Sabías que… ¿aunque en las últimas cinco décadas se han logrado grandes avances en el tratamiento del cáncer pediátrico, en México no contamos con mecanismos de seguimiento que ayuden a combatir los efectos tardíos que pueden presentar los supervivientes?

Las tasas de supervivencia han mejorado notablemente en los países con altos ingresos económicos, se espera que más del 80% de los niños con acceso a los tratamientos contemporáneos de cáncer infantil vivan hasta la edad adulta; sin embargo, este aumento en la supervivencia a menudo también se acompaña de una morbilidad significativa a largo plazo y del riesgo de desarrollar efectos tardíos que se pueden manifestar meses o años después de finalizado el tratamiento.

Debido a la importancia de dar seguimiento continuo a los supervivientes, se ha convertido en una necesidad que las instituciones que atienden a niños y adolescentes con cáncer cuenten con una clínica especializada para identificar los efectos tardíos derivados de la enfermedad y del tratamiento recibido (cirugía, quimioterapia, radioterapia, trasplante, etc.).

Los supervivientes con cáncer pueden afrontar muchos desafíos biopsicosociales, tales como: dificultad de aprendizaje y memoria, ansiedad, depresión, pérdida de audición, disfunción cardiaca, cataratas, obesidad, infertilidad, trastornos tiroideos y otros problemas médicos, incluyendo segundos cánceres.

El riesgo de complicaciones tardías depende del diagnóstico del superviviente y del tratamiento específico que recibió. Los hábitos nocivos para la salud, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la mala alimentación o la falta de ejercicio, pueden aumentar el riesgo de desarrollar alguna de estas complicaciones.

Los supervivientes también pueden presentar problemas para alcanzar el nivel deseado de educación, encontrar y mantener un empleo, asumir papeles sociales y otros factores que pueden afectar su calidad de vida. Asimismo, generan elevados costos en el sistema de salud y representan una carga para la economía familiar.

En México no existen reportes epidemiológicos de seguimiento y efectos tardíos en el niño con cáncer que nos ayuden a evaluar su impacto en los pacientes, es por ello que en el Instituto Nacional de Pediatría implementamos en el año 2018-2019 una clínica de supervivientes de cáncer cuyo propósito es atender a este grupo vulnerable, otorgándoles los cuidados integrales especializados que requieren.

Este proyecto está enfocado para que funcione en nuestro país como un «primer modelo de atención» que incluya instituciones afiliadas al Sector Salud (Instituto de Salud para el Bienestar, Instituto Mexicano del Seguro Social e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), así como para favorecer la «medicina de transición» con hospitales que brindan sus servicios a adultos con cáncer. Además se buscarán convenios con instituciones y líderes de opinión, nacionales y extranjeros, que tengan experiencia en el manejo y seguimiento de estos pacientes supervivientes.

El objetivo final de este proyecto es lograr una mejor integración del superviviente a la familia y sociedad mediante la prevención, detección y tratamiento oportuno de los efectos tardíos, lo cual disminuirá los riesgos para la salud física, intelectual y psicológica.

También hay que considerar que cada etapa que vive el paciente oncológico conlleva diferentes retos:

Dra. Rocío Cárdenas Cardós

Jefa del Servicio de Oncología

Instituto Nacional de Pediatría

Ciudad de México