Introducción
El aislamiento de Brasil de las principales cadenas productivas de la economía mundial causado por la pérdida de competitividad con China y otros países y la apreciación de su moneda durante la primera mitad de la década 2010-2020 se ha traducido en un estancamiento de la dinámica que experimentó Brasil durante los primeros años del siglo. Este aislamiento se ha hecho evidente cuando Brasil no ha firmado en los últimos años tratados o acuerdos de libre comercio norte-sur (Veiga, Rios y Naidin, 2013; Giacalone, 2015; Mora, 2016). Esto ha afectado severamente al Mercosur. Específicamente no se observa un aumento de las oportunidades y, peor aún, estas se están desvaneciendo. Ante esa situación el Mercosur debe reinventarse y tomar decisiones importantes que le permitan recuperar el dinamismo perdido y consolidarse como un bloque de integración más fuerte ante el mundo globalizado. En este sentido, el presente trabajo ofrece la posibilidad de mirar la gestación de esas dinámicas considerando la opción de una integración monetaria. Esta no es la única opción; por el contrario, esa necesidad del Mercosur de insertarse en la dinámica de la integración con seguridad traerá nuevas propuestas.
La integración monetaria en el Mercosur podría considerarse como una opción que, particularmente, permitiría eliminar la volatilidad cambiaria, corregiría la inestabilidad de los precios y facilitaría el avance hacia la coordinación de las políticas macroeconómicas en la región. Podría ser interpretada como una ruta para lograr el avance del proceso de integración regional a razón de que permitiría la reducción de los costos del intercambio de bienes y servicios, el aumento de la credibilidad en la política antiinflacionaria de los países y la eliminación del riesgo cambiario (Hurtado, 2014).
Teniendo en cuenta que el saldo entre costos y beneficios de la integración monetaria depende de: a) el peso relativo que cada gobierno local asigne a los objetivos de empleo y de estabilidad de precios, mientras se priorice el objetivo de baja inflación mayor preferencia se tendrá por el anclaje cambiario; b) la posición que se tenga acerca de la efectividad de cada uno de los mecanismos de ajuste, en la medida que se tenga escepticismo acerca de la capacidad del tipo de cambio nominal para influir en la dinámica de la economía se dará prioridad a la rigidez cambiaria; y c) la percepción acerca de la capacidad de la economía para lograr ajustes internos no cambiarios, según la flexibilidad de los precios y salarios, así como por el nivel de movilidad factorial (Purroy, 2014). La decisión de crear y sostener un área monetaria en el Mercosur puede tomar dos formas básicas: 1) régimen de tipo de cambio fijo con intención irrevocable o 2) un régimen de moneda única, a través de la sustitución de las monedas nacionales por una divisa de la misma región, fuera de esta o creada.
En este sentido, se reconoce teóricamente que la rigidez cambiaria, derivada de un régimen de tipo de cambio fijo con intención irrevocable o derivada de un régimen de moneda única que utilice una divisa ya existente o creada, trae consigo la minimización de los costos de las actividades económicas que se realizan a lo interno de la región, debido a que se elimina el intercambio de monedas y el riesgo cambiario; también permite estabilizar las tasas de interés y la inflación facilitando una mejor asignación del ahorro; y mejora la credibilidad de la gestión pública sobre la economía, creándose de esta manera un entorno donde es posible propiciar mayores flujos comerciales y de inversiones y un mayor crecimiento de las economías. Por su parte, los costos de la implementación de alguno de estos esquemas monetario-cambiario están asociados principalmente al nivel de pérdida de autonomía e independencia para la implementación de la política monetaria y cambiaria, delegando dicho instrumento de política económica a una autoridad monetaria responsable de emitir la divisa que se adopta o al ente emisor regional creado para emitir y poner en circulación la nueva moneda.
Así, en el presente artículo se revisan a la luz del análisis empírico los costos y beneficios de cada una de las alternativas de integración monetaria que tiene el mercado común suramericano. Del análisis del nivel de correlación que tienen los países del bloque con el país emisor de la moneda común se identifica el nivel de impacto de cada alternativa para dilucidar cuál de ellas pudiera ser más conveniente para Mercosur.
Discusión teórica
El análisis empírico de este trabajo se sustenta en el modelo propuesto por Clarida, Galí y Gertler (1999) que permite reconocer las características de una política monetaria óptima, entendiendo que esta influye significativamente en la evolución de la economía real a corto plazo y que la elección entre las alternativas de gestión monetaria que tiene un país o un grupo de estos genera importantes consecuencias en la actividad agregada. El enfoque así planteado ha sido utilizado por Karras (2002, 2003, 2003b, 2005, 2012), Mora (2006) y Furceri y Karras (2008) para identificar los costos y beneficios de formar parte de una unión monetaria, tomando en cuenta la variabilidad del producto del grupo de países interesados en avanzar hacia la moneda única. Considerando los efectos de la integración económica en el nivel de autonomía e independencia de la política monetaria, este enfoque metodológico, a diferencia de otras alternativas para evaluar la posibilidad de conformar un área monetaria óptima, incluye una oferta agregada con mayor especificación y una estructura dinámica más amplia (Karras, 2002, 2003, 2003b, 2005).
En este sentido, siguiendo a Karras (2002, 2003, 2003b, 2005, 2012), Mora (2006) y Furceri y Karras (2008), se supone que existen N economías (), y en cada una de ellas la función de pérdida de la autoridad monetaria toma la forma de:
Donde y i es el producto real (en desviaciones de su tendencia), π i es la tasa de inflación, a i es el peso relativo otorgado a las desviaciones del producto (a i > 0) y k i es la distancia con respecto a la meta de producción de cada país i. En este particular se supone k ≥ 0 cuando se evidencian distorsiones debido a las imperfecciones de los mercados y al impacto de los impuestos en el funcionamiento de la economía real y E t y β son la esperanza matemática y el factor de descuento, respectivamente.
Para cada economía, la oferta agregada está dada por la siguiente curva de Phillips aumentada por las expectativas:
donde
donde
Utilizando esta información, a continuación, se describen cada una de las alternativas que tiene un grupo de países previamente integrados para avanzar hacia la adopción de una moneda única: política monetaria independiente, dolarización e integración monetaria.
Política monetaria independiente
En esta primera alternativa los bancos centrales mantienen su independencia y autonomía para implementar la política monetaria. Dentro del contexto del modelo antes esbozado, ello implica que minimizando la ecuación (1) sujeta a la restricción (2) se obtiene la siguiente función de la acción discrecional de las autoridades monetarias:
donde el superíndice IND describe los resultados obtenidos en materia de inflación y producción mediante el uso de política monetaria independiente y . El comportamiento de la economía se explica por el promedio (tendencia) de la tasa de inflación, que es igual a:
Y la volatilidad del producto (ciclo de la economía) por:
En este sentido, se espera que el sesgo inflacionario aumente con el peso relativo asignado a las desviaciones del producto (a), la meta de producción que tengan las autoridades (k) y la pendientede la oferta agregada .
Dolarización
Supóngase que los países del Mercosur forman una unión monetaria donde se adopta de manera unilateral el dólar de Estados Unidos como moneda común. En este sentido, no se concreta un compromiso formal con el país emisor de la moneda a que se está atando el tipo de cambio y no se realizan negociaciones para alcanzar acuerdos acerca de los instrumentos y objetivos de la política monetaria, ya que esta se delega en su totalidad al Sistema de la Reserva Federal.
Así, la independencia y autonomía para diseñar e implementar la política monetaria de la autoridad monetaria estadounidense hace que la oferta monetaria considerada en el modelo deje de ser una variable de política y pase a ser una variable endógena que es una función del saldo de la balanza de pagos. De esta manera, para i = 1, 2,…, N, el equilibrio señala que
donde el superíndice DOL describe los resultados dentro del escenario de dolarización. En este sentido, se identifica que en el caso de la sustitución de las monedas locales por el dólar, el producto de cada país es afectado por sus propios shocks,
y la volatilidad del producto por:
donde
Integración monetaria
Supóngase ahora que el conjunto de países del Mercosur decide avanzar hacia la integración monetaria. Las dos alternativas restantes para lograr ese objetivo son la adopción de una divisa ya existente de alguno de los países de la región o la creación de una nueva moneda.
a) Real brasilero como moneda regional
Considerando esta posibilidad, se identifica a Brasil como una de las economías más fuertes y estables de la región, por lo cual se supone que las N economías del bloque adopten el Real brasileño como moneda común. De esta manera, para i = 1, 2,…, N, el equilibrio vendría dado por
donde el superíndice RE describe los resultados de la adopción del Real brasileño como moneda común en el Mercosur. En este sentido, se identifica que en el caso de la sustitución de las monedas locales por el Real, el producto de cada país del bloque es afectado por sus propios shocks,v i,t , y también por los shocks comunes con Brasil, v i,t . Esto se debe a que los choques que afectan a la economía brasileña serían transmitidos a los países del Mercosur mediante la gestión de política monetaria que realiza el Banco Central de Brasil. De esta manera, la tasa de inflación de cada uno de los países participantes de la integración monetaria viene dada por:
Y la volatilidad del producto por:
Donde
b) Nueva moneda regional__________________________
Tomando en consideración esta posibilidad, se supone que los países del Mercosur adoptan una moneda común y la gestión de la política monetaria es delegada a un banco central común. Generalizando las ecuaciones (1) y (2), la función de pérdida del banco central común se podría escribir como:
donde el sub-índice MS indica los valores de las variables y parámetros del MERCOSUR. Y la oferta agregada regional se convertiría en
Así, para el país i, en equilibrio, la ecuación (4) se reduce a
Lo que sustituido en la ecuación (3) resulta en:
donde el superíndice NM describe los resultados de la adopción de una nueva moneda como moneda común en el Mercosur. Así, bajo el Banco Central Común del Mercosur, el producto de cada país del bloque es afectado por sus propios shocks, v i,t , y también por los shocks regionales, v MS,t . Esto debido a que los choques que afectan a la región son transmitidos a todos los países del bloque mediante la gestión de política monetaria que realiza el banco central común. De esta manera, la tasa de inflación de cada uno de los países participantes de la integración monetaria viene dada por:
Y la volatilidad del producto por:
donde
Información estadística
Para cuantificar los costos y beneficios de las alternativas de integración monetaria que tiene el Mercosur se utiliza la información estadística de las variables Producto Interno Bruto real percápita (PIBrpc), tasa de cambio nominal y tasa de inflación, disponible en los Indicadores de Desarrollo Mundial del Banco de Datos del Grupo Banco Mundial.2 El conjunto de datos así compilados incluye siete economías: Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Estados Unidos y abarca el período 1965-2015.
Para la construcción de las tasas de depreciación e inflación se utilizó el método tradicional, mediante la función de crecimiento: (Xi,t- Xi,t-1 )/Xi,t-1, obteniéndose el dato anual del nivel de las tasas de inflación y de tasa de depreciación de la moneda local respecto al dólar estadounidense. En cuanto a la estimación del componente cíclico del , este se realiza de dos maneras: 1) mediante la tasa de crecimiento del , por diferencia simple, (PIB rcp,i,t- PIB rcp,i,t-1 )/PIB rcp,i,t-1 ; y 2) mediante el filtro de Hodrick-Prescott (HP), propuesto por Robert Hodrick y Edward Prescott en 1981, frecuentemente utilizado en la literatura de los ciclos económicos. De acuerdo con Hodrick-Prescott (1981) y i,t =In(PIB rcp,i,t ), y i,t es el término que minimiza:
Para
Resultados
Como se observa en la Tabla 1, el análisis de la dinámica macroeconómica de los países del Mercosur para el período 1965-2015 describe un aumento en el ingreso real per cápita de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, mientras que Venezuela arroja una disminución en la capacidad productiva de su economía (-0.04%) como resultado de los efectos de las políticas macroeconómicas locales implementadas durante los tres primeros lustros del siglo XXI. Durante dicho lapso todos los países miembros del mercado común suramericano sufrieron la depreciación de sus monedas frente al dólar estadounidense, destacando la mayor pérdida de fortaleza de las monedas de Bolivia (316.97%), Brasil (208,00%) y Argentina (204.12%). Y, en materia de inflación, todas las economías de la región tuvieron un promedio anual no inferior a los dos dígitos, destacando B
g |
|
Δe |
|
π |
|
|
Argentina | 1 351 | 5 688 | 204 122 | 683 992 | 192 348 | 537 961 |
Bolivia | 1 049 | 3 533 | 316 968 | 1 953 253 | 278 562 | 1 648 744 |
Brasil | 2 288 | 3 832 | 208 005 | 491 127 | 241 617 | 591 724 |
Estados Unidos | 1 975 | 2 024 | 0 | 0 | 4 105 | 2 836 |
Paraguay | 2 528 | 4 045 | 8 993 | 19 817 | 11 720 | 8 947 |
Uruguay | 1 973 | 4 363 | 35 565 | 37 633 | 42 303 | 33 508 |
Venezuela | -0 045 | 5 249 | 18 457 | 31 967 | 25 267 | 25 312 |
Fuente: Banco Mundial.
g: Tasa de crecimiento promedio del PiBrpc.
Δe: Tasa de depreciación promedio de la moneda local respecto al dólar.
π: Tasa promedio de inflación.
Tomando en cuenta estos resultados, a continuación, se revisan los costos y beneficios de las alternativas de integración monetaria que tiene el Mercosur con el propósito de identificar la mejor opción que posee el bloque regional para profundizar la integración económica y avanzar hacia la moneda única.
Dolarización
En este marco, si las economías del Mercosur deciden adoptar el dólar como moneda común, delegan su política monetaria y cambiaria al Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos y pasan a formar parte de un sistema monetario donde la moneda estadounidense termina cumpliendo las funciones del dinero en la economía regional, es decir, serviría de medio de cambio, unidad de cuenta, depósito de valor y patrón de pagos diferidos. Dentro de esta alternativa se pueden esperar los siguientes resultados:
a) Beneficios
Como se señaló previamente, el principal beneficio de un proceso de dolarización está asociado a la reducción de la inflación y a la estabilización de los precios que se puede lograr siempre que las autoridades monetarias de Estados Unidos tengan un comportamiento menos propenso a generar inflación en comparación con los países del Mercosur. Revisando la Tabla 1 la variación de los precios en el período 1965-2015 no alcanza a estar por debajo de 10% en ninguno de los países de la región, demostrándose que estas economías han tenido bancos centrales con tradición de causar inflación. Para profundizar aún más en el análisis, la muestra se ha dividido en dos subperíodos de igual longitud de tiempo: 1965-1990 y 1991-2015. Estos resultados se muestran en la Tabla 2. En el sub-período 1965-1990, previo a la conformación del mercado común, el sesgo inflacionario de las autoridades monetarias locales era aún mayor, destacando Bolivia, Argentina y Brasil como los países con mayor inestabilidad de precios (539.87, 362.07 y 258.95%, respectivamente), mientras que en el lapso 1991-2015, Brasil con 223.60%, Venezuela con 37.78%, Uruguay con 20.44% y Argentina con 15.84% de inflación promedio anual son las economías que más favorecieron las políticas generadoras de inflación. Por su parte, Bolivia (6.81%) luego de realizados los ajustes a nivel local para revertir el sesgo inflacionario de su banco central se convirtió junto a Paraguay (9.47%) en los países con la inflación promedio más baja de la región. En este sentido, se identifica a Brasil, Venezuela, Uruguay y Argentina como los países del bloque que más beneficios obtendrían de adoptar el dólar como moneda común.
g |
|
Δe |
|
π |
|
|
1965-1990 | ||||||
Argentina | 0 264 | 5 224 | 383 807 | 930 203 | 362 070 | 718 752 |
Bolivia | -0 156 | 4 427 | 618 601 | 2 727 149 | 539 866 | 2 300 398 |
Brasil | 3 118 | 4 685 | 207 991 | 478 759 | 258 946 | 620 193 |
Estados Unidos | 2 499 | 2 246 | 0 | 0 | 5 729 | 3 070 |
Paraguay | 3 490 | 3 655 | 11 282 | 25 072 | 13 886 | 10 943 |
Uruguay | 1 037 | 4 533 | 55 111 | 39 611 | 63 328 | 27 316 |
Venezuela | -0 527 | 3 907 | 12 668 | 32 779 | 13 236 | 17 544 |
1991-2015 | ||||||
Argentina | 2 480 | 6 030 | 17 249 | 44 631 | 15 837 | 33 621 |
Bolivia | 2 302 | 1 544 | 3 269 | 4 776 | 6 807 | 4 646 |
Brasil | 1 424 | 2 490 | 208 020 | 513 567 | 223 595 | 572 821 |
Estados Unidos | 1 431 | 1 635 | 0 | 0 | 2 416 | 1 055 |
Paraguay | 1 528 | 4 258 | 6 614 | 12 320 | 9 468 | 5 628 |
Uruguay | 2 946 | 4 041 | 15 238 | 21 722 | 20 438 | 24 188 |
Venezuela | 0 457 | 6 402 | 24 478 | 30 589 | 37 780 | 26 350 |
Fuente: Banco Mundial.
g: Tasa de crecimiento promedio del PIBrpc.
Δe: Tasa de depreciación promedio de la moneda local respecto al dólar.
π: Tasa promedio de inflación.
Tomando en cuenta la tasa de depreciación de las monedas de los países del Mercosur respecto al dólar, destaca que Bolivia, Brasil y Argentina son las economías cuyas monedas más se depreciaron en el período 1965-2015. Mientras que Paraguay y Uruguay son las economías de la región con monedas locales más estables respecto al dólar. En el análisis por sub-períodos, como se observa en la Tabla 2, se identifica que, con excepción de Brasil y Venezuela, todos los países de la región vieron disminuir la volatilidad de sus tasas de cambio. En este sentido, por su historia de riesgo cambiario Bolivia, Brasil, Argentina y Venezuela constituyen los países del mercado común que más se beneficiarían de la adopción del dólar como moneda única regional.
Y con respecto al comportamiento de la actividad productiva de cada país de la región, con excepción de Venezuela, se observa un crecimiento sostenido en la mayoría de las economías durante el período 1965-2015. Al identificar la evolución de la variable por sub-período, entre 1965 y 1990 destaca el crecimiento de las economías de Paraguay y Brasil así como la caída del ingreso de los habitantes de Bolivia y Venezuela, mientras que en el lapso 1991-2015 todas las economías del bloque crecieron. Dado que la estabilidad macroeconómica que permite la dolarización conlleva a alcanzar tasas de crecimiento económico mayores a los países que la adoptan, todas las economías del Mercosur se beneficiarían de la adopción del dólar como moneda común.
b) Costos
Los costos de la dolarización están asociados con la pérdida de capacidad de las autoridades monetarias locales de utilizar la política monetaria independiente para hacer frente a desequilibrios macroeconómicos y los efectos negativos que puede producir la política antiinflacionaria del Sistema de la Reserva Federal a los países que adoptan el dólar como moneda de curso legal. En este sentido, la Tabla 3 presenta el coeficiente de correlación de la producción y la inflación de cada país del Mercosur con respecto a Estados Unidos.
Las economías del mercado común suramericano tienen una baja correlación con el ciclo productivo de Estados Unidos. Considerando el período 1965-2015, los países con el ciclo económico más correlacionado con Estados Unidos son Brasil y Venezuela, mientras que Bolivia y Uruguay muestran coeficientes de correlación negativos y elevados. Tomando en cuenta los subperíodos previamente definidos, destaca el lapso 1965-1990 en el que Venezuela, Brasil y Bolivia fueron las economías con mayor coeficiente de correlación positivo y solo Paraguay arrojó una correlación negativa. En el siguiente sub-período, con excepción de Bolivia y Venezuela, todos los países de la región aumentaron el nivel de correlación de su ciclo productivo con respecto a la actividad económica de Estados Unidos. Esto implica que la falta de correlación entre las economías de la región y el país emisor del dólar hace costosa la alternativa de llevar a cabo el proceso de dolarización en el Mercosur.
H-p* | g' | π'' | |
1965-2015 | |||
Argentina | 0 107 | 0 074 | 0 129 |
Bolivia | 0 083 | -0 056 | -0 024 |
Brasil | 0 083 | 0 148 | 0 003 |
Estados Unidos | 1 | 1 | 1 |
Paraguay | 0 124 | 0 048 | 0 340 |
Uruguay | 0 120 | -0 029 | 0 388 |
Venezuela | 0 133 | 0 082 | -0 325 |
1965-1990 | |||
Argentina | 0 001 | 0 074 | -0 090 |
Bolivia | 0 110 | 0 102 | -0 159 |
Brasil | 0 074 | 0 114 | -0 085 |
Estados Unidos | 1 | 1 | 1 |
Paraguay | 0 015 | -0 055 | 0 197 |
Uruguay | 0 052 | 0 030 | -0 102 |
Venezuela | 0 244 | 0 252 | 0 067 |
1991-2015 | |||
Argentina | 0 268 | 0 215 | 0 265 |
Bolivia | -0 027 | -0 195 | 0 577 |
Brasil | 0 120 | 0 044 | 0 194 |
Estados Unidos | 1 | 1 | 1 |
Paraguay | 0 281 | 0 024 | 0 561 |
Uruguay | 0 256 | 0 035 | 0 402 |
Venezuela | 0 060 | 0 006 | -0 332 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
H-p*: coeficiente de correlación del componente cíclico del PiBrpc utilizando el filtro Hodrick-Prescott.
g': coeficiente de correlación entre tasa de crecimiento del PiBrpc.
π'': coeficiente de correlación de las tasas de inflación.
Acerca de la correlación entre las tasas de inflación, al igual que con la variación del ingreso real per cápita, ninguna de las tasas identificadas es significativa. En este sentido, para el período 1965-2015, destacan Uruguay (0,39), Paraguay (0,34) y Argentina (0,13) como los países cuyos niveles de precios están más correlacionados con el comportamiento del nivel de precios de Estados Unidos, mientras que el resultado contrario se presenta para Venezuela (-0,33) y Bolivia (-0,02). Al revisar los resultados por sub-períodos destaca que en el lapso 1965-1990, con excepción de Paraguay y Venezuela, todas las economías de la región reportan coeficientes de correlación negativos lo que explica profundas diferencias en la evolución de la inflación de los países del bloque y el nivel de precios de los Estados Unidos. Por su parte, en el lapso 1991-2015, con excepción de Paraguay que presenta un aumento del coeficiente de correlación, todos los países de la zona cambian el signo que acompaña a su respectivo coeficiente de correlación, haciéndose positivo para Bolivia, Uruguay, Argentina y Brasil, y negativo para Venezuela. Este comportamiento de los precios en las economías del Mercosur dentro del sub-período más reciente implica una reducción de los costos de dolarizar en la medida que los ciclos de los precios de los países del bloque comienzan a estar más correlacionados con el nivel de inflación de Estados Unidos, lo cual reduce el impacto de efectos no deseados de la política monetaria antiinflacionaria estadounidense y acerca al bloque a un escenario donde es posible la reducción de la inflación luego de la dolarizarización.
Considerando la relación entre los costos y beneficios de dolarizar las economías del Mercosur, los resultados aquí obtenidos muestran una relación directa entre beneficios y costos que enfrentarían cada uno de los países. La reducción de la inflación y la estabilidad de precios que puede asegurar la dolarización está asociada con niveles de correlación positivos y negativos del , lo que dejaría más vulnerable a la región para enfrentar shocks externos, mientras que la nueva tendencia de la inflación en la región hace prever la reducción de los costos de dolarizar, al permitir una mejor transmisión de los efectos de la política antiinflacionaria estadounidense sobre el bloque, por lo cual se puede considerar la alternativa de dolarizar como deseable.
Real brasilero como moneda regional
Teniendo en cuenta el tamaño y la importancia de la economía de Brasil en el Mercosur, se revisa la alternativa de integración monetaria con la adopción del Real brasilero como moneda común. Dado los resultados que han obtenido las autoridades brasileras en la lucha contra la inflación, la protección de su economía ante shocks externos, la búsqueda de crecimiento estable a largo plazo y su posicionamiento a nivel internacional, Brasil aparece como la economía más grande del bloque que pudiera liderar todo el proceso de unificación monetaria, con los beneficios y costos que este genera.
De acuerdo a la información disponible en las Tablas 1 y 2, el beneficio de reducción de la inflación y estabilidad de precios que permite la adopción de una moneda única solo llegaría a Bolivia y Argentina por ser los países cuya variación de los precios en el período 1965-2015 es superior al nivel de inflación brasilera, mientras que Uruguay, Paraguay y Venezuela se verían perjudicados por el sesgo inflacionario de las autoridades del Banco Central de Brasil, debido a que la adopción del Real como moneda común los forzaría a tener niveles de inflación superiores a los alcanzados con las autoridades monetarias locales. En este sentido, la baja historia antiinflacionaria del ente emisor brasilero termina convirtiendo al principal beneficio de la unificación monetaria en un costo para estos tres países del Mercosur.
Respecto a los costos de esta iniciativa, los coeficientes de correlación de la inflación de los países del Mercosur con respecto a Brasil muestran una elevada correlación positiva. En este orden, para el período 1965-2015, Argentina y Paraguay son los países donde los precios están más correlacionados con el comportamiento de la inflación de Brasil, mientras que Bolivia es el único país con coeficiente de correlación negativa; estos resultados implican un amplio canal de transmisión del impacto inflacionario de la política monetaria de Brasil. Al comparar los sub-períodos 1965-1990 y 1991-2015, los países que aumentan su correlación con el ciclo de la inflación brasilera son Paraguay, Uruguay y Bolivia mientras que Argentina y Venezuela disminuyen sus coeficientes de correlación.
H-p* | g' | π'' | |
1965-2015 | |||
Argentina | 0 201 | 0 246 | 0 607 |
Bolivia | -0 126 | -0 009 | -0 006 |
Brasil | 1 | 1 | 1 |
Estados Unidos | 0 083 | 0 148 | 0 003 |
Paraguay | 0 349 | 0 383 | 0 573 |
Uruguay | 0 357 | 0 276 | 0 382 |
Venezuela | 0 205 | 0 248 | 0 298 |
1965-1990 | |||
Argentina | 0 175 | 0 363 | 0 849 |
Bolivia | -0 204 | 0 040 | -0 015 |
Brasil | 1 | 1 | 1 |
Estados Unidos | 0 074 | 0 114 | -0 085 |
Paraguay | 0 229 | 0 279 | 0 577 |
Uruguay | 0 399 | 0 380 | 0 384 |
Venezuela | 0 102 | 0 244 | 0 703 |
1991-2015 | |||
Argentina | 0 262 | 0 259 | 0 087 |
Bolivia | 0 301 | 0 282 | 0 265 |
Brasil | 1 | 1 | 1 |
Estados Unidos | 0 120 | 0 044 | 0 194 |
Paraguay | 0 584 | 0 532 | 0 669 |
Uruguay | 0 273 | 0 300 | 0 591 |
Venezuela | 0 380 | 0 415 | 0 118 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
H-p*: coeficiente de correlación del componente cíclico del PiBrpc utilizando el filtro Hodrick-Prescott.
g': coeficiente de correlación entre tasa de crecimiento del PiBrpc.
π'': coeficiente de correlación de las tasas de inflación.
Con respecto al ciclo del producto real, con excepción de Bolivia, entre 1965 y 2015 todas las economías del Mercosur presentan una alta correlación con Brasil. Esto es otra señal de los costos de la unificación monetaria con el Real, ya que transmitirían con mayor facilidad los choques que afectan a la economía brasilera. De la comparación de los resultados obtenidos para los sub-períodos 1965-1990 y 1991-2015 se destaca que Paraguay, Venezuela y Bolivia aumentaron su coeficiente de correlación con el ciclo del ingreso real per cápita de Brasil, mientras que Argentina y Uruguay vieron disminuir su coeficiente de correlación.
El análisis así planteado permite inferir que la integración monetaria en el Mercosur adoptando el Real de Brasil no es deseada porque magnifica los costos que deben enfrentar las economías de la región para lograr la estabilidad macroeconómica. Este resultado puede cambiar cuando las autoridades brasileras mejoren su credibilidad reduciendo la inflación, estabilizando precios y estimulando la actividad productiva en el marco de políticas económicas locales que le permitan liderar el proceso de unificación monetaria.
Nueva moneda regional
La alternativa de creación de una nueva moneda de carácter regional implica el logro de acuerdos políticos y consensos en materia económica y social que permitan a los países del Mercosur adoptar una moneda común que no sea el dólar ni ninguna de las monedas de curso legal de los países del bloque. En este orden, la gestión de la política monetaria se delega a un banco central común que se hace responsable de la emisión de la nueva moneda, así como del seguimiento e intervención en el comportamiento de los precios.
Tal como se evidencia en las Tablas 2 y 3, en el período 1965-2015, Brasil, Paraguay y Uruguay son los países de la región cuyas economías muestran las tasas de crecimiento del producto real más elevadas. En el caso de Brasil, también es la economía con mayor inestabilidad de precios y más alta tasa de depreciación, seguida por Bolivia y Argentina. Las diferencias en cuanto al logro a nivel doméstico de los objetivos de baja inflación y estabilidad del tipo de cambio dividen al bloque en dos grupos, uno donde está el grupo de países con baja credibilidad en su política antiinflacionaria (Brasil, Bolivia, Argentina y Venezuela), y otro donde están las economías con historia de estabilidad de precios (Uruguay y Paraguay). Este último grupo enfrenta un costo elevado en el abandono de la política monetaria implementada por las autoridades monetarias locales a favor de la política comunitaria dirigida por el banco central regional.
Tomando en cuenta los niveles de correlación del ciclo productivo de las economías del bloque, en las Tablas 5 y 6 se muestra que Argentina, Brasil y Uruguay son los países con las correlaciones más altas del bloque, mientras que Bolivia es la economía menos correlacionada con sus vecinos de la región. Con excepción de los ciclos de las economías de Bolivia y Brasil, todos los países del Mercosur tienen coeficientes de correlación positivos, lo que implica que son economías con similares características que le harían enfrentar los mismos shocks macroeconómicos. En este orden, el ciclo del ingreso real per cápita de Argentina se asemeja más al ciclo productivo de Uruguay y Venezuela que al de Brasil.
1965-2015 | Argentina | Bolivia | Brasil | Estados Unidos | Paraguay | Uruguay | Venezuela |
Argentina | 1 | 0 120 | 0 246 | 0 074 | 0 237 | 0 503 | 0 421 |
Bolivia | 0 120 | 1 | -0 009 | -0 056 | 0 231 | 0 274 | 0 137 |
Brasil | 0 246 | -0 009 | 1 | 0 148 | 0 383 | 0 279 | 0 248 |
Estados Unidos | 0 074 | -0 056 | 0 148 | 1 | 0 048 | -0 029 | 0 082 |
Paraguay | 0 237 | 0 231 | 0 383 | 0 048 | 1 | 0 429 | 0 094 |
Uruguay | 0 503 | 0 274 | 0 279 | -0 029 | 0 429 | 1 | 0 386 |
Venezuela | 0 421 | 0 137 | 0 248 | 0 082 | 0 094 | 0 386 | 1 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
1965-2015 | Argentina | Bolivia | Brasil | Estados Unidos | Paraguay | Uruguay | Venezuela |
Argentina | 1 | -0 007 | 0 201 | 0 107 | 0 272 | 0 498 | 0 374 |
Bolivia | -0 007 | 1 | -0 126 | 0 083 | 0 244 | 0 100 | 0 036 |
Brasil | 0 201 | -0 126 | 1 | 0 083 | 0 349 | 0 357 | 0 205 |
Estados Unidos | 0 107 | 0 083 | 0 083 | 1 | 0 124 | 0 120 | 0 133 |
Paraguay | 0 272 | 0 244 | 0 349 | 0 124 | 1 | 0 431 | 0 082 |
Uruguay | 0 498 | 0 100 | 0 357 | 0 120 | 0 431 | 1 | 0 346 |
Venezuela | 0 374 | 0 036 | 0 205 | 0 133 | 0 082 | 0 346 | 1 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
Por su parte, en la Tabla 7 se presenta el nivel de correlación de las tasas de inflación entre los países del mercado común suramericano. Los resultados muestran que Argentina y Paraguay son las economías con los mayores coeficientes de correlación, mientras que Bolivia tiene un ciclo inflacionario que se correlaciona negativamente con el ciclo de Brasil y Venezuela, mientras que este último país presenta una correlación negativa con Uruguay. Así, Bolivia y Venezuela tienen el comportamiento inflacionario con mayor diferencia respecto a los demás países del bloque. Este último resultado hace más complicada la gestión de política monetaria a nivel regional e incrementa la vulnerabilidad de la zona a los shocks asimétricos.
1965-2015 | Argentina | Bolivia | Brasil | Estados Unidos | Paraguay | Uruguay | Venezuela |
Argentina | 1 | 0 140 | 0 607 | 0 129 | 0 517 | 0 392 | 0 250 |
Bolivia | 0 140 | 1 | -0 006 | -0 024 | 0 240 | 0 139 | -0 092 |
Brasil | 0 607 | -0 006 | 1 | 0 003 | 0 573 | 0 382 | 0 298 |
Estados Unidos | 0 129 | -0 024 | 0 003 | 1 | 0 340 | 0 388 | -0 325 |
Paraguay | 0 517 | 0 240 | 0 573 | 0 340 | 1 | 0 517 | 0 135 |
Uruguay | 0 392 | 0 139 | 0 382 | 0 388 | 0 517 | 1 | -0 196 |
Venezuela | 0 250 | -0 092 | 0 298 | -0 325 | 0 135 | -0 196 | 1 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
Respecto a la correlación de las tasas de depreciación entre los países del Mercosur, la Tabla 8 muestra que, con excepción de la correlación de la tasa de depreciación de Bolivia y Venezuela, todos los países tienen coeficientes de correlación positivos. Así, destacan Paraguay, Argentina y Brasil como los países con ciclos del tipo de cambio nominal más correlacionados. En este sentido, se puede concluir que la región es susceptible a enfrentar las mismas perturbaciones del tipo de cambio nominal.
1965-2015 | Argentina | Bolivia | Brasil | Paraguay | Uruguay | Venezuela |
Argentina | 1 | 0 130 | 0 336 | 0 666 | 0 287 | 0 522 |
Bolivia | 0 130 | 1 | 0 009 | 0 346 | 0 191 | -0 037 |
Brasil | 0 336 | 0 009 | 1 | 0 283 | 0 247 | 0 319 |
Paraguay | 0 666 | 0 346 | 0 283 | 1 | 0 263 | 0 598 |
Uruguay | 0 287 | 0 191 | 0 247 | 0 263 | 1 | 0 044 |
Venezuela | 0 522 | -0 037 | 0 319 | 0 598 | 0 044 | 1 |
Fuente: cálculos propios con base en Banco Mundial.
Conclusiones
Ante la diversidad en los resultados, el análisis comparado de los costos y beneficios de esta alternativa permite destacar que existen correlaciones positivas en el crecimiento económico y en la tasa de depreciación de las monedas entre los países del Mercosur, lo que incrementa la viabilidad de la creación de una moneda única y del banco central regional en el marco de la integración monetaria del bloque. Para potenciar los beneficios que traería la implementación de esta opción de unificación monetaria, es necesario referir que la existencia de shocks comunes que influyen de manera simétrica en las economías de la región deben ser atendidos mediante un banco central regional con un bajo sesgo inflacionario, capaz de corregir las diferencias en los ciclos inflacionarios del bloque, garantizando baja inflación y estabilidad de precios. Ante estos resultados, esta alternativa es deseable.
El análisis empírico aquí realizado permitió identificar los costos y beneficios de las alternativas de unificación monetaria que tiene el Mercosur: adoptar el dólar, utilizar una moneda de la región como moneda única y poner en práctica una nueva moneda regional. Con respecto a la primera alternativa, dolarizar se considera como deseable para profundizar el proceso de integración suramericano, ya que, con excepción de los países con tradición de lucha contra la inflación, beneficia a todos los países de la región permitiendo importar la credibilidad antiinflacionaria del Sistema de la Reserva Federal y facilitando la estabilidad cambiaria regional, lo cual está condicionado por la escasa correlación entre las economías del bloque y el país emisor del dólar que aumenta el costo de traspasar la política monetaria doméstica a las autoridades monetarias de Estados Unidos. Acerca de la segunda alternativa, adoptar el real brasileño como moneda común es una opción no deseable debido a los elevados costos de su implementación. Su puesta en práctica solo beneficiaría a los países con historia de elevada inflación en detrimento de los países con tradición de estabilidad de precios, condicionando la evolución de la actividad productiva y los tipos de cambio de la región e incrementando su vulnerabilidad. Y, la tercera alternativa, crear e implementar una nueva moneda a nivel regional es una opción deseable debido a la correlación positiva en el crecimiento económico y en las tasas de depreciación de las monedas de los países del bloque y por la posibilidad de crear una institución supranacional responsable de la política monetaria común con bajo sesgo inflacionario.
Finalmente, un aspecto importante que se debe tener en cuenta respecto a la elección de alguna de las alternativas propuestas es que los acuerdos políticos y el diseño de las instituciones debe ser cuidadosamente estudiado y trabajado. La crisis del Euro y el debilitamiento de la Unión Monetaria Europea de los últimos años deben ser referentes que permitan crear instituciones más fuertes donde se destaque la necesidad de un mayor control fiscal por parte de los países miembros y sobre la necesidad de coordinar las políticas macroeconómicas dentro del MERCOSUR para disminuir así los impactos que las asimetrías pudieran generar a lo interno de la región.