Introducción
La formación de capital humano es un proceso permanente que busca la satisfacción de los recursos humanos y por ende la productividad de las instituciones. La formación de recursos humanos para la salud especialmente en las áreas técnicas sirve de apoyo a las diferentes actividades médicas, educativas y de investigación.1
En materia de formación, es importante conceptualizar algunos términos como currículo, plan de estudios y evaluación por competencias. El currículo según Díaz Barriga2 es una serie estructurada de experiencia del aprendizaje que en forma intencional es articulado con una finalidad concreta: la de producir los aprendizajes deseados y la construcción conceptual destinada a conducir acciones. El currículo como instrumento necesita ser modificado o hasta ser sustituido, por lo tanto, instrumentarlo, aplicarlo y elaborarlo constituyen todo un proceso general al que se le denomina desarrollo curricular.3 Respecto al diseño del currículum, Díaz-Barriga Arce, et al. afirman que “Adquiere toda su gravedad cuando se divisa si en lugar de partir de las áreas curriculares heredadas, habría que dar la vuelta y determinar qué puede aportar a aquellos problemas que previamente se han determinado como relevantes en la formación de la ciudadanía”.4
Con esta misma dirección, la evaluación curricular es la comprensión y explicación hermenéutica de un hecho educativo y consiste en establecer su valor como el recurso normativo principal de un proceso concreto de enseñanza-aprendizaje para determinar la manera de conservarlo, modificarlo o sustituirlo. Por lo tanto, la evaluación curricular es un proceso continuo que busca la mejora en función de sus estructuras en diferentes escenarios, teniendo en cuenta los cambios internos y externos.5
En bibliotecología, los cambios que se deriven sobre las líneas o áreas de formación deben ser acordes con las propias exigencias de nuestro entorno. Es pertinente mencionar que en los países que integran el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay Uruguay, entre otros), así como en México existen instituciones formadoras de recursos humanos en bibliotecología que poseen modelos de cambio en sus planes de estudios.6
En el ámbito latinoamericano principalmente en el IV Encuentro de Directores y de Docentes de Escuelas de Bibliotecología y Ciencia de la Información del Mercosur realizado en Montevideo, Uruguay, en el año 2000, se planteó el concepto de competencias para orientar los procesos académicos, curriculares y educativos de las Escuelas de Bibliotecología y Ciencia de la Información del Mercosur. Además que dichas competencias deberían tomar en cuenta los aspectos de expresión, comunicación, técnico-científicos, gerenciales, sociales y políticos.7
Como consecuencia del análisis y recomendación del IV Encuentro de Directores y de Docentes de Escuelas de Bibliotecología y Ciencia de la Información del Mercosur se ha propuesto como objetivo dentro de la enseñanza de la bibliotecología-específicamente en el área de organización de la información documental- la posibilidad de desarrollar criterios y habilidades para la organización y tratamiento de la información a través de metodologías y herramientas, principios y aspectos teóricos que sustentan el análisis de la información para ser recuperada.8
En Chile,9 la educación bibliotecológica se imparte principalmente en tres universidades: Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), en Santiago en la Universidad de Playa de Ciencias de la Educación (UPLACED) en Valparaíso -ambas financiadas con aportes del Estado- y en la Universidad Bolivariana, en Santiago, de carácter privado. Dichas instituciones ofrecen programas de 5 años de duración, conformadas por siete líneas de formación: formación básica y general, investigación, administración y gestión de información, gestión cultural, tecnología de la información, bibliotecología y archivonomía. Por otro lado, la formación del bibliotecario en Chile ha tenido cambios que impone el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación. Éstos han sido para garantizar una formación integral observando en las mallas curriculares de bibliotecología la incorporación de asignaturas no tradicionales como, edición electrónica, redes de información, bases de datos, formatos, servicios de información en línea, gestión del documento electrónico, fundamento de hardware y software para redes, tecnología de la información, recuperación de información y bases de datos documentales. Otra línea es la de gestión de información con asignaturas relacionadas con la formulación de proyectos, contabilidad, costo y presupuesto, dirección estratégica, gestión de unidades de información, enfatizando en esta última los contenidos relacionados con la gestión de procesos y servicios, de recursos humanos, comportamiento y desarrollo organizacional.
En México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), entre otras, han rediseñado sus planes de estudios en bibliotecología con el propósito de posesionarse en el mercado mexicano, estos con el enfoque de competencias que intentan relacionar la teoría con la práctica en el ámbito pedagógico mediante la búsqueda de la elevación de los niveles de desempeño en el mercado laboral según Rodríguez Camacho y Sánchez Tarrago.10
La UNAM a través de la Facultad de Filosofía y Letras,11 realizó un cambio al plan de estudios de la licenciatura en Bibliotecología y Estudios de la Información estructurándolo en ocho semestres con 51 asignaturas de las cuales 42 son obligatorias y 9 optativas: 4 optativas humanísticas, 3 optativas libres y 2 optativas de temas selectos de bibliotecología. Las asignaturas obligatorias proporcionan el conjunto de conocimientos básicos de la bibliotecología y estudios de la información y se encuentran agrupadas en seis áreas que se han considerado fundamental para dar respuesta a las necesidades actuales en la formación de profesionales en esta disciplina. Las áreas que han sido consideradas son las siguientes: Organización Bibliográfica y Documental (OBD), Administración de Servicios de Información (ASI), Recursos Bibliográficos y de Información (RBI), Servicios Bibliotecarios (SB), Tecnología de la Información (TI), Investigación y Docencia en Bibliotecología (IDB), cuatro asignaturas optativas humanísticas, tres asignaturas optativas libres.
Con esta dinámica, la licenciatura en bibliotecología de la UNACH12 rediseñó el currículo, con cambios dados por la revisión minuciosa en los enfoques surgidos de la IV Reunión de Directores y Docentes de Escuelas de Bibliotecologías de los países que integran el Mercosur, y derivado del taller denominado “Sociedad de la Información o del Conocimiento, su impacto en la bibliotecología y en la formación bibliotecológica, Propuestas curriculares de bibliotecología en América Latina”, realizado en junio de 2005, del que se elaboró el “Documento base”13 para el plan de estudios de la licenciatura en Bibliotecología y Gestión de información. Con ello, se rediseñó su mismo plan, basado en competencias con 7 áreas: básica, disciplinaria, complementaria, integradora, elección libre, servicio social y desarrollo personal con valor de 434 créditos.
Asimismo, la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP)14 establece 8 semestres distribuidos en el plan de estudios 2014: tronco común, unidades básicas, unidades optativas, unidades teóricas, unidades procedimentales, unidades metodológicas, unidades prácticas y una de actividades complementarias
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la formación de recursos humanos en bibliotecología para el área médica se remonta a los años setenta bajo un enfoque pedagógico meramente pragmático constructivista, con un modelo teórico curricular modular basado en el modelo educativo estadounidense sustentado en la pedagogía industrial.15 Los módulos son esquemas que desarrollan procesos de enseñanza-aprendizaje siguiendo unas pautas establecidas, pautas que guían y orientan el aprendizaje proporcionando al mismo tiempo una opcionalidad al alumno dentro de alternativas de flujogramas. Sin embargo, en el 2001, se propuso un cambio donde el plan de estudios es abierto, flexible, basado en el humanismo y no en el positivismo, utilitarismo y pragmático, donde el profesor es considerado como un guía, facilitador, instructor y observador16 bajo la estructura curricular organizada por módulos que rompía el aislamiento entre la institución y la comunidad y buscaba en la comunidad los problemas en torno a los cuales se organizaban las experiencias de aprendizajes generando una integración teórica-práctica.17
Si el Sistema Bibliotecario IMSS se fundamenta en una organización compuesta de subsistemas como Centro Nacional de Información y Documentación en Salud (CENAIDS), Centros Regionales de Documentación en Salud (CRDS), Centro de Documentación en Salud (CDS), Salas de Lecturas (SL) y Salas de Lectura Electrónica (SLE) es determinante agruparlo en un esquema de desarrollo organizacional que busque cambios pertinentes hacia los nuevos horizontes. Por lo tanto se fundamenta en tres sistemas básicos que De Faria clasifica en tres escenarios:
Gerencial que abarca aspectos como la estructura de soluciones de problemas y tomas de decisiones, mecanismo de información y comunicación, centralización y descentralización de autoridades y los elementos clásicos de la administración.
Técnico que incluye las variables tecnológicas, la organización de sus procesos correspondientes y las subsecuentes operaciones.
Social que se centra bajo las dimensiones relativas al comportamiento individual y de grupo o social, ya sea bajo el aspecto interno como motivaciones, intereses, expectativas, percepciones y emociones o bajo el aspecto externo como acciones, reacciones y omisiones.18
Se ha estimado que la relación que se establece en el esquema anterior socio-técnico y el sistema educativo IMSS para Asistente de Bibliotecario deben considerarse bajo un esquema constructivista, científico, humanístico, artístico y tecnológico para formar sujetos que busquen ser competitivos en el quehacer y que adquieran una identidad propia en beneficio no solo del sistema, sino también de su actividad bibliotecaria. El objetivo de este estudio fue analizar el plan de estudios 2006-2008 de asistente de bibliotecario para unidades de segundo y tercer nivel de atención médica y proponer un nuevo plan tomando en cuenta el perfil de ingreso, el objetivo general y las áreas formativas para el plan curricular.
Material y métodos
Se encontró que el plan de estudios actual para asistentes de bibliotecarios en unidades de segundo y tercer nivel de atención ofrece una formación sólida, aunque con debilidades en el objetivo general que se enfoca a formar profesionales especializados en el área biomédica, aptos para administrar los procesos y servicios inherentes a los CDS, CREDS y SL, con un sentido ético y humanista.
En la estructura del documento se encontró incongruencias en el perfil de ingreso ya que va dirigido a Técnicos Laboratoristas Clínicos, Jefes de Servicio de Terapia Respiratoria, entre otras categorías, y no refleja el perfil para Asistente de Bibliotecario; también se observaron deficiencias en las actitudes y responsabilidades de los candidatos; por otra parte, en cada unidad temática los contenidos no están desarrollados; respecto a la formación del personal bibliotecario no hay distinción en las actividades en cuanto a la práctica profesional y al servicio social que los alumnos tienen que desarrollar.
En el mapa curricular está integrado por 6 módulos que van de lo general a lo especifico, el primer módulo está conformado por 12 contenidos temáticos que varían de acuerdo a la proximidad de la estructura total. En los contenidos temáticos se encontró duplicidad en algunos, así como falta de desarrollo y desviación del contenido (Tabla 1).
Resultados
Se encontró que el plan de estudios actual para Asistentes de bibliotecarios en unidades de segundo y tercer nivel de atención ofrece una formación sólida, aunque con debilidades en el objetivo general que se enfoca a formar profesionales especializados en el área biomédica, aptos para administrar los procesos y servicios inherentes a los CDS, CREDS y SL, con un sentido ético y humanista.
En la estructura del documento se encontraron incongruencias en el perfil de ingreso, ya que va dirigido a técnicos laboratoristas clínicos, jefes de servicio de terapia respiratoria, entre otras categorías, y no refleja el perfil para Asistente de Bibliotecario; también se observaron deficiencias en las actitudes y responsabilidades de los candidatos; por otra parte, en cada unidad temática, los contenidos no están desarrollados; por ejemplo, respecto a la formación del personal bibliotecario no hay distinción en las actividades en cuanto a la práctica profesional y al servicio social que los alumnos tienen que desarrollar.
En el mapa curricular, que está integrado por 6 módulos, van de lo general a lo específico en la carga académica, el primer módulo está conformado por 12 contenidos temáticos que varían de acuerdo con la proximidad de la estructura total.
En algunos contenidos temáticos se encontró duplicidad, así como falta de desarrollo y desviación del contenido (Tabla 1).
Discusión
La formación de recursos humanos en la bibliotecología ha permitido el desarrollo de los servicios bibliotecarios y de información en instituciones educativas y de investigación. En el caso del área de la salud, la formación es determinante para bibliotecarios con un plan de estudios equiparable al de las instituciones universitarias, sin soslayar los cambios que han producido las nuevas tecnologías en dicho plan de estudios. Con esta premisa, el plan de estudios se debe rediseñar tomando en cuenta instituciones como la UNAM,19 UNACH,20 USLP,21 entre otras, conformando en su currículo modelos de formación que no dupliquen contenidos en las tiras de materias, como el plan de estudios de los asistentes de bibliotecarios que forma el IMSS.
En esta dimensión, encontramos incongruencias entre el objetivo general del plan de estudios de Asistentes de Bibliotecarios que no tiene conexión con los módulos, además de que la integración de éstos duplica las materias en cada uno de ellos, como en el Módulo I, donde se ubica la materia de “Introducción a la Bibliotecología” con “Ontología de la Bibliotecología”, cuando se debería abordar dentro del desarrollo de los fundamentos la parte ontológica, así como la de “Servicios de Información”, ésta con “Servicios Especializados de Información”, “Bibliografías” y “Servicios al Público” pudiendo agruparlos de igual manera con unidades temáticas. En el Módulo II identificamos “Educación de Usuarios de la Información” con “Implementación de Programas de Educación de Usuarios” y, por último, en el Módulo III “Códigos de Ética” y “Legislación Bibliotecaria” Aplicada a los CDS con Problemas Éticos en el Ejercicio de la Profesión.
La situación que se embarca va más allá de cuando concebimos al currículo como un sistema integrado y estructurado donde convergen ideas establecidas para lograr un objetivo, por eso es relevante considerar aspectos que mejoren la formación de sujetos capaces de promover cambios en un sistema bibliotecario, que desarrollen estrategias de mejoras en la proporción de servicios bibliotecarios y de información en un mundo totalmente articulado con las nuevas tecnologías de información y comunicación. Para ello es indispensable la participación de determinados personajes en la deliberación y toma de decisiones respecto al currículo que sienten las bases de los llamados referentes comunes del currículo y la noción de currículo participativo. Dichos referentes son los profesores, los especialistas en las materias o disciplinas, los estudiantes, los expertos curriculares y aquellos que representan a la sociedad o comunidad según Díaz-Barriga Arceo,22 además de que el currículo sigue siendo el terreno donde se definen y debaten fines, contenidos y procesos. Así el modelo pedagógico deberá ser un “modelo de competencia” donde convergen la teoría, la práctica, las habilidades, destrezas, comportamiento y ética de los profesionales de la bibliotecología en instituciones de salud en México y Latinoamérica.
Si bien es cierto que la incongruencia en el currículo de Asistentes de Bibliotecario ha dado pautas para el análisis, nuestro estudio va a la par con otros programas formativos. Por ejemplo el de Calderón López Velarde (2014), en el que llevaron a cabo el análisis comporativo de dos planes de estudios entre México y España encontrando incongruencias entre las bases teóricas y los objetivos generales, así como entre la selección y organización de los contenidos, metodología y de la evaluación.23
Con esta concepción y dada la posibilidad de que algunas instituciones de salud permiten la formación de bibliotecarios se sugiere incitar actividades encaminadas a
llevar a cabo el proceso de rediseño curricular del plan de estudios de Asistente de Bibliotecario, apoyado en especialistas en la temática disciplinaria y en el diseño curricular;
realizar evaluación continua del plan de estudios por sedes formativas para verificar las fortalezas y debilidades de éste, de acuerdo a los recursos disponibles;
formar y capacitar un comité de rediseño curricular en bibliotecología en el área de la salud comprometido con la disciplina y la educación del capital humano en las instituciones de salud como es el IMSS.
Por lo anterior, podemos concluir que el plan curricular de los asistentes de bibliotecario de segundo y tercer nivel de Atención Médica está desarticulado en su estructura curricular, objetivo general y en el perfil de ingreso para candidatos a cursar dicha carrera. Por lo que en este nuevo plan, se deberán incluir las asignaturas propuestas en los cuadros II y III con lo que quedará modificado el programa actual. Por lo que realizamos la siguiente propuesta.
Propuesta
Para mejorar la formación integral del asistente de bibliotecario se presentan las siguientes consideraciones:
En el objetivo general: formar personal para asistente de bibliotecario que sea proactivo, creativo y emprendedor, con una visión ética y humanística, comprometido en la gestión y ejecución de actividades bibliotecarias, con base en los conocimientos bibliotecológicos para la identificación y solución de problemas de manera integral en el sistema bibliotecario de segundo y tercer nivel de la atención médica, logrando satisfacer las necesidades de información de los usuarios en Unidades de Información Biomédica.
En el perfil de ingreso: estar comprometido con la institución y su sistema bibliotecario; tener interés en la lectura, compromiso con el estudio, la investigación científica y la formación disciplinaria; tener aptitud para sus funciones a desarrollar con sentido ético.
Las propuestas en el área disciplinaria se muestran en la Tabla 2 mientras que el área básica y complementaria se especifican en la Tabla 3.
Referente a las prácticas de los alumnos para Asistente de Bibliotecarios, consideramos la programación de talleres y para el servicio social cumplir un 85% de los créditos para que sean ubicados en los CDS más cercanos a sus sedes; para ello, se deberá cumplir un total de 240 horas de acuerdo con los parámetros establecidos para educación media superior por la Secretaría de Educación Pública de México.
Esperamos que este análisis y propuesta contribuyan en el desarrollo de la educación bibliotecológica en el segundo y tercer nivel de Atención Médica, especialmente en la formación integral del capital humano para el Sistema Bibliotecario Nacional en instituciones de salud en los tres ejes formativos para el plan de estudios. De considerarse este nuevo plan se lograría una formación mejor de los alumnos de Asistente de bibliotecario en el área de la salud favoreciendo con esto al sistema bibliotecario y procurando un nuevo reto a las nuevas propuestas de cambio en materias de servicios de información.