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Academia XXII

versión On-line ISSN 2594-083Xversión impresa ISSN 2007-252X

Academia XXII vol.12 no.24 Ciudad de México dic. 2021  Epub 26-Ago-2023

https://doi.org/10.22201/fa.2007252xp.2021.24.81584 

Artículos de investigación

Autoría, invisibilidad y fuentes en la historiografía de la arquitectura. Tras las huellas del arquitecto Alberto Le Duc

Authorship, invisibility and sources in the architectural historiography. Following the tracks of Alberto Le Duc

Catherine R. Ettinger Mc Enulty* 

* Facultad de Arquitectura, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. catherine.ettinger@umich.mx


Resumen

Este texto interroga el concepto de autoría en la historia de la arquitectura a través de un ejemplo: la obra de Alberto Le Duc, quien estuvo activo en México entre 1935 y 1955, con una carrera ligada al general Lázaro Cárdenas y una obra relevante y diversa, sobre todo en el estado de Michoacán. La revisión se basa en fuentes orales, bibliográficas, documentales y en una aproximación directa a los edificios, e ilustra las dificultades de dar seguimiento a un arquitecto que no dejó un archivo personal. Asimismo, se resalta la complejidad inherente al hablar de autoría en arquitectura cuando los documentos revelan roles distintos al de creador individual. Por lo anterior, este texto aborda nuevas y distintas aproximaciones metodológicas para conocer la autoría de la obra arquitectónica de Le Duc.

Palabras clave: historiografía de la arquitectura; arquitectura mexicana; Alberto Le Duc

Abstract

This article interrogates the concept of authorship in the history of architecture through the work of Alberto Le Duc, who was active in Mexico between 1935 and 1955, with a career linked to that of General Lázaro Cárdenas and an important, varied body of work, above all in the state of Michoacán. With a grounding in oral, bibliographic and documentary sources and a direct approach to the buildings, it illustrates the difficulties of following the tracks of an architect who did not leave behind a personal archive. Likewise, it emphasizes the inherent complexity of speaking of authorship in architecture when the documentation reveals roles other than that of the individual creator. This text therefore incorporates new, innovative methodological approaches in order to understand authorship in Le Duc’s architectonic work.

Keywords: architectural historiography; Alberto Le Duc; Mexican architecture

Introducción

En Michoacán se suele sobredimensionar la figura de Alberto Le Duc (1899-1994)1 al atribuirle prácticamente cualquier obra asociada a las gestiones del general Lázaro Cárdenas como gobernador del estado de Michoacán (1928-1932), presidente de México (1934-1940) o vocal ejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec (1947-1958). Le Duc, hermano mayor del reconocido arquitecto moderno Carlos Leduc Montaño,2 trabajó de manera cercana al general Cárdenas desde 1935, con mucha actividad en Pátzcuaro y Jiquilpan a finales de los años treinta, y en Apatzingán y poblados de Tierra Caliente a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta.

En este escenario, se le atribuía la construcción del hotel Posada de don Vasco, en Pátzcuaro, un hotel paradigmático de la región inaugurado en 1938. Le Duc estaba en Michoacán en la época, involucrado en la creación de escuelas y equipamientos culturales impulsados por Cárdenas. Sin embargo, no había ni un documento de archivo, plano firmado o placa que ayudaran a verificar que así fuera. Colgada en el hotel, hay una serie de fotografías del edificio durante su construcción, entre ellas, una de un hombre parado sobre la fuente del patio central, volteando hacia la obra. Al pensar que podría tratarse de Le Duc -lo que abonaría a la hipótesis de su autoría- se abordó el tema en entrevista con la gerente del hotel, quien aseguró que la fotografía era de un albañil que había participado en la construcción, para después quedarse como empleado.3 Varios meses después de descartar la autoría del hotel, el investigador Xavier Guzmán Urbiola, biógrafo de Carlos Leduc, compartió unos materiales que había recopilado con la familia Leduc durante su investigación sobre Carlos. Entre ellos apareció la misma fotografía, ahora confirmada como retrato del arquitecto. Así, de manera fortuita, una fotografía, y sobre todo su ubicación enmarcada y en la sala familiar, confirmaba la autoría.

Alberto Le Duc en el patio del recién construido hotel Posada de don Vasco en Pátzcuaro, 1938. Fotografía: cortesía familia Leduc. 

Más allá de ser una anécdota, este episodio alude al problema de la adjudicación de autoría en la historia de la arquitectura, sobre todo en casos donde no hay archivo profesional como punto de partida. Admite la necesidad de reflexionar sobre el tema de la autoría en arquitectura, de cómo se aduce hasta de su misma relevancia. Si bien, en la historia del arte hay más camino andado, en la historiografía de la arquitectura hay poco escrito sobre el tema de la autoría.

El presente trabajo pretende abonar a la discusión de la autoría en arquitectura a través de una experiencia puntual con la obra de Alberto Le Duc. Este arquitecto fue actor clave en la implementación del proyecto cardenista en Michoacán; participó en proyectos muy diversos, desde infraestructura y equipamiento escolar y hospitalaria, hasta equipamientos culturales, turísticos y las propias casas del general entre 1935 y 1955. A pesar de tener una obra relevante, Le Duc tenía nula visibilidad en la historiografía de la arquitectura mexicana de la posrevolución; esto probablemente se deba a la falta de un archivo profesional particular y de trazas en archivos públicos.4 De ser así, el rescate de su trayectoria y la construcción de una cronología de su obra ha tomado muchos caminos. Aunado a estrategias tradicionales como la realización de entrevistas, la búsqueda bibliográfica y documental, se recurrió a recorridos de campo, donde la lectura misma de los edificios permitió postular su autoría. Esta experiencia permite interrogar las fuentes en su relación con el reconocimiento de autoría.

Fuentes, autoría e invisibilidad historiográfica

El tema de la autoría ha sido central en la construcción de las historias de la arquitectura desde sus orígenes en el Renacimiento.5 A pesar de las propuestas de Jacob Burckhardt y su estudiante Heinrich Wölfflin tendientes a reconocer factores sociales, políticos y religiosos sobre de cuestiones artísticas o de autoría,6 las monografías de arquitectos y, más recientemente, de despachos, han formado la base para la elaboración de historias más complejas que atienden el tema de la arquitectura en relación con fenómenos sociales, políticos, económicos o de otra índole. Las cronologías y la presentación sistemática de datos básicos de obras asientan las bases para trabajos que abordan críticamente la historia de un periodo. Como señala Andrew Leach, “mucho de lo que llamamos historia ‘crítica de la arquitectura’ descansa en esta capa inicial, muchas veces dispareja, de investigación y análisis”.7 Tan importante es el trabajo monográfico que muchos arquitectos se preocuparon en vida por la publicación de su obra en colecciones parciales o de obras completas. Sin duda, el caso más conocido es de Le Corbusier, quien reunió su obra a lo largo de su carrera en ocho volúmenes que abarcan de 1929 a 1970;8 también, Richard Neutra realizó tres publicaciones consecutivas9 y sabemos que Frank Lloyd Wright promovió sus casas de la pradera a través del Wasmuth Portfolio.10 Sin descartar el deseo de promover el conocimiento de su obra a sus contemporáneos, es evidente que estas obras fueron claves para garantizar el lugar de los arquitectos en la historia de la arquitectura.

En la construcción historiográfica de la arquitectura, inclusive en recientes revisiones críticas, se privilegia a los autores con monografías de este tipo o a quienes dejaron archivo que permiten el seguimiento puntual de su obra. Como dice Leach, difícilmente se recomendaría a un estudiante emprender un estudio sobre “un arquitecto con pocos edificios existentes, ningún archivo conocido o cuerpo de arquitectura ‘en papel’, poca presencia en las revistas de arquitectura de su época”.11 Así, donde no hay archivo suelen pasar inadvertidas las contribuciones de los distintos actores que en conjunto dan lugar a la materialización de proyectos arquitectónicos. En relación con la arquitectura mexicana virreinal, esto se observa con claridad, donde ni esclavos ni indígenas tenían contratos, lo que dificulta documentar sus participaciones. Pero, para épocas recientes, la existencia o no de un archivo determina, en gran medida, quién aparece en la historiografía, más allá de la relevancia de su obra. Para el periodo de la posrevolución hay muchas ausencias que pueden relacionarse con esta falta de archivos o álbumes profesionales, que permitan dar seguimiento detallado a personajes que aparecen mencionados de manera tangencial en la literatura, aunque su trayectoria amerite atención para comprender el periodo. Es decir, la huella de un arquitecto en la historiografía no es la única medida de su relevancia.

En el presente texto, se retoman las fuertes críticas a la idea de autoría, emanadas de diversas disciplinas relacionadas, en gran medida, con el reconocimiento de la participación de artífices en la materialización de cualquier obra.12 Roger Chartier ilustró esta idea a través de la identificación de prácticas de escritura colaborativa antes de la consagración de “la obsesión por la mano del autor”.13 La autoría es un asunto complejo, particularmente en el caso de la arquitectura, donde el número de personas que intervienen en la materialización de una idea es enorme; va desde dibujantes, auxiliares en elaboración de proyectos y calculistas hasta los contratistas y trabajadores de la construcción. Los recientes trabajos de rescate de la participación de las mujeres en despachos -ya sea como dibujantes, administradoras, secretarias, esposas/socias y hasta clientes- ha revelado la complejidad del tema de la autoría y la importancia de reconocer a las múltiples manos que participan en la materialización de una obra.14

En síntesis, el trabajo monográfico que descansa sobre la idea de autoría no es el único camino para hacer historia de la arquitectura, aunque sí es una plataforma para trabajos críticos y complejos. Además, se reconoce la complejidad inherente en concepto de autoría y la necesidad de visualizar esa complejidad, ya que no descansa en un solo actor o creador sino en un grupo de participantes y los artífices que materializan un proyecto.

En este contexto, el presente artículo visibiliza el proceso de dilucidar la actuación de Alberto Le Duc en los diversos roles que los arquitectos asumen; como proyectista, como gestor, como supervisor de obras, como restaurador, como interlocutor entre Cárdenas y contratistas, constructores, artistas y otros arquitectos y como planificador urbano. Es decir, con un sentido menos acotado de lo que significa autoría y un reconocimiento del carácter colectivo de la obra arquitectónica. Así, el interés no está en solo interrogar el concepto de autoría sino también las maneras de adjudicarla en la investigación histórica de la arquitectura.

Las huellas de Le Duc

Cómo ya se mencionó, en Michoacán se conocía el nombre de Le Duc por las placas presentes en unas cuantas obras, pero había pocos elementos para sustentar la atribución de diversas obras a él.

Las fuentes tradicionales, bibliográficas y archivísticas ayudaron a confirmar o descartar atribuciones; adicionalmente se recurrió a la revisión directa en campo con recorridos en los sitios donde se implementaban proyectos claves a instancias de Cárdenas.

Las fuentes orales

El punto de partida fueron las fuentes orales y bibliográficas. La realización de entrevistas confirmó varias obras de Le Duc y sugirió otras. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general, recordó a Le Duc como amigo de la familia, presente en comidas y festejos familiares. Confirmó su participación en la reconstrucción de la casa familiar de Jiquilpan, el diseño y construcción de la casa en Andes en la Ciudad de México y su labor como proyectista del Hotel Palmira en Jiquilpan, propiedad de Dámaso Cárdenas. Las entrevistas a los familiares, Alberto Leduc González (hijo del arquitecto) y Patricia Leduc Romero (sobrina) proporcionaron sobre todo datos biográficos. En relación con obra, Leduc hijo sugirió la participación de su padre en la remodelación de Los Pinos en 1934. Por otra parte, refirió algunas obras de arquitectura doméstica para su familia en la colonia del Valle en la Ciudad de México.15 También comentó su trabajo en Washington con John Russell Pope (1874-1937), en particular la elaboración de una ilustración del National Archives.16 Esto ubica al arquitecto en Washington, D.C. a finales de los años veinte o principios de los treinta.

La huella bibliográfica

La única obra de Le Duc publicada en alguna revista de arquitectura es una escuela primaria construida en la isla de Jarácuaro en 1936. La reseña de la obra, muy probablemente escrita por el mismo Le Duc, se publicó en Arte y Decoración en enero de 1938.17 La publicación incluyó una breve descripción de la isla, con numerosas fotografías del contexto geográfico, y una semblanza histórica escrita por Federico Mariscal.18 En el texto descriptivo de la escuela, el arquitecto resaltó las dificultades que presentó el transportar por lancha los materiales de construcción, así como el sentido social de la obra que se acompañó de la construcción de un muelle y una planta de luz. Una fotografía artística de Le Duc con pipa en boca, acostado sobre un montón de cuerdas en la proa de una lancha acompañan a los textos.19

Escuela primaria Sevangua, Jarácuaro, Michoacán, 1936. Fuente: Arte y Decoración 6 (1938): 9-19. 

Como resultado de su trabajo en la Dirección de Monumentos Históricos, a inicios de su carrera se publicó un folleto del mismo Alberto Le Duc. El texto, realizado en coautoría con Roberto Álvarez Espinoza, versa sobre la Casa de la Marquesa de Uluapa (aunque los autores desmienten que haya sido de la marquesa) en la Ciudad de México, presuntamente como resultado de un proyecto de restauración.20

Son pocas las fuentes bibliográficas que mencionan a Alberto Le Duc; entre ellas destacan escritos de Xavier Guzmán Urbiola y Jennifer Jolly. Guzmán refiere al arquitecto en dos contextos, el familiar en su monografía sobre Carlos Leduc, y el escolar, en su trabajo sobre las escuelas de la posrevolución. El primer texto proporciona algunos datos biográficos y familiares, con atención a la ya mencionada Escuela Primara Sevangua de Jarácuaro.21 El segundo profundiza en esta obra, además de aportar datos sobre otras del mismo arquitecto. 22

Jennifer Jolly, en una obra que traza la convergencia en Pátzcuaro de los diversos hilos del proyecto cultural cardenista, reconoció la importancia de Alberto Le Duc, a quien consideró el encargado de desplegar la idea de arquitectura típica en la región a través de su extensa obra.23 Además de reconocer su rol en la región y consignar su autoría de algunas obras, el texto aporta referencias de archivo que fueron sumamente útiles en el seguimiento del caso.

Hay referencias dispersas a obras de Le Duc en historias regionales. Por ejemplo, Álvaro Ochoa menciona varias obras del arquitecto en su monografía sobre Jiquilpan, aunque no proporciona datos sobre la autoría de ellas.24 Esperanza Ramírez Romero le atribuye la restauración del Colegio de San Nicolás en Pátzcuaro para crear un museo.25 Por otra parte, la participación de Le Duc en los planos reguladores de Uruapan (1956), Zacapu (1957) y Morelia (1957-58) queda constatada en el libro El oficio de hacer ciudades de Enrique Cervantes.26 Hay mención de las casas del general y otras obras en diversas biografías de Cárdenas, pero sin referencia al arquitecto.

Cárdenas menciona a Le Duc en diversas entradas de sus diarios en relación con encargos hechos o de su participación en giras oficiales; poco antes de su muerte, refiere una visita del arquitecto, su “dilecto amigo”.27 En la Memoria de la Comisión del Tepalcatepec, aunque no es mencionado por nombre, aparecen fotografías de algunas obras de Le Duc.28

A partir de la bibliografía mencionada, se pueden identificar unas cuantas obras: la escuela Francisco I. Madero de Jiquilpan29 y la Sevangua de Jarácuaro; el Teatro Caltzontzin y la Biblioteca Gertrudis Bocanegra en Pátzcuaro. Guzmán menciona una participación en la remodelación de Los Pinos y la casa de los Cárdenas en la calle Andes núm. 50 en la Ciudad de México.30

La huella documental

Ante la falta de acervos municipales,31 la indagación de archivo se enfocó en el Archivo General de la Nación donde se encontró correspondencia entre el general y el arquitecto. Esta correspondencia deja en claro la relación cercana entre Cárdenas y Le Duc y ubica diversos encargos que incluyen arreglos urbanos, fuentes y bases de esculturas (Pátzcuaro, Apatzingán, Jiquilpan), la construcción de escuelas (Tzintzuntzan, Jarácuaro, Uruapan, Jiquilpan, Cenobio Moreno, Apatzingán), la construcción de hospitales (Jiquilpan, Sahuayo), proyectos de rehabilitación de monumentos históricos para su uso como equipamiento cultural (Pátzcuaro, Jiquilpan, Apatzingán, Zamora), la construcción de una estación de ferrocarril (Apatzingán) y el diseño de la Quinta Eréndira (casa de Cárdenas en Pátzcuaro). Lo que no queda claro es el nivel de participación del arquitecto. ¿Era proyectista?, ¿sirvió de enlace entre la presidencia y los ejecutores de obra?, ¿realizaba labores de gestión únicamente? En algunos casos hay referencia clara a su labor como proyectista, pero en la mayoría el lenguaje utilizado no permite aclarar el asunto.

El único plano firmado por Le Duc que se ha encontrado es el del Teatro Caltzontzin en Pátzcuaro -Teatro Popular Lázaro Cárdenas en el plano-.32 El expediente contiene cuatro planos: planta, fachada, un corte y un detalle del escenario. Para la construcción del teatro se desmanteló el exconvento agustino, del cual se reutilizaron algunos de sus materiales.33 No obstante este ultraje a un monumento histórico, el plano emana de la Dirección de Monumentos Históricos, desde donde fue comisionado el arquitecto Le Duc, y lleva el nombre de Jorge Enciso, director de la dependencia en ese momento. En todo caso, se constata la labor de Le Duc como proyectista, no solo del edificio sino también de su programa decorativo. El asunto lo trató Le Duc directamente con el presidente Cárdenas según se constata en una carta del arquitecto, quien solicita audiencia refiriendo “El suscrito autor del proyecto en cuestión, ruega a Ud. atentamente se sirva indicarle si es posible obtener una audiencia del señor Presidente para explicarle con todo detalle el proyecto de referencia y obtener sus ideas acerca de la forma en que desea que se construya”.34

Dibujo de fachada del Teatro Popular “Lázaro Cárdenas” elaborado por Le Duc. El edificio fue inaugurado como el Teatro Emperador Caltzontzin en Pátzcuaro, Michoacán. Fuente: AGN-LCR, caja 1105, expediente 609-210. 

La participación de Le Duc en la remodelación de la Quinta Eréndira en Pátzcuaro está también documentada. En el lugar, Cárdenas había construido una sencilla casa de campo en 1927 que decidió ampliar y remodelar en 1936.35 El plano que se conserva de este proyecto no está firmado,36 pero se hace constar su participación por una carta que envió a Cárdenas en mayo de 1936, en la que el arquitecto comunica: “Tengo también formulado el proyecto de reformas a la Quinta Eréndira, pero éste espero poder presentarlo a la consideración de Ud. sobre el terreno, cuando tengamos el gusto de verle en ésta a fines de mes”.37

Hay registro documental de varias escuelas que sugiere que Le Duc realizó los proyectos correspondientes. Referentes a las escuelas de Jiquilpan y de Tzintzuntzan se cuenta con el extracto de un telegrama: “Ruega ordenar Sría. Educación active trámite presupuesto y contratos para construcción Escuelas Jiquilpan y Tzintzuntzan, con objeto poder continuar trabajos sin interrupción en enero”.38 El informe sobre una escuela en Uruapan menciona puntualmente su trabajo en el proyecto:

También deseo informar a Ud. que todas las obras que estoy llevando a cabo en ésta, por instrucciones de Ud., marchan con la mayor actividad posible y sin ninguna dificultad. - Ya tengo terminado el estudio para la dotación de agua potable y alumbrado de la Isla de Jarácuaro y estoy terminando el proyecto para la escuela de Uruapan. - El primero lo enviaré a Ud. por conducto del Sr. Coronel Núñez dentro de breves días y el segundo por conducto del Sr. Lic. Vázquez Vela.39

Izquierda: escuela Primaria “Francisco I. Madero” en Jiquilpan. Fotografía: Catherine R. Ettinger.

Derecha: estado actual del vestigio de la Escuela Primaria Dos de Octubre de 1938 de Tzintzuntzan. Fotografía: Catherine R. Ettinger.

En una carta dirigida a Cárdenas en diciembre de 1939, Le Duc informó sobre diversos encargos que le había hecho el mandatario. Hay bastante ambigüedad en relación con la autoría de las obras. Por ejemplo, referente a los hospitales escribió: “los planos, presupuestos, especificaciones etc., después de discutidos ampliamente fueron finalmente aprobados por los diversos Departamentos interesados de la Secretaría de Asistencia y enviados a la de hacienda para trámite final”.40 El Hospital de Sahuayo se demolió; el de Jiquilpan, aún en uso, no se realizó conforme al plano aprobado por la Secretaría de Salubridad y Asistencia; según la doctora Claudia Canela, es obra de Le Duc.41 La misiva trata otra obra que refiere como: “Teatro de Jiquilpan”. El edificio es probablemente El Casino que se construyó como un centro recreativo que generaría recursos para la manutención del Hospital “Octaviano Sánchez”.42

Izquierda: Portada del Hospital “Octaviana Sánchez” en Jiquilpan. Fotografía: Catherine R. Ettinger.

Derecha: El Casino en Jiquilpan se erigió como centro recreativo para apoyar con sus ingresos el funcionamiento del Hospital “Octaviana Sánchez”. Fotografía: Catherine R. Ettinger.

Le Duc es mencionado en relación con diversas obras de restauración o rehabilitación de monumentos históricos para su conversión en equipamientos culturales. Esto se vincula con su acercamiento al tema de los monumentos históricos. Después de realizar el Teatro Emperador Caltzontzin, se encargó de la conversión del templo anexo en Biblioteca. En 1936 comunicó al presdiente Cárdenas: “Hoy fue entregado extemplo San Agustín.-Inmediatemente [sic] procedo a hacer levantamiento plano a fin de semana me permitiré enviar a Vd., proyecto reparaciones y adoptación [sic]”.43 Probablemente realizó una obra análoga: la conversión del Santuario de Guadalupe en la Biblioteca “Gabino Ortiz” en Pátzcuaro, aunque el registro documental solo da fe de su rol como interlocutor con José Clemente Orozco para la realización de la pintura mural.44 En 1939 Le Duc hizo referencia a otra obra de este índole ubicada también en Jiquilpan: “Monumento en el Interior de la Capilla del Sagrado Corazón de Jiquilpan para su Adaptación para Museo”. Parece haber existido un proyecto para convertir el templo en museo, pero del monumento no hay vestigios. El templo en cuestión sigue en uso para culto, pero detrás del altar hay un fragmento de mural de un mapamundi que sugiere que el proyecto para convertirlo en museo se había iniciado.45 Le Duc reporta estar en los estudios para desarrollar el proyecto y promete terminarlo en dos o tres semanas.

En este mismo rubro informó sobre obras similares en Pátzcuaro: “proyecto reparación Esc. Vasco de Quiroga y [la Capilla del] Calvario aprobado, iniciaranse [sic] trabajos semana próxima”.46 Podría suponerse su autoría de los proyectos a pesar de la vaguedad del lenguaje. También hizo un informe referente a un proyecto para la catedral de Zamora, en la que apenas se estaba definiendo el nuevo uso que se le podría proponer.47

Le Duc realizó varias obras de rehabilitación de monumentos históricos, incluida la conversión del Santuario de Jiquilpan en la Biblioteca “Gabino Ortiz”. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

Le Duc fue responsable de diversas obras urbanas: las escalinatas y plataformas para el Monumento a Juárez en Jiquilpan y la glorieta de la entrada en la misma ciudad. Referente a este último, Le Duc informó: “El Arq. comicionado [sic] por el sr. [sic] Buenrostro para este asunto estuvo conmigo en el lugar y tomamos todos los datos para la formulación del proyecto y presupuesto-Espero tenerlo terminado en dos o tres semanas é inmediatamente lo someteré a la consideración de usted”.48 En este pasaje destaca la mención de un arquitecto comisionado, sin embargo, el uso de primera persona al decir “espero tenerlo terminado” sugiere una participación directa de Le Duc en su formulación. Los arreglos y escalinata para el monumento a Juárez en Jiquilpan se iban a realizar con parte de los recursos destinados a los hospitales de Sahuayo y Jiquilpan. Igual que en otros casos, solo informó el avance, sin que aclare si solo fue gestor o participó en el diseño: “La terminación de esta obra (escalinatas, plataformas, etc.) está también ligada a las anteriores y por esta razón aún no se hace. Tan luego como se empiecen los Hospitales se empezará también esta sin mayor demora”.49

Otras obras urbanas en que participó Le Duc fueron la fuente de la Plaza de don Vasco en Pátzcuaro que estaba adornada con esculturas de pescados, que muy probablemente fue diseño suyo, pues reportó al presidente: “Proyecto y presupuesto Fuente Monumental se encuentra en poder Corl. [sic] Núñez también se espera acuerdo”.50 Parece haberse encargado también de diseños de pedestales para las esculturas de Gertrudis Bocanegra y Tanganxoan ii en Pátzcuaro. Referente a la plaza Gertrudis Bocanegra informó: “he terminado pedestal para monumento a señora Bocanegra”.51

Por último, hay referencias a una obra desaparecida: el Asilo para Ancianos, Casa de Maternidad y Orfanatorio, y una no realizada: Casa para Industrias Indígenas, ambas en Pátzcuaro.52 Esta última obra estaba aprobada y por comenzarse, pero se detuvo porque en el lugar se había iniciado la construcción de una gasolinera, lo que llevó a un litigio.53

El acercamiento a los edificios

En el campo de la restauración se considera al edificio como un documento a leerse. De la observación cuidadosa se interpreta el objeto para postular su origen, sus etapas, su proceso proyectual y de construcción. Y, aunque en la historia de la arquitectura se ha avalado la observación, es una aproximación menos reconocida. Se trata no solamente de la observación y el registro fotográfico, sino del levantamiento y el dibujo como maneras de aproximarse inclusive al proceso proyectual. Este trabajo se sumó al documental y de fuentes orales. En este proceso no solo se pudo confirmar o descartar las obras identificadas en el registro documental, sino reconocer otras probables autorías.

El edificio para oficinas federales, estatales y municipales de Apatzingán se identificó como obra de Le Duc gracias a una placa en el sitio. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

La evidencia más obvia in situ son las inscripciones autorales o placas, de las cuales se encontraron cuatro. Dos de obras que ya se sabía que eran de Le Duc (la escuela “Francisco I. Madero” en Jiquilpan y el Teatro Emperador Caltzontzin) y otros dos de obras que no aparecen en la bibliografía, la Escuela Primaria “José María Morelos” (1955) y el edificio para oficinas públicas (1952) -municipales estatales y federales-, ambas en Apatzingán, realizadas en el marco de la Comisión del Tepalcatepec.54 En los dos casos se especifica que el proyecto era de Le Duc, además de dar crédito a otros actores, incluyendo los gestores.

Aunque se reconocen los riesgos de atribuir autoría por analogía con edificios que se sabe son de un arquitecto, es posible apuntalar hipótesis de autoría cuando la evidencia es débil. Está pendiente, desde la disciplina, mayores propuestas metodológicas detalladas para la adjudicación de autoría por este medio; sin embargo, para el caso de Le Duc la lectura directa de algunos edificios sugiere su participación en el diseño. El primero de ellos es la reconstrucción de la Casa de la Constitución de Apatzingán.55 El edificio primigenio de adobe había sido sustituido por otro de mampostería de piedra con cubierta de viguería de madera y teja en 1940, para su uso como escuela primaria.56 La obra que imputamos a Le Duc consistió en integrar una cubierta de concreto armado después de que la anterior fue destruida por un incendio. También integró una arquería por tres lados del edificio, que reemplazaba el portal original de madera.

El Teatro Emperador Caltzontzin tiene una elaborada inscripción autoral en la taquilla. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

En el interior destaca la manera de trabajar el plafón, donde un entramado de vigas de concreto -con biseles que recuerdan estructuras de madera- formando casetones con molduras y rosetones de yesería pintados de colores.57 En otras obras de Le Duc es notable su atención a los plafones; en particular señalaría la casa de los Cárdenas en Jiquilpan, en la que cada habitación recibió un tratamiento distinto. En el área del restaurante del Hotel Palmira en Jiquilpan se encuentra una solución similar a la de Apatzingán, aunque más sencilla; lo mismo sucede en El Casino de Jiquilpan.58 Las vigas de concreto se apoyan visualmente en ménsulas y en columnas con capiteles que arremedan la construcción en madera, mientras que los casetones o huecos que aparecen con el entramado de vigas tienen sencillas molduras perimetrales.

Plafón de la Casa de la Constitución en Apatzingán. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

Estos plafones, tal vez retoman la formación de Le Duc en el despacho Beaux Arts del arquitecto John Russell Pope;59 adicionalmente, una ilustración para el proyecto de decoración para la sala de juntas de la Contraloría en Palacio Nacional para Augusto Petricioli, voltea la atención a un trabajo intricado de plafón entre vigas de concreto que descansan sobre ménsulas.

Plafón en el restaurante del Hotel Palmira en Jiquilpan. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

Estas similitudes no son contundentes, pues el trabajo de las vigas de concreto a manera de vigas de madera era común en la época. Lo que llama la atención es la forma en que se confronta una propuesta regional de arquitectura típica en los edificios de Le Duc con este preciosismo en los plafones, una contradicción particularmente visible en el Hotel Palmira, pues la planta alta tiene cubierta de vigas con tapa de ladrillo de barro y la estructura de madera sobre él. Igualmente, el aspecto tradicional de la casa de los Cárdenas en Jiquilpan -en su exterior y en el patio interior- contrastan con los fastidiosos plafones interiores.

El Hotel Posada del Sol en Apatzingán presenta a su vez varias similitudes con el Hotel Palmira de Jiquilpan. Aquí la tesis es más débil; se sabe que Le Duc estaba en Apatzingán en la época de la construcción, pero no hay mayores datos sobre la obra. Llaman la atención tres cosas: la composición general de la fachada con dos volúmenes sólidos flanqueando un hueco; la calidad espacial de la gran terraza al frente, la estructuración con concreto armado simulando madera, y el diseño de los barandales retoma un motivo del Palacio Huitziméngari, edificio del siglo XVI, en Pátzcuaro. Referente a la composición general, cabe mencionar que es una fórmula muy socorrida en la arquitectura clásica, sobre todo a partir de las villas palladianas. No obstante, es de notarse que fue utilizado por Le Duc en el Teatro Emperador Caltzontzin, en la Quinta Eréndira en Pátzcuaro y en el Centro Recreativo El Casino en Jiquilpan.

El Hotel Posada del Sol en Apatzingán. Fotografía: Catherine R. Ettinger. 

Aunque no se pueden considerar evidencias determinantes, las similitudes espaciales y de estructura abonan a la hipótesis. Igualmente lo hacen el detalle del barandal, ya que Le Duc había usado el mismo motivo en la Quinta Eréndira.

Otra obra que se atribuye a Le Duc es el jardín de niños Felícitas del Río de Cárdenas en Jiquilpan. Se trata de una pequeña escuela de una sola crujía paralela a la calle y anexa al Templo del Sagrado Corazón (ya mencionado por un proyecto de creación de museo). El jardín de niños presenta una solución de ventanas particular que es muy parecida a la realizada en la Escuela Primaria Dos de Octubre de 1938, de Tzintzuntzan, que consiste en la división de los vanos en dos secciones con elementos verticales y un marco exterior fuera del paño del muro. A la hipótesis se añade el tratamiento del acceso, con marcos moldurados similares al Hospital “Octaviana Sánchez” y la Escuela Primaria “Francisco I. Madero” en la misma localidad.

Reflexiones finales

Aún quedan muchas dudas sobre la trayectoria de Le Duc y su obra. Lo que es claro es que, a partir de 1935, su carrera estuvo estrechamente ligada al general Lázaro Cárdenas y su proyecto de dotación de equipamientos escolares, hospitalarios y culturales que, a la vez, abonara a una imagen típica de los poblados michoacanos. Cuando Cárdenas desapareció de la vida política -entre 1940 y 1947 y después de 1955- el rastro de Le Duc se diluye.

Le Duc participó en distintos roles en la obra promovida por Cárdenas -como gestor, supervisor y proyectista de obras de toda índole-, pero el más relevante fue como interlocutor de la visión de Cárdenas en relación con la arquitectura. En ese sentido, cobra interés el seguimiento de la autoría, pues más allá de fortalecer un culto al genio, permite comprender de una manera más compleja cómo es que se engrana un programa político con la producción arquitectónica.

Lázaro Cárdenas tenía una clara visión de lo que quería para los poblados michoacanos, visible en las normas que promovió para Pátzcuaro y para Jiquilpan, donde desplegó la idea de “arquitectura típica”. En Michoacán, no se trataba de un interés vago sino de una política a la que daba seguimiento puntual el general, sobre todo en los sitios con los que tenía fuertes vínculos, como es el caso de Jiquilpan, Pátzcuaro y Apatzingán. Un documento que revela el nivel de involucramiento del general es una carta sobre los avances en un empedrado en Pátzcuaro, en el que Antonio Madrazo informa que “las calzadas empedradas están casi terminadas […] luciendo su aspecto como fueron los deseos del señor General Cárdenas”.60 La importancia dada a remodelar su casa en la Quinta Eréndira, forrando una estructura sencilla de tabique y concreto para convertirlo en un edificio icónico en el paisaje, ilustra el interés de Cárdenas por desplegar esta propuesta de arquitectura regional.

Le Duc evidentemente comprendió el sentido que Cárdenas quería imprimir en los poblados michoacanos, por lo que se convirtió en su principal interlocutor. En este rol, aunque no fuera proyectista, tenía que asegurar que los proyectos se insertaran en el discurso de Cárdenas. Así, cuando Le Duc se reunía con un arquitecto comisionado para una obra -como el citado caso de la glorieta de Jiquilpan- muy probablemente no solo era una función administrativa o de seguimiento, sino de “dar línea” y asegurar que la obra se conformara con la visión de Cárdenas para la región.

Por último, los estudios desde las distintas regiones que conforman México contribuyen a la historiografía de la arquitectura de la posrevolución, que descansa en el reconocimiento de actores y sus obras en el contexto de instituciones y políticas. El trazado y rescate de personas claves en la implementación de los propósitos de la posrevolución en distintas regiones del país no solo va llenando huecos en un mosaico de experiencias, sino que presenta la oportunidad de plantear una visión más compleja de la arquitectura del periodo y del país.

Referencias

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1La ortografía del apellido Le Duc está tomada de diversos documentos incluyendo su acta de defunción, documentación migratoria, correspondencia de archivo y su firma. Se respetó esta ortografía, aunque el apellido de su padre y abuelo era Leduc.

2 Xavier Guzmán, Carlos Leduc. Vida y obra (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2004).

3Entrevista con Claudia Ortiz, gerente del hotel Posada de don Vasco, Pátzcuaro, 21 enero de 2020.

4Esto probablemente se liga con el hecho de que la mayor parte de su obra está estrechamente vinculada con el general Cárdenas. Los archivos municipales locales no arrojaron licencias de construcción, quizás porque las obras se realizaban por orden presidencial.

5 Giorgio Vasari, Vite de’ più eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani (Firenze: Lorenzo Torrentino, 1550).

6Ver discusión en Antonio Pizza, La construcción del pasado (Madrid: Celeste Ediciones, 2000), 79-95. Véase David Watkin, The Rise of Architectural History (Chicago: The University of Chicago Press, 1980), 9-11.

7 Andrew Leach, What is Architectural History (Cambridge: Polity Press, 2010), 56.

8 Le Corbusier, Willy Boesiger y Bill Max, Le Corbusier Oeuvre complète (Basel: Birkhäuser, 1995).

9 Willy Boesiger (ed.), Richard Neutra, 1923-1950: Buildings and Projects (Zúrich: Girsberger-Verlag, 1951); Richard Neutra. 1950-1960 (Zúrich: Girsberger-Verlag, 1959); Richard Neutra. 1961-1966 (Zúrich: Girsberger-Verlag, 1966).

10Este porfolio consta de 100 litografías y se publicó en 1910 en Berlín por Ernst Wasmuth.

11Leach, What is Architectural History, 77.

12Ver, por ejemplo, Seán Burke, The Death and Return of the Author Criticism and Subjectivity in Barthes, Foucault and Derrida (Edinburgh: Edinburgh University Press, 1992).

13 Roger Chartier, La mano del autor y el espíritu del impresor. Siglos XVI-XVIII, trad. Víctor Goldstein (Buenos Aires: Katz editores, 2016), 9.

14La bibliografía es amplia. Ver, por ejemplo, Christopher Wilson, “Architect, Builder, Client, Secretary. The Women of the Sarasota School”, en: Anna Sokolina (ed.), The Routledge Companion to Women in Architecture (Londres: Routledge, 2021), 238-247; así como otros textos de este compendio. Para el tema de clientes, ver Alice Friedman, American Glamour and the Evolution of Modern Architecture (New Haven y Londres: Yale University Press, 2010).

15San Francisco 423, colonia Del Valle; no identificada en actualidad.

16Arquitecto Beaux Arts, diseñador del Monumento de Thomas Jefferson, del ala po-nente de la National Gallery of Art y del edificio del National Archives and Record Administration.

17 Alberto Le Duc, “Escuela primaria en la Isla de Jarácuaro”, Arquitectura y Decoración (6) (1938): 9-19.

18 Federico Mariscal, “San Pedro Xaracuaro”, Arquitectura y Decoración (6) (1938): 21-24.

19Por ese registro documental se sabe que Le Duc se encargó del proyecto de alumbrado y agua potable en la isla. [Telegrama de R. Ordorica Villamar al Sr. Gral. Divn. L. Cárdenas, Morelia, Mich., 31 de agosto de 1936], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9; [Telegrama de L. Cárdenas al Ing. Jorge (sic) Le Duc, Torreón, Coah., 27 de julio de 1936], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

20 Alberto Le Duc y Roberto Álvarez Espinoza, Una casa habitación del siglo XVIII en la Ciudad de México (Ciudad de México: Talleres de la Editorial Cultura, 1939).

21Guzmán, Carlos Leduc, 9, 27.

22 Xavier Guzmán Urbiola, “Los años radicales, 1930-1940”, en: Axel Arañó (ed.), Arquitectura escolar SEP 90 años (Ciudad de México: SEP, 2011), 180-181.

23 Jennifer Jolly, Creating Pátzcuaro, Creating México. Art, Tourism, and Nation Building under Lázaro Cárdenas (Austin: University of Texas Press, 2018), 232-234.

24 Álvaro Ochoa Serrano, Jiquilpan-Huanimban. Una historia confinada (Morelia: Instituto Michoacano de Cultura y Morevallado Editores, 2003), 270.

25 Esperanza Ramírez Romero, Catálogo de monumentos y sitios de la región lacustre. Tomo I. Pátzcuaro (Morelia: Gobierno del Estado de Michoacán, 1986), 246-250.

26 Enrique C. Cervantes, El oficio de hacer ciudades (Ciudad de México: UNAM, 2015), 50-79.

27 Lázaro Cárdenas del Río, Obras I. Apuntes 1967-1970 (Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1972), 219.

28 Secretaría de Recursos Hidráulicos, La Comisión del Tepalcatepec. Memorias de los trabajos realizados 1947-1961 (Uruapan: Comisión del Tepalcatepec, 1961).

29También tiene inscripción autoral en su fachada.

30Xavier Guzmán, Los años radicales, 180.

31El archivo municipal de Apatzingán se incendió. En Pátzcuaro no se encontraron licencias de construcción de las obras de Le Duc. El repositorio de la Unidad Académica de Estudios de la Revolución de la UNAM en Jiquilpan ha estado cerrado desde marzo de 2020.

32[Planos Teatro Popular Lázaro Cárdenas en Pátzcuaro Mich., s.f.], Archivo General de la Nación-México, Fondo Presidentes, Sección Lázaro Cárdenas del Río, AGN-LCR, caja 1105, expediente 609-210.

33 Manuel Toussaint, Pátzcuaro (Ciudad de México: UNAM, 1942), 130.

34[Carta del Arq. Alberto Le Duc al Señor Lic. Luis I. Rodríguez, México, D.F., 3 de diciembre de 1935], AGN-LCR, caja 1105, exp. 609/210,

35Se analiza el proyecto a detalle en Catherine R. Ettinger y Eder García Sánchez, La Quinta Eréndira de Cárdenas. De casa campestre a sede del CREFAL (Pátzcuaro: UMSNH y CREFAL, 2021).

36[Plano de adaptaciones. Casa principal de la Quinta Eréndira. 1951], Archivo Histórico CREFAL. Sin clasificación. No se tiene certeza de que el plano haya sido elaborado por Le Duc.

37[Carta del Arq. Alberto Le Duc al Señor Gral. de División Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Mich., 12 de mayo de 1936], AGN-LCR, caja 1105, exp. 609/210.

38[Extracto de Telegrama de Alberto Le Duc al C. Presidente, Pátzcuaro, Mich., 11 de diciembre s/a], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

39[Carta del Arq. Alberto Le Duc al Señor Gral. de División Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro, Mich., 12 de mayo de 1936], AGN-LCR, caja 1105, exp. 609/210.

40[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México, D.F., 12 diciembre 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9.

41Comunicación personal, 2 julio 2019.

42Álvaro Ochoa consiga su inauguración en 1942. Álvaro Ochoa, Jiquilpan-Huanimban, 275.

43[Telegrama de Alberto Leduc a Presidente República, Pátzcuaro, Mich., 13 abril 1936], AGN-LCR, caja 1105, exp. 609/210.

44[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México D.F., 12 de diciembre de 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

45Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México D.F., 12 de diciembre de 1939>, AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

46[Extracto Telegrama Arq. Alberto Le-duc al C. Presidente, México D.F., 14 febrero 1936], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9.

47[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México D.F., 12 diciembre 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9.

48[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México D.F., 12 diciembre 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9.

49[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, México D.F., 12 diciembre 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9.

50[Extracto de Telegrama de Alberto Le Duc al C. Presidente, México D.F., 15 de febrero de 1936], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9. Esta fuente fue removida en los años sesenta para colocar en el lugar la fuente con la estatua de don Vasco que actualmente luce.

51[Telegrama de Alberto Le Duc al C. Presidente de la República, Pátzcuaro, Mich., 1 de junio de 1938], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

52Referente al asilo: [Carta de José Raymundo Cárdenas, Oficial Mayor a C. Lic. Luis I. Rodríguez, Secretario Particular del C. Presidente de la República, 21 noviembre 1936], AGN-LCR, caja 1105, exp. 609/210. Este documento refiere la demolición de la casa en Lerín 442 para la obra.

53[Carta de Alberto Le Duc al Sr. General Lázaro Cárdenas, 12 diciembre 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568-9; [Telegrama de Cayetano Blanco Vigil a General Lázaro Cárdenas, México D.F., 11 de mayo de 1939], AGN-LCR, caja 1063, exp. 568/9.

54Secretaría de Recursos Hidráulicos, La Comisión del Tepalcatepec. Memorias de los trabajos realizados 1947-1961.

55Esto abona a la hipótesis de la autoría de Le Duc porque estaba en Apatzingán y realizó diversas obras para la Comisión, mientras Cárdenas fue el vocal ejecutivo. Como lo mostró el registro documental, por su experiencia con monumentos históricos, Cárdenas ya le había encomendado varias rehabilitaciones.

56[Carta de José G. Parres al C. Oficial Mayor del Ramo, 13 febrero 1940], AGN-LCR, caja 687, exp. 534/22.

57El edificio tiene dos salones; el trabajo detallado aparece en el salón principal donde están expuestos los documentos históricos relacionados con la firma de la Constitución de Apatzingán y donde se instaló una pintura con la misma temática realizada por Roberto Cueva del Río.

58La autoría del Hotel Palmira se confirmó en entrevista con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, 5 de agosto de 2019.

59Comunicación personal Alberto Leduc González, 3 de febrero de 2020.

60[Carta del ingeniero Antonio Madrazo a Luis I. Rodríguez, Pátzcuaro a 6 de abril de 1936], AGN-LCR, caja 625, exp. 514.63-9.

Recibido: 30 de Agosto de 2021; Aprobado: 08 de Diciembre de 2021

Catherine R. Ettinger Mc Enulty

Facultad de Arquitectura

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

catherine.ettinger@umich.mx

Doctora en arquitectura, con particular interés en el estudio de la arquitectura del siglo XX en México. Es profesora investigadora de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; autora de numerosos artículos y capítulos, así como de varios libros, como Richard Neutra en América Latina (Arquitónica, 2018), La Quinta Eréndira de Lázaro Cárdenas (CREFAL y UMSNH, 2021) y La arquitectura mexicana desde afuera (Miguel Ángel Porrúa, 2016). Fue coordinadora de Modernidades Arquitectónicas. Morelia. 1920-1960 (2010) y De barrio de indios de San Pedro a Bosque Cuauhtémoc de Morelia (2012), entre otros. Ha coordinado proyectos CONACyT y de Fondos Mixtos, así como dirigido tesis doctorales, de maestría y de licenciatura. Fue merecedora del premio “Francisco de la Maza” (CONACULTA-INAH) por la mejor investigación en el área de la conservación urbano-arquitectónica (2011), por el libro La transformación de la arquitectura vernácula en Michoacán. Es miembro de los capítulos mexicanos de docomomo e icomos. Es miembro del SNI Nivel III del CONACyT.

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