La colección de la ULe

Partiremos en nuestro análisis de los datos de la colección de la biblioteca proporcionados por Rebiun. El total de recursos de la Biblioteca Universitaria de la ULe se desglosa de la forma siguiente (Cuadro 3):

Los datos cuantitativos de la colección disponible en la ULe, y que esta misma institución ha proporcionado a Rebiun, permiten observar una con siderable estabilidad a lo largo de los cinco años estudiados. La excepción la constituyen los recursos electrónicos propios que han experimentado un crecimiento exponencial en 2015. Este crecimiento se advierte, asimismo, en las publicaciones periódicas suscritas a través de proveedores de contenidos que, tras descender significativamente en 2013 y 2014, se han vuelto a recuperar en 2015, aunque no alcanzan las cifras previas de 2011 ni de 2012.

La colección está, sin embargo, todavía conformada principalmente por libros impresos. Considerando el dato de títulos de monografías, no el de ítems, observamos que las monografías constituyen el 89 por ciento de la colección.

En cuanto a la colección de e-books, ésta parece haber sufrido mayores altibajos con una disminución notable de las monografías electrónicas en 2013 y una recuperación posterior de las cifras previas en 2014, e incremento claramente visible en 2015. En cuanto a las publicaciones periódicas en papel en curso, han experimentado un progresivo descenso que guarda relación directa con el incremento de los títulos de publicaciones en papel cerrados. El material no librario muestra una tendencia a la alza.

La falta de crecimiento de la colección obedece al descenso presupuestario experimentado en los últimos cinco años en la biblioteca universitaria, reflejo de esa realidad en la universidad en su conjunto. Mostramos a conti nuación la evolución del gasto en euros en la colección de la ULe (Cuadro 4).

Resulta reseñable el grave descenso en la inversión en la colección de monografías en papel, que en 2012 se redujo a una tercera parte respecto de 2011, para continuar descendiendo hasta 2015, cuando la inversión ha repuntado tímidamente. No es ése el caso de la inversión en publicaciones periódicas en papel en las que el gasto ha seguido una tendencia descendente, lo que se ha reflejado en el aumento de publicaciones cerradas, como se observa en el Cuadro 3.

También el gasto en revistas electrónicas ha experimentado un descenso desde 2012, mientras que la tímida inversión en libros electrónicos parece irse consolidando, si bien se halla a bastante distancia respecto de la de e-journals.

El estudio de ^{Simón-Martín et al. (2016)} señala que las bibliotecas universitarias españolas han experimentado una reducción en los gastos de adquisiciones de recursos de información. En el conjunto de la nación, la adquisición de monografías se redujo en un 47.0 por ciento y la de publicaciones periódicas en papel en un 52.8 por ciento. Asimismo, constata que el gasto en recursos electrónicos se ha incrementado entre 2008 y 2014, a expensas del gasto en monografías y en revistas impresas.

Datos globales de préstamos por tipo de usuario y curso académico

Los datos absolutos de los préstamos que se presentan en el Cuadro 5 permiten observar una disminución en el número de préstamos en los tres estamentos que componen la comunidad universitaria. Si consideramos los datos globales de los cursos 2011-2012 y 2015-2016, la caída del número de transacciones de préstamos asciende al 29 por ciento. El Cuadro 5 muestra, asimismo, datos relativos que permiten observar la media de número de préstamos por usuario:

Como resulta obvio, el movimiento principal de la colección es efectuado por los estudiantes, al menos en términos globales, porque, en términos relativos, como era esperable, el uso más activo de la colección proviene del personal docente e investigador.

Las ratios de circulación por estudiante son reducidas. Los estudiantes no utilizan la bibliografía recomendada de manera muy activa, pese a que el espacio europeo de educación superior promueve la evaluación continua y con ésta la realización de lecturas, elaboración de trabajos, etc. Cabe señalar que el uso que realiza el personal de administración y servicios del servicio de préstamo durante los dos primeros cursos analizados ha sido significativamente elevado.

A nivel nacional, el trabajo de ^{Simón-Martín et al. (2016)} constata también la disminución de las transacciones de préstamo entre 2011 y 2014, que achacan a la disminución de los alumnos matriculados en las universidades públicas españolas durante ese periodo. Por lo que a la ULe se refiere, se ad- vierte un descenso, ya que de algo más de ocho préstamos por curso y alumno en el curso 2011-2012, desciende a menos de siete préstamos en el curso 2015-2016. Este descenso se observa, igualmente, en los restantes colectivos donde se constata el descenso del uso del servicio durante los últimos cursos.

Consideramos que el descenso de préstamos no resulta explicado totalmente por la disminución de los miembros de la comunidad académica. Pensamos que esta circunstancia puede estar correlacionada, asimismo, con un cambio de hábitos y una tendencia a utilizar complementariamente la colección electrónica, y también con la posibilidad de que la colección en papel no se esté renovando al ritmo que sería necesario, para adecuarse a las necesidades de los usuarios de la universidad, habida cuenta de las restricciones presupuestarias de los últimos años. En los Cuadros 3 y 4 se constata que la ULe ha puesto un énfasis especial en la inversión en la colección digital.

Datos globales de préstamos totales por tipo de material y por curso académico

Las cifras de préstamo por tipos de materiales posibilitan conocer qué tipos documentales se constituyen en recursos esenciales para el aprendizaje, la docencia y la investigación (Cuadro 6).

Las cifras de préstamos de los distintos materiales reflejan una disminución clara si nos fijamos en los datos de préstamos de los cursos 2011/2012 y de 2015/2016; no obstante, el descenso no ha sido lineal en todos los casos, observándose ligeros vaivenes en el caso de las publicaciones seriadas, los materiales especiales y los cartográficos.

Atendiendo a los préstamos diferenciados por tipo de material, cabe señalar el predominio absoluto de los manuales y las monografías. Hay que tener en cuenta, no obstante, que algunos de los documentos que se registran en las restantes categorías no han estado sujetos tradicionalmente a préstamo, limi tándose su utilización a la sala de lectura, es el caso de las tesis y los proyectos de fin de carrera, las obras de referencia, el material cartográfico, el fondo antiguo y las publicaciones periódicas.

La bibliografía básica y complementaria que conforma las guías docentes o fichas de las diversas asignaturas y que se encuentran disponibles online a través de la página de la universidad muestran que los profesores confían y recomiendan a sus estudiantes mayoritariamente la consulta de manuales, monografías y obras de referencia, principalmente en formato papel, con una presencia limitada de recursos electrónicos y residual de otros documentos como son artículos, capítulos de libros y ponencias (^{Rodríguez-Bravo et al., 2015}).

De hecho, se ha constatado que el libro constituye más de un 90 por ciento del total de referencias en todas y cada una de las titulaciones que muestran una considerable homogeneidad en la selección de recursos. Ello no es óbice para que se recomiende y consulte bibliografía más variada que los profesores facilitan durante el curso en el desarrollo del leccionario.

Datos globales de préstamos totales de libros por usuario y centro

Se muestra enseguida la evolución en los cursos estudiados de la circulación realizada por los principales usuarios, aquellos directamente involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, esto es, estudiantes y profesores, y el uso que hacen de las dos principales fuentes de información que se utilizan en la docencia y el estudio: los manuales y la bibliografía recomendada, y las monografías.

En líneas generales, se observa un uso de manuales y bibliografía recomendada muy elevado entre los estudiantes; mientras que entre el personal docente e investigador las monografías son los documentos más frecuentemente llevados en préstamo (Gráficas 1 y 2).

Gráfica 1 Préstamos libros/estudiantes. 

En el caso de los estudiantes (Gráfica 1), es evidente la utilización preferente que realizan de los manuales y de la bibliografía recomendada en las guías docentes por los profesores. Son el principal recurso utilizado por los estudiantes para completar apuntes y resolver dudas. En el movimiento de manuales, se aprecia una considerable disminución, acorde con la de las cifras de estudiantes y con un uso complementario de e-books. Como señalan ^{Simón-Martín y colegas (2016)}, el volumen del préstamo domiciliario en España ha seguido una evolución similar al del número de estudiantes matriculados.

Esta disminución se ha dado también en los dos últimos cursos, en la circulación de las monografías, que se constituye en el segundo tipo documental, pero con una circulación muy inferior, casi una tercera parte de las cifras de movimiento de los manuales.

En cuanto a los demás tipos documentales, los estudiantes también hacen un uso considerable de las tesis, además de otros trabajos finales y de las publicaciones periódicas (Anexo 1).

Gráfica 2 Préstamos libros/profesores. 

En el caso de los profesores (Gráfica 2), se observa que la preferencia se invierte. Los profesores recurren más a las monografías que a los manuales, pero la distancia en el número de movimientos es inferior entre un tipo de material y otro, que en el caso de los estudiantes. El volumen de préstamos ha tenido altibajos y las cifras del último curso no son muy halagüeñas, pese al ligero incremento experimentado por el personal docente e investigador en el curso 2015-2016.

Al igual que en el caso de los estudiantes, esta situación obedecería a un superior uso de la colección electrónica que, por lo que a e-books se refiere, se ha consolidado por encima de los diez mil títulos, gracias a que la inversión presupuestaria en estos se ha incrementado desde 2014.

Como se observa en el Cuadro 7, del volumen de transacciones y préstamos en todas las bibliotecas son responsables los estudiantes. No obstante, en algunos cursos se observa, asimismo, un elevado número de préstamos por parte del profesorado. En general, este uso es superior en el caso de las Facultades de Ciencias Sociales y Humanidades, en concreto en las Facultades de Ciencias Económicas, Educación y Filosofía y Letras. Como se observa en el Cuadro 2 y ya pusimos de relieve, el área de Ciencias Sociales de la ULe es fuerte en alumnado.

En el Cuadro 8 se observa un elevado número de préstamos de manuales en todos los centros, acorde con las preferencias ya puestas de relieve de los estudiantes. Los manuales tradicionalmente han sido de uso prioritario para el estudio en las asignaturas científicas y técnicas, de ahí el uso que se observa en los centros donde se imparten estos títulos. En la Gráfica 3 observamos que las cifras más elevadas de préstamos de manuales corresponden a la Facultad de Económicas y Facultad de Biología.

En el Cuadro 8 y en la Gráfica 4 observamos que las monografías son prioritarias en las Facultades de Filosofía y Letras y Educación. La primera concentra las titulaciones del área de Humanidades. Asimismo, es un material de préstamo relevante en la Biblioteca Central que reúne colecciones de monografías de todas las áreas de estudio de la ULe.

El resultado de la última encuesta Ithaka de Estados Unidos (^{Wolff et al., 2016}), entre otros estudios, constata que los humanistas siguen otorgando un papel prioritario a la monografía impresa en sus actividades docentes e investigadoras. Esta preferencia también es común en los ámbitos de las Ciencias Sociales.

Estudios anteriores de los autores (^{Rodríguez-Bravo et al., 2015a}; ^{Rodríguez-Bravo et al., 2015b}) constataron que manuales y monografías son considerados documentos esenciales para la docencia en la ULe, mientras que las revistas electrónicas, principalmente en los ámbitos científicos, se consideran imprescindibles para la investigación. En este sentido, además de la tradicional confianza de los científicos en las revistas, cumple un papel trascendental el hecho de que los Big Deals contratados dispongan de contenidos esencialmente de las áreas de Ciencias Puras, de la Naturaleza y de la Salud.

Gráfica 3 Caja del préstamo de manuales y bibliografía recomendada por centros. 

Gráfica 4 Caja del préstamo de monografías por centros.