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Foro internacional

Print version ISSN 0185-013X

Foro int vol.59 n.2 Ciudad de México Apr./Jun. 2019

 

Reseñas

El Colegio de México, Desigualdades en México/2018

Carlos Barba1 

1Universidad de Guadalajara. cbarb@cencar.udg.mx

El Colegio de México. Desigualdades en México/2018. México: El Colegio de México, 2018. 124p.


En años recientes el tema de las desigualdades económicas y sociales se ha convertido en objeto constante de informes nacionales, regionales y globales e investigaciones en el campo de las ciencias sociales. Entre los informes de carácter nacional destaca el publicado por OXFAM en 2016, coordinado por Gerardo Esquivel;1 en el ámbito regional, una serie de informes realizados por la CEPAL entre 2010 y 2016;2 y a escala global sobresalen el informe de la OCDE en 20123 y, ese mismo año, el de World Inequality Lab.4

Por otra parte, el renovado interés en esta temática ha generado recientemente algunos estudios que ya son considerados un parteaguas en este ámbito. Sobresalen los libros publicados por Joseph Stiglitz en 2013,5 Thomas Piketty, en 2014,6 y Anthony Atkinson en 2015.7

Sin embargo, durante los últimos 20 años, este renacimiento de las desigualdades sociales como un tema crucial en la cuestión social de nuestro tiempo no ha sido acompañado en nuestro país, como lo muestra el informe que hoy tengo el honor de presentar, por una mayor sensibilidad de sucesivos gobiernos sobre sus implicaciones sociales, económicas y políticas, ni por cambios notables en las agendas de los partidos políticos nacionales.

Es por ello que el informe Desigualdades en México 2018, publicado por El Colegio de México, la Red de Estudios sobre Desigualdades, que tiene como sede dicha institución, la Fundación COLMEX y BBVA Bancomer, es tan importante. Y uno de sus principales méritos es intentar incidir en las agendas de los partidos políticos y en el diseño de las políticas públicas para cerrar brechas sociales, sin ofrecer recetas de ningún tipo. El informe visibiliza desigualdades que en la vida cotidiana y a nivel simbólico aparecen sólo como diferencias que encubren distancias reales, privilegios y exclusiones y tienden a naturalizar condiciones que son en realidad sociales. El informe contribuye a avivar la discusión sobre esta temática no sólo en los ámbitos académico y político, sino en el social y el cultural.

No es posible reducir brechas sociales si no conocemos cuáles son y si no diseñamos políticas encaminadas a disminuirlas. Como lo señala este informe, estudiar las desigualdades tiene una gran pertinencia social y política por los efectos que éstas tienen sobre las vidas de las personas, sobre el desempeño económico, la integración social y la solidaridad en las comunidades. Éste es el punto de vista compartido por los once investigadores de El Colegio de México que produjeron este trabajo y por un equipo de investigación y editorial integrado por diez personas más.

El informe es sintético pero potente. En 120 páginas se abordan seis temáticas buscando desentrañar los legados de la desigualdad, los nuevos desafíos para la equidad y la manera en que las desigualdades fueron incorporadas en la agenda de las plataformas electorales de las tres coaliciones más importantes que participaron en las elecciones federales de este año.

En el caso de los legados de la desigualdad, los temas abordados son tres: educación, ingreso y movilidad, y trabajo. En el de los nuevos desafíos para la equidad se destacan dos temas emergentes: la migración de retorno y el cambio climático. Finalmente, para dar cuenta de las desigualdades en la agenda electoral, se revisan las plataformas electorales de 2018.

Esta obra es de fácil lectura aun para quienes no son expertos en el tema, lo que contribuye a situar su contenido en el espacio del debate público. El trabajo utiliza con claridad y economía textual los conceptos indispensables para explicar el significado de los resultados empíricos que presenta y recurre a la utilización de 40 figuras y 2 cuadros para facilitar la comprensión de las ideas fundamentales que presenta. Los autores logran presentar un panorama general de una manera sencilla y entendible, lo cual es un gran mérito, debido a que conceptualizar la desigualdad no es tarea fácil porque son muchas las perspectivas, escalas y dimensiones que han de considerarse. La propuesta teórica asumida es muy afortunada, porque enfatiza las desigualdades que se traslapan y se retroalimentan, con una mirada interdisciplinaria, encaminada a desarrollar iniciativas innovadoras y efectivas para abatirla.

Por otra parte, tanto en el informe, como en su resumen ejecutivo, se utilizan viñetas para contrastar el caso de dos mujeres y dos hombres que tienen condiciones de vida muy diferentes, que repercuten de manera profunda en sus oportunidades y en los resultados que pueden alcanzar a lo largo de sus vidas. Estos ejemplos sintetizan las desigualdades extremas que prevalecen en nuestro país. Sin embargo, habría que decir que si algo faltó en el análisis de estos ejemplos fue señalar que las diferentes condiciones que viven y enfrentan los hombres y las mujeres de distintas clases sociales, orígenes étnicos, etc., no son producto del azar sino de estructuras y prácticas sociales construidas y reproducidas históricamente, de desatenciones públicas sistemáticas y también de privilegios y derechos que no son para todos los ciudadanos y que se derivan de la concentración del poder económico y político en muy pocas manos.

El informe se propone realizar un análisis actual y retrospectivo, a partir del año 2000, con la intención explícita de enriquecer el debate público y contribuir a las plataformas de los candidatos en las elecciones presidenciales de 2018. Este punto podría replantearse, subrayando que en estos momentos su utilidad puede ser central para el nuevo gobierno, para la elaboración de políticas públicas encaminadas a reducir las desigualdades sociales por vía de la interacción entre sociedad, gobierno y academia.

Las desigualdades se entienden desde tres perspectivas: la desigualdad de oportunidades, que impide que individuos o grupos puedan desarrollar su potencial, la desigualdad de resultados, que implica diferencias en las recompensas asociadas a niveles de esfuerzo similares, y la interseccionalidad de las desigualdades, que permite indagar cómo grupos con distintas características enfrentan brechas en resultados y oportunidades de manera diferenciada.

En la introducción del texto se presentan algunas definiciones conceptuales precisas; así, se define con claridad la diferencia que existe entre el concepto de pobreza8 y el de desigualdad.9 Se hace una distinción entre equidad10 e igualdad.11 Se distingue entre igualdad formal12 e igualdad sustantiva.13 Se analizan los efectos sociales y económicos de las desigualdades, entre ellos: reducción del capital social, obstáculos al crecimiento económico, baja movilidad social, erosión de las instituciones y obstáculos al funcionamiento y consolidación de la democracia.

En esta sección se destacan cuatro contribuciones del informe al diagnóstico de las asimetrías sociales en México: reconocer el carácter relacional de la desigualdad (las desventajas de unos se vinculan con los privilegios de otros), la intersección entre sus distintas dimensiones (diferentes fuentes de desigualdad se relacionan y entrecruzan), así como su encadenamiento en el curso de la vida de las personas (cómo las brechas se perpetúan a lo largo del ciclo de la vida de las personas e incluso intergeneracionalmente) y considerar los nuevos desafíos para la equidad (en el contexto global actual y de agudización del cambio climático).

Los legados de la desigualdad

Oportunidades educativas

El análisis de los legados de desigualdad empieza respaldando la idea de que la educación desempeña un papel fundamental en la movilidad social y la igualdad de oportunidades y que, por el contrario, las disparidades en la adquisición de competencias repercuten en patrones desiguales de inserción en los mercados laborales, en las brechas en los ingresos salariales y en el acceso a empleos de calidad.

El informe analiza tres indicadores clave para dar cuenta de la situación reciente en el ámbito educativo en México: el acceso a la educación secundaria, el logro de aprendizajes a los 15 años y la acreditación de la educación media superior. El informe presenta abundantes evidencias de que, aunque hay una clara tendencia a la universalidad de la cobertura,14 las oportunidades de acceso a la secundaria continúan siendo mayores para los jóvenes de altos ingresos.15

En cuanto a los resultados educativos, se destacan dos cuestiones: que los aprendizajes en ciencias, matemáticas y lenguaje son de baja calidad en México16 y que, a pesar de una reducción en la desigualdad de los aprendizajes entre 2000 y 2015, persisten elevados niveles de desigualdad entre los jóvenes de altos ingresos y los del grupo de ingresos más bajos. También se demuestra que continúan presentes importantes desigualdades en lo que respecta al género.17

Por otra parte, a pesar de que las diferencias entre la población rural y urbana han descendido en cuanto al acceso y finalización del nivel medio superior, no es claro que ocurra lo mismo en los aprendizajes. De igual forma, hay evidencias sólidas de que continúan las desigualdades entre indígenas y no indígenas en el acceso a la educación de nivel medio superior y la finalización de ese ciclo, y se agudizan las de sigualdades en el logro de aprendizajes en perjuicio de los primeros.

Desigualdades de ingreso y oportunidades de movilidad social

En este terreno se subraya que México tiene una de las tasas de movilidad ascendente más bajas del mundo. Mientras las personas nacidas en una situación de pobreza cuentan con escasas posibilidades de ascender socialmente, los individuos que provienen de hogares con ventajas económicas tienen una alta probabilidad de mantenerse en esa situación en la edad adulta.

Por lo que hace a la participación en el mercado laboral, que puede ser una importante palanca de movilidad social, se subraya que los ingresos laborales no han crecido desde 200718 y que el salario real mediano se encuentra actualmente por debajo del nivel que tenía en 2007,19 lo que tiene una repercusión negativa en las posibilidades de movilidad social ascendente.20

Siguiendo con la educación y el trabajo, el informe muestra que las mujeres tienen menos oportunidades de ascender en la escala social, son más vulnerables a riesgos de diversa índole, experimentan oportunidades desiguales en cuanto educación superior, salario y trabajos dignos. Adicionalmente, se subraya que las expectativas sociales sobre las labores reproductivas y de cuidado, que se consideran fundamentalmente femeninas, son un obstáculo para que adquieran la educación pertinente para insertarse en el mercado laboral en condiciones dignas.21

Estas tendencias muestran, entre otras cosas, que mantener el tema del cuidado fuera de la agenda de la política y los derechos sociales, y de las instituciones del bienestar ha atrapado a las mujeres en una trama familiarista, como responsables del cuidado de los niños, los adultos mayores, las personas con discapacidad y los enfermos, papel que refrendan programas sociales como Prospera. El informe permite dimensionar el impacto de la omisión pública en la promoción de formas igualitarias en la distribución del trabajo doméstico y reproductivo en las familias.

Para cerrar esta sección, el informe muestra una importante reducción en las oportunidades para acceder a empleos de calidad, debido a la gran precariedad laboral que prevalece, que repercute en bajos ingresos para la mayoría de los trabajadores, débil acceso a la seguridad social e informalidad.22

Estos datos expresan las consecuencias de la desregulación de facto del mercado laboral y de las políticas salariales regresivas mantenidas en nuestro país desde hace 40 años, y pueden y deben emplearse para argumentar en pro de reformas laborales progresistas y democráticas.

Los nuevos desafíos para la equidad

El informe presenta dos nuevos desafíos para la equidad: la migración de retorno y el cambio climático, y los retos que plantean para el futuro del país por su repercusión en el surgimiento de nuevas formas de desigualdad que se intersectan y encadenan con los legados de desigualdad a los que ya nos hemos referido.

En el caso de la migración de retorno, se subraya que este tipo de migración involuntaria y, en consecuencia, no planificada es producto de la crisis financiera y la crisis económica de 2008, y del aumento de las deportaciones por parte del gobierno de los EE.UU. Se afirma que la naturaleza de la migración ha cambiado, que desde 2009 el saldo neto migratorio es negativo y que entre 2000 y 2010 se triplicó el número de mexicanos y de sus hijos, muchos de los cuales nacieron en Estados Unidos, que han retornado a nuestro país por razones económicas o legales, después de haber vivido en ese país durante muchos años.23

El informe señala dos razones fundamentales que dificultan la integración de los retornados y que aumenta su vulnerabilidad: la primera es que sus redes sociales pueden haberse debilitado tras largas estancias en los EE.UU. y la segunda es la nueva tendencia a que los retornados se asienten en comunidades marginadas, con grandes rezagos sociales, que implican menores oportunidades laborales y empleos de baja calidad, bajos salarios y falta de acceso a servicios de salud. En resumen: los retornados comparten con el resto de la población muchos de los desafíos generados por el mercado laboral en México: falta de empleos de buena calidad, precariedad, informalidad, salarios deprimidos y menores ingresos; además afrontan retos adicionales: dificultades para comprobar su experiencia laboral o revalidar certificaciones.

Por otra parte, se subraya que los migrantes de retorno son un grupo heterogéneo en lo que respecta a sus niveles educativos, las habilidades que adquirieron y su experiencia laboral, lo que plantea desafíos importantes para su integración exitosa en México. Dada la heterogeneidad de los migrantes de retorno, se destaca la necesidad de generar estrategias diferenciadas de política pública.

Por lo que hace al cambio climático, que ya ha repercutido en variaciones en la precipitación, la temperatura y la humedad, se argumenta que estos cambios incidirán en la producción de alimentos, las condiciones de salud, en los océanos, cuyos cambios afectarán el nivel del mar, la vida marina y las zonas costeras y generarán desastres intempestivos en el territorio de México. El informe resalta sus múltiples y profundas implicaciones para el bienestar de la población.

Se habla de desigualdades ante el cambio climático como producto de la intersección entre diferencias en la exposición a riesgos ambientales crecientes por las desventajas sociales, económicas e institucionales de algunos grupos. La idea central es que las personas en desventaja, por situación geográfica, posición social, situación económica, género, edad, etnia, carencias en la vivienda o menor acceso a servicios de salud, son las más vulnerables porque están más expuestas a los riesgos, carecen de mecanismos de protección y adaptación, y sus pérdidas pueden ser mucho mayores y con efectos más duraderos.

Otra idea fundamental es que los recursos públicos y privados que se destinen a la adaptación a este cambio determinarán las desigualdades futuras. En lo que toca a la política social, se destaca la necesidad de medidas específicas para empoderar a los hogares con el objetivo de que enfrenten los riesgos ambientales a corto y largo plazo.

La desigualdad en la agenda electoral

La revisión de las plataformas electorales para identificar las referencias a las distintas desigualdades económicas y sociales dio como resultado tres aspectos que deben destacarse.

La primera es que, aunque la desigualdad se identifica como un tema central, en todos los casos hay una gran heterogeneidad entre los partidos y las coaliciones en cuanto a la atención que dedican al tema, y la mayoría vincula desigualdad con pobreza y falta de desarrollo económico.

La segunda es que todas las plataformas convergen en el enfoque sobre la desigualdad propuesto por el partido aún en el gobierno, por lo que las diferencias ideológicas en las ofertas políticas sobre el teman no son evidentes.

La tercera es que las propuestas de política para atender las desigualdades no están articuladas ni prestan atención a las diversas dimensiones de la desigualdad ni a sus interacciones y en ningún caso se presentan con el detalle necesario para determinar si son pertinentes o factibles.

En la agenda pendiente: la política social

Estos hallazgos muestran que es muy necesario realizar una revisión de las políticas sociales vigentes a la luz de las tendencias mostradas en el informe, porque las desigualdades no sólo son producto del funcionamiento del mercado, las estructuras patriarcales, los intereses económicos o la concentración del poder, sino de la larga trayectoria histórica del régimen de bienestar mexicano, cuyas instituciones, políticas, derechos, acciones y omisiones, han contribuido también a moldear la desigual estructura social que caracteriza a nuestro país.

Este tipo de análisis es crucial para demostrar, por ejemplo, que programas como Progresa-Oportunidades-Prospera o el Seguro Popular, que han sido los buques insignia de la política social durante los últimos 20 años, a pesar de que han logrado una notable cobertura y han incluido a los más pobres en los sistemas de protección social, tienen un diseño y aplicación minimalistas, centrados en el tema de la reducción de la pobreza y no en la reducción de las brechas sociales, de modo que ha contribuido a consolidarlas y ha conducido a una institucionalización de la desigualdad como resultado de una política que sólo garantiza accesos mínimos a los servicios sociales, pero no se propone generar los mismos derechos, el mismo estatus y la misma calidad de los servicios para todos los ciudadanos. En ese contexto, es perfectamente posible incluir a millones de personas bajo la cobertura de la política social y, al mismo tiempo, conferirles un estatus de ciudadanía que las ubica en un lugar inferior en relación con otros grupos sociales.

Bibliografía

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Atkinson, A., Desigualdad ¿Qué podemos hacer?, México, Fondo de Cultura Económica, 2016. [ Links ]

Comisión Económica para América Latina, CEPAL, La hora de la igualdad, brechas por cerrar, caminos por abrir, Trigésimo tercer período de sesiones de la CEPAL, Brasilia, 30 de mayo a 1o. de junio de 2010, Santiago, 2010. [ Links ]

______, Cambio estructural para la igualdad, una visión integrada del desarrollo, Trigésimo cuarto período de sesiones de la CEPAL, San Salvador, 27 a 31 de agosto, Santiago, 2012. [ Links ]

______, Pactos para la igualdad, hacia un futuro sostenible, Trigésimo quinto período de sesiones de la cepal, Lima, 5 a 9 de mayo, Santiago, 2014. [ Links ]

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El Colegio de México, Desigualdades en México/2018, México, El Colegio de México, 2018. [ Links ]

Esquivel Hernández, Eduardo, Desigualdad Extrema en México. Concentración del poder económico y político, México, OXFAM, 2016. [ Links ]

OCDE, Divided We Stand. Why Inequality Keeps Rising, OECD Publishing, 2011, doi: 10.1787/9789264119536-en [ Links ]

Piketty, T., Capital in The Twenty-First Century, Cambridge, MA, The Belknap Press, Harvard University Press, 2014. [ Links ]

Stiglitz, J., The Price of Inequality. How today’s divided society endangers our future. Nueva York, Norton & Company, 2013. [ Links ]

1 Titulado Desigualdad Extrema en México. Concentración del poder económico y político.

2En 2010, La hora de la igualdad, brechas por cerrar, caminos por abri; en 2012, Cambio estructural para la igualdad, una visión integrada del desarrollo; en 2014, Pactos para la igualdad, hacia un futuro sostenible y, en 2016, La cicatriz de la desigualdad social en América Latina.

3Intitulado Divided We Stand. Why Inequality Keeps Rising.

4que lleva por nombre Informe sobre la desigualdad global.

5The Price of Inequality. How today’s divided society endangers our future.

6Capital in The Twenty-First Century.

7Inequality: What can be done?

8Carencias de recursos y falta de acceso a oportunidades que excluyen a individuos o grupos de los niveles mínimos deseables de bienestar.

9Se refiere a patrones de distribución de oportunidades y resultados.

10Principio ético normativo asociado a una idea de justicia distributiva.

11Un derecho humano protegido por distintos instrumentos nacionales e internacionales.

12Alude al tratamiento idéntico que los derechos garantizan a las personas.

13Apela a los resultados reales del ejercicio de tales derechos.

14En el ciclo 2015-2016 la tasa de cobertura neta alcanzó 87.5% y la matriculación oportuna 86.2%.

15En 2014 un joven del quintil más alto de ingresos tenía una probabilidad 23% mayor de acceder a la secundaria que uno del quintil más bajo.

16Ya que de acuerdo con la evaluación más reciente realizada por el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiante (PISA) a los jóvenes de 15 años inscritos en el sistema educativo mexicano sólo lograron buenos aprendizajes el 17% en ciencias y matemáticas y el 25% en lenguaje.

17Ya que en 2015 las mujeres tenían 20% más de probabilidad que los hombres de obtener buenos aprendizajes en lenguaje, mientras los varones tenían 35% más de probabilidad de buenos aprendizajes en matemáticas que las mujeres.

18Esto es muy importante porque 74% de la población obtiene sus ingresos del mercado laboral. Además, la desigualdad del ingreso se ha estancado en México desde 2006 y en torno a ésta se acumulan otras disparidades en distintos terrenos, como son: acceso a la educación, movilidad social y diferencias asociadas al género y al territorio.

19Equivalente a 5200 pesos vs. 6000 pesos al mes, lo que implica una reducción del 13%.

20El informe revela también que el porcentaje de mujeres trabajadoras se estancó en 45% entre 2000 y 2012, que únicamente 38% de la fuerza laboral mexicana es femenina y que el grupo de mujeres que ha aumentado su participación en el empleo es el que cuenta con un menor nivel educativo. De acuerdo con este informe, la brecha entre los ingresos laborales que reciben las mujeres y los hombres dejó de reducirse en 2012. En la actualidad, las mujeres reciben en promedio entre 13 y 15% menos ingresos que los hombres y enfrentan una mayor propensión al descenso en la escala socioeconómica, si parten de una posición privilegiada, y a continuar en una situación de marginación si nacen en hogares pobres.

21Incluso en el caso de las mexicanas con estudios universitarios, se indica que más de un millón no tiene una ocupación remunerada y se dedica principalmente a labores de cuidado.

22Reflejada entre otras cosas en el aumento en más de 50% de la proporción de trabajadores que ganan menos de un salario mínimo, en el estancamiento del acceso a la seguridad social y de la proporción de quienes trabajan sin contrato. A esto se suma el hecho de que tras la recesión de 2008, presenciamos una convergencia salarial a la baja, tanto para quienes cuentan con alta escolaridad y los empleadores, como para el resto de los grupos sociales.

23Aunque esta tendencia se redujo en 2015.

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