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Tópicos (México)

versión impresa ISSN 0188-6649

Tópicos (México)  no.41 México dic. 2011

 

Reseñas 

 

José Gaos: Filosofía de la filosofía. Selección de textos de Alejandro Rossi

 

Jorge Ordóñez Burgos

 

México: Fondo de Cultura Económica 2008, 287 pp.

 

Departamento de Humanidades, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

 

Berlín, noviembre de 2011

 

El volumen del que nos ocuparemos capta la atención del lector desde que se observa el sugerente título escrito en la portada. Para quienes ya conocen las ideas de Gaos, resulta atractivo reunir en un mismo libro diversos trabajos no muy fáciles de adquirir separadamente, además de significar un deleite intelectual el estilo de la prosa filosófica del sabio español. Para quienes son desconocidos el nombre y obra de Gaos, es muy posible que signifique una grata sorpresa encontrarse con trabajos que dan noticia de la vida espiritual e intelectual del mundo hispánico. La filosofía contemporánea no se reduce al estructuralismo francés, los existencialismos, la fenomenología alemana y el neopositivismo. En Filosofía de la filosofía hay un filosofar más cercano a nuestra historia mexicana, emparentado con Caso, Vasconcelos y Reyes. Cuando se forman nuevas generaciones de jóvenes filósofos, se afrontan diversas dificultades; una de ellas consiste en introducirlas al oficio que han elegido no sólo para ejercitar la mente, sino para ganarse la vida. Sin minimizar la definición introductoria de conceptos como "ética", "ontología", "lenguaje", "conocimiento" o "estética", el profesor inicia a los discípulos en una de las preguntas capitales y más complejas de nuestra disciplina ¿qué es la filosofía? La articulación de los siete escritos de Gaos orienta a los neófitos, sin adoctrinarlos ni condicionarlos a abrazar una escuela de pensamiento determinada. Filosofía dela filosofía no representa una vulgarización de la filosofía, más bien, podría vérsele como una ventana que muestra con amabilidad los ámbitos que componen la realidad del filósofo: la vida académica, el terreno laboral y la reflexión personal. Para un estudiante de los primeros semestres de la licenciatura en filosofía, tal vez resulte un tanto complejo el lenguaje fenomenológico del que Gaos hace gala en "La caricia", "Existencialismo y esencialismo" y "La negación". Empero, superar con éxito un reto de pequeña dificultad motivará al novicio a seguir explorando el vocabulario técnico de la filosofía, además de proporcionarle buenas herramientas para adentrarse en discursos filosóficos más elaborados y construidos en francés, italiano y alemán.

Algunas preguntas recurrentes en los estudiantes primerizos de filosofía son ¿hay una filosofía mexicana? ¿Se hace filosofía en lengua castellana? ¿Quiénes forman a nuestros filósofos? Para aquéllos que viven en el centro del país no es difícil ponerse al tanto de la herencia recibida de décadas y siglos atrás. En los extremos de la república es más difícil mostrar escuelas, líneas de investigación y obras que dan continuidad al legado de los grandes maestros del pasado. Las páginas de Gaos satisfarán dichas inquietudes, además de mostrar con naturalidad que el pensamiento en lengua castellana tiene un lugar activo dentro del contexto de la filosofía mundial, deja claro que los filósofos hispánicos construyen sus reflexiones compaginando el pensamiento y realidad mundial con la propia. Los filósofos de gabinete encerrados en textos antiguos y empecinados en negar su cotidianidad son ajenos a Zubiri y Ortega, ambos guías de don José.

Como se apuntó arriba, el libro se integra a partir de la compilación de ensayos de Gaos publicados en diferentes espacios y formatos –cabe destacar que el prólogo de Rossi data de octubre de 1989–. A continuación un breve comentario de cada trabajo que compone Filosofía de la filosofía.

1) "Cuestiones profesionales", resultado del ensamble de dos capítulos del libro que lleva el mismo título (FCE, México, 1958. La primera sección, pp. 13–20, corresponde al capítulo 3, la segunda, pp. 20–33, al 5). El texto nos comparte una grata narración del ambiente académico que se vivía en la Universidad de Madrid del primer tercio del siglo pasado: las reuniones de la Revista de Occidente, la convivencia con Unamuno, Guillen, Zubiri, Ortega y Morente, así como la acogida que la distinguida comunidad de filósofos brindaba a visitantes especiales, ejemplo de lo último es descrito por el giro temático que tuvieron los seminarios de Ortega en la primavera de 1924:

Desde que se anunció con fijeza la visita de Einstein, que fue desde bastantes semanas antes de que tuviera lugar, desaparecieron el amor, Bergson y las teorías del espacio y el tiempo: ya no hubo más que teoría de la relatividad a todo pasto, es decir, consideraciones de la índole de las que se condensaron en el ensayo "El sentido histórico de la teoría de Einstein…"1

Cada página de "Cuestiones profesionales" nos habla de los caros amigos de los que Gaos se hizo al pasar de los años, sus afectos los trajo consigo como equipaje cuando llegó a México, aunque aquí construyó también amistades entrañables:

Asistir al pensar del pensador, o al escribir del escritor; presenciar cómo todo lo que entra en la vida del primero entra siendo pensado, como todo lo que entra en la vida del segundo entra siendo escrito… Tal función regulativa del espectáculo del gran hombre la ejerció en mi vida de España Ortega, como en mi vida de México pudo haberla ejercido don Antonio Caso, si su muerte prematura no lo hubiera impedido, y ha venido a ejercerla Alfonso Reyes; la amistad de este me ha hecho penetrar hasta los fondos mismos de la vida en que crea ese peculiarísimo tipo de ente que es el gran hombre de letras, el gran escritor."2

2)"Sobre Ortega y Gasset". Extracto del libro del mismo título (UNAM, México, 1957, pp. 117–137). El ensayo tiene dos grandes apartados: I Ortega en Política, pp. 34–683 y II Salvación de Ortega4. En este texto, una especie de breve biografía espiritual de Ortega, Gaos nos presenta al prestigiado intelectual que poco a poco fue inmiscuyéndose en la vida política de España al grado de formar parte del Congreso antes de la Guerra Civil; luego vino la desilusión, el exilio; el silencio5. El buen tino de Gaos para citar trabajos puntuales de su maestro en los que la filosofía de la historia y la política dialogan es de elogiarse. Entre los escritos referidos están: la conferencia "Vieja y nueva política" (1914), los artículos "Democracia morbosa"6 y "Bajo el arco de la ruina"7 (ambos de 1917), La Rebelión de las masas (1930)8,"La organización de la decadencia nacional" (1930), La redención de las provincias y la decadencia nacional (1931)9, "Contraseña del día. Saludo a la sencillez de la República" y "Rectificación de la República" (ambos de 1931)10 y "Socialización del hombre" (1934)11. El encomio con que Gaos recuerda a su maestro trasciende el mero homenaje, sirve de inspiración para construir una historia de la filosofía más viva, en conexión cercana con la preocupación porque la historia del pensamiento sea auténticamente histórica más que un guión aprobado por el gremio. Don José sentencia:

…si la filosofía de cada filósofo no tuviese más valor de verdad que el de ser expresión de su visión personal del mundo, ni más valor de comunicación que el de ser caso superlativo del "cambio de ideas" con que los hombres mutuamente enriquecen las propias ideas, la propia visión del mundo, no se atisba razón por la que, a igualdad de proliferación en el detalle y de volumen o alcance en conjunto, tendrían ninguno de los dos valores en mayor grado de las filosofías sistemáticas, metódicas, técnicas y tediosas que las desbordantes de atractivas intensiones… Lo frustáneo debe contar en la biografía del hombre, pero no cuenta en la historia. En ésta sólo queda lo logrado en plenitud. Y de la plenitud del logro de lo propio de Ortega nadie ha dudado, tampoco él. Por eso es consolador imaginarlo entre sus pares —que son también los diferentes–compartiendo con ellos el elíseo contento de haber llegado a ser lo que era."12

3) "El pensamiento hispanoamericano". Publicado originalmente en Jornadas no. 2, pp. 9–50 (El Colegio de México, 1944). La sección establece un recuento más o menos sistemático del pensamiento en lengua castellana desarrollado en los últimos siglos –desde la colonia hasta el siglo XX– dentro de nuestro continente; Gaos se ocupa de casos específicos: Cuba, Argentina y México. Su estudio no busca la rigurosidad, pero tampoco cae en la ligereza. Me gustaría citar algunos pasajes en los que reflexiona sobre la construcción de la tradición filosófica en nuestros países y la condición de los filósofos hispanoamericanos, en otras palabras, fragmentos en donde se hace filosofía de la filosofía.

"El pensamiento" es aquel pensamiento que no tiene por fondo los objetos sistemáticos y trascendentes de la filosofía, s no objetos inmanentes, humanos, que por la prop a naturaleza de las cosas, históricas, éstas, no se presentan como los eternos temas posibles de un sistema, sino como problemas de circunstancias, es decir, de las de lugar y tiempo más inmediatas, y, por lo mismo, como problemas de resolución urgente…"13

…los grandes pensadores de la América española son los más grandes prosistas hispanoamericanos: Sarmiento, Montalvo, Martí, Rodó, son de los más grandes prosistas de la lengua española desde los siglos de oro."14

El texto cierra con objeciones y comentarios presentados por Alfonso Caso, Ezequiel Chávez, Juan David García Bacca y Agustín Yáñez —oyentes de lo que originalmente fue una ponencia–, seguidas de las respuestas de Gaos a cada uno. Este es otro aspecto didáctico del libro, mostrar el diálogo filosófico como un elemento más que debe cumplir el filosofar.

4) "La caricia", publicado originalmente en Dos exclusivas del hombre. La mano y el tiempo (Universidad de Nuevo León, Monterrey, 1945). En unas pocas páginas Gaos hilvana reflexiones existencialistas que desembocan en la investigación de lo esencialmente humano. Lo que el hombre crea se inserta en el círculo exegético creador–receptor de lo creado, en una dinámica que humaniza a ambos y que es pretexto suficiente para explorar la naturaleza del amor. Las observaciones de Gaos entremezclan en decir poético con el análisis filosófico, a continuación un fragmento cargado de significado:

no es simplemente que la mano puede acariciar sino que: es la posibilidad de acariciar lo que hace, lo que crea la mano. Pero hay más. Una mano encallecida, v. gr., por el trabajo, si puede acariciar propiamente, no puede hacerlo plenamente. Luego, sólo a una mano emancipada incluso de la maldición del trabajo es dado en su plenitud el acariciar, el más noble de los movimientos posibles a toda mano. Sólo a una mano que ha dejado de hacer que–haceres de la mano, para poder acariciar plenamente, le es dado este poder. Se abre ante nosotros la perspectiva de una relación esencial entre ocio y caricia. Mas lo contrario de ocio, del otium, es el nec otium, el negocio. La perspectiva se completa con la de una oposición, no menos esencial entre caricia y negocio".15

5) "Existencialismo y esencialismo", extracto de la obra Filosofía de la filosofía e historia de la filosofía (Stylo, México, 1947. pp. 183–199). Una de las intenciones más claras del libro en conjunto es presentar a la filosofía, al filósofo y al filosofar en tanto que esferas de lo humano. Es un excelente ejemplar de la crítica a la racionalidad occidental—ya como método y sistema de pensamiento, ya como Historia definitiva de las ideas–. En este apartado específico, y siendo ajeno a toda reducción o caricaturización de la filosofía, Gaos localiza el resorte que dispara la reflexión filosófica del pensador legítimo en las circunstancias que lo rodean.

Un existencialismo riguroso habría de ser expelente del "ismo" —o de toda razón y palabra: habría de atenerse a la facticidad, a la existencialidad pura— de toda razón y palabra (incluso existencialidad ¿no significaría lo mismo que existencialismo?); habría de ser no pensante y por ende silente —irracional hasta la mudez. Se recuerda al filósofo griego reducido a no poder más que mover el dedo —y aun este movimiento habría de ser sin razón, sin sentido."16 "El existencialista podrá ser hombre, pero no puede ser filósofo; el esencialista podrá ser filósofo, pero no puede ser hombre. En el hombre existencial no existe esencia que razone, que hable; el hombre deja de existir en la pura esencia raciocinante."17 "Sólo tendría sentido una filosofía del esencialismo y el existencialismo como tales posibilidades del hombre reveladoras de su ser, una filosofía de la filosofía como parte de una filosofía del hombre… El "término medio" no sería un reposo entre los extremos, sino el constitutivo oscilar entre ellos. Por tanto, que como consecuencia de este artículo "contra el existencialismo", ¡por los clavos de Cristo! no atrapen la ocasión, es decir, las esencias, otra vez, por los cabellos."18

6)"Discurso de filosofía", publicado originalmente en Cuadernos Americanos, n. 2, 1954, pp. 13–30. Compuesto por diez parágrafos marcados con números arábigos sin títulos ni subtítulos. Este ensayo continúa con las reflexiones de los trabajos anteriores. ¿Qué es la filosofía?, es el interrogante esencial, por ello es atajado de varias maneras. Frases tan reveladoras como:

El fracaso de la metafísica es solamente el de la demostración científica de la inmortalidad del alma y de la existencia de Dios, el de la convicción de poseer un conocimiento cierto de ambas."19 "…y un Heidegger, más realista que a mi no me cabe duda que proyectó fundar en la analítica existenciaria una nueva, o simplemente renovada, ontología del ser en general, y un nuevo, o simplemente renovado, teísmo, por la vía "científica", tradicional de la filosofía, que abandonó por la vía mística del pensar que es poetizar y dar gracias, vía que no parece infundado sospechar es lo que ha debido inspirarle la imagen de los "caminos del bosque" que no llevan a ninguna parte."20

Interrogar por la naturaleza propia de la filosofía occidental para muchos resultaría desperdiciar palabras, dado que la filosofía occidental es la Filosofía. ¿Existe algo fuera de Grecia y la Razón? Afirmaciones como las que se citan arriban —de las que se encuentra repleto Filosofía de la filosofía– invitan a desentrañar el papel del pensamiento occidental en el contexto de la humanidad.

7) "La negación. La negación y la existencia de los fenómenos", publicado originalmente en Del hombre, pp. 319–368 (FCE, México, 1970). Dividido en tres secciones marcadas con números romanos, sin títulos ni subtítulos. Gaos emprende una revisión fenomenológica de la negación, los planos en que se le estudia van desde la gramática, pasando por la lógica y la ontología, hasta llegar a la metafísica. ¿Qué hace a la filosofía una actividad humana? El sentido mismo de sus temas de investigación; negar significa disponer de la presencia de los entes dentro de la comprensión del mundo.

Los escritos de Gaos poseen una profundidad que no abruma, al mismo tiempo de fluir con la naturalidad de aquel que es filósofo con espontaneidad y gracia. Filosofía de la filosofía es una magnífica iniciación al mundo vivo de nuestra disciplina; como se dijo arriba, una de sus posibles lecturas es la de ser una introducción, una muy especial que no insulta la inteligencia de los futuros colegas. Refrendar la trascendencia del pensamiento de Gaos, además de beneficiarnos a quienes tenemos al castellano por lengua materna, abona materiales de investigación a aquellos filósofos extranjeros interesados por conocer ideas emanadas de circunstancias históricas irrepetibles en otra latitud del mundo. No resulta fantasioso pensar en la futura compilación de las Obras Completas de Gaos traducidas al inglés, el francés o al alemán. De unos años para acá se están dando los primeros pasos, la renovación de textos aparecidos hace décadas facilita significativamente el acceso a las fuentes. Es innegable que el mundo hispánico tiene mucho que aportar a la filosofía universal, desgraciadamente, todavía se sigue minimizando su valía en algunas de nuestras instituciones de enseñanza e investigación.

Filosofía de la filosofía, pues, es un libro muy bien logrado porque en él se conjugan el buen tino en la selección de escritos con los aspectos formales y materiales de la edición. Ojalá que este buen objeto literario reavive las discusiones sobre las ideas de Gaos entre los colegas de todo el país.

 

Notas

1 p. 28.

2 pp. 32–33. —El filósofo chihuahuense José Fuentes Mares, discípulo de Antonio Caso en la década de los cuarenta, comenta sobre las expectativas que en un principio tenía su mentor respecto a la llegada de los exiliados españoles a la UNAM: "…llegaron los maestros españoles —Gaos, Xirau, Roura, Recaséns, Millares Carlo y Nicol–, y don Antonio sacó las uñas. "Si creen que van a ponernos el pie en el pescuezo —me dijo–, yo me encargaré de echarlos". Pero los españoles no venían a poner el pie en el pescuezo de nadie sino al contrario, llegaban a servir, a quedarse y a comprender. En cuanto llegaron rindieron su homenaje personal a Caso, y Caso les correspondió noble y largamente." "Aquella Facultad de Filosofía y Letras", Diorama de la Cultura, p. 2. México, Excelsior, domingo 30 de enero de 1972.

3 El texto publicado sufrió diversas modificaciones. La versión original se tomó de una conferencia dictada en el Ateneo Español de México el 24 de agosto de 1956.

4 Publicado en Cuadernos Americanos, no. 1, 1956. Posteriormente, fue incluido en Sobre Ortega y Gasset, pp. 73–86.

5 Sobre este último lapso de la vida de Ortega, Gaos afirma: "…fue el inicio de una falta de participación en la política de su patria que, prolongada hasta la muerte, debió de ser sentida por él como una amputación de su ser que debió de contribuir grandemente, si no exclusivamente, a que sobre todo la última veintena de años de su vida encerrase un entrañable amargor.", p. 55.

6 Publicado en el segundo Espectador.

7 Aparecido en El Imperial.

8 En el volumen se recogen varios trabajos políticos de Ortega de la década de los veinte, por ejemplo: "El mayor peligro y el Estado" de 1927.

9 Derivado de los artículos: "La redención de las provincias" y "Dislocación y articulación de España" entre otros.

10 Trabajos que publicó como miembro del Parlamento.

11 Octavo Espectador. —Es de recogerse el siguiente pasaje de Ortega: "La divinidad abstracta de "lo colectivo" vuelve a ejercer su tiranía y está ya causando estragos en toda Europa. La Prensa se cree con derecho a publicar nuestra vida privada, a juzgarla, a sentenciarla. El poder público nos fuerza a dar cada día mayor cantidad de nuestra existencia a la sociedad." Citado por Gaos en Filosofía de la filosofía, p. 66.

12 p. 91.

13 p. 94.

14 p. 106.

15 p. 150. —A propósito de la disposición hermenéutica de la realidad en forma de diadas, Gaos señala: "Hay en la literatura medieval un género llamado de "debates": debate del alma y el cuerpo, debate del agua y el vino, debate del clérigo y el caballero. Aquí estaría bien un debate —de la caricia y el beso–.", p. 166.

16 p. 196.

17 p. 197.

18 p. 199.

19 p. 212.

20 pp. 209–210.

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