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Migración y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-7599

Migr. desarro vol.15 no.29 Zacatecas jul./dic. 2017

 

Artículos

Pacto mundial: migrantes mexicanos frente al espejo de la economía estadounidense

The global compact: a view of Mexican migrants within the US economy

Raúl Delgado Wise* 

Selene Gaspar Olvera** 

*Director de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, presidente de la Red Internacional de Migración y Desarrollo y coordinador de la Cátedra UNESCO sobre Migración, Desarrollo y Derechos Humanos.

**Actuaria y maestra en Demografía Social por la Universidad Nacional Autónoma de México; investigadora de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas.


Resumen

En septiembre de 2016 inició un proceso de consulta y negociación intergubernamental al interior de la ONU que culminará con la adopción de un pacto mundial en materia migratoria en 2018. El propósito de este trabajo es contribuir a desmitificar las concepciones dominantes del fenómeno migratorio, las cuales tienden a moldear la opinión pública e inciden en las negociaciones intergubernamentales alusivas al pacto mundial. Ante ese desafío y dada la importancia y el papel estratégico de la migración mexicana para la economía de Estados Unidos, se aportan indicadores y evidencia empírica que demuestra que lejos de constituir una carga para la economía receptora e independientemente de su estatus migratorio, los migrantes mexicanos y sus descendientes, coadyuvan, entre otras cosas, a satisfacer necesidades crecientes del mercado laboral, a impulsar el crecimiento económico y a fortalecer la seguridad social de la primera potencia capitalista y principal país receptor de migrantes del mundo.

Palabras clave: Pacto mundial; migración México-Estados Unidos; migración forzada; contribución económica de los inmigrantes; percepción de los migrantes

Abstract

Within the UN, in September 2016, a process of intergovernmental consultation and negotiation was initiated that will culminate in the adoption of a Global compact on migration in 2018. The purpose of this paper is to contribute to demystify the dominant perceptions of the migratory phenomenon, shaping public opinion and influencing intergovernmental negotiations in the face of the Global compact. Faced with this challenge and given the importance and strategic role of Mexican migration for the United States economy, a series of indicators and empirical evidence are provided that demonstrate that, regardless of their migratory status, Mexican migrants ⸻including their descendants far from constituting a burden on the host economy, contribute, among other things, to meeting growing labor market needs, boosting economic growth, and strengthening social security of the first capitalist power and principal receiving country of migrants in the world.

Keywords: Global compact; Mexico-us migration; forced migration; economic contribution of immigrants; perception of migrants

Introducción

La discusión del tema migratorio al seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es relativamente reciente. Sus primeros antecedentes datan de la adopción de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos Humanos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares en 1990, la cual no ha sido ratificada aún por la mayoría de los países receptores de migrantes. A esa iniciativa le siguieron el Diálogo de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo (dan), del cual se han celebrado a la fecha dos ediciones (en 2006 y 2013) en la sede central de la ONU; y el Foro Mundial de Migración y Desarrollo (FMMD), iniciativa derivada del dan y organizada por los Estados miembros. Hasta ahora se han realizado nueve ediciones del FMMD: Bélgica (2007), Filipinas (2008), Grecia (2009), México (2010), Suiza (2011), Islas Mauricio (2012), Suecia (2014), Turquía (2015), Bangladesh (2016) y Berlín/Marruecos (2017/2018).

Ante los resultados relativamente limitados de las diferentes ediciones del dan y los FMMD, el 19 de septiembre de 2016 jefes de Estado y de gobierno se reunieron en el marco de la Asamblea General de la ONU para debatir cuestiones relacionadas con la migración y los refugiados. Ese significativo encuentro envió un importante mensaje político acerca de la trascendencia de las políticas migratorias y de refugio en la agenda internacional. Con la adopción de la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, los 193 Estados miembros de la ONU reconocieron la necesidad de un enfoque integral de movilidad humana y una mayor cooperación mundial. De ahí parte un extenso proceso de consultas regionales con expertos y organizaciones de la sociedad civil y varias negociaciones intergubernamentales tendientes a suscribir un pacto mundial en materia migratoria en una asamblea prevista para julio de 2018.

Este trabajo pretende integrarse a ese proceso, con la aportación de una serie de indicadores e información empírica en torno a un aspecto fundamental y, por lo general, soslayado en las inminentes negociaciones: las cuantiosas contribuciones que los migrantes hacen a las economías de los países de destino. Nuestro análisis se centra en un caso paradigmático en esta perspectiva: la migración México-Estados Unidos, y se fundamenta en estimaciones propias basadas en estadísticas oficiales de ambos países.

En efecto, los mexicanos constituyen el núcleo mayoritario de inmigrantes laborales en Estados Unidos, que a su vez figura como la primera potencia económica y el país con más número de inmigrantes. También comprenden el segmento de la clase trabajadora residente que detenta la mayor proporción de indocumentados, circunstancia que los sitúa en condiciones de acendrada vulnerabilidad. De forma similar, experimentan cotidianamente situaciones de severa discriminación, exclusión social, precariedad laboral y explotación extrema.

Las evidencias resultan contundentes y destacan la necesidad de llevar a cabo una operación de desmitificación en varios planos para demostrar la participación de los mexicanos en la economía estadounidense en términos de demanda laboral, producción, servicios y seguridad social. Así, el artículo expone diversos indicadores y datos de 1994 a 2016, periodo de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), e incluye los impactos de la crisis desencadenada en 2007.

Aporte laboral

Desde la implementación del TLCAN los migrantes mexicanos han cumplido una función clave en la satisfacción de la demanda laboral estadounidense, pese a que casi la mitad carga con el estigma de «ilegales» y las consecuencias que se derivan en cuanto a explotación laboral y vulnerabilidad social. De los 30.4 millones de nuevos empleos creados en Estados Unidos entre 1994 y 2016, 13.4 por ciento fue ocupado por trabajadores nacidos en México. Más aún, ante la incapacidad de la población nativa para cubrir las necesidades laborales, 46.1 por ciento de la demanda fue satisfecha mediante el concurso de trabajadores inmigrantes, de los cuales poco más de 4 millones eran mexicanos. Cabe destacar la participación de la población nativa de origen mexicano en el crecimiento del empleo, su número se elevó a cerca de 5 millones, lo que representa 15.8 por ciento del crecimiento total. Tan requerida y apreciada ha sido la oferta de trabajadores mexicanos y de sus descendientes que su ocupación se incrementó en 121.3 y 140.4 por ciento respectivamente, frente a un crecimiento de 25.2 por ciento del empleo total en Estados Unidos (Gráfica 1).1

Fuente: estimación de los autores con base en U.S. Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 1994 y 2016.

Gráfica 1 Estados Unidos. Contribución porcentual al incremento absoluto del empleo 1994-2016 

La crisis económica de finales de 2007 afectó a todos los trabajadores sin distinción de origen nacional. Entre 2008 y 2016, el empleo global se elevó en 4.0 por ciento pese a la contracción económica de Estados Unidos y las variaciones en el crecimiento del empleo, los inmigrantes mexicanos ocuparon 7.1 por ciento de los 5.7 millones de nuevos empleos e incrementaron su participación en 5.8 por ciento, lo que en términos absolutos equivale a 406 mil nuevos empleos. Es pertinente recordar que si bien en 2009 la tasa de desempleo de los mexicanos en ese país alcanzó su máximo histórico con 13.3 por ciento (Delgado y Gaspar, 2012), su recuperación fue muy rápida y al siguiente año descendió a 12.6 por ciento y continuó disminuyendo hasta 5.1 por ciento en 2016, inferior incluso a la que tenía en 2007 (5.5 por ciento). Por su parte, 2.2 millones de nativos de origen mexicano se sumaron al mercado laboral en el mismo lapso, aumentó su número en 37 por ciento y ocuparon 38.5 por ciento del total de empleos creados (Cuadro 1).

Cuadro 1 Crecimiento de empleo en Estados Unidos según grupo de origen étnico 

Población ocupada
(miles de personas)
1994 2008 2016 1994-2008 2008-2016 Tasa de crecimiento 1994-2016
Crecimiento Contribución porcentual Crecimiento Contribución porcentual
Absoluto % Absoluto %
Población ocupada 120 383 145 013 150 762 24 629 20.5 100.0 5 749 4.0 100.0 1.0
Población ocupada nativa 107 416 121 405 123 797 13 988 13.0 56.8 2392 2.0 41.6 0.6
Mexicoamericana 3 409 5 985 8 197 2 576 75.6 10.5 2212 37.0 38.5 4.1
Otros nativos 104 007 115 419 115 600 11 412 11.0 46.3 181 0.2 3.1 0.5
Población ocupada migrante 12 967 23 608 26 965 10 641 82.1 43.2 3357 14.2 58.4 3.4
Mexicana 3 350 7 009 7 415 3 659 109.2 14.9 406 5.8 7.1 3.7
No mexicana 9 617 16 599 19 550 6 982 72.6 28.3 2951 17.8 51.3 3.3

Fuente: estimación de los autores con base en US Burearu of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 1994, 2008 y 2016.

Es preciso aclarar que el movimiento de la migración mexicana a Estados Unidos se correlaciona positivamente con la tasa de desempleo en ese país; es decir, uno de los motores principales de la emigración mexicana ha sido la demanda de empleo. Referente a la contracción económica, la tasa de desempleo de los inmigrantes mexicanos aumenta y, ante el menor indicio de recuperación económica, desciende. Al respecto, es erróneo considerar que los mexicanos están quitando empleos a los nativos. En cualquier caso, como se abordará después, no se trata de un simple juego de oferta y demanda laboral, porque en el trasfondo de tal comportamiento subyace una estrategia corporativa tendiente a reducir costos laborales, sin importar sus repercusiones para los migrantes y sus familias ni para la clase trabajadora en general. De hecho, mientras la población nativa blanca de ascendencia no extranjera disminuyó año con año (0.4 por ciento anual entre 2008 y 2016) por un efecto del envejecimiento, la participación de la población nativa de origen extranjero en la fuerza laboral se incrementó a una tasa de 1.9 por ciento anual en el mismo periodo (Gaspar, 2017). Se prevé que el número de estadounidenses aumentará a más del doble, al pasar de 46 millones en 2016 a más de 98 millones en 2060 (Mather, Jacobsen y Pollard, 2015).

El impacto de la migración mexicana hacia Estados Unidos ha sido contrastante para ambos países. En México ha sido el fruto de un proceso de integración asimétrico y subordinado que ha traído consigo el desmantelamiento de los aparatos productivo, comercial y de servicios, bajo una lógica de maquilización y extractivismo acompañada de una disminución en la capacidad para generar empleo con el consecuente desencadenamiento de dinámicas de expulsión y descomposición social (Cypher y Delgado, 2011). A tal grado se ha dado este proceso que el país ha tenido uno de los peores desempeños en crecimiento económico de toda América Latina. En contraste, en Estados Unidos el proceso ha contribuido a nutrir y flexibilizar la oferta laboral, abaratar costos e incrementar los beneficios al capital.

Acontece en la manufactura un doble movimiento observado desde 1994 y que prevalece hasta la fecha. Por un lado, se aprecia una sustitución de trabajadores nativos por migrantes (Cuadro 2). Es necesario considerar que en los periodos 1994-2008 y 2008-2016, el personal nativo ocupado en ese sector disminuyó en 4.3 millones y casi 5.6 millones, respectivamente, al tiempo que los migrantes ocupados aumentaron en 411 mil y disminuyeron en 394 mil. Concerniente a los inmigrantes mexicanos, mantuvieron un crecimiento positivo: poco más de 163 mil trabajadores se sumaron entre 1994 y 2008 y 246 mil entre 2008 y 2016. Por otro lado, para ciertos grupos de inmigrantes, en particular los mexicanos, se otorgaron niveles salariales muy bajos (Cuadro 2). En 2016, el salario promedio anual de un migrante mexicano ocupado en la manufactura equivalía al que percibía un nativo en ese sector en 1994. Mientras los trabajadores nativos de origen no mexicano ganaron en promedio casi 55 mil dólares al año (25.5 por hora) en 2016, los inmigrantes mexicanos percibieron menos de 32 mil dólares (15.6 dólares por hora) y los nativos de origen mexicano 40 mil dólares (19.3 dólares por hora). De acuerdo con Scott (2015), las principales causas de la pérdida de empleo en la industria manufacturera, que comenzó en 1998, obedecieron al creciente déficit comercial con China, México y otras naciones de bajos salarios, así como a las recesiones de 2001 y 2007. Se trata, en pocas palabras, del imperio del arbitraje laboral global como pivote de la estrategia de dominación imperialista comandada por las grandes corporaciones multinacionales de base estadounidense (Suwandi y Foster, 2016).

Cuadro 2 Ocupados en la manufactura según condición migratoria 1994, 2008 y 2016 

Ocupados 1994 2008 2016 Diferencia 1994-2008 (miles de personas) Tasa de crecimiento 1994-2008 Diferencia 2008-2016 (miles de personas) Tasa de crecimiento 2008-2016 Diferencia 1994-2016 (miles de personas)
Manufactura
Población ocupada (miles de personas) 19 758 15 843 9 891 -3 915 -1.6 -5 952 -5.7 -9 867
Salario promedio anual (dólares) 29 013 47 316 52 626
Población ocupada nativa 17 180 12 853 7 296 -4 327 -2.1 -5 557 -6.8 -9 884
Salario promedio anual (dólares) 29 688 48 637 54 018
Mexicoamericana 463 593 577 130 1.8 -16 -0.3 114
Salario promedio anual (dólares) 24 757 35 335 40 499
Resto de nativos 16 717 12 260 6 719 -4 456 -2.2 -5 542 -7.2 -9 998
Salario promedio anual (dólares) 29 824 49 279 54 838
Población ocupada migrante 2 578 2 990 2 595 411 1.1 -394 -1.8 17
Salario promedio anual (dólares) 24 389 41 555 42 351
Mexicana 904 1 067 1 314 163 1.2 246 2.6 409
Salario promedio anual (dólares) 15 691 27 190 31 996
No mexicana 1 674 1 922 1 282 248 1.0 -640 -4.9 -392
Salario promedio anual (dólares) 29 093 49 655 54 354
1994 2008 2016
Diferencia salarial del nativo versus migrante mexicano 13 997 21 447 22 022
Diferencia salarial del migrante no mexicano versus mexicano 13 402 22 465 22 359
% de la población ocupada nativa respecto al total de ocupados en manufactura 87.0 81.1 73.8
% de población ocupada migrante ocupados en manufactura no mexicana respecto al total de 8.5 8.5 8.5
% de población ocupada migrante mexicana respecto al total de ocupados en manufactura 4.6 6.7 13.3
% de población ocupada mexicoamericana respecto al total de ocupados en manufactura 2.3 3.7 5.8

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 1994, 2008 y 2016.

Desde el inicio de la recesión económica en 2007 hasta marzo de 2011 se perdieron poco más de 7.4 millones de empleos en Estados Unidos. Si bien 6 por ciento de los inmigrantes mexicanos fue afectado, los nativos de origen mexicano incrementaron un poco su participación en el empleo y debido a sus relativamente bajos ingresos amortiguaron hasta cierto punto el impacto negativo de la crisis sobre la economía estadounidense (Gaspar, 2017).

Los sectores económicos más perjudicados entre la población de origen mexicano (inmigrante y nativa) entre 2008 y 2016 fueron la construcción y la manufactura, en ese orden de importancia. En cambio, se registraron aumentos en los sectores de administración pública, minería y agricultura, silvicultura, pesca y caza (Cuadro 3). Asimismo, aunque en menor medida, la cifra de trabajadores de origen mexicano ocupados en administración pública creció en 9.2 por ciento (30 mil 444 nuevos empleos). Los sectores de mayor crecimiento para la población nativa de origen mexicano fueron agricultura, silvicultura, pesca y caza (92.0 por ciento), recreativos y hospitalidad (84.7 por ciento), minería (64.5 por ciento), servicios profesionales y empresariales (56.3 por ciento), transporte y servicios públicos (51.9 por ciento) y educación y servicios de salud (42.9 por ciento).

Cuadro 3 Importancia relativa de la población de origen mexicano (inmigrante y nativa) en 2016 y crecimiento del empleo entre 2008 y 2016 

Distribución porcentual Peso relativo 2016 Crecimiento porcentual 2008 y 2016
Inmigrantes mexicanos Nativos mexicoamericanos Inmigrantes mexicanos/ total de inmigrantes Inmigrantes mexicanos/ total de nativos Nativos Mexicoamericanos/ total de nativos Inmigrantes mexicanos Nativos mexicoamericanos
Agricultura, silvicultura, pesca y caza 6.4 0.9 80.1 24-8 3.8 31.5 92.0
Minería 0.6 0.9 38.1 6.6 9.9 48.2 64.5
Construcción 17.7 7.0 50.6 18.0 7.9 -12.8 18.8
Manufactura 12.9 8.3 32.0 7.9 5.7 -10.1 15.3
Comercio al mayoreo y menudeo 10.4 16.2 24.0 4.6 7.8 0.2 28.6
Transporte y servicios públicos 4.0 6.7 20.8 4.5 8.3 18.3 51.9
Información 0.6 1.5 11.4 1.7 4.8 6.8 2.4
Actividades financieras 2.7 5.9 14.1 2.2 5.4 29.7 19.4
Servicios profesionales y empresariales 13.0 10.2 25.1 6.8 5.9 25.1 56.3
Educación y servicios de salud 9.0 21.4 13.3 2.2 5.8 24.5 42.9
Recreativos y hospitalidad 15.3 12.3 36.5 10.3 9.2 8.3 84.7
Otros servicios 5.8 4.3 28.3 8.0 6.5 5.0 30.3
Administración pública 1.4 4.4 15.6 1.7 5.9 84.2 9.2

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 2008 y 2016.

La precariedad del mercado laboral se agudiza con el reemplazo de trabajadores, la inestabilidad o la fragilidad en el empleo y el marcado declive en los estándares laborales en un contexto de desmantelamiento sindical. Este proceso forma parte de la estrategia de desindustrialización de la economía estadounidense y la configuración de redes globales de capital, donde el modelo mexicano de exportación de fuerza de trabajo barata desempeña un papel central.

Contribución a la producción

La gran cantidad de migrantes mexicanos que residen y trabajan en Estados Unidos participa de manera notable en el crecimiento económico de la economía más poderosa del mundo. Su contribución al producto interno bruto (PIB)se elevó entre 1998 y 2016 en 172 por ciento, mientras que el PIB nacional creció en 41.8 por ciento anual.2 En 2016 tal aporte ascendió a 819 mil millones de dólares (MMDD), cifra que corresponde a 4.9 por ciento del PIB estadounidense y 66 por ciento del PIB mexicano. Complementariamente, la población nativa de origen mexicano colaboró con 10.6 por ciento, lo que en términos absolutos equivale a un incremento de 547 MMDD entre 1998 y 2016. En conjunto, la población de origen mexicano (inmigrante y nativa) contribuyó con 19.4 por ciento (Gráficas 2 y 3).

Fuente: estimaciones de los autores basadas en U.S. Bureau of Economic Analysis, Gross Domestic Product by Industry Accounts, 1998 a 2016, y Current Population Survey (CPS), March supplement, 1998-2016.

Gráfica 2 Contribución de los migrantes mexicanos y mexicoamericanos al PIB 1996-2016 

Fuente: estimaciones de los autores basadas en U.S. Bureau of Economic Analysis, Gross Domestic Product by Industry Accounts, 1998 a 2016, y Current Population Survey (CPS), March supplement, 1998-2016.

Gráfica 3 Contribución al crecimiento del PIB en Estados Unidos por origen 1998 y 2016 

Resulta pertinente subrayar el hecho de que entre 2008 y 2016, pese a la crisis, el PIB de Estados Unidos creció en términos reales 1 832 MMDD (a precios de 2009). A dicho aumento los mexicanos aportaron 103 MMDD, lo que corresponde a 5.6 por ciento. El PIB de la población nativa de origen mexicano creció en 16.0 por ciento con 294 MMDD, lo que en conjunto (migrantes mexicanos y sus descendientes) implicó un incremento de 21.6 por ciento. Entre 2008 y 2016, la contribución de los inmigrantes al crecimiento del PIB estadounidense fue de 15.9 por ciento; el grupo de inmigrantes que más aportó fue el de los mexicanos con 35.2 por ciento (véase Cuadro 4).

Cuadro 4 Indicadores del PIB y fuerza de trabajo 2007-2016 

Año PIB (mmdd a precios de2009) Importancia del Aporte de los mexicanos PIB Aportación
PIB EU
Aporte a la fuerza laboral
Estados Unidos Inmigrantes mexicanos Nativas mexicoamericanas México Estados Unidos México Nativas mexicoamericanas Inmigrantes mexicanos Nativas mexicoamericanas
2007 14 874 741 582 1 035 5.0% 71.6% 3.9% 5.0% 3.9%
2008 14 830 717 612 1 049 4.8% 68.3% 4.1% 4.8% 4.1%
2009 14 419 690 620 1 000 4.8% 69.0% 4.3% 4.8% 4.3%
2010 14 784 726 624 1 051 4.9% 69.0% 4.2% 4.9% 4.2%
2011 15 021 723 653 1 094 4.8% 66.1% 4.3% 4.8% 4.3%
2012 15 355 763 721 1 138 5.0% 67.1% 4.7% 5.0% 4.7%
2013 15 612 763 721 1 153 4.9% 66.2% 4.9% 4.9% 4.9%
2014 15 982 793 842 1 179 5.0% 67.3% 5.3% 5.0% 5.3%
2015 16 397 842 870 1 210 5.1% 69.6% 5.3% 5.1% 5.3%
2016 16 662 819 906 1 238 4.9% 66.2% 5.4% 4.9% 5.4%
2008-2016 1 832 103 294 5.6% 16.0% 7.1% 38.5%

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 2003-2016, BEA, Banco Mundial.

El ejercicio se realizó aplicando la metodología propuesta por Simde.

Subsidio a la seguridad social

Con frecuencia suele afirmarse que los migrantes constituyen una carga fiscal y social para las naciones receptoras. Se trata de otro gran mito que contraviene la evidencia. Los migrantes mexicanos residentes en Estados Unidos aportaron al fondo fiscal 14.5 MMDD por concepto de impuestos directos al trabajo y de impuestos indirectos vía consumo (44.3 MMDD) en 2008 (Cuadros 5a y 5b). Esa cantidad duplica el monto total de remesas enviado a México e irónicamente equivale al presupuesto de la Patrulla Fronteriza, el cual en el mismo año fue de 53 MMDD, según el Department of Homeland Security.

Cuadro 5a Pago de impuestos sobre el producto al salario e ingresos por fuente de la población ocupada según grupo de origen en Estados Unidos (varios años) 

Millones de dólares 1994 2000 2005 2008 2010 2016
Total de impuesto por trabajo 411 741 608 910 759 698 873 476 860 960 1 067 118
Migrantes mexicanos
Pago de impuesto 2 686 5 827 11 742 14 468 13 409 26 029
% de participación en el impuesto total 0.7 1.0 1.5 1.7 1.6 2.4
Ingresos por tipo de fuente 108 94 164 159 291 309
Ingresos por asistencia infantil 6 15 31 34 47 54
Ingresos por asistencia educativa 8 6 28 24 29 56
Asistencia pública 14 7 9 14 6 13
Seguridad social 32 30 45 42 77 120
Ingresos por desempleo 45 34 48 43 124 57
Ingresos veteranos 3 2 1 0 8 10
Ingreso discapacidad 0 0 0 1 0
Total ingreso/pago impuesto 4.0 1.6 1.4 1.1 2.2 2.4
Migrante no mexicano
Pago impuesto 27 227 49 909 76 524 95 139 92 176 139 157
% de participación en el impuesto total 6.6 8.2 10.1 10.9 10.7 13.0
Ingreso por tipo de fuente 710 900 900 1 008 1 298 1 767
Ingreso por asistencia infantil 108 123 123 143 117 152
Ingreso por asistencia educativa 161 219 219 288 237 490
Asistencia pública 32 17 17 11 12 26
Seguridad social 285 374 374 465 597 902
Ingresos por desempleo 78 127 127 69 289 95
Ingresos veteranos 3 2 1 0 8 10
Ingreso discapacidad 5 0 0 0 0 5
Total ingresos/pago impuesto 2.6 1.8 1.2 1.1 1.4 2.5

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 1994, 2000, 2005, 2008, 2010 y 2016 y Federal Insurance Contributions Act.

Se aplicó la metodología propuesta por Héctor Rodríguez como parte de los trabajos del Simde.

Cuadro 5 Pago de impuestos sobre el producto al salario e ingresos por fuente de la población ocupada según grupo de origen en Estados Unidos (varios años) 

Millones de dólares 1994 2000 2005 2008 2010 2016
Total de impuesto por trabajo 411 741 608 910 759 698 873 476 860 960 1 067 118
Nativos mexicoamericanos
Pago de impuesto 4 638 8 251 12 704 14 919 15 641 30 360
% de participación en el impuesto total 1.1 1.4 1.7 1.7 1.8 2.8
Ingresos por tipo de fuente 172 273 367 390 527 690
Ingresos por asistencia infantil 28 48 75 84 67 98
Ingresos por asistencia educativa 34 59 105 90 129 247
Asistencia pública 21 27 10 18 11 16
Seguridad social 42 88 97 130 136 161
Ingresos por desempleo 42 40 52 46 150 83
Ingresos veteranos 4 10 27 22 34 80
Ingreso discapacidad 0 0 0 0 0 5
Total ingreso/pago impuesto 3.7 3.3 2.9 2.6 3.4 4.5
Otros nativos
Pago impuesto 377 190 544 923 658 727 748 950 739 653 871 572
% de participación en el impuesto total 91.6 89.5 86.7 85.7 85.9 81.7
Ingreso por tipo de fuente 7 100 8 697 11 431 12 018 14 984 16 936
Ingreso por asistencia infantil 1 089 1 530 1 827 1 660 1 494 1 492
Ingreso por asistencia educativa 1 211 1 695 2 152 2 218 2 360 3 222
Asistencia pública 283 201 98 95 101 113
Seguridad social 2 812 3 925 5 488 6 130 7 094 9 662
Ingresos por desempleo 1 286 738 1 171 1 073 2 970 954
Ingresos veteranos 408 577 685 809 959 1 424
Ingreso discapacidad 11 31 10 34 6 68
Total ingresos/pago impuesto 1.9 1.6 1.7 1.6 2.0 3.9

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 1994, 2000, 2005, 2008, 2010 y 2016 y Federal Insurance Contributions Act.

Se aplicó la metodología propuesta por Héctor Rodríguez como parte de los trabajos del Simde.

En la estadística del Cuadro 5a se advierte que el pago de impuesto al trabajo de los mexicanos (26 MMDD en 2016) representa casi una aportación neta al fisco de Estados Unidos, pues los ingresos percibidos por concepto de asistencia infantil, educación, asistencia pública, seguridad social, desempleo, ingreso para veteranos y discapacidad, sólo ascienden a 309 MMDD (2.4 por ciento de las aportaciones totales). Tales ingresos son inferiores a los recibidos por el resto de los grupos poblacionales. En general se observa que la población inmigrante mexicana y su descendencia dieron mucho más de lo que recibieron en pago de impuestos y de los servicios públicos recibidos (Cuadros 5a y 5b).

Los migrantes mexicanos ocupados carecen de una amplia gama de servicios sociales, tampoco tienen acceso a la seguridad social ni a programas de asistencia pública; la mayoría de los asalariados ocupa el rubro más bajo en la percepción de ingresos y presenta los índices de pobreza más altos. De acuerdo con la Encuesta Continua de Población 2016 (cps, por sus siglas en inglés), 2.7 millones de migrantes mexicanos residentes en Estados Unidos se ubicaron en la categoría de pobres y entre los mexicanos ocupados poco más de un millón se encuentra en esa situación; en tanto, en 2011 esas cifras eran de 3.5 y 1.4 millones respectivamente. Su descendencia observa proporciones similares de pobres, 22.4 por ciento de los 24.8 millones de nativos de ascendencia mexicana (5.6 millones). En adición, los niveles educativos de los mexicanos siguen siendo relativamente bajos frente a otros grupos nacionales y ante los nativos de origen mexicano: 5 de cada 10 cuentan con menos de 12 años de escolaridad, proporción que descendió en 5.2 puntos porcentuales (Cuadro 6a).

Cuadro 6a Indicadores de rezago social 2011 y 2016 

Estados Unidos Inmigrantes Nativos
México No mexicanos Mexicoamericanos de segunda generación Mexicoamericanos de tercera generación y más Otros nativos
2011
% población en condición de pobreza 15.2 29.8 15.2 33.0 22.6 13.4
% población sin cobertura de salud 16.3 53.6 25.0 22.5 20.0 13.0
% hasta secundaria sin diploma* 17.8 57.5 18.9 35.4 28.5 14.5
2016
% población en condición de pobreza 13.7 22.4 14.1 24.0 20.7 12.3
% población sin cobertura de salud 9.1 31.3 12.8 11.4 10.4 7.3
% hasta secundaria sin diploma* 16.0 52.3 17.8 29.2 24.7 12.8

*Población de 22 años o más

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 2016.

El trabajo precario se asocia con condiciones que se apartan de los atributos que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asigna al trabajo decente, como empleo seguro (bajo contrato permanente), a jornada completa, con beneficios y derechos legales. En ese sentido, el acceso a servicios de salud ofrecidos por el empleador y a un plan de pensión tiende a ser limitado para los inmigrantes (y en particular para los mexicanos): casi 8 de cada 10 carece de un plan de pensión y no tiene un seguro. Asimismo, la población nativa de origen mexicano ostenta indicadores de precariedad similares a los de los inmigrantes. La inseguridad laboral implica un alto riesgo de pérdida de empleo, lo que a su vez genera una serie de problemas como pobreza, desigualdad e inseguridad económica. Los inmigrantes mexicanos, junto con los nativos de origen mexicano, tienen la proporción más alta de trabajadores que laboraron únicamente una parte del año: 21.3 y 21.4 por ciento, respectivamente (Cuadro 6b).

Cuadro 6b Indicadores de precariedad laboral 2011 y 2016 

Estados Unidos Inmigrantes Nativos
México No mexicanos Mexicoamericanos de segunda generación Mexicoamericanos de tercera generación y más Otros nativos
2011
Tasa de desempleo 9.5 11.9 9.2 14.6 12.7 9.1
% laboró parte del año 16.9 21.3 15.4 21.4 17.3 16.7
% sin acceso a seguro médico ofrecido por el empleador 48.0 72.6 53.5 57.2 50.8 45.4
% sin plan de pensión o de retiro ofrecido por el empleador 48.2 76.3 57.7 57.4 53.1 44.7
Ingreso promedio anual en dólares 42 481 25 722 43 806 31 224 34 036 43 843
Diferencia salarial respecto a la media nacional 21 14 22 17 18 22
2016
Tasa de desempleo 5.3 5.1 4.3 7.9 6.9 5.3
% laboró parte del año 16.9 21.3 15.4 21.4 17.3 16.7
% sin acceso a seguro médico ofrecido por el empleador 48.8 65.8 52.1 57.3 53.0 46.7
% sin plan de pensión o de retiro ofrecido por el empleador 56.1 75.9 62.3 63.7 59.2 53.4
Ingreso promedio anual en dólares 48 047 31 722 51 696 35 817 38 600 49 257
Ingreso promedio por hora en dólares 23 16 24 17 19 23

Fuente: estimación de los autores con base en US Bureau of Labor Statistics, Current Population Survey (CPS), March supplement, 2011 y 2016.

Indocumentados

Un dato relevante que debe tenerse en cuenta es el número de inmigrantes indocumentados de origen mexicano, que pasó de 2 millones en 1990 (46.5 por ciento del total) a 6.5 millones en 2010 (58 por ciento). De acuerdo con estimaciones del Pew Hispanic Center (Passel y Cohn, 2016a), la cifra alcanzó su máximo histórico en 2007 y a partir de ese año descendió a 5.8 millones en 2014; aun así representa el grupo con más indocumentados en Estados Unidos. Ningún otro país cuenta con una proporción tan grande de su población en el extranjero, ubicada bajo el estigma de la irregularidad, con todo lo que ello entraña en términos de vulnerabilidad, discriminación y exclusión social. Entonces, se trata de un contrasentido y de hipocresía frente a los significativos aportes de los migrantes mexicanos a la economía estadounidense, que sólo pueden explicarse por el afán insaciable de lucro de los intereses corporativos que dominan el escenario del poder político estadounidense. La evidencia disponible sobre la contribución de la población indocumentada a la economía de Estados Unidos es contundente e irrefutable. Los datos referidos de los migrantes mexicanos en los apartados anteriores no distinguen entre la población en situación regular o irregular. Al respecto, es indispensable aclarar lo siguiente:

  • Los inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos son consumidores y contribuyentes. Según estimaciones del Institute on Taxation and Economic Policy (Christensen, Gardner, Hill y Wiehe, 2017), los 11 millones de indocumentados pagan en impuestos estatales y locales 11 mil 740 millones de dólares (mdd), 8 por ciento de sus ingresos; lo que significa que la población mexicana indocumentada realiza una aportación importante al erario público estadounidense. Se estima que 66 por ciento de los indocumentados en 2014 tenía más de diez años de residencia y que 5.8 millones eran mexicanos (Passel y Cohn, 2016).

  • Adicionalmente, los inmigrantes indocumentados y la mayoría de los residentes legales permanentes no tienen acceso a beneficios sociales públicos, de acuerdo con la Ley del IRCA y su posterior reforma IIRIRA (Ley IRCA, 1996).

  • A pesar de que algunos gobiernos estatales y locales ofrecen determinados servicios públicos para los inmigrantes, el gasto estatal y local destinado específicamente para inmigrantes no autorizados representa una proporción pequeña del total, menos de 5 por ciento (CBO, 2007).

  • Más de 1.3 millones de inmigrantes de los 11 millones de indocumentados son elegibles para el programa Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA). Este grupo contribuye con 2 MMDD al año en impuestos estatales y locales (8.9 por ciento de sus ingresos). La continuidad del DACA aumentaría en 425 mdd, con un incremento de 9 por ciento en la tasa impositiva (Hill y Wiehe, 2017). Entre los jóvenes elegibles para el programa, derogado por la administración de Donald Trump, 81 por ciento son inmigrantes mexicanos (DHS, 2017).

  • La participación de los inmigrantes indocumentados en sectores económicos como construcción, agricultura, silvicultura y pesca, minería y servicios es fundamental. No suelen competir por trabajos con alta presencia de nativos y, en cambio, desempeñan un papel importante en la satisfacción de la demanda laboral y en la creación de empleos.

Lo anterior pone de relieve que la migración irregular no es ni puede ser concebida como un acto criminal; puesto que se trata de una «política de Estado» impulsada por el gobierno de Estados Unidos a través de un sistema de otorgamiento de visas que no sólo se aparta de la demanda del mercado laboral estadounidense, sino que tiene un cariz discriminatorio. No es casual el hecho de que la mitad de los indocumentados sea de origen mexicano y que 70 por ciento incorpore a los países del triángulo norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador. Aunado a ello, habría que agregar que las consabidas vicisitudes, la discriminación y las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que enfrentan los migrantes centroamericanos en tránsito por México guardan relación con esta política, solapada por el gobierno mexicano, sin el menor recato o miramiento.

Transferencia de costos educativos y de reproducción social

La inserción laboral de los migrantes en Estados Unidos comprende una transferencia de recursos derivados de los costos de reproducción educativa y social de la fuerza de trabajo. Tales costos fueron cubiertos en México a través de programas de educación, salud y asistencia social. La migración laboral representa un ahorro en formación de fuerza de trabajo para Estados Unidos, además de que el perfil demográfico de los inmigrantes corresponde a la etapa de mayor productividad. No obstante, los costos de producción y reproducción de la fuerza laboral son considerablemente menores en México.

En efecto, al tomar en cuenta el nivel de escolaridad de los migrantes mexicanos que arribaron por vez primera a Estados Unidos y el costo educativo implícito en la fuerza de trabajo, conforme a estimaciones del Sistema de Información sobre Migración y Desarrollo (Simde) de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, entre 1994 y 2008 México le transfirió 83 MMDD (a precios de 2008) (Delgado, Márquez y Rodríguez, 2009). Si los niveles de escolaridad que los migrantes mexicanos llevaron consigo a Estados Unidos se hubieran alcanzado en las escuelas públicas de ese país, el costo educativo habría sido de 613 MMDD, a precios constantes de 2008, en el mismo periodo (Delgado, Márquez y Rodríguez, 2009). Las remesas canalizadas a México, que suelen ser consideradas una pérdida de recursos para Estados Unidos, habrían alcanzado apenas 30 por ciento del recurso educativo transferido por la fuerza de trabajo migrante de origen mexicano.

Estimaciones propias recientes indican que México transfirió aproximadamente 636 MMDD en 2015 por los niveles de escolaridad de los migrantes mexicanos; cabe destacar que esta estimación excluye a los inmigrantes mexicanos con estudios completos en Estados Unidos. Si se considera el costo educativo total, habría sido de 845 MMDD, 209 MMDD de los cuales corresponden a inmigrantes mexicanos con estudios en ese país. 3

Además del costo educativo, la migración implica una transferencia de recursos invertidos en reproducción social, es decir, en la formación de las personas antes de emigrar. Los costos incluyen diversos rubros: bienestar público, programas sociales y gastos familiares (entre ellos una porción notable de las remesas, que contribuyen al establecimiento de una nueva fuerza laboral emigrante). Aunque los costos son difíciles de medir comprenden la base socioeconómica para la formación de capital humano. A partir de la canasta básica estimada por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, como una expresión del costo de vida, el Simde ha calculado que México transfirió 257 MMDD (a precios de 2008) a Estados Unidos entre 1994 y 2008, 1.4 veces la cantidad total de remesas recibidas durante ese periodo (Delgado, Márquez y Rodríguez, 2009).4

La sumatoria de los costos sociales y educativos (en los términos conservadores ya mencionados, de educación pública y canasta básica) arroja un total de 340 MMDD (1.8 veces la cantidad del total de remesas entre 1994 y 2008). Es muy baja la estimación porque valora los servicios proporcionados en México, en vez de hacerlo sobre costos de oportunidad de los servicios en Estados Unidos. A precios estadounidenses el valor de la transferencia educativa se eleva 7.4 veces respecto a los 83 MMDD estimados por el Simde.

El cálculo de la transferencia de la migración comienza con el inmigrante que se halla en territorio estadounidense; es decir, los costos educativos y de reproducción socioeconómica efectuados en México no se contabilizan. Si se incluyesen y las transferencias de México a Estados Unidos fuesen parte de un cálculo ajustado al valor equivalente al poder adquisitivo en dólares, sería evidente que la sociedad mexicana «subsidia» a la economía estadounidense a través de la migración laboral. Es claro que se trata de una modalidad de intercambio desigual entre ambas naciones que no suele ser reconocida y cambia radicalmente las percepciones concebidas acerca del fenómeno migratorio.

Conclusiones

Puede afirmarse que lo ya expuesto aporta diversos elementos que desmitifican la visión dominante del vínculo entre migración y desarrollo. La migración forzada está dentro del engranaje de la reestructuración capitalista bajo la égida neoliberal comandada por Estados Unidos. Los enfoques dominantes resultan limitados para dar cuenta del complejo entramado estructural que subyace a las migraciones internacionales en el capitalismo contemporáneo. Como lo devela el caso mexicano, en el contexto de la globalización neoliberal se reconfiguran las relaciones internacionales con el objeto de dar paso a una nueva división internacional del trabajo que expresa una profunda recomposición de las relaciones de clase a favor del capital y, en específico, de las grandes corporaciones multinacionales. En la reconfiguración adquiere relevancia su reestructuración a fin de aprovechar los bajos costos laborales y perpetuar grandes diferenciales en la periferia del sistema y la migración laboral forzada hacia los países centrales.

Los migrantes son parte esencial del complejo entramado en virtud de que satisfacen la demanda laboral y abaratan los procesos productivos en los países centrales. En lugar de reconocer públicamente su aporte, los gobiernos de los países receptores, y en concreto el gobierno estadounidense, difunden un discurso discriminatorio y criminalizador que concibe a los inmigrantes como un peso para la sociedad receptora y un peligro a la seguridad interna. Al estigmatizar la fuerza de trabajo y en múltiples sentidos convertirla en indocumentada (mediante el establecimiento de una cuota de visas muy inferior a la demanda efectiva del mercado laboral), contribuye de manera perversa a su abaratamiento, flexibilización y vulnerabilidad. Así, el Estado desempeña una función decisiva en la regulación de los flujos migratorios de conformidad con los intereses de las clases dominantes y las corporaciones que representan. Al ocultar dicha realidad, los migrantes se muestran, ante la opinión pública de las sociedades receptoras, culpables de muchos de los males que los afligen: desmantelamiento del estado de bienestar, disminución de las clases medias, desempleo y precarización laboral, entre otros.

La exportación de fuerza de trabajo propicia modos superlativos de transferencia de excedentes que profundizan las dinámicas de desarrollo desigual. En particular, la migración laboral constituye no sólo la transferencia de los costos de formación y reproducción de la población forzada a desplazarse de sus lugares de origen, sino también la pérdida del recurso más importante para el crecimiento y desarrollo económico del país emisor, México. La creciente incorporación de fuerza de trabajo altamente calificada de la periferia al centro agrava todavía más esa problemática y compromete en extremo las posibilidades de construir un sistema nacional de innovación en el que se configuren las perspectivas de desarrollo nacional. Examinar las modalidades de intercambio desigual plantea significativos desafíos teóricos, metodológicos y empíricos para avanzar en la concepción y la caracterización del capitalismo contemporáneo y la problemática del desarrollo desigual. Los postulados que enarbolan las teorías del intercambio desigual, sustentados en las diferencias salariales que emergen de los obstáculos a la movilidad poblacional (lo que se conoce como arbitraje laboral global) abren una veta primordial analítica para el progreso de esta perspectiva.

En síntesis: aceptar la falsa premisa de que la migración posibilita el desarrollo de los países de origen supone ignorar las causas de la migración forzada que prevalece en la actualidad, así como las múltiples contribuciones que los migrantes hacen a las economías de los países de destino, con todas las implicaciones en términos de estigmatización y criminalización de la migración laboral. Ante ese escenario y frente al pacto mundial de 2018, es imprescindible constatar que la migración, como se ha enfatizado, no representa un subsidio norte-sur, ni mucho menos una avenida para el desarrollo de los países de origen migratorio.

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1 Para los fines de este estudio se clasifica a la población por lugar de nacimiento y origen étnico en los siguientes grupos poblacionales: 1) inmigrantes mexicanos: nacidos en México, 2) inmigrantes no mexicanos: nacidos en un país distinto a México o Estados Unidos, 3) nativos mexicoamericanos: nacidos en Estados Unidos con uno o ambos padres nacidos en México o que se declaran de origen mexicano, 4) otros nativos: nacidos en Estados Unidos de origen no mexicano.

2La estimación de la participación del PIB se basa en la metodología propuesta por Alejandro Canales (2010) como parte de los trabajos de Simde. Fue realizada con datos de Current population Survey (CPS), suplemento de marzo 1998-2016, e información del Buró de Análisis Económico (BEA) 1998-2016 base 2009.

3Para estimar el pago de impuestos se utilizó la metodología propuesta por Héctor Rodríguez (2010) en los trabajos del Simde. Consistió en aplicar el ingreso por trabajo antes de impuestos, el porcentaje producto del impuesto federal (7.65 por ciento) y el impuesto estatal que cada individuo debe pagar. El cálculo se basa en la CPS, suplemento de marzo, y se desagrega por grupo de origen e ingresos públicos incluidos en ella, como ingresos por asistencia infantil, educativa, pública, seguridad social, desempleo, veteranos y discapacidad. Cabe mencionar que la estimación del gasto educativo entre 1994 y 2008 se sustenta también en la metodología de Rodríguez.

4A fin de calcular la transferencia de costos educativos en 2015 se utilizó la metodología propuesta por Selene Gaspar (2017) en los trabajos del Simde. Este indicador se estima mediante un procedimiento indirecto (proxi): los migrantes mexicanos que tienen estudios en Estados Unidos, estudios mixtos y en México (véase Gaspar, 2016) por nivel educativo con base en American Community Survey (ACS) 2015. Posteriormente se obtiene el gasto público por alumno y el nivel de escolaridad de las estadísticas que ofrece el National Center of Education Statistics U.S. La estimación del gasto público por alumno en nivel educativo se cruza con el nivel educativo de los migrantes según el lugar donde obtuvieron su formación académica, de ese modo se consigue el gasto educativo por migrante (Gaspar, 2017). Final- mente, el cálculo de la transferencia por concepto de educación toma en consideración a los que tienen estudios mixtos y en México.

Raúl Delgado Wise actualmente dirige la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, México. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos. Es presidente de la Red Internacional de Migración y Desarrollo (RIMD), codirector de la Red de Estudios Críticos del Desarrollo y director de la revista Migración y Desarrollo. Coordina también la Cátedra unesco sobre Migración, Desarrollo y Derechos Humanos. Ha sido conferencista en más de treinta países alrededor del mundo. Entre sus publicaciones más recientes destacan los artículos «Migración calificada: entre la pérdida de talento y la oportunidad de transformar a México con innovación», con Mónica Guadalupe Chávez Elorza; «The migration-development nexus»; «Hacia un nuevo horizonte emancipatorio: contribuciones del zapatismo a la teoría y práctica revolucionarias», con Aída Martínez Olivares; y el libro Agrarian change, migration and development, con Henry Veltmeyer.

Selene Gaspar Olvera, maestra en Demografía Social, es investigadora de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Su línea de investigación es la migración internacional. Ha coordinado los libros El retorno de personas mexicanas en el nuevo escenario migratorio entre México y Estados Unidos, con Luciana Gandini y Fernando Lozano Ascencio; y El retorno de los migrantes mexicanos de Estados Unidos, Oaxaca, Zacatecas, Puebla, Guerrero y Chiapas 2000-2012, con Raúl Delgado Wise y Humberto Márquez Covarrubias. Es autora, además, de Ten myths about migration and development: revelations involving the Mexico-United States experience.

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