ANTECEDENTES
Las infecciones de trasmisión sexual y los embarazos no deseados son considerados graves problemas de salud pública, suponen una inmensa carga sanitaria y económica y conllevan un gran conflicto de salud sexual y reproductiva.1,2
Estas dos problemáticas se agravan cada vez más porque la incidencia se incrementa a edades más tempranas. Los adolescentes son un grupo de riesgo, principalmente porque pueden entender las relaciones sexuales como experimentación y fuente de juego y placer.3 Estas problemáticas no sólo se presentan en el interior de grupos con prácticas sexuales de riesgo, sino en las que se exponen al contagio inadvertido a través del contacto sexual sin protección o del uso incorrecto del condón.2
No se ha probado que exista un método eficaz para tener sexo 100% seguro; sin embargo, las pruebas de laboratorio demuestran que el condón utilizado correctamente llega a tener una eficacia anticonceptiva de 95%,4 y los estudios epidemiológicos que miden el efecto protector de este método ante el contagio de las infecciones de trasmisión sexual (ITS) demuestran que tal método otorga protección que actúa como barrera contra el contacto directo de fluidos sexuales infectados.5,6
En México se han implementado diversas estrategias para abatir las ITS y embarazos no deseados en adolescentes, mejorando normas de calidad en relación con los condones y suprimiendo los aranceles e impuestos que los gravan,2 emitiendo campañas de comunicación con mensajes dirigidos a la toma de decisión libre e informada sobre el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos,7 e implementando programas para la concientización de los adolescentes sobre la paternidad responsable.8
En las unidades médicas de salud de primer nivel de atención, en las que se incluye el centro de Salud del municipio de Nahuatzen, Michoacán, se efectúan campañas de salud dirigidas a jóvenes estudiantes, que promueven y fomentan la distribución gratuita de preservativos, combinada con información y capacitación a los usuarios acerca de su uso correcto.2,9
A pesar de las medidas y estrategias implementadas de información hasta el momento, se desconoce la eficacia y el verdadero efecto que han tenido en la población indígena.
MATERIAL Y MÉTODO
Estudio observacional, analítico, transversal y prospectivo, de tipo encuesta. El tipo de muestreo fue por conglomerados, se seleccionaron 9 grupos de preparatoria, a quienes se aplicó el cuestionario “Conocimiento del uso correcto del condón masculino” (Anexo 1), diseñado a partir de los lineamientos establecidos en la Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-016-SSA1-1993, que establece las especificaciones sanitarias de los condones de hule látex, la Norma Oficial Mexicana NOM-039-SSA2-2002, para la prevención y control de las infecciones de transmisión sexual, Información y publicaciones de carácter científico de la ONU, la OMS, la Secretaría de Salud y el laboratorio PROFECO.
Para el análisis estadístico se utilizaron medidas de tendencia central como promedio y medidas de dispersión como desviación estándar, error estándar e intervalo. Para comparar promedios de variables numéricas se realizó la prueba t de Student, para comparar variables categóricas se utilizó X2. Se consideraron significativos los valores de p menores a 0.05.
RESULTADOS
Se incluyeron en el estudio 201 alumnos. El promedio de edad de los sujetos encuestados fue de 16 años, predominó el sexo masculino y el estado civil soltero (Cuadro 1). Respecto al cuestionario Conocimiento del uso correcto del condón masculino, 80% de los encuestados no tenía conocimiento de lo que es el condón masculino y de su eficacia en la prevención de ITS, y poco más de la mitad desconocía su efectividad anticonceptiva.
Más de 80% conocía la fácil disponibilidad del condón, su acceso gratuito, la variedad de condones que existen y la facilidad para desecharlos después de ser usados; más de la mitad de los alumnos desconocía que el condón tiene influencia positiva en la satisfacción sexual. En general, poco más de 70% del total de los sujetos tenía conocimiento de las ventajas del condón.
Poco menos de 80% de los sujetos tenía conocimiento para identificar que no hubiera caducado y poco más de este porcentaje sabía que el empaque no debe tener defectos visibles y debe encontrarse completamente cerrado. Dos terceras partes ignoraban identificar que el empaque no esté sobreexpuesto a la luz solar y que no contenga aire en el interior. En este ítem, dos terceras partes de los encuestados sabían identificar las características de buenas condiciones del empaque del condón (Cuadro 2).
Más de 80% de los encuestados sabían que los condones deben guardarse en cajones, 73% sabía que deben guardarse y transportarse en porta-condones y sólo una tercera parte conocía que pueden llevarse en la bolsa de la camisa. Asimismo, dos terceras partes no sabían que deben evitar guardarlos y transportarlos en la bolsa del pantalón, 55% desconocía evitar hacerlo en la cartera, y poco menos de la mitad no tenía conocimiento de evitar hacerlo en la mochila o lapicera escolar y en la guantera del automóvil. En general, la mitad de los sujetos encuestados no tenía conocimiento del lugar conveniente para guardar y transportar temporalmente los condones.
Sólo 51% de los encuestados conocía la forma correcta de abrir el empaque del condón. Respecto al ítem 8, dos terceras partes de los sujetos no tenían conocimiento de tener disponible más de un condón, de evitar el uso de alhajas al manipularlo y de usar lubricantes adicionales apropiados al material del condón. Menos de 80% sabía que deben evitar el uso del condón cuando esté seco, pegajoso o duro. En general, poco más de la mitad de los encuestados desconocía las recomendaciones antes de la relación sexual. (Cuadro 3).
Dos terceras partes de los encuestados no tenía conocimiento de usar el condón antes de cualquier contacto sexual. En cuanto al ítem 10, más de 60% del total de los encuestados desconocía las características del condón para el tipo de relación sexual (oral o anal), y no tenía conocimiento de usar un nuevo condón para cada tipo de relación sexual. En cuanto a los ítems 11, 12 y 13, dos terceras partes de los sujetos no tenía conocimiento de qué hacer antes de colocar el condón, 80% desconocía cómo y cuándo colocar el condón y poco más de la mitad desconocía qué hacer cuando el condón se coloca de forma equivocada.
El 54% de los encuestados sabía que debe inspeccionar el condón durante la relación sexual, dos terceras partes desconocía cuándo y cómo retirar el pene de la pareja después de la eyaculación. El 64% de los sujetos sabía cuándo y cómo retirar el condón usado del pene, 71% desconocía cómo manejar el condón usado para desecharse y poco más de la mitad ignoraba que debe usarse un nuevo condón para continuar con el contacto sexual después de culminar la relación sexual (Cuadro 4).
Poco más de la mitad de los sujetos sabía que la ineficacia del condón puede deberse al uso de lubricantes adicionales oleosos y al manipular el condón por consumidores de drogas y bebidas alcohólicas. Poco más de la mitad desconocía que su ineficacia puede ser por el tipo de contagio de ITS que no previene, por usar un condón que fue guardado y transportado en lugar inapropiado, por la relación inapropiada del condón al pene y por usarlo sólo para la penetración.
Dos terceras partes desconocía que los condones pueden ser ineficaces al usarlos tras la fecha de caducidad, por dañarlos al abrir el empaque, al desenrollarlos antes de usarlos, por no dejar un espacio vacío en la punta del condón, al usarlos cuando no hay suficiente lubricación vaginal, por mostrar contracción de la musculatura vaginal en la retirada del pene, por retirar el pene de la pareja sexual sin sujetar la base del condón, al usar dos preservativos a la vez y por no usar el condón en algunos encuentros casuales. Poco más de 70% no tenía conocimiento de que la ineficacia del condón puede deberse al uso del condón sobreexpuesto a la luz solar y por perder la erección durante la relación sexual. En total, menos de dos terceras partes de los encuestados desconocía las causas de la ineficacia de los condones (Cuadro 5).
Más de 70% de los encuestados no tenía conocimiento de qué hacer cuando un condón se rompe. En cuanto al ítem 21, más de la mitad de los encuestados sabía que el condón no provoca daños al feto durante la relación sexual y que el condón no es sólo para las personas promiscuas. Dos terceras partes sabía que el condón no causa esterilidad e impotencia sexual, que el hombre no es el único que decide usar o no el condón, que no se reconoce a una persona sana o con una ITS con sólo verla, que las ITS también existen en zonas rurales y que existe el riesgo de contagio de tales infecciones en los inmigrantes con vida sexual activa. Poco más de 80% de los encuestados sabía que el condón no es destinado a personas que mantienen relaciones sexuales con sexoservidores(as).
Poco más de la mitad de los encuestados creía que el preservativo reduce la espontaneidad y el placer, que no existe riesgo de ITS en las relaciones sexuales entre hombres y tampoco en las relaciones sexuales entre las mujeres y de que no hay riesgo de reinfectarse de tales infecciones. Más de dos terceras partes tenían la creencia de que el uso o sugerencia del condón es sinónimo de desconfianza en la pareja estable, que la palabra fidelidad ofrece protección contra las ITS y que el sexo oral o anal previene estas infecciones. En general, 55% de los encuestados conocía los mitos y creencias erróneas del condón y de las ITS (Cuadro 6).
Resultados por sexo
Los hombres tuvieron mayor conocimiento que las mujeres respecto a la eficacia del condón en prevención de ITS, en conocer la variedad de opciones de condones que existen, la facilidad para desechar el condón usado, en identificar que el empaque del condón esté completamente cerrado; de igual manera, tenían mayor conocimiento de la conveniencia de transportar los condones en la bolsa de la camisa, del uso de lubricantes adicionales apropiados al material del condón, de que la ineficacia del condón puede deberse a perder la erección durante la relación sexual, al no usarlos en algunos encuentros casuales y de que existe el riesgo de ITS en las relaciones sexuales entre mujeres (Cuadro 7).
Asimismo, las mujeres tenían mayor conocimiento que los hombres referente a que no es conveniente guardar y transportar los condones en la bolsa trasera del pantalón ni en la guantera del automóvil, en cómo abrir correctamente el empaque del condón y en usar el condón antes de cualquier contacto sexual, también tenían mayor conocimiento de que los condones pueden ser ineficaces por desenrollarlos antes de usarse y por dejar un espacio vacío en la punta del condón colocado. Sabían más que los hombres respecto a que el condón no causa impotencia sexual, que los hombres no son quienes deciden usarlo o no, que las ITS también existen en zonas rurales y de la existencia del riesgo de ITS en inmigrantes con vida sexual activa (Cuadro 8).
Resultados por edad
Los sujetos de 17 años tenían mayor conocimiento de lo que es el condón y los de 16 años de su eficacia anticonceptiva, el grupo de 18 a 21 no tenía conocimiento alguno en estos dos ítems. En cuanto a la eficacia del condón en la prevención de ITS, los de 17 años tenían mayor conocimiento y los de 16 tuvieron el menor conocimiento.
El grupo de 16 años sabía más de la fácil disponibilidad del condón, los de 18 a 21 tuvieron la menor noción. Sin embargo, este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento de que el condón puede obtenerse gratuitamente y de su facilidad para desecharlo después de usarlo, los de 15 años tenían la menor cognición respecto a lo anterior. En cuanto a la variedad de opciones de condones que existen, el grupo de 18 a 21 tuvo mayor conocimiento y los de 17 tuvieron menor conocimiento de ello, pero éstos tuvieron mayor conocimiento de la influencia positiva del condón en la satisfacción sexual, mientras que el grupo de 16 años tuvo el menor conocimiento (Cuadro 9).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 16 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; *** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
Los sujetos de 16 años tuvieron mayor conocimiento en identificar que la fecha de caducidad esté vigente, los de menor conocimiento fueron los de 18 a 21 años. Sin embargo, este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento en identificar que el empaque no tenga defectos visibles, en lo que el grupo de 15 años tuvo menor conocimiento. Los de 18 a 21 sabían más identificar que el empaque no se encuentre sobreexpuesto a la luz solar y que esté completamente cerrado, los de 17 años tuvieron menor conocimiento de ello. Al identificar que no haya aire dentro del empaque del condón, los de mayor noción fueron los de 16 y los de menor conocimiento fueron los de 15 (Cuadro 10).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 16 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; *** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
Los de 16 años sabían más de la conveniencia de guardar los condones en los cajones, los de 18 a 21 tenían el menor conocimiento. En cuanto a evitar guardarlos y transportarlos en la bolsa del pantalón, los de 15 años sabían más de ello, los de 16 años tenían mayor conocimiento de evitar hacerlo en la guantera del automóvil y los de 18 a 21 tenían mayor conocimiento de guardarlos y transportarlos en porta-condones y en las bolsas de la camisa, los de 17 años tuvieron el menor conocimiento de ello. En cuanto a evitar guardarlos y transportarlos en la mochila o lapiceras escolares, los de 15 años tuvieron el mayor conocimiento y los de 18 a 21, el menor (Cuadro 11).
Los sujetos de 16 años tuvieron mayor conocimiento de cómo abrir correctamente el empaque del condón, mientras que los de 17 tuvieron el menor conocimiento. En cuanto al ítem 8, los sujetos de 15 años tuvieron mayor conocimiento de la disponibilidad de tener más de un condón, los de 16 tuvieron menor noción de ello; sin embargo, esté último grupo de edad sabía más en evitar el uso del condón cuando esté seco, pegajoso o duro, los de 18 a 21 años tuvieron menor conocimiento de ello, este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento en no usar alhajas al manipular el condón, lo que el grupo de 16 años tuvo el menor conocimiento. En cuanto al uso de lubricantes adicionales adecuados al material del condón, los de 15 sabían más y los de 17 tuvieron el menor conocimiento (Cuadro 12).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
El grupo de 18 a 21 años tuvo mayor conocimiento de usar el condón antes de cualquier contacto sexual, los de 16 tuvieron el menor conocimiento. Respecto al ítem 10, los de 18 a 21 años tuvieron mayor conocimiento de las características del condón para el sexo oral y de las características del condón para el sexo anal, los de 15 años tuvieron el menor conocimiento; sin embargo, este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento de usar un condón nuevo para cada tipo de relación sexual, lo que el grupo de 16 años tuvo el menor conocimiento (Cuadro 13).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs16 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; *** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
Los sujetos de 18 a 21 años de edad tuvieron mayor cognición de qué hacer antes de colocar el condón y qué hacer cuando ha sido colocado equivocadamente, los de 15 años tuvieron el menor conocimiento de ello. Respecto a cómo y cuándo colocar el condón, los de 18 a 21 tuvieron el mayor conocimiento y los de 16 años el menor; este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento acerca de inspeccionar el condón durante la relación sexual.
Los sujetos de 17 años tuvieron mayor conocimiento de cuándo y cómo retirar el pene de la pareja después de la eyaculación, los de 16 de cómo retirar el condón usado del pene y el grupo de 15 años tuvo mayor conocimiento de cómo manejar el condón usado para desecharlo, los de 18 a 21 años tuvieron el menor conocimiento en estos tres ítems. Sin embargo, este último grupo de edad tuvo el mayor conocimiento en usar un nuevo condón para continuar con el contacto sexual y los de 17 años tuvieron menor conocimiento de ello (Cuadro 14).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 16 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; *** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
El grupo de 18 a 21 años tuvo mayor conocimiento de que el condón puede ser ineficaz por el tipo de contagio de ITS que previene, por el tamaño inadecuado del condón al pene y por no usarlo en el contacto sexual, los de 15 años tuvieron el menor conocimiento. Sin embargo, este último grupo de edad sabía más de su ineficacia por ser usado tras la fecha de caducidad y por usarlo una vez que fue sobreexpuesto a la luz solar, los de 16 años tuvieron el menor conocimiento de ello.
Los de 15 años supieron más de la ineficacia del condón por ser usado una vez que fue guardado y transportado en lugares inapropiados, por perder la erección durante la relación sexual y por utilizar dos preservativos a la vez, los de 18 a 21 años tuvieron el menor conocimiento. Referente a que el condón puede ser ineficaz por dañarlo al abrir el empaque de forma incorrecta y su ineficacia al retirar el pene de la vagina sin sujetar la base del condón, los de 17 años tuvieron mayor conocimiento de ello y los de 15, el menor conocimiento. Respecto a la ineficacia del condón por desenrollarlo antes de usarlo, los de 16 supieron más y los de 17 tuvieron el menor conocimiento.
El grupo de 16 años tuvo mayor conocimiento de que la ineficacia puede deberse a dejar un espacio vacío en la punta del condón colocado, por contracción en la musculatura vaginal cuando se retira de la pareja y en consumidores de drogas y bebidas alcohólicas, los de 18 a 21 años tuvieron el menor conocimiento de ello. Este último grupo de edad supo más de la ineficacia del condón por no haber suficiente lubricación vaginal, los de 16 años tuvieron el menor conocimiento de ello. El grupo de 15 años tuvo mayor conocimiento de que el condón puede ser ineficaz al usarlo en algunos encuentros casuales y por usar lubricantes adicionales oleosos, los de 17 años tuvieron el menor conocimiento (Cuadro 15).
* = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 16 años; ** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 15 vs 17 años; *** = p < 0.05 al comparar los sujetos de 16 vs 17 años.
Las cifras representan porcentajes.
Los alumnos de 18 a 21 años tuvieron mayor conocimiento de qué hacer cuando un condón se rompe, los de 16 años tuvieron el menor conocimiento de ello (Cuadro 16).
El grupo de 18 a 21 tuvo mayor conocimiento de que el uso frecuente del condón no provoca esterilidad, no causa impotencia sexual, no es destinado a las personas que mantienen relaciones sexuales con sexoservidores(as), tienen mayor conocimiento de que no se previenen las ITS mediante el sexo oral o anal y que este tipo de infecciones también existen en las zonas urbanas, los de 15 años tuvieron el menor conocimiento de ello; los alumnos de 16 años supieron más respecto a que el condón no reduce la espontaneidad y el placer sexual y que el hombre no es el único que decide usarlo o no, los de 18 a 21 años tuvieron el menor conocimiento de ello.
Los alumnos de 16 años tuvieron mayor noción de que el uso o sugerencia del condón no es sinónimo de desconfianza en la relación estable, el condón no es para personas promiscuas y que existe el riesgo de contagio de ITS en las relaciones sexuales entre hombres, los de 17 tuvieron menor conocimiento de ello. Referente a que la palabra fidelidad no ofrece protección contra las ITS, los de 15 años tuvieron mayor conocimiento y los de 18 a 21 tuvieron el menor conocimiento. Los de 16 años tuvieron mayor conocimiento de que no es posible reconocer a una persona sana o con una ITS con sólo verla, de que existe el riesgo de contagio de ITS en las relaciones sexuales entre mujeres y en los inmigrantes con vida sexual activa, los de 15 años tuvieron el menor conocimiento de ello. Sin embargo, este último grupo de edad tuvo mayor conocimiento de que existe el riesgo de reinfectarse de este tipo de infecciones, de lo que el grupo de 17 años tuvo el menor conocimiento (Cuadro 17).
DISCUSIÓN
La Organización Mundial de la Salud calcula que en todo el mundo, cada año ocurren por lo menos 111 millones de casos nuevos de ITS en menores de 25 años.10 México ocupa uno de los cinco primeros lugares en demanda de consulta en primer nivel de atención médica y las ITS se ubican entre las diez primeras causas de morbilidad y mortalidad en la población joven.2 De igual manera, nuestro país tiene el mayor número de embarazos entre jóvenes de 15 a 19 años de edad.11,12
Algunos estudios previos exploran sólo algunas áreas del conocimiento en temas del condón e indican que más de 90% de los encuestados conoce su eficacia en la prevención del VIH/SIDA.13-15 En esta investigación 18% conocía la eficacia del condón en la prevención de las ITS. Estos contrastes pueden deberse a que la información se enfoca generalmente a prevenir el VIH/SIDA, dejando de lado su eficacia de prevenir ITS sólo cuando el condón cubre y protege heridas, piel expuesta y fluidos infectados.
Las investigaciones coinciden en que más de 80% de los encuestados conoce la fácil disponibilidad y la obtención gratuita del condón, los altos porcentajes pueden corresponder a que esta información se promueve a gran escala para implementar su uso. Nuestra investigación revela que 50% de los sujetos conoce que el condón influye positivamente en la satisfacción sexual, en investigaciones precedentes menos de la quinta parte tiene tal conocimiento,13 lo que puede deberse a que la mitad de la población cree que el condón interfiere en el placer sexual.
Alrededor de 80% de la población de este estudio desconoce que debe evitarse guardar y llevar los condones en la bolsa trasera del pantalón y en la carteras.15 Este estudio muestra que 60% no sabe que deben evitar guardar los condones en tales lugares. El conocimiento erróneo podría deberse a que se consideran lugares muy prácticos.
El 50% de los encuestados sabe cómo abrir correctamente el empaque del condón. Estudios recientes indican que proporcionar información constante y correcta resultaría en que más de 96% tenga un conocimiento correcto.
Se concuerda que sólo la tercera parte de los sujetos conoce que debe colocarse el condón antes de cualquier contacto sexual, este bajo conocimiento podría relacionarse con la creencia de que el condón debe usarse sólo en la penetración.15
El 10% de los encuestados sabe cómo y cuándo colocar el preservativo y 33% conoce cuándo y cómo retirar el pene de la pareja después de la eyaculación. Diversas averiguaciones muestran que 80% tiene tal conocimiento, estos sujetos eran portadoras de VIH/SIDA y estaban capacitadas, informadas y educadas en temas de salud sexual.16
Las investigaciones coinciden en que aproximadamente la mitad de los encuestados tiende a rechazar el uso del condón por supuesta pérdida de placer sexual, más de la mitad desconoce que el condón no es para las personas promiscuas y que las ITS pueden trasmitirse por el sexo oral y anal.15,17 Estos resultados pueden indicar que los mitos y creencias erróneas acerca del uso del condón son persistentes entre la población indígena.
La creencia y la opinión frecuentemente ignoran la realidad de las cosas, por lo que forman parte del ámbito de lo probable y de lo aparente. Diversas investigaciones sugieren que al proporcionar información constante y correcta se lograría un alto nivel de conocimiento en temas de sexualidad, por ello es fundamental generar conocimiento considerando que éste tenga su origen en la percepción sensorial, después acceda al entendimiento y concluya finalmente en la razón.16,17