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Anestesia en México

On-line version ISSN 2448-8771Print version ISSN 1405-0056

Anest. Méx. vol.30 n.2 Ciudad de México May./Aug. 2018

 

Editorial

Tierra de nadie, opinión de todos

Enrique Hernández Cortez, Director de la Revista Anestesia en México1 

1Federacion Mexicana de Colegios de Anestesiología A.C.


Investigar es aprender, es cultivarse del mundo en que nos tocó vivir. A través de la investigación podemos conocer lo desconocido o lo que más nos preocupa. Es darle respuesta a una pregunta de la cual no conocemos, y es vigente en cualquier área de trabajo. Representa conocer la verdad científica. El beneficio adquirido representa un logro más para la sociedad. La investigación produce por lo tanto desarrollo e independencia en cualquiera de las áreas científicas (1).

Desde que el hombre pobló la tierra hace millones de años, se ha preocupado por investigar lo que ocurre a su alrededor, descubrió el fuego y luego la rueda, aprendió como trasportarlo de un lugar a otro, investigó enfermedades que mataron a poblaciones enteras y domino su tratamiento, más tarde inventó el automóvil, llego a la luna y unos pocos años más tarde invento el celular.

México invierte y destina solo el 0.4% del producto Interno bruto (PIB) a la investigación científica, comparado con Suecia que invierte el 3.8, Finlandia 3.5, Japón 3.4 y Corea del Sur 3.1%. En un año México registra dos patentes por millón de habitantes mientras que Finlandia registra 271, Suecia 270 y Suiza 265. México es el país más rezagado entre las naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La OCDE, comprende un bloque de 30 países al que pertenece México desde 1994. Esta organización define a la investigación y el desarrollo, como el trabajo creativo realizado de manera sistematizada con el fin de incrementar el acervo de conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad, y la utilización de ese acervo de conocimientos para generar desarrollo y nuevas aplicaciones científicas.

Casi dos terceras partes de los mexicanos en edad productiva, obtienen su sustento en la calle, 15 millones tienen una plaza en el sector formal de la economía. En las labores relacionadas con la ciencia y la tecnología solo se ocupan de ella un pequeño puñado de personas o profesionistas, el INEGI reporta que no hay más de 30 mil personas dedicados a labores relacionadas con la investigación en los diferentes campos del conocimiento.

El problema de la investigación científica en México es de recursos y de educación, así lo afirma el ganador del premio Nobel de Química en México, el Dr. Mario Molina, conocido ampliamente por sus descubrimientos sobre el agujero en la capa de ozono. México tiene buenas Universidades e Institutos Nacionales, de donde egresan excelentes profesionistas, pero no dispone de recursos suficientes para la investigación, tampoco se fomenta la investigación desde su formación escolar, como un elemento indispensable para el desarrollo nacional. Las instituciones educativas deben poner su currículo al servicio de la investigación como un elemento prioritario. Pocas Universidad en el campo de las ciencias de la salud incluyen a la investigación como una herramienta de aprendizaje. Por ejemplo, China en el 2017, superó a los Estados Unidos de Norte América en términos del número total de publicaciones científicas según la Fundación Nacional de Ciencias de los EE. UU. (NSF). Significa que China está intensificando su inversión en ciencia y tecnología para el progreso.

En México los anestesiólogos carecemos de un interés innato por la investigación efectiva y productiva, luchamos por el día a día para llevar el pan a casa y descuidamos por completo la investigación de nuestra profesión. Preferimos ser consumidores de información de otros países, que generar nuestra propia investigación. La investigación del médico especialista no existe en nuestro país. La anestesiología es una de ellas, prácticamente no existe investigación en anestesiología en nuestro país. Para que un médico anestesiólogo realice investigación en su hospital, se requiere de su propio esfuerzo e iniciativa, lo cual ocurre a cuenta gotas y no existe ningún tipo de estímulo para el grupo de investigadores (3).

Cuando llega a producirse algún trabajo de impacto en cualquiera de las especialidades, los autores buscarán su publicación en una revista fuera del país, en una revista con un factor de impacto importante. Las instituciones de salud tampoco promueven o estimulan la investigación entre sus propios trabajadores. Urgen grandes cambios institucionales, gubernamentales y universitarios, apremian modificaciones importantes a las leyes mexicanas, para darle mayor viabilidad económica a la investigación y al desarrollo de la ciencia. La responsabilidad científica es de todos, no de unos cuantos (2).

Referencias

1. Nicolas-Cisneros, S. Investigación y práctica profesional. Rev Enferm Inst Mex Seguro Soc 2008;16:1-2. [ Links ]

2. González- Amador, R. México destina 0.4% del PIB a la investigación. La Jornada 2009; p28. [ Links ]

3. Hernández-Cortez, E., Espinosa-Cordero, AR. La importancia de los trabajos libres en el congreso Mexicano de Anestesiología. Anestesia en México 2008;20:112-113. [ Links ]

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