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Salud Pública de México

versión impresa ISSN 0036-3634

Salud pública Méx vol.55  supl.2 Cuernavaca  2013

 

Artículo original

 

Prevalencia de anemia en niños y adolescentes mexicanos: comparativo de tres encuestas nacionales

 

Prevalence of anemia in Mexican children and adolescents. Results from three national surveys

 

Vanessa de la Cruz-Góngora, MC,(1) Salvador Villalpando, MD, PhD,(1) Verónica Mundo-Rosas, MSP,(1) Teresa Shamah-Levy, PhD.(1)

 

(1) Centro de Investigación en Nutrición y Salud, Instituto Nacional de Salud Pública. Cuernavaca, Morelos, México.

 

Correspondencia

 


Resumen

Objetivo. Describir la prevalencia de anemia en niños y adolescentes mexicanos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.

Material y métodos. Los datos se distinguen por nivel nacional, regional y rural/urbano. La hemoglobina (Hb) fue medida por Hemocue. Las descripciones se hicieron con frecuencias ajustadas y los confusores se probaron en un modelo de regresión logística.

Resultados. La prevalencia de anemia en niños en 2012 fue de 23.3% en los de 1 a 4 años, 10.1% en los de 5 a 11 años, y 5.6% en los de 12 a 19 años. En mujeres adolescentes de 7.7% y en hombres de 3.6%. Entre 1999 y 2012 se redujo la prevalencia de anemia en niños de 8.3 puntos porcentuales (pp) en menores de cinco años, 5.1pp en los de 5 a 11años y 3.6 pp en adolescentes.

Conclusiones. A pesar de la reducción de la anemia en niños de 1 a 4 años en los últimos 13 años, ésta es aún preocupante. Es necesario concientizar a las comunidades social y médica acerca de ella, así como ampliar la distribución de suplementos de micronutrientes en niños menores de 3 años, además de promover la educación nutricional e incentivar la ingesta de alimentos ricos en hierro.

Palabras clave: anemia; epidemiología; encuestas nutricionales; niños; adolescentes mexicanos.


Abstract

Objective. To describe the prevalence of anemia in Mexican children and adolescents from ENSANUT 2012.

Materials and methods. Data had the power to make distinctions at the national, regional and rural/urban dwelling. Hemoglobin was measured by Hemocue. Descriptions were made by adjusted frequencies and 95%CI. Confounders were tested in a logistic regression models.

Results. The prevalence of anemia in 2012 was: in children 1-4 y, 23.3%; 5-11y, 10.1%, and 12-19 y, 5.6%. The prevalence in female adolescents was 7.7% and 3.6% in males. Reductions in the prevalence of anemia from 1999 was 8.3pp in <5y, 5.1pp in children 5-11y and 3.6pp from 2006 in adolescents.

Conclusions. Despite the decrease in the prevalence of anemia in children 1-4 y in the last 13 years, it still is of great concern. There is a need of awareness among social and medical communities about this, to extend the distribution of micronutrient supplements in children <3y, and to promote nutritional education to incentive mothers to provide foods rich in iron.

Key words: anemia; epidemiology; nutritional surveys; Mexican children; adolescents.


 

La prevalencia de anemia en niños y adolescentes mexicanos ha sido un problema de gran envergadura especialmente en los menores de 2 años, patrón que se ha mantenido desde la encuesta de nutrición de 1999 (54.9% en 1999 y 41.6% en 2006).1,2 La anemia tiene consecuencias graves sobre el desarrollo motor 3 e intelectual de los niños4, y si no se corrige antes de dos años, el daño es irreversible.5-7 En edades más tardías, la anemia, tiene repercusiones reversibles como baja resistencia a la infección y menor resistencia muscular.8,9 Otras causas de anemia, tales como las deficiencias de folatos, vitaminas A y B12 pueden verse involucradas.10,11

En esta Encuesta de 2012, se espera que algunos programas públicos tengan efectos sobre la anemia: Oportunidades que distribuye alimento fortificado y la leche fortificada distribuida por Liconsa.12-14

Este análisis tiene como objetivo describir y comparar la magnitud de la prevalencia de anemia en niños preescolares, escolares y adolescentes mexicanos que participaron en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012), con el propósito de generar información que sirva a los tomadores de decisiones para el establecimiento de estrategias de prevención y control y a la comunidad académica, así como analizar las tendencias de la prevalencia de anemia de los últimos 13 años.

 

Material y métodos

El presente análisis fue realizado utilizando las bases de datos de tres encuestas nacionales de nutrición representativas a nivel nacional, regional y urbano rural, de 1999,15 2006 2 y 2012.16 Las tres encuestas fueron hechas con metodología comparable, lo cual permite comparar datos a lo largo del tiempo. La Encuesta Nacional de Nutrición de 1999 (ENN 99) recabó información de 18 000 hogares y los grupos encuestados fueron niños de 1 a 11 años y mujeres de 12 a 49 años.15 La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2006 (ENSANUT 2006) recolectó información en 48 600 hogares siendo representativa a nivel estatal.2 La ENSANUT 2012 recabó información de 52 000 hogares, siendo representativa a nivel estatal y considerando todos los grupos de edad de ambos sexos.16

 

Descripción y construcción de variables

Se consideró indígena cuando los padres de niños incluidos hablaban alguna lengua indígena. Las localidades menores a 2 500 habitantes se consideraron como rurales.17

El índice de condiciones de bienestar (ICB) fue construido con base en 10 características de la vivienda y posesión de enseres domésticos, empleando un análisis de componentes principales. La resultante explicó el 40.5% de la varianza, con lambda de 3.24 y fuedividida en quintiles considerándose como indicador socioeconómico.18

El país fue dividido en cuatro regiones geográficas: norte, centro, Ciudad de México y sur, con base en el marco muestral realizado en toda la serie de encuestas.

La afiliación a los servicios de salud se definió si los participantes recibían servicios en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Petróleos Mexicanos (Pemex), Secretaría de Defensa Nacional / Secretaría de Marina (Sedena/Semar), Secretaría de Salud, Seguro Popular (SSa), Sector Privado u Otros. Los niños fueron identificados como participantes en programas sociales si recibían beneficios del Programa Oportunidades o Liconsa.

El peso y la talla fueron medidos con métodos validados y estandarizados.19,20 El IMC se calculó usando el peso y la talla21 y fue categorizado como normal, sobrepeso y obesidad, de acuerdo con los criterios de la OMS.20,21

 

Anemia

La concentración de hemoglobina (Hb) se midió en sangre capilar usando un fotómetro portátil (HemoCue, Angelholm, Sweden).

El diagnóstico de anemia se hizo usando los criterios de la OMS,22 ajustando la Hb por altitud.23 Los puntos de corte fueron: niños 12-59 meses: <110 g/L, 5-11 años de edad: <115 g/L, adolescentes hombres 1214 y mujeres mayores de 12 años: <120 g/L; hombres mayores de 15 años: <130g/L.

 

Análisis estadístico

Las características descriptivas de la muestra se presentan como frecuencias (%) con sus respectivos intervalos de confianza al 95%. Para describir las tendencias entre las encuestas se calcularon mediante la prueba de diferencia de proporciones, estimando el valor p ajustado por el efecto de diseño de cada encuesta. Se emplearon modelos de regresión logística para estimar el riesgo de anemia de la ENSANUT 2012 ajustando por confusores (sexo, edad, ICB, IMC, área urbano/rural, región geográfica, indigenismo, beneficiario de Oportunidades y Liconsa y afiliación a los servicios de salud). La heterogeneidad de efectos por sexo y edad se probó en el grupo de adolescentes.

Las significancia estadística fue una α=0.05 y α=0.1 para las interacciones. Todos los análisis fueron ajustados por el diseño de muestreo de cada encuesta, utilizando el módulo SVY en STATA SE v12 (College Station, USA).

 

Ética

Las tres encuestas fueron aprobadas por el Comité de Ética, Investigación y Bioseguridad del Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, México. Las cartas de consentimiento informado fueron firmadas por los padres de los participantes en los estudios y en el caso de niños escolares mayores de 8 años y adolescentes dieron su asentimiento informado.

 

Resultados

El tamaño de muestra para estimar la prevalencia de anemia en la ENSANUT-2012 fue 7 570 niños menores de 5 años, 13 866 de 5 a 11 años y 11 638 de 12 a19 años.

Debido a que en algunos grupos señalados el tamaño de muestra fue insuficiente para establecer si los cambios eran significativos, estos resultados deberán ser interpretados con cautela.

 

Preescolares

La prevalencia nacional de anemia en menores de 5 años fue de 23.3% (IC95% 21.8-24.8), la mayor prevalencia ocurrió en el grupo de 12 a 23 meses (38.3% IC95% 34.9-41.8) (figura 1). No se observaron diferencias en la prevalencia de anemia entre los niños del área urbano/rural, región geográfica, indigenismo, IMC, ni por ser beneficiario de Oportunidades y Liconsa (cuadro I). Los niños del quintil más bajo de ICB presentaron mayor prevalencia en comparación con los del quintil más alto (28 vs 19.3%) (figura 2).

Entre 2006 y 2012 se observó una disminución de 3.5 pp en la prevalencia nacional de anemia (p<0.001) (figura 1), la disminución fue significativa en todos los grupos de edad (p<0.001).

Los preescolares de la zona norte, centro y Ciudad de México no mostraron cambios en la prevalencia; los de la zona sur disminuyeron 5.3 pp (p=0.002), los de zonas urbanas 3.6 pp, (p=0.023) y los de zonas rurales 3.2 pp, (p=0.062).

Los niños indígenas no mostraron cambios en su prevalencia mientras que los no indígenas tuvieron una disminución de 3.9 pp (p=0.061). Los beneficiarios de Oportunidades, mostraron una disminución de 5 pp (p=0.005); los niños del Programa Liconsa no mostraron cambios en el periodo 2006-2012. No se observaron cambios estadísticos en la prevalencia de anemia por afiliación a los servicios de salud (cuadro I).

Entre 1999-2012 la prevalencia de anemia nacional disminuyó significativamente (-8.3 pp, p<0.01); la mayor disminución ocurrió en el grupo de 12 a 23 meses de edad (-16.6 pp, p<0.001), los niños indígenas (-14.3 pp, p<0.001) y los beneficiarios de Oportunidades (-13pp, p<0.001) (cuadro I).

En un modelo de regresión logística, los preescolares del tercil más bajo del ICB tuvieron mayor riesgo de anemia comparado con los del tercer tercil (OR=1.76; IC95% 1.0-1.76); en los preescolares a mayor edad, menor probabilidad de anemia (OR=0.62; IC95% 0.57-0.68) (cuadro II).

 

Escolares

En los niños de 5 a 11 años, la prevalencia nacional de anemia fue de 10.1% (IC95% 9.3-10.9) (figura 1). La mayor prevalencia de anemia ocurrió en los de 5 años (18.3%), en comparación con las otras edades. No hubo diferencias entre los urbanos/rurales, por región geográfica, indigenismo, ni por ser beneficiarios de Oportunidades y Liconsa. Los niños con sobrepeso presentaron menor prevalencia comparados con los de IMC normal (p<0.001) (cuadro I). Los escolares del quintil más bajo de ICB tuvieron mayor prevalencia que los del quintil más alto (figura 2).

Entre 2006 y 2012 la prevalencia nacional de anemia disminuyó 3 pp (p<0.001) (figura 1). Tal disminución fue significativa en todos los grupos de edad, para los niños urbanos y rurales y en las regiones norte, centro y sur, (p<0.05).

Los niños escolares indígenas y los beneficiarios de Oportunidades y Liconsa no mostraron cambios en su prevalencia de anemia.

Los beneficiarios del IMSS disminuyeron la prevalencia de anemia en 2.9 pp (p=0.048), los del Seguro Popular 2.4 pp (p=0.017) y los del ISSSTE 6.2 pp (p=0.014); los niños escolares que no tenían afiliación no presentaron cambio (cuadro I).

Entre 1999 y 2012 la prevalencia nacional de anemia en escolares disminuyó -5 pp (p<0.001). Tuvieron mayor disminución los niños indígenas (-7.5 pp), los beneficiarios de Liconsa (-7.2 pp) y de Oportunidades(-6.4pp) (p<0.005) (cuadro I).

En un modelo de regresión logística, los escolares de la región norte presentaron mayor riesgo de anemia comparados con los de la región centro (OR=1.39; IC95%; 1.10-1.77). Los niños con sobrepeso presentaron menor riesgo comparados con los de IMC normal (OR= 0.70; IC95% 0.51-0.94). La edad fue un factor protector para riesgo de anemia (OR= 0.81; IC95% 0.77-0.85). Los niños afiliados al ISSSTE y a "Otros servicios de salud", presentaron menor riesgo en comparación con los no afiliados a algún servicio de salud (OR= 0.59 y OR=0.22, respectivamente) (cuadro II).

 

Adolescentes

La prevalencia nacional de anemia en adolescentes fue de 5.6% (IC95% 4.9-6.4), siendo mayor en las mujeres (7.7%) que en los hombres (3.6%) (figura 1). La prevalencia de anemia no fue diferente por área urbano/rural, región geográfica, indigenismo, ni por beneficiarios de Oportunidades y Liconsa (p>0.05). Los adolescentes obesos presentaron menor prevalencia de anemia comparados con los de IMC normal (3.9% vs 6.1%, p=0.003)(cuadro III). Los adolescentes del quintil más bajo de ICB tuvieron una prevalencia mayor que los del quintil superior (figura 2).

Entre 2006 y 2012 se observó una disminución de 3.6 pp en la prevalencia nacional de anemia (p<0.001) siendo similar en hombres y mujeres (figura 1). La disminución de la prevalencia fue significativa en todas las edades excepto en los de 12 y 17 años.

Los adolescentes del área urbana, rural, de las regiones norte, centro y sur, así como los indígenas y beneficiarios de los programas Oportunidades y Liconsa, mostraron reducciones significativas en la prevalencia de anemia (p<0.001). La mayor reducción se observó en los adolescentes de 14 y 15 años (-6 y -4.9 pp, p<0.001), con obesidad (-5.9 pp, p<0.001); indígenas (-5.6 pp, p<0.001), beneficiarios del ISSSTE e IMSS (-4.8 y -4.7 pp, respectivamente, p<0.05), y los que no tenían ninguna afiliación (-4.5 p<0.001) (cuadro III).

En el modelo de regresión logística, se observó que en las mujeres, a mayor edad el riesgo de anemia aumentó comparado con los hombres (OR =1.29). El riesgo de anemia fue mayor en adolescentes del tercil más bajo de ICB comparados con los del tercil alto (OR=1.59). Los adolescentes obesos tuvieron menor riesgo comparados con los de IMC normal (OR=0.63) (cuadro II).

 

Discusión

La anemia continúa siendo un problema grave en México a pesar de haber disminuido 16.6 pp en los últimos 13 años en niños menores de 2 años. Este grupo es el de más alto riesgo para anemia ya que aproximadamente 50% se debe a deficiencia de hierro.11 En la población más vulnerable de los niños de 6 años y en los escolares, como los indígenas, los del tercil más bajo del ICB y los beneficiarios de Liconsa, no mostraron ningún cambio en la prevalencia de anemia.

Los resultados de este estudio plantean la necesidad de vigilar la focalización de los programas de ayuda alimentaria y fortalecer a las instituciones de salud para la detección temprana de la anemia.

La anemia por deficiencia de hierro es responsable de un mal desarrollo intelectual que resulta irreversible si no se trata antes de los dos años de edad.6 La anemia por deficiencia de hierro en México es la principal causa nutricional de la anemia y se asocia con la pobre ingesta de tejidos animales, que son fuentes de hierro biodisponible (heme) y a la alta ingesta de maíz, con un alto contenido de fitatos que inhiben la absorción de hierro (no-heme).11

El problema es también importante en las mujeres adolescentes y que aumentará en la edad adulta por la pérdida de sangre menstrual y durante el embarazo.24 Esta deficiencia seguirá siendo un mecanismo para perpetuar la pobreza, ya que una alta proporción de estas adolescentes se embarazaran a temprana edad, concibiendo hijos que desarrollan anemia y deficiencia de hierro,25-27 además de las consecuencias propias de la anemia en estas mujeres jóvenes.28,29

 

Recomendaciones

Es importante la educación de las madres para incentivar el consumo de alimentos con hierro biodisponible, particularmente en los niños menores de 2 años, promoviendo la ablactación (a los seis meses de edad) con alimentos con hierro biodisponible y alimentos que favorecen su absorción y utilización, como los que tienen alto contenido de vitaminas C, A y ácido fólico.29,30

Es necesario que las condiciones de bienestar social mejoren en las comunidades más pobres, ya que redundará en las condiciones de salud y nutrición de sus miembros. Es necesario motivar e incentivar a las madres a que cumplan las recomendaciones para el consumo de los alimentos fortificados distribuidos por Oportunidades y Liconsa ya que han contribuido a una importante reducción de la prevalencia de anemia en los niños.13,14

Es necesario que las instituciones de salud tengan mayor información para la detección temprana de la anemia en los niños y población de mayor riesgo, además de proporcionar información nutricional al personal de primer contacto (médicos, enfermeras) para orientar nutricionalmente a sus pacientes.

Resulta necesario implementar programas de intervención para las mujeres adolescentes para combatir la anemia, como una estrategia para detener y combatir el desarrollo intergeneracional de la anemia.

 

Agradecimientos

Agradecemos la colaboración de Eric Mauricio López por facilitar el acceso a las bases de datos de las encuestas utilizadas en este estudio.

 

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Fecha de recibido: 20 de noviembre de 2012
Fecha de aceptado: 7 de enero de 2013

 

Autor de correspondencia:
Dr. Salvador Villalpando
Centro de Investigación en Nutrición y Salud
Instituto Nacional de Salud Pública
Av. Universidad 655, col. Santa María Ahuacatitlán. 62100 Cuernavaca, Morelos, México
E-mail: svillalp@insp.mx

 

Declaración de conflicto de intereses: Los autores declararon no tener conflicto de intereses.