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Cuicuilco. Revista de ciencias antropológicas

versión On-line ISSN 2448-8488versión impresa ISSN 2448-9018

Cuicuilco. Rev. cienc. antropol. vol.26 no.74 Ciudad de México ene./abr. 2019

 

Diversas temáticas desde las disciplinas antropológicas

Los muros callejeros hechos altares. La Virgen de Guadalupe pintada en muros de colonias populares en la ciudad de San Luis Potosí, México

Street walls turned into altars. The Virgin of Guadalupe depicted on walls in the ‘popular’ colonies of the city of San Luis Potosí, Mexico

José Guadalupe Rivera González* 

*Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades/Universidad Autónoma de San Luis Potosí. joserivera@uaslp.mx


Resumen

Una virtud en la que se hallan muchas de las imágenes de santos y vírgenes católicos es que son como los humanos: caminan, hablan, lloran, ríen y son expuestos en los altares de los templos en donde acuden los feligreses, pero también sus imágenes están expuestas en las calles, salen en procesiones y son festejadas por la comunidad. Una de estas imágenes que ha bajado de los altares de los templos católicos y que la comunidad ha hecho de los muros callejeros su espacio de culto es la Virgen de Guadalupe. Su imagen pintada en los muros se ha vuelto una presencia constante en la vida y la fe de miles de creyentes. En este trabajo abordo tres aspectos relacionados con la virgen: su papel en la historia de México, fundamentalmente en la etapa virreinal. En un segundo momento a la imagen pintada en el formato de exvotos y, por último, analizaré la manera en que actualmente la virgen es pintada por los creyentes en muros de colonias populares de San Luis Potosí; colonias, muchas de ellas, que se caracterizan por la presencia de grupos de jóvenes organizados en pandillas o grupos de esquina, contribuyendo con ello a la transformación de estos espacios en lugares propicios para la interacción comunitaria, pero también en espacios en donde los vecinos y la población joven expresa su fe, su devoción y agradecimiento a la santa patrona: la Virgen de Guadalupe.

Palabras clave: Virgen de Guadalupe; espacios urbanos; juventudes; religiosidad popular

Abstract

One virtue of many of the images of Catholic Saints and Virgins is that they resemble humans: they walk, they talk, they cry, they laugh and they are exhibited in the altars of the temples where the parishioners go; however, their images are also on display in the streets, they are the main focus in certain processions and are celebrated by the community as a whole. One of the said images that has descended from the altars of Catholic temples and been adopted by certain communities to decorate the walls of their streets, and has thus -in effect- turned them into places of worship, is the Virgin of Guadalupe. Her image, nowadays depicted on walls, has become a constant presence in the life and faith of thousands of believers. In this paper, I address three aspects related to the said Virgin: her role in the history of Mexico, mainly throughout the Viceregal period; secondly, to the use of the image depicted in the format of votive offerings and, finally, I analyze the way in which this Virgin is currently depicted by believers on the walls of ‘popular’ neighborhoods in the city of San Luis Potosí, many of the said streets being characterized by the presence of organized gangs, or groups of young people on street corners. In this sense, the said image has contributed to the transformation of these places into spaces for community interaction, also creating a kind of haven in which both the neighbors and the local youths can express their faith, devotion and gratitude to their Patron Saint: the Virgin of Guadalupe.

Keywords: Virgin of Guadalupe; urban spaces; youth; popular religiosity

Introducción

Los tiempos recientes son tiempos de avance de las tecnologías de la información y de las redes sociales; son tiempos en los que cada uno de nosotros puede acceder y consumir propuestas culturales, políticas y religiosas que se generan en otras latitudes territoriales; pero que llegan fácilmente a nuestras manos con el avance de las tecnologías. Los tiempos actuales son los tiempos de la movilidad y de las migraciones y por ello millones de personas que pertenecen a un país específico y a una determinada cultura pueden, con el paso de los años, residir en un país diferente, y ahí, en su nuevo país de residencia volverse consumidores asiduos de nuevas propuestas religiosas. Son los tiempos de los intercambios, de las mezclas y de los sincretismos culturales. Esta diversidad ha impactado al mundo de la religiosidad católica en nuestro país. México al igual que otras sociedades con un alto componente católico en tiempos pasados ha experiementado en décadas recientes un importante decrecimiento de la población católica, lo anterior se debe principalmente al crecimiento de distintas y nuevas denominaciones de iglesias cristianas, evangélicas y bíblicas y también se observa un crecimiento de personas que afirman no tener religión [RIFREM 2017].

Frente a estos contextos de debilitamiento de la fe católica, en este artículo se busca reflexionar en torno al culto y la devoción a la Virgen de Guadalupe en tiempos actuales por parte de vecinos que residen en colonias populares de la ciudad de San Luis Potosí. Además, mi interés particular reside en analizar la manera en que la población joven, especialmente aquellos que forman parte de grupos organizados como son las pandillas, logran un acercamiento y viven su religiosidad en torno a las imágenes de la Virgen de Guadalupe; en especial aquellas imágenes que ellos mismos pintan en las bardas-muros de “sus territorios”. Desde su punto de vista, la virgen es identificada por ellos como una imagen que les brinda protección, pero también les sirve como un marcador de su territorio, un territorio al que hay que defender de las intromisiones de las pandillas rivales. En estos espacios de conflicto y de violencia la virgen es una presencia constante y frecuente.

El trabajo descansa fundamentalmente en trabajo de campo hecho en colonias, lo cual nos permitió conocer y elaborar un archivo fotográfico de casi 200 imágenes de la virgen que han sido pintadas en diversas colonias. Además, también se reúne una cantidad importante de pequeñas capillas que se han levantado con imágenes de bulto; en muchas de estas capillas y en la mayoría de las imágenes que se pintan en las paredes, se organizan rosarios los días 12 de cada mes y en algunas de ellas se hacen los 46 rosarios a la virgen, que inician el 28 de octubre y concluyen el día 12 con la celebración de verdaderas verbenas. El caminar por estos lugares me permitió conocer el punto de vista de vecinos y de jóvenes quienes pintan y retocan las imágenes. Ellos se ostentan con orgullo como los guardianes de muchas de estas imágenes.

Significados de la imagen de la Virgen de Guadalupe para el pueblo mexicano

Para la sociedad mexicana la imagen de la Virgen de Guadalupe ha tenido una presencia constante y significativa a lo largo de su historia, en los últimos 5 siglos de existencia. Durante este periodo, la imagen ha sido objeto de múltiples análisis históricos, literarios y artísticos. En este sentido, el presente trabajo pretende generar nuevas reflexiones que nos permitan conocer más sobre los diversos significados que genera la imagen de la virgen entre algunos sectores de la población mexicana del siglo XXI. Buscar nuevas lecturas sobre la manera en la que la sociedad recrea la imagen de la virgen es clave para entender el enorme poder en el imaginario colectivo de uno de los símbolos de la identidad entre amplios sectores de la sociedad mexicana. El eje sobre el cual se estructuró el presente trabajo es el siguiente: muchas de las imágenes generadas por la religión católica han sido objeto de amor, temor, devoción, pero también de violencia y conflicto. Muchas imágenes han sido veneradas públicamente o en secreto, destruidas o temidas y, en muchas ocasiones, desacreditadas. Este aspecto tan complejo en torno a la presencia de las imágenes religiosas, se debe al hecho de que hay fieles o creyentes quienes tienen la convicción de que estas imágenes tienen un poder capaz de sanar o generar milagros a quienes les demuestren fe y obediencia, pero esta idea está inscrita también en que las imágenes tienen el poder de castigar a los que rompan o violenten las reglas o normas establecidas. Derivado de lo anterior, fue que muchas imágenes religiosas llegaron y permanecieron en los templos en donde fueron colocadas para su culto, pero hubo algunas que por la fe y veneración que generaron fueron sacadas de sus templos y trasladadas para acompañar y prestar auxilio a los enfermos, los moribundos, los marginados y excluidos. Para honrar a dichas imágenes se han levantado altares cerca o afuera de domicilios y en los últimos años se ha incrementado su presencia en las calles a partir de artistas improvisados que han plasmado algunas imágenes pintadas en paredes. Una muestra de lo anterior está expuesta en el magnífico libro del fotógrafo Rafael López Castro [2006], en donde el autor presenta una serie de fotografías que ilustran la manera en la que la Virgen de Guadalupe ha sido pintada en muros de diferentes colonias en la Ciudad de México, Guadalajara y Michoacán. Motivado por el libro de López Castro es que en el presente me doy a la tarea de hacer un análisis de su presencia en el entorno nacional para después centrar mi atención y hacer un recorrido en la búsqueda de estas imágenes en algunas colonias populares de la ciudad de San Luis Potosí, México.

En primer lugar, se presenta una descripción de cómo la imagen de la Virgen de Guadalupe fue reproducida por un grupo importante de artistas novohispanos muy reconocidos, quienes la plasmaron en los lienzos durante la época colonial, muchos de los cuales terminaron en los grandes santuarios guadalupanos, dentro y fuera del país. Posteriormente, se presenta y analiza el sentido y significados de la imagen de la virgen pintada en láminas en forma de exvoto. Por último, se analiza la presencia de la imagen de la virgen plasmada en las bardas-paredes que circundan las calles de las colonias populares en la ciudad de San Luis Potosí, México. Sobre este último punto, deseo destacar, que mediante el resultado del trabajo de campo realizado en la ciudad de San Luis Potosí desde el 2016 a la fecha, se ha logrado generar un archivo de cerca de 200 fotografías tomadas a igual número de imágenes de vírgenes guadalupanas que han sido pintadas en bardas-muros en diferentes colonias populares en la ciudad. Una parte de este trabajo fue publicado recientemente por el Departamento Editorial de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, con el título: La religiosidad popular a través de las imágenes de la virgen de Guadalupe en la ciudad de San Luis Potosí, México [Rivera González 2018].

En un contexto en donde la población católica tiene a su alrededor una diversidad de alternativas de fe debido al incremento de ofertas de otras iglesias protestantes y frente a un contexto de laicidad, pese a esto, es claro que en algunos sectores de la población católica la fe en la Virgen de Guadalupe no disminuye; al contrario, va en aumento. En los tiempos actuales es evidente que la población católica busca mantener la fe en su dios, sus santos y vírgenes por medios menos ortodoxos; una muestra de lo anterior es que para ello recurren a nuevas opciones visuales de cómo crear y representar por medio de imágenes a sus deidades, para ello modifican y ajustan sus tradiciones estéticas. Una imagen como la de la Virgen de Guadalupe no ha permanecido intacta desde su concepción y factura originales, ha tenido modificaciones y hoy se recrea, se ajusta a los nuevos escenarios y situaciones de los creyentes. No hay duda de que en las imágenes religiosas hay un espacio muy amplio para ver cómo dialogan nuevos y viejos códigos culturales y de fe. Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es generar nuevas reflexiones sobre diversos significados que genera la imagen de la Virgen de Guadalupe en algunos sectores de la población mexicana, especialmente entre jóvenes1 afiliados a pandillas2 en estas primeras dos décadas del siglo XXI.

Casí 5 siglos después de ocurrido el milagro guadalupano, no hay duda del papel relevante y significativo que jugó la presencia de la Virgen de Guadalupe en la introducción de la nueva fe católica entre la población indígena; población que fue víctima de la destrucción de sus dioses y de sus creencias como resultado del choque cultural ante la llegada de los españoles. Fue éste un momento en el que una parte importante de la población indígena enfrentó situaciones de violencia y muerte. Ese mismo pueblo y esa misma cultura a las que les fueron despojadas sus antiguas deidades-dioses, encontró en la imagen de la Virgen de Guadalupe, una nueva madre. En ese contexto de zozobra la virgen resultó ser una compañía bastante reconfortante y fue una presencia que brindó esperanza a la población indígena. En los primeros años posteriores a la llegada de la cultura europea y a la violencia que ello generó entre la población, la imagen de la virgen se asumió como protectora, la sanadora que acompañaba, cuidaba, escuchaba, ofrecía cariño y protección a una población que se encontraba en un proceso de acelerado cambio sociocultural.

Además fue muy significativo el personaje que eligió para hacerlo su intermediario y su portavoz: un indígena llamado Juan Diego. Cuando sucedió el milagro de la aparición, la virgen pidió que le construyeran en el cerro del Tepeyac, un templo para que ahí pudieran ir a presentarle sus respetos y sus súplicas, un adoratorio. Ahí recibiría a los nuevos creyentes (no sólo indígenas) para dar respuesta a las múltiples peticiones que le estarían presentando. Con el paso del tiempo, la imagen y el lugar construido para su culto se popularizó y se volvió clave en el proceso de asimilación de la nueva fe católica entre la población. Reitero, la popularidad de la imagen de la Virgen de Guadalupe, sin duda, promovió una rápida adopción de algunos de los nuevos rituales católicos traídos por los primeros sacerdotes llegados a estas nuevas tierras. Aunque su adopción no estuvo exenta de conflictos dentro y fuera de la propia jerarquía católica, ya que hubo quien vio en el culto a la virgen una manera de preservar la fe a las antiguas deidades prehispánicas. Doscientos veintitrés años después de la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe, un 25 de mayo de 1754, fue nombrada como santa patrona de la Nueva España y se instituyó que se realizara una fiesta en su honor cada 12 de diciembre. Lo anterior, fue sin duda el resultado de la fe registrada entre la población de la Nueva España. Durante los 300 años de la vida colonial, la imagen de la virgen fue un referente de la vida nacional, estuvo presente y fue generadora de debates y de polémicas dentro y fuera de los círculos religiosos católicos [Nebel 2002; Lafaye 2000; Gruzinski 2003].

La guerra de las imágenes: la lucha por el control de las imágenes de la Virgen de Guadalupe en la Nueva España

Con el paso del tiempo, a la imagen original que fue plasmada en la tilma del indio Juan Diego, los artistas de cada época le fueron incorporando nuevos elementos estéticos. Eso se puede observar en una revisión de las pinturas, grabados y estampas generadas en cada una de las épocas. En las representaciones visuales que se hicieron muy populares en los siglos XVII y XVIII la virgen normalmente aparece acompañada de Juan Diego haciendo alusión a las 4 apariciones o mostrando alguno de los primeros milagros que realizó en su nuevo lugar de culto: el templo del Tepeyac.3 La reproducción de las imágenes se hizo siguiendo las normas y las exigencias del clero católico, con la finalidad de no promover falsos cultos y que la naciente religión no se desviara de sus objetivos. La pintura de las imágenes de la Virgen de Guadalupe realizadas durante el periodo barroco fueron en su mayoría copias de la imagen plasmada en el ayate. Muchas pinturas realizadas durante los siglos XVII, XVIII y XIX son consideradas como obras de gran relevancia que fueron hechas por artistas con una verdadera formación artística y que ya forman parte del acervo de la historia del arte en México. Incluso, en muchas ocasiones, la imagen de la virgen era utilizada para adornar las portadas de tesis que escribían estudiantes universitarios. “No hay pintor colonial mexicano, después de 1650 que no haya pintado una virgen de Guadalupe”. Lo anterior lo escribió Francisco de la Maza en su monografía sobre el reconocido pintor Cristóbal de Villalpando. El arte barroco mexicano-colonial de los siglos XVII-XVIII fue bastante prolífico en la producción de miles de imágenes para propagar la fe católica en muchos de los reinos de la Nueva España. Algunos de los pintores más destacados de los siglos XVII-XVIII fueron:

  • Baltasar de Echave y Rioja

  • Juan Correa

  • Cristóbal de Villalpando

  • Nicolás Rodríguez Juárez

  • Juan Rodríguez Juárez

  • Miguel Cabrera

  • José de Ibarra

La presencia de las imágenes católicas fueron clave en el proceso de evangelización de los territorios que darían paso a la conformación de la Nueva España. En esa tarea la imagen de la Virgen de Guadalupe jugó un papel esencial. La presencia de esta imagen en el seno de la sociedad virreinal fue algo que no fue aceptado de buena manera por todos los sectores de la Iglesia. Hubo algunos clérigos que no lo asimilaron y que vieron siempre con mucha desconfianza el fervor con que era vista, en especial por la población indígena, que resultó ser el sector de la población que mayoritariamente acudía a los templos y le rendía culto y quienes manifestarían mayor devoción por los milagros recibidos. Una consecuencia de lo anterior fue que el Santo Oficio se vio en la necesidad de establecer un férreo control en la producción de las imágenes, ya que en ocasiones la población involucrada y algunos artistas generaban imágenes que se salían de los cánones de lo estético y que no cumplían con lo que ellos establecían. Además de considerar que esas imágenes podrían servir de pretexto para que la población generara cultos que propiciarían actos que degeneraban la verdadera fe. Lo anterior nos habla del interés que en algunos momentos tuvieron algunos sectores al interior de la Iglesia católica para ejercer un control en el proceso de creación de imágenes religiosas, ya que no existía una normatividad en la producción de las mismas, y muchas de ellas resultaban ser imágenes de muy mala calidad y factura, que en muchas ocasiones rayaban en lo indecente de su contenido, lo cual terminaba por estimular las supersticiones entre la población. Por ello la Inquisición estableció que todos los frescos, los retablos y los cuadros de los santuarios de la Nueva España fueran “visitados” (por autoridades dispuestas para dicho fin), para conferirles una apariencia más acorde con lo establecido por la ortodoxia o, abiertamente, eliminar las obras apócrifas o consideradas indecentes. Asimismo, los santuarios “superfluos” fueron condenados a desaparecer bajo la piqueta de los demoledores enviados por los inquisidores. En esta lucha, hubo personalidades eclesiásticas como el arzobispo de Montúfar, quien fue un promotor de las imágenes de la Virgen de Guadalupe, y con ello fomentó su culto. Él fue quien ordenó, impulsó y difundió el culto a la virgen, lo que generó una importante devoción entre diferentes sectores de la población de la Nueva España. Gracias a la intervención del arzobispo de Montúfar se buscó que los indígenas y mestizos se familiarizaran con la religión católica y la visión del mundo que habían traído los europeos a estas tierras. Sin embargo, algunos sectores de la Iglesia católica se empeñaron en seguir ignorando la realidad del mundo indígena-campesino y rechazaron la realidad religiosa que se construía en y desde los barrios.

A pesar de los desencuentros que se dieron entre diferentes miembros de la Iglesia católica, fue un hecho que el culto a la Virgen de Guadalupe recibió un nuevo impulso, lo anterior fue a partir de los trabajos que desarrollaron un grupo de sacerdotes, teólogos, inquisidores y de altos dignatarios de la Iglesia para propagar su culto entre amplios sectores de la población virreinal.4 Sin duda que esta situación no fue más que un claro reflejo de los conflictos y rivalidades que se generaron en el seno del catolicismo durante el periodo virreinal, sin embargo la imagen guadalupana salió fortalecida y con una presencia en la fe y devoción de amplios sectores de la población [Echegaray 1981; Gruzinski 2003; Chávez Sánchez 2016; Tentle Arias 2016].

La Virgen de Guadalupe pintada en exvotos. Una manifestación más de la creciente religiosidad popular

En México y en otras partes del mundo hay una larga y añeja tradición de pintar imágenes religiosas en espacios ajenos a los templos católico-religiosos. Imágenes de santos, cristos y vírgenes han sido plasmados en parietales, cortinas y mosaicos, en ambientes funerarios y por supuesto en las casas. En particular, en México, durante el siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, entre las clases bajas se popularizó la creación de exvotos. Los exvotos son una muestra de cómo las personas a través de estas representaciones buscaban la intermediación de las fuerzas divinas para poder enfrentar las desgracias. En miles de exvotos quedó plasmada la imagen de la Virgen de Guadalupe.5

Los exvotos dedicados a la Virgen de Guadalupe son imágenes públicas, ya que están a la vista de todos, y eso es justamente lo que se pretendía, que el resto de la población tuviera conocimiento de los milagros recibidos por la intercesión de la virgen. En muchos casos, se ha documentado que las imágenes de los exvotos eran pintadas por los propios creyentes y en otros, se solicitaba este trabajo a los llamados “retableros”. Estos últimos fueron pintores autodidactas que se ganaron el reconocimiento del pueblo por los trabajos de excelente calidad que realizaban. Las imágenes se pintaban en una lámina de hojalata y su tamaño era regularmente de 18 x 25 cm. Pero no hubo un tamaño establecido para ello.

A la virgen se acercaban los fieles-creyentes para solicitarle su respaldo y su intercesión para salir bien librado de situaciones ligadas o relacionadas con alguna enfermedad, accidente, desastre natural y otras calamidades. Analizando el contenido de los exvotos, podemos conocer cuáles eran las angustias de las personas en un determinado momento y cómo es que estas personas lograron resolver estas peripecias en un contexto muy rico en anécdotas y tiempo histórico. A través de estas representaciones se aprecia la cercanía de la población que manifiesta por medio de exvotos su fe de una manera más próxima a lo divino que en el ámbito secular. Es decir, la población se sentía más atraída y convencida de que el poder de la virgen le daría lo que las autoridades o representantes políticos o las autoridades del momento deberían de estar obligadas a proveer.

La virgen cura enfermedades, otorga certezas ante la salida del lugar de origen para buscar trabajo y enfrentar a ladrones. Cuando ocurre algún cambio en la vida del fiel-creyente-ciudadano, ello es un motivo para solicitar la intervención de la madre de Dios. En el contenido visual de los exvotos, se puede observar una sensación de abandono que es vivida y experimentada por los protagonistas y se observa la necesidad de permanecer aferrados a sus creencias para así poder solucionar los problemas que enfrentan. Para todo aquello que la medicina, la ciencia o los políticos no pueden resolver, las fuerzas divinas aparecen como quien provee certezas. El trabajo de algunos investigadores señalan que el exvoto se transformó en un producto generado principalmente entre las clases populares, su lógica salió del control de la Iglesia católica y poco a poco se transformó en una manifestación en la que sus creadores y los devotos recreaban la relación entre el ser afligido y la instancia divina [Arias y Durand 2001; Durand y Massey 2001; Fraser Giffords 2001; Egan 2001; López y Gámez 2002].

Fuente: Fotografía de un exvoto, con fecha de mayo de 1929. Se observa la imagen de la Virgen de Guadalupe y el señor del Saucito. Foto tomada por el autor durante el trabajo de campo en la ciudad de San Luis Potosí, 2017.

Figura 1 

Historia del culto y devoción a la Virgen de Guadalupe en San Luis Potosí6

En el año de 1894 el historiador potosino Manuel Muro publicó un texto que tituló Historia del Santuario de Guadalupe de San Luis Potosí. Según lo señalado por Muro [1894], el primer lugar en donde se le rindió culto a la imagen de la Virgen de Guadalupe fue en un altar de la iglesia de San Francisco. Esa primera imagen llegó a San Luis Potosí por medio del R.P. fray Juan Lazcano. Lo anterior ocurrió en la década de los años ochenta del siglo XVI. El mismo historiador destaca que esta misma imagen sería trasladada a una ermita construida exclusivamente para su culto. La construcción de dicha ermita se concluyó a finales del año de 1661, pero sería hasta los primeros meses del siguiente año (1662) cuando la imagen fue depositada en este nuevo lugar en donde se le estaría rindiendo culto y devoción por parte del pueblo potosino. Tanta fue la fe y devoción que habría de ganar entre la población potosina, que el día 2 de octubre de 1771, la Virgen de Guadalupe fue proclamada como patrona de minas y aguas de la ciudad de San Luis Potosí. Dos años después, el 23 de noviembre de 1773 la Virgen de Guadalupe fue declarada patrona de la ciudad de San Luis Potosí y también se declaró el día 12 de diciembre como la fecha para su festejo.

Al igual que lo que había ocurrido tiempo atrás, la ermita que se había construido, era ya de tamaño insuficiente para recibir las muestras de fe de la población, además de que la ermita se encontraba en mal estado. Por lo tanto, se hizo necesario iniciar la construcción de un templo más amplio. Para ello sería clave la aportación que dejaría el señor Manuel Fernández Quiroz quien antes de morir dejó una donación de $5,000 que se emplearían para la ampliación del templo. Teniendo estos fondos como punto de partida, se dio inicio a la construcción del nuevo santuario de la Virgen de Guadalupe. Para ello, el día 27 de septiembre de 1772 se colocó la primera piedra. Fue a finales de 1799, cuando se concluyó todo el interior de la obra, quedando pendientes las torres del templo. La primera misa en el santuario fue dada el 9 de octubre del año de 1800.

De los templos a los muros callejeros: presencias y significados de las imágenes de la virgen en colonias populares de la ciudad de San Luis Potosí

Después de la aparición de la Virgen de Guadalupe, al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac, 487 años más tarde, la imagen de la “Santa Patrona de México” sigue teniendo presencia en infinidad de formas, colores y representaciones. En muchas calles y avenidas de la ciudad de San Luis Potosí, podemos ser testigos de la existencia de la Virgen de Guadalupe. Su imagen es recreada en bardas, fachadas, callejones, camellones y ahí convive con otras manifestaciones del arte callejero como son las pintas de grafiti, propaganda política, rótulos de negocios, anuncios de eventos como son los bailes amenizados por orquestas o conjuntos musicales. También es común ver a estas imágenes compartir el altar o la pared con otras imágenes religiosas o no religiosas. En la representación de las imágenes de la virgen en la ciudad, destacan la variedad de colores, mensajes y leyendas con que la población acompaña a muchas de ellas.7 En este entramado de riqueza, colorido y variedad, destacan también los rostros y las diferentes posturas de la virgen. Es decir, los pintores urbanos muestran una amplia variedad de formas y estilos para representar a la virgen. Así como la imagen de la virgen ha sido un referente definitorio en la historia de México, hoy encontramos una gama muy amplia y rica de la iconografía de la guadalupana hecha por los mismos vecinos, muchos de ellos, jóvenes; gente común y quienes en muchos casos carecen de una formación artística, pero que siguen depositando en la virgen una fe que lejos de desaparecer se reafirma con mayor fuerza en el momento de encarar la incertidumbre, la tensión, la crisis y muchas desigualdades.

Fuente: Fotografía tomada por el autor durante el trabajo de campo en la ciudad de San Luis Potosí, 2016.

Figura 2 

En el proceso de creación que desarrollan los vecinos al realizar este trabajo se hacen también algunos ajustes, ya que se puede encontrar a la virgen en compañía de otras representaciones de santos o de otras vírgenes. Además, aparece también alguna decoración que le da un toque original y también puede encontrarse alguna variación en los materiales que la comunidad utiliza en la elaboración de estas imágenes. Por lo común la virgen es pintada con pinturas de aerosol, pero también es factible encontrar algunas que son pintadas con pintura de aceite y son creadas de la manera tradicional; es decir, se pinta con las tradicionales brochas. En la mayor parte de las imágenes que logré fotografiar con esta advocación, el espacio en donde es representada se transforma en una especie de altar para su culto, ya que se le coloca luz artificial, se construye un techo para protegerla del calor, del agua y la intemperie y a sus pies es común encontrar un florero y un espacio en donde se colocan veladoras. También es común que la imagen aparezca acompañada de mensajes que normalmente son plegarias o pinturas de banderas nacionales, en donde queda evidenciado que se trata de una imagen de gran valor simbólico para amplios sectores de la población mexicana. Un aspecto que llama mucho la atención, es el hecho de que en las calles, la virgen convive cotidianamente con otras imágenes religiosas que han adquirido fuerza en la fe de los ciudadanos. Sin duda, la imagen de San Judas Tadeo es una de ellas. A San Judas Tadeo se le identifica entre los fieles como el abogado de las causas difíciles y desesperadas. Es un santo que en los últimos años ha ganado presencia, devoción y fe entre la juventud mexicana. Un sector de la población que ha hecho frente al incremento de la precariedad, la desigualdad, la pobreza, la violencia, la muerte, el narcotráfico y, en general, la desesperanza. Pareciera que entre más difícil es la vida para las personas, más necesario se hace que se integren una mayor cantidad de representaciones religiosas [Gudrún 2014].

Un aspecto destacable al momento de observar las imágenes de la virgen es que la gran mayoría son respetadas por los jóvenes creadores de grafiti, ya que en el registro fotográfico8 que se hizo, fueron pocas imágenes de la virgen las que presentaban daño o alteración alguna, a pesar de que la gran mayoría de las imágenes que se han encontrado de la virgen se localizan en colonias que se distinguen por la presencia de pandillas juveniles, siendo una caracteristica de ellos recurrir al grafiti para delimitar-marcar sus territorios. En las creaciones populares de la imagen de la virgen se percibe que hay una gran variedad de estilos a través de los cuales los artistas urbanos buscan plasmar la imagen de la virgen. Algunos son muy elaborados, pero también existen otros que presentan trazos simples y muy modestos; no hay mucho esfuerzo en cuidar el detalle, prevalece más bien un esfuerzo de lo espontáneo que el que tiene que ver con el trabajo artístico formal. Estas formas de pintura religiosa que han sido pocas o escasamente valoradas, ciertamente pueden ser modestas o simples copias, pero se han convertido en un importante referente para la vida cotidiana del espacio en donde han sido plasmadas y son también un referente de la fe y la devoción de aquellos que las han plasmado en gran número de bardas/paredes en diferentes colonias de la ciudad.

Fuente: Fotografía tomada por el autor durante el trabajo de campo realizado en la ciudad de San Luis Potosí, 2016.

Figura 3 

Un aspecto destacable al momento de observar las imágenes de la virgen es que la gran mayoría son respetadas por los jóvenes creadores de grafiti, ya que en el registro fotográfico que se hizo, fueron pocas imágenes de la virgen las que presentaban daño o alteración alguna, a pesar de que la gran mayoría de las imágenes que se han encontrado de la virgen se localizan en colonias que se distinguen por la presencia de pandillas juveniles, siendo una caracteristica de ellos recurrir al grafiti para delimitar-marcar sus territorios. En las creaciones populares de la imagen de la virgen se percibe que hay una gran variedad de estilos a través de los cuales los artistas urbanos buscan plasmar la imagen de la virgen. Algunos son muy elaborados, pero también existen otros que presentan trazos simples y muy modestos; no hay mucho esfuerzo en cuidar el detalle, prevalece más bien un esfuerzo de lo espontáneo que el que tiene que ver con el trabajo artístico formal. Estas formas de pintura religiosa que han sido pocas o escasamente valoradas, ciertamente pueden ser modestas o simples copias, pero se han convertido en un importante referente para la vida cotidiana del espacio en donde han sido plasmadas y son también un referente de la fe y la devoción de aquellos que las han plasmado en gran número de bardas/paredes en diferentes colonias de la ciudad.

Fuente: Fotografía tomada por el autor durante el trabajo de campo realizado en la ciudad de San Luis Potosí, 2016.

Figura 4 

Los milagros sí existen: Las imágenes de la Virgen de Guadalupe pintadas por jóvenes pandilleros en muros de la ciudad de San Luis Potosí

En las imágenes que ahora han ocupado paredes de la capital potosina, los que buscan la protección de la virgen son los jóvenes, en especial aquellos que forman parte de las pandillas, de los marginados y de los excluidos. Son ellos quienes la pintan, la retocan y cada 12 de diciembre la festejan y le llevan música, pólvora y, por supuesto, le rezan. En esa ocasión no sólo se reza, también se baila, se tocan cumbias, rap, hip hop y se toma cerveza. A ella se encomiendan y la virgen los acompaña y esto tiene una lógica de ser, ya que desde siempre la imagen de la virgen ha estado cerca de los más vulnerables, de los desvalidos y los excluidos. Hoy como nunca adquieren un mayor significado y valor las palabras que la virgen guadalupana le dirigió al indio Juan Diego en una de las cuatro apariciones: “¿no estoy yo aquí que soy tu madre?”.

No obstante la situación de cientos de jóvenes que forman parte de pandillas y que se ven envueltos en situaciones de violencia callejera o violencia proveniente de su propio hogar, es significativo observar cómo los jóvenes plasman sus imágenes de la virgen en las bardas de sus casas o en los espacios disponibles en las calles, pero también por medio de estas imágenes plasman la fe y la devoción que le manifiestan a la virgen, y en ellas queda el registro de sus experiencias de vida, sus experiencias de violencia, de muerte.9 Al respecto, rescato el testimonio de un joven pandillero quien se refirió a la Virgen de Guadalupe en los siguientes términos:10

Es como nuestra mamá, no sé si has escuchado el dicho: “perdóname madre mía por mi vida loca”, nuestra madre siempre nos cuida, para ella vamos a ser como hijos buenos, es un símbolo de maternidad, es lo más divino que tenemos los chavos banda, es la que nos protege y la que nos cuida, es lo bueno de la vida violenta que has vivido, la virgencita es el lado bueno que te da la paz que muchos andan buscando, pero pocos la encuentran.

Ante ellos, como hace casi 5 siglos antes, los jóvenes y los vecinos buscan en la imagen de la virgen la protección divina que los aleje de sus rivales de pandilla, de la policía, de la muerte, experiencias que ellos viven de cerca y de forma cotidiana.11 Sin embargo, no todo lo que ocurre en torno a los jóvenes es negativo, me parece que la experiencia de intervenir y transformar algunos espacios urbanos a partir de que se incorporan y reproducen las imágenes de la Virgen de Guadalupe, contribuye a que estos espacios se transformen en espacios de reunión-interacción no sólo de los jóvenes, sino que también propician la interacción de la comunidad. Un joven pandillero expresó esta manera de generar capital social a partir del culto que se construye en torno a las imágenes de la virgen en las colonias populares:12

Aquí la gente saca a la Virgen a las calles, o donde las tienen pintadas en las calles, las adornan para hacerles una fiesta, toda la banda coopera, es una unión entre banda y familia, donde se ve un ambiente familiar y religioso, fue uno de los primeros proyectos por los que se empezaron a interesar aquí.

Lo anterior representa una oportunidad de crear-generar espacios de interacción social en barrios y colonias que se caracterizan por padecer situaciones de violencia y de inseguridad.

Además, plantea la manera en que los jóvenes interactúan entre ellos y con la comunidad, representa una manera de crear vínculos de fe y devoción en torno a la imagen de la virgen o de otras imágenes religiosas en contextos urbanos caracterizados por la falta de mecanismos de integración y participación, desde los espacios institucionales (escuelas, iglesias, ayuntamientos y otras instancias). En un texto reciente publicado sobre la temática de la religiosidad popular en la colonia Ajusco en el Distrito Federal, se advirtió que entre los jóvenes de esa colonia, la religiosidad se manifiesta de maneras particulares, en particular fuera de los templos, en la organización vecinal que se desarrolla en torno a la fe y a la devoción que se sigue manteniendo por parte de los jóvenes hacia determinadas imágenes religiosas [Suárez 2015: 177].

Para el caso particular de San Luis Potosí, me parece que la experiencia nos muestra que los jóvenes han encontrado nuevas formas de acceder y participar en el culto-devoción de imágenes religiosas y ellos lo llevan también a cabo en nuevos lugares, es decir la socialización y la participación religiosa no ocurre sólo dentro de los templos católicos. Los jóvenes han encontrado o han tenido que innovar y crear nuevas formas y nuevos espacios en donde puedan experimentar su fe, devoción y sus creencias. Aquí se trata de un culto fuera de las iglesias y que encuentra en las calles su principal lugar de realización-manifestación. Reitero, durante el trabajo de campo realizado para poder tomar las imágenes de la virgen en diferentes colonias populares de la capital potosina, pude corroborar que son los jóvenes quienes se asumen como los creadores y los guardianes de las imágenes de la virgen y de otras más que se encuentran en las calles potosinas.

En éste como en muchos frentes, los jóvenes se sienten más inclinados y atraídos por un tipo de participación informal, menos estructurada e institucionalizada [Hopenhayn 2001], pero no por ello menos crítica. Los jóvenes construyen nuevas formas de identificación y de pertenencia. En ello hay nuevas formas individuales o colectivas de creer. Esas formas de creer no están bajo el control estricto de la Iglesia católica; más bien encontramos espacios y formas de culto que la gente joven desarrolla y que ellos mismos crean. Me parece que lo que se plasma en las paredes por parte de los autores de las imágenes, hace referencia a lo que ocurre en el entorno social inmediato.

Es decir, una parte de la vida cotidiana que sucede en el barrio, colonia y en las calles en donde han sido plasmadas las imágenes que constatan la devoción de los vecinos, queda también reflejado en los contenidos de las imágenes. Lo anterior queda evidenciado cuando se hace una revisión de algunos mensajes que fueron escritos por los jóvenes cerca de las imágenes de la virgen. En el entorno de las imágenes quedan plasmados los hechos o eventos que han marcado la vida de algunos miembros de alguna pandilla o de personas que viven en la cercanía de las imágenes. A continuación, se hace una recuperación de algunos de estos mensajes:

  • • “A tu recuerdo estas líneas. María llena de luz su camino y alumbra el de nosotros. Ten piedad de nosotros amen. Descansen en paz que yo los cuido: Tortas y Rana”.

  • “Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno. Nunca tristes siempre locos”.

  • “Sex lagartos “Descansen en paz”: Cocas, tuna y chino. Virgen de Guadalupe”.

  • “Brenda, Esmeralda, Ratón, Laga, Rana, León, Gori, Negro, Tomas, Sireno. Recordándolos”.

Fuente: Fotografía tomada por el autor durante el trabajo de campo realizado en la ciudad de San Luis Potosí, 2016.

Figura 5 

Los milagros sí existen

A continuación reproduzco dos testimonios de chavos banda, quienes narraron sus experiencias en las calles, y cómo fue que, según ellos, recibieron la ayuda de la virgen para poder librarse de sus rivales:13

Te voy a contar lo que me pasó cuando era chavo banda, en Las Piedras teníamos una Virgencita, ahí iban hasta como 200 personas, un padre daba una misa y teníamos una bardita, como una capilla sobre la banqueta, entonces había un arbolito, un día una banda contraria me venía correteado, yo me di la vuelta, ya no alcanzaba a llegar a la casa, la virgen está en la esquina, me escondí en el matorral y empecé a rezar, “virgencita hazme paro, tírame esquina”. Agaché la cabeza para no sentir los golpes, no te miento, pero los chavos se pasaron de largo, ninguno de los 30 me vio que estaba ahí.

En otra ocasión ahí en Las Piedras hay un lugar donde compraba cerveza toda la noche, ya hace 13 años, fui a la tienda, entonces cuando iba, un chavo estaba queriendo abusar de una chava, le dije que no se pasara de lanza, en ese momento la mujer se fue corriendo y nos agarramos a golpes, salió toda su banda, pero llegaron todos me rodearon y me dieron tres fierrazos, uno en el hígado, en el pulmón y esa vez ya no la contaba, me encomendé a “la jefa” y me dio el milagro de estar aquí otra vez.

Comentarios finales

En el siglo XVI después de la llegada de los españoles entre la población indígena local se vivió una experiencia de desorientación, inconformidad, sentido de pérdida, lo cual generó una suerte de soledad moral. Fue en estas condiciones en las que se inició el culto a la virgen en 1531 y con ese culto se buscaron soluciones esperanzadoras para la población indígena, quienes enfrentaron un proceso de recomposición política, económica y, por supuesto, una recomposición religiosa-cultural.

En este contexto, es evidente que la Virgen de Guadalupe ha formado parte de la historia del establecimiento de la religión católica en nuestro país; y ha jugado un papel clave en el imaginario de la fe entre amplios sectores de la población. En ese proceso de integración a la cultura y de las dinámicas religiosas de la población, la imagen se ha hecho presente primero en los altares de los templos católicos, pero en tiempos recientes las imágenes han venido a ocupar cada vez más espacios fuera de los templos y se ha vuelto un referente en la vida cotidiana de barrios y colonias populares; lo cual denota la existencia de una larga y añeja tradición de pintar/plasmar imágenes religiosas en espacios ajenos a los templos católico-religiosos.

Sin embargo, hay una pregunta clave que es necesario plantear: ¿Cómo explicar la cada vez mayor presencia de las imágenes de vírgenes y santos o imágenes católicas o no católicas en las calles de México? Me parece que dentro de las múltiples interpretaciones que se hacen de la presencia callejera no debe dejarse de lado la idea de la precariedad de la vida material de los creyentes. Es decir, no debemos hacer a un lado la idea de la vulnerabilidad, las expresiones y manifestaciones de la violencia, la inseguridad que cotidianamente viven y experimentan los creyentes y los fieles en muchos de los espacios en donde transcurre su vida, y todas las situaciones anteriores se hacen presentes ahí, en su familia, en su hogar, en su barrio, en su calle, en su lugar de trabajo, las calles y avenidas por donde cotidianamente caminan y transitan. Es significativo ver cómo estos espacios adoptan imágenes, lo cual pareciera definir un deseo cada vez más profundo para la vida de sus habitantes, y en ellas buscan protección y en ese proceso de pintar la imagen de la virgen, contribuyen no sólo a mantener la fe, a la par que generan vínculos, lazos de identidad y solidaridad entre los miembros de la comunidad.

Además, un dato que en este trabajo ha resultado muy revelador, ha sido ver cómo los jóvenes se encomiendan a la virgen en cada situación de su vida, y observar también, cómo sus amigos y familiares los encomiendan a la virgen en su tránsito hacia la muerte. De lo anterior queda constancia de aquellas imágenes que pude encontrar en donde los nombres y los apodos de jóvenes muertos se encuentran escritos o en las que sus rostros aparecían dibujados a un costado de la virgen. En ello se mantiene un aspecto que ha caraterizado a la virgen desde su llegada a estas tierras: brindar y otorgar protección a todos, pero en especial, a los menos favorecidos, a los excluidos. En ese sentido, es como debe entenderse la presencia y adopción que se ha hecho de la virgen por jóvenes que habitan en colonias populares de San Luis Potosí, en donde la violencia y la muerte se han vuelto una constante en la vida cotidiana de muchos jóvenes.

En ese sentido, se puede entender la presencia de las imágenes de la virgen en los espacios callejeros como una entidad que es vista como la protectora, la sanadora que acompaña, la que cuida, la que escucha, la que ofrece cariño. Por lo tanto, las imágenes de la virgen han sido referentes de la historia del país, de comunidades, regiones, pero también son referentes en la vida cotidiana de personas ordinarias. Lo anterior resulta muy revelador por el hecho de que la virgen sigue siendo una imagen generadora de milagros; ya que la virgen ha estado siempre cercana a las personas excluidas. Además, como se ha demostrado en la información presentada a lo largo de este texto, las imágenes de la virgen producen-provocan acciones y emociones y de igual forma las imágenes tienen y ejercen poder sobre personas, comunidades y sociedades. En el México del siglo XXI no hay duda del crecimiento de nuevas ofertas religiosas aparte de la presencia católica tradicional, la cual ha dejado de ser la oferta dominante para la población mexicana en la actualidad [RIFREM 2017]. Por lo tanto, las propuestas religiosas lejos de perder presencia en los tiempos actuales, tiempos de globalización, redes sociales, procesos migratorios y de múltiples manifestaciones de la violencia, han mantenido una presencia muy importante en la vida de los creyentes. En la actualidad hay una diversidad de alternativas de fe y de formas en quién creer. Sin embargo, para la población católica que aún permanece y que se mantiene en altos porcentajes, es evidente que buscan mantener la fe en su dios, en sus santos y sus vírgenes por medios menos ortodoxos y una muestra de lo anterior es que para ello recurren a nuevas opciones visuales para crear y representar por medio de imágenes a sus deidades, para ello modifican y ajustan sus tradiciones. En ello juegan un rol importante las adecuaciones de las imágenes tradicionales para vivir y expresar su fe y devoción.

Como se afirmó al principio, la imagen de la Virgen de Guadalupe no ha permanecido intacta, al contrario, vemos en su evolución cómo se recrea y transforma para ajustarse a los nuevos escenarios y experiencias de los creyentes. En las imágenes religiosas existe un espacio muy amplio para la integración, en ese espacio dialogan nuevos y viejos códigos-argumentos culturales y de fe.

Es importante recordar, que durante los siglos XVII y XVIII, se caracterizaron en distintos reinos de la Nueva España las construcciones de grandes santuarios dedicados al culto de la Virgen de Guadalupe. Estos templos se distinguieron por mostrar su riqueza arquitectónica y por resguardar en ellos las imágenes de la virgen de gran factura que fueron reproducidas por artistas de la talla de Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera y otros artífices de renombre, dentro y fuera de la Nueva España. Estos templos vinieron a sustituir a las primeras ermitas, muchas de las cuales fueron construidas con palma, adobes y pisos de tierra. Aquellas construcciones humildes y rústicas se caracterizaron por recibir a un número de feligreses indígenas y mestizos que cada vez iba en aumento. Sin embargo, en pleno siglo XXI, el culto a la virgen está de vuelta en espacios humildes como un círculo virtuoso. En las bardas-muros de la ciudad de San Luis Potosí encontramos la imagen pintada en paredes, cortinas y en otras superficies. Ahí la virgen vuelve a estar muy cerca de los creyentes y de todos aquellos que le siguen teniendo fe y depositan en sus manos la solución de sus angustias, sus temores y sus necesidades.

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1El vínculo entre juventudes populares y religiosidad es un tema poco abordado. Recientemente María J. Rodríguez Shadow [2017] publicó un texto en donde hace alusión a la participación de jóvenes rurales y urbanos que participan en la peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe. Estos jóvenes provienen de tres entidades diferentes (Ajalpan, Puebla; El Valle del Mezquital, Hidalgo y de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México). Respecto al binomio juventudes y su fe en la imagen de la Virgen de Guadalupe, hay que citar el trabajo del fotógrafo Federico Gama, titulado 12D <http://www.federicogama.com.mx/12-d/>. En este trabajo, Gama captó con su lente la diversidad de jóvenes provenientes de entornos urbanos y rurales y que cada año hacen del atrio de la Basílica de Guadalupe un lugar de encuentro, de convivencia y de fe entre una gama amplia de expresiones de las juventudes mexicanas del siglo XXI.

2 Respecto de la relación que existe entre jóvenes pandilleros y el culto que le tienen a ciertas imágenes religiosas, hay que señalar que este es un tema muy poco explorado. De reciente publicación es un texto que lleva por título: Puro loko guanatos. Masculinidades, violencias y cambio generacional en grupos de esquina de Guadalajara [Marcial Vázquez y Vizcarra Dávila 2017]. Los autores señalan en esta obra que los jóvenes que forman parte de pandillas recurren a las marcas en las paredes-bardas para delimitar sus espacios, sus terrenos y lo hacen mediante la pinta de grafiti y pintando también imágenes religiosas. En el caso de los jóvenes que ellos entrevistaron y que viven en varias colonias de la ciudad de Guadalajara se destaca la imagen de San Judas Tadeo. Este es un santo muy popular, ya que los jóvenes lo pintan en las paredes, lo tatúan en su cuerpo, lo cuelgan en sus cuellos en forma de escapulario y también se hace mención de este santo en algunas canciones de rap que son compuestas por ellos mismos. San Judas Tadeo es el santo de las esquinas del barrio.

3 Es relevante señalar que en la Nueva España la imagen de la Virgen de Guadalupe fue reproducida no sólo en pinturas, también se realizaron impresiones de grabado en metal y sobre papel. Otras maneras de representar a la virgen fue por medio de relieves tallados en madera policromada y estofada. También se hicieron tallas de la imagen en alabastro y reproducciones en talavera; además de bordados de la imagen de la virgen con hilos de seda. Es decir, muchos fueron los materiales y las técnicas que se utilizaron en la propagación de la imagen de la Virgen de Guadalupe en los años subsecuentes a su aparición al indígena Juan Diego [Mariscal, Cuadriello y Robledo Galván 1999].

4 Muchos fueron los artistas que en la época virreinal se dieron a la tarea de pintar la imagen de la Virgen de Guadalupe. A continuación se mencionan algunos de los más reconocidos: Miguel Cabrera (1695-1768), Francisco Antonio Vallejo (1721-1785), Tiburcio Mota, Matías de Artega y Alfaro (1630-1703), José de Ribera y Argomanis, José Mota. Y también es relevante señalar que mucha obra relacionada con la virgen fue anónima, pero permanece hasta nuestros días y una parte considerable de esta obra se puede conocer en el museo de la Basílica de la Virgen de Guadalupe ubicado en la Ciudad de México [Mariscal, Cuadriello y Robledo Galván 1999].

5 Tan sólo en el Museo de la Basílica de Guadalupe en la actualidad hay un registro de 2,886 exvotos dedicados a la Virgen de Guadalupe, de los cuales 284 se encuentran en exhibición. Además a las anteriores imágenes habría que sumar todos los exvotos que se pueden encontrar en templos y parrroquias a lo largo y ancho del país en donde el creyente le manifiesta a la virgen el agradecimiento por algún beneficio recibido por su celestial intervención. También un gran cantidad de exvotos han terminado en manos de compradores de objetos de arte, quienes los colocan en subastas de arte para su venta [Rodríguez Alatorre 2016].

6San Luis Potosí es una entidad que se localiza en la región centro-norte de México. Está ubicada a 400 kilómetros de distancia de la Ciudad de México. La ciudad capital fue fundada el 3 de noviembre de 1592, y cuenta casi desde sus orígenes con siete barrios: Tlaxcala, Santiago del Río (los dos más antiguos), Montecillo, San Sebastián (fundado en 1603), San Juan de Guadalupe (donde se encuentra una de las iglesias más importante: el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe), Tequisquiapan y San Miguelito (establecido en 1597).

7Durante el trabajo de campo que se realizó con la finalidad de tener el registro fotográfico de las imágenes de la virgen, fue posible observar que en ocasiones las bardas en donde se pintaba la imagen de la virgen, se convertían en una especie de “esquela urbana”; ya que a un costado de la imagen de la virgen podían leerse los nombres o los apodos de integrantes de pandillas que habían muerto como resultado de los enfrentamientos entre pandillas rivales. Incluso, fue posible encontrar pintas en donde a la imagen de la virgen se le sumaba el rostro pintado de los jóvenes muertos, todo ello acompañado de alguna oración o un texto en donde se encomendaba a los difuntos para que estos encontraran el reposo eterno bajo la tutela de la Virgen de Guadalupe. Sin duda, que estas imágenes nos describen muy bien el contexto de violencia en el que se desarrolla la vida de los jóvenes en los barrios populares de la ciudad de San Luis Potosí.

8Entre el año de 2016 y lo que va del 2017, se generó un registro de más de 200 imágenes de la virgen, no sólo de creaciones hechas en paredes-bardas. También se logró hacer un registro de imágenes hechas con otros materiales, principalmente de mosaico y cantera y que son la base para la creación de altares urbanos dedicados a la virgen y con las que los vecinos participan en celebraciones como el rosario y otras manifestaciones religiosas, entre las que destacan los 46 rosarios que inician el 28 de octubre y concluyen el 12 de diciembre, fecha de su fiesta en todo el país.

9En una nota publicada recientemente en un portal de noticias, el director de la policía de la ciudad de San Luis Potosí informaba que se tenía un registro aproximado de 422 pandillas por toda la ciudad San Luis Potosí <http://oneclickmediagroup.mx/node/4519>.

10Nota aparecida en la siguiente dirección: <http://planoinformativo.com/494571/guadalupe-la-madre-de-las-bandas-slp>.

11La mayor cantidad de imágenes de la virgen que pude fotografiar, se encuentran en calles de los barrios más antiguos de la ciudad y otras colonias de reciente creación. Algunas de estas colonias han sido consideradas por la policía municipal como colonias peligrosas por los constantes enfrentamientos entre jóvenes que forman parte de pandillas. La vida de los jóvenes que viven en colonias populares es muy difícil, siempre cargada de peligros y de violencia. La calle está llena de peligros que provienen de otros jóvenes, pero también del mundo de los adultos. Este último grupo, es el rostro de la extorsión por parte de policías y también la expresión de rechazo por parte de los vecinos adultos. Las pandillas generan elementos que les son de utilidad para marcar su pertenencia al grupo, eligen un nombre y con ese nombre delimitan su territorio por medio de las pintas que ellos mismos hacen en paredes y fachadas en los espacios que ellos pretenden controlar, escogen ciertos símbolos que los identifican, además privilegian el uso de ciertas prendas de vestir, el color de las mismas y los gustos por ciertos ritmos musicales los hacen particulares [H. Ayuntamiento de San Luis Potosí 2010].

13Los testimonios fueron retomados de la nota periodística aparecida en la siguiente página: <http://planoinformativo.com/494571/guadalupe-la-madre-de-las-bandas-slp>.

Notas consultadas en internet:

<http://oneclickmediagroup.mx/node/4519>. Consultado el 24 de abril de 2019.

Recibido: 21 de Febrero de 2019; Aprobado: 04 de Julio de 2019

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