El siglo XIX mexicano es la época de la profesionalización de las ciencias, de la creación de academias y asociaciones, en el momento convulso en torno a la construcción de los Estados nacionales. ¿Cómo darle legitimidad a un país en busca de su identidad nacional? A través de un enorme proyecto de construcción de una nación y la prioridad del conocimiento científico y mesurable, en donde el conocer el espacio geográfico era fundamental para forjar el porvenir de una nación aún sesgada por trescientos años de un virreinato.
El proyecto modernizador y las asociaciones científicas decimonónicas fueron una dupla en la construcción del nuevo Estado nación, donde se aspiraba a alcanzar un alto desarrollo de la industria, la secularización del pensamiento y su enfoque empírico (Marshall, 1988, pp. 5-8). La instauración de la ciencia en México en el siglo XIX priorizó la multiplicación de asociaciones científicas para la profesionalización de diversas disciplinas, no obstante, este desarrollo no se encontraba aislado del panorama de inestabilidad política, de continuas guerras internas y externas. (Azuela, 2003, p. 154). Por ejemplo, en el marco del segundo imperio mexicano, Maximiliano de Habsburgo no fue indiferente a las agrupaciones de científicos, pues provenía de experiencias europeas impulsoras de los conocimientos necesarios para sus proyectos nacionales (Saldaña y Azuela, 1994, p. 151).
Uno de esos organismos que aglutinó a geógrafos, literatos, historiadores, entre otros, con el objetivo de construir la carta geográfica de la República Mexicana y la estadística nacional, de 1833 a 1839, fue el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, que posteriormente se transformó a la Comisión de Estadística Militar, y que, tras su desaparición, dio paso en 1850 a la creación de la actual Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE) (Lozano, 1992; Azuela, 2003, p. 153) y cuyo aniversario el pasado 18 de abril no pasó inadvertido en el barrio de Mixcoac. La exposición biblio-hemerográfica titulada: “La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. 191 años como pionera de las ciencias”, tuvo lugar en el Instituto de investigaciones Dr. José María Luis Mora, en la terraza de su Biblioteca Ernesto de la Torre Villar, del 18 de abril al 29 del mismo mes. El curador, Ramón Aureliano Alarcón, quien labora en el área de “Proyectos especiales” y Yessica Estrada, encargada de la misma biblioteca, impulsaron e inauguraron esta exposición en la casona de Mixcoac (Figura 1).

Fuente: fotografía de Luz Aureliano Sixtos.
Figura 1 Vistas de la exposición en la terraza de la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar. Abril de 2024.
A través de fotografías y mapas, así como de 40 cédulas de textos y la lista de miembros de número de la SMGE, la exposición nos llevó por diferentes regiones del país a través de las temáticas del agua, los sistemas de transporte y propuestas científicas que no son aisladas del contexto en que se pronunciaron, pues desde sus inicios, el llamado Instituto Nacional de Geografía y Estadística se propuso conocer los rincones del país. Los denominados Boletines se publicaron con la finalidad de divulgar los conocimientos científicos, técnicos y médicos de la época (Olavarria, 1901; Lozano, 1992; Saldaña y Azuela, 1994, pp. 141-143). El primero se publicó en 1839 y empezó a circular en marzo del mismo año. Estas publicaciones ofrecieron investigación de corte científico y estadístico, producto de la necesidad de información sobre el territorio mexicano y sus pobladores, con la finalidad de tener un nuevo horizonte geográfico. Los mapas anunciaron un cambio de orden espacial (Schlögel, 2007, p. 89), ante los problemas de interés nacional, como el análisis del agua, la industrialización, el inventario de plantas, los registros meteorológicos, etc. (Lozano, 1992; Saldaña y Azuela, 1994, p. 151). El geógrafo Manuel Orozco y Berra, junto con Antonio García Cubas y Francisco Díaz Covarrubias, publicaron sus trabajos en el Boletín. Posteriormente, con el triunfo de la República, en 1867, la SMGE enfrentó una crisis por su adhesión al Imperio de Maximiliano e Ignacio Manuel Altamirano encabezó su defensa y alentó el apoyo desde los círculos sociales del Estado mexicano, a la vez que fomentó reuniones literarias de los socios Bernardo Couto, Francisco Sosa, entre otros (Azuela, 2003, p. 162). En este sentido, el objetivo de esta exposición fue mostrar al público, sobre todo, entre el estudiantado y tesistas, el tipo de material que la biblioteca del Instituto Mora posee sobre la SMGE, en total 159 títulos de los Boletines y 494 obras publicadas por los miembros de número, así como de otras publicaciones auspiciadas por esta Sociedad, con temas geográficos, históricos, filológicos, entre otros, que dan lugar a más de 500 registros en su catálogo, que cubre un rango temporal de 1850 a 1950.1 Con esta iniciativa se sitúa a la SMGE como una de las fuentes documentales más importantes del México moderno, en el marco de su 191 aniversario, destacando el corte científico del Boletín que esta Sociedad publicaba, así como la diversidad de temas que se rescataron en una larga temporalidad. Ante el visitante, un siglo de los materiales diversos que posee esta biblioteca se ordenó por tres vías de importancia: donación, canje y compra. Es importante mencionar que el original del Tomo II del Boletín de 1850 se encuentra en dicha sede, el cual llegó a los fondos de origen a través de la compra al erudito José Ignacio Conde.2 Esta exposición no es ajena al mundo de otros geógrafos cuyas bibliotecas privadas respaldaron la existencia del Instituto Mora, como Ramón Alcorta Guerrero33 y Jorge A. Vivó.4
Al mismo tiempo, es imposible ignorar el recinto que alberga estos materiales, pues fue la casa del mismo Valentín Gómez Farías, un impulsor de las reformas liberales, ubicada en el barrio de Mixcoac, que tuvo su modernización en 1850 después de la guerra de intervención estadounidense y la reconversión de su aspecto como un pueblo con siembra de maíz, a una plaza con alumbrado eléctrico, pulquerías y ladrilleras (Suárez de la Torre, 2012, p. 1). Y que, a partir de 1981, por decreto presidencial se asentaría en este espacio el Instituto de Investigaciones José María Luis Mora, otro afamado liberal con un ambicioso proyecto educativo. Por tanto, esa casa, ese espacio, es el albergue de su tiempo, de aquellos proyectos y saberes científicos plasmados en los Boletines de la segunda mitad del siglo XIX.
No hay que olvidar que la SMGE era un organismo dependiente del Estado, por lo que sus dirigentes eran funcionarios gubernamentales (Saldaña y Azuela, 1994, p. 144). Es preciso señalar que estas iniciativas eran ideas, proyectos y posicionamientos políticos publicados por los miembros de la SMGE, algunos ya mencionados antes, relacionados con personajes como José María Vigil, Joaquín García Icazbalceta, Manuel Payno, Ricardo García Granados, entre otros. Desde esta mirada, encaminaron a la geografía a la producción técnica y paulatina del mapa mexicano a lo largo del convulso siglo XIX (Mendoza, 1999).
Hay que preguntar: ¿cómo logró la SMGE reposicionarse en el periodo de Porfirio Díaz? En ese momento logró unirse al proyecto de modernización del país, empezó a existir una larga continuidad del liberalismo y sus proyectos implicaban transformaciones ideológicas y sociales, las cuales aportaban a la construcción de la nación. (González, 1976, p. 637). En este sentido, con la muerte de Juárez y el advenimiento de Díaz al poder, se crea un ambiente de paz propicio para alcanzar la prosperidad buscada en los largos años de guerras internas. Y el discurso legitimador del nuevo régimen era una doctrina que permeó el pensamiento científico de la época, el positivismo, que sentó las bases para que la SMGE alzara el vuelo de nuevo para el conocimiento social y científico del país.5
La relación entre el conocimiento científico y el poder del Estado es evidente, incluso Enrique de Olavarria y Ferrari, escritor que formó parte del grupo de científicos de Porfirio Díaz, le dedicó a este su Reseña histórica de la Sociedad de Geografía y Estadística, impresa en 1901, obra que expone la larga vida y peripecias de la asociación desde sus inicios hasta el año de su publicación (Olavarria, 1901, p. 2).
En resumen, la SMGE es una asociación que subsistió a la inestabilidad política decimonónica, y hasta hoy se mantiene en pie. Continene numerosos materiales en sus acervos, que aún nos faltan por conocer para ordenar ideas, formular preguntas e incorporar sus trabajos en las tesis y en los cursos de las licenciaturas de geografía e historia tanto del Instituto Mora y de la UNAM. Exposiciones como la organizada por la Biblioteca Ernesto de la Torre Villar otorgan un espacio para informarnos y acercarnos a la documentación relacionada con las primeras prácticas de la geografía en el periodo decimonónico, donde ya se ponía sobre la mesa que el espacio donde caminamos, habitamos y vivimos era objeto de la cartografía y que ahora es parte de nuestra identidad nacional. Aquí la geografía tuvo cabida en el proyecto de construcción de un territorio que hoy llamamos México.










nueva página del texto (beta)


