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Papeles de población

versão On-line ISSN 2448-7147versão impressa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.17 no.69 Toluca Jul./Set. 2011

 

Presentación

 

Los demógrafos de Naciones Unidas han proyectado que en el mundo habrá a fi nales del mes de octubre de 2011, siete mil millones de habitantes y podría superar los 10 mil millones en el presente siglo. Este hito poblacional se acompaña de éxitos, reveses, paradojas y grandes desigualdades en el campo y la ciudad cuyas diferencias son mayores entre ricos y pobres. Estos argumentos son coincidentes con la de los demógrafos mexicanos al mostrar su preocupación en el aumento de población que consideran es un gran reto, una ventana de oportunidad y también una llamada a la acción para incidir en millones de habitantes en un contexto del agravamiento de la desigualdad social.

En lo que se refiere a México, propios y extraños han reconocido los logros en materia de regulación de la fecundidad en México que indican han sido extraordinarios. Llegamos a menos de 100 millones de mexicanos en el año 2000, la tasa de crecimiento demográfico de uno por ciento casi se alcanzó aunque apoyada por la fuerte migración internacional y específicamente a Estados Unidos. La tasa de crecimiento demográfico pasó de 3.5 por ciento anual en 1970 a una cifra de 0.8 por ciento anual en la actualidad. En poco más de tres decenios la tasa de crecimiento demográfico se redujo casi a la cuarta parte. En los años de 1970, México se consideraba un país joven, hoy podemos decir que es un país maduro y en dos o tres decenios México será un país en acelerado proceso de envejecimiento, para lo que no estamos preparados. ¿Cuál debe ser la Política de Población en el presente siglo? Urge encontrar respuesta a esta interrogante, es decir, analizando los problemas y planteando soluciones para atender problemas para las generaciones que vienen. Habrá que actualizar nuestro marco teóricos metodológico, el normativo y establecer objetivos claros sobre el futuro demográfico que queremos mediante predicciones cuantitativas y cualitativas., hace un reconocimiento a la comunidad académica que fue fundamental para el logro de estos objetivos y que recayeron en los pioneros de la demografía: Victor Urquidi, Gustavo Cabrera, Raúl Benítez y Jorge Martínez Manautou entre otros.

Este número de incluye cuatro secciones temáticas: la primera que justamente hace referencia al trabajo pionero de los demógrafos y su aportación al desarrollo del país, así como de las proyecciones de la tabla de mortalidad; la segunda refiere a la integración y migración calificada, la tercera a los adultos mayores y la vulnerabilidad social, por último, la cuarta esta dedicada a la educación.

En la primer sección abrimos con el trabajo de Carlos Welti, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, que a través de un recorrido histórico muestra, cómo se fue desarrollando en México la Demografía como una disciplina científica, que se propone conocer la realidad social y hacer evidentes los determinantes del crecimiento de la población y su interacción con otras variables sociales, de tal manera que este conocimiento sirva para fundamentar acciones que tengan como intención modificar la dinámica demográfica a través de políticas y programas en esta materia. Los novedoso de este artículo, lo constituyen las referencias a los pioneros de la Demografía, que desde su particular punto de han sido ignorados o cuando menos no suficientemente reconocidos sus aportes a esta disciplina. Alejandro Mina, profesor/investigador de El Colegio de México, haciendo uso de polinomios de n-ésimo le permiten obtener escenarios futuros de las series de sobrevivientes lx, que dan lugar a las proyecciones de la mortalidad mexicana para los años 2010-2050. El autor genera tablas completas de mortalidad para hombres y mujeres de dicho periodo, resaltando las diferencias entre sexos y edades de sus probabilidades de supervivencia y las ganancias en las esperanzas de vida.

En la segunda sección se expone el trabajo de Rafael Alarcón, investigador de El Colegio de la Frontera Norte y Telésforo Ramírez-García del Consejo Nacional de Población su preocupación se centra en integración de los migrantes. Con base en la American Community Survey de 2007 y mediante un análisis comparativo de indicadores tales como: nivel de escolaridad, manejo del idioma inglés, naturalización, participación en el mercado laboral y propiedad de la vivienda el estudio revela que los inmigrantes mexicanos presentan comparativamente un patrón de integración en desventaja, sin embargo, a pesar de esto, están fuertemente integrados a la economía de Los Ángeles que ha experimentado un grave proceso de reestructuración, degradación e informalidad.

Por su parte, Fernando Osvaldo Esteban del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina, el cual investigó las tendencias actuales de la migración calificada de latinoamericanos y caribeños hacia países de la OCDE, centrándose en los que tienen como destino Estados Unidos. Sus hallazgos apuntan a un incremento del stock de migrantes y que 40 por ciento de los profesionales no encuentran empleo en profesiones de ámbito científico e ingenierías encontrándose subocupados y su talento desperdiciado.

En la tercera sección escriben Diego Sánchez González y Carmen Egea Jiménez, investigadores Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad de Granada, respectivamente. Los autores reflexionan sobre el contexto actual de los estudios referidos al enfoque de la vulnerabilidad social, analizando su alcance en el estudio de los adultos mayores. La metodología se centra en el análisis crítico de una amplia revisión bibliográfica. Sus conclusiones indican que la proliferación de trabajos sobre vulnerabilidad social no ha estado exenta de crítica y falta de consenso. Para ello proponen nuevas reflexiones teóricas y metodológicas, a partir del análisis y clarificación de los componentes y elementos del enfoque de la vulnerabilidad social, para estudiar las desventajas sociales y ambientales, y sus implicaciones en grupos desfavorecidos, como las personas adultas mayores. Así, se plantean la comprensión de la vulnerabilidad social como un enfoque, que desde el punto vista metodológico, supone el análisis de los riesgos y activos de grupos desfavorecidos, como los adultos mayores. El enfoque crea expectativas para que sean referentes en las políticas sociales y en la planificación gerontológica. En este mismo tenor tenemos el trabajo histórico de María de Lourdes Acosta López de El Colegio de Estudios Superiores Hispanoamericano y José Aurelio Granados Alcantar de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, quienes se interesaron por las cohortes de edades de 65 años o más. En su exposición argumentan que los eventos demográficos y sociales marcaron el rumbo de las cohortes de 65-74 y 75 y en una entidad con marcados contrastes de su desigualdad influyeron en su manera de llegar a la vejez.

En la cuarta sección temática se expone el trabajo de Emilio Blanco profesor/investigador de El Colegio de México, el cual trata acerca del peso relativamente reducido de la escuela en los aprendizajes, controlando factores individuales y del entorno, según el autor, puede cuestionarse si se adopta un criterio diferente sobre qué variables "pertenecen" a cada uno de estos ámbitos. Concretamente, al levantar el supuesto de que el entorno no puede ser influido por la escuela, los análisis jerárquicos que se presentan en su trabajo muestran que la mayor parte de la varianza en los aprendizajes es explicada por variables de la interfaz escuela-entorno, así como por la interacción entre estos ámbitos. Estos resultados contribuyen a modificar la concepción sobre el tamaño del "efecto escuela" en México, así como sobre los mecanismos por los que ocurre, y obligan a repensar las políticas de mejora educativa en el país. Gabriela L. Galassi y Marcos J. Andrada del CONICET, Argentina, sostienen que la educación es uno de los principales determinantes de los ingresos de los individuos. Además, es importante controlar las características socioeconómicas y demográficas, porque la calidad de vida y los hábitos afectan el modo de inserción en el mercado laboral y, en consecuencia, los ingresos. Los autores indagan la relación empírica entre el ingreso y la educación recibida para los trabajadores de seis regiones de Argentina para el año 2010, empleando los datos de la Encuesta Permanente de Hogares. Se emplea la conocida especificación de la Ecuación de Mincer, incorporando dos refi namientos: la corrección de Heckman por sesgo de selección, y la introducción de una serie de variables socioeconómicas y demográficas mutuamente correlacionadas en el modelo.

Los contenidos de este número de invitan a la reflexión de los aportes de la demografía en México así como de algunos de sus más grandes precursores del siglo XX. En este siglo que inicia se esperan respuestas claras, determinadas, contundentes; que no llegan, porque la ciencia demográfica reflexiona cada vez menos sobre el futuro de la población y los grandes desafíos que se acompaña con el desarrollo nacional.

Juan Gabino González Becerril
Director

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