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Investigación bibliotecológica

versión On-line ISSN 2448-8321versión impresa ISSN 0187-358X

Investig. bibl vol.26 no.56 Ciudad de México ene./abr. 2012

 

Reseñas

 

MARCHIONINI, GRAY. Information Concepts from books to cyberspace identities. Serie Synthesis Lectures on Information Concepts

 

por Lizbeth Berenice Herrera Delgado

 

Retrievial and Services. No. 16. San Rafael California: Morgan & Claypool, 2010. 91 p.

 

La información permea nuestras vidas y nos ayuda a ejecutar los actos simples y las decisiones complejas.

Así se inicia el análisis de algunos de los significados clásicos y muy variados que la información posee. El autor se centra en la influencia, las concepciones y los planteamientos de las TIC. Bajo este entorno se mira con lupa el sentido que adquiere la información, sus implicaciones, interacción, trabajo y los diversos roles que se desarrollan por contacto y por comunicación con el otro (sea sujeto o máquina) a la distancia.

El libro de encuentra organizado en siete apartados, a través de los cuales se abordan los principales significados que la información adquiere, enmarcada según el contexto diferente y definido por cada apartado: comenzando por los canales más naturales, provenientes del ser humano y contrastando los sentidos de percepción humana con la perspectiva socio-tecnológica, al tiempo que se enuncia la terminología empleada.

La reflexión de Marchionini, ubica a la mente humana como el nido de la información: en ella, los pensamientos y las ideas que lo habitan fácilmente pueden ser confundidos con ésta. Para tratar de diferenciarlos e identificar a cada uno de ellos se recurre a la memoria (entendida como el vehículo que consiente la identificación de las señales externas percibidas por los sentidos y transmitidas al cerebro), para poder determinar que la información es simplemente un cúmulo de piezas sueltas recolectadas, susceptible de convertirse en una interpretación particular del mundo tras ser utilizadas de forma independiente o conjunta.

Como un acto natural después de desarrollar una interpretación personal del mundo, el ser humano busca comunicarse con el otro, así la información se transforma en este proceso de comunicación, en el mensaje enviado y recibido con toda intencionalidad. En el desarrollo de esta situación, el autor denota la existencia de una pérdida potencial de información al momento de pasar inadvertidas las señales (sean éstas naturales o artificiales) y por ende sus influjos. En este orden de ideas, la interpretación y el pensamiento son los elementos a distinguir, no obstante aparecen otros elementos en juego: la percepción y la comunicación, que son fácilmente confundidos con el sentido de representación de la información.

En el apartado cuarto se aborda la información vista como si fuera un artefacto; ello sucede muy frecuentemente al circunscribirla a los soportes físicos, sean éstos registros grabados en piedra, metal, papel o magnéticos. En este contexto se confunde a la información con los soportes como por ejemplo el libro, el periódico, la página web, o la vista rápida de grabaciones en web (streams). Esta "fusión/confusión" hace a la información tangible y potencialmente medible. También permite reconoce al ser humano como su creador y/o productor, y quien determina los propósitos específicos y desarrolla la posibilidad de copiarla o destruirla. Así es como queda enunciado el sentido práctico de la información; observando sus formas de creación y manejo, lo que da paso a la existencia de las bases de datos, de los medios de comunicación y difusión, así como de la industria publicitaria. Se convierte así a todas las anteriores formas, en diferentes géneros de una memoria cultural similar a lo que las instituciones educativas como las bibliotecas, los museos y los archivos representan.

Siguiendo la exposición del autor, con el cambio en los artefactos empleados, la información se traduce en un tipo de energía que fluye; una fuerza fundamental de la naturaleza, capaz de cambiar los estados físicos y mentales, y cuyos efectos y sus cambios deben ser medidos. En este sentido el autor menciona que los humanos son los usuarios más complejos y capaces de apropiarse de ella mediante sus actos y actividades propias. No obstante, en esta visión se confunde la información con la comunicación en sus formas teórica y práctica.

Ahora que la información es vista como una energía que fluye constantemente en el ámbito de las TIC, tiende aquella a ser concebida como la identidad dentro del ciberespacio en estado instantáneo. En todas las visiones anteriores la información ha sido transformada e influenciada por las tecnologías emergentes, las cuales le han otorgado nuevas e importantes formas teóricas y prácticas de ver y entender esa información. Ahora bien, en el contexto electrónico, esa energía que fluye representa las identidades propias de quienes trabajan o juegan en línea dentro del ciberespacio, a las que se denomina como las proyecciones de sí mismos.

Por otra parte se afilia la información con las ciencias cognitivas, la psicología, las conductas y los hábitos de comunicación, el medio ambiente, las matemáticas, la física, la ingeniería y la administración de datos. A partir del siglo XXI la información contiene un nuevo significado gracias a los roles que juega en nuestras crecientes conexiones de vida.

El sentido de la información se contrasta a partir de los diferentes espacios en que éste se ubica, como son el mental, el físico y el ciberespacial. En ninguno de ellos la información es menos real, simplemente su expresión está circunscrita a las características propias de estos ambientes, como se mencionó previamente; mientras en el espacio físico los signos externos son percibidos por los sentidos del ser humano (ellos poseen un lugar muy relevante), en el espacio virtual los signos son percibidos como objetos electrónicos reales (los que hoy en día se generan masivamente) y a los que se denominan metadatos. Si a lo anterior agregamos que en la práctica se ha buscado convertir a los medios electrónicos en la réplica de los espacios físicos con sus lógicas, se llega al punto en el cual ambas realidades parecen no tener una frontera clara y definida. Esto nos habla de un cambio mental de los seres humanos que se combina con la creación y el uso de los metadatos; siendo ambos los nuevos agentes que en este ámbito y en la actualidad permiten interpretar la información en su nuevo contexto con ciertos estándares tradicionales o antiguos.

La profundidad, claridad y frescura con que Marchionini trata este tema de actualidad nos permite comprenderlo de mejor manera, despejando las penumbras que suelen envolverlo. Lo que acaba por darnos una idea precisa de lo que no es información, al mismo tiempo que intenta descubrir lo que sí es, de forma apasionada e interesante. Expone y analiza aquí la evolución de la información, concepto abstracto y no del todo comprendido que trata de dibujarse mediante sus expresiones, aplicaciones y las reacciones que provoca en los hombres esbozando así su esencia, la cual se ve trastocada por los contextos actuales y emergentes. Todo esto hace del libro una lectura por demás recomendable para todos aquellos que se interesan por el tema de la información.

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