Hemos leído con gran interés la carta al editor en la cual citan nuestro trabajo “Niveles séricos de anticuerpos anti-Ro52/TRM21 en las variantes genéticas de SARS-CoV-2 en COVID prolongado. Más allá de las enfermedades autoinmunes”. Nos parece muy interesante la aportación del escrito, ya que durante el espacio de tiempo en que se realizó el estudio, las subvariantes de interés JN.1 y BA.2.86 (Pirola) no se habían presentado en nuestra población, lo cual hace complementarios los dos trabajos, y nos permite proponer a los niveles de anticuerpos anti-Ro52/TRIM21 como biomarcadores para el diagnóstico y pronóstico de los pacientes con COVID-19 y COVID prolongado. Hay que considerar que la variante Pirola BA.2.86, que desciende de BA.2, presenta más de 30 mutaciones que podrían afectar su infectividad y transmisibilidad, lo cual correlaciona con las diferencias en los niveles séricos de anti-Ro52, que oscilan en el rango de la variante Delta. En este sentido, en un futuro estudio de réplica sería importante analizar los perfiles aberrantes de citocinas que correlacionan con los anticuerpos anti-Ro52/TRIM2.
En la Sierra Sur de Oaxaca, el año pasado detectamos la subvariante XBB.1.5 (Kraken), causante de 49.1 % de las muertes mundiales por COVID-19 a finales de enero de 2023; sin embargo, no cuantificamos los niveles de anticuerpos. También detectamos la subvariante EG.5 (Eris), que desciende de XBB.1.9.2, subvariante de Omicron. EG.5.1, sublinaje que porta dos mutaciones de pico cruciales, F456L y Q52H, con la misma limitante. La subvariante BA.2.86 Pirola de SARS-CoV-2, identificada por primera vez en Dinamarca en agosto de 2023, se ha manifestado con un perfil de proteína spike significativamente mutada, lo que sugiere una mayor capacidad para evadir los anticuerpos inducidos por las vacunas y por la infección. Las observaciones preliminares indican transmisiones comunitarias de la subvariante, incluso entre personas previamente infectadas o vacunadas. En particular, la infección por BA.2.86 ha demostrado tener potencial para amplificar las respuestas de los anticuerpos, lo cual sería importante analizar en el marco de los anticuerpos anti-Ro.1-3
La vigilancia genómica continua, junto con estrategias epidemiológicas y de diagnóstico integradas, resulta crucial para la detección y el tratamiento tempranos. El surgimiento de BA.2.86 reafirma la naturaleza impredecible de la pandemia de COVID-19, y hace énfasis en la necesidad de investigación continua, adaptabilidad y colaboración global, por lo cual es relevante el documento que cita nuestro trabajo.