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Investigaciones geográficas
versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611
Invest. Geog no.59 Ciudad de México abr. 2006
Reseñas
Gasca Zamora, J. (2002), Espacios trasnacionales, interacción, integración y fragmentación en la frontera México-Estados Unidos
Gustavo G. Garza Merodio*
Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM, México, 210 p., ISBN 970-701-267-6
* Instituto de Geografía, UNAM
La frontera norte ha sido, desde su demarcación, lejana y ajena al centro del país, lejanía y falta de interés que también han sido comunes al quehacer geográfico nacional. El trabajo de José Gasca sobre la frontera de México con Estados Unidos nos conduce al esclarecimiento de la dinámica fronteriza contemporánea y al entendimiento de su aislamiento actual e histórico con respecto al resto del país; obra lograda e impulsada en el marco del seminario: Franjas Fronterizas México-Estados Unidos, dirigido por Ángel Bassols Batalla, nos permite comprender de forma inmediata el papel del área fronteriza mexicana en los contextos nacional e internacional y reconocer que a pesar de sus coincidencias ambientales y culturales, es tan notable la disparidad socioeconómica entre ambos países que cada una de las regiones fronterizas conforma un espacio muy distinto con respecto a su contraparte estadounidense.
La construcción concerniente al verdadero papel que juegan las maquiladoras en el mercado nacional y su mínima integración al mismo, queda manifiesta en la introducción del trabajo; comenzando con el reconocimiento de las nuevas formas de implantación territorial del gran capital, mismas que le han permitido desde los años ochenta sortear estancamientos en la economía y reposicionarse a escala mundial. División mundial del trabajo en la que los mercados se organizan en forma jerárquica, acentuando así las diferencias sociales y económicas, mismas que se plasman en la forma en que se organizan los territorios.
La multiplicación de las maquiladoras, -mas no su surgimiento, ya que como bien nos recuerda José Gasca éstas tienen su origen hacia la década de 1960- es consecuencia de estrategias de descentralización territorial en la producción, lo que conduce a la especialización de regiones periféricas a solo intervenir en ciertas etapas de la manufactura con mano de obra barata. Lo permeable de la frontera posmoderna conlleva a nuevas formas de entendimiento del Estado-nación y de la región fronteriza, definición en la que los procesos de circulación de capital, tránsito de mercancías, flujos de información, movilidad de las personas y estereotipos culturales han venido a ocupar papeles fundamentales.
En un segundo momento, José Gasca nos invita a reflexionar sobre las nulas pautas de unificación política y social del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica y el mantenimiento de una línea fronteriza rígida entre México y Estados Unidos -siguiendo la clasificación de fronteras de Oscar Martínez es una frontera interdependiente- por lo que nos propone que la vinculación transfronteriza debe ser entendida a través de los procesos sociales, económicos, políticos y culturales que histórica y selectivamente han favorecido el desarrollo de vínculos entre las regiones fronterizas.
En este sentido, el autor procede a enumerar las etapas en que los intereses geoeconómicos quedan claramente demostrados. El primero, la delimitación de la frontera de México con Estados Unidos, la cual si es analizada bajo la perspectiva de Luz María Tamayo, nos permite comprender cómo la defensa de cada centímetro de suelo nacional logrado bajo el teodolito, permitió preservar territorios que permanecieron de lado mexicano, gracias a la rigurosidad de las comisiones científicas mexicana y estadounidense. El porfiriato con sus inversiones extranjeras en ferrocarriles, minería y actividades agropecuarias es la siguiente etapa cuando los vínculos económicos entre las franjas fronterizas se vieron reforzados. La posrevolución y la autarquía del desarrollo estabilizador, no dieron lugar a un mayor aprovechamiento del panorama económico creado por los conflictos bélicos mundiales de la primera mitad del siglo XX, ni de los conflictos más graves de la guerra fría, como sucedió en la contraparte estadounidense de las regiones fronterizas.
En la parte dedicada a la regionalización de la frontera norte, es necesaria una mayor discusión a fin de lograr mayor precisión en su definición; en tanto que se considera que en su análisis priman parámetros lineales a partir de la línea fronteriza. Posiblemente a una escala más local y tomando en cuenta al relieve, la existencia de nodos regionales e infraestructuras se podría lograr la precisión sugerida.
Las conclusiones de José Gasca, en muy breves palabras, invitan a tomar en cuenta la inexistencia de un proyecto nacional que logre la vinculación de manera más importante y sostenida de la frontera norte con el resto del país, y expone la urgente necesidad de ello, ante vínculos transfronterizos que, desde la segunda mitad del siglo XX se explican más en función de condiciones exógenas que del efecto de políticas endógenas. Esto significa que en México ha existido una cierta desvaloración del territorio fronterizo, lo cual abre paso a racionalidades que se encuentran fuera de la región: la implantación de la maquila, no sólo no ha revertido, ni conducido a una real integración e interacción, sino que en algunos casos ha sido en detrimento de estos factores. El trabajo de José Gasca es indispensable tanto para los geógrafos como para otros científicos sociales que buscan comprender las dinámicas espacial y territorial de la frontera norte por medio del análisis de sus procesos socioeconómicos y culturales.