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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.108 Ciudad de México ago. 2022  Epub 12-Sep-2022

https://doi.org/10.14350/rig.60599 

Reseñas

Michieli, F. (2021). La vocación de perderse

Valeria Consuelo de Pina Ravest* 

*Departamento de Geografía, Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM

Michieli, F.. 2021. La vocación de perderse. ., Madrid: Siruela, 109p. ISBN: 978-84-18708-54-1.


Aislados en territorios de inmensas blancuras, perderse posibilita encontrarse y afrontar lo inesperado. La ruta debe seguir las indicaciones de la experiencia adquirida en expediciones anteriores, las lecturas del territorio, las formas del paisaje, del bosque, la nieve, del cielo, las huellas de los animales, los tonos de blanco, las honduras en el camino y de los astros. La única referencia es el mapa mental que proviene de la memorización y puesta en marcha de un bagaje cartográfico previo.

Franco Michieli propone volver sobre los pasos de la humanidad en sus orígenes como caminantes de un extenso mundo indómito. Sugiere hacer el camino inverso al desarrollo del conocimiento geográfico y sus avances tecnológicos, remontar de manera descendente aquella larga duración de esta evolución, explicada con atino por Franco Farinelli (2021) en Polifemo cegador. La geografía y los modelos del mundo. A través de una severa crítica al mundo actual y su cultura tecnológica, que permea todas las actividades de la humanidad y la vocación geográfica, Michieli invita a que el espacio nazca en nosotros de nuevo como una experiencia originaria, que las distancias pierdan lo abstracto del metro, que el tiempo acelerado se detenga y vivamos los ciclos de la naturaleza, entender las formas del paisaje en la experiencia de caminarlas, memorizar las geometrías de los mapas, dejarlos en casa y salir a recorrerlos.

Franco Michieli (Milán, 1962) es geógrafo de profesión, se graduó en la Universidad Estatal de Génova. Desde temprana edad adquirió gran admiración y conocimiento sobre la naturaleza y las montañas. Ha realizado numerosos viajes a pie por lugares de difícil acceso sin mapas, brújulas o aparatos de geoposicionamiento. Piensa que la tecnología hace superflua la exploración, prefiere el contacto directo ser humano-naturaleza.1 Además, es escritor, explorador, fotógrafo y corresponsal de diarios. Ha recorrido los Alpes, los Pirineos y los Andes. Tiene interés particular por la Escandinavia y ha caminado múltiples veces sus territorios, principalmente los confines entre Noruega e Islandia. Esta vez, la lejana región del norte de Europa es la protagonista de La vocación de perderse, ensayo geográfico-filosófico que aborda experiencias y pensamientos que surgen al encontrarse frente a la naturaleza, ejerciendo esa praxis constante de ubicarse al leerla en sus paisajes, ciclos y comportamientos.

Sin duda el oficio geográfico se apasiona por la práctica de perderse en alguna latitud, lo interesante del libro es la narrativa y reflexión que de este ejercicio se produce. Nos recuerda a los bellos libros de Eliseo Reclus, geógrafo anarquista que plasmó su vocación pedagógica sobre la relación humanidad-naturaleza en obras como El arroyo (2006) y La montaña (2003), donde invita a perderse de otras formas. Y ya en el siglo XX, otro viajero de larga andadura, el escritor Antonio Núñez de Jiménez (2012), participó en expediciones geográficas al Polo Norte, los Andes, China, África, Islas Galápagos y recorrió en canoa el Amazonas hasta el Caribe.

El libro de Franco Michieli inicia con una cita de Barry Lopez,2 un breve pasaje de Una geografía profunda donde presenta una analogía entre territorio y personalidad humana, ambos términos hablan y se descuben si se les escucha. La vocación de perderse se compone por diez pequeños apartados. En el primero, Michieli abre una descripción del escenario de la narración, un paisaje blanco y ondulado que se extiende en todas direcciones, imponente por las historias que ahí podrían suceder: “un futuro proyectado en el espacio en el que podríamos ser capaces de mantener una ruta, o perderla” (2021, p. 9). Los sentimientos de pérdida, desorientación, hallazgo y certeza se experimentan en la travesía por tierras de Laponia, o Sapmi en lengua sami, territorio entre Noruega, Finlandia y Rusia en el largo invierno, donde los desvíos y errores son parte de la ruta, lugar idóneo para conectarse con la filosofía del universo. En el segundo apartado, repasa el poblamiento humano de grupos pequeños recorriendo extensas regiones, rodeadas de espacios inhóspitos con bordes difusos, en un continuo vagabundeo y encuentro con lo desconocido. Las migraciones traspasaban generaciones enteras, no había caminos ni senderos, se encontraban aislados en vastos territorios, la improvisación era esencial. Esto añade un estímulo nato por la exploración en la humanidad y por el conocimiento de los astros, con eternos y regulares movimientos.

En el tercer momento del libro, el autor vuelve sobre el mapa mental que activaron él y su compañero de viaje. En la cuarta morada se adentra en las formas del territorio del nordeste de Finlandia, su historia geológica, las geometrías del paisaje que sirven de guía, así como la brújula natural a ras de suelo, el Sol, a través del cual se reorienta una y otra vez su mapa mental. En el quinto apartado Michieli señala de las cuestiones fundamentales para saberse orientar: el giro de la Tierra sobre sí misma, la orientación del movimiento aparente del Sol, la noche, cuestiones estacionales y de latitud y nos relata modos sencillos de comprobar la hora. La sexta parte narra pormenorizadamente las aventuras del viaje, los paisajes, los lugares que deberían encontrar en la ruta, los animales y sus huellas así como las de los humanos, la búsqueda de los lugares que teóricamente se encontrarían. En la séptima sección, el geógrafo italiano expone un tiempo personal, un viaje en su juventud a los Alpes, donde se dio cuenta que necesitaba más tiempo inmerso en la naturaleza. En la octava parte ordena otro viaje donde experimentó un momento de perpetua blancura, pero a pesar de la niebla experimentó la mejor visión. Cada inmersión suya en la wilderness,3 daba paso a una reflexión sobre la naturaleza. Las últimas dos secciones recuperan sus reflexiones filosóficas sobre esta vocación de perderse, para él, contenida en la belleza de un paisaje, en la potencialidad de lo que ahí puede pasar; “lo sublime” que buscaba Kant, eleva las fuerzas del alma y la capacidad de descubrirse. Así como el beneficio espiritual de salir, remendar la intimidad y entrever cierto perdón por nuestra incapacidad de cuidar al mundo.

La vocación de perderse invita a reconciliar a la geografía con la emoción, la percepción y la lectura de la naturaleza como forma de salirnos del ensimismamiento tecnológico que está presente en nuestra individualidad y en el proyecto de conocimiento de nuestra disciplina. El relato, el ejercicio de narrar, la metáfora, el símbolo y el mito son herramientas con las que contamos para enriquecer nuestras percepciones. Pese a que ya no podemos tener esa experiencia totalmente primigenia con nuestros espacios circundantes, entender que el “territorio es como la poesía”, inexplicablemente coherente, con significados transcendentes y tiene el poder de elevar consideraciones de la vida humana, como anota Barry Lopez (Michieli, 2021, p. 29). Perderse, alejarse del mundo mediatizado por lo digital, permitirse reinventar nuestra relación con la naturaleza. Consideremos la centralidad del libro, la apertura a múltiples ángulos para pensar la actuación y la práctica de la geografía y preguntémonos ¿qué paisajes podríamos describir como nos enseña Michieli, al explorar nuestras habilidades narrativas? Incluso nos invita a reflexionar sobre los viajes y rutas que hacemos en nuestros trayectos urbanos y personales, y en los lugares donde podríamos encontrar aquella vocación a perdernos, aunque sean territorios cotidianos.

REFERENCIAS

Farinelli, F. (2021). Polifemo cegador. La geografía y los modelos del mundo. Colección: Geografía para el siglo XXI. Serie: Textos Universitarios, núm. 31. México: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Geografía. [ Links ]

Michieli, F. (2021). La vocación de perderse. Biblioteca de Ensayo 74. Madrid: Siruela. [ Links ]

Núñez-Jiménez, A. (2012). El almirante en la tierra más hermosa. La Habana: Editorial Científico-Técnica, Fundación Antonio Núñez Jiménez de la naturaleza y el hombre. [ Links ]

Reclus, E. (2003). La montaña. Salamanca: Amarú Ediciones. [ Links ]

Reclus, E. (2006). El arroyo. Valencia: Media Vaca. [ Links ]

1Recuperado del blog personal de Franco Michieli donde relata sus principales viajes, presenta sus escritos y reportajes sobre la naturaleza y hace una cronología de sus principales viajes, disponible en https://francomichieli.wordpress.com/biografia/

2Catalogado por la crítica como el mejor escritor de la naturaleza, de nacionalidad estadounidense.

3Entendida por el propio Michieli como ese contacto primigenio con las naturalezas “salvajes”, poco habitadas, pero que van más allá de las características del espacio, que posibilitan experiencias físicas y espirituales (2021, p. 76).

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