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CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versión impresa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.2 no.4 Monterrey ago./dic. 2006

 

Communitas

 

La División Norte-Sur y los Estudios Internacionales

 

Gabriela De la Paz*

 

47vo. Congreso de la International Studies Association, en San Diego, California, marzo 2006

 

* ITESM, Campus Monterrey. gdelapaz@itesm.mx

 

La diferencia entre las regiones del mundo no es una preocupación nueva. En la década de 1970, se habló de esta disparidad Norte-Sur que evidenció las consecuencias del colonialismo en África y Asia, tras décadas en las que los programas de ayuda de la ONU no fueron suficientes para que los países recién independizados alcanzaran un desarrollo pleno. Estos países estaban asolados por las deudas y por una desigualdad económica que impedía una movilidad social, equidad social, igualdad política y crecimiento económico.

Desde entonces, los contrastes entre un Norte, desarrollado y próspero, y un Sur, subdesarrollado y pobre, se han incrementado, pese a que las instituciones internacionales que prestan ayuda financiera y económica a estos países han impuesto candados para evitar que la corrupción y la ausencia de rendición de cuentas sigan desviando los recursos. La historia se repite, una y otra vez, cada cierto tiempo. Algunos logran beneficiarse de estas reformas de carácter neoliberal, pero el grueso de los más pobres, no. La consecuencia es que, dentro de los mismos países del Sur, se crean franjas de subdesarrollo que replican la división Norte-Sur que ocurre a nivel mundial.

En atención a estas disparidades que cobran cada vez una mayor importancia, la convocatoria para el congreso de la International Studies Association (ISA) 2006 tuvo como objetivo reflexionar sobre "Las división Norte-Sur y los estudios internacionales". El propósito de los organizadores era hacer notar que, si bien la división Este-Oeste predominó durante la segunda mitad del siglo XX, a comienzos de 2000, las diferencias persisten. La brecha actual va más allá de lo ideológico y separa al Norte del Sur.

El tema es similar al que ya se había tratado en la Convención 42 de la ISA, celebrado en febrero de 2001 en Chicago, IL: "Relaciones internacionales y la nueva inequidad: poder, riqueza y la transformación de la sociedad global a principios del siglo veintiuno". Con una prudente distancia de cinco años, para la reunión de San Diego, CA, la ISA invitó a discutir la división Norte-Sur como una propuesta para analizar la visión Este-Oeste que predominó durante la Guerra Fría. Cada quien desde su especialidad, contribuiría con un diagnóstico de la segmentación Norte-Sur y sobre cómo esta gran disparidad que abarca todos los ámbitos de la existencia humana es, a la vez, causa y efecto de los problemas que todos estudiamos. Sin embargo, los ataques terroristas del 11 de septiembre de ese mismo año trajeron, de nueva cuenta, los asuntos de seguridad nacional a las mesas de debate y ha permanecido en ellas desde entonces.

En total, en el 47vo. Congreso de la ISA se presentaron al menos 870 paneles y posters como resultado de la convocatoria. Éstos se organizaron por secciones, de las cuales la misma ISA patrocinó 23. Las restantes 13 secciones fueron patrocinadas por asociaciones de otros países, lo que convierte a este tipo de eventos de la ISA en el foro principal de estudios internacionales. Así, algunas de estas asociaciones fueron: American Political Science Association (APSA), British International Studies Association (BISA), Austrian Institute for International Affairs (OIIP), Croatian International Studies Association, Mexican International Studies Association (MISA, o Asociación Mexicana de Estudios Internacionales), African Politics Conference Group (APCG), Canadian International Studies Association, entre otras.

La ciudad sede y su entorno fueron un ejemplo perfecto de la enorme brecha entre el Norte y el Sur, tal como lo muestran las diversas aristas de la relación entre México y Estados Unidos. Las cifras de la economía que presenta la página de internet de la Embajada de Estados Unidos, en México, nos permiten dar un rápido vistazo a esta desigualdad: de acuerdo con la oficina del Censo de Estados Unidos, su población fue de 290,809,777 habs. en julio de 2003, mientras que el Banco Mundial reporta 101,000,000 habs. para México, en julio de 20021. A estos números hay que agregar unos 5 ó 7 millones de mexicanos que viven ilegalmente en el vecino país. Para el 2003, 3l PIB nominal para Estados Unidos fue de 10,987,900 m.d.d. (Bureau of Economic Analysis) y para México 637,200 m.d.d.(World Bank, "World Bank Development Indicators 2003"). Por otro lado, el PIB per cápita en el país de al lado es de 35,060 dólares en 2002 (World Bank, "World Development Report 2004") y, aquí, es de 5,910 dólares en 2002 (World Bank, "World Bank Development Report 2004"). Con estas cifras podemos ver un ejemplo de cómo es la relación típica entre el Norte y el Sur.

Tampoco se pueden pasar por alto las diferencias Norte-Sur que ocurren en el interior de los países mismos. Incluso Inglaterra2 ha sido analizada desde hace tiempo para probar una desigual distribución de recursos en un país que pertenece al G-8. Aunque no fue el caso en este congreso, sí hubo una ponencia de Minzi Su y Reggie Audibert que examinaba el desarrollo regional desigual en China3 y al que habría que prestarle mayor atención por la creciente importancia que está adquiriendo en la arena internacional.

A propósito de México, como un país representativo del Sur, de acuerdo con el estudio "Mexico Transforming", del Pacific Council on International Policy, los estadounidenses perciben dos Méxicos: "uno, el que es pobre, rural, tradicional y autoritario y otro que es moderno, estable, democrático y próspero"4. Ambos son reales y coexisten en el mismo espacio. El citado estudio concluye que México ha dejado de ser sólo un vecino problemático para Estados Unidos, mientras que éstos ya no despiertan tanta envidia u odio como en el pasado y hasta son emulados en el norte más rico. La conclusión es que los dos países aceptan su interdependencia (asimétrica) como un hecho y que muchos de los asuntos que ocurren al otro lado de la frontera tienen carácter "doméstico". Por ello, la cooperación es una constante que se verá afectada por las transformaciones en la sociedad mexicana y la inclusión de nuevos actores en el debate público y en la toma de decisiones relevantes; concretamente, las que hagan de México un país más difícil de predecir para los analistas americanos5.

La frontera dio pie para temas que, tradicionalmente, se asocian con ésta: soberanía, migración, seguridad, comercio, terrorismo y narcotráfico. La relación bilateral entre los países mencionados fue examinada en varios paneles, pero se trató con la misma frecuencia con las que se analizaron otras fronteras similares: la Unión Europea y el norte de África; Asia y América Latina; la Unión Europea y su expansión; y Rusia.

Resalta, entre los paneles, la temática del medio ambiente y su relación con el desarrollo regional desigual: desde la idea de "la geografía es destino", relacionada con la localización de recursos y el debate sobre el agua, hasta cómo se han creado programas de ayuda que los países del Norte implementan en sus similares del Sur para sustentar la ecología. En este campo, también entran a discusión el crédito y el débito ecológico: se ha vuelto una característica del Sur contar con abundancia de recursos naturales que, en muchos casos, son derrochados o mal administrados. Sin embargo, para un buen aprovechamiento de los mismos, se requiere dinero, para lo cual se crean programas de cooperación con quienes demandan grandes cantidades de estos recursos y pagan por ellos. Aquí, la desproporción también se relaciona con el "después" de la consumición: entra en juego la ética de quienes producen desechos tóxicos y los envían al Sur.

La asimetría Norte-Sur es muy evidente en lo que toca al comercio, como mostraron los títulos de ponencias y posters. El reciente fracaso de la Ronda de Doha ha dejado en claro que el libre comercio termina donde empiezan los subsidios agrícolas para los productores del Norte y la repartición de ganancias. Así, las asimetrías son ineludibles y más que evidentes: el Norte pide que el Sur reduzca sus aranceles, la ayuda estatal a los campesinos y productores; que se regulen —o desaparezcan los sindicatos—; haya prácticas laborales justas y que se firmen acuerdos de libre comercio. Paradójicamente, el control de las fronteras para detener los flujos masivos de inmigración ilegal también detiene los productos del Sur que se quedan sin acceso a los ricos mercados del Norte. No es de extrañar, entonces, que, al verse inundado por compañías multinacionales del Norte, el Sur clame por un comercio más justo y más equitativo, pero al ser menos poderoso y más vulnerable, sus reclamos caen en un vacío.

Como la reciprocidad no se da en este sentido, el regionalismo busca nuevas alternativas. El Sur intenta diversificar sus exportaciones, ya sea en la variedad de las exportaciones como en los clientes prospectivos. Los expertos analizaron cómo el MERCOSUR, por ejemplo, tiene como principal destino a la Unión Europea, pero también vende a Norteamérica, China y Japón. Por lo mismo, abre camino en una relación Sur-Sur que obliga a más estudios al respecto: el MERCOSUR se expande en América Latina y firma acuerdos multilaterales con países sub-saharianos. Otro caso presentado es el de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ANSEA) que, en los últimos años, ha emergido como líder del regionalismo asiático.

Tal como apuntaron los organizadores, "muchos de los procesos que actualmente interesan a los miembros de la ISA —globalización, democratización, paz nuclear democrática [sic], proliferación nuclear, el ascenso de China y el terrorismo, por nombrar unos pocos— todos tienen fuertes vínculos con la diferencia de recursos, oportunidades y retos que confrontan los más prósperos y las partes menos desarrolladas del mundo".6 Además de los mencionados, entre los temas de los paneles y los posters estuvieron los siguientes: división digital, transnacionalismo, análisis de política exterior, el término en sí, neocolonialismo, identidad nacional, el Sur como causa de los problemas del Norte, el Norte como causa de los problemas del Sur, migración, religión, relaciones internacionales, geografía, desarrollo regional desigual, educación y género.

Como puede apreciarse, no obstante que el tema de la convocatoria era lo suficientemente amplio para abrir el debate a las diversas disciplinas representadas en el campo de las relaciones internacionales, los estudios sobre seguridad internacional —entre los que también se habló del Norte y el Sur— tuvieron el mayor número de mesas: 120. En contraste, sobre el tema específico de la convención sólo se presentaron 108 paneles y posters.

Esto nos indica que el tópico predominante sigue siendo el de la seguridad nacional, a pesar de que la Guerra Fría terminó, definitivamente, hace quince años. Vale la pena resaltar que, pese a que la ISA es una asociación que atrae a sociedades de estudios de más de 80 países en total, la gran mayoría de quienes participan en estos congresos monumentales son académicos estadounidenses. De ahí, que los temas de las ponencias reflejen tanto las necesidades del gobierno —del cual algunos académicos en ocasiones forman parte— como la creciente tensión que provoca la guerra contra el terrorismo desde hace cinco años y que la perspectiva que prevalezca sea la estadounidense.

Parece que la ola de "nuevos actores y nuevos temas" en las relaciones internacionales que predominó durante la década de 1990 enfrenta un retroceso. Al igual que ocurre con la política de la Casa Blanca, la atención se enfoca en las armas de destrucción masiva, Corea del Norte, Irán e Iraq; cómo el Norte se vincula con el Sur en la posguerra fría (EU-América Latina), el control de las fronteras; las barreras migratorias; el cambio de Este-Oeste a Sur-Norte y los asuntos de inteligencia, entre otros.

Quizás una de las razones por las cuales los estudios sobre seguridad nacional tienen tanto auge, en Estados Unidos, se debe a que hay toda una industria que involucra tanto al gobierno como a las universidades y centros de investigación como a las empresas. Por más de cuatro décadas han existido una temática y una dinámica, entre estos actores, las cuales han sido difíciles de romper a la luz de un nuevo entorno internacional que, durante la Administración Clinton, pareció confuso y sin rumbo. Por ello, la lucha contra el terrorismo encaja perfectamente en este esquema que los estadounidenses dominan.

El terrorismo y sus causas son una de las razones por las cuales la religión vuelve a ser analizada a detalle por los académicos. Osama Bin Laden aprovecha las diferencias culturales entre el Este y el Oeste para apoyarse en los profesores de religión que en muchas zonas de Asia Central, son la única fuente de conocimiento para sus pobladores. Éstos le allanan el camino con la gente cuando llevan más allá de las palabras el desprecio hacia el estilo de vida occidental. Obtiene bendiciones por abanderar una mal entendida causa del Islam que hace eco de las palabras del Profeta lanzando su Jihad personal contra el mundo.

Pero, del otro lado del espectro, también es la religión la que mueve ejércitos de soldados, de votantes y de cabilderos. Walter Russell Mead7 habla de la gran influencia que siempre ha tenido la religión en la política exterior de Estados Unidos. Sólo que es más evidente cuando el anterior presidente mantuvo su fe como un asunto privado y sólo se valió de ésta para redimirse ante sus compatriotas tras sus constantes escándalos. En contraste, el principal inquilino de la Casa Blanca es un "cristiano renacido" que replica la tradición mesiánica que data de la fundación de las colonias inglesas en Nueva Inglaterra.

En los otros foros del Congreso, aquellos auspiciados por alguna revista (Foreign Policy Analysis) o asociación, sobresale el que tiene que ver con el análisis de la política exterior. Aquí la reflexión más interesante se dio en torno a la necesidad de que los académicos y los policymakers estadounidenses actualicen el neorrealismo y el neowilsonianismo para buscar similitudes con otros países del orbe. Nuevamente, el predominio de académicos del país sede es una de las razones por las cuales las ideas fluyen en torno a los mismos temas de siempre, mientras que los académicos que pueden proponer nuevas teorías y nuevos enfoques se ven impedidos por la distancia, el idioma o los estrictos controles aeroportuarios.

Por ello habría que proponer, como conclusión, una reforma a la ISA en la que ésta se asuma como la adición de asociaciones similares y adquiera, así, un carácter más global y más plural y más representativo. De este modo, temas como "Politics, Policy and Responsable Scholarship", que es el asunto central del 48o congreso a celebrarse en Chicago, Il., del 28 de febrero al 3 de marzo de 2007, podrían enriquecerse con experiencias de académicos y con las de quienes implementan las políticas, más allá de la visión estadounidense.

A fin de cuentas, uno de los rasgos de la división Norte-Sur es que los gobiernos no cuentan con las mismas capacidades y es, en esta medida, que planean sus metas y estrategias de acción de política exterior. De poco sirve a un académico o a un político de un país del Sur escuchar sobre las preocupaciones de un homólogo del Norte, si sus problemas son más acuciantes, o si el del norte habla de realidades que él mismo difícilmente va a experimentar. Realmente, esto sería un paso audaz, pero lo cierto es que la ISA es, de facto, la asociación que lleva la batuta en la discusión de los estudios internacionales.

 

Notas

1 Embajada de Estados Unidos, "México y los Estados Unidos de un vistazo: economía y comercio", México, D.F., Disponible en: http://www.usembassy-mexico.gov/sataglance_trade_info.html, obtenido el 18 de octubre de 2005.         [ Links ]

2 Robbins, Keith, "Geographies of England: The North-South Divide, Imagined and Material", en The English Historical Review, No. 488, Vol. 120, pp. 1108-1110.         [ Links ]

3 Su, M. y Audibert, R. (2006). "The North-South Divide in China: Causes, Effects and Results of Unbalanced Regional Development" Paper presented at the annual meeting of the International Studies Association, Town & Country Resort and Convention Center, San Diego, California, USA. 03-22.         [ Links ]

4 Pacific Council on International Policy, (2000). "Mexico Transforming", Los Angeles, CA, p. 12, Disponible en: http://www.pacificcouncil.org/pdfs/mexico_future.final.pdf, Obtenido el 24 de agosto de 2002.         [ Links ]

5 Idem, pp. 37-39.

6 International Studies Association, (2006). The North-South Divide and International Studies, San Diego, CA, marzo, Disponible en: http://www.isanet.org        [ Links ]

7 Russell M, Walter, (2006). "God's Country?" en Foreign Affairs, septiembre/octubre, Vol. 85 (5) 24-43.         [ Links ]

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