No hay ninguna duda de que en las últimas décadas la oncología médica ha tenido extraordinarios éxitos en el tratamiento del cáncer. Estos avances se han visto impulsados por el descubrimiento, la innovación y, sobre todo, por la investigación clínica rigurosa, que ha llevado al desarrollo de nuevos protocolos terapéuticos y a la optimización de su administración. Desafortunadamente, este progreso sin precedentes también se ha visto acompañado de una proliferación de estudios que, desde su diseño, no logran priorizar de forma adecuada los desenlaces que son importantes para los pacientes, como la calidad de vida, la toxicidad o la supervivencia global, poniendo en primer lugar otros desenlaces subrogados que no son centrados en el paciente, como la supervivencia libre de progresión.

El pasado mes de julio, el grupo Common Sense in Oncology (CSO), compuesto por profesionales de la salud y representantes de pacientes de alrededor del mundo, publicó su manifiesto en The Lancet Oncology¹. En dicho manifiesto proponemos una recalibración de la investigación oncológica a nivel mundial, con el objetivo de desarrollar estudios que exploren desenlaces que importan a los pacientes y no aquellos que convienen a la industria farmacéutica. La visión del grupo, que consideramos debe ser extendida a toda la comunidad oncológica, consiste en asegurarse de que los pacientes tengan acceso a tratamientos oncológicos que conduzcan a mejoras significativas en desenlaces relevantes, sin importar dónde vivan o qué sistema de salud les provea cobertura. Para dicho fin, consideramos esencial que los ensayos clínicos sean reportados de forma transparente y entendible para clínicos y pacientes, que solo se utilicen tratamientos que hayan demostrado mejorar de forma significativa la vida de los pacientes, y que los sistemas de salud inviertan en el desarrollo de tratamientos efectivos que hagan que las personas vivan más o vivan mejor.

Dentro de los principios que guían a CSO, quizás el más importante sea que la investigación oncológica debe de ser guiada por las necesidades de los pacientes y de la sociedad, y no de la industria farmacéutica. Solo de esta forma se conseguirá que nuestros tratamientos sean accesibles, tengan precios justos y, al mismo tiempo, prolonguen y mejoren las vidas de nuestros pacientes.

En esta edición de nuestra revista presentamos dos artículos que brindan información relevante para mejorar la atención del cáncer en México desde el sentido común. El artículo de Villarreal-Garza et al. brinda perspectivas importantes sobre un problema extremadamente preocupante, los retrasos en el tratamiento del cáncer. Es evidente que no tiene ningún sentido invertir en medicamentos nuevos si las y los pacientes no tienen la posibilidad de acceder a la atención médica. Por lo tanto, es de sentido común que explorar y diseñar soluciones a estos problemas debe de ser el primer paso para poder tener una atención médica de alta calidad. Por otro lado, hemos decidido incluir en esta edición de la revista un reporte de caso, escrito por la Dra. Verduzco-Aguirre et al., que muestra el beneficio del uso de dosis reducidas de inmunoterapia en un paciente con melanoma. Este tipo de estrategias, con modificaciones de dosis o métodos de administración, son de sentido común en pacientes como el nuestro, con recursos limitados para la atención del cáncer. Esperamos que la publicación de este artículo haga que nuestros lectores piensen en ideas novedosas para estudiar nuevas estrategias de tratamiento que sean efectivas, basadas en la evidencia, y adaptables a nuestro medio.

Aunque el progreso es real, la proliferación de medicamentos de altísimo costo que tienen efectos sobre desenlaces subrogados sin mejorar la calidad de vida o la supervivencia global de nuestros pacientes es insostenible para cualquier sistema de salud, y dañino para los pacientes. Invito a todos los lectores de la revista a registrarse como miembros del movimiento CSO (www.commonsenseoncology.org) y a colaborar para que todos los pacientes, sin importar su origen, tengan acceso a atención oncológica de calidad.