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Hidrobiológica

versión impresa ISSN 0188-8897

Hidrobiológica vol.21 no.2 Ciudad de México may./ago. 2011

 

Co–ocurrencia de Chattonella marina y Gymnodinium catenatum en la Bahía de La Paz, Golfo de California (primavera 2009)

 

Co–ocurrence of Chattonella marina and Gymnodinium catenatum in Bahía de La Paz, Gulf of California (Spring 2009)

 

David Javier López–Cortés,1 Christine Johanna Band–Schmidt,2 Ismael Gárate–Lizárraga,2 José Jesús Bustillos–Guzmán,1 Francisco Eduardo Hernández–Sandoval1 y Erick Julian Núñez–Vázquez1

 

1 Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, A.P. 128, La Paz, B.C.S. CP. 23000, México.

2 Departamento de Plancton y Ecología Marina, Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, Instituto Politécnico Nacional, A.P. 592, La Paz, B.C.S. CP. 23000. E –mail: dlopez04@cibnor.mx

 

Recibido: 10 de diciembre del 2010.
Aceptado: 18 de julio de 2011.

 

RESUMEN

Durante el período del 24 de marzo al 14 de mayo de 2009 en la Bahía de La Paz, se obtuvieron muestras de agua y de red para análisis de fitoplancton. Una alícuota se fijó con una solución de Lugol para la identificación y cuantificación, la de red se utilizó para la identificación in vivo. Semanalmente se midió la temperatura in situ, se determinaron nutrientes inorgánicos y clorofila a en tres estaciones. Se identificaron dos especies: Chattonella marina (Subrahmanyan) Y. Hara et Chihara y Gymnodinium catenatum Graham. Chattonella marina fue la especie más abundante con densidades de 14 × 103 a 36 × 103 cél. L–1 a nivel sub–superficial. Gymnodinium catenatum se registró con densidades de 1 × 103 a 19 × 103 cél. L–1. La temperatura del agua fue homogénea desde la superficie hasta los 20 m de profundidad, con un intervalo de 19.5 a 22.0 °C y de 20.0 a 21.5 °C a finales de marzo y abril respectivamente. En la primera mitad de mayo se inició la estratificación, con una diferencia térmica de 5.0 °C entre la superficie y los 20 m. Los nitratos variaron de 0.5 a 11.0 μM y los ortofosfatos de 0.4 a 2.6 μM. La clorofila a en marzo presentó un valor en superficie de 7.5 mg m–3 y a 20 m de 3.5 mg m–3, en mayo varió de 2.0 a 7.0 mg m–3. Se concluye que la aparición de las dos especies observadas en este estudio se asocia a la disminución de los procesos de mezcla en esta bahía.

Palabras clave: Chatonella marina, Gymnodinium catenatum, Bahía de La Paz, Golfo de California, fitoplancton marino.

 

ABSTRACT

During the period of 24 March to 14 May 2009, water and net samples were obtained for phytoplankton analyses; one aliquot was fixed in Lugol's solution for species quantification and identification. Net samples were used for the identification of live phytoplankton species. Additionally, temperature in situ, chlorophyll a and inorganic nutrients were measured weekly in three stations. Two species were identified: Chattonella marina (Subrahmanyan) Y. Hara et Chihara and Gymnodinium catenatum Graham. Chattonella marina was the most abundant species with a density at subsurface level of 14 × 103 to 36 × 103 cell L–1. Gymnodinium catenatum had densities were of 1 × 103 to 19 × 103 cell L–1. Water column temperature was quasi homogeneous from surface to 20 m in depth, with an interval of 19.5 to 22.0 °C and 20.0 to 21.5 °C from March to April respectively. In the middle of May stratification of the water column initiated with a slight temperature difference of 5.0 °C recorded from surface to 20 m in depth. Nitrates varied from 0.5 to 11.0 μM and orthophosphates from 0.4 to 2.6 μM. Chlorophyll a showed a value at surface level of 7.5 mg m–3 and 3.5 mg m–3 at 20 m in March; in May chlorophyll a values ranged between 2.0 to 7.0 mg m–3. We conclude that the presence of these two species during this study period was associated to the relaxation of the mixing processes in the zone.

Key words: Chatonella marina, Gymnodinium catenatum, Bahía of La Paz, Gulf of California, marine phytoplankton.

 

INTRODUCCIÓN

Los florecimientos de microalgas son frecuentes y periódicos a lo largo de todo el año en la Bahía de La Paz, ubicada al suroeste del Golfo de California (Gárate–Lizárraga & Muñetón–Gómez, 2008). Estos autores señalaron que las especies causantes de estos florecimientos pertenecen a diversos grupos del fitoplancton: dinoflagelados, diatomeas, rafidofitas, silicoflagelados, ciano–bacterias planctónicas y al ciliado Myrionecta rubra (Lohmann) Jankowski. Recientemente, las rafidofíceas y los dinoflagelados han despertado el interés de muchos investigadores, ya que pueden llegar a representar un problema para la salud pública o para el bienestar de los ecosistemas costeros. Los miembros de la clase Raphidophyceae son organismos desnudos, flagelados y autótrofos, se distribuyen en aguas sub–árticas, templadas, subtropicales y tropicales (Marshall & Hallegareff, 1999; Edvardsen & Imai, 2006). Algunas especies forman florecimientos algales nocivos y producen brevetoxinas, hemolisinas, hemaglutininas y sustancias reactivas de oxígeno (Shimada et al., 1993; Bourdelais et al., 2002; Marshall et al., 2003; Tang et al., 2005; Kim et al., 2001, 2007; Jenkinson et al., 2007; Kim & Oda 2010). El tamaño de sus células varía de 10 a 90 um, son unicelulares, de forma ovoide, alargadas y periformes, carecen de pared celular rígida, presentan dos flagelos heterodinámicos, contienen tricocistos y mucocistos (Hallegraeff & Hara, 1995) y forman quistes (Imai et al., 1998; Yamaguchi et al., 2008). Por su parte Gymnodinium catenatum Graham es un dinoflagelado desnudo, el tamaño de sus células varía de 20–60 um, forma cadenas y produce toxinas paralizantes (Hallegraeff & Fraga, 1998). Contiene más de 20 análogos de saxitoxina (Jaime et al., 2007; Wiese et al., 2011), su forma vegetativa ha sido encontrada en diferentes partes del mundo (Hallegraeff & Fraga, 1998) y en México únicamente se ha registrado en las costas mexicanas del Pacífico, incluyendo al Golfo de California (Band–Schmidt et al., 2010). Esta especie fue descrita por primera vez para el Golfo de California por Graham (1943). El primer registro de decesos humanos por consumo de mariscos contaminados con G. catenatum, fue documentado por Mee et al. (1986) en el Golfo de California, aunque también esta especie provoca mortandad de peces (Mee et al., 1986; Cortés–Altamirano et al., 1995; Cortés–Altamirano & Alonso–Rodríguez, 1997).

Los florecimientos de rafidofíceas y de G. catenatum se han registrado en diferentes ecosistemas marinos costeros del mundo (Vrieling et al., 1995; Hallegraeff & Fraga, 1998; Marshall & Hallegraeff, 1999; Tiffany et al., 2001; Lu & Hodgkiss, 2001; Bourdelais et al., 2002; Marshall et al., 2003; Waite & Lindahl, 2006; Imai et al., 2006; Mikhail, 2007; Yamaguchi et al., 2008; Band–Schmidt et al., 2010). En México se han registrado en el Golfo de California y en las costas del Pacífico mexicano (Cortés–Lara et al., 2003; Fausto–Sotelo, 2004; Band–Schmidt et al., 2004, 2005; Barraza–Guardado et al., 2004; Cortés–Altamirano et al., 2006; Martínez–López et al., 2006). Las rafidofíceas también se registraron en el Golfo de México (Band–Schmidt et al., 2004). En un florecimiento mixto de C. marina (Subrahmanyan) Y. Hara et Chihara, C. ovata Y. Hara et Chihara, C. cf. ovata, G. catenatum y Pseudo–nitzschia sp., en la Bahía de Kun Kaak, Sonora y en la Bahía de Mazatlán, Sinaloa, se registraron mortandades de peces, moluscos, cangrejos y postlarvas de camarón (Barraza–Guardado et al., 2004; Cortés–Altamirano et al., 2006). En la Bahía de La Paz, sólo existe un reporte de un florecimiento de C. marina que ocurrió a una temperatura superficial de 22.0 °C (Band–Schmidt et al., 2005), sin embargo, esta especie se ha registrado en temperaturas de 30.0 °C, sin observarse mortandad de peces (Gárate–Lizárraga et al., 2006).

Durante un monitoreo periódico realizado en el año 2009 en la Bahía de La Paz, para detectar organismos de la Clase Rafidoficea, en marzo, abril y mayo se registró la presencia del género Chattonella y la especie Gymnodinium catenatum, por lo que en esta contribución se describen las condiciones ambientales durante su aparición.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

Del 24 de marzo al 14 de mayo de 2009 se realizaron muestreos cada 7 ± 4 días, en tres estaciones de muestreo (E–1, E–2, E–3) en la Bahía de La Paz, Baja California Sur (24°12.90' N y 110°19.57' O; 24°14.72' N y 110°20.64' O; 24°19.57' N y 110°21.60' O). (Fig. 1). En cada estación se recolectaron muestras de agua a profundidades discretas en la columna de agua (superficie, 5 m, 10 m, 15 m y 20 m), con una botella van Dorn de 3L para cuantificar nutrientes, clorofila a, y registrar la temperatura. De este volumen de agua de mar, 500 mL se utilizaron para el conteo e identificación de fitoplancton, 500 mL se pasaron a través de una membrana de fibra de vidrio (GF/F Whatman). El residuo filtrado se utilizó para cuantificar nutrientes y el material retenido en la membrana se usó para cuantificar la clorofila a. Para cuantificar la abundancia principalmente de rafidofíceas y G. catenatum, se fijó una muestra de agua de mar con solución de Lugol, los organismos fueron sedimentados en cubetas de sedimentación de 5 mL y se leyeron en un microscopio invertido (Carl Zeiss). También se hicieron observaciones para la identificación de las rafidofíceas con material vivo que fue extraído con una red de 20 um de luz de malla, mediante arrastres verticales y superficiales. La temperatura se midió con un termómetro de cubeta (±0.1 °C) (Kahlsico International Corp., El Cajon, California). Los nutrientes (NO2, NO3, NH4, PO4) se cuantificaron con un autoanalizador de iones de flujo continuo (Quik Chem, Series 8000, Milwaukee, WN, USA) siguiendo el método propuesto por Strickland y Parsons (1972). La clorofila a se cuantificó por cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) de acuerdo a Vidussi et al. (1996). Los datos de vientos fueron obtenidos de la estación meteorológica del CIBNOR (http://www.cibnor.gob.mx/meteo/ecibmet.html).

 

RESULTADOS

Se identificaron dos especies; la rafidoficea C. marina y el dinoflagelado G. catenatum. Las células de C. marina variaron considerablemente en forma y tamaño (Fig. 2 ac), observándose células alargadas, en forma de gota y redondas. La longitud varió entre 30 y 85 um y la anchura entre 30 y 47 um (n = 45). Peculiarmente fue la estación E–1 donde se presentaron las mayores abundancias de C. marina y G. catenatum (Fig. 2 df) ya que en las otras estaciones fueron escasas. A fines de marzo la abundancia de C. marina, fue de 14 × 103 cél L–1 a los 5 m y máxima a los 15 m de 36 × 103 cél L–1, posteriormente, en abril la máxima abundancia fue a 5 m con 10 × 103 cél L–1 y a 15 m se encontraron 12 × 103 cél L–1 (Fig. 3 a). En abril en la E–2 se presentaron abundancias de 2.6 × 103 a 5.8 × 103 cél L–1 aunque el 7 de abril de 2009 se registraron las mayores concentraciones a 5 m (32 × 103 cél L–1) y a 20 m (18.8 × 103 cél L–1). En la primera mitad de mayo, únicamente en la estación E–2 C. marina fue abundante (16 × 103 cél L–1), en la E–1 y E–3 las abundancias fueron bajas (de 4 × 103 a 10 × 103 cél L–1). En la estación E–1 se registraron las máximas abundancias de G. catenatum. Su presencia en la columna de agua en marzo y abril fue con abundancias de 1 × 103 a 19 × 103 cél L–1. El número máximo de células de G. catenatum se registró el 19 y 27 de marzo y 17 de abril a 15 y 20 m de profundidad con abundancias de 12 × 103; 15 × 103 cél L–1 y de 19 × 103 cél L–1, respectivamente (Fig. 3 b). En mayo disminuyó la abundancia y no se detectaron en todas las profundidades, sólo en 10, 15 y 20 m en un intervalo de 1.2 × 103 a 3.6 × 103 cél L–1. Ambas especies se han registrado como tóxicas, sin embargo en la zona de estudio no se observó mortandad de peces. En la tabla 1 se resumen los trabajos de especies de Chattonella para las costas de México y algunas variables registradas, así como florecimientos multiespecíficos que incluyen a G.catenatum, especie tóxica ampliamente distribuida en el Pacífico mexicano.

La mayor concentración de clorofila a se registró en la estación E–1, a finales de marzo siendo de 7.5 mg m–3 en la superficie y a 20 m de 3.5 mg m–3 y en mayo fue con un gradiente de <1.0 a 7.5 mg m–3 de superficie a 20 m. En abril los valores de clorofila a fueron homogéneos y relativamente bajos (<1.0 mg m–3). En la E–2 los valores fueron bajos con excepción del valor encontrado a los 10 m que tuvo un valor de 3.2 mg m–3. En la E–3 en marzo y abril fueron de 0.5–1.0 mg m–3 y valores altos en mayo (4.0 mg m–3) (Figs. 4 a, b, c).

La temperatura del agua en las tres estaciones de muestreo fue con escasa variación desde la superficie hasta los 20 m de profundidad al final de marzo y durante abril, con un intervalo de 19.5 a 22.0 °C. En la primera mitad de mayo, se observó la estratificación de la columna de agua por debajo de los 5 m de profundidad principalmente en la estación E–1 y E–2, con un gradiente térmico de 5.0 °C. Sin embargo, en la E–3 la temperatura fue homogénea desde la superficie a los 20 m (20.0–21.5 °C) (Figs. 5 ac).

La homogeneidad de la columna de agua durante los meses de marzo y abril, parece asociarse a la acción de los vientos, aunque los vientos del noroeste (NO) fueron de baja intensidad durante esos meses (<0.5 m s–1). Los dominantes fueron con dirección del sur–sureste (S–SE) con velocidades de <0.5 m s–1 en marzo. En abril se incrementaron a 1.5 m s–1 y en mayo fueron de <1.0 m s–1 y los siguientes meses se intensificaron (Fig. 6).

Los nitratos se registraron con amplios intervalos (0.5 a 11.0 μM). En la estación E–1 las máximas concentraciones se registraron en abril y a la mitad de mayo con valores de 9.0 μM y de 11.0 μM en superficie y 20 m respectivamente (Fig. 7a). En la E–2 los valores mayores se ubicaron a 10 y 20 m (3.5–5.0 μM) (Fig. 7b). Una tendencia similar se registró en la E–3 con un intervalo de 1.0–5.0 μM (Fig. 7c). El mayor valor en la columna de agua se observó en mayo.

La concentración de amonio en marzo en la estación E–1 fue alto en toda la columna de agua de 2.2 a 4.2 μM. En los tres meses muestreados, se registraron valores altos (>3.0 μM) en los estratos sub–superficiales. En la estación E–2 y E–3 también se registraron valores altos de amonio en superficie y a 20 m (3.0 a 7.0 μM) (Figs. 8 ac). Los nitritos fueron bajos durante el periodo estudiado con un rango de 0.1 a 0.68 μM (datos no presentados).

La concentración de ortofosfatos en la columna de agua fue homogénea en las tres estaciones al final de marzo y durante abril con un intervalo de 0.8–2.2 uM. En las dos primeras semanas de mayo en la estación E–1 y E–2 se registró un gradiente de 0.4 a 2.6 uM y de 0.3 a 1.6 uM respectivamente, por debajo de los 10 m de profundidad. En la E–3 el intervalo fue de 0.8–1.4 uM (Figs. 9 ac).

 

DISCUSIÓN

En este estudio se registraron dos especies formadoras de florecimientos algales nocivos, C. marina y G. catenatum. Aunque de C. marina se encontraron dos variedades en este estudio se decidió trabajar con ella a nivel específico debido a la dificultad de identificarlas de manera apropiada en muestras fijadas en Lugol (Gárate–Lizárraga et al., 2009b). Chatonella marina presentó valores de abundancia máxima de 36 × 103 cél L–1, las cuales son muy bajas si se comparan con los valores reportados en florecimientos de esta especie para el Golfo de California (Band–Schmidt et al., 2005). Estas concentraciones no fueron suficientemente grandes para que causaran una mortandad de peces como ha ocurrido en otras regiones (Marshall et al., 2003; Kim & Oda, 2010).

Las concentraciones de G. catenatum estimadas en este estudio fueron bajas (1 × 103 a 19 × 103 cél L–1) comparadas con las de C. marina. La co–ocurrencia de estas dos especies parece ser común en algunas zonas costeras del Golfo de California. Barraza–Guardado et al. (2004) y Cortés–Altamirano et al. (2006) reportaron la presencia de C. marina + C. cf. ovata (0.332 cél L–1), G. catenatum (0.148 cél L–1) y Pseudo–nitzschia sp. (0.015 cél L–1) en la Bahía de Kun–Kaak y en las costas de Sinaloa. A pesar de que las densidades fueron bajas registraron una alta mortandad de peces.

La presencia de rafidofíceas en las costas del Pacífico Mexicano se ha asociado a intervalos de temperatura de 22.0 a 33.1 °C (Tabla 1) y de salinidad de 34.5 a 38.5 ups (Barraza–Guardado et al., 2004; Band–Schmidt et al., 2005; Martínez–López et al., 2006; Cortés–Altamirano et al., 2006). Gárate–Lizárraga et al. (2009a) reportaron la presencia de C. marina, C. ovata, y Fibrocapsa japonica Toriumi y Takano a 22.0 °C en la Bahía de La Paz, sugiriendo que desde el invierno se pueden registrar escasas formas vegetativas. Es probable que los intervalos térmicos registrados en este trabajo no fueran los más propicios para una mayor presencia de C. marina durante marzo, abril y mayo en la Bahía de La Paz. Aunque en otras latitudes se ha registrado la aparición y florecimientos de C. antiqua (Hada) Ono y C. marina en aguas de Japón, a temperaturas entre 15.0 y 30.0 °C, formando florecimientos a 16 °C (Imai et al., 1998). Otros trabajos mencionan que C. antiqua, C. marina, y F. japonica aparecen cuando la temperatura fue de <10.0–18.0 °C (Vrieling et al., 1995; Marshall & Hallegraeff, 1999; Tiffany et al., 2001), lo cual sugiere una amplia tolerancia térmica, que debe probarse experimentalmente para cada especie. Demura et al. (2009), sugieren que algunas especies de rafidofíceas tienen la capacidad de formar florecimientos bajo condiciones ambientales específicas y que cada especie tiene respuestas fisiológicas y ecológicas particulares, las cuales en nuestro caso no se presentaron, por la inestabilidad de la columna de agua.

Experimentalmente y en el ambiente natural se menciona que algunas especies de Chattonella y G. catenatum realizan migraciones verticales a través de la nutriclina y termoclina para adquirir nutrientes para su alimentación facilitando su proliferación (Watanabe et al., 1995; Imai et al., 1991,1998; Naustvoll et al., 2002; Hallegraeff & Fraga, 1998). Aunque también G. catenatum se presenta durante eventos de surgencias provocadas por vientos (Mee et al., 1986; Manrique & Molina, 1997; Gárate–Lizárraga et al., 2009b), durante su disminución permite la estratificación de la columna de agua favoreciendo el desarrollo de este dinoflagelado (Smayda & Reynolds, 2001; Moita & da Silva, 2001; Smayda, 2002). En Salton Sea, California, durante la estratificación de la columna de agua, C. marina fue abundante en la parte superior de la columna, aunque la estratificación fue interrumpida brevemente por efecto del viento, provocando por convección, la mezcla de la columna de agua y disminución de su abundancia (Tiffany et al., 2001). En las costas de Portugal los vientos asociados a la mezcla de la columna de agua también provocan dispersión de G. catenatum fuera de la costa, reduciendo el número de células (Moita & da Silva, 2001). Es probable que el desvanecimiento de los movimientos de convección del agua en la zona estudiada, principalmente en las estaciones menos expuestas a los vientos del S–SE, o cuando éstos disminuían su efecto en la columna de agua (E–1 y E–2), ocasionaran que C. marina y G. catenatum, encontradas en bajo número, pudieran migrar en la columna de agua y asimilar los nutrientes resuspendidos en la columna de agua. Nuestros resultados muestran altas concentraciones de nitratos y amonio en la columna de agua en la estación E–1, donde coinciden con las mayores abundancias de C. marina y G. catenatum, probablemente por su afinidad por los nitratos (Aure et al., 2001; Yamamoto et al., 2004); sin embargo también se menciona que especies de Chattonella dependen de compuestos reciclados como el amonio (Waite & Lindahl, 2006). Entonces es probable que las dos fuentes de nitrógeno hayan favorecido la presencia de estas especies. Los valores altos de clorofila a también coincidieron con las altas densidades de estas dos especies, aunque no toda la clorofila proviene de ellas, pues otros grupos fitoplanctónicos, no determinados en este trabajo, probablemente contribuyan a esta biomasa de clorofila a.

Es probable que las condiciones de transición hidrográficas mezcla–estratificación haya favorecido la presencia de ambas especies; sin embargo, cambios cortos de 3–4 días en la dirección de los vientos e incremento en la intensidad interrumpió la estabilidad de la columna de agua, evitando la proliferación de estas especies, aunque una mayor estratificación probablemente les permita incrementar su tasa de crecimiento poblacional (Watanabe et al., 1995; Imai et al., 1998; Smayda & Reynolds, 2001; Moita & da Silva, 2001; Tiffany et al., 2001; Smayda, 2002). En este estudio, los nutrientes y la temperatura no fueron limitantes para la proliferación de ambas especies. La co–ocurrencia de C. marina y de G. catenatum es un hallazgo importante, ya que futuros florecimientos tóxicos pudieran repercutir en la salud del ecosistema y del humano. Por lo que es importante continuar con los monitoreos con mayor frecuencia para detectar futuros florecimientos tóxicos y evaluar los probables efectos en la fauna marina y en la acuacultura local como se ha demostrado para otras regiones del mundo.

 

AGRADECIMIENTOS

Al proyecto SEP–CONACYT 61226, PC 0.12–CIBNOR y PC 0.11–CIBNOR y SIP 20095299 y 20100192 del IPN–CICIMAR. I. Gárate Lizárraga y C. J. Band Schmidt son becarios COFAA y EDI. A. Fernando Aguirre Bahena (CICIMAR–IPN) y Gerardo Rafael Hernández García (CIBNOR) por la edición de figuras. A los revisores por sus acertadas sugerencias.

 

REFERENCIAS

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