SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número161Peter Guardino, La marcha fúnebre. Una historia de la guerra entre México y Estados UnidosTrazos olvidados. Una aproximación a la generación y utilidad del mapa de Higgins 1768 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista de historia de América

versión On-line ISSN 2663-371X

Rev. hist. Am.  no.161 Cuidad de México jul./dic. 2021  Epub 21-Feb-2022

https://doi.org/10.35424/rha.161.2021.917 

Documentos

Presentación del Repositorio digital “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”

Presentation of the digital Repository “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”

Guadalupe Rodríguez Domínguez* 
http://orcid.org/0000-0002-9862-5417

Elvia Estefanía López Vera** 
http://orcid.org/0000-0002-5534-8640

*Universidad Autónoma de San Luis Potosí, San Luis Potosí, México. Correo electrónico: Guadalupe.dominguez@uaslp.mx.

**Universidad Autónoma de San Luis Potosí, San Luis Potosí, México. Correo electrónico: elvialopezvera@gmail.com.


Resumen

Este artículo presenta el Repositorio digital “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII” como un recurso didáctico electrónico que registra, cataloga y precisa información sobre la producción editorial novohispana. Específicamente sobre los grabados utilizados en los libros impresos novohispanos durante dos etapas: 1540 a 1600 y 1601 a 1650; en ambos períodos, los ejemplares fueron cuidadosamente cotejados para configurar un corpus depurado y completo de las obras impresas en Nueva España con una cifra que se aproxima a los mil grabados. La metodología parte del concepto de biblioiconografía y se apoya en el análisis material para dar cuenta del grabado como un elemento que puede estudiarse en su composición iconográfica, pero también como parte del libro como unidad de análisis. En esta perspectiva, nuestro Repositorio ofrece información específica sobre el grabado, su descripción y su ubicación en el libro impreso novohispano. Se encuentra a disposición para su consulta gratuita, con la intención de promover las investigaciones sobre este período.

Palabras clave: repositorio; biblioiconografía; período novohispano; análisis material; iconografía; libro impreso

Abstract

This article presents the digital repository “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII” as an electronic educational resource that registers, catalogs and specifies information on New Spain’s editorial production. Specifically on the engravings used in New Spain’s printed books during two stages: 1540 to 1600 and 1601 to 1650; In both periods, the copies were carefully collated to form a refined and complete corpus of the works printed in New Spain, with a figure close to a thousand engravings. The methodology starts from the concept of biblioiconography and is supported by material analysis, to account for engraving as an element that can be studied in its iconographic composition; but also as part of the book as a unit of analysis. In this perspective, our Repository offers specific information about the engraving, its description and its location in the printed book of New Spain. It is available for free consultation, with the intention of promoting research on this period.

Key words: repository; biblioiconography; New Spain period; material analysis; iconography; printed book

1. Antecedentes

Una de las principales preocupaciones de nuestro tiempo es la transformación de la dinámica de los sistemas de educación al medio virtual y, por ende, de los recursos didácticos en recursos electrónicos; así como de la creación de nuevos recursos educativos digitales. La pandemia del 2020 nos conduce a repensar el proceso de enseñanza-aprendizaje para proponer soluciones que le otorguen viabilidad y que le permitan superar los retos de la era digital.

En este contexto se inserta la propuesta de un Repositorio digital de material educativo, relacionado con el período novohispano: el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”, disponible desde el mes de septiembre de 2020 en la plataforma institucional de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, San Luis Potosí, México. El material está abierto a la consulta general en una plataforma digital en línea (Open Access), con elementos como la imagen (reproducción de grabados xilográficos en JPG), datos editoriales de la obra donde aparece registrada (título, año, idioma, imprenta, lugar) e información complementaria sobre el contenido de la imagen.

Dicho repositorio fue pensado inicialmente como una opción de consulta virtual, para aquellos estudiosos del período interesados por los elementos iconográficos de los libros impresos en México durante dos etapas: el siglo XVI, específicamente de 1540 a 1600, desde la llegada de la imprenta a Nueva España hasta el fin de siglo; y el siglo XVII, particularmente en la primera mitad de 1601 a 1650.

Ante este panorama tan extenso, es necesario “revalorizar, mediante un estudio exhaustivo y con nuevas propuestas teórico-metodológicas, el rol que tuvo la imprenta mexicana en la construcción de la cultura escrita novohispana”.1 En este caso, a partir del aprovechamiento de los medios digitales y su alcance mundial; los cuales permiten proyectar la visión de los intelectuales, misma que constituyó parte medular del desarrollo político, económico y social de Nueva España.

Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones están al alcance del sector educativo para que los profesores podamos difundir nuestros hallazgos de investigación con un enfoque didáctico. En este caso, el Repositorio “Biblioiconografía mexicana…” ha sido diseñado para todo tipo de público; con información sustentada en un trabajo sistemático de investigación iniciado en 2012 con una estancia de investigación posdoctoral en el extranjero que se ocupó del estudio de la imprenta en México durante sus inicios en el siglo XVI. Dicha investigación fue continuada por un proyecto titulado “Imprenta y literatura en la Nueva España, siglos XVI y XVII”, con Apoyo PRODEP NPTC: UASLP-PTC-535/DSA/103.5/15/6988 (junio 2015-junio 2016).

El estudio de la primera parte que comprende el siglo XVI, recibió el XX Premio de Investigación Bibliográfica Bartolomé José Gallardo en 2017, con lo que fue posible la publicación del libro La imprenta en México en el siglo XVI (2018), mismo que ha servido como base para la organización documental del repositorio, para la clasificación de los materiales y para el cotejo de los ejemplares a partir de su composición material.

Actualmente, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (México), a través del Fondo Sectorial de Investigación Científica Básica 2017-2018, nos ha otorgado el financiamiento para el proyecto “Tipobibliografía mexicana del siglo XVII (1601-1650)”. Dicha investigación representa la continuidad de las anteriormente expuestas, pero centrándonos en la primera mitad del siglo XVII.

2. Metodología

El Repositorio digital que ahora presentamos parte de un análisis sistemático de la producción editorial novohispana; cuenta con un corpus de aproximadamente mil grabados localizados en libros impresos del siglo XVI y XVII en Nueva España. Hasta hoy, la carga de archivos se ha centrado en los grabados, cuyo registro se ha trabajado en dos etapas: de 1540 a 1600 y de 1601 a 1650. Dentro del avance programado para 2021 planeamos documentar también el uso de hábitos de composición, letras capitales y ornamentos, con la finalidad de ofrecer al investigador una visión más completa del diseño editorial que predominó en los primeros impresos novohispanos.

El registro de material tiene varias fases: 1) la localización de los ejemplares impresos para seleccionar el material iconográfico y medirlo; 2) la captura digital del grabado en alta resolución, a partir de las colecciones disponibles en catálogos especializados; 3) el llenado de plantillas de metadatos donde colocamos los datos específicos de cada grabado (alrededor de 30 metadatos), como: su descripción, su ubicación y su referencia; 4) la carga masiva del contenido de dichos metadatos al Repositorio digital. Las cuatro fases son realizadas por un equipo de trabajo coordinado que se divide entre quienes realizan la búsqueda de los ejemplares en medios digitales para su posible descarga, quienes se dedican al análisis material, quienes se ocupan de la parte iconográfica y los técnicos informáticos.

El eje central de nuestra metodología es el concepto de “biblioiconografía”, acuñado por Mercedes Fernández Valladares para el ámbito hispánico, quien ha abierto brecha para estudiar el libro impreso como unidad y a sus componentes en relación al significado del libro como un todo.2 De la mano con el análisis material, la biblioiconografía tiene una etapa de descripción y otra de análisis, la cual permite la aproximación al libro antiguo desde las condiciones de su materialidad hasta la relación de texto e imagen.

De este modo, resulta pertinente que nuestro Repositorio registre el grabado y los datos que permiten ubicarlo como parte de una obra de dimensiones mayores, en la que interactúan códigos tipográficos e iconográficos. Nos ocupamos, por ejemplo, de localizar el grabado en su ubicación dentro del libro (portada, portadilla, signatura, foliación o colofón) para identificar tendencias de uso, así como su función dentro del libro (identificativo de autor, identificativo de patrocinio, distintivo de autor, distintivo de orden religiosa, ilustrativo devocional, etcétera).

El análisis material como método nos permite precisar también las redes de traspaso del material de imprenta, a través del rastreo de los usos del mismo grabado en otras imprentas mexicanas y no mexicanas: en el primer caso, hemos podido documentar las relaciones comerciales entre impresores como Juan Pablos y Pedro Ocharte, o Antonio Espinosa y Pedro Ocharte, o Pedro Ocharte y Pedro Balli, de quienes se había inferido un acercamiento laboral, pero hasta el momento no había podido comprobarse con un estudio sistemático de las correlaciones del uso del grabado en la totalidad de su producción editorial.

Ante la cantidad de estudios de la imprenta en México no podíamos dejar pasar el apunte de la tradición bibliográfica según cada grabado. Así, nos ocupamos de anotar tanto los primeros intentos por estudiar y catalogar los impresos mexicanos, como también de actualizar el Repositorio en cuanto a los estudios que se van generando en los tiempos que corren.

3. ¿Cómo navegar en el repositorio?

El primer paso para localizar el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII” es ingresar a la liga www.biblioiconografiamexicana.buap.mx. Enseguida aparecerá la página de inicio con el botón “Entrar” (Figura 1).

Figura 1 Página de inicio del Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

Como antesala, en el costado izquierdo aparece una vista de pestañas que se componen de los apartados del proyecto de investigación que dio origen al repositorio: los datos del proyecto, antecedentes, metodología, estructura del registro, tradición bibliográfica, agradecimientos y cómo citar el repositorio. Así mismo, al centro se muestra la Introducción (Figura 2).

Figura 2 Vista de los apartados del Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

En la parte inferior al título del Repositorio se muestra el acceso al contenido con el botón “Colecciones” (Figura 3).

Figura 3 Ingreso al contenido del Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

Después de darle clic en “Colecciones”, se despliega un menú de las 18 casas de imprenta que hasta ahora han sido cargadas digitalmente. Para la colección de grabados del siglo XVI (Figura 4), contamos con siete imprentas:

Figura 4 La colección de grabados del siglo XVI en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

Juan Pablos (1540-1560), Antonio de Espinosa (1559-1576), Pedro Ocharte (1563-1561) (1578-1597), Pedro Balli (1574-1679) (1584) (1592-1600), Antonio Ricardo (1577-1579), Melchor Ocharte (1599-1600), Enrico Martínez (1599-1600).

Para la colección de grabados del siglo XVII (Figura 5), hemos trabajado hasta ahora 11 imprentas: Melchor Ocharte (1601), Enrico Martínez (1601-1611), Jerónimo Balli-Catalina del Valle (viuda de Pedro Balli) (1601-1614), Diego López Dávalos y María de Espinosa (su viuda) (1601-1615), Juan Ruiz (1613-1677), Diego Garrido-Ana de Herrera (su viuda) (1617-1628), Blanco de Alcázar (1620-1626), Diego Gutiérrez (1628-1643), Francisco Salvago (1629-1638), Bernardo Calderón-Paula de Benavides (su viuda) y Antonio Calderón (1631-1684), Francisco Robledo (1640-1647).

Figura 5 La colección de grabados del siglo XVII en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

Cabe apuntar que algunas imprentas que funcionaron en el siglo XVI continuaron en el siglo XVII: como es el caso de la de Melchor Ocharte o la de Enrico Martínez. Su material de imprenta ha sido dividido en por un criterio cronológico de cambio de siglo, que a la vez nos ha facilitado una metodología en dos etapas de registro y carga de archivos correspondientes al siglo XVI y al siglo XVII.

La delimitación temporal de las siete colecciones es de 1540 a 1600, por tratarse de una primera etapa de la carga de datos. A continuación, se explica la temporalidad según cada impresor.

4. La colección de grabados del Siglo XVI

4.1. La imprenta de Juan Pablos (1540-1560)

Considerada la primera imprenta mexicana, Juan Pablos comenzó su labor en 1539 como una extensión de la empresa sevillana de Juan Cromberger. La apuesta por la pertinencia del primer taller de impresión en Nueva España pasó por distintas dificultades: desde la muerte de su patrocinador español, al poco tiempo de haberse fundado la sucursal en México, hasta la creación de un mercado editorial en el Nuevo Mundo bajo las prácticas y técnicas de la imprenta española.

La imprenta de Pablos es la que ha sido mayormente estudiada por ser la primera en México. Para Jesús Yhmoff, su vigencia puede estudiarse a partir de dos etapas: de 1539 a 1546 y de 1548 hasta su muerte. Según el autor, los años de 1546 a 1548 fueron de transición porque Pablos tramitó su permiso como impresor independiente, a seis años de la muerte de Cromberger, lo cual puede verse en el sello editorial a partir de 1548.3 Por su parte, María Isabel Grañén apunta que pueden identificarse cuatro etapas en la producción editorial de Pablos, por medio del estudio de su material de imprenta entre 1539-1541, 1542-1550, 1551-1558, 1558-1560;4 principalmente por las variaciones en el estilo de impresión, resultado de la incorporación de nuevos proveedores de material de imprenta o de nuevos colaboradores, como Antonio de Espinosa. Sin embargo, para fines del Repositorio se ha considerado el período de trabajo de Pablos de forma continua desde 1540 hasta 1560, año en que muere.

El corpus de la imprenta de Juan Pablos a lo largo de dos décadas nos arrojó la cifra de 127 grabados, mismos que pueden visualizarse en forma de mapa de imágenes (Figura 6).

Figura 6 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Juan Pablos (1540-1560) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

El usuario que se interese por algún grabado en específico puede dar clic en la imagen y será remitido al desglose de información más específica, como las medidas, el tipo de material y el tipo de documento. Así mismo, el usuario podrá visualizar la página completa de donde fue extraído cada grabado, así como los datos editoriales de la obra que lo contiene: año, título de la obra, idioma, ubicación y fuente documental.

4.2. La imprenta de Antonio de Espinosa (1559-1576)

El legado de Juan Pablos fue más allá de su labor como impresor, pues también puede verse en la formación de sus colaboradores; quienes al poco tiempo optaron por fundar sus propios talleres, lo que es un indicio de que la imprenta novohispana tenía visos de ser una empresa redituable en el corto plazo.

El caso de Antonio de Espinosa fue el primero de este tipo porque fundó su propio taller de impresión en 1558, después de que a inicios de esa década se incorporara al taller de Pablos.5 Sin duda, los años en que Espinosa laboró como ayudante de Pablos alimentaron la visión de ambos impresores: en esos años, Pablos gozaba de buenas relaciones con el virrey don Luis de Velasco,6 quien le dio un impulso al desarrollo de la imprenta novohispana; mientras que Espinosa llegó de España con una mirada fresca y renovada de las técnicas de impresión. Por lo tanto, Pablos y Espinosa se vieron complementados en su labor editorial, durante la década que transcurrió después de medio siglo hasta que Espinosa fue autorizado para fundar su propio taller en 1558.

Antonio de Espinosa se convirtió en el segundo impresor que laboró en México y su taller coexistió con el de Pablos durante sus dos primeros años de funcionamiento hasta 1577, año en que muere Espinosa. En el Repositorio se han registrado 61 grabados en un período de 17 años de producción entre 1559 y 1576 (Figura 7); parte de este material fue traspasado al taller de otro impresor llamado Pedro Ocharte. Así mismo, nos ocuparemos de darle seguimiento a los traspasos después de la muerte de Espinosa, pues su hija María se casó con otro impresor activo en el siglo XVII llamado Diego López de Dávalos.7

Figura 7 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Antonio de Espinosa (1559-1576) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

4.3. La imprenta de Pedro Ocharte (1563-1571) (1578-1597)

La cantidad de material de imprenta de Pedro de Ocharte no fue igualada por ningún otro impresor del siglo XVI. Los 349 grabados registrados en el Repositorio fueron clasificados en dos períodos: el primero de 1563, cuando funda su taller, hasta 1571, cuando va a prisión; el segundo, de 1578 hasta 1597. Aunque el impresor murió en 1592, su viuda, María de Sansoric, se encargó de dar continuidad al trabajo editorial hasta 1597.

Consideramos que la magnitud de su material de imprenta se corresponde a dos factores principales: primero, la habilidad de Ocharte como comerciante, misma que le permitió colaborar con otros impresores, como Espinosa o Balli; segundo, su parentesco como yerno de Pablos, de quien pudo adquirir material cuando éste murió.

Para quien se interese en los traspasos de material entre impresores, puede consultar en el Repositorio la opción “Otras imprentas mexicanas”, en donde en todos los casos se enlista el uso del mismo grabado en otras imprentas; ya sea antes o después en la temporalidad del registro que se está consultando (Figura 8).

Figura 8 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Pedro Ocharte (1563-1571) (1578-1597) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

4.4. La imprenta de Pedro Balli (1574-1579) (1584) (1592-1600)

La imprenta de Pedro Balli cuenta con 100 registros de grabados, divididos en tres momentos según los períodos de actividad. Posteriormente, en el siglo XVII se continúa la empresa familiar con Jerónimo Balli activo de 1608 a 1610 y Catalina del Valle, viuda de Balli, activa de 1611 a 16148 (Figura 9).

Figura 9 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Pedro Balli (1574-1579) (1584) (1592-1600) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

4.5. La imprenta de Antonio Ricardo (1577-1579)

El registro de Antonio Ricardo corresponde únicamente a los años que trabajó en México. En 1579 se trasladó a Lima, Perú, para fundar la imprenta en aquel lugar, quizá porque le ofrecía mayores ganancias. El Repositorio reúne 13 grabados correspondientes a la imprenta de Ricardo en México, algunos de los cuales fueron localizados también en uso de Ocharte (Figura 10).

Figura 10 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Antonio Ricardo (1577-1579) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

4.6. La imprenta de Melchor Ocharte (1599-1600)

En la etapa finisecular Melchor Ocharte continuó la labor de imprenta de su padre, Pedro Ocharte. Ante la muerte de este último en 1592, María de Sansoric,9 su viuda, continuó con el trabajo editorial. Melchor y Luis Ocharte heredaron el taller de su padre y participaron en él hasta iniciado el siglo XVII; no obstante, la vida productiva de este taller se terminó en 1601 y pasó a manos de López de Dávalos, primero; y de Diego Garrido, después. Hemos localizado hacia 1630 una obra firmada por Pedro Charte, de la cual desconocemos más datos editoriales.

El corpus de Melchor Ocharte en el período de un año es de siete grabados, algunos de los cuales pertenecieron a Pedro Ocharte y a Antonio de Espinosa (Figura 11).

Figura 11 Captura del mapa de imágenes de la imprenta de Melchor Ocharte (1599-1600) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

4.7. La imprenta de Enrico Martínez (1599-1600)

La temporalidad de la imprenta de Enrico Martínez se extiende hasta 1611, pero hemos realizado un corte en 1600 como una primera etapa de avance del proyecto. En este último año del siglo XVI hemos registrado cuatro grabados, que son solamente una muestra de la gran labor de impresión que realizó en la primera década del siglo XVII (Figura 12).

Figura 12 Captura de los cuatro registros de la imprenta de Enrico Martínez (1599-1600) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

Además de cosmógrafo y traductor,10 Enrico Martínez se distinguió por el estilo de sus hábitos de composición, mismos que, a nuestro parecer, marcaron una tendencia generalizada en el siglo XVII que apostó más por la ornamentación que por el uso de grabados.

Una vez que abre el mapa de imágenes, el usuario puede optar por la visualización en forma de listado con detalles como: miniatura del grabado, título del grabado, descripción del grabado, materia y función. A su vez, puede dar clic en la imagen para ahondar en otras particularidades de cada grabado, tales como medidas, usos en otras imprentas mexicanas y no mexicanas, tradición bibliográfica que ha indagado sobre el grabado. Así mismo, en esta pestaña se despliega la página completa del libro impreso en donde aparece el grabado (Figura 13).

Figura 13 Captura del listado de los primeros seis registros de la imprenta de Juan Pablos (1540-1560) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5. La colección de grabados del Siglo XVII

5. 1. La imprenta de Melchor Ocharte (1601)

El Repositorio ha registrado hasta ahora una obra impresa por Melchor Ocharte en el siglo XVII, que es la edición de Grandeza Mexicana (1604) de Bernardo de Balbuena. Específicamente el retrato del autor Bernardo de Balbuena, con su escudo de armas.

Melchor Ocharte fue hijo del impresor Pedro Ocharte (véase apartado 4. 3.) y de su segunda esposa, María de Sansoric. Trabajó junto con su hermano Luis, justo en el cambio de siglo: de 1599-1601. Como se ha visto anteriormente, el repositorio ha trabajado en la primera etapa la producción de Melchor de 1599 a 1600, que ha sido aludida anteriormente en este artículo (véase apartado 4.6.). (Figura 14)

Figura 14 Captura del registro de la imprenta de Melchor Ocharte (1601) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5. 2. La imprenta de Enrico Martínez (1601-1611)

Al igual que en el caso anterior, el Repositorio da continuidad a la producción editorial de los impresores que también estuvieron activos en el siglo XVII. Tal es el caso de Enrico Martínez para el período de 1601 a 1611, año en que al parecer cesaron sus trabajos como impresor para dedicarse al tratamiento del agua en el centro de México (Figura 15).

Figura 15 Captura de los 11 registros de la imprenta de Enrico Martínez (1601-1611) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5. 3. La imprenta de Jerónimo Balli-Catalina del Valle (viuda de Pedro Balli) (1601-1614)

El impresor Pedro Balli trabajó durante el siglo XVI (véase apartado 4. 4.) y, como se ha mencionado, heredó la imprenta a su viuda e hijo. Ellos optaron por mantenerla activa hasta 1614. De este período de 1601 a 1614 se registraron seis grabados (Figura 16).

Figura 16 Captura de los seis registros de la imprenta de Jerónimo Balli-Catalina del Valle (viuda de Pedro Balli) (1601-1614) en el Repositorio. “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

La intrahistoria de los talleres de impresión es una de las vetas de investigación que se abre con este Repositorio, pues resulta muy provechoso el seguimiento al uso del mismo grabado en diferentes períodos y en distintas imprentas. Por este tipo se información se comprende por qué la imprenta de López de Dávalos es una de las más nutridas en cuanto al uso de grabados en el siglo XVII (Figura 17).

Figura 17 Captura de los 12 primeros registros de Diego López de Dávalos y María de Espinosa (su viuda) (1601-1615) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.5. La imprenta de Juan Ruiz (1613-1677)

Juan Ruiz fue uno de los impresores más representativos de la primera mitad del siglo XVII, principalmente por su habilidad para la ornamentación de sus obras. El talento fue sin duda heredado de su padre, Enrico Martínez, además de que Ruiz se formó como cajista de Diego López de Dávalos (Figura 18).11

Figura 18 Captura de los 12 primeros registros de Juan Ruiz (1613-1677) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.6. La imprenta de Diego Garrido-Ana de Herrera (su viuda) (1617-1628)

Diego Garrido estuvo activo una década que comprende de 1617 a 1627, en la casa de imprenta que adquirió de López de Dávalos.12 Los últimos años trabajó su viuda Ana de Herrera.

Los grabados registrados hasta ahora en el Repositorio son cinco, mismos que entran en la categoría de escudos o emblemas. Entre éstos destacan dos de la Orden de Predicadores y uno de la Compañía de Jesús (Figura 19).

Figura 19 Captura de los cinco registros de la imprenta de Diego Garrido-Ana de Herrera (su viuda) (1617-1628) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.7. La imprenta de Juan Blanco de Alcázar (1620-1626)

Al igual que en el caso de Diego Garrido, en el material de imprenta de Juan Blanco de Alcázar predominan los grabados de escudo o emblema. Usualmente, este tipo de grabados era colocado en la portada, en la portada vuelto o en la portadilla; con la función de darle un distintivo de orden religiosa o de dedicatorio, principalmente.

Blanco de Alcázar trabajó en la tercera década del siglo XVII, a la par de otros impresores como Diego Gutiérrez o Diego Garrido. Aunque predominan los textos religiosos entre sus impresos, también estuvo a cargo de ediciones de tipo científico, como la obra Sitio, natvraleza y propiedades de la Ciudad de México (1618), de Diego Cisneros (Figura 20).

Figura 20 Captura de los nueve registros de la imprenta de Juan Blanco de Alcázar (1620-1626) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.8. La imprenta de Diego Gutiérrez (1628-1643)

El taller de Diego Gutiérrez laboró 15 años con la compra de la prensa de Diego Garrido.13 El grabado con el que contamos en el Repositorio es un emblema de la Orden de Predicadores, ubicado en la portada de Acta capituli prouincialis (1632) (Figura 21).

Figura 21 Captura del registro de la imprenta de Diego Gutiérrez (1628-1643) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.9. La imprenta de Francisco Salvago (1629-1638)

La imprenta de Francisco Salvago funcionó casi una década y se desconoce la razón por la que detuvo sus labores como impresor. De lo poco que se sabe de su biografía, se ha identificado que era impresor del Santo Oficio como también lo fuera Juan Ruiz.14 En el Repositorio contamos con cinco grabados de tipo escudo o emblema, que en su mayoría tiene la función de conmemorar a quien va dedicada la obra (Figura 22).

Figura 22 Captura de los cinco registros de la imprenta de Francisco Salvago (1629-1638) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5.10. La imprenta de Bernardo Calderón-Paula de Benavides (su viuda) y Antonio Calderón (1631-1684)

La familia Calderón fue una de las que más aportaron a la producción editorial del siglo XVII. Como se ha observado en ejemplos anteriores, agrupamos en una sola imprenta a Bernardo Calderón, a su viuda Paula de Benavides y a Antonio Calderón porque los tres impresores utilizaron el mismo material de taller y continuaron la labor de imprenta. Los 23 grabados que registramos en el Repositorio muestran la variedad de órdenes religiosas que imprimieron con ellos: dominicos, jesuitas y franciscanos (Figura 23).

Figura 23 Captura de los 23 registros de la imprenta de Bernardo Calderón-Paula de Benavides (su viuda) y Antonio Calderón (1631-1684) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

5. 11. La imprenta de Francisco Robledo (1640-1647)

Por último, el impresor Francisco Robledo laboró en la etapa final que abarca nuestra investigación. El registro hasta ahora en el Repositorio es de tres grabados con motivos iconográficos diversos, que consisten en: la coronación de la Virgen, la llegada de los barcos a tierra y el escudo real de Felipe IV. (Figura 24).

Figura 24 Captura de los tres registros de la imprenta de Francisco Robledo (1640-1647) en el Repositorio “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”. 

6. Conclusiones

Entre las ventajas que ofrece un Repositorio digital a la comunidad académica, podemos subrayar que integra el conocimiento a los medios digitales. Esto a través de la organización del material, cuyo registro, catalogación y análisis son producto de una investigación sistemática. Esto se ve reforzado con la posibilidad que ofrecen las Tecnologías de la Información y la Comunicación para actualizar los datos registrados, a la luz de nuevas investigaciones.

De este modo, el Repositorio digital promueve una didáctica novedosa y accesible a las nuevas generaciones. Hoy en día, los investigadores no sólo se acercan a los medios digitales por curiosidad, sino también porque les resulta necesario emprender trabajos de investigación desde casa dado las condiciones de la pandemia.

Por último, destacamos que el Repositorio digital representa un mar de posibilidades de estudio del período novohispano. Su contenido es relevante para filólogos, historiadores y estudiosos sociales; quienes pueden confiar en que la información del Repositorio es actualizada y ha sido cotejada cuidadosamente.

Ante la fertilidad de este proyecto, invitamos a la comunidad académica y al público en general a que consulte el Repositorio digital, disponible desde septiembre de 2020 en la liga www.biblioiconografiamexicana.buap.mx. De antemano, agradeceremos sus comentarios y sugerencias al correo electrónico: guadalupe.dominguez@uaslp.mx.

Bibliografía

De la Maza, Francisco, Enrico Martínez. Cosmógrafo e impresor de la Nueva España, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1991. [ Links ]

Grañén Porrúa, María Isabel, Los grabados en la obra de Juan Pablos. Primer impresor de la Nueva España 1539-1560, México, Fondo de Cultura Económica, 2010. [ Links ]

Fernández Valladares, Mercedes, “De la tipobibliografía a la biblioiconografía: consideraciones metodológicas para un Repertorio digital de materiales iconográficos de los impresos españoles del siglo XVI”, eHumanista, núm. 21, 2012, pp. 87-131. [ Links ]

Lorente Queralt, Nuria, “La apertura del segundo taller de imprenta en México: Antonio de Espinosa y el desarrollo de la tipografía americana”, Artifara, núm. 20.1, 2020, pp. 23-34. [ Links ]

Medina, José Toribio, La imprenta en México (1539-1821), tomo 1, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1989. [ Links ]

Morán Reyes, Ariel Antonio, “No hay término ni fin en hacer ni multiplicar los libros”: Las casas de impresores y la diversificación de la cultura libresca durante el siglo XVII en la capital novohispana, Revista Complutense de Historia de América, núm. 45, 2019, pp. 159-187. DOI: https://doi.org/10.5209/rcha.64691 [ Links ]

Rodríguez Domínguez, Guadalupe, “Primeros vagidos de tipografía y biblioiconografía mexicana del siglo XVI”, Varia Historia, vol. 35, núm. 68, 2019, pp. 565-594. DOI: 10.1590/0104-87752019000200008 [ Links ]

Rodríguez Domínguez, Guadalupe, La imprenta en México en el siglo XVI, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2018. [ Links ]

Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2020, “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2020, “Biblioiconografía mexicana de los siglos XVI y XVII”, https://www.biblioiconografiamexicana.buap.mx [consultado el 4 de diciembre de 2020]. [ Links ]

Yhmoff Cabrera, Jesús, “Las ilustraciones de los libros impresos en México durante el siglo XVI custodiados por la Biblioteca Nacional de México”, Boletín del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, vol. 5, 1990, pp. 31-88. [ Links ]

1 Rodríguez, “Primeros vagidos de tipografía…”, p. 569

2 Fernández, “De la tipobibliografía a la biblioiconografía…”, pp. 87-131.

3 Yhmoff, “Las ilustraciones de los libros impresos en México…”, p. 32.

4 Grañén, Los grabados en la obra de Juan Pablos…, p. 3.

5La fecha de incorporación de Espinosa al taller de Pablos es alrededor de 1551 (Lorente, “La apertura del segundo taller de imprenta en México…”, pp. 23-34). Al respecto, Grañén opina que en 1553 es evidente que ya trabajaba Espinosa con Pablos por el mejoramiento de la calidad de los grabados (Grañén, Los grabados en la obra de Juan Pablos…, p. 58).

6 Grañén, Los grabados en la obra de Juan Pablos…, p. 46.

7La imprenta de López de Dávalos estuvo activa de 1601 a 1615 y después pasó a ser propiedad del impresor Diego Garrido, en funciones de 1617 a 1627 (Morán, “No hay término ni fin en hacer ni multiplicar los libros”, p. 171).

8 Morán, “No hay término ni fin en hacer ni multiplicar los libros”, pp. 171-172.

9 Morán, “No hay término ni fin en hacer ni multiplicar los libros”, p. 171.

10 De la Maza, Enrico Martínez…, p. 33.

11 Morán, “No hay término ni fin en hacer ni multiplicar los libros…”, p. 168.

12Ibíd., p. 173.

13Ibíd., p. 163.

14 Medina, La imprenta en México…, p. CXXVII.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons