para hacerme sentir placer | 20 | 7.22 | 222 | 80.15 |
Desconozco qué hacer para darme placer | 80.51 | 10.11 | 28 | 10.11 |
Evito tocarme | 77.26 | 7.94 | 22 | 7.94 |
Me he provocado un orgasmo | 75.45 | 15.88 | 44 | 15.88 |
Solo se pueden conseguir orgasmos durante una relación sexual con otro |
9 | 3.25 | 251 | 90.61 |
Evito masturbarme | 24 | 8.66 | 218 | 78.70 |
Disfruto tener sueños eróticos | 26 | 9.39 | 193 | 69.68 |
Tengo rituales para consentirme | 96 | 34.66 | 131 | 47.29 |
Acepto lo que me hace sentir bien | 11 | 3.97 | 249 | 89.89 |
Los resultados en la Tabla 3 muestran una relación baja pero significativa entre feminismo, autoerotismo y masturbación. Una asociación media entre respetar el cuerpo y su cuidado, relaciones bajas pero negativas con tener varias parejas, tener relaciones sexuales sin desearlo (esto se encuentra igual con el cuidado del cuerpo) y cada que se presente la oportunidad, además presenta relación positiva pero baja entre autoerotismo y Gaudibilidad, y negativa baja con machismo sexual. Decidir sobre el cuerpo y pensar que le pertenece a la persona tiene una asociación media, y de forma negativa machismo sexual y el tener relaciones sin desearlo. Esta última variable también se relaciona negativamente a la idea del cuerpo como propio y de forma positiva a tener varias parejas, así como tener relaciones cada que se tiene oportunidad. Por último, se destaca la Gaudibilidad asociada al autoerotismo de forma media-baja. La masturbación asociada de forma media-alta al autoerotismo (r=.76 p< .001). De igual forma en la Tabla 3 se puede apreciar que existe una relación media-baja pero significativa entre el autoerotismo y la Gaudibilidad (r=.40 p< .001). Por otro lado, no se encuentra relación entre la Gaudibilidad y el machismo sexual. Sin embargo, se encuentra una relación positiva baja pero significativa entre el machismo sexual y el autoerotismo.
Variables | Soy feminista |
Respeto mi cuerpo |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 |
1 Cuido mi cuerpo | ‐0.1 | 0.59*** | - | ||||||||
2 Yo decido sobre mi cuerpo | 0.03 | 0.36*** | 0.32*** | - | |||||||
3 Mi cuerpo me pertenece solamente a mí |
0.03 | 0.4*** | 0.26*** | 0.66*** | - | ||||||
4 Se siente bien tener varias parejas a la vez |
0.06 | ‐0.2** | ‐0.1 | ‐0.2*** | ‐0.1 | - | |||||
5 Debo tener relaciones sexuales aunque no lo desee tanto |
‐0.1 | ‐0.2*** | ‐0.3*** | ‐0.4*** | ‐0.4*** | 0.3*** | - | ||||
6 Creo que hay que tener relaciones sexuales cada que se presente la oportunidad |
‐0.1 | ‐0.2** | ‐0.1* | ‐0.2** | ‐0.2*** | 0.2*** | 0.4*** | - | |||
7 Total autoerotismo | 0.26** * | 0.16** | 0.08 | 0.23*** | 0.15* | 0.1* | ‐0.1 | 0.1 | - | ||
8 Total Gaudibilidad | 0.02 | 0.25*** | 0.29*** | 0.24*** | 0.21*** | 0 ‐ | 0.1* | 0.1 | 0.4*** | - | |
9 Total machismo sexual | 0.05 | ‐0.2** | ‐0.2* | ‐0.2** | ‐0.2** | 0.4 *** | 0.22*** | 0.2*** | 0.1 | ‐0 | - |
10 Me masturbo | 0.22** * | ‐0.1 | ‐0.1 | ‐0 | ‐0 | 0.2** | 0.04 | 0.1* | 0.8*** | 0.15** | 0.2*** |
* p < .05, ** p < .01, *** p < .001
Se realizó una comparación de autoerotismo y sexo mediante el análisis de ANOVA F=6.38, p<.002 y η²=.045 se dividió en hombre, mujer e intersexual. Se encontró una diferencia significativa con un efecto negativo entre mujeres y hombres (d= -0.44) implicando una menor autoerotización en mujeres en contraste con los hombres, y una diferencia similar entre mujeres e intersexuales (d=-0.46).
Con respecto a Gaudibilidad y la variable sexo se realizó el comparativo de medias y se encontró una F= 4.86 p<.008 y η² =.034 mostró que las mujeres puntúan más bajo que los hombres (d=-0.31) pero más alto que los intersexuales (d=1.21) de igual forma, los hombres obtienen puntaje más alto que los intersexuales (d=1.54) sin embargo, debido al tamaño muestral no resultan significativas las diferencias de ambos sexos con las personas intersexuales. Y, finalmente, con esta misma condición en machismo sexual se encontraron diferencias F=5.26, p<.006 η² =.037 las mujeres con menor puntuación que los hombres (d=-0.33) menor puntuación que los intersexuales (d=-1.15, p<.05) y un efecto alto (d=-1.46) entre hombres e intersexuales, siendo estos últimos los más altos en esta medida.
Se realizó también una división por identidad de género donde los resultados contrastado con Autoerotismo F=5.56, p<.004 η² =.039 muestran que existe una diferencia significativa y negativa entre aquellos que se consideran con una identidad de género femenina y aquellos con masculina (d=-0.38). En Gaudibilidad F=5.84, p<.003 η² =.041 aparecen diferencias con un efecto grande entre personas que se identifican como no binarias con personas que se identifican con género femenino (d=1.53) y masculino (d=1.40) con mayor disfrute en personas binarias.
Discusión
El autoerotismo como posibilidad autogestionada de placer individual, que comprende fantasías, sueños, exploraciones, excitación, deseo y libertad, posibilidad de satisfacción mental o física que no necesariamente proviene de un estímulo externo y no se reduce a la masturbación, también puede estar enlazada al narcisismo y actividades que provienen de un placer autónomo.
Los datos obtenidos permiten inferir que el autoerotismo y el disfrute (Gaudibilidad) se encuentran asociados, al igual que la masturbación, justo como se vio en Garrido (2019) y Moral (2011) quienes afirmaban que el placer sexual se encontraba relacionado con la masturbación, así como a la posibilidad de la liberación de elementos opresores. Por otro lado, se encontró a su vez relación positiva entre el autoerotismo y el machismo sexual, sin embargo, la asociación es baja y podría considerarse que responde a los mandatos de género masculinos de virilidad y potencia sexual. Por tanto, un mayor ejercicio de la sexualidad y el acceso al cuerpo como plantean Macías y Luna (2018) los mandatos de género masculinos en oposición a la pasividad como aquello más atribuido a lo femenino, así como, la asociación del autoerotismo con la búsqueda de una mayor cantidad de parejas.
El autoerotismo se asocia a la identificación con el feminismo, las personas identificadas con esta ideología se encontraron con mayor posibilidad de acceso a su propio autoerotismo, es decir, a la generación de placer, la apropiación del cuerpo y por tanto la ruptura con los mandatos de género tradicionales. Cuestión que reitera la propuesta de Lagarde (2012) sobre la liberación de los cautiverios como parte del movimiento feminista al igual que Cuello (2016) la posibilidad de ruptura con lo patriarcal y el referente masculino-femenino.
La Gaudibilidad se asocia al cuidado del cuerpo y su apropiación, y negativamente a las relaciones sexuales sin consentimiento. La Gaudibilidad y su relación negativa con el sentirse forzada(o) a tener relaciones sexuales, permite afirmar lo que Cuenca (2015) reporta de forma cualitativa, nombrado microviolación, en el cual no existe disfrute en este tipo de prácticas que surgen como imperativos sociales en el patriarcado y las ideas del machismo sexual (significativamente ligada a ellas). La Gaudibilidad tiene menor puntaje en personas intersexuales, cuestión íntimamente relacionada con las ideas binarias y heteronormativas, elementos que se advierten por Bodenhofer (2020), las personas no binarias como un grupo que no recibe los privilegios patriarcales, que comúnmente viven violencia y castigos provenientes de los grupos dominantes (cis-binarios) que aluden a un problema social sobre “la gestión y dominación de los cuerpos, las sexualidades y los géneros” (p. 121).
El machismo sexual se asocia a los mandatos de género masculinos, y por tanto, al desconocimiento del cuerpo como propio, como el lugar de respeto y decisión, a su vez, mucho más relacionado con la búsqueda de múltiples parejas y la potencia sexual (tener relaciones cuando hay oportunidad y aunque no se deseen). Prácticas que ponen en riesgo la salud sexual (AMSS, 2014; OMS, 2018) y que se convierten en formas de dominio, violencia y descuido. El machismo sexual se registra con menor puntuación en mujeres. Y mucho menor en contraste con intersexuales. También al descuido del cuerpo y a la imposición de tener relaciones sexuales no deseadas como parte de los mandatos de género (Lagarde, 2012). Lo opuesto a lo que proponía Keijzer (1997) como descuido e irrespeto por el cuerpo propio.
La asociación entre el cuidado del cuerpo, el sentido de pertenencia y su relación negativa con tener relaciones no deseadas (más asociada al machismo sexual), forma un panorama de la propuesta de este artículo inserta en su relación con la apropiación del cuerpo y la decisión sobre la sexualidad. La posibilidad de elección de la interacción con los demás y lo externo, así como con la identidad y lo propio, conducen al estudio y abordaje de las conductas de autoerotismo como esa ruptura, que genera la posibilidad de apropiación del cuerpo del acceso al deseo, a la autorreferencia y autoconocimiento. Dicha cuestión se confirma al encontrar la autoerotización como una posibilidad de mucha menor práctica en la población intersexual.
Los resultados reflejaron que casi un 30% de adultos no se han autoestimulado sexualmente, y 20% que actualmente evita tocarse. Lo prohibido, probablemente causado por creencia y actitudes negativas hacia la misma sexualidad, e inclusive a lo autogestionado en los sueños, desemboca seguramente en insatisfacción como apuntó Moral (2011) quien asegura que el placer se encuentra asociado a la frecuencia y constancia de la masturbación (o lo autoerótico). El autoerotismo y su aceptación como reto aún vigente, Ortega, Ojeda, Sutil y Sierra (2005) advertían la importancia de promover el conocimiento y aceptación del cuerpo propio, aquello que puede ocurrir siempre y cuando se combata a las creencias negativas que le circundan.
El feminismo aparece como una posibilidad de apropiación del placer y autoerotismo, una apertura para acceder al cuerpo propio. De forma opuesta, el machismo sexual como el descuido del cuerpo y el mandato de virilidad que obliga a una sexualidad no deseada. Los discursos patriarcales no se limitan a la vida pública y los estereotipos de género también atañen a la vivencia, conocimiento y actuación sobre el propio cuerpo, su placer y sexualidad. Es en este sentido que los esfuerzos por aproximarse desde múltiples saberes y prácticas permiten desvelar las implicaciones tanto de la sociedad constituida como la conocemos, como de las aristas y oportunidades que el feminismo se encuentra aperturando.
Por último, esta investigación reconoce las vivencias de poblaciones que no se identifican con el sistema cis género binario, sin embargo, la muestra fue muy pequeña, también en personas intersexuales, lo cual abre la posibilidad de ampliar en un futuro el estudio y, de esta forma, abarcar una muestra mucho más diversa. Sin embargo, aún con estas características, la información recabada permitirá, en conjunto con la escala de autoerotismo, aproximarse a las realidades de género, sexualidades y prácticas que se mantienen censuradas socialmente y en el mundo de la ciencia.