Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
- Accesos
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Investigaciones geográficas
versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611
Invest. Geog no.59 Ciudad de México abr. 2006
Notas y noticias
Recuerdo de Dolores Riquelme Vértiz de Rejón
María Teresa Gutiérrez de MacGregor*
* Instituto de Geografía-UNAM
El 1 de enero de 2006 falleció inesperadamente una de las maestras más queridas y respetadas del Colegio de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México: Dolores Riquelme Vértiz de Rejón.
Algunas de sus principales características fueron su gran optimismo, amor y disfrute de la vida; esto nos hizo pensar que faltaba mucho tiempo para que su vida terminara.
Dolores Riquelme poseyó una personalidad valiosa y atractiva, siempre enmascarada por la sencillez y la modestia que la caracterizaban.
Lola, como siempre la llamábamos, estaba llena de atributos dignos de admirar y difíciles de reunir en una sola persona como son: rectitud, honestidad, comprensión y tolerancia. Era reconocida en muchos aspectos como geógrafa, como maestra entregada totalmente a sus alumnos, por sus grandes valores éticos y, especialmente, por su enorme calidad humana.
Nació en la Ciudad de México el 23 de abril de 1913, en plena Revolución Mexicana. A pesar de la vida académica tan activa que desarrolló, consiguió, además, integrar una familia avenida con su esposo Manuel Rejón, que la comprendió y la apoyó en todas sus actividades relacionadas con su profesión, como lo demuestra el haberla acompañado en los múltiples congresos de geografía, tanto nacionales como internacionales. De este matrimonio nació una hija, Julieta, que logró, apoyada por sus padres, realizar una vida plena; estudió la carrera de Medicina y formó a su vez una familia, con su esposo Tomás Sánchez Ugarte, médico también, con el que concibió tres hijos que dieron muchas satisfacciones a Lola en su vejez.
No se puede separar su actuación académica de la acusada personalidad del maestro Jorge A. Vivó, con quien mantuvo una estrecha colaboración; primero, siendo una brillante alumna de la carrera de Geografía, como lo demuestra el haber obtenido Cum Laude en su examen de maestría y, posteriormente, participando como maestra en el Colegio de Geografía, antiguamente Departamento de Geografía, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Gracias al esfuerzo y apoyo callado y silencioso, pero sumamente efectivo de la maestra Riquelme, Vivó pudo dedicarse, olvidándose de actividades menores, a realizar con cierta tranquilidad una obra tan importante y trascendente como fue la organización de la Carrera de Geografía, con el alto nivel académico que le ha permitido subsistir hasta nuestros días y formar una pléyade de geógrafos que ocupan señalados puestos y llevan a cabo actividades relacionadas con nuestra profesión en diversas instituciones de nuestro país.
Dolores Riquelme realizó sus estudios de maestría, de 1939 a 1941, cuando la carrera de Geografía se impartía en la Facultad de Ciencias de la UNAM. En 1942 la carrera regresó a la Facultad de Filosofía y Letras y ahí continuó sus estudios de doctorado.
En esos años se organizó el Observatorio de Meteorología, que funcionó en la azotea del edificio de Mascarones, ubicado en la Ribera de San Cosme, donde se encontraba la Facultad de Filosofía y Letras en aquel entonces. El laboratorio servía para las prácticas de meteorología. Tuve gran gusto y satisfacción de compartir con Dolores Riquelme la ardua tarea que significó lograr que funcionara el laboratorio; para esto era necesario realizar tres veces al día, mañana, tarde y noche, los 365 días del año, las lecturas de los aparatos adquiridos para efectuar las mediciones, tales como hidrógrafo, termógrafo, pluviómetro, anemómetro, etc.; estábamos obligadas a cambiar cada mañana los registros respectivos de esos aparatos, con la finalidad de llevar una relación y transmitir la información al Servicio Meteorológico Nacional, del que formaba parte. Se necesitó mucha responsabilidad y colaboración entre ambas para que esta función se realizara con éxito.
En todo el enorme trabajo que significó establecer los primeros planes de estudio de la carrera de Geografía, la maestra Riquelme desempeñó un papel muy importante al lado de Vivó y otros colegas, a quienes sin lugar a dudas, se debe este notable esfuerzo.
Dolores Riquelme era una persona culta, se interesaba especialmente por la literatura geográfica, que era la que más le satisfacía, por lo que su conocimiento no se limitó a su principal línea de enseñanza "la cartografía", sino que, debido al escaso número de geógrafos en aquella época, en muchas ocasiones, tuvo que impartir cátedras de diferentes materias por tiempo limitado, hasta que se preparaba un maestro competente. Fue Secretaria Interina de la Facultad de Filosofía y Letras en 1963 y en 1965, posteriormente fue Coordinadora del Colegio de Geografía de 1976 a 1978. Estos hechos demuestran su actitud de colaboración con el Colegio, en cualquiera de sus necesidades.
También participó muy activamente en la realización del Anuario de Geografía, publicación que durante muchos años fue la principal revista geográfica del país, donde además de artículos de investigación, se incluían reseñas de publicaciones de interés geográfico, se informaba sobre diversas actividades nacionales e internacionales involucradas con la disciplina, como congresos, simposios, seminarios, entre otros. Formó parte del Consejo de redacción durante muchos años y después del fallecimiento de Vivó, para continuar con su labor editorial, adquirió, junto con Raquel Guzmán, la responsabilidad editorial del Anuario. Como si fueran pocos esos compromisos, participó con frecuencia, dentro del Anuario, en la sección de bibliografía comentada; esta sección es muy importante porque de algún modo influye en el creciente desarrollo del saber, al dar a conocer libros y artículos de revistas especializadas en relación con la ciencia geográfica a investigadores, maestros y alumnos.
Algunos de los temas seleccionados en las reseñas por la maestra Riquelme, abordan diferentes problemáticas del país, muchas de las cuales continúan hasta la actualidad. Otro aspecto importante de resaltar de la vida académica de Lola, fue su actividad dentro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE), desde 1948, año en que ingresó como miembro activo, hasta 1985, fecha en que se convirtió en presidenta de la misma.
Vale la pena comentar que la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística fue fundada en 1833 por Valentín Gómez Farías, es la cuarta sociedad geográfica más antigua del mundo, después de las de París, Londres y Berlín.
La maestra Riquelme colaboró en el boletín de la Sociedad publicando artículos de investigación personales y elaborando reseñas para dar a conocer las publicaciones de otros investigadores; además, participó activamente en la organización de muchos congresos nacionales celebrados en diferentes ciudades del país, entre otros: el IV en la Ciudad de México, el V en Uruapan, el VI en Guanajuato, el VII en Saltillo, el VIII en Toluca, el IX en Guadalajara y el X en Morelia.
De la misma manera, participó en reuniones internacionales auspiciadas por la Unión Geográfica Internacional, a las que asistieron numerosos geógrafos mexicanos. Los congresos en los que recuerdo participó, fueron el celebrado en Estocolmo en 1960, en Londres en 1964, en Nueva Delhi en 1968, en Montreal en 1972 y en Moscú en 1976. La UGI celebra también Congresos Regionales, que se celebran entre uno y otro Internacional; cabe destacar la Conferencia Regional celebrada en la Ciudad de México en 1966, cuya organización estuvo a cargo de Vivó, apoyado por Ángel Bassols Batalla y la maestra Riquelme; considero esta conferencia como el acontecimiento geográfico más importante que se ha realizado en nuestro país, hasta la actualidad.
De su participación en la SMGE caben resaltar dos momentos: primero, durante el bienio 1973-1975, junto con el Lic. José María de los Reyes, fue electa vicepresidenta (este último presidente) de la sección de geografía y juntos organizaron un acto solemne para conmemorar el nacimiento en 1473, en Polonia, del científico Nicolás Copérnico. Segundo, cuando la SMGE convocó a elecciones para presidente para el bienio 1985-1987; la elegida fue la Maestra Riquelme, quien no nos defraudó, se convirtió en la primera mujer presidenta de la sociedad, -por más de 150 años la presidencia había recaído en hombres, no siempre geógrafos-; no sólo lo hizo bien, sino que realizó en dos años una obra que todos los miembros veíamos como lejana y difícil: establecer la biblioteca de la Sociedad de Geografía, salvando el acervo bibliográfico que estaba sumido en el abandono y la desidia; organizó un servicio de mapoteca y biblioteca, en el que puso a disposición del público libros únicos y mapas insustituibles de gran valor para el conocimiento de México.
En la toma de posesión de la presidencia, la maestra Riquelme afirmó:
Debemos tener en cuenta que la geografía, por su esencia, es la disciplina que contribuye de manera más directa a la planeación económica y social del país; reafirma el nacionalismo y permite la comprensión internacional estrechando las relaciones entre los pueblos.
Sirvió a la SMGE con el desinterés que la caracterizaba, ya que su vida tan productiva se desenvolvió en la oscuridad, a pesar de que ella fue el el alma de muchas realizaciones en favor de la geografía, en las que no aparece su nombre, pero que se han concretado gracias a su participación anónima.
Mi cariño y estimación sinceros por Lola están fundados en la admiración que siempre me produjo su actitud congruente con sus actos. Invariablemente defendió los principios que profesaba sin alarde, cumplía su deber con alegría y sin ostentación. Debido a esto la considero un ejemplo a seguir, ya que si fuéramos como ella, congruentes con la vida y realizáramos los pequeños deberes que nos corresponden sin esperar recompensa, el país sería más armonioso y muchos de los actos violentos que se manifiestan se podrían limitar. Su compañía cordial y optimista, e inteligente en sus apreciaciones, me hizo comprender que su memoria perdurará por mucho tiempo en todos los que la conocimos. Sus enseñanzas y actuación en el Colegio de Geografía han tenido una influencia decisiva en la actual configuración de la geografía mexicana.