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Comunicación y sociedad

versión impresa ISSN 0188-252X

Comun. soc  no.23 Guadalajara ene./jun. 2015

 

Artículos

 

Interactividad y democracia deliberativa en el periodismo digital en México1

 

Interactivity and deliberative democracy in the Mexican digital journalism

 

Lorena Frankenberg2

 

2 Universidad Metropolitana de Monterrey, México. Zaragoza 130 Nte., Col. Centro; Monterrey, Nuevo León, México. Correo electrónico: lfrankenberg@plenus.biz

 

Fecha de recepción: 19/09/13.
Aceptación: 06/12/13.

 

Resumen

Este artículo discute cómo contribuye el periodismo digital en México para crear una esfera pública virtual de acuerdo con los ideales de la democracia deliberativa. El trabajo presenta hallazgos de un análisis cualitativo de tres importantes periódicos digitales y un análisis de contenido de 1 390 comentarios a sus noticias nacionales. Las plataformas ofrecen espacios limitados para la participación y las discusiones deliberativas son escasas y carecen de argumentos sólidos, tolerancia o congruencia.

Palabras clave: Democracia deliberativa, periodismo digital, interactividad, participación.

 

Abstract

The article discusses the role of the Mexican online journalism in fostering a virtual public sphere according to the ideals of deliberative democracy. The paper discusses a qualitative analysis of three of the most important digital news sites and a quantitative analysis to 1 390 comments to their national news ítems. These platforms offer limited spaces for participation and the discussions are scarce and lack of solid arguments, tolerance and congruency.

Key words: Deliberative democracy, online journalism, interactivity, participation.

 

Introducción

La llegada y proliferación de Internet elevó las esperanzas de promover una esfera pública sólida en las sociedades democráticas. En esta hipótesis se engranan dos conceptos: la interactividad y la participación. Mientras que la primera es propiedad de la tecnología, la segunda es propiedad cultural. De acuerdo con Jenkins (2009), la cultura participativa está emergiendo al mismo tiempo que absorbe y responde a la explosión de las nuevas tecnologías mediáticas que hacen posible que los consumidores promedio almacenen, anoten, se adueñen y redistribuyan el contenido de los medios de comunicación de maneras nuevas y poderosas.

La emergencia de nuevas configuraciones de medios que evolucionan y se adaptan al cambiante entorno de comunicación ha creado nuevas posibilidades. La base para esta reflexión es el trabajo de Benkler (2006), La Riqueza de las Redes (The Wealth of Networks), donde argumenta que algunas de las características de este espacio mediado son las de permitir a cualquier persona en cualquier lugar observar el ambiente social para inyectar un pensamiento, una crítica o una preocupación en relación con el debate público. La interconectada esfera pública abre la posibilidad de que los individuos sean activos en las conversaciones políticas al brindar a cualquier persona la capacidad de hablar, preguntar, investigar y cumplir con la función de vigilar.

Un gran número de estudios se han encargado de explorar dichas implicaciones en el periodismo. Estos analizan variables como la naturaleza, calidad, variedad y volumen del contenido informativo; las prácticas y estructuras periodísticas; el ambiente de las salas de prensa y los públicos. La mayor parte de los estudios coinciden con la idea de que el periodismo es capaz de revigorizar la democracia. Así mismo concuerdan sobre tres de las ventajas del periodismo digital: velocidad y espacio, multiplicidad y policentralidad e interactividad y participación (Fenton, 2010). En conjunto, estas características se consideran como facilitadoras de una nueva "marca de periodismo" (Deuze, 1999).

Como Fenton (2010) señala:

En un mundo de sobrecarga de información y de comunicación en un solo clic, las noticias importan, e interrogar la naturaleza del periodismo es uno de los principales retos al definir el interés público en la era contemporánea de los medios de comunicación (p. 3).

Un tema interesante surge en este contexto: en los países que enfrentan democracias emergentes, la apertura de la red y de los programas de noticias online ofrecen nuevas posibilidades de crear foros para consensos y discusiones en una esfera pública más participativa, inclusiva y robusta. Esta suposición se basa en que los argumentos acerca de los efectos políticos de Internet han ignorado las diferencias en los regímenes políticos. En países que se encuentran al final del espectro, ya sea altamente democráticos o altamente antidemocráticos, los efectos democratizantes de Internet pueden llegar a ser modestos. O como lo han citado Jenkins y Thorburn (2003), el determinismo tecnológico está equivocado: las diferentes culturas y regímenes políticos aprovechan las tecnologías nacientes de diferentes maneras.

Corrales (2002) afirma que en los regímenes intermedios Internet puede llegar a tener un impacto democrático más evidente. Sistemas cuyas instituciones políticas son formalmente democráticas pero seriamente defectuosas. En estos regímenes, los ciudadanos tienen más incentivos y libertades de utilizar Internet para monitorear al gobierno que el gobierno para monitorear a los ciudadanos. Tal vez Internet no crea ni destruye las instituciones democráticas pero puede llegar a suavizar las imperfecciones de las instituciones existentes y ayudar a los ciudadanos a lidiar con ellas.

De acuerdo con estos estudios y precisamente porque sus instituciones no son lo suficientemente fuertes ni lo suficientemente débiles, México puede beneficiarse del potencial democrático de Internet y específicamente del periodismo en línea. Quizá no como los simpatizantes cibernéticos lo predicen pero seguramente más de lo que los escépticos en este campo lo señalan.

La tendencia de medios tradicionales para favorecer los procesos unilaterales de comunicación (de arriba hacia abajo) se ha movido hacia otras alternativas más horizontales e interactivas. El argumento principal es que algunas tecnologías participativas ofrecen un nivel de interactividad flexible y propicio para promover los ideales de la democracia deliberativa. Estas nuevas tecnologías han motivado una participación democrática mucho más intensa, más visible, más pública y más abierta (Malina, 1999).

Según las reflexiones de Habermas (1974), la deliberación o reflexión crítica-racional se entiende como una condición necesaria para las conversaciones en la esfera pública. Para fortalecer la deliberación, el público debe tener acceso a estos foros y usarlos para confrontar sus ideas. En muchos países, para bien o para mal, los principales medios informativos ofrecen este espacio de confrontación. Según Habermas, la atención hacia los medios es un catalizador vital para resolver problemas detectados en la periferia (Simone, 2010). Por su parte Sunstein (citado en Simone, 2010), discute de forma similar el papel de los principales medios como espacios mediáticos compartidos y se refiere a éstos como foros mediadores públicos. En un mundo de abundancia comunicativa, el horizonte ético sigue siendo pertinente: "ahí, aún queda la sensación de que hay muchas cosas que el nuevo periodismo debería de estar haciendo para monitorear, responsabilizar, facilitar y mantener la deliberación" (Fenton, 2010, p. 5).

Por su parte Deuze (2009) señala:

El periodismo es otro nombre para la democracia, o mejor dicho, no se puede tener periodismo sin democracia. Las prácticas del periodismo no se justifican por sí solas; más bien, se justifican en los términos que las consecuencias sociales generan, como podría ser la constitución de un orden social democrático (p. 21).

El presente estudio discute la contribución de las versiones digitales de tres de los periódicos nacionales más populares de México (Reforma, El Universal y Animal Político) en la construcción y fortalecimiento de la democracia, y analiza las oportunidades de sus espacios para la interactividad así como la calidad de participación de sus usuarios en relación con los principios de la democracia deliberativa.

La principal cuestión a responder en este trabajo es: ¿cómo contribuye el periodismo digital en México para crear una esfera pública virtual de acuerdo con los ideales de la democracia deliberativa? En un primer apartado se presenta la revisión de literatura que resalta la relación entre el periodismo digital, la esfera pública virtual y la democracia deliberativa. En un segundo momento se discute el periodismo digital de acuerdo con dos de sus características principales: la interactividad y la participación. El análisis comprende el diseño y arquitectura de los sitios de noticias seleccionados.

En tercer lugar, se discuten los hallazgos del análisis de contenido con el fin de ofrecer evidencia empírica del grado de deliberación en los comentarios y discusiones de los usuarios en relación con las noticias. Específicamente se reflexiona acerca del valor y la utilidad de estas interacciones de acuerdo con las ideas generales de una democracia deliberativa.

 

Internet, esfera pública y democracia deliberativa

México, como otras naciones en vías de desarrollo, está enfrentando retos en su consolidación como país democrático y la participación activa de los ciudadanos durante este proceso será crucial. La manera en la que los ciudadanos crean su realidad política está influenciada por su comportamiento diario y sus relaciones habituales con los diferentes medios de comunicación. Bajo estas circunstancias, en estos países resulta urgente explorar cómo los cambios tecnológicos, económicos y sociales han vuelto a configurar el periodismo y las consecuencias de estas transformaciones en el desarrollo de una democracia vibrante.

En México, la parte de la población que tiene acceso a Internet3 y que lo usa como fuente esencial de noticias e interacción social representará en un futuro cercano una nueva generación de ciudadanos que, debido a sus características sociodemográficas, será capaz de tener influencia directa en la consolidación de la esfera pública. Entre las características que las nuevas tecnologías digitales ofrecen para reforzar el potencial y desarrollar una nueva democracia destacan: la interactividad, la globalización, la libertad de expresión, la libertad de asociación, la capacidad de construir y esparcir información, la facultad de desafiar y disputar las perspectivas oficiales y el colapso de la identidad Estado-nación (Hague & Loader, 1999).

Para reforzar la deliberación en la esfera pública, el público —dominante y subalterno— deberá tener acceso a los foros y usarlos para comprometerse con el debate de interés público (Sunstein citado en Simone, 2010). La teoría de los medios ha reconocido el poder de los espacios mediáticos para establecer la agenda pública (McCombs & Shaw, 1972). De acuerdo a Malina (1999), desde un punto de vista filosófico, el concepto de esfera pública, respalda la idea de "arenas de comunicación" en donde los ciudadanos son capaces de participar en procesos democráticos. Existe un debate común acerca de que la adecuación de la esfera pública a una política democrática depende tanto de la calidad del discurso como de la cantidad de participación.

Sin embargo, en el campo de la ciencia y teoría políticas, la democracia no es un concepto unidimensional. No existe un solo modelo para la democracia sino varios:

La democracia requiere de un sistema para el flujo de información, discusión pública y función de vigilancia que sea independiente del Estado. Aquí es donde los medios en general y el periodismo en particular toman parte del cuadro. En teoría, cumplen su parte del contrato social brindando a los ciudadanos la información que necesitan para poder ser libres y autónomos, al gobierno con la información que necesita para tomar decisiones de interés común sensible a los sentimientos públicos, una arena para la discusión actuando como vigilantes contra el abuso de poder político así como de otras partes de la sociedad (Malina, 1999, p. 332).

Los valores fundamentales de igualdad política y tolerancia son de suma importancia en la democracia. Cuando los ciudadanos forman parte de la vida pública y conducen diferentes tipos de iniciativas, la democracia crece y las personas adquieren mejores actitudes democráticas. Al final, la democracia es el resultado de lo que la gente ordinaria hace de ella. Las acciones que ejecutan, las actitudes que profesan y las decisiones que toman son la base de la vida diaria.

La toma colectiva de decisiones es el procedimiento característico de la democracia deliberativa. Involucra la participación de todos los ciudadanos que se unen en un entendido común de imparcialidad y racionalidad.

Lo importante en el modelo deliberativo de democracia es que a) las decisiones son procesadas por las discusiones en la esfera pública así como en escenarios más pequeños; b) las discusiones están comprometidas con valores de racionalidad, imparcialidad, honestidad intelectual e igualdad entre los participantes, y c) las discusiones deliberativas pueden verse como fines y como medios de producción de concordancia o por lo menos de mejor entendimiento en relación con los valores que se encuentran bajo conflicto. De manera ideal, las discusiones deliberativas deberían ser parte de la vida diaria y de la toma de decisiones en todos los niveles de la sociedad: entre los ciudadanos, políticos, instituciones y representantes. Deben tomar un lugar en los medios de comunicación, en las cámaras parlamentarias y en la vida ordinaria (Strömback, 2006).

En México, la evolución de Internet parece confirmar dos causas sobre los orígenes de las instituciones democráticas. La primera es el hecho de que la democratización está relacionada con las presiones internacionales y la segunda la crisis económica, ambas ejercen presión en el Estado para liberar las instituciones y los procesos democráticos.

A finales de los años ochenta y durante los noventa, la sociedad civil y los partidos de oposición en México fueron exitosos al ejercer presión en el gobierno, forzándolo a abrir espacios y a dejar en manos de los ciudadanos las organizaciones de elecciones nacionales, perdiendo así su influencia directa en algunos medios de comunicación. En especial, los periódicos se volvieron más independientes, más críticos hacia el gobierno y más plurales. Actualmente existen al menos 315 medios noticiosos que tienen presencia en Internet.4 Resulta importante mencionar que según la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), 22% de los internautas en México visitan la red para leer noticias en línea (citada en Lerma, 2009). Sin embargo, los medios electrónicos como la radio y la televisión siguen estando cerca del gobierno federal por su dependencia a las concesiones y normas federales.

 

Metodología

La muestra seleccionada consistió en tres plataformas digitales de noticias que incluyó dos de los periódicos nacionales más importantes e influyentes: El Universal y Reforma, así como el periódico digital Animal Político. Los criterios para seleccionar estos tres medios digitales fueron, primero, que son tres de las plataformas digitales de noticias nacionales que atraen mayor número de usuarios y visitantes en la capital y que cuentan con lectores en todo el país; segundo, que se enfocan de manera consistente en temas públicos sobre política, elecciones, comunidad, política pública, corrupción y problemas sociales, y tercero, que adoptan al menos algunas de las características esenciales del periodismo, como: rigor, exactitud, imparcialidad, independencia y transparencia.

La estrategia empírica del estudio comprendió dos fases. La primera consistió en un análisis cualitativo de la disposición y el diseño de las plataformas con el fin de identificar las características relacionadas con la interactividad y participación. La segunda incluyó un análisis de contenido de los comentarios de usuarios a noticias nacionales y blogs para observar la presencia o ausencia de principios deliberativos como la racionalidad, congruencia, tolerancia e integración. La información fue recolectada de los comentarios para cada periódico de las cuatro noticias nacionales más relevantes y de un blog de cada día durante una semana construida de la siguiente manera: la primera semana se codificó el lunes, la segunda semana el martes y así sucesivamente durante siete semanas consecutivas. Tanto el manual de codificación como el instrumento para el análisis de contenido están basados parcialmente en el trabajo de investigación previamente desarrollado por Anthony Wilhelm (1999): Virtual Sounding Boards: How Deliberative is Online Political Discussion.

En esta parte del estudio, la unidad de análisis es el comentario individual. En la muestra se incluye un número suficiente de mensajes para permitir la identificación de patrones y tendencias (n=1390). Para asegurar la confiabilidad de los hallazgos, tres estudiantes de maestría fueron entrenados como codificadores y de acuerdo con ellos, la prueba de confiabilidad resultó superior a 85% en todas las categorías. La unidad de análisis se codificó de acuerdo con el género y origen del comentarista, la evidencia acerca de la tolerancia en relación con otros comentarios, el tamaño de la publicación y la congruencia del tema. Debido a que la discusión democrática debe definirse al menos por la calidad de la conversación, se desarrollaron categorías conceptuales para operacionalizar algunos principios según preguntas específicas como:

• ¿En qué medida los comentarios proveen ideas e información vs. la búsqueda y recopilación de información de otros miembros del foro? Proveer ideas vs. buscar información. Se definieron tres categorías: proveer, buscar, sembrar.

• ¿En qué medida los participantes intercambian opiniones e incorporan y responden a los puntos de vistas de otras personas? Se definieron dos categorías: incorporar, contestar.

• ¿En qué medida las cuestiones sustanciales y prácticas se debaten racionalmente vs. la argumentación ad hominem no susceptible a críticas y castigos? Se definieron dos categorías: con fundamento, sin fundamento.

 

Interactividad y participación

Massey y Levy (citados en Deuze, 2003) argumentan que la interactividad aplica a los medios digitales a través de cuatro diferentes maneras: variedad en la oferta de espacios, respuesta al usuario, facilidad para la comunicación interpersonal y facilidad para agregar información. Sin embargo, en la revisión de literatura, la recomendación predominante es la de evitar subscribirse a cualquier descripción determinista del medio. Los investigadores que trabajan esta línea deberán ver la esfera pública digital como una oportunidad, a pesar de que la tecnología o el acceso a la tecnología por sí misma no tenga algún efecto cultural y más bien esté sujeta al diseño social como lo indican Hague y Loader (1999). En esta misma línea, Jenkins (2009) señala que el determinismo tecnológico se enfoca en la existencia de interactividad en lugar de analizar cómo la gente basa sus propios rasgos culturales y utiliza sus capacidades para transformar dicha tecnología.

Otro argumento para un análisis más cultural y menos orientado hacia la tecnología es el que ofrece Carpentier (2009) cuando demuestra, a través de su propia investigación, que los usuarios también tienen una audiencia y que la democracia digital va más allá de los plebiscitos electrónicos. Mientras que el Contenido Generado por el Usuario (CGU) es generalmente bienvenido, éste no es clasificado con el mismo criterio que el contenido de los medios de comunicación profesionales. Además, el contenido participativo necesita superar otra cuestión: su relevancia social percibida. Debido a que la cultura participativa como tal no distingue entre los eventos relevantes o irrelevantes, la audiencia tiene que filtrar lo que es socialmente importante, lo que llama la atención y lo que es público (Carpentier, 2009). Para escépticos como Putnam (2000), debería evaluarse si la plataforma puede ayudar a resolver la desconexión del gobierno con un público que en el mejor de las casos es comprometido y en el peor es irresponsablemente apático.

Las plataformas de Reforma y El Universal constituyen las versiones digitales de sus periódicos impresos del mismo nombre. En contraste a sus versiones impresas sus sitios son regularmente actualizados durante el día y garantizan en cierto grado contenido de último momento. Por esta razón, confían en sus propios departamentos editoriales los cuales son en su mayoría independientes de la versión impresa. Por otro lado, Animal Político, un sitio de información digital, adopta una posición de izquierda en lo que a su cobertura y análisis acerca de asuntos políticos nacionales y económicos se refiere.

En los tres sitios de noticias podemos observar una disposición y arquitectura organizada y clara. En la parte superior de la página aparecen unas barras de menú con el nombre de los temas o secciones que están a disposición de los usuarios. Es importante señalar que aún en la versión digital de Animal Político, las similitudes con un periódico impreso son claras e intencionales.

Reforma y El Universal han pasado por distintos cambios visuales desde el lanzamiento de sus plataformas por Internet. Sus diseños más actualizados ponen mayor énfasis en el contenido generado por los usuarios en relación con la conformación anterior. Al parecer, los tres cuentan con el mismo tipo de organización. Sus páginas de inicio presentan una barra fija con las opciones de registro e ingreso para los usuarios, así como enlaces a otras importantes funciones para generar contenido o editar el perfil. Debajo se encuentra una lista con las principales categorías o etiquetas. A pesar de que los nombres son distintos en los tres sitios, las etiquetas básicamente cubren un contenido muy similar: noticias internacionales, asuntos nacionales, deportes, espectáculos, cultura y opinión.

En los tres sitios los espacios para la participación son muy escasos. La única posibilidad que tienen los usuarios intervenir en el periódico Reforma es a través de comentarios a artículos, publicando un video o contenido en un enlace especial llamado "Periodismo ciudadano", o a través de las tradicionales cartas al editor. Los blogs o artículos de opinión escritos por conocidos analistas permiten dejar comentarios. A pesar de que la versión impresa de Reforma ha sido reconocida por su diseño innovador, la versión en línea parece limitada. Ni la publicación de videos ni las cartas al editor pueden considerarse como potenciadores de la participación, los editores no dan respuestas a las cartas y las publicaciones están enfocadas a actividades locales, videos graciosos y otro tipo de contenido irrelevante en materia de interés público.5

En Reforma los comentarios de noticias pueden colocarse justo debajo de cada historia. La ventana de participación no genera vínculo con ningún otro medio social o cadena. En los casos de Animal Político y El Universal se necesita tener una cuenta de Facebook para poder escribir un comentario.

En Animal Político, a pesar de ser un periódico exclusivamente digital, el diseño no difiere de los otros y los espacios de participación siguen siendo realmente muy pocos. En lugar de permitir la publicación de comentarios a las noticias, las posibilidades de participación están muy restringidas para artículos de opinión semanales especiales, mismos que se incluyen en una sección diferente bajo el nombre de "Plumaje" y "Plaza pública". Aquí, el equipo editorial coloca una pregunta de interés público cada semana y pide a los usuarios que den su opinión y discutan sobre ella a lo largo de la misma.

Reforma, Animal Político y El Universal promueven el uso de redes sociales como Twitter, Facebook o Google para conectarse con sus lectores y con la comunidad externa virtual. Al usar estos foros, los lectores pueden recomendar artículos a otros usuarios o amigos que no conocen las plataformas en línea.

Como lo argumenta Deuze (2003), un sitio de noticias que intenta facilitar la conectividad deberá considerar el impacto que tiene en su forma establecida de hacer las cosas, su monopolio en el contenido y su entendimiento de lo que es público. Esto no deberá de subestimarse y en nuestra opinión explica la fallida o la naturaleza de la interactividad en estas tres organizaciones de noticias. Todas ellas proclaman su interés en ofrecer interacción a sus usuarios, pero a su vez procuran con cautela no debilitar el dogma del periodismo moderno de "nosotros escribimos, ustedes leen" (p. 220). Fenton (2010) teme que esta nueva multiplicidad interactiva amenace y económicamente debilite el periodismo profesional tradicional con graves consecuencias para la política y la vida pública: "Hemos visto establecerse la globalización de las noticias; el aumento de la concentración de la propiedad y la transformación de la tecnología" (p. 11).

En resumen, los medios informativos seleccionados tienden a replicar en sus versiones digitales la manera tradicional de hacer periodismo, no solo en su contenido sino también en sus relaciones con los usuarios.

 

Calidad y deliberatividad de participación

La reacción de los investigadores en relación con la llegada de Internet y el "optimismo acerca de sus potencialidades participativas-democráticas" (Carpentier, 2009) son variadas y oscilan desde especulación optimista (Coleman & Blumler, 2009) hasta escepticismo (Jones, 2006). De acuerdo con Carpentier (2009), la evaluación de la participación también ha producido un número de problemas teóricos, conceptuales y empíricos.

La participación se ha convertido (al menos de manera parcial) en objeto de celebración atrapado en un discurso reduccionista de novedad, separado de la recepción de sus audiencias y descontextualización de sus contextos políticos-ideológicos, comunicativos/culturales y comunicativos/estructurales (p. 407).

De acuerdo con los argumentos de Fenton (2010), para un gran número de personas, el abierto mundo de comentarios por Internet no está llevando al periodismo a nuevos niveles. En su lugar, la posibilidad ilimitada que tienen las personas de hacer cualquier tipo de comentario sin edición o filtro y sin proporcionar un nombre real, da como resultado opiniones y fuertes críticas sustituyendo las conquistas del periodismo de investigación.

Para analizar la utilidad de estos espacios en línea y habilitar la deliberación en la esfera pública, los 1 390 comentarios fueron codificados por categorías. Para publicar un comentario, las tres nuevas plataformas requieren nombre de usuario y correo electrónico. Sin embargo, los usuarios no están obligados a dar su nombre real ni alguna otra información acerca de su persona. Datos acerca de su ciudad natal, residencia, edad, intereses y cualquier otra información personal son opcionales. Además de estos aspectos, todos los comentarios publicados se encuentran en una lista dentro del perfil con el fin de tener un panorama completo de todas las declaraciones publicadas para cada uno de los artículos. A la par de las posibilidades que se ofrecen a los lectores, también existen varias limitaciones y normas que los usuarios deberán respetar. Éstas están formuladas por las reglas de conducta mismas que pueden encontrarse al final del cuadro de comentario. Dichas reglas estipulan que los programas de noticias esperan seriedad y comentarios de calidad.

Las variables importantes para la discusión deliberativa se analizan en el primer periodo de codificación. Usamos el modelo de Wilhelm (1999) como base para el diseño del instrumento y manual de codificación, las categorías iniciales pretenden responder hasta qué punto las preguntas prácticas sustanciales se debaten de manera racional en contraste con la argumentación ad hominem no susceptible a críticas y castigos.

La Tabla 1 muestra la dimensión critica/racional del número total de comentarios para los tres sitios, al diferenciar todos aquellos que ofrecen argumentos o hechos sólidos y con bases. Casi 60% de los comentarios aparecen como no corroborados (carecen de argumentos o hechos sólidos o comprobables).

En relación con este hallazgo es importante subrayar el argumento de Carpentier:

La teoría participativa de los medios de comunicación tiende a aislar el concepto de participación y a ignorar las condiciones de posibilidad en relación a su importancia, apreciación y significado. La conjetura que frecuente e implícitamente se hace es que la participación es necesariamente benéfica (p. 411). 

El modelo de democracia deliberativa incluye la toma de decisión colectiva con la participación de todos aquellos que se verán afectados por la resolución de sus representantes. La reacción ante los argumentos ofrecidos por y para los participantes comprometidos con los valores de racionalidad e imparcialidad cuenta también para la parte deliberativa (Strömback, 2006).

Papacharissi (2009) argumenta que frecuentemente los medios de comunicación emplean marcos que priorizan la politización en lugar de alentar su deliberación racional. De la misma manera, Dzur (2002) afirma:

De acuerdo con el periodismo cívico, la clave para promover la deliberación pública es la de volver a concebir qué es una noticia. En lugar de ser manejadas por agendas, líderes de partidos y otras personas selectas, las noticias deben reflejar los intereses de los ciudadanos (p. 316). 

La creencia es que para promover la deliberación pública los periodistas deberían ampliar su papel al intervenir en la convocatoria pública y reflexionar acerca de asuntos públicos.

Otras categorías que se codificaron fueron: "proveer contra buscar" (en qué medida los participantes impulsan sus propias ideas contra la búsqueda de información en comentarios hechos por otras personas continuando el proceso de discusión) y "sembrar," para referirnos a mensajes que siembran una nueva idea de discusión y proveen las bases para un hilo de mensajes incluso cuando tiempo después, no haya evidencia de que esto haya sucedido. La Tabla 2 muestra que casi la mitad del número total de comentarios solo provee información en forma de opiniones.

 

Es importante conferirle atención a la continuidad de las discusiones. Como lo señala Strömback (2006):

Las discusiones deliberativas deberán continuar hasta que se llegue a decisiones mutuamente aceptables, pero si esto no fuera posible, deberán de continuar hasta que todos los aspectos fácticos y morales de un artículo se hayan pesado y considerado. Nadie tiene el derecho de dominar y obligar a otros participantes y la pasión debería estar dominada por la racionalidad. Si las discusiones fueran deliberativas, los participantes deberían fomentar valores como la confianza, integridad y tolerancia, así como escuchar, reflexionar y entender los hechos (p. 337).

Para Coleman y Blumler (2009), en un proceso democrático la interacción pública deberá dejar huella:

Los ciudadanos de una democracia no desean que les pregunten su opinión, simplemente y de tal manera que el gobierno pueda decir que les preguntaron su opinión; desean ver una relación auténtica entre el hablar y el ser escuchados (p. 166).

Otro segmento de categorías que se codificó fue "incorporar contra contestar". En este análisis buscamos evidencia de la incorporación de ideas de otros, ya sea expertos o ciudadanos, contra mensajes de impugnación simplemente contestando comentarios previamente publicados. La Tabla 3 muestra cómo el incorporar información adicional es una práctica poco común entre los participantes.

 

 

Dahlberg (citado en Simone, 2010) discute el importante papel que puede jugar la deliberación. Argumenta que las declaraciones teóricas deben alejarse de consensos de privilegio para considerar otros resultados deliberativos con potencial. Los consensos pueden resultar especialmente problemáticos debido a que sus funciones hegemónicas desestiman algunas perspectivas y privilegian otras. Entonces, el consenso en la esfera pública es simplemente un factor en un proceso dinámico. Por este motivo, la impugnación cumple una importante función dentro de la esfera pública al resaltar las perspectivas alternativas y alentando la investigación critica. Esta función es apoyada cuando los grupos cuentan con espacios en los cuales preparar estrategias retóricas para la deliberación de la impugnación (Simone, 2010).

En las discusiones públicas la tolerancia es una categoría importante que no deberá ignorarse al evaluar las argumentaciones racionales. En nuestra codificación diferenciamos entre comentarios que respetan el tema o individuos relacionados con las noticias (el autor, periodista u otros comentaristas) y las declaraciones no respetuosas. Solo 20% de los comentarios mostraban respeto ante otros usuarios mientras que casi 30% incluían anotaciones claramente irrespetuosas.

Heinderyckx (2011) declara que nuevas voces se han unido al coro de la producción de contenidos de noticias. A través del periodismo ciudadano, blogs, microblogs y foros se anuncian, discuten y comentan los eventos de actualidad por medio de un enorme número de canales que se centran principalmente en la red. Esas nuevas salidas no solo añaden más palabras y contenido a las noticias sino que también desequilibran el ecosistema informativo en donde "los profesionales ya no controlan la discusión ética acerca de su propia práctica mediática y periodismo responsable" (Ward citado en Heinderyckx, 2011, p. 113).

Mientras que los comentarios de los tres medios digitales son previamente moderados (las organizaciones de prensa escrita tienen la autoridad de retirar los comentarios que son inapropiados), estas ventanas de participación no cuentan con un moderador que se encargue del seguimiento a las conversaciones. En un estudio llevado a cabo en el Reino Unido por Singer y Ashman (2009) acerca de los CGU y la ética en The Guardian, los hallazgos reportaron que los periodistas entrevistados valoraban dar espacio para debates pero estaban preocupados acerca del abuso por parte de los usuarios:

La plataforma da credibilidad a aquellas personas cuyos comentarios pueden ser completamente imprecisos, ofensivos o sin fundamento en los hechos. Puede decirse que debilita el trabajo de los periodistas profesionales colocando palabras de personas que no cuentan con capacitación o responsabilidad profesional (p. 13).

En el mismo estudio, otro encuestado también estaba preocupado por el potente efecto perjudicial de "comentarios desagradables que pueden debilitar la marca" (p.14). En su propia investigación, Phillips, Couldry y Freedman (2010) señalan que en los periódicos que operan con un fin más comercial dentro del campo, la autonomía y autoridad de los periodistas individuales cuentan con muy poco empuje.

Otro aspecto importante en relación con el papel de las plataformas informativas en el fortalecimiento de la esfera pública es el tema de la congruencia. Se utilizó un juego de variables con el fin de identificar en qué medida los usuarios hacen uso de ventanas para comentarios. La evidencia sugiere que en la mayoría de los casos, los usuarios aprovechan estos espacios con el único fin de ejercer opiniones acerca de temas que les preocupan o de los que están decepcionados. La Tabla 4 muestra como solo 30% de los comentarios hacen referencia directa al asunto expuesto en el artículo o noticia.

 

De acuerdo con Dzur (2002), los periodistas públicos piensan que la promoción de un diálogo razonable e informado entre los ciudadanos debería de ser parte del papel que los periodistas juegan en la democracia. Pero al dejar que las discusiones de los usuarios salgan de contexto sin moderación alguna, los periodistas no están cumpliendo una función necesaria en un ambiente propicio para la deliberación democrática.

La división entre el periodismo y sus audiencias no es nueva. De manera histórica, los periodistas han ignorado, racionalizado o redefinido las audiencias para que embonen en sus propias necesidades (Lowrey, 2009). Los efectos formales por parte de los periodistas para promover la participación de sus audiencias en línea —blogging, proyectos de periodismo de ciudadanos, colaboraciones de convergencia— han sido criticados como superficiales y existe evidencia de que las rutinas y prácticas tradicionales del periodismo siguen dominando la toma de decisiones. Los periodistas también han expresado dudas acerca de la utilidad de información de los lectores. Se han visto algunos esfuerzos con el fin de ofrecer páginas especiales con contenido para ciudadanos, blogs, o enlaces para foros de contestación al final de los artículos pero sin alterar el corazón de las estructuras y prácticas periodísticas. Las organizaciones informativas son parcialmente relacionales y parcialmente institucionales. Respondiendo ya sea al público o al mercado, las decisiones de los administradores siempre han influido a pesar de la propensión de los periodistas a construir audiencias o ignorar la mercadotecnia (Lowrey, 2009).

En los tres sitios informativos, las características de los comentarios parecen ser un enclave solo para los usuarios. Los editores no interfieren, responden preguntas o dan seguimiento a la información e ideas de los usuarios (véase Figura 1). Además, los editores no ofrecen enlaces directos a sus fuentes de información. Por este motivo, las posibilidades de los lectores y editores de interactuar entre ellos se ven muy limitadas. Singer y Ashman (2009) también señalan que el reconocimiento de los periodistas a los lectores se relaciona con la calidad del contenido de los comentarios. En su estudio un periodista digital declara que "existe la responsabilidad de mantener un discurso civilizado," mientras que un editor también menciona: "Las barreras se han derribado. Los usuarios no esperan que más periodistas salgan de detrás de los artículos para defenderlos y discutirlos" (p. 16). En este estudio algunos editores entrevistados argumentan que los periódicos digitales atraen a "gente que pasa su día enojado por cualquier motivo y atacando a las instituciones que odian" (p. 17).

 

 

Los comentarios de impugnación son los más comunes. Según los argumentos de Dahlberg (citado en Simone, 2010) la impugnación puede tener un gran peso en la deliberación. El privilegio del consenso sobre otros resultados potencialmente deliberativos no es necesariamente bueno ya que los consensos pueden llevar a la destitución de algunas importantes perspectivas alternativas. Entonces, la impugnación cumple una función importante al alentar la línea de investigación crítica. Sin embargo, cuando las nuevas plataformas no asignan un editor para ejecutar las reglas de la discusión deliberativa y significativa en los hilos, los comentarios pueden volverse triviales y no tener importancia en relación con el tema.

 

Variedad de inclusión

La mera existencia de múltiples tipos de públicos no asegura esferas públicas deliberativas. En lugar de permanecer fragmentados, los distintos públicos deberán entablar una deliberación democrática para influenciar y participar en el proceso de toma de decisiones. Como lo explican Skogerbo y Winsvold (2011) por lo general los mismos grupos sociodemográficos leen ambas ediciones, la escrita y la digital. La diferencia radica en una dimensión: los que prefieren la versión impresa del periódico en lugar de la edición en línea muestran más apego a las noticias locales que los usuarios que no expresan alguna preferencia. Las noticias digitales son desterritorializadas y sus lectores pueden acceder desde cualquier lugar. Por esta razón, podemos asumir que los lectores digitales de noticias de política nacional tienden a ser de diferentes procedencias.

Para tener información en relación con la diversidad de los públicos y de su participación en estas plataformas, hemos codificado el origen y género del autor de cada uno de los comentarios (cuando estuvieron disponibles), así como los temas que más llamaron la atención de los usuarios. Carpentier (2009) argumenta que en el caso de los nuevos medios, las audiencias "regulares" han permanecido bajo investigación debido al énfasis en la participación activa. Para Strömback (2006), en todas las democracias contemporáneas las noticias están orientadas hacia las palabras y acciones de las élites. La Tabla 5 muestra que en México, los usuarios masculinos son más propensos a comentar en las tres plataformas informativas. En cualquier caso, el predominio de los comentaristas hombres sobre las comentaristas mujeres puede indicar una preferencia en la discusión pública en relación con asuntos políticos nacionales en favor de uno de los géneros, dejando al otro con menos posibilidades de influenciar y moldear las deliberaciones y decisiones en la esfera pública. No es claro si las causas de este desequilibrio sean internas a los sitios de noticias (falta de mujeres periodistas o la inclusión de temas importantes desde un diferente punto de vista orientado a los hombres en cuanto a la presentación y discusiones de los artículos se refiere) o externa (socialización de las mujeres en México, diferentes culturas capitales para cada uno de los géneros, el acceso a Internet entre hombres y mujeres en el país, entre otros). Sin embargo, el resultado es la participación desigual en los debates públicos acerca de asuntos políticos nacionales (al menos en su versión limitada al ofrecer noticias, opiniones y comentarios acerca de las noticias del día) de acuerdo con el género.

La Tabla 6 apunta un desequilibrio similar respecto del origen geográfico de los usuarios que participan. A pesar de que el número de comentarios sin información sobre la procedencia es demasiado alto para hacer observaciones fiables, los hallazgos pueden indicar un posible desequilibrio en la representación de los usuarios que viven en la capital del país y los usuarios que residen en otros lugares. Este desequilibrio es evidente en muchos otros aspectos sociales, económicos y políticos del país.

El anonimato también es una característica predominante en esta actividad y puede contribuir al tono en los discursos digitales. Al parecer, el anonimato permite pronunciarse de una forma que no se haría si los comentarios se publicaran bajo los propios nombres de los usuarios.

La temática merece especial atención en el contexto de las discusiones que surgen de los comentarios. Durante la semana construida de este análisis de contenido el tema con el mayor número de publicaciones fue la campaña electoral seguida por la violencia y el crimen. En el contexto de la democracia deliberativa, el énfasis de interés de los lectores en asuntos electorales puede ser un signo de compromiso en uno de los aspectos más relevantes del proceso democrático. Sin embargo, esto puede ser solo un reflejo de la importancia o espacio que los programas informativos otorgan a ciertos temas.

En principio es pertinente resaltar que a pesar de que Animal Político es un canal informativo exclusivamente digital, la cantidad de comentarios publicados es baja. Aun así, la Figura 2 muestra que las audiencias que se identifican con su sesgo ideológico tienden a publicar un número relativamente mayor de comentarios congruentes y con fundamentos.

 

 

Discusión 

Una de las principales limitaciones de los periódicos impresos para cumplir con su papel como facilitadores de deliberación pública sobre asuntos relevantes radica en su incapacidad para proveer espacios de participación y retroalimentación. Sin embargo, con el crecimiento y expansión de Internet, las versiones digitales cuentan con el potencial para involucrar a las audiencias al ofrecerles no solo diferentes posibilidades de recibir la información sino de generarla y compartirla con otros, así como de intercambiar ideas y opiniones para la deliberación y el fortalecimiento de la esfera pública. Aunque las tecnologías digitales permiten la inclusión de características interactivas que facilitan la participación y contenido generado por los usuarios, no existen suficientes estudios que analicen la cantidad y calidad de esta participación. Con el fin de contribuir al entendimiento de esta problemática en países en vías de desarrollo en donde el periodismo por Internet puede llegar a jugar un papel decisivo en la consolidación de la democracia, este estudio analizó el caso de las plataformas informativas de dos de los más importantes periódicos nacionales en México: Reforma y El Universal. Para contrastar sus características interactivas y participativas con las ofrecidas por sitios de noticias únicamente digitales (en teoría más libres para explorar un mayor número de formas innovadoras de involucrar a los usuarios), en la muestra también incluimos el sitio de Animal Político, una plataforma de noticias exclusivamente digital.

Nuestros hallazgos sugieren que en relación con las oportunidades de participación del público y la tan aclamada interactividad en los sitios de noticias digitales, los lectores se encuentran en la mayoría de los casos, limitados a comentar las noticias. En las plataformas de los tres sitios estudiados resulta poco común que se presenten contribuciones útiles en relación con la deliberación. Nuestro estudio revela además que hasta el momento, la audiencia de los tres medios ha sido principalmente limitada al papel que solían tener en sus versiones tradicionales. Los sitios digitales tienden a reproducir la manera de hacer periodismo, al proponer no solo el mismo contenido sino también la misma cultura periodística, incluyendo sus relaciones con el público.

El análisis de contenido ofrece información preliminar acerca del grado en el que los lectores aprovechan las plataformas informativas para expresar sus opiniones e involucrarse en discusiones acerca de asuntos de relevancia pública. La información sugiere que en conjunto, los comentarios irrespetuosos y no corroborados tienden a debilitar las posibilidades del tipo de discusión que se necesita para una esfera pública alineada con los ideales de la democracia deliberativa. A pesar de apreciar la inclusión de un mayor número de voces, el limitar los espacios de participación a solamente comentarios de noticias y el no facilitar moderadores para la discusión, fomenta comentarios triviales y ofensivos que no contribuyen al fortalecimiento de la esfera pública.

Las audiencias del periodismo exclusivamente por Internet, como en el caso de Animal Político, no parecen estar más interesadas en una conversación deliberativa al ofrecer ideas, intercambiar opiniones, incorporar otros puntos de vistas y priorizar argumentaciones corroboradas y racionales en las conversaciones.

Las características generales del periodismo digital sugieren que su potencial podría consolidarse en cuanto los periodistas quisieran revertir su paradigma al ofrecer los modos y los medios para fomentar discusiones de una manera interactiva, multidireccional e hipervinculada.

Carpentier (2009) destaca que la participación es un concepto generalmente calificado como social y benéfico; sin embargo, lo que normalmente vemos es un acercamiento minimalista en relación con las prácticas interactivas y participativas, mismas que no tocan el corazón de las relaciones de poder de los sistemas sociales que organizan o facilitan estas prácticas. En este marco, la suposición de que la interactividad en el periodismo digital comercial es de algún modo proporcional al fortalecimiento de la participación democrática en la esfera pública es cuestionable. El valor agregado de las características interactivas en las plataformas digitales en lo que a deliberatividad y democracia se refiere, no puede aplicarse sin cambiar la naturaleza de la cultura de las salas de redacción y de los profesionales involucrados en dichos procesos.

 

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Notas

1 Estudio realizado durante una estancia postdoctoral en el Centro de Investigación en Medios, Comunicación e Información (Zemki) de la Universidad de Bremen, Alemania de 2011 a 2013 con el apoyo y fondos de la Agencia Alemana de Intercambio Académico (DAAD) y de la Universidad Metropolitana de Monterrey.

3 Actualmente 51.2 millones de mexicanos tienen acceso a conexiones de Internet en el país (cifra calculada al mes de diciembre de 2013 con base en información que se puede consultar en los portales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI] y de la Asociación Mexicana de Internet [AMIPCI]).

4 Puede consultarse en el portal del Padrón Nacional de Medios Impresos (PNMI) en México.

5 Con base en los hallazgos de 2011 durante la recopilación de datos de la muestra seleccionada.

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