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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.15 no.60 Toluca abr./jun. 2009

 

La dinámica migratoria en un escenario de migración reciente: ¿un patrón inédito?

 

The dynamics of migration in the context of recent migration: a new pattern?

 

María de Jesús Santiago-Cruz

 

Colegio de Posgraduados

 

Resumen

El artículo analiza la dinámica actual de la migración rural internacional, tomando el caso de la migración rural de Campeche hacia Estados Unidos. Los resultados permiten ver la aceleración del fenómeno migratorio en los cinco años recientes; asimismo, que la mayoría de los migrantes ya estaban incorporados al mercado de trabajo antes de salir. En la estructura del ingreso familiar, las remesas ocupan un lugar central e inciden en la distribución del ingreso rural. Se demuestra que, en la lógica de los migrantes, las remesas son vistas como un medio para garantizar un nivel de vida a sus familias y no van destinadas expresamente a fines productivos.

Palabras clave: migración rural, ingreso, remesas, Campeche.

 

Abstract

Based on information from rural migrants in Campeche, Mexico, to the United States, we empirically study the dynamics of international rural migration. We find both a significant acceleration of migration in the last five years, and that most migrants were already incorporated into the labor market before leaving. In the structure of family income remittances are central and affect the distribution of rural income. It is demonstrated that, in the logic of migrants, remittances are seen as a means to ensure a current standard of living to their families and not targeted specifically to productive use.

Key words: rural migration, income, remittances, Campeche.

 

Introducción

El objetivo de este artículo es presentar elementos de análisis sobre la dinámica migratoria que se da en situaciones de migración rural internacional reciente. Se ejemplifica tomando el caso del estado de Campeche, entidad federativa que junto con los otros estados de la región sur-sureste de México ha mostrado gran celeridad en su comportamiento migratorio en años recientes, expresado tanto en número de migrantes, como en recepción de remesas internacionales.1 Pero Campeche tiene además otras particularidades respecto a su experiencia migratoria, pues ha sido a su vez receptor de migrantes, tanto nacionales, en diferentes épocas de colonización en el siglo XX,2 como de migrantes internacionales, principalmente con la población de guatemaltecos que a raíz de conflictos sociopolíticos dejó su país y llegó al Campeche rural en la década de 1980.

De allí surgen muchas preguntas, por ejemplo: ¿quién se va y por qué se va la población? ¿Cómo ha influido la migración en la vida social y en el ingreso rural, familiar y de la localidad? ¿Existen rasgos específicos que distingan el proceso migratorio observado en Campeche de otros, considerados como de migración tradicional, por ejemplo, el que se observa en Guanajuato, Zacatecas o Jalisco? En este documento se presentan y discuten resultados que provienen de un proyecto de investigación financiado por los fondos mixtos Conacyt-Gobierno del estado de Campeche, llevado a cabo en los años 2006 y 20073, mediante el cual se busca delinear la dinámica migratoria que involucra a poblaciones rurales y que se observa actualmente.

 

Contexto socioeconómico de la migración rural en Campeche

El estado de Campeche se ubica en el sureste mexicano y es una de las tres entidades que conforman la península de Yucatán. La población estatal actual es de aproximadamente 754 730 habitantes4 distribuidos en once municipios,5 que en total ocupan una superficie de 56 858.84 kilómetros cuadrados.6 La densidad de población por kilómetro cuadrado es de 13.2 habitantes, que es relativamente baja en el concierto nacional.

Actualmente, la economía del estado está notablemente influida por el petróleo, en contraposición a la magra presencia del sector agropecuario. Así, en 2004 podía verse que mientras las actividades agropecuarias absorbieron 25 por ciento de la población económicamente activa, generaron apenas 2.6 por ciento del PIB estatal.7 De este dato puede inferirse una situación de ocupación disfrazada, conocida también como subocupación, en el sector agropecuario.

Así como puede hablarse de una "polarización" en la composición del PIB, idéntica situación se aprecia en la distribución de la población: baja participación en ciudades pequeñas y medianas,8 y mayor participación, casi semejante, entre áreas rurales y ciudades "grandes".9

En 2005, Campeche tuvo un producto interno bruto de 7 406 millones de dólares,10 dato que significaría un producto per cápita aproximado de 8 060 pesos mensuales.11 Sin embargo, en una apreciación más detallada y con el apoyo de otras estadísticas oficiales, vemos que cerca de dos tercios de la población ocupada percibe mensualmente menos de tres salarios mínimos.12 Cabe esperar, entonces, que los grupos de ingresos medios y altos estarían influyendo decisivamente en el dato promedio de 8 060 pesos mensuales de ingreso per cápita.

Gráfica 1.1

Gráfica 1.2

 

Corrientes migratorias internacionales en Campeche

Los migrantes rurales internacionales de Campeche han existido desde hace tiempo, si bien no con la intensidad con que actualmente se presentan. De la muestra analizada pudo constatarse que hay migrantes que salieron del estado desde 1965, es decir, hace más de 40 años. Interesante resulta el hecho de que la migración internacional más antigua se presentó en familias que habían migrado a Campeche en el contexto del proceso de colonización que a la sazón se llevaba a cabo, y que originalmente provenían del centro del país. Esta población llevaba ya desde sus estados de origen, Guanajuato, Michoacán o Jalisco, relaciones de parentesco o de amistad con alguna red migratoria.13 Aun cuando las familias que llegaron al Campeche rural recibieron del Estado una base económica que garantizara su subsistencia, ello no impidió el inicio o la continuación de movimientos migratorios internacionales, por lo que abre al menos dos preguntas: una sobre la importancia de las redes migratorias y su influencia en las corrientes migratorias, al facilitarla; otra, sobre la capacidad de la economía agropecuaria, en sus respectivas modalidades de explotación, para cumplir las expectativas de ingreso de las familias rurales y retenerlas en sus lugares de origen. En la aceleración de la migración rural que se observa en la época reciente se adiciona a lo anterior la incapacidad de que el mercado laboral formal, rural y urbano, absorba toda la mano de obra disponible.

Aunque la migración rural internacional no es un fenómeno nuevo, sólo en años recientes ha adquirido un gran dinamismo, involucrando a hombres y mujeres, tanto de zonas rurales como urbanas. Ello puede apreciarse bien, clasificando los resultados obtenidos, según el tiempo de inserción, lo que permite ver que aquéllos que salieron en los cinco años anteriores al estudio abarcan más de la mitad del total de migrantes de la muestra. Todos los municipios del estado de Campeche participan en la migración rural internacional, si bien con diferentes intensidades.14

En la proporción entre hombres y mujeres, la presencia de estas últimas sigue siendo minoritaria y en promedio apenas llega a 12 por ciento del total,15 aunque con un notable incremento a partir de 200316. En la migración femenina es relevante la presencia de personas solteras jóvenes, donde la edad promedio en el momento de salir de aquellas que emigraron entre 2003 y 2005 osciló alrededor de los 20 años.

La participación en la migración no se restringe a un determinado miembro de la familia, ya que es frecuente encontrar casos de familias con más de un migrante, que por lo general salieron en diferentes años. Se nota así la operación de las redes en que se mueven los migrantes, en donde sale primero un miembro de la familia y según las perspectivas que estime, las facilidades que encuentre o la necesidad de buscar empleo para otros miembros de la familia, funge como contacto para los siguientes migrantes, sean de la misma familia o de amigos y conocidos de la localidad de origen.17

El promedio de migrantes por familia es de 1.8 para el total de la muestra analizada. Desde otra perspectiva y con mayor detalle puede apreciarse que en 36 por ciento de los hogares entrevistados existen dos migrantes y en una quinta parte de los hogares se registraron inclusive tres migrantes en el momento de la entrevista.18

 

La economía de los migrantes

La producción agropecuaria está presente en 64 por ciento de las familias rurales que tienen migrantes internacionales.19 Hay dos hechos que llaman la atención a este respecto, relacionados con la ocupación y el ingreso rural. Por una parte, la mayoría de los migrantes estaba ya inserto en el mercado de trabajo antes de partir, ya que sólo la quinta parte del total dijo estar desocupada o inactiva al momento de migrar; por otra parte, apenas 29 por ciento del total se ocupaba en actividades agropecuarias, sea en su propia parcela o en el jornal. Estos datos permiten hacer algunas inferencias sobre la diversificación de las fuentes del ingreso en las familias rurales, que por ahora es grande; sobre el acceso a la tierra, que para las generaciones jóvenes tiende a desaparecer, por lo menos en cuanto a las posibilidades que tienen de recibir una parcela del estado y, finalmente, sobre las motivaciones de migrar, que más bien parecen desprenderse de una insatisfacción con las condiciones que les ofrece el mercado laboral interno, local, regional o nacional.

En el resto de las familias, es decir, 3 8 por ciento del total, no hay acceso a la tierra.

La salida de un miembro de la familia implica por lo general la reorganización del trabajo productivo, tanto en la unidad de producción familiar (UPF), como en la familia. Es frecuente que cuando el jefe de familia emigra, las tareas en la UPF sean tomadas por el hijo mayor o por la esposa. En el caso de que la esposa o el hijo mayor no puedan asumir esas tareas por su edad, por responsabilidades adicionales de esos miembros o porque ellos también participen en la migración, se ocupan los hijos menores o se contrata mano de obra. El caso extremo, aunque esporádico, se presenta cuando por falta de quien la trabaje, la tierra se renta, se presta o se deja ociosa.20

Pero la migración tiene costos adicionales para el migrante y la familia, que se ubican en diferentes ámbitos; unos se expresan en el ingreso que se deja de percibir en la UPF, o en la venta de activos para financiar los costos de la migración; otros se reflejan en la desintegración familiar o en la seguridad personal del migrante, no sólo en el trayecto hacia su destino, sino en el lugar mismo de su residencia, al ser, por lo general, "indocumentado". Así, la erogación inicial, que es indispensable para cubrir el costo del viaje, fue cubierto parcialmente, en nueve por ciento de los casos, vendiendo propiedades, es decir, disminuyendo los activos de la familia.21 La decisión de deshacerse de activos sólo se entiende por las expectativas del migrante y de la familia respecto a los ingresos esperados. Expectativas que no siempre se cumplen.

Las edades de los migrantes fluctúan, ya que tanto padres como hijos pueden estar involucrados en la migración22. Como puede apreciarse en la gráfica 3.2, los hijos mayores y los jefes de familia son los que principalmente se van; los casos en que la esposa es migrante se presenta de manera esporádica y puede darse en forma de migración individual o acompañando al esposo.

Ya en el lugar de destino, la inserción laboral de los migrantes generalmente está determinada por las redes en que se inserten, por los compromisos que contraigan con el intermediario que les facilitó el viaje —denominado 'coyote'—, o por la iniciativa personal y la facilidad para moverse en un nuevo medio. Una tendencia clara es la predominancia del sector de servicios como sector de destino laboral, atracción que se mantiene con mayor acento en aquellos migrantes que tienen más de ocho años en la migración. La situación inversa se presenta con la absorción que ejercen las actividades agropecuarias, tanto para los migrantes recientes, como para los de mayor antigüedad.23

 

Composición del ingreso familiar y remesas

El ingreso familiar rural está diversificado. Así también, en comparación con los niveles de ingreso promedio para el estado, la situación para familias rurales con migrantes internacionales parece ser de ingresos relativamente más altos, pues la mitad de los hogares entrevistados dispone en promedio de dos a cinco salarios mínimos mensuales y la proporción de familias con ingresos superiores a los cinco salarios mínimos es mayor que la que se encuentra para todo el estado.

La magnitud del ingreso, así como la participación de sus diferentes fuentes, varía entre hogares, según tengan o no acceso a la tierra. En familias con activos agropecuarios, el ingreso promedio mensual es equivalente a 6.4 salarios mínimos, mientras que en familias sin acceso a la tierra el ingreso promedio mensual equivale a 4.1 salarios mínimos. Sin embargo, para el total de la muestra, sea que tengan o no actividad agropecuaria, las remesas ocupan en promedio un lugar sobresaliente en la composición del ingreso, como se muestra en la gráfica 4.2.

En familias con activos agropecuarios, las remesas representaron 52 por ciento del ingreso familiar en 2006, mientras que en familias sin activos agropecuarios ese porcentaje ascendía a 80 por ciento.24 La mayoría de las familias tiene una parte de su ingreso clasificada como de autoconsumo, que es aquella producción que proviene del solar y que da variedad y complementa el consumo cotidiano de la familia, con frutas, hortalizas y proteína animal, que junto con los básicos que provienen de la parcela, cuando existe, garantizan un mejor nivel de consumo de la familia.

En las familias receptoras de remesas, sea que tengan o no producción en la parcela, el nivel del ingreso, el de consumo y de ahorro se ven fundamentalmente influidos por lo que suceda con el ingreso proveniente de las remesas. Ante una caída en este rubro, como puede constatarse ya comparando los informes trimestrales del Banco de México de 2007 y 2008,25 es posible esperar que los impactos se traduzcan en los niveles de consumo (y eventualmente en su estructura), en el ahorro y posible capitalización productiva, situaciones que se reflejarían en el nivel de vida y en la actividad económica de las diferentes localidades, en especial en aquéllas donde la migración es un fenómeno con mayor presencia.

El carácter de economía rural haría suponer la existencia del rubro agropecuario en el componente del ingreso. Sin embargo, en la situación actual del Campeche rural y para familias con migrantes internacionales, ello aplica sólo para 64 por ciento de las familias entrevistadas; en las otras, el nexo con la producción agropecuaria no se presenta más, mayormente porque se trata de familias jóvenes, que ya no tuvieron acceso a la tierra por dotación. Estas familias basan su subsistencia en otras fuentes, principalmente en la venta de su mano de obra, sea internamente o fuera del país, a través de las migraciones.

El monto promedio mensual de remesas internacionales que perciben las familias es de 459 dólares,26 cifra mayor al promedio nacional mensual que presenta el Banco de México en su Informe Anual, que es de 350 dólares.27

Si bien las familias pueden tener acceso a idénticas fuentes para componer su ingreso, las proporciones y los montos que reciben dejan ver una estructura heterogénea entre las familias receptoras de remesas, con brechas considerables entre unas y otras.28 Como se esperaba, el análisis de la descomposición de la desigualdad muestra que 37.2 por ciento de dicha desigualdad se explica por el monto de las remesas y 37.1 por ciento por la existencia de un ingreso comercial.29 Existen, entonces, no sólo diferencias de ingreso entre familias rurales con y sin migrantes, sino también dentro de las familias con migrantes hay una brecha que se reproduce, tanto por el factor mismo de las remesas que la familia recibe, como por los efectos multiplicadores de esas remesas, vía inversiones productivas, por ejemplo.

 

Asignación productiva de las remesas

Las remesas han sido objeto de estudio desde diferentes perspectivas,30 situación que ha dado lugar a diversas hipótesis sobre su comportamiento. En la presente investigación, y dado que en la muestra analizada se constató una gama en cuanto a la antigüedad o duración de la migración, se planteó la pregunta respecto a las diferencias que podrían existir en cuanto a las características de la familia y la UPF receptoras de remesas, según la antigüedad en la migración.31 Con tal fin se corrió un modelo econométrico con el programa Stepwise, que permitió discriminar las variables relevantes en la explicación del fenómeno en estudio. Con una confiabilidad de 95 por ciento, y con F > F0.05, son nueve las variables que están presentes y explican 61 por ciento del comportamiento de las remesas para el total de la muestra. El comportamiento muestra que las familias con mayores ingresos son las que reciben mayores montos de remesas, situación que acentuaría la disparidad de ingresos entre familias con migrantes rurales internacionales. Adicionalmente, ante una escasa diversificación del ingreso familiar, mayor número de niños menores de 12 años o ante una menor escolaridad del jefe de familia, el monto de las remesas también aumenta. De la presencia de estas variables puede inferirse la responsabilidad que el migrante asumiría ante una situación adversa de la familia y su capacidad actual para obtener ingresos. Por otra parte, en el punto sobre asignación de las remesas hay un comportamiento positivo entre monto de las remesas y la asignación en el mejoramiento de la casa, situación inversa se presenta cuando una parte de las remesas se asigna en la compra de ganado mayor. Finalmente, la situación legal del migrante juega también un papel relevante.

En el cotejo sobre las situaciones particulares que pudieran presentarse respecto a variaciones en el comportamiento de las remesas enviadas por migrantes con diferentes tiempos en la migración, los modelos obtenidos muestran los siguientes resultados:

Lo notable en el grupo de migración reciente respecto al comportamiento observado en el total de la muestra es que la magnitud de las remesas se ve positivamente influido por el hecho de que el migrante disponga o no de un empleo en el sector secundario en Estados Unidos, situación que significaría para el migrante ingresos más elevados o continuos, y le permitiría enviar mayor dinero a la familia en Campeche. Aparte, llama la atención que las remesas varían en sentido inverso con la edad del jefe de la familia y con el número de personas que trabajan fuera de la UPF. De aquí puede desprenderse también que el migrante, cuando estima que existen otras fuentes de ingreso en la familia o en la UPF, tiende a enviar menos remesas. Respecto al comportamiento de la muestra total, en este grupo de migración reciente el ingreso total explica en mayor medida el monto de remesas que la familia recibe.

Cuadro 5.3

La recepción de remesas en familias con migrantes de "antigüedad intermedia" muestra una relación inversa con las variables 'inversión de remesas en ganado mayor' y 'acceso a tierra por parte del migrante', variables que reflejarían que las remesas no se estarían destinando a aumentar la capitalización productiva de la UPF. Respecto a la composición familiar prevaleciente, las remesas varían positivamente con el tamaño de la familia, tanto del número de miembros menores de 12 años, como del porcentaje de varones con respecto al número total de miembros de la familia, situación que podría reflejar la presencia de gastos en la familia, por ejemplo, en educación de los hijos, que el migrante vería como un rubro a fortalecer a través de las remesas que envía. Por otra parte, podría verse también que las familias con migrantes de antigüedad intermedia se encuentran en un nivel de ingresos y gastos, donde el acceso a servicios básicos está cubierto, toda vez que en la demanda de bienes y servicios intervienen rubros de diversión y esparcimiento, hechos posibles y fomentados tal vez por la presencia de las remesas.

Finalmente, en el caso de las familias con migración consolidada, son cuatro las variables que explican 82 por ciento del comportamiento de las remesas: con una relación positiva están el ingreso total, la escolaridad del jefe de familia y la presencia de miembros menores de 12 años; mientras que en relación inversa está nuevamente la variable que expresa la presencia de inversiones en ganado mayor.

De los comportamientos anteriores puede inferirse una conclusión general en el sentido de que las remesas son vistas por el migrante principalmente como un medio para asegurar un nivel de vida de la familia y liberarla de presiones económicas, sea que se presenten por la presencia de una familia grande o por miembros que no tienen forma de obtener ingresos y sí generan gastos, como sería el caso de los miembros de la familia menores de 12 años.32

Por otra parte, de la relación inversa con variables que indican un destino productivo de las remesas puede desprenderse que en la decisión del migrante respecto al envío y el monto enviado no juega un papel preponderante la inclinación de enviar para capitalizar en la UPF, salvo que se trate de la construcción o mejora de la casa habitación de la familia.

Sin embargo, la información existente indica que 75 por ciento de las familias sí hicieron alguna inversión en el año inmediato anterior. Una hipótesis posible al respecto es que las remesas recibidas, aunque no las envía el migrante con la intención de que sean invertidas, al entrar en los presupuestos familiares, liberan restricciones, modifican la función de gasto y permiten generar un excedente, lo que explicaría el comportamiento mencionado.33

 

Conclusiones

En este documento se han presentado algunas de las características de la migración rural internacional en el estado de Campeche, entidad de la región sur-sureste de México, que se ha distinguido en la época reciente por el gran dinamismo de la migración rural internacional de su población.

El estado de Campeche tiene un sector agropecuario frágil, con una escasa participación en el producto interno bruto estatal (menor de tres por ciento), pero con una participación de 25 por ciento de la población económicamente activa, situación que indica bajos niveles promedio de productividad, que acompañan a bajos niveles de ingreso en la población económicamente activa en el sector. Adicionalmente, las nuevas generaciones en la población rural ya no tienen acceso a la tierra, lo cual ha debilitado su nexo con la actividad agropecuaria. En ese contexto, la migración rural a Estados Unidos podría verse como una de las formas mediante las cuales la población buscaría subsanar las restricciones que enfrenta y que no le permiten generar ingresos que le garanticen un nivel de vida acorde con sus expectativas.

La migración internacional de origen rural en Campeche se aparta de algunas características observadas en patrones migratorios habidos en los estados considerados con migración tradicional en las fases iniciales del fenómeno migratorio. Entre los rasgos más relevantes que se observan en Campeche pueden mencionarse la escasa presencia femenina, si bien ésta es creciente; la alta incorporación al mercado de trabajo de los migrantes rurales antes de emprender la vida migratoria; el frágil nexo con las actividades agropecuarias antes de migrar, aunque los migrantes provienen de la economía rural, fragilidad que se acentúa durante su vida laboral en Estados Unidos. Finalmente, una característica trascendental es la gran importancia que tienen las remesas en la composición del ingreso familiar. El documento contribuye a la demostración, con herramientas econométricas, de que las remesas son vistas por el migrante como el medio para asegurar un nivel de vida a la familia, sobre todo en situaciones en que la familia no está en capacidad de garantizar con sus propios medios dichos ingresos.

Las familias que reciben remesas disponen de mayores ingresos que aquéllas que no tienen migrantes rurales internacionales, y mayores también al ingreso promedio de las familias rurales en el estado de Campeche, situación que permite ver procesos de diferenciación, en donde las remesas, sea directamente o a través de algunas inversiones que ellas posibilitan, juegan un papel importante.

Las remesas son fundamentales para el consumo, directo o indirecto de las familias de los migrantes, y les permiten un nivel de consumo y eventualmente de ahorro, que de otra manera no sería posible. Es interesante notar que una gran parte de las familias con migrantes rurales internacionales realizó algún tipo de inversión, si bien en magnitudes modestas y no siempre con criterios de rentabilidad, eficiencia, o en una perspectiva de ser una inversión productiva de largo plazo. Ante tal situación, un descenso de las remesas, como ya se deja sentir actualmente en consecuencia de la situación de la economía estadunidense, seguramente tendrá repercusiones, disminuyendo la vitalidad económica tanto local como regional a la que las remesas contribuyen, a no ser que las políticas públicas propicien alguna intervención que subsane tal afectación.

 

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Notas

1 Véase Santiago, 2006.

2 La presencia de población de otras entidades mexicanas en áreas rurales puede fácilmente verse en los nombres de los poblados, pues con frecuencia los grupos que se establecieron en Campeche eligieron el nombre de su entidad de proveniencia, o de alguna personalidad del medio social o político, en contraste con los nombres mayas de las poblaciones autóctonas de Campeche.

3 El proyecto en referencia fue: "Generación e impacto de las remesas en la economía rural del estado de Campeche", llevado a cabo durante 2006 y 2007. Para la determinación de la muestra se consideraron los datos del Consejo Nacional de Población respecto a la intensidad migratoria por municipio y los hogares que reciben remesas internacionales. A partir de datos oficiales de Conapo (2000) y el método de muestreo aleatorio se determinó el tamaño de muestra, considerando el total de familias que reciben remesas internacionales. La fórmula aplicada fue:

Donde:

η = Tamaño de muestra definitivo para la estimación de la media verdadera.

N = Tamaño de la población objeto de estudio (# = 1665) corresponde al número de hogares que reciben remesas.

Zα/2 = Valor de Z correspondiente a una confiabilidad igual a 1-α (α es el nivel de significancia que determina el valor de Z), Z = 1.96 con una confiabilidad de 95 por ciento.

S2n= Variación estimada preliminar (12.86).

d = Precisión o error de muestreo (0.09).

4 INEGI. Conteo de Población 2005.

5 Calakmul, Calkiní, Campeche, Candelaria, Carmen, Champotón, Escárcega, Hecelchakán, Hopelchén, Palizada y Tenabo.

6 www.campeche.gob.mx, consultado el 15 de junio 2008.

7 Secretaría de Gobierno. Dirección del Servicio Estatal de Empleo, Campeche, consulta hecha el 20 de febrero de 2008 en www.sedesol.campeche.gob.mx.

8 En este ejercicio se han establecido límites que permitan distinguir cuatro grupos de población, si bien el límite de ciudades grandes para Campeche correspondería al de ciudades medianas para el contexto nacional.

9 Las ciudades grandes son solamente dos: Campeche, que es la capital del estado, y Ciudad del Carmen.

10 INEGI. Estado de Campeche. Sistema de Cuentas Nacionales.

11 Para el cálculo se ha tomado una tasa de cambio promedio de 10.80 pesos por dólar americano.

12 La población ocupada pero que no percibe ingresos se refiere generalmente a la población ocupada en unidades familiares de producción y se presenta tanto en la agricultura como en el pequeño comercio.

13 Las familias que llegaron a Campeche, generalmente lo hicieron en grupos y recibieron una base económica de parte del gobierno estatal, consistente en un lote y materiales para la construcción de vivienda, además de una superficie para la explotación agropecuaria variable, según la época de llegada, pero no menor de 20 hectáreas.

14 La migración consolidada se presenta principalmente en el municipio de Escárcega. La migración intermedia puede apreciarse en los municipios de Calkiní, Candelaria, Carmen y Palizada. Finalmente, la migración reciente se presenta en un mayor número de municipios, como son Calakmul, Campeche, Champotón, Hecelchakán, Hopelchén y Tenabo.

15 El municipio con mayor presencia de mujeres migrantes es el de Carmen, seguido por Hecelchakán y Escárcega.

16 En efecto, 46 por ciento del total de las mujeres migrantes de la muestra analizada emigraron entre 2003 y 2005.

17 Esta situación puede verse en los datos de campo. Así, en una clasificación de las familias, según el tiempo en la migración, se aprecia que el número de migrantes por familia es de 1.45, 1.54 y 2.71, según se encuentren en la categoría de menos de cinco años, de cinco a ocho, o mayor de ocho años en la migración.

18 Aunque hay hogares con más de tres migrantes, su proporción no llega cinco por ciento del total. Por otra parte, los miembros de un hogar que participan en la migración pueden ser padres e hijos simultáneamente, o bien, únicamente hijos.

20 La proporción de tierra que en el ciclo anterior al momento de la entrevista dejó de cultivarse fue de 3.8 por ciento del total.

21 El viaje del migrante se cubre de diferentes maneras: ahorros personales o familiares, apoyo de otros migrantes, regalos o créditos formales o informales, en cuyo caso pudieron constatarse tasas de interés extraordinarias. Una modalidad recurrente es que el 'coyote' conceda un crédito al migrante, a pagar cuando el migrante tenga ya un ingreso en su lugar de destino. Sin embargo, el coyote rara vez interviene en el costo del viaje del lugar de origen a la frontera. Adicionalmente, la situación cambia según se trate del primer migrante de la familia o de uno posterior a él. Es frecuente que el segundo migrante de la familia reciba el apoyo del primer migrante. Sin embargo, aun así, en siete por ciento de los casos en que hubo un segundo migrante en la familia, el costo del viaje fue cubierto también parcialmente con la venta de activos, sea del migrante o de la familia.

22 En la muestra analizada se presentó una edad promedio del migrante de 29 años.

23 Pudo constatarse una amplia rotación en actividades, aunque mayormente al interior de un sector. Generalmente se trata de ocupaciones que requieren escasa calificación, misma que es adquirida durante el trabajo en un breve tiempo.

24 Esta proporción difiere del promedio nacional calculado por Canales (2004: 8).

25 La entrada de divisas por concepto de remesas internacionales para el estado de Campeche fue de 65 millones de dólares en 2006 y de 64.8 en 2007. Pero la recepción de remesas en el primer trimestre de 2008 fue de 13.5 millones de dólares, contra 14.8 millones del primer trimestre de 2007 (www.banxico.org.mx), consultado el 30 de junio 2008). El descenso se ha presentado en 19 entidades federativas y el Distrito Federal. De la región sur-sureste, salvo Quintana Roo y Guerrero, que presentan un leve aumento, todas las demás entidades que componen la región tuvieron entradas menores en el primer trimestre de 2008 contra lo que hubo en el primer trimestre de 2007 (Banco de México).

26 Este dato es superior al promedio nacional y habrá que entenderlo en el contexto de una migración mayoritariamente reciente y donde hay hogares con más de un migrante. El hecho de ser una migración reciente significa nexos fuertes con la familia que quedó en Campeche, y que se expresan en un flujo regular y continuo de remesas. Así, 47 por ciento de las familias recibían remesas cada 15 días y 30 por ciento las recibía mensualmente.

27 Sobre los efectos multiplicadores del gasto familiar, véase Santiago y Velázquez (2008).

28 En el cálculo del coeficiente de Gini para el ingreso total se obtuvo 0.79, sin eliminar extremos, dato que baja a 0.56 si se eliminan las colas.

29 La metodología del cálculo y los resultados en detalle están en Santiago y Esparza (2007).

30 Véase por ejemplo Elbadawi, y Rocha (1992), Lozano (1993), Funkhouser (1995), Canales (2002), Adams (2004), Canales (2006) y Tuirán et al. (2006).

31 El acento puesto en la familia y en la UPF permite ver las particularidades en los receptores de remesas, aunque deja de lado las características del migrante, salvo las variables que sí fueron captadas en el trabajo de campo, con la familia del migrante.

32 En el estudio hecho por Banderas (2005) se presenta como una variable altamente influyente en el monto de las remesas enviadas la presencia de hijos menores de 17 años, según que estén con el migrante o se encuentren en su localidad de origen.

33 Taylor y Mora (2006) presentan una discusión en este sentido.

 

Información de la autora

María de Jesús SANTIAGO-CRUZ Doctora en Economía por la Universidad de Marburg an der Lahn, República Federal Alemana. Ha sido consultora nacional de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el periodo 2002-2004 y líder en la Evaluación Nacional del Programa de Desarrollo Rural de "Alianza para el Campo", en el Programa FAO-SAGARPA. Fundadora y primera Directora de la Revista Políticas Agrícolas, de 1994 a 2001. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Actualmente se desempeña como profesora investigadora en el Programa de Posgrado en Economía, como titular de las cátedras de Teoría del Desarrollo Agrícola y de Economía Institucional. Entre sus publicaciones están "Farm earnings, educational attainment, and role of public policy: some evidence from México", en World Development 25:12, en coautoría con Ram D. Singh; "El papel del empleo rural no agrícola en las comunidades rurales. Un estudio de caso en Tepeji del Río, Hidalgo, México", en Agricultura, Sociedad y Desarrollo 2:2, en coautoría con Isabel Guzmán González, y en coautoría con Mario E. Esparza Vela, "Inversión de remesas en la economía rural del estado de Durango", en Agrofaz 2007. Correo electrónico: ecomjsc@colpos.mx

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