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Comunicación y sociedad
versión impresa ISSN 0188-252X
Comun. soc no.14 Guadalajara jul./dic. 2010
Reseñas
Robinson Crusoe ya tiene celular
Natalia Elizabeth Ortalejo Hernández1
Winocur, R. (2009). México: Siglo XXI. 167 pp.
1 Universidad de Guadalajara. México. Correo electrónico: sociortalejo@hotmail.com
Robinson Crusoe ya tiene celular, nace en un momento oportuno, ya que Rosalía Winocur,2 nos brinda un paréntesis analítico ante la locura, ante el desborde total de las viejas formas institucionalizadas de hacer, sentir y pensar las cosas. Nos posibilita un viaje teóricopráctico sobre los matices que presentan los diferentes sectores sociales, en la refuncionalización simbólica del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).
Rosalía Winocur ha coordinado investigaciones sobre cultura política, ciudadanía y medios de comunicación, desde la perspectiva de la antropología y filosofía de la cultura, influenciada por GarcíaCanclini y el grupo cultura urbana que éste formó. Estas líneas de investigación han sido materializadas a través de la publicación de otros libros como: Culturas políticas a fin de siglo (1997); Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México (2002); Ciudadanos mediáticos. La construcción de lo público en la radio (2002) y Pensar lo contemporáneo: de la cultura situada a la convergencia tecnológica (2009).
Las aportaciones específicas de esta obra son desarrolladas en torno a las siguientes premisas: Internet como espacio "público" que posibilita la adquisición de poder para los jóvenes, el celular como espacio "privado" que brinda una extensión de seguridad familiar y la capacidad de los medios de comunicación de moldear las conciencias. Estas tres ideas son entrelazadas a lo largo del texto para generar, en el área de comunicación social, contribuciones específicas.
El libro contiene una pequeña introducción, a la cual le siguen siete capítulos, cerrando con un epílogo. En cada uno de los capítulos la autora desarrolla reflexiones sobre diferentes sujetos comunes, pensados en sus entornos cotidianos, afectivos, en sus universos simbólicos de pertenencia.
El primer capítulo, "La conexión, dispositivo simbólico para controlar la incertidumbre" es una versión que con el mismo nombre fue publicada en la revista electrónica Alambre, en marzo de 2008. El propósito de éste es dejar claro lo que es un objeto transicional y zona de experiencia intermedia, conceptos que son recuperados por la autora de Donald Woods Winnicott.
Los capítulos posteriores se van estructurando a través de estos dos ejes conceptuales.
Winocur afirma que el celular es un objeto transicional. Es aquello que permite separarte de un primer elemento simbólico: la familia, mediante la introducción de un nuevo elemento: el celular. Se piensa a la comunicación por medio del celular como un acto ritual que mantiene un contacto íntimo en los espacios públicos, capaz de dar seguridad ante una sensación generalizada de inseguridad que los medios de comunicación se encargan de alimentar en el imaginario colectivo. El otro concepto importante es zona de experiencia intermedia, el cual define a un espacio que no es disputado y sirve para aliviar la tensión que ocasiona el relacionar interior con exterior: Internet.
"La conexión, espacio de vida entre los jóvenes", constituye una versión del artículo "Internet en la vida cotidiana de los jóvenes" publicado en la revista Sociología Mexicana, en 2003.
La autora alimenta la noción de zona de experiencia intermedia, argumentando que los jóvenes utilizan Internet y el celular como espacios o plataformas simbólicas de inclusión, donde pueden desarrollar estrategias. A través de estos nuevos espacios adquieren el poder que las instituciones tradicionales les niegan y al mismo tiempo crean una nueva institución, en la que los jóvenes materializan sus posibilidades de serhacer.
Así mismo, Winocur aborda el proceso de socialización de las nuevas TIC y de cómo los jóvenes no necesitan estar objetivamente en contacto con las computadoras o los celulares para que formen parte de sus concepciones mentales. Esto se debe ha que las TIC se instauran en los imaginarios de los jóvenes a través de cuatro agencias: la escuela, el grupo de pares, los cibercafés o los medios de comunicación. Aunque este nuevo espacio se dé en un lugar sin determinación geográfica estable, el vínculo con lo local no desaparece, por el contrario, es el anclaje simbólico que permite el sentido de las experiencias.
En el tercer apartado, "La conexión, lugar de visibilidad y transgresión social", se destaca cómo el uso que se le da a los contenidos adquiridos mediante la interacción con Internet son reutilizados para establecer jerarquías de conocimiento a la hora de las dinámicas de interacción cara a cara. Se menciona el cambio en cuanto a la percepción de la soledad y aislamiento, que correspondía a la mitología de la isla de Robinson Crusoe, elemento que da título al texto. Se deja claro que el deseo de pertenecer no ha desaparecido, sino que el sentido y la forma son los que se han modificado.
En el capítulo cuatro, "La conexión, ámbito de consuelo y manipulación de la biografía", se destaca que los embates de la globalización traen la dispersión de los sujetos y un quiebre de sus biografías. Las dificultades generadas por este fenómeno pueden ser superadas utilizando las nuevas tecnologías. En este sentido, y con el fin de aportar mayor claridad al argumento, introduce diferentes historias de adultos exiliados que van al encuentro de amores pasados, utilizando Internet para recuperar el sentido de sus vidas.
Para la autora, lo importante no es un final feliz, sino la capacidad de los sujetos de manipular las biografías hacia el interior, viajando en estas capas tan íntimas que ofrece Internet, en las cuales fue utilizando un metalenguaje romántico. Al final, lo que hace posible que exista esta mediación simbólica, esta restauración de las biografías entre experiencias viejas y nuevas es la conexión.
En el quinto capítulo "La conexión, estrategia de cohesión familiar y afirmación de lo local", Winocur desarrolla una hipótesis interesante: ¿por qué los hijos no sienten la necesidad de irse de casa? El nuevo tipo de familia presenta un proceso de individualización en los hijos. Un proceso que va acompañado con las ventajas de las tecnologías de comunicación e información. Estos dos elementos hacen posible la conquista desde el hogar de nuevos espacios de autonomía, o lo que la autora llama zona de experiencia intermedia. Por este motivo, los hijos no se ven obligados a salir de casa para poder conquistar dichos espacios o transgredir el orden familiar.
"La conexión, territorio de mediación y conflicto intergeneracional", constituye el sexto apartado y la idea central de éste es el fenómeno de inversión de la autoridad, pensada a través de la metáfora de los inmigrantes y los nativos digitales de Marc Prensky. Aquí, los padres son los inmigrantes que no pueden ingresar al vecindario virtual, ya que no tienen las habilidades ni los recursos simbólicos y sólo cuentan con el sentido que proviene de las dos dimensiones del papel; mientras que los hijos son los nativos, cuentan con la habilidad del hipertexto, sus percepciones sobre el provecho cronológico es diferente. Los jóvenes sienten que las TIC son una herramienta que les hace ganar tiempo y los padres algo que les hace perder el tiempo. Estas nuevas formas de ser y estar en familia crean un nuevo marco de relación que se maneja entre tensiones y conflictos que cuestionan la organización doméstica del poder.
El último capítulo, "La conexión, recurso de inclusión social entre los pobres", está basado en el artículo "Apropiación de Internet y la computadora en sectores populares urbanos", publicado en la revista Versión, en junio de 2007. En éste se analizan las posibilidades de las nuevas TIC y de cómo éstas inciden en la reorganización del espacio doméstico, las prioridades de consumo y las estrategias de inclusión social. Esta problemática es abordada en un estudio desarrollado entre los habitantes de San Lorenzo Chimalpa, una localidad cerca del estado de México, donde todavía se guardan usos y costumbres rurales.
De acuerdo a los testimonios presentados, la visión positiva que los adultos de esta comunidad tienen con respecto a la incorporación de la computadora a la educación es responsabilidad de la escuela y de los medios de comunicación. De la primera por que genera la idea de que adquiriendo una computadora se presentará un mejor aprendizaje, lo cual dará mayor oportunidad de movilidad social. La segunda contribuye a la construcción de este imaginario, respaldando la misma idea por medio de los anuncios que el gobierno transmite por la televisión. Estas representaciones dan como resultado una visión instrumental de la computadora.
Esta percepción de los adultos entra en contradicción con la realidad, afirma Winocur, cuando los jóvenes presentan fracaso escolar a pesar de contar con la computadora. Es entonces cuando los responsables de instaurar estas concepciones tienen que considerar que los recursos sólo amplían las posibilidades, pero que los largos y costosos ciclos de la educación tradicional no pueden ser sustituidos. La diferencia entre las nociones presentadas en este capítulo y el resto es que dentro del sector popular, la computadora es un objeto compartido con la comunidad.
En suma, a lo largo de los capítulos que integran El síndrome del oso de peluche Winocur nos va dibujando sujetos que presentan múltiples formas de estar conectados, de elaborar simbólicamente la relación con los otros, buscando dejar atrás la invisibilidad y alejar la incertidumbre que es alimentada por los medios de comunicación, pero aliviada por el celular, dispositivo simbólico para controlarla.
El libro reseñado nos presenta una estructura de zigzag. El "zig", representado en un individualismo metodológico que nos permite ver a unos jóvenes con capacidad de agencia; que utilizan Internet como un espacio ganado ante el deterioro o desplazamiento de las instituciones tradicionales que proporcionan poder a los sujetos. El "zag", cuando desde una visión holista, la autora los denomina víctimas de los medios de comunicación que alimenta en ellos la incertidumbre. Así, los sujetos trazan sus líneas de acción y consumo en el sentido que van siendo víctimas de los imaginarios que los medios de comunicación son capaces de instaurar en ellos.
Para finalizar, me parece pertinente traer a colación las palabras de Cornelius Castoriadis (1988):
¿Cómo se imponen las instituciones? ¿Cómo aseguran las instituciones su vida efectiva? ... En última instancia lo hacen mediante la formación (elaboración) de la materia prima humana en individuo social, en el cual se incorporan tanto las instituciones mismas como los "mecanismos" de la perpetuación de tales instituciones (p. 67).
La incertidumbre generada por los medios de comunicación de la que habla Winocur a lo largo del libro es contenida por los usuarios a través de las tecnologías de comunicación e información. Los tipos de sujetos que fueron plasmados en cada capítulo se desenvuelven con limitaciones impuestas por los contextos socioculturales. Habrá quien viaje en la red y busque amores del pasado, pero habrá también aquél que se comunique por medio del celular de una forma compulsiva, como quien carga a su osito de peluche gastado, intentando alargar la seguridad que brinda el hogar.
Bibliografía
Castoriadis, C. (1998). Los dominios del hombre, las encrucijadas del laberinto. Barcelona: Gedisa.
Winocur, R. (Coord.). (1997). Culturas políticas a fin de siglo. México: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Winocur, R. (2002a). Algunos enfoques metodológicos para estudiar la cultura política en México. México: Porrúa.
Winocur, R. (2002b). Ciudadanos mediáticos. La construcción de lo público en la radio. Barcelona: Gedisa.
Winocur, R., Aguilar, M. A., Nipon, E. & Portal, M. A. (Coords.). (2009). Pensar lo contemporáneo: de la cultura situada a la convergencia tecnológica. México: Anthropos/UAMIztapalapa.
2 Rosalía Winocur, profesorainvestigadora del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma MetropolitanaXochimilco. México.