La comprensión del fenómeno teatral del siglo XVIII novohispano estaría incompleta si no reconocemos, desde un inicio, que se trataba de un espectáculo que incluía música básicamente en todos sus niveles y en todas sus manifestaciones. Esto, sin lugar a dudas, es decir bastante, pues implicaría reconocer que incluso en aspectos formales, no sólo la configuración de las jornadas de teatro, sino las mismas obras, sobre todo las de géneros breves como el sainete, la tonadilla, el entremés y los bailes, largamente vilipendiados por una supuesta estrechez poética, no carecían de mérito alguno, sino antes bien se estarían evaluando actualmente sin contemplar una de sus principales partes constitutivas.
Precisamente, la tonadilla escénica fue uno de los géneros teatrales más importantes del siglo XVIII hispánico, y su principal característica fue la música. Se iba al teatro a escuchar tonadillas, mismas que se replicaban después en las calles con acompañamiento de vihuela o guitarra. Existe una firme creencia de que muchos de los sones tradicionales mexicanos tienen una afinidad con diversas tonadillas dieciochescas (Vera, 2018).
Formalmente la tonadilla era un género de música teatral breve. Constaba de tres partes: entable, coplas y seguidillas. La primera de ellas funcionaba como una introducción en la que se explicaba de qué trataría toda la pieza; las coplas correspondían al desarrollo, y conclusión de la pieza; finalmente las seguidillas eran la parte final, cantada y bailada, que no necesariamente debía guardar relación con el resto de la pieza.1
La tonadilla que presentamos ahora, Los retratos irónicos es presumiblemente de auténtico cuño novohispano. El original es una copia de principios del siglo XIX cercana a 1808, pero una lista de las piezas cantadas en el Coliseo durante el año de 1793, indica que la tonadilla fue representada el día 12 de marzo junto con el sainete El desdén. En la misma lista, además, se mencionan otras obras propias del territorio como el Pan de manteca que fue bailado y cantado por dos actores del Coliseo cuyos nombres eran Mariano y Vicenta. Sin embargo, el texto que presento tuvo quizá cierto alcance, pues se cantó en 1806 dentro de una función regular en el Coliseo de La Habana, por lo que otras copias debieron haber existido desde su estreno mexicano de 1793.2 Hasta ahora me es desconocido otro testimonio manuscrito o impreso de la obra, de modo tal que me es lícito considerar inédito el documento que presento a continuación.3
El manuscrito original fue hallado en la caja 6683, expediente 117, del ramo Indiferente Virreinal del AGN. Es probable que los papeles que componen dicho expediente provengan todos del Coliseo de México o de alguien involucrado directamente con el teatro, quizá algún actor. El manuscrito presenta marcas y otras señales que resaltan pasajes y sugieren indicaciones, por lo que estaríamos ante una copia de alguien que ejecutó la pieza. Junto a esta tonadilla, se hayan además, otras dos canciones, una cuyo tema es la invasión francesa a España y posterior captura de Fernando VII y otra que es una lamentación en voz de un personaje infernal, probablemente extracto de alguna comedia de igual cuño novohispano.4
Como era costumbre en los manuscritos de tonadillas conservados, mediante números delante de los versos se indican las repeticiones que el cantante (casi siempre una actriz) debía hacer al momento de ejecutarla con el acompañamiento musical. Siguiendo estas indicaciones numéricas, la tonadilla a solo Los retratos irónicos, se compone de 168 versos que se estructuran en coplas de seguidilla, es decir, versos alternados de 7 u 8 sílabas con otros de 5. Así pues, la métrica de los versos, aunque inexacta en muchos momentos, es notablemente regular y se ciñe bastante bien a los patrones propios de su género, lo que sugiere que cualquier ripio en la versificación se vería arreglado una vez que fuera interpretada con el acompañamiento musical.
Como tonadilla, posee las tres partes requeridas, un entable en el que la voz lírica anuncia el tema y el alcance de la obra; coplas en las que desarrolla la pieza, y unas seguidillas presumiblemente bailables que rematan todo y que no necesariamente se ajustaron con el contenido de la obra. Además de esto, tiene dos pasajes de boleras y un recitado. Las primeras correspondían necesariamente a una parte bailada y el recitado era un descanso previo a las coplas para crear un contraste sonoro con éstas.
El tono es paródico y tenía como intención denostar y hacer mofa de varios estereotipos de la sociedad novohispana de su tiempo. Visto bajo las normas morales de la época, seguramente resultó de notable “mal gusto” y “escandalosa” del todo. El texto si bien no revela, como otras canciones de la época, mofas y ofensas abiertas a los tipos aludidos, pues no existe una sola descripción de ellos, luce, sin embargo, un tono socarrón e irreverente durante toda la pieza.
La lectura atenta del manuscrito admite la posibilidad de que quien la ejecutara haya llevado en escena los retratos de los tipos aludidos. No era infrecuente esta técnica en el Coliseo de México, en el que habitualmente se recurría a cuadros y pinturas de personajes diversos, entre ellos, los monarcas, los virreyes y los arzobispos, con la finalidad de hacerlos presentes simbólicamente en el espectáculo. Los avalúos del Coliseo dan cuenta del precio que se fincaba por esos cuadros, mismos que uno ve realizados, que pasaban a engrosar los aperos de la compañía teatral.
La tonadilla misma es un documento valioso sobre la sociedad novohispana de finales del XVIII. Cada uno de los “retratos” aportaría valiosos datos sobre la recepción y la concepción que la sociedad tenía de los individuos mencionados. La tonadilla revela de este modo, bastante de la idiosincrasia regente en su momento.
Respecto de la edición, presento el texto tal cual fue encontrado, esto es conservando sus particularidades ortográficas y léxicas. Mi objetivo es realizar una transcripción lo más fiel posible. En cuanto a las repeticiones que el manuscrito señala, éstas se han replicado con los mismos números, salvo en aquellos casos que indicaban retahíla de versos o repetición alternada, en ese caso el símbolo empleado es >2 y se coloca delante del último verso en el que aplica. Las marcas de barras cruzadas que tiene el manuscrito y que transcribo con el signo # significaban hacer énfasis y sobresalir por encima de los elementos del escenario, esto es dirigirse al proscenio, parte más iluminada del teatro. El manuscrito posee tiradas de versos encerrados en recuadros, lo que significaba su supresión al llevarse a escena. Estos versos elididos los transcribo subrayados. Entre corchetes se han hecho los añadidos lógicos necesarios. La letrilla de esta tonadilla debía en el mejor de los casos, adaptarse a la tradición estrófica del género, esto es, mediante coplas de seguidilla, versos de 7 u 8 sílabas alternados con versos de 5, en los que los impares son libres y los pares tienen rima asonante. Los retratos irónicos, sin embargo, es de manufactura deficiente y su métrica es pobre; revela por lo demás que fue un apunte de teatro hecho con rapidez y descuido; es decir, una copia que hacían las personas del teatro para ensayar una obra que, de cualquier modo, conocían bien. Sin embargo, cumpliendo con el propósito de la difusión de textos sobre teatro novohispano del XVIII, consideramos que no carece de pertinencia la transcripción que presentamos aquí.5
LOS RETRATOS YRONICOS
Tonadilla a solo nominada
[Entable]
Chito señores si quieren ver (2)
si quieren ver (2)
varios caprichos de mi pincel (2)
de mi pincel. (2)
A mil fantasmas
he dado ver >2
he dado ver.
Como toditos
aqui vereis >2
aqui vereis (6)
escuchad
atended >2
oid, oid, oid.
Recitado
La malicia del mundo
en la pintura
fue mi savia maestra
me enseño a bosquejar
varias constumbres
con sus colores doy alma
a las cosas aereas
siguiendo siempre el arte
que mi zelo aprendió
en tan buena escuela
oid, oid, y en estas coplas
copias vivas vereis de cosas muertas.
Coplas
para retratar al vivo
la conciencia (2)
ya se ve (2)
como murió hace dias (2)
he pintado a un mercader (2)
hize muy bien (2)
Para retratar al vivo
a la verdad, a la verdad
ya se vee (2)
como murio ya hace dias (2)
a un sastre aqui retraté (2)
hize muy bien (2)
para retratár al vivo
la firmeza (2)
ya se vee (2)
como murió ya hace dias (2)
he pintado a una muger (2)
hice muy bien (2)
Boleras
Desta manera
varios retratos he hecho
retratos he hecho
de cosas que faltaron
si es que existieron. >2
Tengan cuydado
que faltan
otros retratos >2
Coplas
Para retratar al vivo
la honestidad (2)
ya se vee (2)
una niña destos tiempos (2)
perfectamente copié (2)
hize muy bien. (2)
Para retratar al vivo
la integridad (2)
ya se vee (2)
como murio ya haze dias (2)
a un escrivano pinté (2)
hize muy bien. (2)
Para retratar al vivo
la madurés (2) o
ya se vee (2)
como murió ya haze dias (2)
a un petimetre copié (2)
hize muy bien. (2)
Boleras
De varios personajes
que ya murieron (2)
voy dejando retratos
muy verdaderos >2
mas por si canso
con unas seguidillas
el tema acavo. >2
Seguidillas
Quando mi tonadilla (2)
salgo a cantaros (2)
el corazon se agita
de sobresalto.
#Quando mi tonadilla
#salgo a cantaros (3)
el corazón se agita
de sobresalto >2
ya da un salto alli
ya palpita aqui
ya siente dolor
ya siente temor
ya siente dolór
y aunque en vuestras piedades (2)
siempre he fiado (2)
se agita porque teme
desagradaros >2
desagradaros.
Y en este lance es justo
que yo implore vuestras piedades
es justo que yo implore vuestras piedades
hasta que por fin hallen (2)
todos mis yerros (2)
la compasion que buscan
en vuestros pechos >2
en vuestros pechos.
Fin