INTRODUCCIÓN
Tras la reciente crisis financiera de 2007-2008 hemos presenciado algunos cambios en los patrones de migración, uno de los cuales es que los migrantes de China e India por primera vez han superado a la migración mexicana en Estados Unidos (véase Gráfica 1), considerada esta última como la más importante numéricamente desde el siglo pasado, una especie de “transición de largo plazo en el futuro de la migración en Estados Unidos” (Chishti y Hipsman, 2015). Esta realidad contiene, desde nuestro punto de vista, una serie de indicios de enorme importancia para el futuro del patrón migratorio, sobre todo si tomamos en cuenta la afirmación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en el sentido de que Estados Unidos se mantuvo en 2016 como el líder en solicitudes de patentes y de marcas, aunque al ritmo actual China lo superará en tan sólo dos o tres años (WIPO, 2017). A pesar de este incremento, las condiciones podrían indicar que estamos ante una posible reorientación histórica en la “geografía” de la innovación, afirmó el doctor Kamil Idris, exdirector general de la OMPI (WIPO, 2007). De ser así, China tendría que, en un futuro próximo, tomar medidas ante esta nueva realidad.
Otro cambio importante en el corredor migratorio entre México y Estados Unidos consiste en lo que algunos autores han denominado como “migración cero” (Alarcón, 2012; Cave, 2011; Durand, 2011; García-Zamora, 2012). Se trataría de una nueva tendencia migratoria en la que los flujos de mexicanos se habrían, a partir de la crisis, prácticamente revertido, inaugurándose así una nueva era para México. Algunas de las razones esgrimidas giraron en torno a una mejoría de las condiciones económicas en México, disminución drástica de la tasa de natalidad, convergencia de los salarios entre los dos países y una mayor incorporación de los jóvenes al sector educativo, entre otros motivos. Desde nuestro punto de vista, los datos no permiten sostener que ésas serían la causa de la “migración cero” (Aragonés, 2012; Aragonés y Salgado, 2013). Efectivamente, se produjo una reducción de los flujos migratorios, pero por otros motivos. Por un lado, habría que recordar que la dinámica tradicional que ponen en marcha los países receptores cuando enfrentan una crisis de esa magnitud son las deportaciones y los retornos, voluntarios o no. Esta estrategia tiene un efecto sobre la composición numérica de los flujos, pues habría muchos más regresos que salidas, y se trata en su mayoría de retornos forzados. Las deportaciones son violatorias de los más elementales derechos humanos de los migrantes, pero logran el objetivo de desviar la atención hacia un segmento laboral de enorme vulnerabilidad, culpabilizándolo de diversos conflictos relacionados con la crisis.
Esta inhumana práctica muestra por qué el sistema nunca pierde, pues a los trabajadores migrantes se les utiliza laboralmente por años y cuando le conviene a la industria simplemente los deportan, sin otorgarles ninguna indemnización y ahorrándose todos los beneficios que por ley correspondería a cualquier trabajador en estos casos. Habría que recordar que el presidente Barack Obama fue considerado como el “jefe de las deportaciones”, pues en su administración casi dos millones de personas enfrentaron esta tragedia. Se apoyan en una política antiinmigrante que los criminaliza y se los vincula al concepto de “seguridad nacional” para justificar la instalación de los refuerzos fronterizos y, en el colmo de la torpeza, la de muros que en realidad son un arma política, como lo ha demostrado Donald Trump.
Si bien no se puede desconocer que las tácticas antiinmigrantes pueden influir en las decisiones de los migrantes para moverse o no, lo que en realidad inhibe sus desplazamientos es el desempleo en el país de destino. Es decir, cuando el mercado laboral internacional reduce sus demandas, se frena el factor de atracción, como sucedió cuando las industrias altamente receptoras de migrantes se desplomaron con la crisis y se elevó el desempleo a niveles no vistos en mucho tiempo. Es en esa circunstancia que los migrantes restringen sus movimientos; se ven obligados a esperar en sus países de origen o bien a reorientar sus desplazamientos hacia otros destinos, posibilidad esta última muy difícil, debido al efecto devastador de la crisis sobre un importante número de países a nivel mundial. Planteamos que la “migración cero” responde a un fenómeno temporal que se revertirá en el momento en que Estados Unidos reanude su dinámica económica, siempre y cuando las condiciones que generaron la expulsión de trabajadores en México se mantengan sin cambio.
Nuestra propuesta teórico-metodológica es que los flujos de trabajadores migratorios responden a las necesidades y requerimientos de los mercados laborales internacionales, y señalamos que el patrón migratorio actual es selectivo porque esos mercados requieren recursos humanos altamente calificados que respondan a las necesidades de la economía digital. En estos momentos, Estados Unidos ya está mostrando una clara recuperación económica, con una disminución importante del desempleo (un 3.9 por ciento) lo que puede considerarse como pleno empleo (Bureau of Labor Statistics, s.a.), y ha profundizado la economía digital como estrategia para salir de la crisis, como proponían algunos autores (Krugman, 2012; Pollin, 2012; Pollin et al., 2014). Para ello requiere del aporte de trabajadores migrantes calificados, pues no puede satisfacer con contingentes internos las vacantes al enfrentar dificultades demográficas y educativas que afectan el equilibrio de sus mercados laborales. Eso explica por qué en el momento más álgido de la crisis, los trabajadores calificados migrantes se mantuvieron al alza, con una pequeña disminución entre 2007-2009, para luego recuperarse.
A continuación presentamos, en primer término, las condiciones económicas de algunos sectores en México y el comportamiento migratorio a partir de la crisis, enfatizando en los flujos de migración calificada hacia Estados Unidos. En el segundo apartado se analizan las variables demográficas y educativas en Estados Unidos, los conflictos que estos sectores enfrentan y por qué el país ha privilegiado la atracción de talentos como la estrategia idónea para superarlos, lo que lo ha convertido en el más importante receptor mundial de talentos; se aborda el mercado laboral estadunidense y sus requerimientos laborales. En el tercer apartado analizamos la posición de la migración de talentos de China, India y México, así como la participación de estudiantes de esos países en las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés). Y, finalmente, presentamos unas reflexiones propositivas.
MÉXICO Y LA "MIGRACIÓN CERO"
Nuestra propuesta es que la “migración cero” es la manifestación de un fenómeno temporal que se transformaría en el momento en que Estados Unidos recuperara su dinamismo económico y, como consecuencia, la migración de trabajadores reiniciaría sus desplazamientos. México redujo sus flujos desde 2005, cuando se situaron en 369 000, y bajaron a 125 000 en 2013, es decir, un 66 por ciento en ocho años, de acuerdo con la oficina del Censo de Estados Unidos. La migración legal decreció de 161 000 en 2005 a 135 000 en 2013. Y la indocumentada disminuyó todavía más rápidamente, pues de un millón en 2005 bajó a 229 000 en 2014 (Chishti y Hipsman, 2015). Situación que se explicaría porque la crisis provocó un enorme desempleo en los sectores altamente receptores de trabajadores migrantes, particularmente de indocumentados, como la construcción, la agricultura y otros (Passel y Cohn, 2016).
Se aprecia una cierta restauración de los flujos de migrantes mexicanos, los que, si bien no tienen la misma intensidad de las etapas anteriores, responden a la recuperación económica de Estados Unidos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el saldo migratorio en 2015 registró una pérdida neta de población de aproximadamente 22.3 personas por cada 10 000 habitantes. En la Gráfica 2 se observa cómo este saldo neto migratorio se ha incrementado gradualmente entre 2008 y 2015.
La recuperación económica de Estados Unidos mostraría que el desempleo para los migrantes mexicanos ha disminuido (véase la Gráfica 3), pues si bien en 2010 se registraba una tasa del 11.1 por ciento, cifra superior al 10 por ciento de la tasa general de desempleo en Estados Unidos, en 2017 se produjo una reducción al 5.1 por ciento, y se alcanzanzaron niveles que se habían observado justo antes de la crisis. A pesar de esto, el índice de desempleo de los mexicanos se ubica por encima de la tasa general de desocupación estadunidense, que en ese mismo año se mantuvo en un 4.4 por ciento. Un efecto interesante y que podría relacionarse con las mejores condiciones laborales de los trabajadores migratorios mexicanos en Estados Unidos es la recuperación mostrada por las remesas.
Fuente: Elaboración propia, con datos del Bureau of Labor Statistics (s. a.) y Federal Reserve Bank of Saint Louis (s. a.)
En 2017, las remesas habían alcanzado un monto cercano a los veintiocho mil millones de dólares, máximo nunca antes visto de acuerdo con cifras del Banco de México. Cabe mencionar que no sólo los mexicanos en Estados Unidos están recuperando sus empleos, sino que las repatriaciones desde ese país también han disminuido, ya que en 2016 fueron de 219 905, pero en 2017 se redujeron a 166 986, lo que representa una caída del 24 por ciento, tal como se observa en la Gráfica 4.
Fuente: Elaboración propia, con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (s. a.) (varios años)
Como se observa en la Gráfica 5, los sectores más afectados por la crisis financiera fueron los relacionados con los servicios, la agricultura y la industria de la construcción; en este último, la tasa de desempleo en 2010 llegó a la cifra récord del 20 por ciento, y si bien se ha reducido sustancialmente todavía es alta, con un 7.1 por ciento. Sin embargo, las ocupaciones vinculadas con actividades profesionales que requieren mayores niveles de calificación casi no fueron afectadas por la crisis, pues el pico más alto de desempleo durante 2010 se estableció en un 4.5 por ciento, cifra que se redujo a un 2.3 en 2017, lo que explicaría por qué la proporción de migrantes internacionales mexicanos con nivel de escolaridad media superior y superior aumentó en el periodo posterior a la crisis económica, pasando del 27.1 al 35.9 por ciento (INEGI, 2017).
Sin embargo, conviene destacar que una parte importante de los talentos mexicanos en el mercado de trabajo estadunidense están subempleados, es decir, se desempeñan en actividades que están por debajo de sus credenciales académicas (Batalova et al., 2016). Condiciones muy distintas son las que disfrutan los profesionales chinos e indios, que muestran una muy congruente integración a los mercados laborales de Estados Unidos (véase el Cuadro 1). Se trata de una realidad que amerita profundizarse para encontrar una explicación a esas diferencias, lo cual, por ahora, está más allá de los objetivos del presente trabajo.
País | Educados fuera de Estados Unidos | Educados en Estados Unidos |
---|---|---|
China | 16% | 14% |
India | 18% | 13% |
México | 47% | 36% |
Fuente: Elaboración propia, con datos de Batalova et al. (2016).
En cuanto al factor de la fecundidad, México muestra una disminución notable (véase la Gráfica 6), pero, a diferencia del conflicto que viven la mayoría de los países desarrollados y algunos emergentes, se mantiene aún por encima del nivel de reemplazo, lo cual es altamente positivo, porque representa un bono demográfico cuyos recursos permitirían alcanzar mayores tasas de crecimiento económico. Sin embargo, dadas sus características, hasta ahora la economía mexicana no genera los empleos necesarios para absorber a esa oferta de fuerza de trabajo; los salarios son exiguos y existe una insuficiente incorporación de la población en los distintos niveles educativos, además de un limitado acceso a la salud universal. Todas estas circunstancias en conjunto no permiten reducir los niveles de pobreza ni revertir la tendencia migratoria. Por ello sería difícil sostener que las condiciones económicas de México pudieran ser la causa del fenómeno de la “migración cero”, aun cuando haya disminuido la tasa de fecundidad.
Fuente: Elaboración propia, con datos del Banco Mundial (2018) (varios años).
Nota: La línea punteada representa el nivel de reemplazo
Cabe subrayar que entre 2005 y 2016 cerca del 58.9 por ciento de la población ocupada en México trabajó en el sector informal de la economía (de acuerdo con cifras del INEGI), lo que refleja la precariedad en la que vive la clase trabajadora. Al cierre del cuarto trimestre de 2017, el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) señaló que cerca del 41 por ciento de los empleados percibieron remuneraciones por debajo del valor de la canasta alimentaria, y que el ingreso real per cápita había mostrado un constante descenso desde 2005, lo cual ha representado una caída del valor real de los ingresos en un 26 por ciento (Fuentes, 2018). Lo anterior explica por qué en México aún existen cerca de 53.4 millones de personas que viven en situación de pobreza, según datos del Coneval.
Este deterioro en las condiciones del mercado laboral mexicano se refleja en la gran disparidad que existe entre los salarios que se perciben en nuestro país y los que se pagan en Estados Unidos, diferencia de casi nueve veces, tal como se observa en la Gráfica 7.
Fuente: Elaboración propia, con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (s. a.) (varios años)
Las condiciones descritas muestran por qué los flujos migratorios han ido recuperando sus movimientos, en consonancia con las demandas de la economía de Estados Unidos. Por lo tanto, podemos afirmar que el fenómeno de la “migración cero” se debió principalmente al estancamiento del mercado laboral estadunidense, en el que tanto el sector inmobiliario como el agrícola y el de servicios perdieron dinamismo, lo cual provocó una disminución considerable en la demanda de migrantes mexicanos, aunque, una vez recuperada la actividad económica, los flujos de migrantes reiniciaron sus desplazamientos. De la misma forma, los migrantes calificados mexicanos están respondiendo al nuevo patrón migratorio desempeñando un papel importante (véase la Gráfica 8), si bien, como se apreciará en los siguientes apartados, tienen una posición inferior a la de los chinos e indios.
ESTADOS UNIDOS Y LOS SECTORES EDUCATIVOS Y DEMOGRÁFICOS
En Estados Unidos, la fecundidad se encuentra por debajo del nivel de reemplazo, de forma similar a otros países desarrollados, lo que da lugar al envejecimiento de su población. En la Gráfica 9 se observa que este fenómeno ocurre desde 1970, pero que durante los noventa tuvo lugar una ligera recuperación, debido a la participación de las mujeres migrantes, que presentan mayores índices de fecundidad en comparación con las nativas (Monte y Ellis, 2014).
Una de sus consecuencias es la disminución de la participación de la población económicamente activa, que se encuentra en el 62.5 por ciento, el nivel más bajo desde 1977. Es decir, la fuerza de trabajo en el país ha perdido un equivalente a 7.5 millones de trabajadores, penuria que puede convertirse en un grave obstáculo para generar crecimiento económico en el mediano plazo (Balakrishnan et al., 2015). Además, se incrementa el coeficiente de dependencia sobre la población activa, es decir, que si en 2005 había alrededor de dieciocho adultos mayores por cada trabajador, en 2016 la cifra se incrementó a cerca de veintitrés adultos mayores por trabajador en el mercado laboral, de acuerdo con datos de la Reserva de San Luis de Estados Unidos (FRED, s.f.).
Fuente: Elaboración propia, con datos del National Center for Education Statistics (NCES) (2018), tabla 322.10
Para salir de la crisis y de su pérdida de liderazgo, Estados Unidos profundizó el proyecto de la economía digital, como algunos autores habían propuesto (Krugman, 2012; Pollin et al., 2014). Para ello era necesario contar, tanto en calidad como en cantidad, con una fuerza laboral de alta especialización cuyas habilidades se relacionaran con las llamadas profesiones STEM. Sin embargo, el país enfrentaba problemas en el sector educativo: por un lado, las carreras con mayor número de egresados se concentraban en cinco grandes campos: Negocios, Ciencias Sociales e Historia, Salud y Ciencias Clínicas, Psicología y Educación, y en las profesiones STEM (science, technology, engineering, math), en donde se mostraba el menor interés.
Por otro lado, esta población enfrenta el problema de la baja eficiencia terminal, pues sólo cerca del 35 por ciento de los jóvenes que ingresaron en 2009 a la universidad consiguieron su grado en 2013, es decir, en el tiempo establecido por el programa educativo de cuatro años.
Etnicidad | Colegios públicos % | Colegios privados % |
---|---|---|
Total | 34.80 | 13.90 |
Blancos | 38.50 | 21.30 |
Negros | 18.10 | 7.60 |
Asiáticos | 43.30 | 35.10 |
Hispanos | 25.30 | 18.10 |
Indígenas estadunidenses | 19.80 | 10.20 |
Fuente: Elaboración propia, con datos del NCES (2018), tabla 326.20.
Ésta es una de las razones por la que los estudiantes internacionales se han convertido en una fuente importante de talentos. Hacia 1980 se registraba la entrada de poco más de 286 000 estudiantes, cifra que se incrementó hasta alcanzar cerca de 1.1 millones de estudiantes en 2017, realidad que convierte a Estados Unidos en el principal receptor de estudiantes foráneos con casi el 24 por ciento del total mundial (Zong et al., 2018). Su principal país de origen es China, seguido por India, tal como se observa en la Gráfica 11.
Los alumnos extranjeros en Estados Unidos se han visto favorecidos por la instrumentación de una serie de medidas cuyo objetivo es flexibilizar las políticas migratorias. Por ejemplo, durante 2007 se promovieron cambios para agilizar la emisión de visas destinadas a estudiantes, se otorgaron más becas y se facilitó el tránsito hacia el mercado laboral, con lo cual se incrementó la retención (Walker, 2007). Sobre este último punto, el Servicio de Inmigración y Ciudadanía del gobierno de Estados Unidos realizó algunos ajustes sobre la visa para ingresar a estudiar. En primer lugar, se informó que durante el primer año académico no se permite al estudiante extranjero trabajar fuera del campus; a partir del segundo año sí se puede, pero bajo el esquema denominado optional practical training (OPT), el cual debe estar vinculado con su área de estudio, y una vez que se han concluido los estudios es posible extender este permiso hasta por veinticuatro meses, en el caso de los egresados de las carreras STEM (USCIS, 2018). Esto explica por qué el número de autorizaciones se incrementó considerablemente, pues si bien en 2008 se registraron cerca de 79 877, en 2016 la cifra fue de 257 064; de hecho, se considera que este permiso es una puerta de entrada que facilita la obtención de la visa de trabajo para migrantes calificados denominada “H1B” (Korn, 2018). Cerca del 45 por ciento de quienes lograron sus grados tuvieron la posibilidad de ampliar su estadía por medio de una visa de trabajo en la misma zona metropolitana donde se ubicaba la universidad en la que habían estudiado (Zong et al., 2018), con lo que se incrementó la retención del talento internacional.
ESTADOS UNIDOS: IMÁN DEL TALENTO MUNDIAL. CHINA E INDIA, POR ENCIMA DE MÉXICO
Desde finales del siglo XX, los migrantes calificados empezaron a incrementar su importancia numérica en Estados Unidos. En esta dirección, lo que ha llamado la atención es que, a diferencia de lo sucedido en otras crisis en las que prácticamente se cerraban las puertas a todos los migrantes, en la actual crisis financiera la migración calificada mantuvo un comportamiento relativamente estable, lo cual se constata al analizar la emisión de las visas otorgadas a este tipo de migrantes bajo las categorías H1B, las cuales se entregan sólo a personas con educación superior; L1, que se destinan a las transferencias intracompañías de trabajadores con estudios avanzados, y O1, que se adjudican a individuos con logros reconocidos o habilidades extraordinarias (véanse las Gráficas 12, 13 y 14).
Fuente: Elaboración propia, con datos del U. S. Department of Homeland Security (2018), base de datos “Nonimmigrant Admissions by Class of Admission” (varios años)
Fuente: Elaboración propia, con datos del U. S. Department of Homeland Security (2018), base de datos “Nonimmigrant Admissions by Class of Admission” (varios años)
Fuente: Elaboración propia, con datos del U. S. Department of Homeland Security (2018), base de datos “Nonimmigrant Admissions by Class of Admission” (varios años)
El mercado laboral estadunidense requiere del aporte de los inmigrantes calificados, pues las tasas de desempleo en las ocupaciones relacionadas con las profesiones STEM son muy bajas, sobre todo si se comparan con las que requieren menores grados de formación, como la construcción, la agricultura o las manufacturas (véase el Cuadro 3). No hay contingentes internos para cubrir las demandas laborales, lo que explica el incremento de los flujos migratorios calificados, apuntalando a Estados Unidos como el más importante receptor mundial de talentos (Economist Intelligence Unit, 2015).
Ocupaciones | Tasas de desempleo | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | |
Administración, profesionistas y ocupaciones relacionadas | 4.6 | 4.7 | 4.5 | 4.1 | 3.6 | 3.1 | 2.5 | 2.5 | 2.2 |
Administración, negocios y operaciones financieras | 4.9 | 5.1 | 4.7 | 4.0 | 3.5 | 2.9 | 2.4 | 2.5 | 2.2 |
Profesionistas y ocupaciones relacionadas | 4.4 | 4.5 | 4.3 | 4.2 | 3.6 | 3.2 | 2.6 | 2.5 | 2.3 |
Ocupaciones en matemáticas y ciencias de la computación | 5.2 | 5.2 | 4.1 | 3.6 | 3.6 | 2.7 | 2.6 | 2.5 | 2.4 |
Ocupaciones en ingeniería y arquitectura | 6.9 | 6.2 | 5.1 | 4.2 | 3.5 | 3.1 | 2.6 | 2.5 | 2.4 |
Practicantes del cuidado de la salud y técnicos | 2.3 | 2.5 | 2.7 | 3.0 | 2.3 | 2.1 | 1.7 | 1.5 | 1.4 |
Ocupaciones en servicios en general | 9.6 | 10.3 | 9.9 | 9.1 | 8.6 | 7.3 | 6.7 | 5.8 | 5.4 |
Ocupaciones relacionadas con la preparación y servicios en alimentos | 11.6 | 12.4 | 11.8 | 10.3 | 9.7 | 8.5 | 7.9 | 6.8 | 6.4 |
Limpieza y mantenimiento de jardínes y edificios | 12.1 | 12.8 | 11.7 | 11.0 | 10.7 | 8.7 | 7.8 | 6.9 | 6.2 |
Construcción, mantenimiento, reparación, instalación y recursos naturales | 15.6 | 16.1 | 13.3 | 11.5 | 9.8 | 8.0 | 7.2 | 6.4 | 6.0 |
Agricultura, pesca y recursos forestales | 16.2 | 16.3 | 15.3 | 14.4 | 11.4 | 11.6 | 10.9 | 10.4 | 8.7 |
Construcción y extracción | 19.7 | 20.1 | 16.6 | 14.4 | 12.5 | 9.6 | 8.4 | 7.2 | 7.1 |
Ocupaciones en las manufacturas | 14.7 | 13.1 | 11.2 | 9.3 | 8.7 | 7.0 | 5.7 | 5.7 | 4.9 |
Tasa de desempleo general | 9 | 10 | 9 | 8 | 7 | 6 | 5 | 5 | 4 |
Fuente: Elaboración propia, con datos del Bureau of Labor Statistics (s. a.), varios años.
En general, todos los sectores presentan una importante reducción en sus niveles de desempleo, como resultado de la estrategia seguida por Estados Unidos para enfrentar la crisis. Distinta realidad viven los países europeos, cuyos niveles de desempleo se han mantenido peligrosamente elevados. Parece confirmarse lo señalado por diversos autores, en el sentido de que es altamente positivo invertir en y promover las innovaciones, la tecnología y las energías verdes para salir de las crisis, porque al mismo tiempo generan empleos de menor calificación, como ocurre con Microsoft, que por cada puesto interno crea 5.8 trabajos para el resto de la economía (Pope, 2012).
Los flujos de migración provenientes del sur y del este de Asia han adquirido enorme importancia en comparación con los migrantes mexicanos, tal como se observa en el Cuadro 4, en el cual se evidencia un incremento sustancial a partir del 2006.
Origen | Antes de 1990 | 1990-1999 | 2000-2005 | Después de 2005 | Total a 2015 |
---|---|---|---|---|---|
México | 3 940 447 | 3 571 044 | 2 659 378 | 1 318 518 | 11 576 253 |
Sur y este de Asia | 3 659 154 | 2 567 219 | 1 749 293 | 2 468 236 | 11 615 903 |
Fuente: Elaboración propia, con información de López y Radford (2017).
En el Cuadro 5 se observa que los países analizados (China, India y México), no figuraban en 1996 entre los diez principales destinatarios de visas H1B; sin embargo, hacia 2016 ya tenían una participación muy destacada, si bien México ocupa sólo la cuarta posición, con montos mucho menores (17 626) que los que presentan China e India (42 897 y 269 262 respectivamente). Se confirma nuestra tesis, en el sentido de que los migrantes responden a las necesidades de los mercados laborales, que actualmente requieren personal calificado, talentos que reciben las visas H1B, en un proceso congruente con la dinámica de Estados Unidos en la economía digital.
Posición | País | 1996 | País | 2016 |
---|---|---|---|---|
1 | Reino Unido | 1 900 | India | 269 262 |
2 | Francia | 495 | Canadá | 56 932 |
3 | Canadá | 481 | China | 42 897 |
4 | Alemania | 437 | México | 17 626 |
5 | Italia | 370 | Francia | 10 023 |
6 | Australia | 290 | Corea del Sur | 8 445 |
7 | Rusia | 225 | Alemania | 6 616 |
8 | Japón | 220 | Brasil | 6 143 |
9 | España | 198 | Italia | 5 925 |
10 | Países Bajos | 179 | Japón | 4 965 |
Fuente: Elaboración propia, con datos del U. S. Department of Homeland Security (2018), base de datos “Nonimmigrant Admissions by Class of Admission” (varios años).
La política migratoria de Estados Unidos gira en torno al otorgamiento de visas que distinguen diversos niveles de calificación y tipo de profesiones. Por ejemplo, las visas de trabajadores calificados H1B se orientan a individuos que cuentan con estudios de nivel superior o posgrados; este tipo de visas se otorga por un periodo de tres años, y puede extenderse hasta por siete más. Vale la pena destacar que se trata de permisos de trabajo temporales y que sólo en contadas ocasiones obtienen la residencia permanente. Esto permite a las empresas contratantes tener importantes ahorros en relación con los beneficios que las leyes laborales otorgan, como la antigüedad, pues aun cuando esos talentos son cotizantes a través de los impuestos, no pueden beneficiarse de ello cuando retornan a sus países.
Es importante señalar que existen diferencias en los niveles educativos entre los migrantes del sur y el este de Asia respecto de los mexicanos. Los primeros poseen, en mayor medida, grados académicos de nivel universitario (graduados de college) y de posgrado (el 51 por ciento), mientras que en el caso de la migración mexicana sólo el 6 por ciento cuenta con esos niveles educativos, y el 38 por ciento tiene niveles educativos muy bajos (véase el Cuadro 6).
Menos del 9º grado | 9º a 12º grado | Graduado de high school | College trunco | Graduado del college | Grados superiores | Total (100%) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Todos los nativos | 2.7 | 6.7 | 28.6 | 31.1 | 19.5 | 11.4 | 178 890 929 |
Todos los extranjeros | 18.8 | 10.4 | 22.4 | 18.7 | 17.1 | 12.6 | 37 639 743 |
México | 37.9 | 18.7 | 24.8 | 12.4 | 4.6 | 1.6 | 10 178 076 |
Sur y este de Asia | 9.4 | 5.8 | 16.1 | 17.5 | 28.7 | 22.5 | 10 070 021 |
Fuente: Elaboración propia, con información de López y Radford (2017).
El comportamiento observado respecto de la emisión de visas para cada país es congruente con el tipo de tareas que desempeñan los migrantes tanto mexicanos como del sur y este de Asia. Estos últimos laboran en ocupaciones que requieren mayores niveles educativos (cerca del 42 por ciento), como administración y negocios (el 16.1 por ciento); ciencias e ingenierías (un 15.3 por ciento) y ciencias de la salud (el 10.7 por ciento); mientras que, en el caso de los mexicanos, la mayoría se concentra en construcción y extracción, con un 15.7 por ciento; instalación, reparación y producción, con el 15.2 por ciento, y en actividades de limpieza y mantenimiento, con un 13.6 por ciento (Cuadro 7).
Región de nacimiento | ||
---|---|---|
Grupo ocupacional | México | Sur y este de Asia |
Administración y negocios | 4.9 | 16.1 |
Ciencia e ingeniería | 1.0 | 15.3 |
Servicios legales, sociales y comunitarios | 0.6 | 1.6 |
Educación, artes y medios de comunicación | 2.3 | 7.0 |
Cuidados de la salud | 2.2 | 10.7 |
Servicio y preparación de alimentos | 10.9 | 6.6 |
Limpieza y mantenimiento | 13.6 | 2.5 |
Otros servicios | 3.8 | 6.6 |
Ventas | 6.3 | 9.8 |
Apoyo administrativo y oficinas | 6.7 | 9.2 |
Agricultura, pesca y recursos forestales | 6.4 | 0.3 |
Construcción y extracción | 15.7 | 1.2 |
Instalación, reparación y producción | 15.2 | 8.2 |
Transportes y transporte de materiales | 9.1 | 3.7 |
Ejército | < 0.05 | 0.1 |
Total (100%) | 8 463 372 | 8 060 969 |
Fuente: Elaboración propia, con información de López y Radford (2017).
ESTRATEGIAS DE LOS PAÍSES DE ORIGEN ANTE LA SALIDA DE SUS TALENTOS
China e India, dos de los países más poblados del mundo, están jugando un importante papel en la economía global. Presentan un crecimiento económico que ha llamado la atención por sus números crecientes; se vieron ligeramente afectados con la crisis de 2007-2008, pero experimentaron una rápida recuperación entre 2009 y 2011: China creció en promedio a tasas cercanas al 10 por ciento e India al 9 por ciento (Nagraj, 2016). También destacan por el gran esfuerzo que realizan para capacitar a sus recursos humanos, lo que puede comprobarse al analizar la cantidad de estudiantes chinos e indios que cursan sus carreras en Estados Unidos, país que posee ocho de las diez universidades más prestigiosas a nivel mundial (Smith, 2016). Buena parte de esos estudiantes se queda en Estados Unidos, y lo mismo ha sucedido con los trabajadores migrantes calificados que reciben la mayoría de las visas de los programas temporales.
Ante esta situación, no resulta extraño que estos países generen estrategias para tratar de frenar la pérdida de sus talentos. China está buscando traer a sus migrantes de vuelta a través del proyecto conocido como “Plan de Mil Talentos”, puesto en marcha en 2008, cuyo objetivo es identificar y lograr el regreso de académicos y profesionales destacados, a los que se les ofrecen empleos en las empresas del Estado, las universidades o en los gobiernos estatales con sueldos más competitivos, exenciones fiscales, ayudas para la vivienda y para la escolarización de los hijos. Orientación que se reforzaría con las palabras del presidente Xi Jinping en 2013, al advertir que “Hay que apoyar que la gente vaya a estudiar fuera, pero aún más si cabe su retorno a China” (Fontdeglória, 2017). Esta estrategia ha brindado buenos resultados, pues de acuerdo con estadísticas del Ministerio de Educación chino, en 2012 se registró el retorno de 272 900 estudiantes, lo cual representa un incremento de un 46.75 por ciento respecto del 2011 (United Nations, 2017).
A diferencia de China, India no está llevando a cabo políticas con la finalidad de buscar el retorno de su diáspora calificada y el gobierno ha delegado esa función a los mecanismos del mercado laboral indio. La posible explicación de por qué no llevan a cabo este tipo de acciones se debe a que en ese país existen elevadas tasas de desempleo y de pobreza en comparación con China, pues el gobierno indio ha establecido su prioridad en los programas orientados a las remesas que reciben. Esto se ejemplifica con el evento anual que se organiza a partir de 2003, “The Pravasi Bharatiya Divas”, al cual asiste el presidente y el resto de autoridades indias de primer nivel. En dicha reunión el punto de debate siempre gira en torno a cómo y en qué invertir los grandes montos de los recursos que envían sus migrantes. Otra estrategia impulsada en 2004 fue la que se conoce como “Know India Program”, la cual celebra una conferencia anualmente y está dedicada a los jóvenes talentos indios en el exterior, a los que se les otorga un reconocimiento por sus logros económicos o científicos (Giordano y Terranova, 2012).
Sin embargo, se ha debatido la propuesta de imponer el “impuesto Bhagwati” con la finalidad de que todos los trabajadores calificados de nacionalidad india que se encuentran fuera de su país paguen un impuesto por un periodo de diez años para compensar la pérdida de recursos para la economía india; esto con la finalidad de que cumplan su obligación con el pueblo indio en el caso de haber recibido financiamiento público en su educación y como un mecanismo para compensar la desigualdad de oportunidades entre ellos y sus compatriotas no migrantes (Dumitru, 2012). Esta medida a todas luces es violatoria del derecho humano a la libre movilidad y que, sin embargo, se ha llegado a debatir en el gobierno indio; otro tipo de propuesta considera imponer dicha carga fiscal directamente a los gobiernos receptores (Wilson, 2007).
En el caso de México, las políticas orientadas al retorno de talentos recaen exclusivamente en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; a través de su programa de repatriación y retención de talento, el gobierno de la república ha logrado hacer retornar a 1 386 investigadores entre 2007 y 2014 (Sánchez, 2015); estos resultados son bastante limitados, pues se calcula que la diáspora calificada mexicana ha crecido de manera acelerada, pasando de 411 000 en el año 2000 a 1 015 000 en 2012, cifras que colocan a México como el primer exportador de talentos en América Latina y en el sexto a escala mundial (IME, 2016).
REFLEXIONES FINALES
Nuestra propuesta es que tanto Estados Unidos, potencia dominante, así como una parte significativa de los países desarrollados, requerirán los aportes de migrantes altamente calificados, pues enfrentan obstáculos estructurales similares. Entre ellos señalamos las dificultades demográficas, una de cuyas consecuencias es el envejecimiento de la población, que afecta a los mercados laborales. También los conflictos en el sector educativo, cuya escasez de profesionistas en carreras clave para la economía digital repercute negativamente en la posibilidad de continuar con los proyectos de desarrollo. Ambos fenómenos son de difícil solución tanto en el corto plazo como en forma endógena. En este escenario, la migración altamente calificada se convierte en una solución idónea ante la escasez de personal especializado nativo en los países receptores.
Bajo este contexto, planteamos la posibilidad nada remota de que el mundo enfrente una competencia internacional por los talentos internacionales, en la medida en que se trata de un recurso escaso, lo que tendrá repercusiones para los propios trabajadores migrantes, así como para sus países de origen. Ante este escenario probable, se vislumbran dos rutas viables: una es que los países de origen se decidan a transformar sus sociedades y economías para que absorban a su población capacitada y le permitan desempeñar un papel competitivo en el concierto mundial de la economía digital y de la ya muy próxima cuarta revolución industrial; la otra sería que dichas naciones sean incapaces de llevar a cabo los cambios señalados y, en consecuencia, se mantenga la asimetría y se profundice su papel de expulsores de recursos humanos y receptores de bienes extranjeros. De esta manera, la migración calificada se convertirá en una forma de subvención o “donativo-contribución” del que se beneficiarán los países receptores, perpetuándose los desequilibrios históricos. Los casos de China, India y México presentados en este trabajo, tienen elementos de gran valor, pues aportan reflexiones novedosas a un fenómeno que se complejiza cada vez más. Es evidente que no existen los determinismos económicos o sociales, ya que se superan en la medida en que los Estados ponen en marcha políticas deliberadas de desarrollo que cambian el destino de los países.
Éste es un momento clave, pues se trata de una coyuntura mundial en la que la migración cumple un papel central para los Estados receptores, lo que debe ser usufructuado por los países de origen para realizar los cambios económicos, políticos y sociales que les permitan reducir las asimetrías históricas, y alcanzar el objetivo de convertir a la migración en una opción, no en una necesidad.