Introducción
La Tabla Periódica (TP) es uno de los íconos más poderosos de la ciencia moderna, ya que proporciona una forma de entender cómo es que reaccionan entre sí los elementos, además de explicar las propiedades de cada uno de ellos (Scerri, 2008). Esta herramienta es, sin duda, un sistema natural de clasificación, simple, pero al mismo tiempo elegante (Linares, 2005).
Desde la secundaria hasta el nivel medio superior, la TP constituye la base de la enseñanza de la química. En ella se visualiza información de los elementos existentes en la naturaleza, y también de los creados por el ser humano, lo cual suele hacer el aprendizaje de la química un poco más fácil.
Evidentemente, se espera que en estos niveles escolares se brinde una educación con orientación científica de calidad, donde se asegure que todos los estudiantes obtengan herramientas de aprendizaje significativas. Sin embargo, la enseñanza de las ciencias (en especial la química) en el aula, regularmente se hace mediante un esquema tradicional, vertical y unidireccional, aislando a los interesados (alumnos y docentes) en dinámicas educativas diferentes (Ordaz-González, 2018), y provocando que los alumnos pierdan el interés por incursionar profesionalmente en el área de las ciencias.
De acuerdo con los especialistas en educación, es imprescindible vincular la formación científica con la cultural desde los primeros años de escolarización, ya que ambas juegan un papel estratégico en el desarrollo de la comunidad en general (Macedo, 2016).
Informes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) aseguran que los países latinoamericanos se encuentran entre los países que reportan el desempeño más bajo de sus estudiantes (Macedo, 2016).
Evidentemente, la educación científica en los países de América Latina y en especial en México, sigue siendo un reto para los docentes de los niveles básicos, en zonas urbanas, rurales e indígenas.
Es bien sabido que la calidad de la educación en zonas indígenas, es aún más baja respecto a las urbes del país (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, 2018), y que, en la mayoría de las escuelas indígenas, la enseñanza se da en gran medida en español, desplazando poco a poco a las lenguas maternas. Además, la cobertura de educación indígena tiene marcadas desventajas respecto a la cobertura total del país (Cruz, 2004).
Según datos del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, hasta 2015 había un índice de asistencia escolar indígena nacional de 94.4%, lo que contrasta con el nivel de educación, el cual enmarca que sólo el 21.7% llega hasta un nivel medio o superior. Tan solo en la Sierra Nororiental del Estado de Puebla, menos del 21% de la población indígena cuenta con estudios de nivel medio superior o superior (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, 2015). Si consideramos cuánto, de ese porcentaje, estudia alguna carrera profesional orientada al área de ciencias, encontraremos que, ese número debe estar muy por debajo de lo esperado.
Dentro de esta estadística, se habla del total de hablantes de alguna lengua materna. En el caso del Estado de Puebla el cual está compuesto por 217 municipios y que puede regionalizarse de acuerdo a diversos autores (Barbosa-Cano, 2011; Masferrer, 2003; Ramos-Mancilla, 2015) se da la denotación de varios pueblos indígenas, como los Nahuas, Totonacas, Otomíes entre otros. Hasta el año 2010 existían 436,586 personas hablantes de la lengua náhuatl, lo que corresponde al 28 % del total de habitantes que hablan náhuatl en todo el país (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2010). En este sentido, es importante resaltar que tan solo en Puebla hay un porcentaje importante de población que habla náhuatl, el cual una buena parte se localiza en la Sierra Nororiental del Estado, pero que, ¿al menos cuenta con estudios de nivel medio superior?
Al contrastar los niveles de educación indígena (preescolar, primaria, secundaria y bachillerato) y su porcentaje respectivo en la Sierra Nororiental del Estado de Puebla, específicamente en el municipio de Hueyapan Puebla, se identifica que existen alrededor de 17 escuelas, de las cuales ninguna es de educación secundaria1 primer nivel que ofrece la asignatura de ciencias, en la que en el primer año se da énfasis en biología, el segundo en física y el tercero en química.
Es a partir de este marco que cabe plantear la pregunta: ¿La enseñanza de las ciencias en su lengua materna podría tener más impacto en los alumnos?
De aquí que, como punto de partida para llegar a responder dicha cuestión, en este trabajo se presenta una adaptación de la tabla periódica a la variante del náhuatl que corresponde al Municipio de Hueyapan, Puebla, para proponerla como una posible herramienta en el aprendizaje de la química.
Materiales y Métodos
La adaptación de la tabla periódica al náhuatl se realizó solamente con los nombres de los elementos y algunas propiedades periódicas de los mismos (los símbolos permanecen invariantes). La lengua materna náhuatl utilizada en la presente adaptación, corresponde a la variante de la región de Hueyapan, Puebla, aspecto que es importante destacar, puesto que existen diferencias en la gramática y dicción del náhuatl dependiendo de la región hablante.
Como primer punto, se realizó una investigación sobre la etimología de los nombres de los elementos de la TP. Para esto, se utilizó la página web de la Real Sociedad de Química de Inglaterra (Royal Society of Chemistry, 2019). Es evidente que, al realizar esta tarea, se encontró que no todos los nombres tienen una etimología fácil de traducir, por lo tanto, como segundo punto se procedió a traducir los nombres de los elementos tomando en cuenta tres criterios: I) la etimología del nombre del elemento para el caso de aquellos que provienen de lenguas antiguas, como griego, latín, entre otras; II) la etimología del nombre del elemento cuando este deriva de ciudades u otras notaciones; y III) la etimología del nombre del elemento a partir de sus características generales, tales como propiedades químicas o físicas, en el caso de elementos cuya asignación deriva de nombres de científicos o laboratorios nacionales. Dada la extensión de algunas de las traducciones y por practicidad, estas se redujeron para generar una adaptación del nombre mucho más simple (para más detalle ver la Tabla S1 del Material Suplementario). En el caso de las traducciones directas se siguió el mismo criterio de reducción cuando fue necesario. Esto, debido a que el náhuatl es una lengua aglutinante y está constituido por diversos morfemas que cumplen funciones distintas, además de que necesita unir varias raíces de diferentes palabras para formar una nueva frase (Vicente, 2010), asimismo permite agregar toda clase de afijos a una palabra para formar una nueva o modificar su significado original (Sullivan, 1998). Algunas características del náhuatl es que es "lengua polisintética con una estructura verbal compleja, que permite la incorporación de sustantivos, verbos, adjetivos y adverbio" (Peralta-Ramírez, 2005).
Resultados
Para el criterio I tomado en cuenta, se ejemplifica el caso del elemento Helio, que deriva del griego "Helios" que significa sol, debido a que fue en la corona del sol donde se detectó por primera vez (Emsley, 2011) Para este caso, se llevó a cabo la traducción directa de la palabra sol al náhuatl, denotada como Tonaltsin (Figura 1).
En algunos casos, el significado de los nombres corresponde a una sola palabra, por lo tanto, la notación en náhuatl fue la traducción directa. En las situaciones contrarias se hizo una adaptación, por lo regular mediante una contracción de las palabras traducidas.
En la Tabla 1, se muestran los nombres de los elementos que se adaptaron con este primer criterio.
Símbolo | Nombre | Adaptación al Náhuatl |
---|---|---|
H | Hidrógeno | Ten achiwa |
He | Helio | Tonaltsin |
Li | Litio | Weyitet. |
Be | Berilio | Tsopek |
B | Boro | Tapetanil |
C | Carbono | Til |
N | Nitrógeno | Ajkuikchiwal |
O | Oxígeno | xokokchiujke |
F | Flúor | Tamoyawal |
Ne | Neón | Yankuik |
Na | Sodio | Istatamoyawal |
Al | Aluminio | Istachichik |
Si | Silicio | Tepisilchiujke |
P | Fósforo | Tanexchiujke |
S | Azufre | Akosasaxoxok |
Cl | Cloro | Axoxojat |
Ar | Argón | Amotachiwal |
K | Potasio | Kuojnextakil |
Ca | Calcio | Tenex |
Ti | Titanio | Taltikpaejkonej |
Cr | Cromo | Tapal |
Mn | Manganeso | Tatilantil |
Fe | Hierro | Xokijyaltepos |
Co | Cobalto | Tsapalot |
Ni | Níquel | Namokualxokijchichin |
Cu | Cobre | Ixachichilxokijyaltepos |
Zn | Zinc | Tet |
As | Arsénico | Ixakoschiujtok |
Se | Selenio | Meetsin |
Br | Bromo | Tsojyaltik |
Kr | Kriptón | Ixpoliujtok |
Rb | Rubidio | Tataujchichil |
Zr | Circonio | Kawaktik |
Tc | Tecnecio | Tachiujchiuj |
Rh | Rodio | Xochipaltik |
In | Indio | Nexkuichtik |
Sb | Antimonio | Keman isel |
Te | Telurio | Taltikpak |
I | Iodo | Kuawexolpaktik |
Xe | Xenón | Teytaixmatil |
Cs | Cesio | Ixanextik |
Ba | Bario | Etik |
La | Lantano | Choltijtok |
Pr | Praseodimio | Xoxoktay |
Nd | Neodimio | Yankuiktay |
Dy | Disprosio | Owijpialis |
W | Tungsteno | Etiktet |
Os | Osmio | Ajwiyak |
Ir | Iridio | Kosemalot |
Tl | Talio | Xiujmaxoxok |
Bi | Bismuto | Istaktix |
At | Astato | Amotayektalil |
Rn | Radón | Tatikuintapetanilis |
Ra | Radio | Tsiktsintapetanil |
Ac | Actinio | Setapetanil |
Pa | Protactinio | Achtopatatikuin |
Para el criterio II, se ejemplifica el elemento Iterbio. El nombre deriva de una villa sueca denotada como Ytterby que puede ser traducida como "Villa exterior". Para la traducción se usó la denotación villa, traducida como kalan altepetexiki. Se puede notar que, en este caso, el nombre está compuesto por dos palabras, lo que posiblemente dificultaría su aprendizaje. Así, la adaptación final del Iterbio se propuso como Konealtepetexiki.
En la Tabla 2, se pueden observar los elementos que siguieron este criterio para su adaptación.
Símbolo | Nombre | Adaptación al Náhuatl |
---|---|---|
Mg | Magnesio | Tatilantet |
Sr | Estroncio | Tayekapampixkej |
Y | Ytrio | Altepet |
Nb | Niobio | Ichpochikaktik |
Pd | Paladio | Taixmatkateosin |
Ag | Plata | Kawaktepos |
Cd | Cadmio | Tajkotanextil |
Ce | Cerio | Mayantakual |
Pm | Prometio | Achtoijtolis |
Eu | Europio | Ixtolowejweyi |
Tb | Terbio | Altepetexiki |
Er | Erbio | Altepekalampaxiki |
Tm | Tulio | Newejka |
Yb | Iterbio | Konealtepetexiki |
Lu | Lutecio | Kimichin |
Hf | Hafnio | Kokolokuil |
Ta | Tantalio | Taxikojke |
Re | Renio | Atsinextil |
Pl | Platino | Tepostsinkawak |
Au | Oro | Kosteposkawak |
Hg | Mercurio | Atepostsinkawak |
Po | Polonio | Talpantal |
Fr | Francio | Nexeloaltepet |
Th | Torio | Tatikuin |
U | Uranio | Ilwiyak |
Np | Neptunio | Analateotsin |
Pu | Plutonio | Tatsinteotsintaltikpak |
Am | Americio | Taltikpaknextil |
Cf | Californio | Weykaltepet |
Nh | Nihonio | Tonalnesi |
Mc | Moscovio | Sokitalat |
Ts | Teneso | Takepian at |
Finalmente, en la Tabla 3 están aquellos elementos de los que no fue posible saber su etimología, por lo que se optó por aplicar sus características principales, con base en sus propiedades físicas, químicas, su apariencia o uso. Como ejemplo, se presenta el elemento, Oganesón. Su nombre es en honor al físico Yuri Oganessian. Notoriamente, se visualiza la complejidad de encontrar la etimología de Oganessian, por lo que, en este caso, se recurrió a identificar sus características principales. Las sugeridas para la traducción fueron; metal radioactivo, el más pesado. Al náhuatl, la traducción para estas características se denota como Tepos Tatilantsakuil, ton tel etik. Como ya se mencionó, un nombre compuesto por varias palabras es un tanto complejo en términos de su aprendizaje, por lo que la adaptación para el Ogenosón fue definida como Tepostatilanetik.
Símbolo | Nombre | Adaptación al Náhuatl |
---|---|---|
Sc | Escandio | Tekaejetatilkepalat |
V | Vanadio | Chitekawejwel |
Ga | Galio | Poxakteposistachichik |
Ge | Germanio | Pochiktepostektik |
Mo | Molibdeno | Etikistaktepos |
Ru | Rutenio | Wakakmiliktepos |
Sn | Estaño | Teposmajtatieyiteujti |
Sm | Samario | Tepostalistakawak |
Gd | Gadolinio | Ejekapoxateposkawak |
Ho | Holmio | Cholwakmiliktepos |
Pb | Plomo | Tsonektiktepos |
Cm | Curio | Tatpaknilkokolis |
Bk | Berkelio | Tatpaknilteposkawak |
Es | Einstenio | Tepostatpaknil |
Fm | Fermio | Tatpakniltepitsinyoltok |
Md | Mendelevio | Tepostawitspaknil |
No | Nobelio | Tapetankokoltepos |
Lr | Lawrencio | Wejkalatepetnesentalil |
Rf | Rutherfordio | Altepewejkatiltepos |
Db | Dybnio | Ajkuikaltepetwejkatepos |
Sg | Seaborgio | Xokokaltepetwejkatepos |
Bh | Bohrio | Istakteposwejkailwiyak |
Hs | Hassio | Xonelolteposilwikak |
Mt | Meitnerio | Istakxokinexeloilwikatix |
Ds | Darmstadio | Etikteposnamowejka |
Rg | Roentgenio | Amochichinistaktixtepos |
Cn | Copernicio | Ijyokualteposchichintet |
Fl | Flerovio | Tachiujkatilantepos |
Lv | Livermorio | Tenexatepostoponil |
Og | Oganesón | Tepostatilanetik |
En la Figura 2, se puede apreciar la propuesta de todos los nombres de los elementos, en la forma de una Tabla Periódica convencional.
Discusión
La Tabla Periódica es una herramienta muy usada en el área de las ciencias químicas. Generar una propuesta de esta herramienta en diversos idiomas, ha sido una tarea que muchos investigadores han llevado a cabo. En el caso del presente trabajo, crear una adaptación de los nombres de la TP al náhuatl puede promover el interés y el gusto por la ciencia de alumnos hablantes de esta lengua y con ello posibilitar el incremento de las vocaciones científicas en estos estudiantes. En general, el traducir los nombres de los 118 elementos químicos reconocidos oficialmente hasta el momento, fue una tarea ardua, que implicó seleccionar diversos criterios de traducción, que, en cada caso, fueran los más adecuados y pertinentes. Como se mostró en los resultados, tres criterios se utilizaron para tal fin. El más directo, implicó tomar la traducción literal de la etimología del nombre del elemento, cuando este proviene del latín o del griego, por lo que traducirlos y buscar una adaptación del nombre no resultó demasiado complicado. Sin embargo, para el segundo y tercer criterio, hubo dificultades para buscar la manera idónea de traducción, específicamente, para los elementos descubiertos recientemente (114-118), ya que, al ser sintéticos y recientemente creados, se sabe muy poco de sus características y/o propiedades, lo que complica tomar dichas cualidades para llevar a cabo su traducción. Por otro lado, hubo muchos casos donde la traducción era en extremo larga, es decir, constaba de toda una frase, para esa situación, se procedió con la reducción para obtener una connotación final corta, tomando prefijos o subfijos de las palabras traducidas.
Conclusiones
En el presente trabajo, se llevó a cabo la adaptación de la Tabla Periódica al náhuatl, tomando tres criterios específicos para realizar la traducción inicial. En su mayoría, los nombres propuestos en su mayoría, son una contracción de la traducción en náhuatl. Evidentemente, la etimología investigada, así como los criterios de traducción obtenidos para los elementos, abren la posibilidad de que esta herramienta se pueda traducir a más lenguas maternas de México, generando un punto de inflexión en la inclusión de las lenguas maternas en la ciencia. Eventualmente, se espera que la tabla periódica aquí presentada, pueda ser implementada para analizar su practicidad en el aprendizaje de las ciencias y coadyuvar en el aumento de vocaciones científicas de estudiantes de lengua náhuatl