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Gaceta médica de México

On-line version ISSN 2696-1288Print version ISSN 0016-3813

Gac. Méd. Méx vol.160 n.6 Ciudad de México Nov./Dec. 2024  Epub Feb 07, 2025

https://doi.org/10.24875/gmm.24000281 

Salud pública y sociología médica

Religión y razón poética en María Zambrano. Apuntes para la formación médica

Religion and poetic reason in María Zambrano. Notes for medical training

Alain R. Rodríguez-Orozco1 

1Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas “Dr. Ignacio Chávez”, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, Michoacán, México


Resumen

La razón poética fue un método formulado por María Zambrano para acceder a un saber consolidado que integre lo racional e irracional de la existencia. Para el sustento de su propuesta, la filósofa se apropió de las experiencias obtenidas con la lectura de textos religiosos de varias tradiciones. El objetivo de este ensayo es comentar los puntos de contacto de María Zambrano con la tradición religiosa precedente que pudieron estar implicados en el sustento de su razón poética, cuya aplicabilidad se propone en la formación médica. La filosofía de la experiencia planteada por María Zambrano apuesta a la defensa de varias racionalidades, y se apoya en el papel de la experiencia individual y social en la construcción del conocimiento, así como en una ética humanista que destaca por sus vínculos con la interculturalidad, la tolerancia y la esperanza, incluso en época de crisis. La identificación con el sufrimiento del otro que acompañó la filosofía compasiva de Zambrano es la identificación plena no solo con el dolor del otro, sino también con el estado del ser histórico.

PALABRAS CLAVE Formación médica; María Zambrano; Razón poética; Religión

Abstract

Poetic reason is a method proposed by María Zambrano to access consolidated knowledge that integrates the rational and irrational of existence. To support it, the philosopher appropriated the experiences acquired through reading religious texts from various traditions. The objective of this essay was to comment on María Zambrano's points of contact with the preceding religious tradition that could intervene in the support of her poetic reason and finally propose its applicability to medical training. The philosophy of experience proposed by María Zambrano is committed to the defense of various rationalities and is based on the role of individual and social experience in the construction of knowledge and on a humanist ethic that stands out for its links with interculturality, tolerance and hope even in times of crisis. The identification with the suffering of the other that accompanied his compassionate philosophy is the full identification not only with the pain of the other, but also with the state of the historical being.

KEYWORDS Medical training; María Zambrano; Poetic reason; Religion

Introducción

En Hacia un saber sobre el alma, María Zambrano (filósofa nacida en Vélez, Málaga, España, el 22 de abril de 1904 y fallecida en Madrid el 6 de febrero de 1991) expone qué ha conducido su filosofar: la razón mediadora y la poética, siendo esa última la que ayudaría a la revelación del hombre en su vida.1 La razón poética es un método propuesto por María Zambrano para alcanzar un saber consolidado que integre lo racional e irracional de la existencia.2

Molina Aragüez, en su tesis doctoral intitulada María Zambrano: el carácter mediático de la piedad y del amor en la realización de la persona, relaciona la razón poética con el ordo amoris de Max Scheler, que reclama un orden del corazón, un orden del alma, y con el amor Dei intelectualis de Spinoza, que en su ética miraba las pasiones del alma para encontrar con ellas, como instrumento, una vida feliz.3

Zambrano interpretó la crisis europea que le tocó vivir como el fracaso de la sociedad occidental, presa del racionalismo fundamental con el que habían florecido los absolutismos y regímenes totalitaristas. Para enfrentarlos, propone una metafísica que restaure la esperanza a partir de la expansión de los límites de la razón. Con su razón poética, la insigne malagueña plantea un método filosófico que concilie el razonamiento con otras formas de obtener conocimiento, como la intuición o la revelación, que permita el acceso a lo sagrado y a la interpretación del lenguaje de las entrañas de aquello que es visible con los ojos posados en la relación constitutiva del ser humano con lo sagrado, y que le permita trascenderse, enriquecer su propia historia con renacimientos que complementen su inacabado ser y, por tanto, permitan su continuo crecimiento en sus habilidades y capacidades humanas.

María Zambrano apuesta al valor primigenio de la vivencia sobre la elaboración del concepto para interpretar la realidad y al restablecimiento de la dignidad humana aun en época de crisis, y al despliegue del amor y la compasión para vencer la intolerancia y los absolutismos. También destaca el necesario desarrollo de un humanismo sustentado en el desarrollo continuo del ser social a partir de las interpretaciones de sus vivencias, inconforme con su nacimiento incompleto, un ser bienaventurado con ansias de libertad, un ser que a través de la esperanza se permita rebasar a la tragedia y al destino fatal al que la historia le condena.4

En el presente ensayo se exploran los puntos de contacto de María Zambrano con la tradición religiosa precedente que pudieron estar implicados en el sustento de su razón poética y, finalmente, se propone su aplicabilidad a la formación médica.

La herencia mística en María Zambrano

María Zambrano criticó la incompetencia de Occidente para acceder a las verdades con el único concurso de la razón. En Claros del bosque, la filósofa malagueña comenta la obtención de saberes a través de experiencias de revelación y presenta un método para vivir la experiencia. Recursos similares fueron empleados por Santa Teresa en Las moradas y Vida. El empleo de metáforas poéticas de San Juan de la Cruz como la “llama” y “la noche oscura”, y el uso frecuente de la paradoja y del oxímoron son ejemplos también del impacto de la mística en María Zambrano. De Santa Teresa existen referencias intertextuales a los términos metafóricos “vivir fuera de sí” y “vivir muriendo”. Su razón poética también recuerda la inefabilidad en los místicos.5 Como sucede en San Juan de la Cruz, en la poesía mística musulmana, representada entre otros por Ibn Arabi de Murcia e Ibn al-Farid, las palabras pueden tener sentidos ilimitados e impresiones destinadas a la traducción suprema por Dios.5,6

María Zambrano comparte con Santa Teresa el interés por la exploración de la interioridad del ser a través de recursos psicológicos como el autoanálisis y su preocupación por el destino social.5 El simbolismo del corazón y las entrañas, tan frecuentes en la obra zambraniana, es un referente a la necesidad de incluir las experiencias sensibles en la relación con otras personas para alcanzar la unidad del ser. Comenta Zambrano que las entrañas es la metáfora que capta —con más fidelidad y amplitud que el moderno término psicológico “subconsciencia” — lo originario, el sentir irreductible, primero del hombre en su vida, su condición de viviente.7

El corazón como entraña receptora de lo sensible es interpretado por Zambrano como sigue:

  • …el corazón es el vaso del dolor, puede guardarlo durante un cierto tiempo, más inexorablemente luego, en un instante lo ofrece. Y es entonces cáliz que todo el ser de la persona tiene que sorberse. Y si lo hace lentamente con la impavidez necesaria, al difundirse por las diversas zonas del ser comienza a circular con el dolor, mezclada a él, en él, la razón.7

No hay un rechazo a la razón, hay un complemento de esta porque el hombre no es solo accesible a través de la razón. La metáfora zambraniana de las entrañas conduce a otra que fue una de las más significativas de la mística: “la nada”. Según la filósofa de Vélez, “la nada apareció en los místicos como la resistencia a vencer”, así fue en San Juan de la Cruz y Miguel de Molinos y, además, señala que “esa amenaza, si es última solo puede provenir del propio Dios”. También propone que “la resistencia al ser propio del hombre es la nada, y la nada en Dios, lleva a Él; dejarse caer, hundirse en la nada es hundirse en el fondo secreto de lo divino”…, “al aceptar la nada, el infierno se anula, carece de entidad”.7 En congruencia con Miguel de Molinos, Zambrano concluye que “la aceptación quietista de la nada descubre una intercambiabilidad entre lo divino y lo diabólico”.6 Impresiona que para Zambrano, la integridad del ser es rescatable luego de su acceso a la nada, así lo comenta en El hombre y lo divino cuando enuncia que lo sagrado en su máxima resistencia está contenido en la nada.7

Es destacable también en Zambrano, su interés por la recuperación de géneros literarios asociados a la mística como las confesiones, las guías espirituales y las meditaciones, por la transparencia con la que representaban los saberes vivenciales de sus autores y por su valor instrumental, porque permitían a sus autores señalar caminos para alcanzar metas espirituales y el bienestar. La excelsa malagueña admiró estas formas narrativas en Santa Teresa, Miguel de Molinos y en San Juan de la Cruz.8 En el ensayo La nada como ejercicio creador. La Guía espiritual de Molinos en Zambrano y Valente, se incluye una cita de María Zambrano que aparece en su ensayo Miguel de Molinos reaparecido, en la que reconoce a la mística como forma de pensamiento que se ejerce respecto a “lo impensable”, “lucha con lo indecible, el pensamiento con lo impensable, como la fe con lo increíble y el amor con la opacidad.”9

María Zambrano reconoce que en la mística existe una unidad profunda entre poesía, filosofía y religión, una suerte de religión poética. Antecedentes de esta fusión tripartita había sido reconocida por la filósofa española en sus estudios sobre La Divina Comedia y en los presocráticos.10

El budismo en María Zambrano

Dos autores muy citados por Zambrano se interesaron en el budismo: Unamuno y Manuel Machado. Otras influencias del budismo en María Zambrano pudieron estar relacionadas con las lecturas de Ortega, Nietzche y Heideger.11

El sentir zambraniano de la nada, como quedarse vacío y deshacerse de las máscaras, y su idea de la compasión tienen relación con postulados budistas que consideran la nada como una de las bases para alcanzar el estado de nirvana, el sunyata (vacuidad), y la compasión como la capacidad de identificación con el dolor ajeno, interpretado en ocasiones como piedad.12

La piedad fue uno de los temas más trabajados por María Zambrano. Para la gran pensadora, “la piedad constituye el impulso creador de una nueva manera de pensar lo divino y las relaciones humanas.”12 Su filosofía estuvo siempre próxima a los afectos y encontró en la exploración constante de estos, una vía para acceder al conocimiento unitario del ser, a través del anhelado reencuentro entre poesía y metafísica.

En Claros del bosque, María Zambrano se refiere a un silencio compatible con el silencio del zen, un silencio “en la mente, de la ausencia de palabras, para sin ellas poder suspender el juicio. Con el juicio en suspenso, no formulado, estamos libres para recibir en su plenitud y en sus propios términos aquello que se nos presenta”.13

El ser uno con el otro acompañó su filosofía compasiva y comprensiva con la otredad, es la identificación plena no solo con el dolor del otro, también con el estado del ser histórico. Así propone una postura de identificación con el ser histórico en su devenir y también una identificación plena con el aquí y el ahora del otro como complemento a uno mismo.

Chantal Maillard comenta que el despertar en María Zambrano constituye una “exigencia de transformación que demuestra la ambivalencia de la conciencia”, “ese su poder de disociación que de por sí supone y apunta a una unidad esencial”. La desaparición de los límites entre objetividad y subjetividad en María Zambrano es otro punto de contacto con el budismo zen.14 Propone Maillard:

  • La coincidencia con el objeto en su devenir, en su ser-lo-que-es, parece negarle al sujeto la posibilidad de su expresión. Saber (ser-con) es enmudecer...

  • En este caso el «justo medio», el medio efímero del encuentro, aquel en el que los conceptos de subjetividad y objetividad dejan de tener sentido, es un acto: el «darse cuenta».

  • ... vislumbrar aquello en/con lo que está, o mejor dicho, en/con lo que está siendo. Para el Zen esto se llamaría satori, para Zambrano se llama «despertar».14

La tradición judeo-árabe en María Zambrano

El contacto de María Zambrano con la tradición judía es extenso. Por mencionar algunos ejemplos, en sus obras están las referencias al Génesis y al Libro de Job, así como las reflexiones sobre Maimónides y Spinoza. Zambrano también hizo numerosas referencias al árbol de la vida, a la sierpe, al gnosticismo ofídico judío y a profetas como Josué y Ezequiel.15

Tanto Maimónides como María Zambrano se interesaron en buscar caminos para lograr la comunicación entre la filosofía y otras formas de manifestación del pensamiento como la mística, la religión, la ciencia y la experiencia. De la Guía de perplejos (Môrèh Ne Bûkîm), de Maimónides, Zambrano elogió que se trata de una experiencia capaz de transformar vidas y que, a diferencia de la filosofía, va dirigida a alguien y es una forma del saber de la experiencia. En la introducción, Maimónides hace también uso de un estilo epistolar, a manera de una “carta dedicatoria” a su discípulo R. Yosef b. R. Yehudah ibn Sham'un.15

Zambrano también aplaude en Maimónides la idea de pretender sistematizar el conocimiento en la Guía de perplejos sin llevarlo al rango de ciencia, pero en definitiva trata de develar nuevos saberes que acercan al hombre a aspectos cotidianos de la existencia y de acercar a este a un modelo aspiracional que represente a la ansiada unidad del ser en comunión con su origen divino. Zambrano opina que la perplejidad señalada por Maimónides se refiere a un estado de conocimiento sobrado, “que deslumbra y no penetra”, y que el perplejo siente que el centro de su ánimo es algo similar a lo que los místicos llaman el centro del alma.15

Zambrano recibió una temprana influencia del sufismo a través de su padre y de Miguel Pizarro. Comentó la obra de René Guenón y leyó con pasión a Louis Massignon, lo cual dejó entrever en una carta a Lezama Lima. También en su obra es posible identificar símbolos propios de la tradición islámica como la aurora, que relacionó con el despertar al alba y con el mayor grado de recepción de la experiencia sensible, así como otros empleados por esta tradición pero que no son restrictivos de esta, como la balanza, la perla y la llama.16

En Hacia un saber sobre el alma, Zambrano se refiere a la Guía de perplejos cuando admite la necesidad de un guía para el camino espiritual, y en Claros del bosque hace alusión a un guía no perceptible “que pide ser seguido, y luego se esconde detrás de la claridad”. En acuerdo con Zambodi, “un guía que podemos seguir con las imágenes que el corazón crea”. También hay referencias a este texto en Notas de un método.16

Cuando en Persona y democracia Zambrano enuncia que “la dimensión del ser y del estar no son reducibles a la narración histórica”, según Zambodi existe relación con la tradición islámica que considera que el mundo de las visiones sensibles no pertenece a la narración histórica de los hechos.16 Finalmente, la idea del corazón como potencia creadora, señalada por Corbin en textos de Ibn’Arabí, una potencia que excede la relación sujeto-objeto,16 es congruente con el sentir generado desde las entrañas en el que Zambrano insistió.

La idea de que “conocemos las cosas en cuanto las conocemos en Dios” fue señalada también por Zambrano al referirse a la salvación del individuo en Baruch Spinoza (Espinosa). De nuevo, el pensamiento zambraniano se dirige al rescate de la unidad absoluta del ser que solo es posible cuando se accede a lo divino.

  • El salvarse, en Espinosa, es salvarse de la separación y de la aparente falta de necesidad del individuo, dejar la singularidad como modo de ser para retraerse a la unidad absoluta; salvarse del transcurrir, que es un padecer, para llegar al reposo en el ser absoluto.17

María Zambrano y la tradición cristiana

El lenguaje de María está cargado de metáforas, y el desprendimiento es una de ellas en el sentido de desgajamiento y caída. Un hombre creado a imagen de Dios sería un primer desprendimiento.18

Existen similitudes entre San Agustín y María Zambrano respecto a las vías para acceder al conocimiento. Se ha propuesto que para San Agustín, al conocimiento se accede a través de:

  • ... una intuición sensible, que nos manifiesta a través de los sentidos externos la realidad física que nos rodea; una intuición intelectual, que nos comunica los primeros principios y verdades eternas; y una capacidad de razonamiento, que nos permite juzgar de lo que nos es dado en la intuición tanto sensible como intelectual a partir de los principios que la propia intuición intelectual nos comunica. A la intuición sensible la podemos llamar experiencia y a la intuición intelectual María Zambrano la llama “revelación”. “El racionalismo — dice esta filósofa —se alza, precisamente, en oposición contra la revelación, y en algunas de sus extremas formas, hasta contra la humilde revelación diaria de la intuición”.19

María Zambrano desarrolla la idea agustiniana de la búsqueda de la presencia divina en lo más profundo del ser, en su intimidad, porque allí radica su relación con Dios: “no quieras derramarte fuera, entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad; y si hallares que tu naturaleza es mudable, trasciéndete a ti mismo”.20

Los presocráticos en María Zambrano

En los sofistas, la palabra, aún sagrada en los presocráticos, se convirtió en política y se mercantilizó,21 y este acto de desacralización terminó reduciendo los significados de la palabra, entonces filosofía y poesía dividieron sus caminos.21

“Filosófico es preguntar y poético el hallazgo”.7 María se regocija de la etapa de la filosofía griega en la que filosofía y poesía vivían en comunión (etapa presocrática). La libertad hallada por la acción poética de configurar las imágenes divinas fue aprovechada por la filosofía griega.7 Zambrano propone como momentos esenciales de la relación entre poesía y filosofía a los siguientes: el surgimiento de la pregunta filosófica, el reconocimiento de la realidad poética del ápeiron, la unidad entre filosofía y poesía en Heráclito, Parménides y Empédocles, y, finalmente, la denuncia de la mentira de la poesía por Platón,7 con la que se concreta, según la filósofa española, “la condenación de la poesía”.11

La filosofía en Parménides mostraba la unidad del ser. Zambrano propone que en este filósofo acaece la enunciación en clave de “revelación”. En él, “la inspiración poética realiza un descubrimiento filosófico”;7 y en Anaximandro, “la pregunta nacida de la actitud filosófica realiza un descubrimiento poético”. Era tal la unicidad del pensamiento y el fondo sagrado de la enunciación, que la palabra solía resistirse a ser cuestionada por otros que no fueran poetas y/o filósofos. El acto de la enunciación impresionaba por contextualizarse en un aire impregnado por lo mágico y lo sagrado.

Apuntes para la formación médica

La deficiente comunicación médico-paciente de la que hoy somos testigos, alentada por la tecnologización y mercantilización de los servicios médicos, continúa alejando a nuestros egresados de hacer una medicina con mayor compromiso social. Por eso no debe continuar desestimándose la riqueza que propician las humanidades médicas en la formación de los futuros galenos. La interpretación del pensamiento religioso de los pacientes eleva la capacidad del médico para desarrollar tolerancia, y permite dirigir una mirada compasiva hacia ellos. La aplicación de la razón poética zambraniana al arte de ejercer la medicina justifica lo deseable de la incorporación de aprendizajes que no pueden ser obtenidos con el único concurso del método científico, pero importantes para enriquecer la calidad de la empatía y la profundidad de la compasión de los médicos hacia sus pacientes.

La filosofía de la experiencia planteada por María Zambrano apuesta a la defensa de varias racionalidades y se apoya en el papel de la experiencia individual y social en la construcción del conocimiento. La identificación con el sufrimiento del otro que acompaña a su filosofía compasiva es la identificación plena no solo con el dolor del otro, también con el estado del ser histórico.

Para acceder al yo se requiere de un lenguaje distinto que rebasa a la razón.

  • ... en lo profundo, nace una forma de la luz que sólo puede ser observada bajo condiciones especiales y que podría definirse como una claridad en sombra... lejos de conceptos y de significados, palpita el sentido último o primario que sostiene a las palabras.22

Tradicionalmente, la corriente hegemónica de la medicina occidental ha infravalorado los saberes provenientes de la herbolaria que practican los curanderos locales, también aquellos que vienen de la medicina tradicional indígena, y los saberes provenientes de las religiones de las minorías. Los egresados de la mayoría de las escuelas de medicina de Hispanoamérica y Brasil reciben insuficientes conocimientos en estas áreas. Sin embargo, no pocos llegan a practicar en comunidades en las que estas prácticas son no solo ampliamente aceptadas, sino preferidas sobre la alopatía, por su menor costo y por la amplia experiencia transmitida en generaciones a través de curanderos locales, matronas, chamanes y líderes religiosos. Una pedagogía que retome elementos de la epistemología crítica y que se enriquezca con el auxilio de las humanidades médicas podría contribuir a mejorar la tolerancia y a la formación de médicos más activos como actores sociales.23

La razón poética zambraniana lleva inmersa una ética con la que se critica al racionalismo, al individualismo y a los totalitarismos; confía en la esperanza que aflora en épocas de crisis para dar causes a la libertad, una que al menos en lo narrativo disponen los actores sociales. María Zambrano insiste en lo limitado de la razón de la modernidad, que compara con un “infierno de luz”, castrante, carente de lo humano y lo divino. Con su razón poética, propone una dilatación de la razón vital de Ortega y Gasset, para asirse a una dimensión más compasiva, que permita dialogar con las formas para obtener conocimiento que no emplean el método científico, como la intuición, la inspiración y la revelación, una herramienta para dar cauces a la esperanza en medio de las crisis y que sustenta que la construcción del ser social se nutre con las experiencias vitales, independientemente de las fuentes de las que estos aprendizajes provengan, al punto de experimentar varios nacimientos de su condición humana. Así, el pensamiento científico puede dialogar con la intuición y con la revelación para dilatar la razón; el amor, la religión, la compasión y la poesía son medios para facilitar esta tarea. Zambrano sustenta su filosofía vital en un pensamiento religioso que rechaza el tradicionalismo y el dogmatismo y que se nutre de la experiencia; también confía en una libertad que jamás será individualista sino participativa, abierta al necesario intercambio para renovar el espíritu.24

María Zambrano propone una filosofía de la salvación que se actualiza y autoconstruye con el concurso de la vivencia y que constituyó una respuesta esperanzadora al periodo de crisis en Europa que le tocó vivir; su razón poética es compasiva, confía en la exploración del sentir y la expansión de los valores humanos con la participación del otro.25 Acceder a lo más íntimo de los sentimientos, aquello que habita en las entrañas, según María Zambrano, requiere nutrirse de las experiencias del contacto con los otros, en particular con quienes sufren. Para ello, la interpretación de la religión, del arte y la cultura, y de la historia y la filosofía, permite acceder a saberes para adentrarnos a un ámbito consustancial con lo humano, que María identifica con lo sagrado, y apropiarse de la revelación para expandir la razón. Zambrano reconoce el papel primigenio de la vivencia y no del concepto en la elaboración del conocimiento, y defiende que lo sagrado es el fondo de la realidad previo a la conciencia y habita en las entrañas del ser humano,25 e interpretar el lenguaje de las entrañas permite acceder a lo divino.

Acceder a los implícitos del enfermo requiere disponer de herramientas para explorar sus cosmovisiones, su cultura y religión, y ofrece caminos para desarrollar la compasión y la tolerancia. Aprender a madurar las emociones para el médico y desplegar una visión compasiva y tolerante hacia el enfermo, puede implicar para este, trascender y crecer bajo la abrigadora mirada de la otredad. Por otro lado, el médico actualiza su práctica cotidiana con las vivencias propias y con las de sus pacientes. Aprender a reconocerse a sí mismo bajo la atenta mirada del enfermo permite crecer en lo profesional y en lo humano; ayuda a enfrentar la inmadurez del ser, que nos es otorgada al nacer.

Zambrano interpretó la crisis europea que le tocó vivir como el fracaso de la sociedad occidental, presa del racionalismo fundamental con el que habían florecido los absolutismos y regímenes totalitaristas; para enfrentarlos plantea una metafísica que restaure la esperanza a partir de la expansión de los límites de la razón. Con su razón poética, la insigne malagueña propone un método filosófico que concilie el razonamiento con otras formas de obtener conocimiento como la intuición o la revelación, que permita el acceso a lo sagrado y a la interpretación del lenguaje de las entrañas, de aquello que es visible con los ojos posados en la relación constitutiva de lo sagrado con el ser humano, y que permita a este trascenderse y enriquecer su propia historia con renacimientos que complementen su inacabado ser y, por tanto, permitan su continuo crecimiento y el desarrollo de sus habilidades y capacidades. Apuesta al valor primigenio de la vivencia sobre la elaboración del concepto para interpretar la realidad y al restablecimiento de la dignidad humana aun en época de crisis, y al despliegue del amor y la compasión para vencer la intolerancia y los absolutismos. También destaca el necesario desarrollo de un humanismo sustentado en el desarrollo continuo del ser social a partir de las interpretaciones de sus vivencias; inconforme con su nacimiento incompleto, un ser bienaventurado con ansias de libertad, un ser que a través de la esperanza se permita rebasar a la tragedia y al destino fatal al que la historia le condena.4

Tanto el aula como el consultorio son espacios para el intercambio de códigos entre individuos culturalmente distintos; religiones y cosmovisiones interaccionan bajo la interculturalidad y no es posible una comunicación efectiva sin desarrollar la tolerancia y la compasión, importantes propuestas de la ética zambraniana. La propia iglesia católica en Latinoamérica ha sugerido acciones misioneras y pastorales más incluyentes, que rebasen los planteamientos eurocentristas del credo; la teología de la liberación ha intentado modificar los métodos de catequización para dirigir acciones a grupos concebidos como alteridad, tal sucede con los indígenas y los oprimidos. Esta práctica de la teología ha llevado consigo un proceso de inculturación, de encarnación en la cultura del otro, y para eso es necesario establecer un diálogo entre individuos de culturas diferentes.26

En el escenario de la praxis médica sucede algo similar cuando los códigos y símbolos para la comunicación deben ser interpretados por personas cultural e ideológicamente diferentes; médico y paciente dialogan en un espacio multicultural en el que para la comprensión se requiere de un interés mutuo, de una voluntad para enriquecerse entendiendo al otro. Reconocer al otro como un similar, decodificar lo que expresa, reconocer y asimilar lo que su riqueza y diversidad intrínseca aporta constituye una apuesta al crecimiento del ser, congruente con la idea zambraniana de nutrirse con la extrañeza del otro como fuente de aprendizaje vivencial. Esto implica que se supere la idea de “ver al otro como un objeto del conocimiento y no como un sujeto de pensamiento propio”27 y, por tanto, es una apuesta por el establecimiento de una relación simétrica y de equidad durante el intercambio intercultural.

Conclusiones

La filosofía experiencial planteada por María Zambrano se nutrió con su interpretación del pensamiento religioso precedente, sin el cual no hubiera sido posible sustentar su razón poética. Esta filosofía plantea la expansión de la razón con formas de obtener conocimientos ajenas al método científico como la intuición y la revelación, y se apoya en el papel de la experiencia individual y social en la construcción del conocimiento y en una ética humanista, que se enriquece con las vivencias producto de la interacción social. Esta propuesta destaca por sus vínculos con la interculturalidad, la tolerancia y la esperanza, y es una clara apuesta al renacer continuo del ser bajo la compasión y la mirada cobijadora del otro. La identificación con el sufrimiento que acompañó a la filosofía zambraniana es la identificación plena no solo con el dolor del sufriente, sino también con el estado del ser histórico, con su trascendencia.

Discutir con los alumnos de medicina la necesidad de entender al hombre enfermo con argumentos que exceden la razón científica, de conocer cómo su religión y cultura influyen en sus criterios sobre la enfermedad y la sanación, ayuda a formar un profesional más compasivo, pero también crítico, uno que reactualice continuamente su praxis con interacción intercultural.

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FinanciamientoNinguno

Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. El autor declara que para esta investigación no realizó experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos. El autor declara que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado. El autor declara que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Uso de inteligencia artificial para generar textos. El autor declara que no utilizó algún tipo de inteligencia artificial generativa en la redacción de este manuscrito.

Recibido: 13 de Agosto de 2024; Aprobado: 21 de Octubre de 2024

Correspondencia: Alain R. Rodríguez-Orozco E-mail: alain.rodriguez@umich.mx

Conflicto de intereses

Ninguno.

Creative Commons License Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. Published by Permanyer. This is an open ccess article under the CC BY-NC-ND license