SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.34 número3El ejercicio médico y la asignación de recursos humanos en salud en regiones violentasEl día en que casi odié ser médico índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Medicina y ética

versión On-line ISSN 2594-2166versión impresa ISSN 0188-5022

Med. ética vol.34 no.3 Ciudad de México jul./sep. 2023  Epub 04-Oct-2023

https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n3.05 

Artículos

Educación y formación social en una ecología integral con bioética global. Haciendo memoria del décimo aniversario de Francisco

Agustín Ortega Cabrera* 
http://orcid.org/0000-0003-4323-3798

* Universidad Anáhuac México, Facultad de Bioética, México. Correo electrónico: agustinortega1972@yahoo.es


Resumen

Ahora que hacemos memoria de la celebración del décimo aniversario de Francisco y su responsabilidad como papa, realizamos este artículo que recoge nuestra última actividad docente y académica: mi ponencia “Ética y pensamiento social desde Francisco”; relacionada con una reciente publicación del que soy coautor y como investigador asociado, unido al proyecto universitario de investigación “Querida Amazonia” (Universidad Anáhuac, México). En esta intervención, planteé estas cuestiones y temáticas que son el inicio de dicho libro (1). Precedido del prólogo de Michael F. Czerny, Cardenal y colaborador del papa. En este trabajo, profundizamos dichas temáticas, proponiendo claves o criterios para promover una educación y formación moral, social, solidaria y humanista. Unida a una ecología integral y bioética global, guiados por la enseñanza y testimonio de Francisco.

Palabas clave: Francisco; bioética global; ecología integral; teología moral; doctrina social de la iglesia

Abstract

Now that we are remembering the celebration of the tenth anniversary of Francis and his responsibility as pope, we have produced the article that includes our latest teaching and academic activity. My paper “Ethics and social thought since Francis”; related to a recent publication of which I am co-author and as an associate researcher, linked to the university research project “Querida Amazonia” (Anáhuac University, Mexico). In this intervention, I raised these issues and themes that are the beginning of said book (1). Preceded by the prologue by Michael F. Czerny, Cardinal and collaborator of the Pope. In this work, we deepen these themes, proposing keys or criteria to promote moral, social, solidarity and humanistic education and training. United to an integral ecology and global bioethics, guided by the teaching and testimony of Francis.

Keywords: Francis; global bioethics; integral ecology; moral theology; social doctrine of the church

1. Introducción. La enseñanza moral y social de Francisco

Tal como se ha investigado en un anterior libro cuya temática es similar (2), en esta enseñanza de Francisco se muestra su mensaje social y ético; con relevantes encíclicas como Laudato si’ (LS), que trata sobre “el cuidado de la casa común” y una ecología integral, o Fratelli tutti (FT) alrededor de “la fraternidad y amistad social”. Así, el Papa realiza una continuidad clara con el caudal vigoroso de la tradición moral y doctrina social de la iglesia (DSI), que, en la era contemporánea, se desarrolla significativamente prosiguiendo con su método de carácter inductivo, junto a lo deductivo, que propicia la encarnación de la fe en lo real (LS 15-16; FT 9). Esa cosmovisión ética y de la Buena Noticia (Evangelio) del Cristo Jesús con el ver, juzgar (valorar) y actuar en lo real (3). Es una metodología interdisciplinar, que implementa los estudios y ciencias sociales o humanas, para una pertinente lectura y discernimiento liberador e integral del mundo (4).

De esta forma, se visibiliza el desarrollo humano y la ecología integral, que da lugar a un verdadero buen vivir, conectando las distintas dimensiones de la realidad y humanidad: la personal, social, ecológica y la espiritualidad, (LS 138-140); fomentando la justicia socioambiental con los pobres y el planeta tierra, en una sostenibilidad global (5). Y que se fundamenta en una teología de la creación, con el Don (Gracia) del Dios de vida revelado en Jesucristo. Tal como lo han testimoniado los santos y testigos de la fe e Iglesia. Como es, por ejemplo, Francisco de Asís (LS 10; FT 2-5), modelo y paradigma de esta ecología integral (6) con su bioética global (7).

Desde esta sabiduría que conoce profundamente lo real, el Papa anuncia la fe y su mensaje ético. Al mismo tiempo, denuncia proféticamente la maldad establecida en nuestro mundo tan desigual e injusto, que expolia a los empobrecidos, víctimas y a esa casa común que es nuestro planeta. Todo ello está causando ese descarte mundial, la exclusión y cultura de la muerte que destruye a las poblaciones, a las más empobrecidas y a la naturaleza (8). Lo cual es alimentado por las ideologizaciones que deshumanizan, por los mecanismos estructurales tanto a nivel social e internacional, por los ídolos y males sistémicos económicos, comerciales y financieros (LS 48-52; FT 189).

El origen de esta realidad injusta que afecta a nuestra sociedad y mundo global, con su esfera medioambiental, se encuentra: en tantos pecados personales y estructurales, en la globalización e ideologías individualistas, como la neoliberal capitalista, y comunistas-colectivistas; con todos estos populismos e ideologizaciones de la realidad, con su dictadura relativista, tecnocrática y economicista. Esos falsos dioses mercantilistas, capitalistas y financieros especuladores con su competitividad salvaje, el poder dominador y trasnacional empresarial o corporativo, como son la banca y finanzas globales (9). Así permanecen y aumentan todas estas realidades injustas de los hambrientos, de los pobres y las víctimas, negándose la dignidad y vida de los seres humanos, destruyendo el hábitat natural (LS 109-114; FT 155-157, 165).

En contrasentido, Francisco transmite dicha enseñanza moral, social, ecológica e integral con sus elementos bioéticos globales para el cuidado y defensa de la vida, en todo su proceso o elementos, de forma creíble u honrada (10). Frente a esta destrucción de la vida que generan dichas realidades asimétricas, desiguales e injustas. Tales como las que padecen los hambrientos, los pobres, los trabajadores, el medio ambiente, las víctimas de los conflictos bélicos, los más vulnerables, el embrión (ser) humano por nacer, las células familiares o las personas envejecidas (LS 115-122; FT 18-19).

El Papa nos comunica esa fertilidad diversa de la ley natural, de lo real personal, corporal y complementario del varón y mujer, esa bella realidad matrimonial y familiar que fecunda la existencia con su descendencia (LS 155; FT 208-209). Por ello, nos comunica y actualiza los criterios de la DSI que principian y valoran la realidad, nutridos en Dios. Como son la compasión misericordiosa, la fraternidad, la inherente caridad social y política, el bien común y más universal, un mundo más pacífico y justo con los empobrecidos, con las víctimas y el planeta (LS 159, 228-231; FT 196).

De ahí que los ámbitos morales y políticos han de regular la esfera económica, para impulsar el bien más universal y justo con los empobrecidos. En oposición a esas ansias idolátricas, tecnocráticas y mercantilistas del lucro que sacrifican la vida y dignidad de los seres humanos (LS 189-198; FT 103-105). Frente al sistema e ideología neoliberal y capitalista, la propiedad no está primero que el principio del destino universal de los bienes. Únicamente la propiedad adquiere legitimidad, si cumple con su carácter solidario e intrínseca función social, asegurando la justicia y equidad en este reparto de los bienes del planeta. Por ello, como nos enseña ya la tradición moral de la iglesia con los Santos Padres, es inmoral e injusta la riqueza (ser rico), por no compartir los recursos y estos bienes con los pobres (11). Generando todas estas situaciones injustas y desiguales en la humanidad, con sus poblaciones (LS 93-95, FT 118-120). Del mismo modo, hay que establecer el principio del trabajo sobre el capital, la existencia digna de la persona trabajadora, la justicia en el sueldo u otros derechos (12). Unas condiciones laborales humanizadoras, que aseguren la decencia en el empleo (LS 124-129; FT 162).

El Papa basa esta enseñanza en las raíces teológicas más profundas del cristianismo católico, los valores, virtudes y claves teologales prioritarias como son la caridad fraterna, el amor solidario y la compasión misericordiosa. Así, se muestra en la revelación de Dios en Cristo, con el don de su vida y pascua que da la salvación y liberación integral. Otorgándonos esa dignidad y vida realizada, que culmina en la eternidad. De esta forma, adquiere toda su sacralidad e inviolabilidad la vida digna, ética y trascendente de todos los seres humanos que son semejanza e hijos de Dios (13). El sucesor de Pedro, por ello, nos sitúa en la entraña de la fe. La Buena Noticia alegre y bella del Evangelio de Jesús, el Dios Trinitario que es esencia y paradigma de unidad solidaria, amorosa y justa entre las personas (14), las comunidades e historia (LS 236-240; FT 85). Continuando pues con la enseñanza del Concilio Vaticano II (GS 24) y de sus predecesores junto a la DSI, por ejemplo, San Juan Pablo II (SRS 40) o Benedicto XVI (CV 54).

En esta línea, tal como nos llega por la tradición y fe eclesial con los Padres de la Iglesia o el Concilio citado, desde el alma del cristianismo católico, como es el Dios Encarnado en Cristo, se realiza la unión con todo ser humano. Esto es, en forma similar al sacramento eucarístico, en el otro y en toda persona sufriente (en los pobres y excluidos) está la presencia de Cristo pobre y crucificado (Mt 25, 3146): en aquellos que padecen los dramas e injusticias de la migración o refugio, del hambre, de la violencia machista, de la enfermedad; esas víctimas de la realidad histórica, a las que hay que recordar con la memoria passionis (FT 226-227).

2. Educación, ética y formación social

Desde lo anterior, Francisco transmite unos puntos o aspectos muy importantes para la educación y formación que esté enriquecida de un humanismo solidario e integral. Una educación y formación social, bioética y liberadora que comunica una solidaridad real (15). El Papa “destaca la solidaridad, que «como virtud moral y actitud social, fruto de la conversión personal, exige el compromiso de todos aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas” (FT 114). Los protagonistas del mundo educativo como son las células familiares e instituciones de la educación o culturales, junto a las instancias que comunican e informan, son los responsables de promover todos estos procesos educativos y formativos con su ineludible sentido moral. Visibilizando aquellos principios de la fraternidad humana, solidaria y espiritual con los otros (FT 114), estas claves bioéticas del respeto y cuidado de la existencia, de las realidades familiares y del planeta tierra (16).

Unos auténticos proyectos educativos y formativos conformados desde la solidaridad, que impulsen sujetos responsables con conciencia moral y social y se encuentren orientados hacia el bien más universal y la justicia con los empobrecidos, las víctimas y descartados como protagonistas de su desarrollo liberador e integral (FT 18, 116).

Y es que la verdadera vida solidaria se constituye en el:

Pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero. […] La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los movimientos populares (FT 116).

Se visibiliza así, en oposición a todo paternalismo asistencialista, como el Papa promociona estos procesos educativos y formativos desde la solidaridad, en una bioética global que traspasa aduanas y peajes, inclusiva con todos los aspectos de lo real (17). Se trata de ir dotando de un pensamiento crítico, moral y social. Impulsando a los seres humanos, a las poblaciones y a los pobres como protagonistas de su promoción humana, ecológicas e integral con sus derechos y deberes (FT 117-118). De esta forma, la tradición educativa y formativa, orientada por la fe, se sustancia en toda esta fecundidad espiritual, moral y social, con esos autores tan significativos como son los Padres de la Iglesia y la propia DSI (18); con estas claves éticas y sociales, ahí tenemos la conocida e imprescindible pobreza evangélica, espiritual y solidaria. Es decir, en seguimiento y fidelidad a Cristo, la comunión solidaria de vida, de bienes y acción por la justicia con los pobres de la tierra. La comunidad e iglesia pobre con los pobres. Contra el mal del egoísmo e individualismo burgués con sus idolatrías de la riqueza (ser rico), de la codicia, del tener, poder y violencia.

Y es que:

Si alguien no tiene lo suficiente para vivir con dignidad se debe a que otro se lo está quedando. Lo resume san Juan Crisóstomo: "no compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos"; o san Gregorio Magno, "cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les damos nuestras cosas, sino que les devolvemos lo que es suyo" (FT 119).

Es esa acción educativa y formativa moral, crítica y liberadora de las causas de la maldad, que alienta esta solidaridad real, impulsora de la justicia restituyendo los males e injusticias personales, culturales y sociales (estructurales). En esta dirección, vamos educando y concienciando de una clave primordial de la DSI, como es el destino universal de los bienes, que está primero que la propiedad, para que esta desarrolle su constitutiva función solidaria y social.

Vuelvo a hacer mías y a proponer a todos unas palabras de san Juan Pablo II cuya contundencia quizás no ha sido advertida: "Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno". En esta línea recuerdo que "la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada". El principio del uso común de los bienes creados para todos es el "primer principio de todo el ordenamiento ético-social", es un derecho natural, originario y prioritario (FT 120).

Y siguiendo este camino, orientadas por dicha clave ética del compartir con equidad los bienes, se realizan las líneas básicas educativas y formativas solidarias para una economía bioética. Cuyo significado, en muy buena medida, radica en la regulación moral y política del mercado al servicio de la vida, de las capacidades y necesidades de la humanidad (19).

El desarrollo no debe orientarse a la acumulación creciente de unos pocos, sino que tiene que asegurar "los derechos humanos, personales y sociales, económicos y políticos, incluidos los derechos de las Naciones y de los pueblos". El derecho de algunos a la libertad de empresa o de mercado no puede estar por encima de los derechos de los pueblos, ni de la dignidad de los pobres, ni tampoco del respeto al medio ambiente, puesto que "quien se apropia algo es sólo para administrarlo en bien de todos" (FT 122).

Dicha actividad educativa y formativa moral, con sus inherentes dimensiones sociales, transmite esta bioética económica guiada por la caridad política, posibilitadora del bien más universal. Y tiene otra clave principal en el trabajo, la vida y condiciones dignas de las personas trabajadoras con sus derechos, como es ese criterio básico de la justicia en su remuneración, que se encuentra por encima del capital (FT 123).

El gran tema es el trabajo. Lo verdaderamente popular -porque promueve el bien del pueblo- es asegurar a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa, sus fuerzas. Esa es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino hacia una existencia digna. Por ello insisto en que "ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo". Por más que cambien los mecanismos de producción, la política no puede renunciar al objetivo de lograr que la organización de una sociedad asegure a cada persona alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo. Porque "no existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo". En una sociedad realmente desarrollada el trabajo es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo (FT 162).

La DSI, con esta ecología integral y bioética global, enseña la primordial promoción de la justicia socioambiental mundial en el trabajo. Una respuesta adecuada a la maldad e injusticia, como es la destrucción de la vida en todas sus fases o formas y de la familia. Sí, realmente existen unas causas sociales y estructurales del no respeto a la vida, del subdesarrollo y empobrecimiento. Como es toda esta precariedad y explotación sociolaboral. Unido a lo anterior, hay que educar y formar en una bioética empresarial. Esto significa una auténtica responsabilidad social corporativa, suscitando realidades empresariales comunitarias y humanizadoras que respeten la vida, la dignidad y derechos de toda persona. Se trata de que todo ser humano, el mismo sujeto del trabajo, se convierta en protagonista y gestor de la vida, de los recursos y finalidad de estas comunidades empresariales. Las personas que cogestionan la economía y su promoción humana e integral, al servicio de la vida, la dignidad y equidad en el reparto de los recursos (FT 122).

En estos procesos que desarrollan la vida y la ecología integral de forma global, en solidaridad mundial con todas las poblaciones y la humanidad, es muy importante una educación-formación para el comercio justo y la banca ética. Capacitándonos así para promover los sistemas comerciales y financieros que, a nivel planetario, erradiquen las injusticias de estas relaciones del comercio internacional, de las finanzas especulativas y de las instituciones bancarias usureras con sus males, como es la injusta deuda externa (FT 126). Por ello, es una educación y formación popular para ese otro mundo posible, que es necesario, junto a los movimientos populares y sociales. Ellos buscan la dignidad y los derechos como son el techo, el trabajo y la tierra (las tres T), fomentan la justicia que trae la paz, en contra de toda guerra y violencia (FT 127).

3. Perspectivas educativas y pedagógicas

Como se observa, desde todo lo expuesto hasta aquí, realmente se abren horizontes muy sugerentes y vitales para la acción educativa, pedagógica, formativa y cultural. Conformada por un humanismo crítico, moral, socializador, místico, liberador e integral que tiene como base todo este mensaje ético, social, humanista, espiritual y teológico de Francisco. Tal como nos muestran los estudios y autores sobre todo ello.

En estas investigaciones y magisterio del Papa (20), con su propuesta ética y social e implicaciones educativas, son valiooas los aportes de sus influencias (21). Por ejemplo, las claves teológicas de las perspectivas latinoamericanas y argentinas, como son las del pueblo o de la cultura con nombres como L. Gera (22), junto a otros horizontes como los del doctor Angélico, el Aquinate, y del personalismo que se han fecundado con su enseñanza. Guiándonos por lo anterior, trazaremos unas líneas y elementos de esta enseñanza moral, social y educativa que nos proporciona este humanismo pedagógico integral en clave de solidaridad fraterna, de justicia, paz e integridad de la creación. Estamos en la entraña del cristianismo católico con su mensaje evangélico y gozoso, desde la “Gracia del Amor de Dios en Cristo”, que nos comunica una moral y educación orientada por sus valores o principios esenciales. Como son la fraternidad solidaria, la compasión misericordiosa que ama al otro y la justicia liberadora con los empobrecidos.

Desde aquí, con Francisco se delinea esta educación y pedagogía humanista, ecológica e integral con una bioética que cuida e impulsa la vida y justicia para un desarrollo humano global (23). Abarcando e incluyendo, pues, todas las dimensiones o aspectos de lo humano y de la realidad. Esto es, una educación ecológica: personalizada, que potencia la mente con dichos valores e ideales más bellos y hondos; social, que promueve una ética relacional y la justicia con toda la humanidad, con las víctimas y marginados; medio ambiental o sostenible, protegiendo la existencia esa casa común que es nuestro planeta tierra; y trascendente, espiritual o mística que fundamenta todo ello en la comunión con el Dios de la vida, como se nos revela en Jesucristo.

Como se observa, en toda esta perspectiva educativa y ecológica integral, se constituye un carácter bioético con un horizonte global. Cuidando, defendiendo y promoviendo la vida en todos sus estadios, a lo largo de su desarrollo o aspectos, desde que surge con la fecundación-concepción hasta su muerte natural, en toda la realidad de la existencia (24), de la cultura, la política, la economía, el trabajo, etc. Es una bioética de la compasión misericordiosa y solidaria que, desde la razón moral con su sustrato cordial, acoge los sufrimientos de los otros, de los empobrecidos y el daño de toda la naturaleza, del cosmos, de la creación entera. Se opone claramente a la actual cultura del descarte y de la muerte. Tales como los males e injusticias del trabajo basura y del desempleo, de la inmigración forzada, la violencia machista, las que sufren las poblaciones nativas y rurales, los niños esclavos u otros oprimidos por la trata de personas. Ese descarte y negación de la vida en su comienzo o término, la vida pública (política) corrupta u otras maldades y realidades injustas.

Es una educación moral con profecía y sentido crítico ante esta maldad, frente a lo injusto, todo aquello que niega la existencia digna de los seres humanos y la bondad más universal. Esas realidades y relaciones desiguales e injustas que existen en la sociedad, en el mundo e historia. Y que son causadas por los poderes económicos y políticos sobre los pobres, generando víctimas, por los sistemas e ideologías neoliberales con sus bases capitalistas dominantes o comunistas, el colectivismo, u otras populistas y totalitarias, originando el paro, el empleo indecente, los niños esclavos u otras injusticias de la miseria y subdesarrollo. Caldo de cultivo y generador de las realidades violentas, bélicas o armamentísticas con sus lucrativos beneficios por encima de la vida, del desastre medioambiental que no cuida la biodiversidad de la tierra. Es la economía productivista y consumista que está arrasando con la naturaleza, que favorece la trata de seres humanos, las esclavitudes de la industria pornográfica con las personas prostituyéndose, de las sustancias y todo tipo de adicciones. El maltrato femenino, la cultura de la muerte contra los más frágiles, el embrión (ser) humano por nacer y los mayores.

En este sentido, Francisco nos proporciona unas claves en la vida social y moral para comprender o discernir la sociedad e historia, como es que la realidad está antes que las ideas. Otra sería que el todo va más allá que las partes, con ese ver más amplio y mundial que, además, es en la época en la que nos encontramos. Asumiendo esas realidades, males e injusticias que generan conflicto u oposición, trascendiéndolo, por el don (gratuidad), la bondad y la paz justa; con esa liberación integral de dicha maldad y realidades estructurales e injustas de pecado, como es este sistema económico que niega la vida.

Asimismo, los espacios han de ser trascendidos por el tiempo ya que los seres humanos, las poblaciones y los empobrecidos deben ser protagonistas de sus dinámicas de promoción humana liberadora e integral. Autores de un mundo más justo y fraterno, frente a los asistencialismos paternalistas de los poderosos y élites. Los mismos que impiden estos dinamismos de justicia, paz y liberación integral de los mecanismos estructurales e ideologizaciones, causantes de tantos problemas y situaciones desiguales e injustas. Como son esos modelos de economía y política que imponen la deshumanización e inequidad, con sus ideologizaciones que esclavizan, esos falsos dioses del poseer, del enriquecimiento y dominar.

Se realiza así un pensamiento educativo y cultural ético, crítico y liberador de todos estos sistemas políticos y económicos e ideologías que van en contra de la vida, que imponen la cultura del descarte y de la muerte. Estas idolatrarías de la riqueza, del ser rico y del capital, con sus totalitarismos económicos y mercantilistas. Ese propietarismo posesivo, individualista y competitivo que, con su afán de lucro, como ídolos devoran la existencia de los pueblos, de los pobres y excluidos. Una pedagogía humanista y critica, en oposición al desorden global del materialismo economicista con sus relativismos e individualismo, donde Francisco nos transmite una educación bioética social y global con su ecología integral. Constituida por las claves y criterios morales esenciales. La globalización de la solidaridad, que defiende la vida y dignidad del trabajador con sus derechos, como es la justicia en la remuneración laboral (25). El reparto equitativo de los recursos, para que los bienes cumplan su finalidad: estar destinados para toda la humanidad, que está antes que el derecho de propiedad.

Una formación moral y social que se une a la acción, para que los ordenamientos políticos, sirviendo al bien más universal, regulen la vida económica, mercantil y empresarial e impulsen la promoción humana y ecológica integral. De esta forma, las realidades económicas realizan su auténtica misión, el sustento de la vida, con esa gratuidad solidaria y socialización de una existencia sostenible. Es la educación y gestión democrática de la economía, con una bioética del mercado y empresarial, que ejerce esos auténticos procesos responsables corporativos a nivel socioeconómico. Lo que significa que la realidad económica, junto a las instancias empresariales, se transforman en vida y comunidad humanizadora, ética, participativa y democrática, cogestionada por todos al servicio de la dignidad y realización de cada persona.

Es una educación y acción para la justicia en los sistemas comerciales y bancarios, con unas finanzas éticas. Frente a la especulación que domina en el mundo económico, que convierte al planeta en un inhumano juego global, a la banca en una dictadura de la usura que impone el abuso e injusticia en los préstamos, créditos hipotecarios u otros productos financieros. Y que llevan a las familias, a los pueblos y a los pobres a las crisis globales permanentes, al endeudamiento y ruina, generando destrucción, víctimas y muerte.

En contra de esta globalización neoliberal, de signo capitalista, se trata de educar y promover la mundialización de la pobreza, como significa la comunidad eclesial pobre con los empobrecidos. Es la existencia humilde, solidaria y espiritual que comparte todo lo que se tiene, lo que se es y la acción por la justicia con los empobrecidos. Una comunidad y existencia descentrada, extrovertida y disponible e itinerante que sale al encuentro de los márgenes y reverso de la historia. Se trata de crecer hacia abajo, al encuentro de las encrucijadas periféricas y descartadas que padecen las víctimas, ese lugar social y teologal de los pobres, de los crucificados de la historia. presencia real del Dios revelando en Cristo pobre y crucificado. Y que nos va liberando integralmente del materialismo e individualismo insolidario con sus ídolos del tener, de la riqueza, del ser rico y la competitividad que imponen la muerte de los seres humanos y pueblos empobrecidos.

4. Conclusiones

Por todo ello, Francisco nos transmite una bioética humanista y global con sus bases antropológicas, unida a una ecología integral, que protege y defiende la existencia en cada una de sus etapas, en todo su desarrollo y aspectos que la conforman. Promociona las claves morales y sociales que cuidan la vida digna e integridad de todos los seres humanos, de las víctimas y de todo ser, que llevan a las personas a ser sujetos de la vida social y pública, ejerciendo así esa virtud principal de la caridad política y de esta manera visibilizar el gozo y lo hermoso de esa unión, afectiva y fecunda, del varón con la mujer y su naturaleza diversa, complementaria y que, en ese don amoroso, constituyen las realidades matrimoniales, familiares y filiales con su descendencia.

La institución matrimonial y familiar es maestra solidaria de vida ética, social y espiritual, de bondad y responsabilidad cívica por un mundo más fraterno, pacífico y justo con los empobrecidos. El Papa igualmente impulsa los procesos comunicativos, interculturales, ecuménicos e interreligiosos en esa búsqueda espiritual de una cultura no violenta, pacífica y de fraternidad solidaria; para que se vaya contribuyendo a una espiritualidad fraterna (25), que fomente toda esta bioética global y ecología integral.

Terminamos resaltando que toda esta bioética está orientada por el amor misericordioso, nutrida de la compasión que incluye a los demás, a los vulnerables y a la vida dañada (26). Une lo diverso en la comunión, con esa caridad en la verdad que defiende la existencia digna de las personas, de los pueblos y los pobres. Una bioética comunicativa e interdisciplinar que dialoga, encontrándose, con los múltiples saberes racionales, científicos, culturales y espirituales para unas relaciones pacificas, humanizadoras y justas. Acogiendo pues la esencia y conexiones de las personas, de nuestro planeta tierra y de todo el cosmos en el Dios de la vida. Alentando, por tanto, auténticos proyectos educativos con procesos de formación madura, para toda esta bioética global y ecología integral que hace posible una vida con sentido, más feliz, espiritual y trascendente.

Referencias

1. De los Ríos M, Guzmán M. Horizontes de pensamiento para enfrentar el Siglo XXI de la mano del Papa Francisco. México: Universidad Anáhuac; 2023. [ Links ]

2. Ortega Cabrera A. La moral social para conocer a Francisco. Misión, espiritualidad y ecología integral. Madrid: Sindéresis-Universidad Católica Los Ángeles Chimbote; 2022. [ Links ]

3. Sorge B. Introducción a la Doctrina Social de la Iglesia. Santander: Sal Terrae; 2017. [ Links ]

4. Sanz E. (ed.) Cuidar de la Tierra, cuidar de los pobres. Laudato Si desde la teología y con la ciencia. Santander: Sal Terrae; 2015. [ Links ]

5. VV.AA. Ecoteología, un mosaico. Bogotá: San Pablo; 2016. [ Links ]

6. Carbajo, M. Todo está conectado. Ecología integral y comunicación en la era digital. Lima: Paulinas, 2019. [ Links ]

7. Paradas J. Francisco de Asís y el respeto a la vida. Madrid: PPC; 2013. [ Links ]

8. Tornielli A, Galeazzi G. Papa Francisco: esta economía mata. Madrid: Palabra; 2015. [ Links ]

9. Díaz R. Fratelli Tutti. Una lectura desde los empobrecidos. 2021 [Internet]. 2008 [consultado 29 de abril de 2023). Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=eD4XG4_nxvkLinks ]

10. Ortega A. Pensamiento social, ecología y bioética Phainomenon. 18(2): 233-247. https://doi.org/10.33539/phai.v18i2.1746 [ Links ]

11. González-Carvajal L. El clamor de los excluidos. Santander: Sal Terrae; 2009. [ Links ]

12. Segovia J. El capital contra el trabajo. Madrid: HOAC; 2013. [ Links ]

13. Espeja J. Jesucristo. Una propuesta de vida. Madrid: San Pablo; 2010. [ Links ]

14. Vázquez J. Trinidad y sociedad. Salamanca: Trinitario; 2009. [ Links ]

15. Alburquerque E. Moral social cristiana. Madrid: San Pablo; 2006. [ Links ]

16. Flecha J. Bioética. Salamanca: Sígueme; 2005. [ Links ]

17. Alarcos F. Bioética global, justicia y teología moral. Madrid: San Pablo; 2006. [ Links ]

18. Sierra Bravo R. Diccionario social de los padres de la iglesia. Madrid: Edibesa; 1997. [ Links ]

19. Lluch E. Una economía que mata. El papa Francisco y el dinero. Madrid: PPC; 2015. [ Links ]

20. Madrigal, S. De pirámides y poliedros. Señas de identidad del pontificado de Francisco. Santander: Sal Terrae, 2020. [ Links ]

21. Borghesi M. Jorge Mario Bergoglio. Una biografía intelectual. Dialéctica y mística. Madrid: Encuentro; 2018. [ Links ]

22. Scanonne, J. La teología del pueblo. Raíces teológicas del papa Francisco. Santander: Sal Terrae; 2017. [ Links ]

23. Carrera J, Puig L. Hacia una ecología integral. Barcelona: CiJ; 2017. [ Links ]

24. Alburqueque, E. La bioética (25 preguntas). Madrid: CCS; 2010. [ Links ]

25. Gasda, E. Cristianismo y economía: repensar el trabajo más allá del capitalismo. Madrid: HOAC; 2017. [ Links ]

26. Castro F. Llamados a encontrarnos. Santander: Sal Terrae; 2023. [ Links ]

27. Guerra R. Para comprender la Amoris Laetitia. Medellín. 2017; 43(168) 409-447. [ Links ]

Recibido: 29 de Abril de 2023; Aprobado: 19 de Mayo de 2023

* Investigador asociado Facultad de Bioética, Universidad Anáhuac México.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons