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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.66 Ciudad de México ago. 2008

 

Reseñas

 

Las mujeres y las políticas del lugar1

 

Álvaro López López *

 

Harcourt, W. y A. Escobar (eds.; 2007), Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM, México. 290 p., ISBN 9–703–24049–6.

 

* Departamento de Geografía Económica, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

En el ámbito mundial, el Género incrementa rápidamente su interés para la Geografía, en tanto que muestra la territorialidad derivada de la construcción cultural de hombres y de mujeres. En la investigación tradicional en diferentes ramas de la Geografía, como la Regional, se observan procesos tales como la ocupación poblacional y de dinámica económica, como algo realizado por entes humanos aparentemente cohesionados e indiferenciables, sin que se reconozca el hecho de que el ser mujer u hombre, imprime en el territorio diferencias importantes, de acuerdo con las implicaciones que cada cultura atribuye a uno u otro género, por lo general en condiciones inequitativas.

En este contexto surge el libro Women and the Politics of Place, editado en inglés por Kumarian Press (2005), bajo la coordinación de Wendy Harcourt, presidenta de la asociación de Mujeres en Desarrollo–Europa, y Arturo Escobar, profesor de antropología en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos. El valor de la obra radica en la presentación de diferentes estudios de caso que muestran cómo las mujeres, con atribuciones culturales diferentes, inciden en el territorio en el que viven, con el afán de lograr condiciones dignas de vida y equidad de género. La importancia del tema llevó al Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM, a traducir y publicar en el 2007 este libro, con el título en español de Las mujeres y las políticas del lugar.

En esta obra vertieron sus ideas diecinueve autoras y un autor, de formación muy variada que va de la Geografía a la Antropología. Contiene 15 artículos, los cuales están agrupados en cuatro secciones que, temáticamente refieren el análisis de las mujeres, el lugar y: 1. La política del cuerpo. 2. El medio ambiente. 3. Las economías alternativas. 4. Sus movimientos (migraciones). Los primeros capítulos aducen a la parte teórica de la obra, cuya exploración es exhaustiva para los conceptos de "lugar", "mujer" y "política". El resto de capítulos muestran las experiencias de las mujeres y la política del lugar en Zanzíbar y Dar–es–Salam, Tanzania; Toronto, Canadá; la Región Zapatista, México; Zambrana–Chacuey en República Dominicana; la costa Pacífica en Colombia; Palestina; Paquistán; India; Filipinas; Karelia del Norte, Finlandia; Italia y Papúa Nueva Guinea.

En alusión con el lugar se señala que los territorios son diferenciados entre sí, pues tienen sus propias interacciones sociales, productoras de culturas específicas; los territorios construyen géneros con sus propias interpretaciones del ser mujer y las mujeres tienen su propia interpretación del lugar. Por su parte se señala que la "política del lugar" es la influencia que el lugar y la historia de las acciones políticas tienen en un movimiento social, en este caso, en un movimiento incentivado por las mujeres o con apoyo a las mujeres. Se insiste que no es posible la comprensión de la política del lugar sin una interpretación causa–efecto y que, en tanto predomina el poder patriarcal en casi todo el mundo, la política del lugar desfavorece a las mujeres, por lo que ellas generan resistencias encaminadas a eliminar la desigualdad que les limita, aprisiona y, literalmente, mata.

Novísimo en este libro es la revelación que sus autoras hacen de que la política del lugar no es una fórmula extensiva a todo el Mundo, tal como en su momento lo plantearon los movimientos socialista y el propio feminismo tradicional. En este escrito se alude a que las estrategias de acción varían de lugar en lugar, de acuerdo con las condiciones del medio físico, social, económico, su historia específica, la valoración propia de lo que es ser mujer. Aunque de hecho en esta obra no se habla de "mujer" en un sentido universal, globalizador y esencializador, sino más bien de "mujeres" insertas en espacios geográficos con atribuciones variadas y que van de la reivindicación de su valor reproductivo, hasta las interpretaciones más radicales que llevan al cuestionamiento de este papel natural de las mujeres en ser sólo "madres".

Así, Fatma Aloo, una autora que habla de Tanzania, señala, en alusión a su lucha:

El de África es un movimiento de mujeres que dice que las mujeres somos las procreadoras, somos las madres y productivas [...] y en este lugar de lucha buscamos que nuestras necesidades sean cubiertas con una dignidad humana integral.

Para lograrlo hay obstáculos y ella reconoce que los obstáculos provienen de hombres y mujeres: "las mujeres pueden causar tanto dolor como los hombres", pues es más bien el sistema patriarcal el problema, el cual es reproducido por ambos géneros, así, "[...] la mente necesita descolonizarse de los valores patriarcales" los cuales permean el género. Por su parte, la paquistaní Khawar Mumtaz, refiere que las luchas locales surgen desde mantener la vida misma, como la erradicación de la pena de muerte a las mujeres por cuestiones de honor. Pareciera que en el occidente "desarrollado" esto está superado y, en este sentido, las luchas y políticas de lugar son diferentes a las de regiones como el mundo islámico.

Por supuesto, desde el punto de vista del feminismo radical y globalizador emanado de países occidentales, entender a la mujer como el ser reproductivo es una crítica central, sin embargo, también en este libro se explora la dificultad de hacer extensivo el planteamiento del feminismo radical y globalizador como la política que tiene la autoridad para decir "qué es la mujer" en todos lados del mundo. Así ser mujer difiere en formas significativas según la geografía procedente.

Casi todos los sitios de estudio abordados en este libro pertenecen a los llamados países "en desarrollo", donde las mujeres tienen doble o triple condición de marginación: ser pobres, ser "mujeres" y/o ser indígenas o negras. Así, sorprende la coincidencia que las autoras tienen, de acuerdo con sus experiencias en el trabajo comunitario, de que una política del lugar para lograr la equidad de género es lograr mejorar la autovaloración de las mujeres en su propia condición. Pero estas autoras también coinciden que no hay éxito si este trabajo no se basa en su independencia económica, es decir, que se involucren en proyectos en los que su trabajo físico y remunerado les dé la sensación de independencia económica y les lleve a su empoderamiento. Una vez ocurrido esto, se ha visto que se facilita el hecho de que las mujeres busquen ejercer su voto o intervenir en las políticas locales. Estos análisis se basan en estudios documentados y una base amplia de trabajo de campo.

Uno de los casos donde el empoderamiento social de las mujeres no tuvo una base económica en el inicio, fue el de las indígenas zapatistas chiapanecas. Curiosamente fue, valga la expresión, su involucramiento en el potencial campo de guerra y su participación en la discusión de las leyes comunitarias, lo que les llevó a demandar en forma determinante una posición equitativa. Como la autora de este capítulo lo señala, además de luchar con la opresión del sistema económico global, ha sido luchar con los hombres de su propia comunidad, en la búsqueda de su reconocimiento.

Otra de las discusiones en este libro ha sido la de responder esta pregunta: ¿dónde se es más eficiente en la lucha por la equidad de género? Cuando las mujeres se sitúan, ¿dentro o fuera del poder establecido? En diferentes capítulos se argumenta que quienes se han mantenido independientes a las estructuras de poder no comprometen sus ideas, su intelecto, su cuerpo, su fuerza de trabajo. Quienes han luchado desde el poder, han actuado en el entendido de que las mujeres tienen gran potencial en la generación de riqueza, pero en una visón globalizadora de la economía y de las mentes, de modo que las luchas han quedado nulificadas y de hecho han servido a las propias estructuras de poder, a fin de cuentas asociadas con el capital trasnacional.

En esa misma perspectiva, en este texto se discute la efectividad que la Organización de las Naciones Unidas ha tenido en la equidad de género; se señala que esta organización realiza estudios a partir de indicadores que estandarizan la enorme diversidad de problemáticas en los lugares, luego entonces, se genera una política promedio que ya no coincide con las necesidades locales. Por otra parte, se enfatizan los logros que ha tenido el Foro Social Mundial, en tanto que está al pendiente de rescatar las particularidades locales del lugar, para resolver la inequidad de género.

 

Nota

1 Esta reseña se deriva de la presentación de este libro en el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, el 21 de febrero de 2008. Agradezco muy especialmente a la Dra. Marisa Belausteguigoitia Rius, directora del Programa Universitario de Estudios de Género, por la invitación que me hizo para comentar esta obra.

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