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Investigación bibliotecológica

versão On-line ISSN 2448-8321versão impressa ISSN 0187-358X

Investig. bibl vol.31 no.71 Ciudad de México Jan./Abr. 2017

https://doi.org/10.22201/iibi.0187358xp.2017.71.57807 

Editorial

Bibliotecología e infodiversidad

Jonathan Hernández Pérez1 

1Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información.


Durante las últimas décadas, el concepto de diversidad ha tenido un aumento constante en la atención de diferentes ámbitos de la sociedad; en el terreno económico, político, social o cultural, podemos encontrar esfuerzos importantes por comprender, analizar y valorar la diversidad en todas sus aristas.

A nivel disciplinar, durante el siglo XX proliferaron y se reforzaron numerosas disciplinas científicas y humanísticas, las cuales a simple vista parecería que no tienen lazos en común o que sus fenómenos de estudio son completamente ajenos entre ellas. Sin embargo, estas disciplinas que circulan simultánea y paralelamente en el entramado social a menudo se intersectan y confluyen, propiciando la pluri-, multi-, ínter- y trans-disciplinariedad, y aun con objetos de estudio completamente diferentes entre ellas, existen determinados conceptos que son comunes en varios campos científicos y humanísticos. La diversidad es uno de ellos, tan importante en la biología, ecología, geografía, así como en la sociología, lingüística, pedagogía y la bibliotecología. George Sugihara1 en 1982, durante los albores del concepto de biodiversidad, argumentó que ésta per se, como una propiedad fenomenológica, contiene interés intrínseco, mientras que como una cualidad fundamental de la percepción parece exigir la cuantificación; de tal forma que no debería sorprendernos que se encuentren medidas de diversidad emergentes en disciplinas tan variadas como la genética, lingüística, economía, entre otras.

En la disciplina bibliotecológica, la diversidad ha sido abordada de manera institucional, principalmente a partir de la multiculturalidad, las diferencias lingüísticas y en las diferentes poblaciones de usuarios. Sin embargo, ésta no sólo se refleja en las diferentes comunidades que la biblioteca puede atender, sino que existe otro tipo que ha estado presente en la disciplina bibliotecológica, un tipo que encuentra su génesis en el propio objeto de estudio de esta disciplina: la información.

No podemos soslayar el hecho de que la información ha viajado por un camino sinuoso y deslumbrante; se han ramificado y extendido sus raíces, transformándose y creando nuevos formatos y estilos, llegando a desarrollar una sociedad que lleva su nombre. Autores como Gleick2 sostienen que por la información discurre nuestro mundo, el principio vital que transforma todas las ramas del conocimiento y en consecuencia nuestro comportamiento y nuestra propia evolución.

Esta idea de la información como un organismo vivo, en continuo crecimiento, en una constante mutación, ramificación y expansión, es uno de los principios fundamentales de la infodiversidad o diversidad informativa, la cual de acuerdo con Estela Morales Campos3 se refiere a la difusión de múltiples y diversas manifestaciones en la generación y creación de la información: la defensa de la convivencia de los diferentes tipos de información y, a su vez, la conservación de ideas y del pensamiento del ser humano de todos los tiempos.

No obstante, conviene mencionar que la infodiversidad no solamente se reduce a la simple pero importante cualidad heterogénea de la información, tampoco es consecuencia de la acelerada adopción de, las TIC la infodiversidad siempre ha estado con nosotros, nació cuando el ser humano desde diferentes partes del mundo comenzó a registrar lo que acontecía, y después se diseminó entre las generaciones que nos preceden, adoptando y adaptando diferentes formas y estilos, convertida en pinturas rupestres, caligramas, en testimonios plasmados en pieles de animales, en panfletos, folletos, pinturas, telegramas, cómics, libros, revistas, bits, y todas aquellas manifestaciones en las que el ser humano ha registrado información, de tal forma que la infodiversidad es también el resultado de la constante necesidad del ser humano por expresarse y estar informado.

Trasladando todo lo anterior al terreno digital, se puede advertir que la infodiversidad plantea numerosos desafíos, particularmente en Internet, en esta red multipolar, fragmentada, descentralizada y a su vez unificadora, se reflejan las diferentes prácticas y contenidos que producen los usuarios, los cuales son importantes indicadores del comportamiento y la distribución geográfica de los flujos de información, tal y como lo expone la investigación de Frédéric Martel,4 en la cual nos habla sobre la diversidad de los Internets [sic] alrededor del mundo y cómo éstas diferencias ayudan a crear y reforzar identidades locales en entornos globales.

Esta diversidad de contenidos ha dado lugar a estudios sobre el comportamiento y la distribución geográfica de la información en Internet, particularmente se destacan los conceptos geoweb y geografías de la información, el primero de ellos se refiere al conjunto de tecnologías geoespaciales e información de carácter geográfica en la web, mientras que el segundo se enfoca principalmente en los aspectos de contenido y acceso a la información.

En este sentido, la infodiversidad en Internet implica no sólo reconocer las diferencias, sino analizar, comprender y medir el impacto que éstas pueden tener en la sociedad, contemplando que en la actualidad lo digital y lo material se entrelazan con mayor fuerza para producir espacios y lugares comunes, pero también se asoman amenazas que impiden que la información circule y llegue tanto a los pueblos como a las naciones que más lo necesitan.

En virtud de lo anterior, la infodiversidad plantea comprender las complejidades de los flujos de información, ya que mediante el análisis de lo que se produce y se reproduce, podremos conocer la profunda huella que estos flujos dejan en distintos sectores de la sociedad, desde el impacto de los contenidos en las plataformas de comunicación en línea, los sofisticados algoritmos que predicen y limitan la información que buscamos, hasta la compleja materialidad de las redes de información y las nuevas formas de mapeo, todos estos aspectos representan un área particularmente fértil para la investigación bibliotecológica, pues ante un panorama digital dominado por una incesante producción de información, el bibliotecólogo necesita contar con mayores herramientas, lo cual implica nuevas habilidades y sobre todo nuevos enfoques

1George Sugihara, “Diversity as a Concept and Its Measurement: Com­ment”, Journal of the American Statistical Association 77, no. 379 (septiembre de 1982): 565, consultada el 10 de marzo de 2015, http://www.jstor.org/stable/2287711.

2James Gleick, La información: historia y realidad (Barcelona: Crítica, 2012), 10-11.

3Estela Morales Campos, “La infodiversidad, un canal de expresión de nues­tra diversidad”, en Infodiversidad, la biblioteca como centro multicultural, coord. de Ma. De los Ángeles Rivera y Sergio López Ruelas (Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 2008), 84.

4Frédéric Martel, Smart, Internet (s): la investigación, trad. Núria Petit Fontserè (España: Taurus, 2014), 21.

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